Imprimir
Inicio »Opinión, Sociedad  »

Celiar Silva Rehermann, un uruguayo cubano y gran matemático, que estaría cumpliendo 100 años de vida

| 11

Celiar Silva Rehermann. Foto: Cortesía de Néstor del Prado

Poder escribir sobre la vida y la obra de matemáticos en ocasión centenaria es un motivo de satisfacción, compromiso y responsabilidad, sobre todo cuando lo hacemos desde vivencias y relaciones profesionales y personales. Así sucedió en los casos de los ilustres ‘matemáticos cubanos Raimundo Reguera Vilar y Luis J. Davidson San Juan en el 2021. Ahora será sobre un matemático uruguayo-cubano, nacido el 4 de noviembre de 1922, y que fue mi primer director de la carrera de Licenciatura en Matemática, que inicié en octubre de 1966.

El pasado 31 de octubre de 2022, se realizó un importante encuentro en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, en ocasión del Día del matemático cubano.

Allí se rindió homenaje póstumo a cuatro destacados matemáticos; se reconoció a estudiantes universitarios ganadores de olimpiadas de Cuba y de Iberoamérica. También se rememoró el 60 aniversario de la Carrera de Licenciatura Matemática y el 50 de Ciencias de la Computación.

La Rectora de la Universidad de La Habana, Dra. C Miriam Nicado y también matemática, dijo palabras finales que estoy seguro nos llegaron hondo a los allí presentes.

Luis Carlos Silva Alcaguer. Foto: Cortesía de Néstor del Prado

No es mi intención hacer un reportaje del acto, eso es tarea de la Universidad de La Habana o de la Sociedad Cubana de Matemática y Computación que fueron los que auspiciaron tan maravillosa actividad. No obstante algunas cosas comentaré por su impacto en mi vida emocional.

Intentaré que en el artículo aparezcan fotos que tienen un alto significado para mí. Me encontré con colegas que hace mucho tiempo no abrazaba en vivo y en directo, y no reconocí a varios que saludé con la típica educación formal. Les pido perdón por no haberlos reconocidos, en algunos casos pasaron más de 40 años sin vernos, y no es que estén muy envejecidos, es que seguramente mi memoria gráfica de entonces me jugó una mala pasada.

Mi objetivo principal es compartir con los lectores de Cubadebate lo que me tocó a mí realizar en dicha actividad: pronunciar las palabras de elogio al Dr. C. Celiar Silva Rehermann. Me solicitaron con suficiente tiempo esa honrosa misión, y traté de prepararme lo mejor posible. Conté con la decisiva ayuda del hijo de Celiar, el destacado científico cubano Luis Carlos Silva Aycaguer, y del compañero Luis Ramiro Piñeiro.

Querida Rectora, amiga y colega matemática
Querido Luís Ramiro
Querido decano Guinovart
Compañeras y compañeros:
Agradezco a Luis Ramiro Piñeiro Díaz presidente de la Sociedad Cubana de Matemática y Computación, que me haya invitado a decir las palabras de homenaje al profesor de mérito de la Universidad de La Habana, Celiar Silva Rehermann, en el año de su centenario.

Hablar sobre la vida y la obra de una persona que estuvo activo hasta casi sus 78 años, es algo muy serio, sobre todo para hacerlo en menos de 900 segundos, y escojo esa unidad de medida para tener la ilusión de que dispongo de más tiempo.

Celiar nació en Tacuarembó, Uruguay, el 4 de noviembre de 1922, estamos a 4 días de su centenario.
Permaneció en Cuba en dos períodos, el primero de 1961 a 1969 y el segundo desde 1976 hasta su fallecimiento, el 29 de septiembre de 2000.

Durante la primera etapa trabajó en la Facultad de Ciencias de la Universidad de La Habana en calidad de Profesor Titular, impartiendo cursos para profesores y estudiantes en la antigua carrera de Ciencias Físico Matemáticas.

Es justo destacar el papel jugado por el Dr. Silva durante la creación de la carrera de Licenciatura en Matemática en la Universidad de La Habana (1962), no sólo impartiendo cursos de las más diversas disciplinas sino también desarrollando importantes responsabilidades como la de Director de la Escuela de Matemática de la Facultad de Ciencias desde 1963 a 1968, en un momento en que el claustro de la Universidad de la Habana se había debilitado significativamente debido al éxodo de sus catedráticos hacia los Estados Unidos de América después del triunfo de la Revolución Cubana.

En 1962 colaboró en la organización de la Milicia Revolucionaria y del Sindicato en la citada Escuela de Matemática.

Durante años y hasta su regreso a Uruguay fue Jefe de Pelotón de la Milicia en la Universidad, participando en todas las maniobras y movilizaciones convocadas, en especial las desarrolladas durante la Crisis de Octubre.

Participó en los diferentes trabajos productivos en que intervino la Escuela de Matemática y fue fundador del CDR “Luis de la Puente Uceda”, de El Vedado.

En su segunda etapa en la Universidad de La Habana se desempeñó como Profesor Titular (1976 - 1995), Profesor Consultante (1995 - 1998) y Profesor de Mérito a partir de 1998. En 1992 le fue otorgada la condición de “Miembro de Honor de la Cátedra Dulce María Escalona” del Instituto Superior Pedagógico “Enrique José Varona”.

Fue Miembro Fundador de la Sociedad Cubana de Matemática (1980) y desde 1986 fue Miembro Emérito de dicha Sociedad, presidiendo en diferentes ocasiones los tribunales para el otorgamiento del Premio “Pablo Miquel”.

Participó en diversos eventos científicos donde expuso los resultados de su labor investigativa. Como fruto de su experiencia didáctica y su trabajo científico, publicó más de 40 artículos en revistas de diversos países latinoamericanos y europeos, 6 libros (algunos de los cuales han sido reeditados en varias ocasiones), 3 folletos y una monografía.

Teniendo en cuenta su reconocida calificación científica y la fructífera labor desarrollada durante años en la Enseñanza Superior, la Comisión Nacional Cubana de Grado Científico le otorgó por vía directa en 1984 el grado de Doctor en Ciencias Matemáticas.

Celiar Silva desde muy temprana edad militó en organizaciones políticas y revolucionarias de la izquierda uruguaya, habiendo sido dirigente de organizaciones estudiantiles y de movimientos Antinazis y de Ayuda a España Leal.

Fue militante del Partido Comunista Uruguayo y co-fundador de la Directiva del Comité de Apoyo a la Revolución Cubana.

Por su destacada trayectoria docente, científica y revolucionaria el Dr. Silva fue acreedor de múltiples reconocimientos y condecoraciones, entre la que se destacan la Distinción por el 270 Aniversario de la Universidad de La Habana, la Orden “Rafael María de Mendive” otorgada por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, la Ciencia y el Deporte y la Orden “Frank País” otorgada por el Consejo de Estado de la República de Cuba.

Las palabras que a continuación comparto fueron dichas por el profesor Celiar, en ocasión de su investidura como Profesor de Mérito de la UH, en este propio recinto, hace 23 años. Los que tuvimos el honor de conocerlo y tenemos buena memoria auditiva, reconoceremos la legitimidad de su prosa.

“Al aceptar la generosa distinción que me otorgan, no ignoro que ésta quizás exceda mis merecimientos. Buena medida de la desproporción puede dármela el recuerdo de memorables comparecencias en este mismo recinto, así como la valoración del sentido de reliquias que conserva, esta casi tricentenaria Universidad con respecto a la cual me permito honrarme incluyéndome en el plural al decir nuestra. Más que el simbolismo del marmóreo cenotafio o de la mascarilla transportada recientemente por juvenil solidaridad mejicana, creo que importa el culto activo del independentismo de Félix Varela (a quien Martí llamó "patriota entero") y la condigna continuación de la precursora obra revolucionaria de Mella y su entrañable compañero Villena.

Y para mí lo más honroso, y entrañable recuerdo íntimo: No aquí en este magno paraninfo, sino en nuestra propia Escuela de Matemática. Me refiero a un encuentro personal y plática privada con Ernesto Guevara, poco tiempo antes de que el Guerrillero heroico emprendiera su acción por otras tierras.

Además del alcance personal, no puedo dejar de advertir cierto sentido generosamente internacionalista de la distinción que hoy recibo. Verdad es que más de una vez me he definido como "uruguayo-cubano". Lo primero, por algo más que por el mero nacimiento en aquella tierra, aunque no olvido los caudalosos ríos y generoso monte de mi Tacuarembó natal en mis primeras andanzas de inquieto adolescente.

Lo de cubano, tomándome esa libertad al margen de aspectos legales, por profunda identificación ideológica, y la permanencia codo a codo con ustedes durante varias décadas. Por lo demás, me place recordar que no han faltado oportunidades de representar a Cuba en importantes eventos científicos internacionales.

Pero a decir verdad, más que aquellas identidades que lejos de ocultar resalto con satisfacción, me siento, me he sentido siempre, un internacionalista fiel a mi estirpe garibaldina y al espíritu artiguista configurado en aquel lema del prócer: "la causa de la Humanidad es nuestra causa".

En realidad es obvio que, aun con tres cuartos de siglo encima, la difusión didáctica, ya sea oral o escrita, seguirá seguramente siendo para mí irrenunciable actividad”.
Fin de la cita.

El querido y respetado matemático recientemente fallecido Baldomero Valiño, hizo pública una carta, que vale recordar en algunos de sus párrafos en esta ocasión centenaria.

“Debo confesar que las clases del Profesor Silva produjeron en mí una profunda impresión. Él dominaba profundamente el castellano y era capaz de convertir su exposición de los más difíciles teoremas del Análisis en un derroche de elegancia verbal que me cautivó.

Pensé en abandonar la carrera o procurar mi traslado para el instituto superior pedagógico, como hacían muchos de mis compañeros de trabajo por aquellos años. Estuve ausente durante casi dos semanas, hasta que un día, recibí un recado del Profesor Silva, quien me convocaba para interesarse por mi paradero.

Él me preguntó sobre lo que yo pensaba hacer con mi carrera (que era como preguntarme lo que pensaba yo hacer con mi vida) y en aquella conversación él me persuadió de que yo tenía las aptitudes necesarias para terminarla satisfactoriamente.

Diploma a Celiar Silva. Foto: Cortesía de Néstor del Prado

Fue así como el Profesor Silva me rescató para la Matemática y se convirtió en el responsable de que yo llegara hasta el final de la carrera, siendo capaz de vencer todos los obstáculos”.

Celiar era un hombre muy culto. Me consta que amaba profundamente la música de Vivaldi, porque la primera vez que me fue dado escuchar “Las cuatro estaciones” fue un día de aquellos años 60 en casa de Celiar, quien me había invitado a compartir su almuerzo y las delicias culinarias que le preparaba Esmeralda. Es por eso que cuando Esmeralda me comunicó su decisión de donar los libros de Celiar para nuestra biblioteca, informándome que esa hubiera sido la decisión que él hubiera estimado más entre todas las posibles, me pareció que este hecho no podía pasar sin que dedicáramos aunque sea algunos minutos a recordarlo, como él era en su vida: solidario, íntegro y fiel amigo de Cuba y la Revolución cubana, hasta el día en que sin haber tenido tiempo de pensarlo cerró sus ojos para siempre y nos dejó el ejemplo imperecedero de su vida.
Fin de la cita.

Ahora voy a compartir algunas de mis vivencias junto al profesor Silva

Era el director de la Escuela de Matemática cuando comencé mis estudios en octubre de 1966.

Muy pronto aprendí a admirar a aquel hombre de vasta cultura y enorme dominio de la Matemática, con su acento característico uruguayo al hablar.
Exigente con sus alumnos y consigo mismo

En los elogios suele obviarse los defectos que todo ser humano tiene para confirmar su pertenencia a dicha especie. Hay quienes al recordar no pueden dejar de mencionar lo que les disgustó de su comportamiento. Pero yo acudo a nuestro José Martí. El sol tiene manchas, los desagradecidos hablan de las manchas, los agradecidos hablan de la luz. Yo seguiré hablando de las luces de Celiar.

Recibí algunas clases, y no me perdía sus conferencias, sobre diferentes tópicos de la Matemática.

Desde el mismo primer año de la carrera, ocupé responsabilidades en el Comité de Base de la UJC, y luego en la UJC-FEU, a nivel de Facultad, coincidiendo con Celiar como director de la Escuela.

Néstor del Prado junto a Miguel Katrib. Foto: Cortesía de Néstor del Prado

En varias ocasiones tuve que tratar con él asuntos propios de las relaciones entre los jóvenes y la administración universitaria. Algunas fueron conversaciones tensas, y queda en mi memoria su manera directa de abordar los temas y de criticar lo que consideraba incorrecto. También de reconocer y respetar nuestros criterios y rectificar cuando estimó necesario hacerlo.

Ya en tercer año de la carrera, mis responsabilidades en la UJC-FEU de la Facultad, me llevaron a tener que ausentarme en algunas ocasiones de clases. Siempre conté con su permiso y comprensión. La más complicada fue cuando en 1968, estuve junto al querido Oscar Luis Caballero durante casi un mes, recorriendo los campamentos de la Sierra Maestra, en que se encontraban alumnos y profesores de la Escuela de Geografía, realizando una práctica preprofesional. A mí regreso le conté de aquella maravillosa experiencia, se sintió identificado con mi alegría, sin dejar de advertirme que tenía que ponerme al día en las clases perdidas.

Con el profesor Celiar conversé muchas veces sobre asuntos de política nacional e internacional, y hasta de aspectos puntuales de mis tareas como dirigente juvenil y estudiantil. Les confieso que su capacidad de análisis me fue de mucha utilidad.

Guardo en una parte de fácil acceso en mis libreros, su libro que a menudo consulto, titulado Rudimentos de Matemática Moderna, de Ediciones de Ciencia y Técnica del Instituto Cubano del Libro, impreso en marzo de 1969, con una tirada de 12 000 ejemplares.

Contaré una anécdota algo atrevida, de la que fui testigo en 1968, con el cuidado de no herir sentimientos, y pedir perdón por revelar nombre y hechos seguramente desconocidos por muchos de los aquí presentes.

Entonces su hijo Luis Carlos, aquí con nosotros, no estaba en nuestra Escuela, ya que ingreso en 1969, pero sí su hija Dieva que lo había hecho dos años antes.
Dieva le confesó con cierta ingenuidad y travesura juvenil a un compañero de mi curso, que su papá se ponía muy molesto cuando le decían un apodo, el cual le reveló.

En unas de las movilizaciones de trabajo voluntario en la agricultura; de viernes, sábado y domingo, denominadas 3 por 1, el profesor Celiar participó junto a otros profesores y los estudiantes, creo que en la limpia de plátanos en Quivicán.

Los profesores compartían el mismo albergue de los estudiantes. Pasada las 11 de la noche del sábado y con las luces ya apagadas, se oye una voz disimulada, pero muy alta repitiendo el apodo que Dieva había confesado que a su padre tanto le enfurecía. Realmente yo escuché a dos personas voceando.

El profesor Celiar, nuestro director, reaccionó con enérgico disgusto, encendió las luces del albergue, y ordenó que todos saliéramos y formáramos de ocho en fondo.

Sus palabras fueron de enojo, reclamando que el autor se pusiera al frente de la formación.

Por la UJC-FEU, estábamos al frente de la movilización Oscar Luis Caballero y yo; y el director Celiar nos pidió que nos pusiéramos a su lado, mientras se dirigía a los estudiantes.

Hizo un viril discurso, calificó de cobardía el no reconocer la autoría de esa falta de respeto, y dijo estas palabras que recuerdo como si fuera hoy: “los que se esconden en el anonimato de la masa amorfa, son unos cobardes”

Hubo un silencio sepulcral, nadie se decidió a hablar, y el profesor Celiar nos pidió a Oscar Luis y a mí, que opináramos de aquel hecho. Yo le pedí perdón en nombre de mis compañeros, y Oscar Luís le aseguró que esa indisciplina sería analizada posteriormente.

El director de nuestra Escuela, como muestra de gallardía y caballerosidad expresó que daba por zanjado ese episodio, y que nos fuéramos a descansar, ya que al día siguiente había que volver a los surcos. Ese día sentí gran admiración, por el director, por el matemático, por el profesor Celiar Silva.

Posteriormente, Dieva, que supo del acontecimiento, nos rogó que no dijéramos que había sido ella la informante.

Terminaré mis palabras con un descubrimiento aritmológico asociado a nueve números que marcan día; mes y año de fecha significativas de nuestro director Celiar Silva.

Fecha de nacimiento, fecha de investidura como profesor de mérito (13 de marzo de 1999) y fecha de su muerte
Busqué el dígito numerológico de la suma de cada trío de números

4+13+29=46; 4+6=10; 1+0=1, por tanto el dígito numerológico de los días es 1

Haciendo lo mismo con 11+3+9, obtenemos que el dígito numerológico de los meses es 5

Y con 1922+1999+2000, llegamos al dígito numerológico de los años, el 8.

Los pitagóricos llamaron década o tetractys a los diez primeros números; en consideración a sus propiedades cabalísticas y virtudes mágicas, desarrollaron una aritmología y adjudicaron a cada uno atributos especiales.

El 1
Unidad, generador de todo. Símbolo de la razón suprema, paradigma del bien y la belleza. Dos queridos compañeros Basilio Zubillaga y Carlos Sánchez me contaron de la demostración que durante más de dos horas con razonamiento y belleza, les hizo el profesor Silva de la fórmula de Wallis para calcular el número Pi.
El 5
Símbolo del matrimonio (2+3=5) Menor número cuyo cuadrado es suma de cuadrados (5^2=3^2+4^2). Fruto de su matrimonio con su única esposa, Esmeralda, nacieron un matemático y una experta en computación.
El 8
Símbolo de la amistad y de la reflexión. La carta del compañero Valiño lo confirma.

Gracias uruguayo cubano Celiar Silva Rehermann, por tu vida y tu obra junto a Cuba y su Revolución.
Fin de mis palabras.

He conocido por Luis Carlos Silva que su hermana Dieva leyó mis palabras, se emocionó mucho y decidió compartirlas con sus hijos. Qué gran alegría. Gracias Dieva.

Fue emocionante ver a estudiantes que mucho aprecio, recibiendo diploma de reconocimiento por las medallas obtenidas en Olimpiadas Universitarias en Cuba y en Iberoamérica, entre ellos a José Julián Pérez, además presidente de la FEU de la UH, a Sofía Albizus-Campo Rodríguez y a Yuliett Bringas.

Termino con un par de reflexiones a manera de titular.

La Matemática y sus profesionales y profesores son aliados estratégicos de la Nación, de la Revolución Cubana.

Promover la cultura matemática ha de ser un objetivo prioritario del Estado, el Gobierno y el PCC.

Se han publicado 11 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • Gilberto Diaz dijo:

    Justo reconocimiento y recordatorio a uno de los mejores profesores que tuve el privilegio de tener en la Facultad de Matematicas (curso 1981-1986)
    Guardo muy gratos recuerdos de casi todos mis profesores de la licenciatura, entre ellos el propio Dr. Reguera, pasando por los doctores Miguel Jimenez, Lagomasino, Carlos Sanchez, mis queridas doctoras Conchita (siempre le diremos asi) y Teresita, Arazoza, mi siempre recordado Rafael Castro, Abel, Mancilla, fueron muchos, todos grandes profesionales, pero guardo (y me atrevo a afirmar que todos en nuestro curso) un especial recuerdo y cariño por el Dr. Celiar Silva, hombre cabal y educador en toda la extension de la palabra.

  • Néstor del Prado Arza dijo:

    Gracias al colega Angel Gutiérrez Fernández supe que un día como hoy también nació el eminente matemático Bernoulli. Linda coincidencia histórica con inspiración y transpiración matemática.

  • Javier Pérez Capdevila dijo:

    Me ha emocionado mucho la lectura de estas palabras, a las que no pongo adjetivo alguno porque cada vez que se hable de Celiar Silva se habla de elegancia, potente verbo, profundidad del conocimiento de la Matemática, sabiduría para la vida, inteligencia y humanismo.
    Cada día sigo intentando honrar la memoria de hombres como él.
    Gracias, muchas gracias Néstor

    • Néstor del Prado Arza dijo:

      Gracias hermano guantanamero por estas palabras que mucho valoro. Luis Carlos Silva y su hermana Dieva, están felices por mi humilde homenaje, algo que también agradezco infinitamente.

  • Tysan dijo:

    Hermosas palabras del profesor Nestor del Prado, en ellas van unidas las Matemáticas y la Historia.

  • Sergio dijo:

    Javuer Perez Capdevila, Mario González, Aurelio Baldor, Argelia Velez Rodriiguez (primera mujer negra en doctorarse en Matemática en Cuba), y etc. ,,, algunos de los grandes matemáticos también que ha dado Cuba

    Saludos,

  • Sonia Benvenuto Methol dijo:

    Nestor: Hoy lei tu articulo
    Y me emocione mucho.
    Mis recuerdos y viencias con Celiar son de mi infancia 1961-1969.
    Mi madre Elsa Methol, que cumplira 90, fue gran amiga de Esmeralda y Celiar.

    • Néstor del Prado Arza dijo:

      Querida Sonia, me alegra mucho que hayas hecho este comentario, sobre algo que no sabía. Un fuerte abrazo para tu mamá y otro para ti.

  • Rey S. Guerrero dijo:

    Muy sentido esta recordación al profesor Celiar Silva. En 1984, casi recién graduado de la Mex Mat fui asesorado por el Dr. Silva en un entrenamiento de seis meses sobre los axiomas de separación en los hiperespacios, realizado en la UH. Precisamente en esta área, los espacios topológicos, el Dr. Silva resultó ser uno de los más destacados en nuestro país en aquellos tiempos, con presentaciones en eventos internacionales. Conservo uno de esos trabajos, creo recordar sobre semi métricas y sus propiedades, presentado en un evento de la entonces Yugoeslavia.

    Doy fe de su amplia cultura, la atención que le brindaba a sus estudiantes. A la par del trabajo que realizaba me recomendó (y por supuesto acepté) visitar sus clases de Análisis Funcional. En alguna parte por ahí debo conservar el borrador de una traducción que me pidió hiciera del ruso sobre ese tema. También el libro mencionado en el artículo, que adquirí años después.

    Es bueno en estos tiempos difíciles recordar a aquellos que han cimentado las bases de la Nación cubana y cómo ellos actuaron en otras, pero también difíciles situaciones.

    También recordar (sé que a algunos no les va a gustar o no van a concordar) los tiempos dorados de la Matemática en Cuba.

  • Lázaro dijo:

    Cuanto me alegra leer este homenaje dedicado a Celiar Silva en ocasión de su centenario, así como también la foto y menciones que se hacen a su hijo Luis Carlos, amigo entrañable desde que pisó por primera vez la Escuela Primaria con apenas 10 años y que hoy es un eminente matemático de talla universal.
    Para mi es un honor haberlo conocido y escuchado en su apartamento de D y 11 en el Vedado, como haber compartido también con su señora Esmeralda y su hija Dieva.

  • Ricardo Mansilla dijo:

    Hermoso y muy, muy, muy merecido homenaje al Dr. Celiar Silva Rehermann. Notable matemático con una cultura amplísima, que sobrepasaba largamente las fronteras de la Matemática. Tuve oportunidad de recibir varios cursos con él. En particular el curso de Topología General (el cual tuvo la audacia de darlo por el libro de Bourbaki) fue una experiencia extraordinaria en mi vida. Más adelante fue el tutor de mi tesis de licenciatura donde trabajamos sobre el tema de la metrizabilidad de espacios topologicos. Un saludo a su hijo Luis Carlos.

Se han publicado 11 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Néstor del Prado

Néstor del Prado

Profesor de Matemática, técnicas de dirección y creatividad. Especialista en Gestión del Conocimiento y Desarrollo en GECYT-CITMA. Socio de Honor de la Sociedad Cubana de Matemática y Computación.

Vea también