Cubadebate y Ocean Sur convocan al III Concurso de Microrrelatos (+ Video)
Cubadebate y la casa editorial latinoamericana Ocean Sur convocan a la tercera edición de nuestro Concurso de Microrrelatos, que desde 2017 este sitio web dedica al advenimiento de la Feria Internacional del Libro en Cuba.
¡Participa! Demuestra en un relato corto tus capacidades como poeta, guionista o narrador. El ganador obtendrá una colección de libros, cortesía de Ocean Sur, los tres textos que compilan los artículos más destacados de Cubadebate que presentamos en nuestro aniversario 15, y la oportunidad de publicar su obra en este sitio web.
Si quieres ser el ganador, solo tienes que escribir un texto, que no exceda los mil (1 000) caracteres (sin espacios), que nos permita descubrir al escritor que eres. Inspírate y echa a volar tu imaginación, escribe un poema, un cuento, una décima, el inicio de una novela o testimonio…
Deja tu microtexto como un comentario en esta entrada, el plazo de admisión vence el jueves 7 de febrero, el día que iniciará la XXVIII Feria Internacional del Libro de La Habana.
El jurado estará integrado por reconocidos escritores y periodistas cubanos. Nos comunicaremos con los ganadores a través de la dirección de correo electrónico que escriban al enviar el comentario con su obra.
Ocean Sur y Cubadebate quieren premiar a los amantes de las letras con este concurso dedicado a la microliteratura.
En video, la convocatoria
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La paloma
Cuando vio la paloma, comprendió de inmediato su destino.
Miro a los suyos en corta señal de despedida, y salió volando.
La paloma
Cuando vio la paloma, comprendió de inmediato su destino.
Miro a los suyos en corta señal de despedida, y salió volando.
Querido Tin, hoy en día
a nuestra televisión
le faltaba, con razón
picotazos de alegría.
No solo yo juraría
que esto lo ha hecho Usted.
Sin dejar de ser quién es,
a su edad: hombre radiante,
ya tiene a Cuba anhelante,
por más ¨Colmena TV¨.
La paloma
Cuando vio la paloma, comprendió de inmediato su destino.
Miro a los suyos en corta señal de despedida, y salió volando.
La paloma
Cuando vio la paloma, comprendió de inmediato su destino.
Miro a los suyos en corta señal de despedida, y salió volando.
Frida Kahlo en cama
Y sobre el lienzo pinta verbos, como jarros colorados.
FURTIVA VENGANZA
Mientras miraba como hacían descender el ataúd hacia el oscuro hueco en su rostro se dibujó una mueca, mezcla de risa y llanto, con la que trataba de borrar la nítida imagen que se proyectaba en su cerebro: él, rojo de ira, profiriéndole a ella la ridícula amenaza:
- Tu engaño sólo merece un castigo, y lo recibirás, pues después de muerto estaré junto a tu cama hasta lograr hacerte ignorar cuando es día y cuando noche -
Luego del funeral regresó a la casa para darse de inmediato a la tarea de recoger y desechar todo lo que pudiera hacerle recordar la indeseada presencia del finado marido. Sin concluir, pero ya muy cansada, tomó dos tabletas con un vaso de leche y se acostó, para descubrir en pocos segundos la perturbadora figura junto a la cama y sentir sus frías manos sobando sus senos.
No gritó ni lloró, pero estuvo inmóvil hasta la salida del sol al siguiente día.
Así ocurrió día tras día hasta morir de insomnio, y entonces... fue la nada.
Eso que somos
Somos cubanos;
no porque tengamos bandera,
himno o escudo.
No porque vuelen tocororos
o crezcan palmas reales.
No porque con mariposas perfumadas
recordemos a los que ya no están.
Somos cubanos
porque europeos e indios,
africanos, chinos y caribeños,
nos hicimos nación en un crisol,
que al desbordarse,
a golpe de machete y fusil,
regó por el mundo
eso que somos: Cubanos
El nacimiento de un tornado (testimonio).
Enrique, desde el balcón de su apartamento en el reparto Martí aledaño a la Avenida de Rancho Boyeros, deja vagar su vista mientras escucha atento las noticias nacionales y extranjeras de la Edición Estelar del Noticiero Nacional de Televisión en espera del parte de El Tiempo del que se anticipó en el resumen inicial una situación “compleja” para el occidente del país. Ampliada posteriormente, alertaba sobre fuertes vientos, lluvias y penetración del mar en partes bajas de la costa. Preocupado por el aviso meteorológico iba a regresar ya a la sala de la casa cuando ante sí, vio en medio de la penumbra que un gran polvero arremolinado empezaba a tomar forma de cono y que un silbido aterrador se apropiaba de la tarde noche. La lluvia fuerte se hizo presente de inmediato y el viento iba siendo cada vez más violento. Ante sus ojos incrédulos el tornado que avanzaría inclemente desde la arboleda del Martí devastando todo a su paso por varios barrios de la capital cubana…
¿SUEÑOS?
Por Lily
Abre los ojos y ve al hombre sentado. La sala esta vacía. Se quedó dormida. Ha ido para ver de nuevo su película preferida. Llama su atención la cabeza recostada en la silla. Nadie la ha despertado a ella, ni a él. No puede dejarlo allí. ¿Dónde estará la acomodadora?.
Se levanta para ir al baño. Quemada fue la primera película que la impactó Comenzó para ella la búsqueda del actor. Vio El Padrino, se enamoró de Don Corleone, rió en El motín del Bounty o en Desirée. Persiguió Nido de ratas, hasta regodearse en ella.
Cuando supo que en los años cincuenta llegaba a La Habana y pasaba noches oyendo a Chano Pozo en un bar de mala muerte, recorrió el lugar, buscando tal vez un secreto. Fue a las muelles al encuentro de viejos estibadores. Según la memoria popular él escogía algún forzudo para una noche de orgía y ella quería saber si era así. Nunca encontró un rastro, sólo su rostro en Mi último tango en París, cuando disfruta que le restrieguen el ano.
Lleva treinta años preparándose. Quiere sentarlo en un banquillo y desnudarle el alma. Especialmente de los primeros años de su carrera, de su encuentro con Stella Adler. “Nada le enseñé....” decía ella ante las declaraciones de su mejor discípulo que en la cúspide de su fama le atribuía a Stella “el toque revelador, verdaderamente profesional”.
Sale del baño. Mira a la primera fila y allí sigue. Se acerca y mientras lo hace va reconociendo los músculos del brazo, el pelo con una onda en la frente, las piernas abiertas, se insinúan los muslos fibrosos, no puede ser… Tiembla, le toca un hombro y escucha el inconfundible farfullo de su voz. Allí está, a su entera disposición, Stanley Kowalski.
“Me equivocaría otra vez”.
Abrí la puerta que estuvo por un tiempo cerrada solo para descubrir que no había cuervos en el armario, ni muérdago en los asientos. Todo estaba como al principio cuando nadie había tocado todavía, cuando aún no se había rasgado el velo, cuando el único problema era poder jugar sin miedo a parecer inmaduro.
Abrí la puerta, sin miedo, nuevamente. Pensaba que estaría más sucio, más regado, más lleno de trastos y cachivaches viejos dispersos por el suelo, pero en su lugar había calor, calor en demasía… calor y belleza esparcidos por doquier, como esperando la visita de un extraño que llegara para quedarse.
Abrí la puerta aun sabiendo que me encontraba al borde de un error, que podría nuevamente haberme equivocado. Abrí la puerta y aquí estoy, sin miedo, parado en el umbral, esperando que me inviten a entrar; que me permitan sentarme en los muebles sin muérdago y acariciar con estos dedos desnudos los cuervos en el armario, aun a expensas de perder los ojos; esperando consumirme lentamente en el calor que generan dos cuerpos desnudos, como las papas en la olla de presión.
Ha sido divertido, me equivocaría otra vez….
¿Se puede enviar más de un minirrelato?
Desperte con un fuerte ruido en mis ohidos, mi instinto fue tirarme de la cama y correr desesperada al cuarto de mi madre, nos apretamos muy fuertemente cuando sentimos un golpe seco, y vimos como el techo se desprendia como un pedazo de cartón, corrimos hacía el pequeño close que se encontraba al final de la pequeña habitación, llorabamos como niñas asustadas, hicimos un silencio sepulcral, sentiamos que la casa se desprendía en un zumbido aterrador y todo desaparecía en una sinuosa espiral de vieto, agua. Duro segundos, para nosotras duro milenios, no se el tiempo que estubimos alli, temblando, como quien entra por equivocación a set de filmación de una pelicula de terror, cuando abri la puerta del close, cual fue mi asombro, mi sorpresa, la gran angustía que trae de capa la maldad, nos había cubierto en un instante de terror, no quedaban muebles, ni equipos, ni paredes, ni nada, de pequeña casa.
Hola, a continuación les dejo la historia que acudió a mi mente ayer al momento de leer esta convocatoria, no pretendo ganar nada, solamente que lean estas líneas. Tuve un problema, uno muy común en mi vida (soy muy…!expresiva!) comencé a escribir y escribir…y…mil caracteres sin espacios, me parecieron… ¡nada!…por mucho que intenté cortar y reducir, me resultó imposible…así que: publico la historia corta y una versión un poquito más ampliada para los que sientan curiosidad…la original era demasiado extensa (y quiero incentivarlos, no aburrir a los lectores…o “cubadebatientes” que, como yo, han dedicado un tiempo a leer cada uno de estos microrrelatos que han inspirado al público) Gracias.
Fue difícil para ella enfrentar la noticia, revolotean en su cabeza las palabras prácticamente ininteligibles, atropelladas, de los doctores que atendían a su esposo: insuficiencia renal crónica estadío cinco, sepsis, complicaciones demasiado difíciles de describir…sentimientos arrojados de golpe lacerando el mundo de sueños que apenas habían comenzado a construir.
Los días se volvieron negros, se sucedían intervenciones quirúrgicas, tratamiento en hemodiálisis, múltiples intentos por estabilizar la condición. La Unidad de Cuidados Intensivos y el Centro de Nefrología se volvieron su hogar. Contaban solamente el uno con el otro y con el amor que surgió en muy poco tiempo, pero que en lugar de desaparecer ante tantas adversidades, los sostenía y hacía más fuertes.
Esta es la historia real de un matrimonio joven, pero junto a ellos hay madres, padres, hijos, hermanos…un sinnúmero de personas que sufren…que esperan, que cuentan con la solidaridad de quienes tenemos la opción de darles otra oportunidad…si nosotros ya no pudiéramos contar con ella. Te exhorto a que te unas a mi llamado de amor. Se donante de órganos, no pierdes con esa decisión, y salvarías a muchos.
Capítulo I de mi novela personal
Fue muy difícil para ella enfrentar la noticia, revolotean en su cabeza las palabras prácticamente ininteligibles, fugaces, atropelladas, que salieron de los labios de los doctores que atendían a su esposo: hipoplasia renal izquierda, insuficiencia renal crónica estadío cinco producto de la extensa manipulación por presencia litiasis en el riñón derecho, sepsis, complicaciones demasiado difíciles de describir…sentimientos arrojados de golpe lacerando el mundo de sueños que apenas habían comenzado a construir. Solo cumplían un mes de casados, inundados de ese amor, de ese deseo de independencia y de entregarse el uno al otro para formar un solo corazón, que surgen cuando encuentras a la persona que soñaste toda la vida, por la que arriesgaste todo, por la que dejaste todo. Esta parece ser la prueba: nada es perfecto.
Los días se volvieron negros, se sucedían intervenciones quirúrgicas, tratamiento en hemodiálisis, múltiples intentos por estabilizar la condición. La Unidad de Cuidados Intensivos y el Centro de Nefrología se volvieron su hogar. Contaban solamente el uno con el otro y con el amor que surgió en muy poco tiempo, pero que en lugar de desaparecer ante tantas adversidades, los sostenía y hacía más fuertes.
¡Como es la vida hoy en día! Se conocieron por internet, en poco tiempo se hicieron amigos, comenzaron a dialogar por teléfono, y descubrieron, que eran almas gemelas separadas solo por la distancia, pero ante una pasión y compenetración emocional tan grande como esa…no era nada.
Finalmente él se decidió ¿O será que ella otorgó el permiso? Eso ya no importa, atravesó la distancia, con el pecho latiendo fuerte, temeroso, decidido y con el corazón anhelante. Ella lo esperó esa noche, asustada, nerviosa, pero tan feliz, que aquel primer encuentro solo podría ser inolvidable. Definitivamente así fue, fue el encuentro de dos almas conformadas la una para la otra. Y hubo dulzura, respeto, cariño… y locura.
Nadie podía creer que se casarían a escondidas un par de días después, ellos temían decirlo, pues nadie comprendería, pero así lo hicieron, fue algo supremo. Ahora nadie podría hacer nada, ya nada podría separarlos.
Lo llamaría…el primer capítulo de lo que parecía una historia de ensueño… ¡qué digo!...es una historia de ensueños.
Ambos destruyendo todo tipo de prejuicios y la falta de fe o esperanza de muchos en este mundo, luchando internamente con sus propias convicciones, con lo que les enseño la vida, pero como últimos soñadores. Heridos y lastimados muchas veces, pero entregándolo todo una vez más en nombre del amor.
Entonces, cuando todos alrededor habían entendido y aceptado de algún modo este amor fortuito, imprudente, justo ahora: esta situación.
Él quería morir, dejar de sufrir y no enfrentarse a lo que sabía vendría por delante, ella asustada, desesperada… ¡pero firme! Sus palabras fueron:
Vida mía, en este mundo todos dicen: te quiero, te amo, te adoro, pero casi nunca tienen la oportunidad de demostrarlo, y cuando se presenta, al momento de la verdad, ante el primer tropiezo, la primera piedra en el camino, todas esas letras se las lleva el viento. Esta prueba que nos pone la vida, es la manera real que tengo de demostrarte que te amo, que voy a estar contigo siempre, pese a todo, y también para ti, porque pase lo que pase, me demostrarás que vas a ser fuerte, que vas a luchar por la vida y nuestro futuro juntos, vas a probarme de este modo que me amas y que nunca me dejaras sola.
Esa promesa los convirtió en indestructibles. Permanecen juntos, y no por deber, sino por algo más profundo y determinante todavía.
Han transcurrido dos meses y medio. El riñón beligerante fue extraído, pero la fiebre continúa, y junto a ella la lucha por la vida sigue aunque muchas veces el alma no encuentra fuerzas. Pero al abrazarse el uno al otro, hay razón más que suficiente para encontrar en esos brazos el motivo que tuvo el universo para unirlos un primer día, para que el dolor tuviera consuelo en esa dulzura que emana de la mirada de una esposa que lo impulsa a seguir.
De alguna manera el destino sabía que esto pasaría, por eso puso a su lado a la mujer que considera un ángel, que lo cuida, que sostiene su mano y lo acaricia cuando el dolor ciega y cuando las esperanzas van desapareciendo.
Ella entrego su corazón por completo, encontró a quien cuidar… ¡como un instinto!...y cumplió su deseo de encontrar a quien la ama profundamente.
Los planes crecen. No importan los inconvenientes. Hoy agradecen al personal médico que lo atiende, a la Revolución y al Comandante en Jefe Fidel, por tener la posibilidad de vivir y recibir tratamiento gratuito, por enseñarlos desde niños a ser íntegros…a luchar. Sobre todo, agradecen a las fuerzas del universo, porque se alinearon para que se juntaran dos personas que hasta ese momento se creían completas, y descubrieron que eran solo la mitad que el otro necesitaba, en el momento exacto. Curiosidades inexplicables de la vida.
Esta es la historia real de un matrimonio joven, pero junto a ellos hay madres, padres, hijos, hermanos…un sinnúmero de personas que sufren…que esperan, que cuentan con la solidaridad de quienes tenemos la opción de darles otra oportunidad…si nosotros ya no pudiéramos contar con ella. Te exhorto a que te unas a mi llamado de amor. Se donante de órganos, no pierdes con esa decisión, y salvarías a muchos. Gracias a quienes hoy comparten mi forma de pensar, llegará el momento que conozcas el final de esta historia: estarán juntos, él estará bien, este es solo el comienzo de un largo camino, no se angustien. Aunque ahora lucha para terminar de recuperarse y esperar un trasplante…algo incalculable…impredecible, lo que sí se puede calcular, lo que sí se puede predecir, es que este amor que surgió contra todo pronóstico, va a seguir aquí. Ténganlo por seguro: el final de esta novela será un final feliz.
MILAGRO
No era más que una simple y minúscula semilla. ¿Cómo, entonces, iba a osar decir que en ella se ocultaba el milagro de la vida? Ante tal pretensión, fue sometida a juicio. La Prudencia aconsejó analizar mejor el caso, la Intransigencia planteó que no se debía perder más tiempo escuchando las ínfulas de grandeza de un ser tan insignificante; la Cordura solicitó pruebas de lo que afirmaba. La Premura, que presidía el tribunal, opinó que debía ser ejecutada de inmediato. Dictóse la sentencia, y la semilla fue condenada a ser enterrada viva, para que pagara así su osadía…
Hoy, en el lugar donde fuera sepultada, ha crecido un árbol. Bajo sus ramas, dos amantes se enlazan, sin sospechar que, como fruto de esa unión, ella lleva en su seno, desde ese momento, el milagro de la Vida.
Descendió las escaleras lentamente,todavía con los olores de una noche intensa,definitiva y feliz,la mañana de mediados de febrero fría y gris,enfrente la terminal de trenes,la sentencia corta y concisa le ordenaba abandonar la ciudad por exceso de placeres,cruzó el parque,dobló derecha,bordeó la bahía,llegó a la costa y tomó rumbo este siempre mirando al sur y al final del invierno,en el km 765 tocó la puerta de la casa de su amiga,caía la tarde y no se sorprendió que estuvieran todos preparados para la última feliz,definitiva e intensa noche...no se supo más.
Podía definir su inicio, solo que a unos pasos las luces la conducían a un camino más legítimo a sus deseos. Caminó junto a sus pensamientos los cuales de hecho daba la conclusión de un sueño que días antes había experimentado. Se dio un color rosado a su partida, sí el mismo que pedía Obba. Llego a la mesa, ya estaban todos los objetos ubicados. En una de las esquina el principal se hacia valer por los que antes lo habían tomado en sus manos, y la oración era obligatoria para todos, ya con una cazuela viajaba por el instante en que rompían los sonidos, el calor del sonido retumbaba la esperanza de curar sus heridas y a estas logro sentar su sufrir. El aura acompañaba una neblina suave que saltando a la vista, sembraba el bien estar de su casa y por un orificio avizoraba el amanecer de un rayo de esperanza que en un rio de colores, levantaba su nuevo canto.
Sofia
Ella era hermosa, su mirada desbordaba alegría, inquieta.... Ella era un ciclón.
Hace días comenzó a vomitar y a tener diarreas, urgentemente la llevamos a la clínica. Estaba un poco triste, pero aún conservaba algo del brillo de su mirada. Tras unos minutos en la recepción, pasamos a consulta. El médico indicó leucograma y la aplicación de un suero para la deshidratación. El técnico la aguanto, realizó lo determinado por su superior, la jeringa del suero estaba al máximo de su capacidad. Esperamos fuera 5 minutos para el resultado del análisis. Ella comenzó a ponerse morada, sus ojos ya no brillaban, dejó de moverse, supuse la estaba perdiendo. Cuando entramos a consulta, según los resultados estaba perfecta, recomendaron dieta blanda, escuchando estas palabras, notamos que estaba peor, se defecó encima del asiento en que estaba. Una enfermera la limpió y asearon el área. Tras exigir una explicación de que medicamento habían aplicado por "suero", reaccionaron de forma tranquila y a la vez asustados de nuestra reacción, y ella comenzó a perder la respiración, le pusieron oxígeno y esta vez, un pomo de suero de 500mL. El tiempo pasaba, no había mejoría, Sofia estaba muriendo. Los médicos y técnicos, en medio de la engorrosa situación hacían comentarios poco profesionales, e incluso se burlaban de nuestras caras de angustia y sufrimiento, como si ella fuera a mejorar y estuviésemos exagerando.
Comenzó a tener un vómito grande, mis lágrimas no dejaban de brotar, tuvieron que reanimarla. Una de las enfermeras la veían como asumiendo que ahí se habían equivocado de dosis o medicamento. El pomo de suero acabó y fue reemplazado por uno semejante.
La estaba perdiendo. Ya no pestañaba. No segregaba saliva su boca. Mi alma gritaba. Mi mente sólo se arrepentía de haber ido a ese lugar, quizás con algún suerito de los de la farmacia y dieta blanda, hubiese solucionado el problema; no paraba de culparme, me preguntaba que si ella había llegado regular por qué pasados cinco minutos de la inyección estaba muriendo. El doctor, con su cara dura, nos dijo: -Llevenla para la casa con el suero puesto...-. No nos dio esperanza. Le desconectaron el oxígeno. Sus pulmones estaban llenos de líquido, por ello que estuviera tan inflamada.
Al llegar a la casa, a sólo 400 metros de ahí, nos quedamos a su lado, viendo como decía adiós.
Sofia vivió sólo 4 meses, era nuestra mascota, una perrita Chihuahua, a la que amamos con todo el corazón.
Ella era hermosa. Ella era mía. Yo la perdí y aún me culpo.
“SORPRESA”
Nervioso se encontraba Alejandro, en el salón que antecedía a la oficina de quien fuera su jefe hasta unas horas antes, recordando cómo esa misma mañana, éste lo atosigaba, lo maltrataba y lo maldecía por no haber cumplido con el trabajo que le había encomendado, pero también recordaba cada minuto de placer, amor, sexo y éxtasis disfrutado la noche anterior.
Junto a Alejandro en esa terrible espera en ese pequeño salón también estaban Servio y Michel, dos de los principales allegados y hombres de confianza a toda prueba del jefe.
Alejandro recordaba, si, recordaba una y otra vez:
- ¡Te dije que la mataras, eso era muy sencillo, te dije: “estará sola en la habitación 307 del hotel Melia!,” ¿Para ti eso era tan difícil, tonto? Esa mujer viva para mí es un peligro, eso también te lo expliqué.
Alejandro oía a cada momento esas palabras del jefe y recordaba a una bella mujer saliendo desnuda con su cuerpo deslumbrante del baño, medio cubierta con una toalla y diciéndole con voz muy suave, tenue y casi llorosa:
- “No te conozco, pero veo en tu cara que viniste a matarme, por favor, hablemos, no lo hagas.”
Cuando Alejandro escucho esas palabras, no pudo apretar el gatillo, solo tuvo ojos para mirarla.
Ella insistía.
- “Conversemos, siéntate a mi lado en la cama.”
Alejandro le explicó a su jefe que no sabía en qué momento, fue hechizado pero que no supo ni siquiera quién era y a qué había ido a ese hotel, pero que tuvo la noche de amor y placer más grande de su vida y que por eso, no pudo matarla.
Pero continuaban retumbando en su mente esa tarde, en aquel pequeño salón, ambos momentos: la noche de placer con aquella bella y enigmática desconocida, y la palabra de quién fuera su jefe diciéndole en la mañana:
- Imbécil, imbécil, te dejaste envolver, esa mujer es diabólica, te acordarás de mi algún día y lo lamentarás, ella te levanta, pero después te arrasa.
Entra al pequeño salón Margarita, quien fuese la secretaria privada del jefe, y dice:
- La Sra. Evelyn, heredera de la empresa y de todos los negocios del jefe, se reunirá con nosotros en un momento. Ya todo lo tiene organizado, partiremos todos al velorio del jefe. Ella irá con su nuevo guardaespaldas, que de momento se encargará de todo el negocio. Dice que es un joven que conoció anoche y la salvó, con dulzura y con placer, de también morir asesinada.
Del aire el cubano inventa,
vino a decirnos Obama;
pues no nos dé tanta fama,
evite asumir la afrenta;
usted conoce el misterio:
Si tanto el cubano inventa,
el mérito es de su imperio.
Solo el aire nos dejaron,
por no poderlo bloquear,
aunque a veces lo infectaron
arrasando con rebaños,
con productivas cosechas,
con niños de escasos años
haciendo al pueblo llorar.
Pero cual un ave Fénix,
tan solo con el repique
de la gloriosa campana
del Demajagua insurrecto
y la ingle de Fidel,
alzose el pueblo cubano
y hasta del aire inventamos
aunque infectado estuviera
y casi que de la nada,
tan alto como el Turquino,
levantamos la bandera.
Sepa usted señor Obama:
Si tanto el cubano inventa,
es porque entre tanto asedio
no nos queda más remedio
que hasta del aire inventar.
Y si el aire nos quitaran,
será suficiente aliento
de los muertos la memoria,
para que a los Cuatro Vientos,
de San Antonio a Maisí,
sigamos haciendo Historia.
Si yo fuera La Habana
tendida en tu orilla...
¿serías tú el mar que la acaricia?
MUSEO
Bienvenidos
Al museo de mi habitación.
No pueden tocar nada
Solo mirar desde una esquina
No se vende nada
Es imposible poner precio
A lo que aquí se conserva.
Aquí se puede ver
Cada cosa que ella tocó
Cada lugar donde estuvo
Cada sitio donde me besó
Aquí se conserva el aire
Que mi amada respiró.
Esta es mi silla
Donde tantas veces se sentó ella.
Ahí descansó,
Cruzó sus piernas y me miró
Y su mirada provocaba mi deseo
Sentada ahí, caballeros,
Ella me habló tanto y tan poco
Mientras yo, a su lado, la abrazaba.
Vean mi vaso
Donde bebió ella,
Se prohíbe fregarlo
Puede quedar todavía
Alguna huella de sus labios.
Esta es la cama
Estrecha
Perfecta
Para obligarnos a estar muy cerca.
Aquí se entregó ella,
Esta cama, amigos,
Que parece pequeña,
y según la física lo es,
fue para nosotros inmensa.
Esta cama conserva su olor
Sus sábanas la cubrieron
Sus almohadas la sostuvieron
Mientras me daba su amor.
Hay otros objetos
Los que estuvieron más cerca de ella,
De su piel o de su sexo
Pero lo siento,
no están en exhibición.
Y este soy yo,
última pieza del museo,
Que he quedado atrapado
En los días que la tuve
Y aquel tiempo tan feliz
Del que no he de escapar nunca.
ME GUSTAS
Me gustas cuando sonríes
Y yo te beso sin prisa
Volviendo después del beso
A renacer tu sonrisa.
Me gustas después del baño
Porque hueles a jazmín
Aunque el agua de tu cara
Haya borrado el carmín
Me gustas cuando anochece,
Cuando te envuelve el ocaso
Y tomo en las mías tus manos
Y en la penumbra te abrazo
Me gustas por la mañana
Cuando aun no te has despertado
Y veo los besos de anoche
Que en tus labios han quedado
500 años 500 golpes
Piratas, ingleses, yanquis y nosotros mismos
Ciclones, inundaciones, dictadores y revoluciones
Y ahora una larga cicatriz desde el Casino a Celimar
Pero seguimos resistiendo, mi linda Hanói de América
- a aquellos lugares a que falté
en la juventud...
(...) Y HABÍA PERMANECIDO EN SILENCIO TODO EL DÍA. Los ojos lamentaban el cognocimiento de los lugares que durante tanto tiempo sobrellevara la huída de su sombra.
En la esquina del parque, un niño sonreía al fotostato. Los velocípedos corrían como hace tres vasos de agua. La imagen era la misma. El viejo con sus cuadros transgredía la esperanza del último apóstol; y sus pasos tenían ya marcada la distancia de los adoquines.
La ciudad detuvo el tiempo. De sus ojos pendía una lágrima: Eran sus manos resbalando ante la vagina de Dios. La voluntad fue única testigo de sí. El crimen había de sucederse según el oráculo del primer discípulo.
Su voz, abandonó todo el cuerpo. El niño ya no sonreía. El sol, en intento de mostrar la luz pendiente de años anteriores, delataba el centelleo en la fría oscuridad del día. Solo un golpe y los velocípedos ahogaron la infancia de barcos hundidos por el tiempo. Solo un golpe y su voz quedaba enterrada en la ciudad.
LA MIRADA DEL COLOSO
Sobre la pintura La Mirada del Coloso,
del pintor hiperrealista mexicano Omar Ortiz
Ella presentía que alguien la miraba desde todas las coordenadas; pero presentía, también, que alguien la desnudaba con las fauces del tiempo. Quería escapar de aquel encierro, de aquella esclavitud malsana, de aquella gravedad convertida en ingratitud que la mantenía como a una estrella corroída en lo celeste. Estaba sola en aquel cuarto con la inquietud como resguardo, pero sospechaba de una mirada con unos ojos suculentos. Debe ser el fantasma, el mismo que no me deja dormir, pensaba, y cada vez que se levantaba para escapar, un magnetismo perimetral la amenazaba con destinarla a seguir cautiva. En cambio, su cuerpo, despojado de cubiertas materiales y esculpido solamente por un sueño perfecto, pudo desatarse con fuerza y encontró una salida. Miró hacia atrás. Y al abrir la puerta, un coloso atisbo, con voz infernal, le dijo:
–––Tú perteneces a mí mientras haya un desnudo en tu mente.
"Ya pronto inicia la feria" / -Pablo Virgili Benitez
Ya pronto inicia la feria,
la del libro de La Habana
donde van los cubanos a leer
y a quererse como hermanos.
Novela, cuento y poesía,
ensayo, testimonio, historiografía,
canto, décima, simpatía,
sonrisas, chistes, alegría;
juntos todos, vamos corriendo
que los libros traen armonía.
© Pablo Virgili Benitez
Ciudad de Polvo
Ahora despierta… confundida. Todo es confuso en estos tiempos. Todo… La poca felicidad se escabulle por las ventanas de polvorientas casas. Ella es una partícula más. De esas que se confunden con la luz y en un gesto intentas atrapar…para luego abrir la mano y darte cuenta que no tienes nada.
Ciudad de Polvo
Ahora despierta… confundida. Todo es confuso en estos tiempos. Todo… La poca felicidad se escabulle por las ventanas de polvorientas casas. Ella es una partícula más. De esas que se confunden con la luz y en un gesto intentas atrapar…para luego abrir la mano y darte cuenta que no tienes nada.
Eran las horas más largas de su vida. Aquella pequeña y antigua construcción militar de la época de los españoles, servía de jaula en la que se cruzaban una y otra vez sus sueños, dudas y temores. Quizás las apasibles aguas de la Bahía de Matanzas jamás habían visto tan de cerca semejante torbellino de ideas matizado por momentos de luz y oscuridad. Por suerte a su lado estaba el amigo, que aunque no era cubano lo comprendía perfectamente y lo ayudaba a compartir la pesada carga de soñar un país, al contrario del falso amigo que con su codicia terminó vendiendo su alma al diablo, arrancando las esperanzas de los suyos y apagando la luz de la estrella más brillante de sus días. Pero la naturaleza siempre ha sido más sabia que todos los hombres y recompensó a la estrella convirtiéndola en sol y confinó al traidor al fondo del más oscuro de los agujeros negros.
En la calle novena, a la altura del popular barrio de Romerillo de Playa, hay una hilera de robustas ceibas, que al caer la noche, se puede convertir en un misterioso y ardiente punto de cita de estudiantes. Los dos jóvenes se conocieron en el Coney Island, en los años en que todavía se mantenía en pie aquella montaña rusa de madera y con una peseta echabas una partida de bolos arrullado por el susurro de la brisa y la calima. Se bajaron riendo a carcajadas del vagón, él no tenía nada que hacer, ella primero le dijo que no y luego aceptó el helado. Caminaron por la calle novena, ella le tenía miedo a la oscuridad y él la acompañó. Al llegar a la curva, pasada la segunda ceiba, ella se detuvo en seco y comenzaron a besarse. A tientas esquivaban las lianas mientras se adentraban en el corazón de la ceiba. Él la besaba, y aunque intentaba recordar su cara, no lo conseguía. Cuando rozó sus brazos y palpó sus senos, su piel le pareció hirsuta o agreste como la corteza de una ceiba. Ella gimió de placer o dolor como el sonido distante de una sirena de mar. Él la sostenía y caían sus escamas y mudaba la piel.