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No te pierdas esta crónica: Nadie te dará su almuerzo

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Carlos Manuel Álvarez, colaborador de CubaDebate

Carlos Manuel Álvarez, uno de los jóvenes cronistas de CubaDebate.

Qué les puedo contar, foristas, las cosas han cambiado. Saben quién soy. Saben que me llamo Carlos y que tengo 22 años. Que estudio algo y que hago mis cosas, un par de artículos a la semana, nada del otro mundo. Sé que les parezco joven, pero no es así. Bueno, con razón les digo que las cosas han cambiado. Es una señal de que empiezo a envejecer.

De repente te percatas de que nada es igual, pero tienes que seguir con esa carga. Hace par de semanas salí de La Habana, iba para el Victoria de Girón. No tengo que decirles, ustedes saben lo que es el Victoria de Girón: el estadio de Matanzas. Lo que no saben es que en ese estadio eché yo buena parte de mi adolescencia y casi todas mis ilusiones.

Pues como decía fui hasta el intermitente de Alamar y me puse a esperar una guagua. Esperé cerca de media hora y no pasaba ninguna. Al rato paró un taxi de esos de los modernos, justo delante de mí. Otra gente le había hecho la seña pero en lo que el chofer frenó yo me adelanté y logré clasificar. El de la seña era un hombre, si hubiera sido una mujer le habría dado paso, pero como no era una mujer hice de oídos sordos y me senté. El hombre se quedó refunfuñando y diciendo sandeces en voz baja. No tuvo valor para encararme. Milagro, porque yo soy flaco, bastante escuálido, mi cara es una cara de cobarde o de no andar metiéndose en líos, y la gente aprovecha y a cada rato se lanza y prueba fuerzas. A veces les doy paso y a veces me pongo en mis trece. Es así, como un juego de naipes. Hay que saber cuándo soltar y cuándo recoger.

El chofer me dijo que eran veinte pesos. Le pagué con tres billetes de a cinco y cinco de a uno, no tenía más nada. Me miró con cara de pocos amigos pero enseguida se relajó. Parece que algo en mí le atrajo porque cerca de Tarará me preguntó hasta dónde yo iba. En el taxi había otras tres personas. ¿Conmigo?, le dije. Sí, contigo. Hasta Matanzas, dije, a ver la pelota. Quién juega hoy, dijo. Matanzas-Artemisa, dije. El chofer vestía elegante. Bueno, su carro era un Peugeot moderno. Tenía porte de vivir en Varadero, o en alguna zona residencial.

Andaba cerca de los cincuenta. Unas pocas canas le adornaban la cabeza. Le quedaban bien, ciertamente, le daban un toque interesante. Y su cara no era la cara demacrada de un chofer, era la cara despejada de un ingeniero o de un abogado. Quizás, pensé en ese momento, fue abogado o ingeniero en alguna etapa de su vida, esas cosas suceden en Cuba. Los ingenieros manejan carros y ganan su dinero, es normal. ¿Y a ti te gusta la pelota?, preguntó. Los otros pasajeros miraron extrañados. A mí sí, por qué. No, porque no lo aparentas. Los pasajeros echaron a reír. Decidí no contestar, el tipo me estaba jodiendo. Pero no le faltaba razón. Tengo muchos pelos en la cabeza y en la barba y ando por la vida como bobeando. No tengo pinta de que me guste la pelota. Tengo pinta de que me guste Tolkien o Deep Purple, pero no me gustan las cosas raras.

Me gusta la pelota, y aunque no me gusta el dominó ni el ron, bailo casino y les mando poemas a las mujeres. Es toda una técnica. Hay que saber qué poema va con cada mujer. No puedes enviarle un poema de Benedetti a una niña avispada y uno de Bukowsky a una tonta. En verdad no debes enviarle poemas de Benedetti a nadie. Perdónenme los latinoamericanos, pero el tipo es insoportable. Bueno, no debo hablar así. Ya se los dije, las cosas han cambiado.

Cuando yo estaba en décimo grado e iba al Victoria de Girón mi poeta preferido era Benedetti. El uruguayo me revolcaba, pero no daba resultado. A las mujeres hay que entrarle con algo más fuerte. Tampoco Bukowsky, claro, era un decir. Bukowsky las ahuyenta y no es menos insoportable que Benedetti, aunque viene mejor con los tiempos que corren. Y tiene, además, un poema sublime. Empieza así: There is a blue bird in my heart that wants to get out. Eso quiere decir que el hombre tiene un pájaro azul en su corazón y que el pájaro quiere salir. Es una metáfora, no vengan con el chiste. Después dice que su canto, el canto del pájaro, es tan tierno como para hacer llorar a un hombre, pero que él, Bukowsky, no llora. Y termina preguntándote: ¿Lloras tú? Eso me tumbó, el tipo se te para de frente y te pregunta si eres capaz de llorar. Pero no es, evidentemente, un poema que yo pueda hacer mío, porque el pájaro es azul, si fuera verde tal vez, o marrón, pero como es azul la gente enseguida va a salir con que yo soy industrialista, y nada más lejos de la verdad. Nunca le he ido a Industriales ni le iré, pero si lo buscan verán que el poema es un tronco de poema. Sí, foristas, búsquenlo. Es un poemazo. Si lo buscan y lo leen no me podrán decir que no.

***

Una hora demoró el taxi de La Habana a Matanzas. Me dejó en el Viaducto. Del Viaducto al estadio hay todavía varios kilómetros. Loma arriba. Matanzas está llena de lomas, eso es lo que no me gusta de la ciudad. Eso y que un día, así, sin más, tuve que irme de ella porque se me acababa el preuniversitario y era hora de seguir. ¡Qué farsa eso de seguir! Yo me hubiera quedado en la vocacional toda la vida. De ahí se veía la bahía y las luces de la noche. Ese es mi único paraíso y mi única patria. Suena cursi, pero es real.

Subí dos cuadras por la calle Contreras y esperé la 19. Antes, por suerte, paró una ruta de empleados de no sé dónde, que pasaba cerca del estadio, y en eso mismo me fui. Este chofer sí tenía aspecto de chofer, es decir, un tipo centrado en su timón y con miles de ideas bien fuertes dentro de su cabeza. Llevaba puesta la radio. Yo no soporto la radio. Si hay algo que no me gusta son los malditos programas de participación. Solo comparado con el rechazo que me provocan los retratos de época. Hay quien los ve hermosos, pero a mí me parecen horribles. No he visto mucha pintura, es cierto, tampoco muchos originales, no he ido ni a Bellas Artes, pero todas las mujeres de antes eran gordas y rosadas. No hay una sola que sea por lo menos normal. No, todas obesas y rechonchas y con tremenda sonrisa a todo lo largo y ancho de sus caras de damas respetables. Esa sería una buena pregunta. ¿Por qué los pintores de cámara solo retrataban a mujeres gordas? Bueno, debe ser porque las tipas comían mucho. No les faltaba nada, supongo. Lacayos, manjares, amores prohibidos. Todas esas condesas eran unas zorras. Tenían su marido pero se enamoraban de los artistas. Así le pasó a Goya, por ejemplo. No es que yo sepa mucho de Goya, pero hace poco tuve que estudiarlo. Esos chismes siempre le interesan a uno. Es lo que más se saca de la universidad. Chismes históricos, chismes actuales, chismes del profesor, chismes del alumno. Nadie escapa. Ni los peloteros. ¡Mira que en la universidad se habla de los peloteros! Bueno, en todos lados.

Detrás de mí, en la ruta de no sé dónde, iban dos tipos hablando de Víctor Mesa. Que si visitó a cada uno de sus jugadores para ver el estado en que viven, que si el hombre es un líder, que puede ser un líder pero es un payaso y a mí no me gustan los payasos, que puede ser un payaso pero lo que importan son los resultados, que qué tú hablas si hace veinte años Matanzas no hacía nada y mira cómo está, que sí pero que no y que mejor cállate la boca que ahora el estadio se llena y antes parecía un cementerio. Sí, es cierto. El estadio está lleno, abarrotado. No lo reconozco. Lo pintaron incluso. No me gusta mucho el color, un rosado que no expresa demasiado pero que quizás era el único lote de pintura que había en la provincia. Hay carteles por todas partes. Esos carteles me abruman, foristas.

No me dicen absolutamente nada. Pero no quiero parecer pedante. A alguien le debe decir algo y eso lo justifica. ¡Cocodrilos al combate! Parece una consigna de tiempo de guerra. Nada que tenga que ver con el deporte, y menos en tiempo de paz. Lo que sí me gustan son las gigantografías, o las fotos de la entrada. Pude ver el rostro de Lino Betancourt, un pelotero que había imaginado pero que no sabía cómo era y que según parece tenía su estilo, aunque tampoco podría asegurarlo. Me siento por la banda de tercera. Puedo sentarme detrás de home, ya tengo credencial de prensa. Se los dije, las cosas han cambiado. No deja de ser irónico. Puedo llegar a los estadios y sacar mi pasaporte y pasar como si fuera mi casa, pero para qué, no tiene caso, mi estampa no es tampoco la de un periodista deportivo.

Los periodistas deportivos son lo más antideportistas que hay. Echan barriga y teorizan. Yo puedo parecer un lector de Tolkien, pero juego varias cosas y no lo hago del todo mal. Una vez hasta pisé la grama del Victoria. Me faltaba poco para graduarme del preuniversitario y nos llevaron a disputar un play contra los profesores. Jugué de segundo bate y cubrí el left. Di hasta un triple, me robé el home y no hice errores. Me vestí de héroe, aunque hubo quien lo hizo mejor que yo. Las muchachas nos aplaudían. Los amigos también. No guardo en toda mi vida un recuerdo más feliz. Lo puedo jurar. Terminamos tocando una conga y todo el mundo moviendo la cintura. La noche cayó y nosotros ahí. Qué de risas y de gritos y de felicidad. Era increíble estar vivos y estar en aquel lugar y habernos encontrado justamente nosotros: los matanceros y los cubanos y los habitantes de este mundo más estelares de toda nuestra generación. Ese día, que yo recuerde, nadie se sentó detrás de home. Lógico, debe ser terrible ver un partido detrás de esas mallas. Como si fuera un fotograma. Las jugadas cuadriculadas, por recortes. ¡Ni muerto saco yo una credencial y me siento ahí!, donde se sientan los tipos importantes. No es que esté mal ser un tipo importante, pero solo cuando se pasa de los cuarenta años. Cuando se tiene poco más de veinte, aparentar privilegios resulta patético. Y al final te desinflas. Además, si fuera una credencial para el Capri, valdría la pena, pero los estadios en Cuba cuestan un peso, hasta yo puedo costearlos.

Por eso me siento en la banda de tercera. Siempre me sentaba por aquí. Pero antes no había tanta alegría. El estadio parecía no un cementerio, sino una funeraria, que es peor. Venían alrededor de doscientas personas, no muchas más. Hay quien va a los parques, hay quien va al cine, hay quien va al mar y hay quien va al estadio. Suceda lo que suceda. Por aquella época, año 2005 ó 2006, Matanzas no ganaba ni treinta partidos, pero una banda de viejos fumadores de tabacos, y nosotros, estudiantes fugados de la escuela, siempre estábamos ahí. Tarde por tarde. Noche por noche. Madrugada por madrugada. La cobradora de la puerta ni nos paraba. Sigue siendo la misma, quizás con un poco más de canas, pero ya no se acuerda de mí.

***

Qué quiénes éramos nosotros. Yo y unos socios que ahora estudian Ingeniería. Son la gente más graciosa y más noble que he conocido en mis 22 años. Todavía no he visto a nadie igual. Pero claro, es imposible. Las cosas inevitablemente han cambiado. Aquellos muchachos se levantaban por la noche y te prendían candela en los dedos de los pies. ¿Les parece cruel? Las becas son así. A mi nadie me hizo eso, por supuesto. Siempre he intentado estar entre los que joden, no en los jodidos. Bueno, esos mismos muchachos después te ofrecían la pomada para que te curaras, pero si el día de la visita nadie te llevaba comida ellos te daban su almuerzo, o por lo menos una parte. A medida que crezcas nadie te dará su almuerzo.

Eso es algo, foristas, que hay que saber. Nadie te dará el almuerzo como lo daban mis socios del preuniversitario. Te lo ofrecían y luego se olvidaban. No eran conscientes del acto. Y luego en la madrugada te lanzaban encima una cubeta de agua fría y tenías que poner a secar el colchón y dormir en la tabla y asunto cerrado. Las becas, como la vida, pueden ser crueles, no lo niego, pero yo no he conocido un sitio mejor. Una vez el baño se aglomeró. La gente iba llegando y nadie llevaba jabón. Éramos como veinte, después como treinta, y nadie con jabón. Todo el mundo esperaba por el otro. Llegamos a vivir en ese grado de comunismo. ¿Y saben cómo se llamaba la escuela? Carlos Marx, foristas, la escuela se llamaba Carlos Marx. Sin palabras.

Pues ese mismo día nos bañamos con agua nada más y de ahí salimos para el estadio. Éramos alrededor de ocho. De la vocacional al Victoria de Girón no hay más de dos kilómetros. Y si se atraviesa el cementerio San Carlos, se llega más rápido. Cruzamos las tumbas, los panteones, los nichos sin nombre y salimos a la calle. Casi de madrugada regresamos, con otra derrota arriba, naturalmente, y en el viaje de vuelta a alguien se le ocurrió -a mí no, como se supone- que nos lleváramos un cráneo de los que estaban dispersos sobre la tierra. Porque allí, en un cementerio tan respetable, había cráneos cuya única paz era la paz de la luna, sin dudas el más tremebundo de los descansos. Si yo fuera un muerto, me habría gustado que varios muchachos fastidiosos me llevaran consigo y me salvaran de aquella obstinada intemperie. Sin embargo, puedo entender que a alguien le parezca un sacrilegio. Que lo es, no digo yo si lo es, pero fue exactamente lo que hicimos. Nos llevamos no un cráneo, sino dos. Y los jodedores de la beca le pusieron nombre a cada calavera. Qué nombres, foristas. Wisin, la del occipital hundido. Y Yandel la más cabezona. Creo que un día fueron hasta al estadio y todo. Dormían con nosotros. Se bañaban con nosotros. Estábamos enfermos, o medio muertos. Aquello nos parecía normal. Hasta que un profesor nos trabó en la gracia y en pago pintamos tres kilómetros de paredes y perdimos una semana de pase. Dos veces me retuvieron a mí en esa escuela. Bien pocas, para todas las trastadas que hice.

La segunda porque coincidí con el viejo Pedro, aquí mismo, en la banda de tercera. Me quedé tieso. La última persona que deseaba ver en ese momento era aquel profesor recalcitrante e inamovible. El tipo no entendía. En vano intenté hablarle. Sin embargo, hoy daría cualquier cosa por encontrarme al viejo Pedro. Pero no está. Ni siquiera me tomo el trabajo de buscarle, porque el viejo Pedro ya no debe ni existir. No conozco a nadie. No hay nada propio de aquellos tiempos, tan extraños que parecen mentira. Se los dije, foristas, las cosas han cambiado. Antes Matanzas perdía. Ahora gana. Antes era un equipo fantasma. Ahora todos lo aplauden. Da gusto venir a un estadio así. Repleto, alegre, sin pasado. O con un pasado que poco a poco va cayendo en el olvido. Eso es lo otro que hay que aprender. No quiero parecer pedante. Esa es la única verdad, mirar al frente y seguir. El día que me robé el home, sin embargo, me raspé la rodilla. Ya no duele, es cierto, pero se me ha quedado la cabrona marca.

Se han publicado 259 comentarios



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  • Carlos Manuel Álvarez dijo:

    Yordano: no me tienes que decir quién eres, compadre. Yo te recuerdo siempre, eres de los buenos. Ojalá podamos reencontranos algún día, para que nos bajen a hacer guardia de madrugada, después de haber hecho alguna de las nuestras. Unas cuantas maldades hicimos juntos. Abrazos.

  • Luis dijo:

    Esa cronoca es cuba por dentro en una de sus etapas que no les se su nombre.
    Pero lo importante es que es Cuba, nuestra Cuba inigualable y su gente incomparable.
    Hay que seguir desnudando lo nuestro que no se exterioriza y sacarlo como lo mas natural y hermoso de nuestra idiosincracia y nuestra cubanaia.
    Sigue asi muchacho !. Tus cosas tienen cosas. Hacen reir y hasta pensar.
    Con 43 anos sobre tu edad, siento la envidia de no haber sido como tu en mis tiempos luminosos de mi juventud y mis rachas.

  • abel dijo:

    a mi' tampoco me gusto'
    dentro de unos agnos e'l pensara' lo mismo

  • reysander dijo:

    carlito espero un buen articulo del Villa Clara vs Matanzas y que no te diluyas tanto en temas que se salen del ambito deportivo.

  • fer dijo:

    MAS de 100 comentarios!de esta cronica de Carlos Manuel.Voy a ser muy CRITICO y talvez impertinente y desatinado,PERO ME PROCUPA MUCHISISIMO EL FUTURO DE CUBA>SU JUVENTUD QUE ESTA A SIGLOS LUZ DE LO QUE PROMETIERON como pioneros>seremos como el CHE!Vamos a Holguin a solidarizar con nuestros 5 heroes,dejando aca en Canada grandes responsabilides de TRABAJO.He estado en la Habana,Varadero,etc y he visto demasiado desvinculados en los parques,leyendo,sentados muchas horas,dialogando sobre la pelota.Recuerdo que pase temprano por un parque cerca del Capitolio y seguian los mismos discutiendo hasta bien tarde ese dia.Y por broma le pregunte a unos habaneros:Y todos Uds.NO TRABAJAN?.Mire amigo me dijo uno aca en CUBA debe ser el unico pais donde los que menos trabajan son los que mejor COMEN!No quiero seguir criticando mas lo que he vivido Y visto en Cuba, pero creo que el ESTADO ES DEMASIADO BENEVOLENTE con muchos desvinculados.OJALA QUE NAZCAN HOMBRES EJEMPLARES COMO EL CHE NO SOLO EN CUBA SINO EN TODO EL PLANETA>VENCEREMOS!

  • Julio R. Iglesias dijo:

    Un saludo Carlos, y por supuesto para el resto de los foristas...Me gustó la crónica y me ha gustado mucho la opinión vertida por cada uno de ustedes.
    En cuanto a tu trabajo Carlos, a pesar de la distancia (geográfica, de materia, de edad, de trabajo) yo soy de La Habana, Abogado, trabajo para CUPET, me sentí y me siento muy identificado con lo que escribes en él.
    Me encanta la pelota, por demás soy azul de corazón, de convicción y de filosofía, pero fui un joven como tú y tuve mis buenos amigos, los mejores amigos del mundo, hoy son ingeniero, traductores de aInglés, y haciamos todo lo que cuentas y no solo compartíamos el almuerzo, compartíamos la ropa, el dinero, los sueños, las ideas y los sentimientos, pero ante eran otros tiempos y como tú has dicho los tiempos han cambiado.
    Mis amigos de siempre tienen sus familias y sus propios hijos y nos encontramos para contar lo mismo que tú has escrito tan sencillamente y sin palabras elitistas ni con ecos.
    Por eso agradezco tu crónica, la agradezco por ello y por mí.
    Y sí, esto es un debate también y que mejor escenario que este para cruzarlos con los foristas.
    Déjame decirte Carlos que cuando niño participé y gané el concurso
    " Como Viviré en el año 2000? " y lo que recuerdo es que nada de lo que escribí he vivido a partir del 2000, pero guardo los sueños y los recuerdos como reliquias, es que los tiempos han cambiado .
    Saludos a todos reiterados.
    Julio

  • Rony dijo:

    Vaya socio, esta vez me has dejado sin palabras, me sacaste las lagrimas, hablaste de mi vocacional que s tambien mi unica patria y es que la Carlos Marex es un lugar especial y magico me basta con repetir tus palabras...¡Qué farsa eso de seguir! Yo me hubiera quedado en la vocacional toda la vida. De ahí se veía la bahía y las luces de la noche. Ese es mi único paraíso y mi única patria...
    Yo tambien me hubiera quedado para siempre.....

  • Ruben Gomez neyra dijo:

    jajaja si me parecio un poco ireverente, pero bien hilvanado y bien escrito , me atrapo desde el primer momento y me hizo reir tambien, diria yo que eres muy ocurrente y sabio, pues vas llevandonos hasta el final de la cronica como si fuera una red de una araña que no te puedes safar, te felicito eres, no es que vas a ser, eres un ecritor ya, joven, que a lo mejor te hace falta coger algunas tecnicas pero eres bueno, me guisto mucho tu cornica, jajaj es un retrato de nuestra Cuba actual, y es como una remembranza para todos lo que estuvimos becados, felicidades. de veras, ERES BUENO.

  • Di dijo:

    La mejor parte: ¡Cocodrilos al combate! jajajajajajaj

  • Messi_110% dijo:

    exelente crónica
    soy ingeniero en ciencias informáticas UCI, de 24 años,, y mientras leia esta crónica recordé mucho de mi paso por la vocaional Luis Urquiza Jorge de Las Tunas,, y por lo que dices me doy cuenta de las similitudes de historias en la vocacional(excepto la de los cráneos porque no teníamos que atravesar un cementerio para ir al estadio) y también estaba en ese grupo de los jodedores,, jejeje...

  • Rony dijo:

    Vaya socio, esta vez me has dejado sin palabras, me sacaste las lagrimas, hablaste de mi vocacional que es tambien mi unica patria y es que la Carlos Marx es un lugar especial y magico me basta con repetir tus palabras...¡Qué farsa eso de seguir! Yo me hubiera quedado en la vocacional toda la vida. De ahí se veía la bahía y las luces de la noche. Ese es mi único paraíso y mi única patria...
    Yo tambien me hubiera quedado para siempre.....

  • barbara dijo:

    Carlos Manuel te invito a almorzar en tu próximo viaje a Matanzas.
    Esta noche también iré al Victoria, y voy detrás de tercera. Ya tengo un silbato preparado. Me encanta llevar un silbato al estadio y ver la cara de la gente cuando hago uso de él.
    Bella tu crónica. Fresca, desenfadada igual que tú, con tu pelo, tus chancletas...
    Un beso grande desde Matanzas con sus calles empinadas y su estadio rosado. Tal vez algún día pueda estar de rojo...

  • Rosy. dijo:

    bien sincero y refrescante.
    Falta síntesis, pero me lo gocé.
    Gracias!

  • RAMÓN RAMOS dijo:

    Realmente es una buena crónica ,me recordaste los tiempos en que me fugaba del pre Adela Azcuy de Sandino para el estadio Capitán San Luis ,la única diferencia es que eran 70 kilómetros más que los tuyos al Girón pero con historias parecidas a las tuyas..Solo he visitado 1 vez ese estadio en el año 89 un juego entre Henequeneros y Metros, Jorge Luis Valdez y Tamayo un juego donde Metros le dio tremenda paliza a un Henequeneros clasificado, pero con el estadio como ahora repleto, un saludo y sigue escribiendo de esa forma y deja que todo el mundo opine y de su criterio.

  • cubano dijo:

    socio que artículo más aburrido y sin punto ¿tú sabes que en todos lados las cosas cambian y pasa el tiempo? ño una pila de párrafos para qué? que egocentrismo, que largo, ya apuraba el final a ver si había algo! joder y la vocacional no se llamaba, se llama aún.

  • G dijo:

    ABURRE

  • kv dijo:

    TU CRÓNICA ES MALÍSIMA ,NO SÉ COMO HAY FORISTAS A LOS CUALES LES HA GUSTADO, AL IGUAL QUE TÚ ESTUDIÉ EN UNA ESVOC PERO EN CAMAGUEY, MENOS MAL QUE NO ME HA DADO POR ESCRIBIR COSAS SIN VALOR ,CUBADEBATE SEAN MÁS SELECTIVOS...

  • Diosquin dijo:

    Flaco, te quedó bien, gracias por hacerlo diferente. No creas todo lo que lees en estos comentarios. Desgraciado el que no da origen a que piensen diferente.Saludos

  • Maritere dijo:

    Buen articulo para un aspirante a periodista, peeeeeeeeero aun tienes mucho que aprender y que demostrar.Superate y no te creas cosas para que de verdad seas bueno en lo que te gusta.

    Mucha falta de tacto el calificativo que le das a Benedetti, que no te guste no te da ese derecho, "tantas miradas no pueden estar equivocadas"

    MT va a buen paso peeeeeeeeeeero (el otro pero), ahorita se le acaba la gasolina, al final solo llegan los + fieros, un hurra para Victor Mesa

  • Reynaldo dijo:

    Premio a la monotonía

  • sofia dijo:

    muy buena, en verdad, pero no te perdono lo de benedetti!

  • Maritere dijo:

    Buen articulo para un principiante peeeeeeeeeeeeero aun te falta mucho por aprender y demostrar, superate y no te creas cosas para que al final seas bueno en lo que haces, 22 añitos es muy poco tiempo de vida para creer que ya estas de vuelta de todo.
    Mucha falta de tacto y profesionalidad en tus palabras a Benedetti, ese es una gloria de la literatura universal y "tantas miradas no pueden estar equivocadas", aparte de seguir la pelota te recomiendo leer de todo y coger cultura general, llegate por el Museo de Bellas Artes, eso ayuda.
    Un hurra para Victor Mesa, MT lo esta haciendo bien peeeeeeeeeeero (el segundo pero) ahorita se le acaba la gasolina, al final solo llegan los mas feroces.
    ¿Viste?

  • Kari dijo:

    Carlos Manuel, me gustó mucho tu crónica y aunque me encanta Benedetti, a mí ciertamente me podrían enamorar con sus poemas a pesar de ser una joven de esta generación, disfruté mucho tu frescura y autenticidad.
    Espero encontrarme con otras crónicas tuyas tan sugerentes como esta.

  • Violeta dijo:

    Mira para empezar debes estar súper contento porque más que exitoso el artículo ha sido súper polémico, me parece que tienes mayor número de comentarios que haya visto en Cubadebate jajaj. Felicidades, buen artículo. Última cosa yo no estudié en una vocacional, lo hice en un pre en el campo pero igual súper divertido. Ah de verdad no tienes mucha imagen de deportista.

  • Residente13 dijo:

    Crónicas cubanas y matanceras que llegan al otro lado del charco... en Barcelona.
    transmitiendo la alegría y la vitalidad de la cubania,
    del dia a dia,
    Tambien he leido todo el artículo, consigue que el interes crezca, y enganchar al lector.

    Sigue asi.

  • Rosa carret dijo:

    Carlos Manuel ¡¡¡tienes unos cuantos comentarios, no me he leido ninguno por falta de tiempo !!!....me encantó tu crónica, la lei de un tirón. Quisiera saber qué estudias....nada, curiosidad. Aqui estoy con mi hija de 23 años a mi lado y le he pedido te lea pues siempre le he dicho que el que no ha estado becado "no sabe lo que es la vida", es una etapa muy linda, claro, si sabes disfrutarla......
    Felicidades
    Roxana, Una forista de la ciudad de Camagüey

  • Riddick dijo:

    Chama muchas felicidades por esta crónica, te lo dice otro jóven de 21, y otros muchos te lo agradecen. No aplaudamos la monotonía de esta vida, de la tv, de la radio y de la prensa mi gente, aplaudamos lo nuevo mientras tenga calidad.
    Riddick
    Gtmo

  • JOEL LACHATAIGNERAIS POPA dijo:

    ¡Saludable, Carlos Manuel!:

    Es una crónica de verdad. Está salida de donde ese género ha de salir siempre: del fondo del YO íntimo. ¡Y qué falta hace que escribamos de estas todos los días!
    A mí me da pena como muchos de nosotros que nos llamamos periodistas a veces tenemos la crónica entre las manos, de frente mirándonos a nosotros y apenas nos damos cuenta.
    A veces pienso que en las aulas no se enseñan los medios apra lograrlas. Pero entre gentes como tú, he visto últimamente quienes se le aventuran y lo consiguen.
    Es un modo de ver con las manos enguantadas y hacer sentar en cómoda butaca como advierte el Maestro José Martí.
    Saludo a CUBADEBATE por contar contigo entre sus cronistas colaboradores. Y me siento ahí a esperarte para leerte nuevamente. Este es mi género favorito. Que puede ser como el famoso cuento superbreve que dio inicio a UNIVERSIDAD PARA TODOS, y extenso como la tuya, pero no aburrirnos…
    ¡Saludable, Carlos Manuel!

  • arianna dijo:

    como me he reido y he disfrutado con tu crónica, entre muchas cosas me he acordado de mis amigos del pre. por cierto, no andes hablando así de Goya, que lo de la duquesa de Alba no está demostrado que fuera algo más que especulaciones de los chismosos de la época jaja

  • Damian dijo:

    Carlos, socio, hace tiempo que vengo leyendote, y debo confesarte, a mi que no me gustan las confesiones, que tus crónicas son muy buenas e incluso algunas hasta mejores.
    Dicho esto, solo di el paso al frente en esto de los comentarios para trasmitirte un consejo, a mi, que detesto recibirlos y un poco más darlos. Pero ya que optaste de manera voluntaria a compartirte entre nosotros, lo cual nos otorga el respetable derecho al criterio sobre tu trabajo, decirte que no caigas en la tentación. El talento es palpable. La virtud se dibuja entre letras. La tentación siempre va a estar al borde del camino poniendo sillas que inviten a sentar,
    Un agradecimiento y un abrazo, aun sin conocernos,
    Damian

Se han publicado 259 comentarios



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Carlos Manuel Álvarez

Carlos Manuel Álvarez

Matanzas, 1989. Periodista y colaborador de Cubadebate.

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