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No te pierdas esta crónica: Nadie te dará su almuerzo

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Carlos Manuel Álvarez, colaborador de CubaDebate

Carlos Manuel Álvarez, uno de los jóvenes cronistas de CubaDebate.

Qué les puedo contar, foristas, las cosas han cambiado. Saben quién soy. Saben que me llamo Carlos y que tengo 22 años. Que estudio algo y que hago mis cosas, un par de artículos a la semana, nada del otro mundo. Sé que les parezco joven, pero no es así. Bueno, con razón les digo que las cosas han cambiado. Es una señal de que empiezo a envejecer.

De repente te percatas de que nada es igual, pero tienes que seguir con esa carga. Hace par de semanas salí de La Habana, iba para el Victoria de Girón. No tengo que decirles, ustedes saben lo que es el Victoria de Girón: el estadio de Matanzas. Lo que no saben es que en ese estadio eché yo buena parte de mi adolescencia y casi todas mis ilusiones.

Pues como decía fui hasta el intermitente de Alamar y me puse a esperar una guagua. Esperé cerca de media hora y no pasaba ninguna. Al rato paró un taxi de esos de los modernos, justo delante de mí. Otra gente le había hecho la seña pero en lo que el chofer frenó yo me adelanté y logré clasificar. El de la seña era un hombre, si hubiera sido una mujer le habría dado paso, pero como no era una mujer hice de oídos sordos y me senté. El hombre se quedó refunfuñando y diciendo sandeces en voz baja. No tuvo valor para encararme. Milagro, porque yo soy flaco, bastante escuálido, mi cara es una cara de cobarde o de no andar metiéndose en líos, y la gente aprovecha y a cada rato se lanza y prueba fuerzas. A veces les doy paso y a veces me pongo en mis trece. Es así, como un juego de naipes. Hay que saber cuándo soltar y cuándo recoger.

El chofer me dijo que eran veinte pesos. Le pagué con tres billetes de a cinco y cinco de a uno, no tenía más nada. Me miró con cara de pocos amigos pero enseguida se relajó. Parece que algo en mí le atrajo porque cerca de Tarará me preguntó hasta dónde yo iba. En el taxi había otras tres personas. ¿Conmigo?, le dije. Sí, contigo. Hasta Matanzas, dije, a ver la pelota. Quién juega hoy, dijo. Matanzas-Artemisa, dije. El chofer vestía elegante. Bueno, su carro era un Peugeot moderno. Tenía porte de vivir en Varadero, o en alguna zona residencial.

Andaba cerca de los cincuenta. Unas pocas canas le adornaban la cabeza. Le quedaban bien, ciertamente, le daban un toque interesante. Y su cara no era la cara demacrada de un chofer, era la cara despejada de un ingeniero o de un abogado. Quizás, pensé en ese momento, fue abogado o ingeniero en alguna etapa de su vida, esas cosas suceden en Cuba. Los ingenieros manejan carros y ganan su dinero, es normal. ¿Y a ti te gusta la pelota?, preguntó. Los otros pasajeros miraron extrañados. A mí sí, por qué. No, porque no lo aparentas. Los pasajeros echaron a reír. Decidí no contestar, el tipo me estaba jodiendo. Pero no le faltaba razón. Tengo muchos pelos en la cabeza y en la barba y ando por la vida como bobeando. No tengo pinta de que me guste la pelota. Tengo pinta de que me guste Tolkien o Deep Purple, pero no me gustan las cosas raras.

Me gusta la pelota, y aunque no me gusta el dominó ni el ron, bailo casino y les mando poemas a las mujeres. Es toda una técnica. Hay que saber qué poema va con cada mujer. No puedes enviarle un poema de Benedetti a una niña avispada y uno de Bukowsky a una tonta. En verdad no debes enviarle poemas de Benedetti a nadie. Perdónenme los latinoamericanos, pero el tipo es insoportable. Bueno, no debo hablar así. Ya se los dije, las cosas han cambiado.

Cuando yo estaba en décimo grado e iba al Victoria de Girón mi poeta preferido era Benedetti. El uruguayo me revolcaba, pero no daba resultado. A las mujeres hay que entrarle con algo más fuerte. Tampoco Bukowsky, claro, era un decir. Bukowsky las ahuyenta y no es menos insoportable que Benedetti, aunque viene mejor con los tiempos que corren. Y tiene, además, un poema sublime. Empieza así: There is a blue bird in my heart that wants to get out. Eso quiere decir que el hombre tiene un pájaro azul en su corazón y que el pájaro quiere salir. Es una metáfora, no vengan con el chiste. Después dice que su canto, el canto del pájaro, es tan tierno como para hacer llorar a un hombre, pero que él, Bukowsky, no llora. Y termina preguntándote: ¿Lloras tú? Eso me tumbó, el tipo se te para de frente y te pregunta si eres capaz de llorar. Pero no es, evidentemente, un poema que yo pueda hacer mío, porque el pájaro es azul, si fuera verde tal vez, o marrón, pero como es azul la gente enseguida va a salir con que yo soy industrialista, y nada más lejos de la verdad. Nunca le he ido a Industriales ni le iré, pero si lo buscan verán que el poema es un tronco de poema. Sí, foristas, búsquenlo. Es un poemazo. Si lo buscan y lo leen no me podrán decir que no.

***

Una hora demoró el taxi de La Habana a Matanzas. Me dejó en el Viaducto. Del Viaducto al estadio hay todavía varios kilómetros. Loma arriba. Matanzas está llena de lomas, eso es lo que no me gusta de la ciudad. Eso y que un día, así, sin más, tuve que irme de ella porque se me acababa el preuniversitario y era hora de seguir. ¡Qué farsa eso de seguir! Yo me hubiera quedado en la vocacional toda la vida. De ahí se veía la bahía y las luces de la noche. Ese es mi único paraíso y mi única patria. Suena cursi, pero es real.

Subí dos cuadras por la calle Contreras y esperé la 19. Antes, por suerte, paró una ruta de empleados de no sé dónde, que pasaba cerca del estadio, y en eso mismo me fui. Este chofer sí tenía aspecto de chofer, es decir, un tipo centrado en su timón y con miles de ideas bien fuertes dentro de su cabeza. Llevaba puesta la radio. Yo no soporto la radio. Si hay algo que no me gusta son los malditos programas de participación. Solo comparado con el rechazo que me provocan los retratos de época. Hay quien los ve hermosos, pero a mí me parecen horribles. No he visto mucha pintura, es cierto, tampoco muchos originales, no he ido ni a Bellas Artes, pero todas las mujeres de antes eran gordas y rosadas. No hay una sola que sea por lo menos normal. No, todas obesas y rechonchas y con tremenda sonrisa a todo lo largo y ancho de sus caras de damas respetables. Esa sería una buena pregunta. ¿Por qué los pintores de cámara solo retrataban a mujeres gordas? Bueno, debe ser porque las tipas comían mucho. No les faltaba nada, supongo. Lacayos, manjares, amores prohibidos. Todas esas condesas eran unas zorras. Tenían su marido pero se enamoraban de los artistas. Así le pasó a Goya, por ejemplo. No es que yo sepa mucho de Goya, pero hace poco tuve que estudiarlo. Esos chismes siempre le interesan a uno. Es lo que más se saca de la universidad. Chismes históricos, chismes actuales, chismes del profesor, chismes del alumno. Nadie escapa. Ni los peloteros. ¡Mira que en la universidad se habla de los peloteros! Bueno, en todos lados.

Detrás de mí, en la ruta de no sé dónde, iban dos tipos hablando de Víctor Mesa. Que si visitó a cada uno de sus jugadores para ver el estado en que viven, que si el hombre es un líder, que puede ser un líder pero es un payaso y a mí no me gustan los payasos, que puede ser un payaso pero lo que importan son los resultados, que qué tú hablas si hace veinte años Matanzas no hacía nada y mira cómo está, que sí pero que no y que mejor cállate la boca que ahora el estadio se llena y antes parecía un cementerio. Sí, es cierto. El estadio está lleno, abarrotado. No lo reconozco. Lo pintaron incluso. No me gusta mucho el color, un rosado que no expresa demasiado pero que quizás era el único lote de pintura que había en la provincia. Hay carteles por todas partes. Esos carteles me abruman, foristas.

No me dicen absolutamente nada. Pero no quiero parecer pedante. A alguien le debe decir algo y eso lo justifica. ¡Cocodrilos al combate! Parece una consigna de tiempo de guerra. Nada que tenga que ver con el deporte, y menos en tiempo de paz. Lo que sí me gustan son las gigantografías, o las fotos de la entrada. Pude ver el rostro de Lino Betancourt, un pelotero que había imaginado pero que no sabía cómo era y que según parece tenía su estilo, aunque tampoco podría asegurarlo. Me siento por la banda de tercera. Puedo sentarme detrás de home, ya tengo credencial de prensa. Se los dije, las cosas han cambiado. No deja de ser irónico. Puedo llegar a los estadios y sacar mi pasaporte y pasar como si fuera mi casa, pero para qué, no tiene caso, mi estampa no es tampoco la de un periodista deportivo.

Los periodistas deportivos son lo más antideportistas que hay. Echan barriga y teorizan. Yo puedo parecer un lector de Tolkien, pero juego varias cosas y no lo hago del todo mal. Una vez hasta pisé la grama del Victoria. Me faltaba poco para graduarme del preuniversitario y nos llevaron a disputar un play contra los profesores. Jugué de segundo bate y cubrí el left. Di hasta un triple, me robé el home y no hice errores. Me vestí de héroe, aunque hubo quien lo hizo mejor que yo. Las muchachas nos aplaudían. Los amigos también. No guardo en toda mi vida un recuerdo más feliz. Lo puedo jurar. Terminamos tocando una conga y todo el mundo moviendo la cintura. La noche cayó y nosotros ahí. Qué de risas y de gritos y de felicidad. Era increíble estar vivos y estar en aquel lugar y habernos encontrado justamente nosotros: los matanceros y los cubanos y los habitantes de este mundo más estelares de toda nuestra generación. Ese día, que yo recuerde, nadie se sentó detrás de home. Lógico, debe ser terrible ver un partido detrás de esas mallas. Como si fuera un fotograma. Las jugadas cuadriculadas, por recortes. ¡Ni muerto saco yo una credencial y me siento ahí!, donde se sientan los tipos importantes. No es que esté mal ser un tipo importante, pero solo cuando se pasa de los cuarenta años. Cuando se tiene poco más de veinte, aparentar privilegios resulta patético. Y al final te desinflas. Además, si fuera una credencial para el Capri, valdría la pena, pero los estadios en Cuba cuestan un peso, hasta yo puedo costearlos.

Por eso me siento en la banda de tercera. Siempre me sentaba por aquí. Pero antes no había tanta alegría. El estadio parecía no un cementerio, sino una funeraria, que es peor. Venían alrededor de doscientas personas, no muchas más. Hay quien va a los parques, hay quien va al cine, hay quien va al mar y hay quien va al estadio. Suceda lo que suceda. Por aquella época, año 2005 ó 2006, Matanzas no ganaba ni treinta partidos, pero una banda de viejos fumadores de tabacos, y nosotros, estudiantes fugados de la escuela, siempre estábamos ahí. Tarde por tarde. Noche por noche. Madrugada por madrugada. La cobradora de la puerta ni nos paraba. Sigue siendo la misma, quizás con un poco más de canas, pero ya no se acuerda de mí.

***

Qué quiénes éramos nosotros. Yo y unos socios que ahora estudian Ingeniería. Son la gente más graciosa y más noble que he conocido en mis 22 años. Todavía no he visto a nadie igual. Pero claro, es imposible. Las cosas inevitablemente han cambiado. Aquellos muchachos se levantaban por la noche y te prendían candela en los dedos de los pies. ¿Les parece cruel? Las becas son así. A mi nadie me hizo eso, por supuesto. Siempre he intentado estar entre los que joden, no en los jodidos. Bueno, esos mismos muchachos después te ofrecían la pomada para que te curaras, pero si el día de la visita nadie te llevaba comida ellos te daban su almuerzo, o por lo menos una parte. A medida que crezcas nadie te dará su almuerzo.

Eso es algo, foristas, que hay que saber. Nadie te dará el almuerzo como lo daban mis socios del preuniversitario. Te lo ofrecían y luego se olvidaban. No eran conscientes del acto. Y luego en la madrugada te lanzaban encima una cubeta de agua fría y tenías que poner a secar el colchón y dormir en la tabla y asunto cerrado. Las becas, como la vida, pueden ser crueles, no lo niego, pero yo no he conocido un sitio mejor. Una vez el baño se aglomeró. La gente iba llegando y nadie llevaba jabón. Éramos como veinte, después como treinta, y nadie con jabón. Todo el mundo esperaba por el otro. Llegamos a vivir en ese grado de comunismo. ¿Y saben cómo se llamaba la escuela? Carlos Marx, foristas, la escuela se llamaba Carlos Marx. Sin palabras.

Pues ese mismo día nos bañamos con agua nada más y de ahí salimos para el estadio. Éramos alrededor de ocho. De la vocacional al Victoria de Girón no hay más de dos kilómetros. Y si se atraviesa el cementerio San Carlos, se llega más rápido. Cruzamos las tumbas, los panteones, los nichos sin nombre y salimos a la calle. Casi de madrugada regresamos, con otra derrota arriba, naturalmente, y en el viaje de vuelta a alguien se le ocurrió -a mí no, como se supone- que nos lleváramos un cráneo de los que estaban dispersos sobre la tierra. Porque allí, en un cementerio tan respetable, había cráneos cuya única paz era la paz de la luna, sin dudas el más tremebundo de los descansos. Si yo fuera un muerto, me habría gustado que varios muchachos fastidiosos me llevaran consigo y me salvaran de aquella obstinada intemperie. Sin embargo, puedo entender que a alguien le parezca un sacrilegio. Que lo es, no digo yo si lo es, pero fue exactamente lo que hicimos. Nos llevamos no un cráneo, sino dos. Y los jodedores de la beca le pusieron nombre a cada calavera. Qué nombres, foristas. Wisin, la del occipital hundido. Y Yandel la más cabezona. Creo que un día fueron hasta al estadio y todo. Dormían con nosotros. Se bañaban con nosotros. Estábamos enfermos, o medio muertos. Aquello nos parecía normal. Hasta que un profesor nos trabó en la gracia y en pago pintamos tres kilómetros de paredes y perdimos una semana de pase. Dos veces me retuvieron a mí en esa escuela. Bien pocas, para todas las trastadas que hice.

La segunda porque coincidí con el viejo Pedro, aquí mismo, en la banda de tercera. Me quedé tieso. La última persona que deseaba ver en ese momento era aquel profesor recalcitrante e inamovible. El tipo no entendía. En vano intenté hablarle. Sin embargo, hoy daría cualquier cosa por encontrarme al viejo Pedro. Pero no está. Ni siquiera me tomo el trabajo de buscarle, porque el viejo Pedro ya no debe ni existir. No conozco a nadie. No hay nada propio de aquellos tiempos, tan extraños que parecen mentira. Se los dije, foristas, las cosas han cambiado. Antes Matanzas perdía. Ahora gana. Antes era un equipo fantasma. Ahora todos lo aplauden. Da gusto venir a un estadio así. Repleto, alegre, sin pasado. O con un pasado que poco a poco va cayendo en el olvido. Eso es lo otro que hay que aprender. No quiero parecer pedante. Esa es la única verdad, mirar al frente y seguir. El día que me robé el home, sin embargo, me raspé la rodilla. Ya no duele, es cierto, pero se me ha quedado la cabrona marca.

Se han publicado 259 comentarios



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  • vicente dijo:

    Rompiste el record de participación en el foro si no es así creo que te acercastes bastante. Contar las cosas de manera diferente no es un privilegio, es talento, me ha gustado su cronica y le deseo exitos en su futuro, creo que puedes escribir algo mas que deportes.!felicidades!

  • Juana Prieto Carballo dijo:

    Hola Carlos manuel, me recomendaron tu crónica, y me gustó aunque debo confesarte que me salté algunos párrafos. vas tener detractores como ya se observa en algún que otro comentario y gente como yo a la que le gustó tu estilo casi cinematográfico...Esa que está en tu crónica es Cuba y su gente con sus defectos y virtudes. 22 años dices??? wuao el futuro te depara "cosas" grandes. esa palabrita "cosas" No me gusta. Tú la empleas demasiado. Y lo de los párrafos que no leí, la vida acá anda así de apurada...sigue escribiendo lo haces súper pero please, poda algunas líneas. Suerte campeón

  • nelim dijo:

    Me impresinó mucho ver la indescriptible forma en que lograste de que a pesar de en un pincipio no estar de acuerdo con muchas de tus ideas al terminar la lectura me quedara en los labios un sabor muy agradable, así que considero tu crónica como una de las cosas marabillosas que me han pasado en este día, como la vida misma imperfecta, complicada, retadora pero que no puedes dejar pasar por alto...
    felicidades, no pude despegar mis ojos de tus palabras como si me estuvieras susurrando en el oido...

  • Luis Matos dijo:

    La forma de narrar está bien, a mi entender, y confieso que cuando encontré frases irrespetuosas, estuve a punto de no continuar la lectura, pero consideré necesario concluir para dar mi opinión, como profesor que fui de una escuela similar (Escuela Vocacional V.I. Lenin primero y después Pre de Ciencias Exactas). Al leer las opiniones, consideré no repetir cosas dichas, y me limito a apoyar los planteamientos donde se te hacen críticas constructivas, y no las que resaltan la crónica sin tener en cuenta el irrespeto a los que hacen referencia algunos, o los que te atacan sin contemplación. Tienes cosas positivas, pero debes tener en cuenta los señalamientos, para futuros trabajos.
    También me traes muchos recuerdos, no como estudiante, pues de niño no recuerdo ninguna travesura en la Escuela, a los 15 años ya estaba dando clases en el Batallón Fronterizo en Guantánamo. También estuve como profesor en los Camilitos de Santiago de Cuba y de Matanzas, viviendo en La Habana, por lo que tuve que batallar mucho en carretera. Aunque eran escuelas militares, algunos alumnos no eran fáciles. Recuerdo que en Santiago de Cuba, al concluir una clase, cometí el error de coger a un alumno por el cuello, porque a espaldas mías hacía gestos de pistolero (yo era dos años mayor que ellos, pero parecía menor, y me decían Bily el Niño). Ya de profesor en la Lenin, con 21 años, enfrenté muchas travesuras de esas que cometen incluso los buenos estudiantes, como las de los que se fugaban para el Parque Lenin o el Jardín Botánico, y los que después de las 10 PM se iban con su pareja al campo deportivo o sus alrededores, ya te imaginas, pero a pesar de mi carácter fuerte por el tiempo que estuve en la vida militar, nunca los llevé a Consejos de Disciplina, ni les citaba a sus padres para darles las quejas, pues me consideraba responsable de su educación.
    No he leído otros escritos tuyos, pero por los comentarios se va por buen camino. Sigue las sugerencias y serás muy buen escritor.
    Un abrazo,
    Luis Matos, profesor durante 33 años, actualmente trabajador del turismo, pero considero que sigo siendo un educador.

  • Lizette dijo:

    Carlitos: Una crónica estelar....FELICIDADES....me siento orgullosa por conocerte...solo puedo decirte que me hiciste recordar los viejos tiempos en la Vocacional Lenin, y hasta se me salieron las lágrimas, el futuro es tuyo.....Sigue regalándonos tu talento

  • renio dijo:

    tal parece que tus amigos te dan aliento o los estimulas con algo para que digan que bueno , que crónoca mas especial, pero autoevalúate, evaluándote yo, expreso:
    Que Pujoooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo
    Mijo tu tienes que pedirle permiso a Benedetti para escribir algo y lo calificas de......
    te aconsejo que no escribas mas .

  • Ernesto dijo:

    Oye flaco como me he reido fantastico !!!Felicitaciones solo el que vivio en beca, conoce esos detalles gracias mi hermano.

  • Montane dijo:

    PERO HAY QUE SER MUY BURRO PARA CUANDO A UNO NO LE GUSTA UN ESCRITO, ARTÍCULO O CRÓNICA AREMETER CONTRA EL PERIODISTA COMO SI FUERA UN ENEMIGO, POR FAVOR CUBANOS APRENDAMOS A DISENTIR SIN OFENDER...EL JOVEN SOLO HACE UNA CRÓNICA DE SU VIDA PERSONAL Y POR ELLOS SUS CRITERIOS PERSONALES, AL QUE NO LE GUSTE QUE NI PIERDA EL TIEMPO, PERO NO OFENDAN...AH Y POR CIERTO ME PARECIÓ MUY BUENA Y FRESCA Y MÁS QUE CÓMICA ME PARECIÓ CONMOVEDORA, ES QUE A VECES ESOS "ESCRITICOS" TE TRANSPORTAN A UNA EDAD Y UNA VIDA QUE LAMENTABLEMENTE NO VOLVERÁN Y QUE TUVO MUCHO QUE VER EN LA FORMA QUE DESPUÉS ENFRENTAMOS LA VIDA...SALUDOS INDUSTRIALISTAS AL MATANCERO, JOVEN REALIDAD DEL PERIODISMO CUBANO

  • victor dijo:

    Un saludo para Barroco,Ariel, El Güije de un fundador de la Ché Guevara, la visité en el 2005 y dá pena.
    Carlos Manuel, tengo dos preguntas:¿Qué opinión te merecen los profanadores?, los restos bien podian ser de tus antepasados y la identidad nacional comienza por el respeto a nuestros muertos por lo que no encuentro motivo de resaltar lo que un día comprenderas como un error y en segundo lugar ¿ No te consideras Latino Americano?. Hay cosas en que debes pensar. Por tu disgusto con M.B. te lo acepto como un derecho a expresar tu opinión, pero el analísis valorativo que haces de su obra es el que te queda grande.Los tiempos es cierto han cambiado, pero hay que saber cambiar con los tiempos y si tengo que compartir mi almuerzo contigo como con cualquier semejante de seguro lo hago a gusto.

  • victor dijo:

    un saludo para los exalumnos de la Ché Guevara, de un fundador e integrante de su primera graduación en el 1978, la visité en el 2005 cuando cumplió 30 años y dá pena.
    Carlos Manuel, solo dos cosas, resaltar la profanación es atentar contra nuestra identidad nacional que comienza por el respeto a nuestros muertos, esos craneos que merecen todo el respeto por lo que fueron antes como ya se expresó aquí y en segundo lugar no te censuro porque no te guste la obra de M.B.,pero valorar su obra de forma tan superficial es muestra de que te falta madurez.

  • Osiel dijo:

    Muy wwbuen trabajo felicidades

  • alexander dijo:

    mira, no entiendo nada y me lei el articulo de arriba hasta abajo, y nada, hablas de 20 pesos un taxi de turismo? y hasta matanzas eso es ridiculo

  • LeonardoDaVinci dijo:

    Yo no soy periodista para valorar tu crónica de buena, mala o regular pero como simple lector me encantó, soy de la misma generación y aún guardo todos los recuerdos del preuniversitario. Como tu dices fue el paraíso de mi vida del cual no se debería salir. Yo estaba en el Carlos Roloff de Cienfuegos y aunque no nos fugabamos para el estadio porque estaba a mas de 30 km si nos íbamos para el río, nos tirábamos agua en las tasas, nos escondíamos el colchon pero también nos bañabamos con el mismo jabón, comíamos del mismo pozuelo, jugábamos futbol con las medias y los zapatos usados del compañero, y lo más importante: no aprendíamos chismes de gente, ni estabamos pensando en la mejor ubicación para mejor salario como bien dices se hace en la universidad, nos preparamos para la vida en las materias y en todo.
    Sigue haciendo esas crónicas que en 5 minutos de lectura vi pasar los 3 mejores años de mi vida y eso pocos lo logran.

  • Cerro Cerrao dijo:

    Buenísima crónica, una vez más lo haces muy bien, te felicito de todo corazón (sin guataquerías), puedo descansadamente ser tu mamá y la experiencia me dice que vas a llegar lejos, eres buen comunicador por eso haces reir con tus narraciones, una vez más, sigue así y olvida a los que te critican, la vida es así y te darás cuenta con el transcurrir de los años, no somos moneditas de oro para caerles bien a todos, ni agradarles a todos, además cada persona es libre de tener una opinión sobre las cosas y lo que a unos les gusta, a otros no, para gusto colores y para colores las f...., mientras hablen de tí,MAL o BIEN, alégrate, es que existes.

  • Xeler dijo:

    CArlos: atractiva y divertida la crónica. Los comentarios de la gente son favorables y hay quienes te dan sabios consejos. Te vendrán bien, eres joven y tienes el potencial. Suerte!

  • MALA dijo:

    Es increible ya estoy entre tus fanáticos. Felicidades, estas cosas hacen falta.

  • MANOLOGLEZ dijo:

    Excelente crónica socio!
    Al que no le guste,pues que pase la página.
    Hay que ser realmente valiente para contar lo de Benedetti,lo de los Museos y lo de los craneos.
    Pon en tu equipo y enseñale al que por allá arriba se le fue el tren hablando de Messi y del Balón de Oro.
    Es de tu Facultad,está en 2do Año y lo acribillaron,yo me incluyo.
    Sigue así que vas bien,yo siempre te leo.
    Otra cosa chamaco,olvidate que Matanzas no puede seguir ese paso!
    Aunque creo que con lo que se ha hecho justifica llenar el Victoria de Girón.
    SL2 AZULES!

  • Iramis dijo:

    Suelo leerme estas crónicas (o a veces comentarios porque saben a híbrido) y suelen gustarme, aunque realmente me parece grande el adjetivo de geniales. Simpáticas, es cierto, distintas a lo que se lee en nuestra prensa, con títulos sugestivos, aunque un tanto engañosos, lo cual no está mal en sí, pues funcionan bien para atraer al lector. Pero esta en particular no me engancha, y lamento no coincidir con la unánime ovación de los foristas. Como el picaflor, el discurso salta de aquí para allá, va de ola en ola, en un intento de ser original y llamar la atención a toda costa. El hilo, como el de Ariadna, se estira tanto, que por momentos se pierde. Yo sugeriría menos cerebro y más pasión. Parece un texto cubista, pero no de Picasso.

  • Pedro Sosa dijo:

    oye brother te escribe un matancero vocacionalista tambien aunque de hace ya 30 años, puedo ser tu padre, de hecho mi hija estudió contigo en la carlos marx tiene tu misma edad, se llama deyanira, llegue tarde hoy, mucha pincha,barbara tu cronica no se ni papa de periodismo ni de cronicas solo se que me la leí completa a las 5 y media de la tarde es decir que hace media hora debía haberme ido hechando y todavía estoy aquí escribiendo mi opinión, socio a mi me quemaron los dedos en la carlos marx y fue bueno pues no tuve qe ir al campo esas vacaciones jajaja, no me interesaba mucho la pelota pero iba a comer pizza al victoria y a joder con los socios a donde mas me escapaba era para el cine moderno (el velazco estaba cerrado) y a tomar jugos y comer platanitos a la dominica, que ricos, eran grandísimos, hoy todavía tengo espíritu de estudiante por eso me gustó tu artículo me recuerdas además a un amigo de perico que escribía como tú pero nunca pudo publicar, fijate si tengo espíritu vocacionalista que escribo estos comentarios a nombre de un socio de la escuela que no sabe nada, para que los amigos lo jodan a él jajajaja, me llamo igual que tu cm, felicifdades y sigue así.aaaaaaaaaaaa y matanzas campeón, hasta yo estoy siguiendo la pelota.

  • Druix dijo:

    No amilanes, a pesar de las críticas. Tu crónica me pareció de lo más natural. Sin dudas reflejas una gran parte de la juventud Habana-Mtzas por lo menos. Ojalá y nos coronemos campeones este año.

  • Anabel dijo:

    Carlos, como mismo dices, no te pierdas esta crónica ;-) vas bien flaco, llegarás a ser grande, veras q si... Saludos y mis respetos...

  • gladys VAZQUEZ dijo:

    MUCHACHO.ESTO TELO ESQURIBE UNA VIEJA matanszera.con farta de octografia.DIOS TE VENDIGA ERES UN MAGO.DE LAS LETRA.SALUDOS.AIIILOOOOVIIII UUUUUUUUU.GLADYS./

  • Liz Martínez dijo:

    Hola Carlos. Mucho gusto soy Liz, tenemos algunas cosas en común por lo que pude apreciar. Yo también tengo 22 años y si Dios lo permite el próximo mes de mayo expongo mi tesis para graduarme de periodismo. Me ha pasado como tú muchas veces, la gente me pregunta con cara de pescao en tarima si en serio me gusta la pelota. No lo hacen porque les parezca rara, si no porque me ven femenina y no pueden concebir, aún en medio del siglo XXI que una mujer sea fanática a la pelota, bueno fanática no, soy más que eso y comento con cualquiera de estadísticas y lanzamientos. También me gusta el fútbol, pero bueno ya ese es otro comentario.
    También me gustaba Benedetti, pero lo dejé por otro. Ahora busco el placer en otras lecturas, pero me queda un rezago latinoamericanista y es Gabriel García Márquez incluso siento que soy sensible a las críticas que a él puedan hacerle. Conmigo enfrente no es algo que recomiende. Soy enemiga acérrima de los Industriales, cuando alguno de ellos consume su turno al bate en el equipo Cuba ni siquiera ahí deseo que den el homerone.
    Pero por otra parte pienso que en algo (y supongo que en otras muchas cosas) no estamos parejos. También tuve mi vocacional, la Che Guevara en Santa Clara por eso comprenderás que si hubiera ido al Victoria de Girón, en definitiva y aún sin reponerme del duro golpe de 2010 cuando pensé que todo estaba de este lado, de cualquier forma Caros, yo hubiera gritado por Villa Clara.

  • leorey dijo:

    me aburrió...no llegue al final uff!! que pena

  • Dexter dijo:

    magnifico me gusto mucho en al principio se me hizo un poco aburrida pero me facino esa forma de escribir tuya carloa FELICIDADES

  • desde la vieja europa dijo:

    Interesante cronica que rememora los momentos vividos en las becas, algunas cosas irreverentes pero justificables para una pluma de 22 años.

    Muy fresco y refleja lo que muchos vivimos y nadie escribio por pensar que no lo merecia. Lo natural y cotidiano de la cronica ha provocado un sin numero de comentarios interesantes y de todos los colores.

    Gracia cuba por el Debate.

  • Gabo dijo:

    Que adulones. Arrogante hasta el tuétano. Un chico engreído con aptitudes para escribir, pero no de buenas ideas vive el hombre. Sigue escribiendo.

  • moni gonzalez dijo:

    Hola Carlos. no me disgusta tú "cronica",se nota que tienes debilidad por la pluma, pero con tu permiso voy a corregirte sobre los "poetas" a cuales te dirigistes en el parrafo.
    En la cual haces incapié lo insoportables que pueden ser estos, como por ejemplo Benedetti. Te sugiero que deberias mejorar tu expreción cuando te referis a ellos, ya que a un poeta se lo jusga por sus "versos" y no por su manera de expresarse,oh como un jugador u corredor,que a estos se los jusga por la escala a la cual han llegado.¿se entinde?. por ende felicitaciones....

  • Odalis dijo:

    Hola Carlos, desde Venezuela te felicito por tu excelente cronica, al principio no tenia deseos de seguir la lectura, pero como persona impaciente que soy lei el final y me he reido, entonces comence desde el principio, llevo 23 meses en mi mision y siempre recibo el correo de Cubadebate y jamas te habia leido, pero espero que nos sigas deleitando con estas cronicas que nos hacen recordar nuestra bella juventud, porque todos sin duda tenemos nuestras historias,te recomiendo que te nutras de todos los comentarios que han publicado pero q

  • Jose Yamir dijo:

    Chamaco, excelente tu cronica, no comparto tus disgusto por deep purple, benedetti y tolkien pero quiza sea porque tengo casi 40 años e imparto clases en una universidad (UCM de VC). Te falta quiza limar los enlaces entre tu historia y tus recuerdos; o mas bien salir elegantemente de ellos. Lo cierto que eres parte de los jovenes que retratan a nuestro pais en sus cronicas. suerte y adelante

Se han publicado 259 comentarios



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Carlos Manuel Álvarez

Carlos Manuel Álvarez

Matanzas, 1989. Periodista y colaborador de Cubadebate.

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