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Treinta febreros de Amor para una Colmena (+ Fotos y Videos)

| 1898 |

La Colmenita al finalizar una reciente actuación en el teatro Sauto de Matanzas. Foto: Cortesía de La Colmenita.

Si de niños, magia y amor se trata, a mi mente llegan - como en ráfaga-, diferentes imágenes en tonos amarillos y negros, con alas y antenitas en constante movimiento. Con una banda sonora de sonrisas y corazones latiendo al compás del Bien. Con rostros pequeñitos y otros no tanto. Traviesos, juguetones y cariñosos, porque como dijera sabiamente el Apóstol “son los que saben querer, son la esperanza del mundo”.

Y en este planeta tan convulso en que vivimos La Colmenita es un rayito de luz que se va abriendo paso entre las nubes más oscuras; que salva y que sana, que impulsa, que forma y completa.

La Colmenita no es una escuela, pero enseña. No es un hospital, pero cura. No es un parque, pero divierte. No es una casa, pero la habitas. Tiene la virtud de ser una y a la vez muchas otras cosas. Y viene con un complemento añadido: las personas maravillosas que la conforman.

Es una inmensa obra de amor.

La Colmenita. Foto: Cortesía de La Colmenita.

Un poco de historia

El 14 de febrero de 1990 surgió un pequeño grupo de teatro compuesto por niños y jóvenes, bajo la dirección de Carlos Alberto “Tin” Cremata y su mamá, Iraida Malberti; que hasta 1993 se mantuvo estrenando obras del Teatro Cubano y el Siglo de Oro Español.

En 1994, un pequeño cambio marcaría el destino del grupo para siempre; estrenaron en el Karl Marx, una versión del clásico Meñique interpretada solo por niñas y niños. Ese sería el inicio de lo que, al paso de los años se ha convertido en La Colmenita, Compañía Infantil de Teatro de los Niños de Cuba.

La idea de Cremata fue sumando abejitas y zánganos. Cuando ya eran tantos los que iban hasta el panal fundador, Tin le pidió a Jaime Fort (el guionista de buena parte de los programas de Vivir del Cuento) que abriera un Taller anexo por Alamar, y después se abrió otro en Plaza, y así en otros municipios de La Habana. Por eso hoy en la Colmenita actúan niños del Vedado, pero también de San Miguel, La Lisa, el Cotorro y casi todos los lugares de la capital.

Tiempo después el sueño se multiplicó y se abrieron Colmenitas en casi todas las provincias de Cuba. De algunas vinieron a enterarse cuando visitaron ese territorio y Tin y sus compañeros quedaban maravillados de la calidad de aquellos proyectos.

La Colmenita en la cima del Turquino. Foto: Cortesía de La Colmenita

Una gran familia

Eso es La Colmenita. Así la forjaron sus fundadores. Así la han sostenido generaciones de maestros, instructores, productores y técnicos. Así la han vivido generaciones de niños.

Algunos que llegaron siendo pequeñines con ganas de fantasear desde el teatro y la música, hoy son parte de la compañía como maestros. Algunos encontraron el amor en aquellos predios. Otros ya tienen a sus hijos criándose en La Colmenita.

Allí todos hacen de todo. Como los mosqueteros actúan: todos para uno, uno para todos. Jaime Fort lo cuenta con gracia en este testimonio:

Soy Fundador de La Colmenita y durante muchos años tuve un pequeño problema, que no por pequeño dejaba de ser inquietante. Cada vez que debía rellenar alguna de las muchas planillas que los cubanos tenemos que cumplimentar a lo largo de nuestras vidas; y me topaba con la pregunta “profesión” ahí mismo me entraba una indecisión muy grande. Yo, como trabajaba en La Colmenita, lo mismo hacía de actor, que de profesor, que de técnico de sonido, utilero, tramoyista, atrezo, auxiliar de iluminación, escritor de guiones, ayudante de vestuario, repartidor de merienda, electricista, y algunas veces, hacía hasta la dirección general y puesta en escena de algún espectáculo. También desarrollaba en la Colmenita otras actividades relacionadas con el teatro, pero de forma más indirecta, como: desmontador de ascensores, ayudante de mecánico de guagua, chapistería y pintura, traductor e intérprete, cuidador de niños, estibador, espantador de ranas o relaciones públicas. Pero la casilla de “profesión” era un solo cuadrito y yo nunca supe qué diablos poner. En realidad, podría haber escrito una sola palabra; una palabra que lo resumía todo, pero estoy seguro que el burócrata de turno no iba a entender nada si ponía ahí, “Profesión”: COLMENERO…

La Colmenita celebró los 25 años de la primera puesta en escena de su versión de La Cucarachita Martina. Foto: Daylén Vega/ Cubadebate

Del Teatro Nacional a La Bajada

Siempre agradece Cremata a la Juventud, los Pioneros y a Nisia Agüero por haber creído en la valía del proyecto, cuando apenas nacía. El Teatro Nacional, que dirigió Nisia le abrió las puertas hace 25 años para aquella producción de "La Cucarachita Martina", a la que ahora le han celebrado sus bodas de plata.

Después han paseado por los mejores teatros de Cuba maravillosas versiones de obras como “Sueño de una noche de Verano”, “La Cenicienta… según Los Beatles”, “Los Cuentos Cubanos de Andersen”, “Alicia en el país de las Maravillas”, “Y sin embargo, se mueve”, “Fábula de un país de cera”, “Ajiaco de Sueños”, “Elpidio Valdés y los Van Van”, “Abracadabra”, “Pedro y el Lobo”, “Meñique”, “Bululú y Medio”, “Los Balcones de Madrid”, “El gato con Botas”, “Ricitos, los Tres Ositos… y la Década Prodigiosa”, “Blancanieves y los siete enanitos”, “Las aventuras de Pinocho”, “El Concertazzo de La Colmenita”, “Travesía Mágica”…

Junto a la magia que le ponen los niños a esas obras, en sus elencos han participado integrantes de lujo como Silvio Rodríguez, Juan Formell y Los Van Van, Omara Portuondo, Compay Segundo, Eliades Ochoa, Adalberto Álvarez y su son, Alexander Abreu, la Orquesta Aragón, Virulo, Teresita Fernández, Buena Fe, Liuba María Hevia, Issac Delgado, Pancho Amat, Beatriz Márquez, Vocal Sampling, Los Papines, Oscar Valdés, Enrique Plá, Ernán López Nusa, Julito Padrón, Orlando Valle “Maraca”, Rolando Luna, David Álvarez, Moncada, y María de los Ángeles Santana, entre muchos otras joyas de la cultura nacional.

Hola, soy Omara Portuondo, quiero enviarle un beso muy grande a Tin y a todos los colmeneros en este cumpleaños. Gracias por invitarme a cada rato a compartir sus aventuras y muchas gracias por lo que hacen por nuestra Cultura. Yo también me siento parte de esa familia, como una abejita más, endulzando el alma de Cuba. ¡Felicidades Colmenita!

Pero las abejitas no están hechas para encerrarse sólo en los teatros; han salido a repartir sus mieles por decenas de lugares de toda Cuba. Han realizado decenas de Giras Nacionales por las zonas más intrincadas o las llamadas Áreas de Silencio, por aquellas que han sido afectadas por desastres naturales o por las comunidades rurales del Plan Turquino-Manatí.

En escenarios improvisados al aire libre, a veces al amparo de las luces del ómnibus que los traslada, en ocasiones actuando para sólo una decena de niños (que eran todos los niños de esa comunidad), La Colmenita ha dejado sus huellas en Maisí y La Bajada, en Moa y Guaracabulla;  llevando un mensaje de aliento y con la premisa de que tener talento es tener buen corazón.

Junto al Movimiento de Payasos Terapéuticos han promovido también una labor de hermoso alcance humano por los Hospitales Oncológico y Pediátrico de La Habana, que ya se extiende por todo el país.

En 1998 La Colmenita se integró al Ministerio de Cultura de Cuba como un proyecto oficial del Consejo de Artes Escénicas, y en 2006 fue nombrada Centro de Promoción de Salud, por el Ministerio de Salud Pública cubano.

Con Cristina Fernández en la Casa Rosada, Argentina. Foto: Cortesía de La Colmenita

Libando por el mundo

El paradigmático modelo pedagógico y teatral que La Colmenita ha desarrollado en estos treinta años ya es reconocido en diversos continentes.

Más de 25 países de Asia, Europa y América, han disfrutado de las actuaciones de la compañía cubana. Hasta a los propios Estados Unidos, pese al bloqueo, llegó el mensaje de paz y amor de Cremata y sus pequeñines.

Y en no pocos lugares por donde han pasado han dejado sembrada la semilla. Así han surgido Colmenitas en España (Sevilla, Cantabria y Tenerife), México (Querétaro, Chiapas y San Luis Potosí), Panamá, Nicaragua, República Dominicana, Colombia (San Cristóbal, Bogotá), Canadá (Winnipeg), seis en Argentina (Buenos Aires), 50 en los diferentes estados de Venezuela y 31 en todos los departamentos del Salvador. Cada una con una membresía de entre 50 y 100 niños.

La Colmenita fue el primer grupo teatral del mundo en ser proclamado Embajadores de Buena Voluntad del Fondo de la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

Yalcin Baykul (Turquía) – Yo sueño con que haya muchas más Colmenitas alrededor del mundo… y más, sueño que el mundo todo – sea una gran Colmenita.

La ColmenaTV. Foto: Cortesía de La Colmenita

Teatro, Cine, Música y TV

La Colmenita ha realizado coproducciones exitosas con Bread and Puppet Theater (EE.UU.), Odin Theatre (Dinamarca), Deep Mountain (EE.UU.), People´s Little Theater (Bangladesh), Les Mordus du Théatre (Bélgica), Corporación Cantoalegre (Colombia), Big Band Ribe (Dinamarca), CoopFilarmónica de Bogotá y un largo etcétera.

Pero La Colmenita en su quehacer ha trascendido la puesta en escena teatral, produciendo tres largometrajes con y para niños: “¡Viva Cuba!”, “Habanastation”, “Y sin embargo…”; los tres con gran acogida por el público y multipremiados internacionalmente.

Asimismo, obtuvo el Premio Especial Extraordinario del Festival CUBADISCO 2014 con el DVD “Siempre habrá Van Van” y Premio Especial del CUBADISCO 2017 con los DVD “Pedro y el Lobo” y “¡Feliz Cumpleaños Fidel!”. Su disco “Añejo Jardín”, producido por la EGREM, fue nominado a los Premios Grammy Latinos en el 2017.

En 2017, 2018 y 2019, el grupo teatral produjo y protagonizó “La Colmena TV”, un programa de televisión que se ganó un espacio de preferencia en los hogares de Cuba.

Desde 2005 La Colmenita tiene su propio coliseo, en la Sala de Teatro de la Orden Tercera del Convento de San Francisco de Asís, perteneciente a la Oficina del Historiador de la Ciudad, en La Habana Vieja.

La Colmenita. Foto: Cortesía de La Colmenita.

Sólo el Amor salva

La Colmenita siempre ha gozado del gusto popular. La simpatía y el aprecio hacia el grupo y sus integrantes, es una constante en el corazón de los cubanos. Los teatros se llenan cuando actúan. En las provincias los esperan con entrañable cariño y deferencia.

Quizá nunca Tin imaginó que aquellas tardes en que su padre (*) inventaba obras de teatro y los ponía a actuar a él y sus hermanos serían el embrión de este hermoso proyecto de amor por los niños que trasciende a sus hacedores y que enaltece a Cuba.

Bien lo ha dicho Eusebio Leal:

Eusebio Leal. Foto: Archivo.

Siempre creí y creo que Tin, como le llamamos cariñosamente a Cremata, es un discípulo puro de Luz y Caballero; quiere decir, el Teatro es para ellos el vehículo para formar y para educar el alma de esos niños y prepararlos para la vida.

De esa manera, a través del Arte, logran lo incocebible, lo inimaginable, que criaturas de este tamaño, no ya hagan algo, porque los hacen meditar, los hacen pensar, sino que actúen concertadamente para crear una maravilla como es la obra de La Colmenita.

Esa Colmenita ha trascendido y hoy forma parte de un legado generacional; hoy hay muchos niños, que son adolescentes y que son jóvenes y que se formaron al calor de Tin y de sus colaboradores, un maestro de generaciones, alguien que se ha entregado por completo, con amor, alguien que fue muy herido y que sin embargo convirtió la herida en Amor, eso es lo más importante, lo convirtió en una voluntad creativa, en una voluntad salvadora. Él me ha hecho a mí creer firmemente, en lo que una vez dije: "Solo el Amor, salva".

Se cierra el telón. Todos se reúnen con las manos apretadas en el círculo como tras cada función. Un nuevo bien se ha hecho. La Colmenita comienza a mirar hacia los próximos treinta años.

La Colmenita. Foto: Cortesía de La Colmenita.

(*) El padre de Carlos Alberto Cremata es una de las 73 víctimas de abominable sabotaje contra un avión de Cubana en Barbados en 1976. Su madre, Iraida Malberti, fue una de las más importantes creadoras de teatro y televisión para niños en Cuba.

El llamado de Tin a los Colmeneros

Carlos Alberto Cremata, director de La Colmenita en un ensayo. Foto: Bill Hackwell / Archivo de Cubadebate

Treinta años cumple hoy la Colmenita de Cuba, que tuvo la suerte de nacer un día de los enamorados, cuando recién comenzaba el período especial (14 de febrero de 1990).

Catorce jóvenes, que enseguida fueron veinte y ocho, y que estuvimos del 90 al 98 sin recibir salario, unidos solo por el placer de estar juntos compartiendo aventuras de Teatro Musical por toda Cuba

Invito a todos los colmeneros de antes y de ahora, los cientos de niños que hoy tienen 40, 30 y 20 años y que andan dispersos por todo el mundo, sus familiares, los miembros de las Colmenitas nacionales e internacionales, amigos y público en general - a que escriban sus recuerdos, anécdotas, impresiones, vivencias, opiniones, dudas – y las envíen a esta especie de foro que puede tornarse para nosotros Cubadebate, y así atesorar una suerte de almacén virtual de nuestra treintañera y melífera historia de vida… que además publicará este sitio - para todos los que a él acudan de Cuba y de todo el mundo. 

¡Cuántos recuerdos!... en primer lugar mi Papá (Carlos Alberto Cremata Trujillo), que siempre he dicho - ha sido el verdadero director de nuestra Colmenita desde muuucho antes de fundarse… mi Mamá (Iraida Malberti Cabrera) eterna Abeja Reina y la siempre respuesta a las más difíciles preguntas del Arte y la Vida… La fuente originaria y pretexto para fundar - mi primogénita Camila, que hoy ronda la treintena y educa a muchos niños (como su Papá) en la Tampa de nuestro Martí… y además reencarna en mi hija menor Maria Carla de 15 recién cumplidos.

Los primeros: Alex, Yoha, Ernan, Mao, Ramfis… Alpízar, Janecita, LuisMa, Amarilys, Yanín, YanCap, Arielito, Julio el policía, Anmerix, Nenita, Lourdes, Mayra, Patri… Susy, Joselín, Yanai, Gretell, Carlitín, Yasbel, Churrisquito, Malú, Gabo, las Claudias, Riquifito, Thais, Marlon…

Las inolvidables asistentes de dirección Marisela Hernández Arocha e Ingrid León Vila, la tiernas creadoras de los textos teatrales en verso Julia González Carid y “Titi” Oltuski, los músicos Yamel Romero, Amaury Ramírez, Mónika O’Reilly, Tony Carrera, Ivis Reyes y René Baños (Sampling), el guionista Jaime Fort (¡el del programa de Pánfilo!), la Maga de las Luces - mi tía Saskia Cruz, las diseñadoras de vestuario Nora Mesa, Magalys Acosta y Melba Cortés, los productores Leonardo Buenaventura (¡que nos abrió al mundo!), Lupe Rey, Marta Palacios y Cristina Leyva, los directores de arte Yoqui Tornes y Juan García, la directora de sonido de siempre Janet Rodríguez del Sol, las Almas del Panal: en el teatro - mi Muma de todos los recuerdos lindos  y en la música - Rocío Calle, mi “Puchi” (hoy Directora Orquestal)

Los Maestros que nos dieron a luz y amamantaron: Berta Martínez (Teatro Hubert de Blanck), Nisia Agüero (Teatro Nacional de Cuba), Enith Alerm y Laritza Díaz (Organización de Pioneros José Martí), Teté y su Escuela “Solidaridad con Panamá”, José Arroyo de Bogotá, Ulvi Icil de Estambul y Miguel Adan de Sevilla, Michel Frank… y por supuesto: Fidel, Raúl y Martí.

Las tantas aventuras nacionales e internacionales a JAPÓN, la Ciénaga de Zapata, ESTADOS UNIDOS, Guaracabulla, RUSIA, el Pico Turquino, KUWAIT, Mangos de Polilla, FRANCIA, Naranjo Agrio, TURQUÍA, La Isabelita, CANADÁ, Mamanantuabo, ALEMANIA, Pinar de las Canas, MÉXICO, Mangos de Baraguá, ESPAÑA, San Pablo de Yao, HAITÍ, Arroyo Seco, BANGLADESH, La Bajada, PORTUGAL, Las Martinas, VIET NAM, Chafarina, DINAMARCA, Piedrecita, RUMANÍA, La Tinta, BULGARIA, Potrerillo, NICARAGUA, Dos Ríos, REPÚBLICA DOMINICANA, Magarabomba, EL SALVADOR, Birán, VENEZUELA, Cauto Embarcadero, ECUADOR, Minas de Matahambre, BÉLGICA, Caimanera, ARGENTINA, Boquerone, PANAMÁ, Guamuta, COLOMBIA, Playitas de Cajobabo…

¡Escriban, escriban! - queridos colmeneros de estos inolvidables treinta años!

Tin Cremata

La Colmenita llevando alegría tras el desastre natural. Foto: Cortesía de La Colmenita

Con Juan Formell Foto: Cortesía de La Colmenita

Encuentro de los presidentes Fidel Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y Ministros de Cuba y Hugo Rafael Chávez Frías Presidente de la Republica Bolivariana de Venezuela, En el Teatro Karl Mark de la Capital cubana, En el marco de la visita que realiza a cuba el presidente Venezolano.
En la foto Ambos presidentes saludan a niños cubanos integrantes del grupo Infantil La Colmenita.
Fecha: 29 Abril de 2005
Foto: Roberto Suárez

En la celebración de los 90 de Fidel. Foto: Cortesía de La Colmenita

La Colmenita recibe su teatro nuevo. Teatro de la orden tercera en La Habana Vieja. Foto: Archivo / Cortesía de La Colmenita

En video, La Colmenita de Cuba

Se han publicado 1898 comentarios



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  • Sheyla Iyaris Fernández Fontán dijo:

    Estuve en La Colmenita desde el 2004 hasta el 2012. Estudio el 4to año de la carrera de Derecho en la Universidad de La Habana

  • Karla Teuteló dijo:

    Estuve desde el 2000 hasta el 2006. Me gradué de Derecho en la Universidad de La Habana.

  • Denise Cifuentes dijo:

    Estuve en La Colmenita desde el 2008 hasta el 2018. Estudio Contabilidad en la Universidad de La Habana.

  • Sandra Castillo dijo:

    Comencé en La Colmenita en el 2010, con 13 años y estuve hasta el 2018, que trabajé como presentadora en "La Colmena TV". Me estoy graduando en el ISA en la especialidad de Actuación y actualmente trabajo como Actriz y Presentadora.

  • Freddy Colmenita Jobabo dijo:

    ... Ya yo me veía apretado con 115 niños y éramos 8 especialistas (de Danza, Teatro y Música). Se puede decir que La Colmenita de Jobabo, por la cantidad de niños es una escuela, con una dirección... y se me ocurrió crear unos guías. Yo no conocía nada de ¿cómo se trabajaba en La Colmenita?, lo que hicimos hasta que los conocimos, fue empírico... Pero 115 niños en el Cine ya era complejo, la disciplina, etc. Pero algo faltaba para que nos ayudara a dedicarnos por entero al trabajo con los niños, y con los guías ya el trabajo se hacía más fácil. Hoy los niños están distribuidos por 15 escuelas, del Casco Histórico y la Zona Rural y un padre por cada escuela - es el guía; y es quien controla a 14, 4, 8, niños, según la cantidad que tenga cada escuela. El Seminternado "Carlos Manuel de Céspedes" es el que más tiene, con 20 niños, y ahí trabajan 2 guías, teniendo un total de 18 guías, que son como maestras que averiguan la disciplina y el estudio de cada niño. Y todos los jueves nos reunimos en el salón de la CTC de Jobabo, y ahí nos documentamos de todo, y si un niño tiene dificultades tenemos "Casa de Estudio de La Colmena", donde los más aventajados ayudan a los otros. Pero vemos también cualquier situación de ausencia a un ensayo que puede ser incluso por la lejanía, 8 – 10 km, de sus casas, o porque la familia no los puede llevar por situaciones económicas, y les decimos que desde el viernes, se acerquen a Jobabo, y se queden en casa de algún colmenero y así pueden estar temprano...

  • Freddy Echevarría dijo:

    La experiencia que más me impactó fue en una presentación que hicimos en la Comunidad de San Antonio.
    2 niñitas con Síndrome de Down, que la madre se me acercó porque quería que las niñas estuvieran en La Colmenita, yo le expliqué que era mucho el sacrificio, pues son 18 kms y me dijo que no le preocupaba la distancia que tuviera que recorrer, para que sus niñas pudieran estar en La Colmenita; y hoy la niña mayor es la Mamá Osa de "Ricitos de Oro y los Tres Ositos" y la otra un Duendecito de "La Cucarachita Martina". Eso me llena de fuerzas para seguir trabajando en la Colmenita de Jobabo...

  • Rafael Acosta Alemán dijo:

    Yo era entonces el subdirector (la directora era Nisia Agüero) del Teatro Nacional de Cuba, el primero que le abrió las puertas a la naciente Colmena. Me es muy grato rememorar momentos de felicidad que viví junto a Tin Cremata, cuando él en sus inicios con abnegación y entrega, cobraba 231 pesos, y luego renunció a ese exiguo salario, porque no alcanzaba el salario para todos los otros veintipico que integraban la Colmena; y estuvo 8 años sin recibir un peso!!.... Pero a pesar de eso, hacían su trabajo maravilloso, como si cobraran Millones...
    Recuerdo que empezaron un grupo de aficionados, en los que habían policías, bomberos, una composición muy heterogénea, pero muy Unidos todos...
    Lo que más siempre me llamó la atención del trabajo de Tin con los niños no era solo su amor y entrega, sino su interés por no solo promover en los niños valores artísticos sino valores humanos, solidaridad, amor a la Patria, entrega y pasión a lo que hacen con mucha honestidad y transparencia... y la Hermandad...

  • Aurelio Prieto Alemán dijo:

    La Colmenita es lo más grande que ha podido pasarle a mi familia, a mi hijo, y al que viene atrás, que también estará en La Colmena, por los valores ,el amor que desborda, une a la Familia... No son los niños solamente, son también los padres, que convertimos La Colmena en una familia hermosa, sincera, que tiene un sello muy grande de Altruismo...
    ¡Es lo más bello que pudo habernos pasado!
    Es una definición mía, pero para mí - la Colmena es: la "IGLESIA SOCIALISTA".... La que ofrece los valores, desborda amor, la que nos enseña a amar cada día más a nuestro Maestro José Martí, a Fidel... Las ideas de defender este sistema - al precio que fuera necesario...
    Felicidades por los 30 años y por todos los que están por venir..

    • Guillermo López Carmona dijo:

      Y te puedo asegurar HERMANO, que tú eres tan querido por tu Colmenita, como lo eres por toda Cuba!!!... todavía estoy disfrutando (gracias a este encierro voluntario) - la posibilidad de haber visto tus extraordinarios documentales de TV: a Manuel Alarcón (¡Que cierren la Trocha!") y al inmortal Santiago "Changa" Mederos... Eso es Cuba!!!

  • Rafael Acosta dijo:

    Recuerdo también que estuve cuando hicieron la obra "Bululú y Medio" ( una de las primeras)... Yo le decía Bululú y 40 pesos.... Jajaja.
    Recuerdo que Tin siempre hacía un círculo con los niños, y le hablaba de muchas cosas lindas, hablaba de Martí e inculcaba también el amor a Martí ( ese Martí que merece todo el amor del mundo, pero que a veces no somos capaces de inculcárselos a las generaciones)... Y todo fue fructificando en lo que es hoy una obra grande y linda que es La Colmenita de hoy, que es todo un movimiento de abejas por el mundo, en muchas partes de Cuba...!!!!
    Para Tin todo mi afecto y cariño en estos 30 años, yo conozco a su familia... Compartí momentos hermosos con su madre Iraida Malberti, ¡la eterna Iraida!; y agradecer también a Indira por colaborar con la Casa de la Música de la EGREM de 31 y 2, con el Taller de la Colmenita de los Chirriquiticos.... A todos les agradezco mucho....

  • José Armando Alpízar Ríos dijo:

    Tin me convoca a que cuente alguna anécdota sobre La Colmenita, pues guardo muchos de los recuerdos vividos durante estos 30 años. A priori, parece cosa sencilla pero cada vez que lo pienso me asalta una indecisión a la hora de escoger cuál, porque si bien es mucho lo que se ha vivido, mucho también es lo que se olvida; y por eso creo que se me hace tan difícil seleccionar una como la más importante, ya que corro el riesgo de obviar otras tan o más relevantes que la escogida.
    Lo que si no olvidaré jamás, y siempre será lo más importante para mi, es que trabajando aquí encontré la Felicidad y todos y cada uno de los momentos vividos, buenos o malos, contribuyeron a eso.
    La razón de tal afirmación obedece a que siempre soñé alcanzar un lugar destacado en el Deporte, incluso representar a Cuba en Olimpiadas, etc; fuera como atleta o entrenador. Casi nada de eso pude alcanzar, salvo unas pocas medallas en competencias nacionales y un efímero trabajo como entrenador, por lo que un poco de frustración entró a mi vida.
    Sin embargo, estando en la Colmenita, he tenido la oportunidad de dirigir, escribir, aprender, enseñar, apoyar, ayudar, equivocarme, rectificar y hasta representar a Cuba en 8 países. He armado equipos para competir contra la violencia, la ignorancia. Y si bien es cierto que en esta ocasión no he ganado medalla alguna, si he ganado un montón de hijos e hijas, ha crecido mi familia y sobre todo, he sentido en mi interior el goce del que hablaba Martí, cuando se hace el bien...

  • Vida dijo:

    En la Colmenita me siento en casa, en una gran familia, donde se comparten alegrías y tristezas. Es ese lugar donde con disciplina, cariño y sobre todo mucha miel derrochamos amor y felicidad.

  • Alianys Arroyo Naranjo dijo:

    Me gusta mucho La Colmenita porque me enseñan a bailar y a actuar. En ella me adentro en los cuentos y me creo ser un personaje...

  • Samira dijo:

    Amo ser integrante de La Colmenita pues desde pequeña soy bailadora y alegre. Cuando supe que existía un Taller, aquí en Arroyo Naranjo, le exigí a mi abuela que me llevara y desde entonces formo parte de esta gran familia. Deseo que mi Taller dure muchos años, o mejor, quiero que mi Taller nunca deje de existir.

  • Abejita Stephany dijo:

    Me gusta mucho ser colmenera. Recuerdo una vez que estuve ingresada, porque estaba enferma de los riñones y esperaba con muchos deseos que llegara el horario de los ensayos, porque cuando se reunían en el Círculo me llamaban por teléfono y todos me deseaban que me curara rápido y me mandaban besos.

  • Yorianna dijo:

    La Colmenita es mi lugar preferido. Aquí juego a actuar, cantar y bailar. Me divierto mucho en cada ensayo y actividad. Además nos llevan a pasear y conocer lugares históricos y divertidos. Me encanta jugar y en La Colmenita - es donde más feliz me siento.

  • Yesnier dijo:

    Vivo en Arroyo Naranjo y a mí me gusta mucho la Colmenita porque tengo muchos amiguitos y hacemos piyamadas, vamos a diferentes lugares juntos y nos divertimos muchísimo.

  • Alexa dijo:

    En la Colmenita aprendo muchas cosas y hablamos mucho de Martí, recuerdo que esta semana entre todos estábamos interpretando uno de sus Versos Sencillos y al otro día llegué a la escuela y la maestra nos pidió interpretar un verso de Martí, enseguida me paré y pude hablar mucho sobre Martí y me dieron Excelente. Al otro día en el ensayo lo conté y todos los niños me felicitaron. Eso me hizo sentir muy bien.

  • Amaya dijo:

    Para mí La Colmenita es lo mejor que me ha pasado. Me divierto, hago amigos, voy a lugares increíbles. Aprendo muchas cosas como actuar, cantar y bailar. Gracias profe Alina. Te quiero mucho.

  • Roberto Papá Arroyo dijo:

    El Taller La Colmenita de Arroyo Naranjo le permite a mi niña desarrollar una infancia feliz, humilde y sencilla. Este proyecto totalmente infantil prepara a mi hija para una vida futura dándole una educación acorde a su edad. Además a nosotros como padres nos ayuda a relajar el estrés del día a día.

  • José Alpízar dijo:

    Vinculados desde nuestros inicios a la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), a la Organización de Pioneros José Martí (OPJM) y patrocinados por ellos - La Colmenita visitaba, con mucha asiduidad, las zonas más intrincadas del país, donde presentaba sus diversas obras. Con la llegada de la etapa conocida como “período especial”, esas visitas corrían el riesgo de suspenderse porque el poquísimo transporte y combustible que había, estaba destinado a las actividades más perentorias del País. Ante esa situación y para no interrumpir esa tradición, solicitamos a la UJC 10 (diez) triciclos (de los que se usaban para trasladar el pan y mercancías diversas), donde montar lo necesario para actuar, el avituallamiento individual imprescindible y hasta algún que otro u otra integrante, que por no tener bicicleta normal, se convertía en carga adicional. A fuerza de pedal y auxiliados en las pendientes más elevadas por los que iban en bicicletas sencillas, llegamos hasta los municipios de Güira de Melena y Alquízar, donde por espacio de 15 días estuvimos recorriendo y actuando en campamentos agrícolas que hospedaban trabajadoras y trabajadores de La Habana, dedicados a cosechar alimentos con que abastecer la ciudad. Mucho habría que contar de tales giras pero en esta ocasión me quiero referir a lo que sucedió cuando al regresar de una de esas aventuras recibimos una invitación de la FEU (Federación de Estudiantes Universitarios) para ir a su campamento vacacional en la playa de Varadero. En aquellos momentos, eso representaba el mayor estímulo a que se podía aspirar porque, ir ya no a Varadero, sino a cualquier lugar turístico era impensable en esa etapa, donde los precios se habían disparado y el poco dinero de que se disponía se empleaba 100% en la alimentación…
    Continuará...

  • Alpízar dijo:

    Todos estábamos eufóricos por considerar esa invitación - un Premio a nuestro esfuerzo, hasta que alguien dijo: - “Si, si todo eso está muy bien pero… ¿cómo llegamos hasta allá?, pues eso queda a más de 140 km y no hay transporte; así que ni en bicicleta, ni en Triciclo se puede”... Ahí mismo nos invadió la tristeza y el desánimo, ya que algunos aprovechando la etapa vacacional, iríamos con nuestra familia, y no era lógico que teniendo garantizado lo más difícil que era alojamiento y comida en una de las mejores playas del mundo, la falta de transporte (lo más fácil) lo iba a impedir. Cuando todo parecía condenado al fracaso, y el desánimo rondaba al grupo, surgió la idea de usar el uniforme de Inspector de Transporte ("Amarillo"), que poseíamos, para vestir a alguien que hiciera de falso inspector y parara vehículos estatales, que nos pudieran llevar hasta Varadero...
    Como yo era el que habitualmente representaba ese personaje (en una pequeña obra humorística colmenera, que se llama "Movimiento de Aficionados"), no tuve rival para asumir el flamante rol de “inspector de transporte” , así que con mi uniforme amarillo y la tablilla habitual, pero sin la más mínima idea de ¿qué cosa se preguntaba a los choferes que debían parar, que documentos solicitar, o como organizar la cola en los puntos de embarque, que por mi presencia y la de los colmeneros se formaran?, me fui a la calle con todos los otros de La Colmena. Sin embargo lo peor estaba por venir, pues nunca pensé qué explicación darle a la gente, que confiados en que yo era un inspector de verdad, pusieron sus esperanzas de embarcarse?, y ahora veían como yo (el supuesto "inspector"), luego de haber montado a nuestra tropa colmenera y todos los que podía de la parada, me fuera en el próximo vehículo estatal que pasara... y dejara a todo el mundo embarcado en improvisado punto?...
    Continuará...

  • José Alpízar dijo:

    Todo marchaba a pedir de boca.. y a eso de las 9 o 10 am - ya estábamos en Matanzas, a escasos 30 km de nuestra meta, específicamente en el parque de Peñas Altas, pero aquí empezaron los problemas. El primero fue que las personas acostumbradas a dirigirse al punto habitual de embarque para Varadero, situado más adelante, se detenían extrañados de ver que allí se había creado un punto nuevo.. y mucho más cerca!, así que entusiastas y organizados mis futuros pasajeros, empezaron a formar en la cola hecha por nuestros colmeneros. Como no pasaba ningún vehículo, la cantidad de personas crecía y crecía, hasta convertirse en un molote desesperado, que empezó a preguntarme acerca de sitios y destinos que con seguridad todo inspector domina, pero para mi eran totalmente desconocidos.. De pronto apareció un camión cargado con anuncios lumínicos, que podía aliviar la situación. Raudo y veloz me salí del molote, para hablar con el chofer, pero cuando grité la dirección que me dijo: “! Aeropuerto viejo”!!.. una turba humana que no respetó cola ni orden, se trepó como pudo, formando una masa compacta que, aguantada y mezclada con los anuncios lumínicos, podía ser fuente de inspiración para cualquier relacionista público o hacedor de campañas comerciales. Recuerdo a una mulata muy fondillúa ella, y con un pañuelo cubriendo los rolos de su cabeza, prendida de un anuncio que decía “Auténtica Cuba”.. Cuando el chofer vio aquello, se bajó del camión y dándome las llaves dijo: -“ Si quiere, lo mueve Usted, porque lo que soy yo, con esa cantidad de gente encima, no lo manejo”... A esa hora imploré, rogué, recé y hasta me arrodillé para pedir que se bajaran algunos, pero nadie me hizo caso, solo los pocos colmeneros que pudieron montarse, quienes para evitar que se armara un conato e interviniera la autoridad, se bajaron. Después todo empezó a fluir normalmente, hasta que llegó otro camión, pero esta vez enorme y vacío, con destino a Varadero, en el que pude montar a todo el que iba hasta allí; incluso yo, que para que el chofer no me viera, subí por detrás.. Había que ver la cara de incredulidad y asombro de los que quedaron en la cola, y olvidar las palabras y maldiciones que me dedicaron los que, por ir para otros destinos que quedaron en total desamparo, cuando vieron alejarse al “inspector” y con él sus esperanzas de embarcarse, pues aquel lugar acababa de perder la categoría de punto de embarque...
    continuará...

  • Alpízar dijo:

    ... Las expresiones de asombro e incredulidad se repitieron, pero ahora en los rostros de los pasajeros que estaban en el punto de embarque oficial, situado más adelante, cuando vieron pasar nuestro camión repleto de personas, a tal extremo que el inspector oficial de allí, no pudo montar a nadie más..
    En Varadero pasamos unos días espectaculares, viviendo en casas de campaña, pero sin apagones, ni preocupaciones de comida, etc.
    Para regresar, pensamos hacer lo mismo, pero al llegar a la salida de Varadero nos encontramos con un inspector de verdad, el cual, a eso de las 12 del mediodía cruzó la carretera y se dirigió al aeropuerto viejo para almorzar. Casi al mismo tiempo, las miradas de mis compañeros, se dirigieron a mi, compulsándome a que me transformara en su "Amarillo" salvador; y así fue, que delante de extraños y conocidos, me saqué mi vestuario de civil y dejé al descubierto mi ropaje de "Amarillo inspector". Algunos personas reían y otras se asombraban, pero todos me ayudaron a realizar mi trabajo, incluso cuando un señor se paró frente a mi y con tono de ordeno y mando me mostró su carnet de inspector de transporte.. Yo me asusté, pues pensé que había sido descubierto mi fraude y eso llevaría alguna sanción, pero al parecer la premura no le dejó apreciar mi palidez y nerviosismo y seguidamente con voz de organismo y ser superior me dijo: -“!Necesito que me saque en el primer carro que pare, pues tengo una reunión muy importante!!”- . En otra ocasión yo lo hubiera mandado para no se dónde, y la cola entera hubiera protestado, pero allí la gente aceptó que se fuera cuanto antes el personaje, protegiéndome de que se descubriera mi "plagio profesional".
    Después de haber sacado a no pocos, entre los que se encontraban varios colmeneros, la propia gente me avisa de que venía el Inspector!!.. Yo no me había percatado de la gran visibilidad que había entre nuestro lugar y el Aeropuerto viejo, y fui detectado por éste, que incrédulo afinaba la vista desde la distancia como preguntándose: "¿Cómo?.. ¿Pusieron un inspector en mi punto, sin avisarme?!!.." Yo me alejé un poco, y entre los matorrales me quité el uniforme amarillo, poniéndome de civil, y cuando el verdadero Amarillo llegó a ocupar su lugar de trabajo, seguía mirando extrañado en derredor, y en su cara podía leerse: - "Por mi madre, que vi a un inspector aquí".. La gente se reía de lo lindo, pues adivinaban lo que pasaba por la mente de aquel funcionario..
    Luego fuimos saliendo poco a poco todos, hasta regresar de nuestras vacaciones, que además de placenteras, se enriquecieron mucho más con estas anécdotas..

  • Zuli Mamá colmenera dijo:

    Para todos en la familia es una experiencia maravillosa el hecho de que nuestro zángano pertenezca a la Colmenita de Arroyo Naranjo. Desde que mi niño era muy pequeñito nuestra familia no ha dejado de ser espectadores en cada función de La Colmenita. Hoy formamos parte de esta gran familia y nos sentimos felices. Mi hijo era tímido y el Taller ha despertado en él la pasión por bailar, cantar y sobre todo ser él mismo. La Colmenita lo hace sentirse niño y lo ayuda a tener una muy bella infancia. Por otra parte, a mí como adulta, me encanta el proyecto, pues he conocido maravillosas personas con las que mantenemos bonitas relaciones y con las que pretendemos seguir siendo una gran familia.

  • Abuela Sara dijo:

    En mi opinión la estancia de mi nieta en La Colmenita de Arroyo Naranjo, bajo la dirección de la profesora Alina, ha sido de mucho beneficio para la niña, ya que ella se ha vuelto más independiente. Además ha adquirido responsabilidad en todas sus cosas y la ha ayudado a definir lo que le gustaría hacer en un futuro, dedicarse al Arte. Gracias profesora Alina, sigue guiando a otros niños a elegir su futuro, como a mi nieta.....

  • Arianna Arroyo dijo:

    La Colmenita, para mí, más que un necesario e importante espacio donde todos cultivamos el arte, es ese maravilloso lugar donde nos reunimos de vez en cuando y juntos hacemos un bien, a nuestra manera, jugando, como dice la canción y como quiso Martí que fueran los niños. Ese Martí del que tanto hablamos en cada encuentro y que nos ha trazado el camino, el sendero por el que debemos transitar para ser cada día mejores personas, para ser cada día más humanos. Por otro lado, ser integrante del Taller Arroyo Naranjo despierta en mí hermosos sentimientos, pero sobre todo orgullo y satisfacción cuando veo no solo a mis hijas, si no a cada abejita y zángano esparciendo su miel en cada espectáculo. Es todo un derroche de alegrías y cariño. Soy madre de la abejita más pequeña del Taller, a quien con solo 1 añito se le ilumina el rostro y deja ver la más tierna de las sonrisas con solo escuchar el Himno de la Colmena. Es impresionante para mí, ver que por muy concentrada que pueda estar mi hija en su juego, o en el llanto, en cuanto escucha "colmena y colmenita"… automáticamente, ella pasa del estado en que estaba a ponerse a bailar y reir sin parar. Es un suceso mágico e impresionante para mí, por eso cada día adoro más este Taller. Que mi familia sea colmenera tiene valor e importancia inigualable en nuestras vidas.

  • Gilberto Naranjo dijo:

    Me siento muy emocionado, contento en ver que mi abejita integra el Taller La Colmenita. Se hace así realidad su sueño, su deseo y se ve integrada a la sociedad para ser util además que adquiere una preparación para el día de mañana. Cada vez que la veo actuar y lo hace bien me siento satisfecho.

  • Xiomara dijo:

    La Colmenita. Son muchas emociones, ver a esos niños actuar es una alegría enorme y un inmenso placer, todos somos una gran familia. Es increible el gran trabajo que hacen con nuestros niños. ¡La Colmenita llegó para quedarse y estamos muy felices por eso!

  • Mamá Yanelis dijo:

    Me siento orgullosa de que mi hija pertenezca al Taller de La Colmenita de Arroyo pues aquí tiene la oportunidad de crecer jugando, cosechando sueños y repartiendo alegrías.

  • Yasnay dijo:

    Me siento muy orgullosa de que mis hijas formen parte del Panal de Arroyo Naranjo, porque las he visto crecer en conocimientos sobre Martí y han mejorado su espontaneidad. En la colmena han profundizado los valores humanos como solidaridad, honestidad, responsabilidad, amistad, etc. Y me siento muy contenta con el personal que las rodea tanto niños, padres y acesoras del Taller. Además han conocido lugares históricos y culturales de nuestra geografía. Veo la emoción que les brota cuando están interpretando un personaje o sencillamente forman parte del coro. Eso me motiva a seguir inculcandoles el amor por las cosas bellas y sanas como este Taller Arroyo Naranjo de La Colmenita.

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Daylén Vega Muguercia

Daylén Vega Muguercia

Periodista cubana. Realizadora audiovisual. Integrante del proyecto Mujeres Al Sur. Colabora con Cubadebate y otros sitios digitales.

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