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Una opinión

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El profesor y escritor Guillermo Rodríguez Rivera en La Timba. Foto Kaloian

El profesor y escritor Guillermo Rodríguez Rivera en La Timba, durante un concierto de la Gira por los barrios de Silvio Rodríguez. Foto: Kaloian.

Lo primero que llamó mi atención fue que Diario de Cuba –que es una publicación declaradamente opositora a la Revolución Cubana–, acogiera in extenso, las opiniones de un ensayista cubano que vive en la Isla y que, sin duda, se ubica en el ámbito de la que ellos (los del Diario) llaman “oficialidad” cubana, como estima la publicación a todo el que trabaje en cualquier entidad estatal del país: ahora mismo, el 75% de la población laboral de la nación.

Roberto Zurbano, el ensayista al que aludo, porque son sus declaraciones las que recoge la publicación de nombre cubano, radicación madrileña y aires miamenses, es director del Fondo Editorial de Casa de las Américas y, como puntualiza el Diario, “vicepresidente de la Asociación de Escritores de la oficialista UNEAC”.

Me pareció escandaloso que un negro cubano y revolucionario afirmara de modo terminante que “para los negros cubanos, la revolución no ha comenzado”. Es perfectaente lógico que semejante declaración le sirva a Diario de Cuba para colocarla como cintillo de la información que resume las opiniones de Roberto Zurbano, y que el escritor cubano diera originalmente a The New York Times.

Como Zurbano, además de ser cubano es negro y revolucionario, considero que hay ciertas apreciaciones conceptuales que lo han conducido a unas conclusiones superficiales en torno a los complejos problemas que aborda. Me parece necesario aclararlas.

El primer asunto que quiero tratar es la confusión que existe en las opiniones del ensayista al abordar conceptos como racismo y discriminación racial. En el caso que nos ocupa, el racismo anti-negro es la idea de la inferioridad de la raza negra. Se trata de la raza que fue esclavizada por casi cuatro siglos y, después, ha sufrido las consecuencias de esos siglos de opresión.

Tan temprano como en marzo de 1959, Fidel Castro advertía las complejidades y dificultades del problema. Decía ese mes, en un discurso, que el de la discriminación racial es

uno de los problemas más complejos y más difíciles de los que la Revolución tiene que abordar… Quizás el más difícil de todos los problemas que tenemos delante, quizás la más difícil de todas las injusticias de las que han existido en nuestro medio ambiente… Hay problemas de orden mental que para una revolución constituyen valladares tan difíciles como los que pueden constituir los más poderosos intereses creados[1].

Cuando Fidel está refiriéndose a asuntos “de orden mental”, está subrayando que el racismo solo puede ser parcialmente resuelto por las leyes y resoluciones que pudiera dictar el gobierno de la Revolución y advierte que el prejuicio racial no está únicamente en los económicamente poderosos, en los enemigos de la Revolución, sino en gente

que no tiene latifundios, ni tiene rentas, ni tiene nada, que no tiene más que prejuicios en su cabeza.[2]

Son los siglos de esclavitud y los prejuicios que generó esa forzada interiorización del negro, los que conforman la perspectiva racista y desembocan en la praxis que es la discriminación racial.

El instrumento legal contra la discriminación racial se desplegó a fondo en el marco de la Revolución Cubana, del mismo modo que se puso en juego un amplio dispositivo ideológico contra el racismo que, de hecho, transformaron en vergonzantes las manifestaciones de discriminación que podían aparecer. La Revolución Cubana desarrolló un estado de opinión mayoritaria entre los cubanos, que obligaba a aquel que la sentía, a enmascarar cualquier manifestación de racismo.

La Revolución Cubana no solo inició la lucha contra el racismo y la discriminación sino que puede decirse que nunca esa lucha había sido tan a fondo como en ese momento de nuestra historia.

En otro articulo, Zurbano manifestaba que el racismo solo podía manifestarlo quien ejercía el poder. En verdad, quien no ejerce el poder también puede ser racista, pero tendrá dificultades mucho mayores para que su racismo desemboque en la práctica que es la discriminación.

Pero el único poder en un estado no es el central, ese que dicta layes, decretos y resoluciones. Mucho más abajo un director, un administrador, un jefe de personal, ejercen un poder efectivo que puede pasar y a veces pasa por encima de los criterios de ese poder central, claro que sin hacerlo explícito. Finalmente, puede ejercerse incluso la discriminación privada, la que dispone la sola persona en el ámbito que domina.

Pero la apertura de los puestos de trabajo, de los medios de comunicación, de los centros y las oportunidades de estudio a los cubanos de todos los colores, es algo que no puede ignorarse, porque resulta una falsedad cuando se hace. Zurbano, que nació y creció en tiempos de revolución, debía indagar –si es que no lo conoce– el asunto con sus mayores, antes de formular ante la prensa norteamericana una opinión que acaso la complazca, pero que desacredita sin ningún fundamento real a la Revolución Cubana.

Los procesos radicales de la historia cubana han generado en diversos momentos la esperanza del fin de la discriminación racial. Es lo que creyó uno de los más importantes líderes negros cubanos, Juan Gualberto Gómez, quien supuso que la proclamación de la independencia cubana tras el fin de la esclavitud, solucionaría el problema de la subordinación de negros y mulatos cubanos en una sociedad que los había discriminado.

Pero la república surgida en 1902, tras cuatro años de intervención norteamericana y la imposición de la Enmienda Platt, ya no era la proyectada república “con todos y para el bien de todos” proclamada por Martí y apoyada por Antonio Maceo.

Cuando triunfa la Revolución en 1959 y se proclama socialista en 1961, el mulato comunista Nicolás Guillén acaso tuvo las mismas esperanzas que Juan Gualberto medio siglo atrás. Guillén sabía que la igualdad de derechos de las razas no podía darse en medio de la opresiva sociedad de clases, en las que negros y mulatos arrastraban la desventaja de más de trescientos años de esclavitud. Pero eso había terminado. Cuando Guillén publica Tengo, su primer libro ya en la Revolución, escribe:

Tengo, vamos a ver,

que siendo un negro

nadie me puede detener

a la puerta de un dancing o de un bar.

O bien en la carpeta de un hotel

gritarme que no hay pieza,

una mínima pieza y no una pieza colosal,

una pequeña pieza donde yo pueda descansar.

La conclusión del texto era plenamente optimista:

Tengo, vamos a ver,

tengo lo que tenía que tener.

Nicolás Guillén, comunista, creo que sí pensaba, porque era obvio, que la Revolución había comenzado para los negros cubanos. Acaso creyó también que ya todo se había conseguido y ahí sí se equivocaba.

Casi treinta años después se produce el derrumbe de la Unión Soviética y del campo socialista europeo. Cuba pierde el suministro de la energía que la mantenía viva y el 85 % de su comercio. Para no rendirse ante la contrarrevolución, el país tiene que hacer transformaciones que, en efecto, implicaron enormes sacrificios para la inmensa mayoría de los cubanos, blancos y negros. Los que lo vivimos, no olvidamos aquel agosto de 1993, cuando la ciudad de La Habana se apagaba y encendía alternadamente cada 8 horas. Hubo que sacrificar brutalmente el consumo de la población justamente para obtener los recursos a fin de que esa misma población subsistiera, para mantener actuantes los sistemas de salud y educación, y los demás servicios vitales.

Zurbano hace un arbitrario sesgo de la población que, automáticamente dice que fue escindida en dos porciones absoluta y claramente delimitadas:

La primera es la de los cubanos blancos, que han movilizado sus recursos para entrar en una nueva economía impulsada por el mercado y cosechar los beneficios de un socialismo supuestamente más abierto. La otra es la de la pluralidad de los negros, que es testigo de la muerte de la utopía socialista

La “utopía” socialista la vimos morir blancos, indios, mulatos, negros, zambos y “jabaos” de todas las categorías. Nos pasó a médicos, albañiles, arquitectos, obreros, maestros, deportistas, profesores, peones agrícolas, ingenieros.

Los que pudieran emerger como beneficiarios de esa anormal situación no son en manera alguna “los blancos”, presentados como una compacta, solvente y masiva unidad, sino la exigua minoría de gerentes y sus colaboradores y acólitos, que no representaría ni el 0,1% de la población del país, integrada por blancos, negros y mulatos. Otra parte de la población, también minoritaria aunque creciente, empezó a buscar lenta pero indeteniblemente, la forma de ir accediendo, en los avatares de las necesidades cotidianas, a esos mínimos beneficios que empezaban a deslizarse hacia un reducido sector de sus conciudadanos.

Zurbano acepta en sus declaraciones –que reproduce también la opositora Martí Noticias– la engañosa idea de convertir en dólares, de acuerdo con la tasa de cambio cubana, los salarios de los trabajadores, pero esa conversión no puede tener en cuenta el reducidísimo costo de la vivienda en Cuba, y los servicios gratuitos de salud y educación que hacen que los 20 dólares que aparentemente gana un trabajador, le permitan vivir. El salario entra forzosamente en relación con los gastos que deben asumirse: en otros sitios, con ese salario, el mismo trabajador sería un limosnero.

Creo que Roberto Zurbano necesita conocer mejor la conformación y las peculiaridades de la población cubana, para entender mejor las de su zona negra, que es la que parece importarle. Y yo empezaría por decir que ese es un problema cambiante, en la realidad y en la misma percepión del fenómeno.

En los primeros años del pasado siglo, la norteamericana Irene Wright trataba así el tema racial en Cuba:

Los nativos [los cubanos] son negroides. Algunos “pasan por blancos”, como expresa la ilustrada expresión coloquial. Algunos son, posiblemente, blancos; sin embargo, pocos se preocuparían de someter su linaje a un escrutinio a fin de probarlo. Sólo los [norte]americanos piensan cosas inferiores sobre el cubano, porque si él no es de color, es al menos matizado[3]

Es curioso que esta “cubanóloga” de la época, estadounidense, catalogue como “negroides” a los cubanos, y es obvio que la Wright no está aludiendo esencialmente al color de la piel de los habitantes de la Isla. Lo precisa inmediatamente después. Cuando se refiere a los cubanos de piel blanca, aquellos en que no existen los rasgos físicos de la raza negra, aclara:

la sangre negra está allí […] en una cierta voluptuosidad de la figura y, obviamente, en la alegre visión de la vida en general. [4]

Mujer de una nación en la que la cultura del blanco sojuzgó las de los negros; en la que el negro fue también esclavizado pero, además, aculturado, despojado de sus tambores, sus cantos y sus creencias, está comprobando con inquietud la esencial mulatez espiritual del cubano: cómo esas culturas negras han actuado sobre el cubano blanco para comunicarle esa “alegre visión de la vida” que ella entiende casi como una propiedad de la sangre negra.

Desde una perspectiva ideológica colocada en las antípodas de las de la Wright, Nicolás Guillén rechazaba la pertinencia del término “afrocubano” para calificar la poesía que escribe.

A partir del criterio de Fernando Ortiz que califica nuestra cultura de “blanquinegra”, Guillén sostiene que lo cubano ya tiene en lo africano uno de sus componentes, que va unida en él a la impronta española. Guillén, que aludió a los dos abuelos que eran los ancestros del cubano, reclamaba para su poesía el calificativo de “mulata”, `porque pensaba que mulata era también Cuba. No hay que decir afrocubano, porque lo cubano implica, incluye lo africano.

Para Zurbano, como ocurre en la cultura norteamericana, lo no puramente blanco es negro. Pero llamar negro a un mulato únicamente apresa una porción de su identidad. Zurbano reclama lo que llama un “conteo preciso de los afrocubanos”, pero esa precisión quedaría vulnerada al “contar” como negros a los mulatos, en los que la ascendencia española coexiste con la africana. Creo que despojar de la impronta española al puro (si es que existiera esa pureza) negro cubano, es también desconocer su identidad.[5] De alguna manera el “ajiaco” sl que alude Fernando Ortiz; el “todo mezclado” que proclama Nicolás Guillén, devienen auténticas imágenes de la cubanidad.

La Revolución Cubana se ha defendido sabiamente de aquello que ha querido destruir la unidad del pueblo. Esa unidad garantizó su invulnerabilidad en los días de las agresiones militares de las décadas de los sesenta y setenta. Acaso la preservación de la seguridad del país hizo que el abordaje del tema racial fuera considerado lesivo para el mantenimiento de la unidad de los cubanos.

Tiene razón Zurbano cuando afirma que es la crisis económica que vive el país en los años noventa la que pone de relieve el tema del racismo, cuando es el propio Fidel Castro quien lo aborda en uno de los congresos de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.

Zurbano opina que, cuando Raúl Castro abandone la presidencia en el año 2018, no puede esperarse que los cubanos elijamos un presidente negro, por lo que él llama “la insuficiente conciencia racial” que existe en Cuba.

Pero Cuba ya tuvo un presidente no blanco: fue el general Fulgencio Batista y Zaldívar aunque, de acuerdo a los parámetros de Zurbano, habría que clasificarlo como negro.

Estados Unidos, que ha visto surgir en su seno una burguesía negra, eligió en 2008 su primer presidente negro. Barack Obama pertenece a la misma clase política burguesa que los republicanos Colin Powell y Condoleeza Rice y como ellos, así sea con matices, es un defensor de la política imperial que también defendieron los presidentes blancos, porque la burguesía no tiene raza sino intereses e ideología.

Quiera Dios, o Elegguá, que abre los caminos, que cuando los cubanos tengamos que elegir un presidente en 2018, no pensemos en el color de su piel, sea esta del color que sea, sino en el hombre que está cubriéndose con ella y, sobre todo, en lo que ese hombre tenga en la cabeza.

(Tomado del blog Segunda Cita)

Se han publicado 198 comentarios



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  • Fanfarron dijo:

    Una frase resume todo lo que se diga aqui, se dijo en Playa Girón, cuando el ejercito armado y entrenado por los yanquis fue derrotado en menos de 72 horas, por un os milicianos dentro de los cuales habia una una gran participacion de negros, de muchos negros, pobres, muy pobres, pero con muchisima verguenza.
    Al ver a un negro entre los mercenarios alguien exclamó en forma de pregunta!? y que hace este negro aquí?!!!!!!

  • Pedro dijo:

    Con Amigos como Zurbano no hacen falta enemigos, escogió mal el escenario para hacer sus comentarios o decir lo que siente de verdad y no ha tenido el valor de decirlo en Cuba.

  • Angeles dijo:

    Saludos, el oportunismo no tiene color. Y cuantas causas justas encuentran defensores de la estirpe de este señor que al parecer perdio el rumbo, Dios lo perdone

  • Rafael Rodriguez dijo:

    No nos llamemos a engano, en cuba el partido y el gobierno han luchado contra el racismo que SI EXISTE, sino por que en muchas ocasiones se ha orientado que un crecimiento al partido tiene que tener una proporcionde negros? por que e la conformacion de cualquier conglomerado de cualquier nivel politico o social se exige exista un porciento de negro?, estas orientaciones se han tenido que hacer pues si no era asi esos por cientos serian onfimo, es una realidad queen la mente de muchos aun hay racismo y algunos lo han demostrado en su micromundo, en su empresa taller , etc, en cualqier lugar esto ha existido y gracias a la politica de la revolucion no se considera relevante PERO SI EXISTE. otra cosa es sacar nuestros trapos a cojer sol en otros paises y mucho menos en EEUU, eso es otra cosa.

  • Víctor Hugo Parés Lores dijo:

    CUANDO TE PAREZCA MUCHA

    Quien sabe de inmensa lucha
    que el vecino cruel provoca,

    nos niega al callar su boca
    o hacerse el sordo, si escucha.

    Cuando te parezca mucha
    la cuota que tú has pagado,

    mira siempre hacia el pasado
    para ver la diferencia:

    otros dieron la existencia
    como pago adelantado.

    ¿POR QUÉ ME SIENTO CUBANO?

    Siempre me siento cubano
    y habanero, porque soy
    la mezcla de mucho y voy
    sin monedas, pero humano.

    Porque mi amigo es hermano
    con muy diversos colores,

    yo me duermo sin temores
    ojo abierto a la injusticia,

    soy capaz de una caricia
    y de otras cosas mayores.

  • Jorge Luis Rodriguez Newell dijo:

    Soy medico,negro,he cumplido varia misiones internacionalista,proveniente de padres pobres ,yo me pregunto zumbano tu cree que tu ensayito publicado en ese periodico,te llena de merito y defensor de nuestra raza negra .yo creo que no.
    quien libero del el coliniamismo racista angola,nambia y sudafrica la revolucion cubana .no fue el pais donde tu publicaste tu ensayito.ahora viene tu zumbano con tu esayito bien pagado,que lo publica para despretigiar nuestro pais,ese el juego de esa prensa ,tu ingnorancia historica,la ansia money-money donde hace perder la cabeza tu cabeza zumbano
    Soy negro zumbano,recuerda que el vecino ,USA.Lo tiene bloqueado economicamente hace medio siglo,a blanco,negro,mestizo, que desrimizacion tan cruel zumbano.Valentia-honestidad-modestia-desinteres es luchar contra la descriminacion racial de eso individuos que tiene la mente prejuciada y racista ,pero zumbano aqui ,en cuba ,dentro y en el centro nuestro sistema socialista,no alla en norte yanqui,que siempre quiere joder a cuba

  • Alejandro dijo:

    Por favor que alguien me diga si ya este libro se ha publicado en nuestras librerias, les invito a leer, usar este enlace para comprender mejor nuestra sociedad, saludos.
    http://www.cubadebate.cu/especiales/2012/02/08/zuleica-romay-ese-libro-fue-creciendo-dentro-de-mi-desde-que-naci/

  • Ivan Garcia Gutierrez dijo:

    Para los negros en Cuba la Revolución no ha comenzado aún

    Roberto Zurbano / La Habana

    Publicado en marzo 23 de 2013

    La últimas noticias salidas de Cuba se refieren a los cambios, aunque esto es más un sueño que una realidad para los afrocubanos como yo. A lo largo de la última década, han sido abolidas muchas prohibiciones ridículas para los cubanos que viven en la Isla, como dormir en un hotel, comprar un celular, vender una casa o un automóvil y viajar al extranjero. Estos gestos han sido celebrados como signos de aperturas y reforma, aunque en realidad solo son esfuerzos para normalizar la vida. La realidad es que en Cuba tu experiencia de estos cambios depende del color de tu piel.

    El sector privado goza ahora en Cuba de cierto grado de liberalización económica, pero los negros no estamos en posición ventajosa para aprovecharnos de ello. Heredamos más de tres siglos de esclavitud durante la era colonial española. La exclusión racial continuó después de la independencia de Cuba en 1902, y medio siglo de Revolución desde 1959 ha sido incapaz de superarla.

    En los primeros años de la década de los 90, después del fin de la Guerra Fría, Fidel Castro se embarcó en reformas económicas que continúa Raúl, su hermano y sucesor. Cuba había perdido su mayor benefactor, la Unión Soviética, y cayó en una profunda recesión que se conoció como el “periodo especial”. Había frecuentes apagones. El transporte público apenas funcionaba. La comida escaseaba. Para encauzar el descontento, el gobierno dividió la economía en dos sectores: uno para el negocio privado y las empresas de orientación extranjera, esencialmente autorizadas a negociar en dólares estadunidenses; y otro que continuaba el viejo orden socialista centrado en puestos gubernamentales de trabajo con un promedio de 20 dólares mensuales.

    Es cierto que los cubanos tienen aún una fuerte red de seguridad: la mayoría no paga alquiler, y la educación y la salud son gratuitas. Pero la divergencia económica creó dos realidades contrastantes que persisten hoy en día. La primera es la de los cubanos blancos, que han equilibrado sus recursos, para entrar en la nueva economía de mercado y cosechar los beneficios de un socialismo supuestamente más abierto. La otra realidad es la de la pluralidad negra, que fue testigo de la desaparición de la utopía socialista en los sectores más desprovistos de la Isla.

    La mayor parte de las remesas del exterior —principalmente del área de Miami, centro neurálgico de la comunidad de exiliados mayormente blancos— va a cubanos blancos. Tienden a vivir en mejores casas, que pueden ser convertidas fácilmente en restoranes o alojamientos con desayuno —el modo más común de negocio privado en Cuba—. Los cubanos negros tienen menos propiedades y dinero, y además han tenido que lidiar con el racismo imperante. Era frecuente no hace mucho que los administradores de hoteles, por ejemplo, contrataran solo empleomanía blanca para no ofender la supuesta sensibilidad de su clientela europea.

    Este tipo de racismo escandaloso se ha vuelto socialmente menos aceptable, pero los negros son aún tristemente poco representados en el turismo —probablemente el sector más lucrativo de la economía—, y es mucho menos probable que posean sus propios negocios que los blancos. Raúl Castro ha reconocido la persistencia del racismo, y ha tenido éxito en algunas áreas (hay más maestros y diputados negros en la asamblea nacional), pero falta mucho por hacer para enfrentar la desigualdad estructural y el prejuicio racial que aún excluye a los afrocubanos de los beneficios de la liberalización.

    El racismo en Cuba ha sido ocultado y reforzado en parte porque no se habla de él. El gobierno no ha permitido que el prejuicio racial sea debatido y confrontado política o culturalmente, pretendiendo a menudo, en ocasiones, que no existe. Antes de la década del 90, los cubanos negros sufrían una parálisis de movilidad económica mientras, paradójicamente, el gobierno decretaba el fin del racismo en los espectáculos y publicaciones. Cuestionar la extensión del progreso racial equivalía a un acto contrarrevolucionario. Esto hizo casi imposible señalar lo obvio: el racismo está vivo y saludable.

    Si los años 60, la primera década después de la Revolución, significaron oportunidad para todos, las décadas que siguieron demostraron que no todo el mundo podía tener acceso al beneficio de tales oportunidades. Es cierto que la década de los 80 produjo una generación de profesionales negros, como médicos y maestros, pero estas ganancias disminuyeron en la década de los 90, cuando los negros fueron excluidos de sectores lucrativos como la hotelería. Ahora, en el siglo XXI, se hace muy visible que la población negra está poco representada en universidades y en espacios de poder económico y político, y sobrerrepresentada en la economía subterránea, en la esfera criminal y en los barrios marginales.

    Raúl Castro ha anunciado que cesará en la presidencia en 2018. Espero que para entonces, en Cuba el movimiento antirracista habrá crecido, tanto legal como logísticamente, de modo que pueda traer soluciones que durante tanto tiempo han sido prometidas y esperadas por cubanos negros.

    Un primer paso importante sería lograr finalmente un conteo oficial de afrocubanos. La población negra de Cuba es mucho mayor que los números espurios de los recientes censos. El número de negros en la calle subraya obviamente el fraude numérico que nos coloca con menos de un quinto de la población. Muchas personas olvidan que en Cuba una gota de sangre blanca puede —aunque solo en el papel— hacer un mestizo o una persona blanca de alguien que en la realidad social no cae en ninguna de estas categorías. Aquí, los matices que gobiernan el color de la piel son una tragicomedia que oculta conflictos raciales de larga existencia.

    El fin del gobierno de los Castro significará el fin de una era en la política cubana. No es realista esperar un presidente negro, dada la insuficiente conciencia racial en la Isla. Pero cuando Raúl Castro deje el puesto, Cuba será un lugar muy distinto. Solo podemos esperar que mujeres, negros y jóvenes serán capaces de ayudar a guiar a la nación hacia una mejor equidad de oportunidad y al logro de ciudadanía plena para cubanos de todos los colores.

    Traducido del español por Kristina Cordero.

  • Taquechel dijo:

    Discriminados desde el punto de vista racial no hemos sido solo nosotros los negros, los chinos (amarillos), los propios indios norteamericanos también han sufrido eso. Racistas ha habido y hay muchos en el mundo, tan racistas como los norteamericanos lo son los ingleses, los alemanes, los franceses, etc; recuerden esto: El Aparthei lo llevaron a Sudáfrica los ingleses, la segunda guerra mundial la provocaron los alemanes entre otros intereses por sus pretendidas ideas de la superioridad Aria.
    En Cuba gracias a Dios a partir de 1959 esas ideas a nivel institucional desaparecieron y se trabaja fuerte por educarnos y concientizarnos en el principio de que lo que hace valioso a un ser humano, no es ni el color de su piel, ni su riqueza material, sino su formación espiritual y sentimental.
    Esta claro que el señor Zurbano lo que busca es protagonismo al estilo cubano americano.
    El racismo que hoy padecemos en Cuba se relaciona con la formación familiar que hemos recibido de nuestros padres, o sea que es un mal individual, personal., muy real y caracterizado por un profundo machismo:
    Ejemplo: Vayan a un parque y paseen a dos parejas mixtas, me explico, una formada por un hombre blanco y una mujer negra, la otra por un hombre negro y una mujer blanca.
    Verán que la negra con el blanco pasa desapercibida, ahora la del negro con la blanca va hacerse notar por el huracán de horrores, ofensas y barbaridades que va a generar.

  • Ivan Garcia Gutierrez dijo:

    Zurbano hace rato no pertenece a la UNEAC, segun nota de esta organizacion

  • tonyFox dijo:

    Profesor Guillermo Rodríguez Rivera, estoy de acuerdo con todo lo que expresa o más bien, responde a Zurbano.
    No voy a hacer alusión al artículo de Zurbano porque realmente me resulta desde el punto de vista intelectual muy pobre, tomando en cuenta el currículo del autor. Más bien, me parece salido de un “encargo” que originario de un estudio objetivo.
    Creo que este tema del “racismo en Cuba” debe ser hablado, conversado, discutido abiertamente en todos los colectivos, con todos los CUBANOS.
    Hace tiempo me viene llamando la atención este asunto porque veo a ciertos cubanos, intelectuales sobre todo, refiriéndose al racismo en Cuba. Y si bien coincido con el criterio de que existen manifestaciones racistas o prejuicios raciales por parte de un grupo poblacional, y que aún nos queda bastante por hacer en el tema racial, pienso que esta corriente actual es importación nata.
    Pudiera estar equivocado, pero me resulta sospechoso el surgimiento de este tema. Porque si la Revolución ha perdurado hasta nuestro días ha sido en lo fundamental, gracias a la UNIDAD de su pueblo, contra la que no han podido los poderosos. Qué casualidad!!! Y ahora aparece este tema que muy bien colado y promovido podría crear el caldo de cultivo para una futura desunión y quebrantamiento de esa Unidad. El enemigo es astuto, muy astuto.
    Me llama sumamente la atención el propio término con que ya se están definiendo estas personas: “afrocubanos”.
    Ese para mí, es un término excluyente, despectivo y racista. De cuando acá, a los negros y mulatos cubanos les ha importado definirse como afrocubano o afrodescendientes? Jamás. Siempre hemos sido CUBANOS.
    Para terminar, quiero hacerle una sencilla pregunta a estos nuevos antropólogos, sociólogos o como quieran llamarse estos devotos de la corriente escisionista: Mi color de piel es blanca, pero por mis venas corre y a mucha honra, sangre africana también, la misma que le corría a mi abuela paterna y bisabuela y por ahí pa´lla, entonces, como me clasificarían?

    • Bepsi dijo:

      Muy sospechosa la génesis de este articulo del señor Zurbano que ahora pretende al estilo de EEUU hablar en Cuba de afroamericanos. El racismo que aún persiste en Cuba es producto de la educación en el seno de unas pocas familias, porque en revolución no se ha aceptado la presencia de estas manifestaciones a niveles institucionales. Segura estoy de que no surgió este artículo de un sentimiento o necesidad de expresión le deben haber pagado muy bien para que escribiera semejante engaño, que no quepa duda que el fondo que persigue es desunir , desestabilizar y empañar a la revolución y es parte de la guerra psicológica que se trama en el Imperio . Para que alguien como él haya llegado tan lejos, sabrán los que lo conocen a cuantos "blancos" habrá pisoteado con esa personalidad tan enfermiza. Porque nosotros los cubanos hace mucho rato que estamos bien mezclados, negro lo que se dice negro sin mezcla no creo que haya y blanco mucho menos, el que no tiene de congo tiene de carabalí.

  • Zugor Seg. dijo:

    Continuando con el análisis de lo “dicho” por Zurbano, y otros… Yo no tengo animo de ofender, lo digo de corazón, a pesar de que el, Zurbano, si lo hace, y de que manera, a la Revolución, al pueblo, a la Patria. Pero ¿hay cosa mas estúpida que esta? La mayor parte de las remesas del exterior —principalmente del área de Miami, centro neurálgico de la comunidad de exiliados mayormente blancos— va a cubanos blancos. Acusa de racismo a Cuba y sus instituciones “oficialistas” (dicho sea de paso y como enriquecimiento del intelecto, OFICIALISMO. m. Am. Conjunto de hombres de un gobierno. || 2. Am. Conjunto de tendencias o fuerzas políticas que apoyan al Gobierno, por lo que a mucha honra y solaz mío, ¡SOY OFICIALISTA!) y si es cierto lo que EL afirma, entonces ¿los racistas no son los “blancos” de Miami, que esta en Usa? ¿Para que mezcla el c..o con la llovizna? (con perdón del delicado sentido de algunos foristas que se escandalizan por oír verdades).
    Se ha leído varias veces la palabra “descalificación” en varios comentarios, sobre todo por opiniones de foristas, que no han “gustado” a otros. Este foro es para eso, para expresar opiniones, debatir rebatir y polemizar, siempre con la razón por delante, con dogmas incluso, pues el dogma forma parte de las revelaciones de Dios hechas por Jesucristo a los hombres, ¡y nadie se escandaliza por ello!
    Ya veremos que opiniones prevalecen, y juzgaran los demás las razones o sinrazones que se expresen. Como ahora, que unos mas, otros menos, pero la aplastante mayoría esta convencida de que lo expresado en ese “articulejo” (y lo llamo así porque ese es mi criterio de algo que se “hace eco” de mentiras), no es mas que la “decoloración” política de un oportunista, por cambio de dirección hacia el “viento del Norte”. De esos marcos pérez ya hemos visto algunos mas, negros como este y su alma, como señalo ya un forista.

  • Entiemporeal dijo:

    Leí el artículo y considero que no es étnico sino político, esta más encaminado al racismo que a la lucha en contra de él.
    No podemos ser ingenuos. Esta bien claro el mensaje crear masa critica escondido en un supuesto conflicto étnico buscando una matriz de opinión política que llame la atención y recibir el favor de los gringos.
    En Cuba la mal llamada disidencia ha carecido de liderazgo y credibilidad. OJO, OJO Se puede estar tratando de fabricar un líder; tiempo al tiempo veremos.

  • Ama dijo:

    En principio, respeto los criterios de cada persona, pero haciendo memoria, este tema me parece haberlo leido y visto varias veces en muchas publicaciones cubanas como Bohemia, JR, en los varios medios de prensa etc. y lo que él dice en su comentario, a pesar de que pueda ser cierto y deba constituir un llamado de alerta de acuerdo a las circunstancias y tendencias actuales de nuestra sociedad, con mi mayor respeto, me parece mas que una crítica, una busqueda de reconocimiento de una persona falta de autoestima, algo inexplicable para su caso, con tantos títulos y galardones alcanzados.
    La crítica la considero muy necesaria y de hecho en este sitio se emiten muchos criterios sobre múltiples temas, pero cuando veo que se prefiere el "The New York Times" y no un medio cubano, no se porqué me llega a la mente una frase, que dijo un emperador romano hace muchos años "Roma paga a los traidores, pero los desprecia".

  • Marta de Cuba dijo:

    Lyonel:

    Eres la madre gallina de todos los gallos locos de aquí. Por lo menos tenemos agallas (seamos hembras o varones) de escribir lo que pensamos, todo lo contrario de tí.
    Coincido y apoyo a los foristas que me han antecedido y leí los artículos y realmente da pena lo que este señor Zumbado escribe. Si hay alguien racista en esta película es el flamante Zumbado.
    Felicito al profesor Guillermo.
    AH, soy negra, y a mucha honra y orgullo, nací con la Revolución.

  • Lissette Ftes dijo:

    Hay comentarios que dan gracia pero otros dan pena.Vamos por parte,una cosa es que gobierno cubano proclame la igualdad y otra que todos seamos iguales,las diferencias existieron,existen y existirán,desde el momento en punto que tu casa es mejor que la mía,que ganas divisa y yo no,que tienes familia que te mande remesas y yo no,tienes carro y yo ando en guagua,etc,hay diferencias sociales,comenzamos a mirarnos diferente y aunque el estado desee la igualdad no es tan asi porque el status diferente crea diferencia y desigualdad.La discriminación no se manifiesta solamente ante las razas sino ante los status sociales,los géneros,gustos y comportamientos sexuales.Dicen que no hay racismo,sin embargo,una por allá dice ser casi blanca con abuela negra.Que es eso?si tu abuela es negra tu no eres casi nada eres mestiza como todos en Cuba,aquí no hay blancos puros,otra que si es jabá,otro que si es negro,eso es otra manera de manifestar el racismo.
    En Cuba si hay racismo porque está en la mente de muchas personas,eso no se quita por el deseo del estado,recuerden que el ser humano no solo se forma en la escuela,talvez tu maestra te enseñó a jugar con tu compañerito negro pero al llegar a casa,tu mamá te dijo que ni te acerques al negrito de enfrente.Creciste y te gustó la negrita de la esquina pero al verte tu abuela se le erizaron los pelos y te dijo que no te atrevieras a llevarla a la casa.Eso sucede señores,quieran o no sucede y es racismo,no tiene otro nombre.

  • Link dijo:

    Para los que piden el artículo de Zurbano: en el tercer párrafo del texto de Rodríguez Rivera hay un link que lleva a La Jiribilla, y ahí se puede leer completo. Quizás Cubadebate debió destacarlo más, pero ahí está.

    Por si todavía no lo ven, es este: http://www.lajiribilla.cu/2013/n621_03/new_york_times.htm

  • Hades dijo:

    Acabo de leer el artículo del Señor Zurbano y creeme este tipo no es nada ingenuo, ha utlizado el lenguaje desgatado de la mafia anticubana, no solo dice grandes mentiras sino que se refiere a nuestro gobierno revolucionario y a nuestros líderes como "los Castros", palabrita muy utilizada en Miami. El verdadero racista es este compañero, soy amigo de muchos negros, mis mejores amigos son negros y para nada se sienten tan discriminado como este hombre. este hombre o se a unido al otro bando o tiene un ataque de complejo e inferioridad.

  • ABC dijo:

    Esto es parte de una campaña divisionista del Imperio para lo cual se prestó Zobrano, se prestó para ser un chivo expiatorio, Roma paga a los traidores pero lo detesta.Después apareceran los Españocubano, como ahora los Afrocubano.

  • YOSVANY dijo:

    Miren el comentario que puso Dalia Soto en un artículo publicado hoyu mismo en cubadebate que se titula :Afrodescendientes cubanos llegan a California; muren lo que puso:

    --Dalia Soto: verdad que los negros son feos caballero,algunos seran buena gente pero la verdad son requetefeos.

  • vicente dijo:

    Menos mal Rivera que al menos esta vez estas del lado de los pobres de la tierra

  • Giordan Rodríguez Milanés dijo:

    Ciertamente, resulta utópico pensar que un país cuya cultura es heredera de la potencia europea quizás más conservadora y discriminatoria de todas las metropolis, España... resulta utópico pensar que fuera a eliminar completamente el racismo en cincuenta y tantos años de Revoución... ¿Hay manifestaciones de racismo en Cuba? Por supuesto. Lo que parece una soberana estupidez de Zurbano, con toda su pretendida erudicción sobre el tema, afirmar así tan ramplonamente que la Revolución no llegó para los negros en Cuba. ¿No se da cuenta Zurbano que la Revolución llegó para él? ¿Es que hubiera podido ser respetado y jerarquizado como intelectual si no hubiera triunfado la Revolución? ¿De qué Casa de las Américas hubiera sido Zurbano director editorial sin la Revolución? ¿Habría que ver si Zurbano -negro, intelectual de una organización de izquierda como es la UNEAC-, hubiera podido ir a los Medios de la derecha de Miami, a decir sus opiniones sobre el racismo en Cuba sino tuviéramos esta Revolución, y si esta Revolución no fuera atacada por una porción podrida de una comunidad emigrada fundamentalmente por razones económicas... habría que ver si Zurbano fuera el tipo, negro, sí, tan importante para esa porción podrida al servicio de las intenciones neocoloniales de los Estados Unidos? ¿No estudió historia Zurbano sumido en sus ensayos literarios? ¿No aprendió que la alta burguesía cubana de antes del 59 -me refiero a la más rancia y pro-batistiana-, fue -es- la más racista no sólo contra el negro, sino contra cualquiera que pusiera en peligro sus privilegios y que fue esa burguesía rancia la que fundó el imperio mediático y mafioso al que ahora Zurbano hace honores con su erudicción?
    ¿Se le olvidó Martí a Zurbano? "Dígase hombre y se dirán todas las razas" Y la otra pregunta, la que más me martilla y me hace dudar de la erudicción y la estatura intelectual de este ensayista nuestro: ¿Por qué se va a Miami a enrarecer el tema -no podría usar el término, debatir porque allí no se debate-, Zurbano? ¿Es que no ha podido debatirlo en los espacios de la UNEAC o la propia Casa de las Américas? ¿Por qué no le escribió al GRANMA aunque fuera para mortificar un poco a Lázaro Barredo -si fuera el caso de que aquí no se quisiera debatir el tema del racismo- ¿Por qué Zurbano no se planta aquí, en su Cuba, en pleno ejericio de la libertad que todo intelectual cubano debería ejercitar cualquiera que fueran las consecuencias personales, sea o no miembro de la UNEAC? Yo lo hubiera invitado a hablar del asunto en la revista cultural que dirijo en Radio Granma en Manzanillo. ¿Por qué va corriendo Zurbano como un conejito asustado -bueno, pido perdón si lo ofendo con lo de conejo, por lo del color, lo digo- a ejercitar su albedrío bajo la bota del tio Sam? ¿Es que aquellos nos van a resolver el problema del racismo en Cuba? Ah, y quien escribe estas líneas es hijo de negra con jabao, nieto de un descendiente de canario, por un lado, y presumiblemente de una Lucumí, por el otro. Y salí mesticito... ¿A quién le voy, según Zurbano?
    Tengo la respuesta: LE VOY A CUBA, e irle a Cuba significa NO IR A MIAMI A BUSCAR SOLUCIONES QUE SÓLO NOS COMPETEN A LOS CUBANOS, y que si los cubanos de Miami o de cualquier otra parte de mundo quisieran ayudar a encontrar, bien podrían venir aquí, a nuestros escenarios, que es en un final donde están las problemáticas.
    Zurbano peca entonces de una ingenuidad política sorprendente en un intelectual d su talla, porque no quisiera pensar que es un asunto de sivengüenzura, vaya.

  • mary gabif dijo:

    y el Sr. Zurbano es vicepresidente de la UNEAC????? Despues dicen que no hay pluralismo de opinion en Cuba, le ronca el mango, aun cuando este vicepresidente de la UNEAC haya dicho una sarta de mentiras y frases de impacto mediaticos con el mismo estilo de la Yoani. Claro, decir otra cosa no le daria plana en el The New York Times.

    Ojo con este tipo de gente que son los que el enemigo los tiene en lista para su soñada transicion.

  • mary gabif dijo:

    Este Zurbano no es ingenuo, su articulo o entrevista al NYT es complaciente con un medio que busca este tipo de comentarios contra Cuba, con un porciento de realidad y un mar de criticas.

  • Santiaguero dijo:

    EL ZURBANO SE ACABA DE DECLARAR ENEMIGO DE LA REVOLUCIÓN Y SUS LOGROS, ESPERO QUE LO BOTEN DESHONROSAMENTE DEL LUGAR EN QUE OCUPE UN PUESTO Y QUE SIGA ESCRIBIENDO PARA EL MEW YORK TIME.

  • Jose dijo:

    Que manera de hablar mierda

  • Yiya dijo:

    CMP,
    Así me siento yo, casi blanca y casi negra, y sobre todo Cubana y GUANTANAMERA!!
    Con una altísima autoestiiiimaaaaaaaaaaa.
    Reverencio a mi abuela y a mi familia, a todos los que me educaron en eso: querer, comprender, respetar, escuchar, aprender, compartir lo que tenemos, estudiar, superarse. Reverencio a mi Comandante y a Raúl que nos han hecho ricos de sentimiento y pasión, a Martí y a Maceo y a tantos que lo dieron todo por el hoy y el mañana.
    En fin soy feliz, soy una mujer feliz y plena, también mi multicolor familia lo es y tantos y tantos amigos, vecinos,conocidos y desconocidos.
    Somos felices y lo seremos, a pesar de ciertos Zurbanos y también a pesar de algunos que quieren pensar y/o sentir por nosotros.
    Gracias.

  • Barbara dijo:

    Se está moviendo bastante la opinión aquí. La blogosfera cubana tiene varios post con el tema. Este del profesor apareció en el blog Segunda Cita de Silvio y también allí ha generado muchos comentarios.
    Pero, dónde está Zurbano? es que acaso no se ha enterado?

  • JLE dijo:

    Zurbano, usted debe saber que la Cultura es Lanza y Escudo de la Revolución, todo lo que hacen los intelectuales cubanos, que viven en Cuba, es para dejar evidencia de este hermoso proceso que estamos viviendo, que no es perfecto, pero es el que vivo, usted debería divulgar, fomentar, explicar y aclarar este proceso en el mundo, no crear confusiones, no entiendo qué carajo hace usted dando unas declaraciones tan escandalosas y que propicien cintillos en la prensa opositora como el que “para los negros cubanos, la revolución no ha comenzado”. Es realmente usted negro, CUBANO y REVOLUCIONARIO, porque si es así usted fue a las escuelas que tiene el sistema de Educación en mi Cuba linda, desde la primaria hasta la universidad, junto con los blancos, mestizos, negros, chinos y javaos, y todo sin costo alguno y con todos los beneficios que ello implica. Me contaba mi abuelo que antes del año 1959 el negro no valía un kilo prieto, que nacía para trabajar en los cañaverales,que no podía ir a la escuela, no podía enfermarse, no podía participar en las fiestas que daban en los círculos sociales, ni podían ir a las playas porque eran para los blancos y casarse un negro con una blanca, por favor, ni hablar. El profesor Guillermo fue preciso y le doy las gracias por esta hermosa aclaración, pero si tienes dudas de lo que hemos avanzado los negros en Cuba, te invito a visitar los barrios cañeros de mi Holguín,para que conozcas a Licenciados, Ingenieros, Médicos, Master y Doctores en Ciencias más negros que el fondo del caldero que se pone en un fogón de leña.

  • CARMITA dijo:

    Y SI NO LLEGO PARA LOS NEGROS EN CUBA, PARA QUIEN LLEGO, EL NO ES NEGRO? HAY QUE AGUANTAR CADA COSA

Se han publicado 198 comentarios



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Guillermo Rodríguez Rivera

Guillermo Rodríguez Rivera

Escritor cubano nacido en 1943. Su producción incluye poesía, novelas como "El cuarto círculo" (1976, en coautoría con Luis Rogelio Nogueras) y ensayos como "Por el camino de la mar. Los cubanos" (2005).

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