Cubadebate

En el trabajo anterior hablé sobre el Día del Perro y en verdad fueron gratificantes los comentarios sobre la página dedicada a esos fieles seres queridos que muchos los tenemos como familia, se aman y se quieren como tal y, en ocasiones, nos quitamos de comer nosotros para dárselos a ellos. No me pesa. Y me duele cuando veo el maltrato del que a veces son objeto y, en muchos casos, enfrento a las personas. Me asombran esas madres que comentan que dan en adopción un animalito porque los niños lo maltratan, ¡No entiendo! Cuando todos o casi todos los niños quieren tener una mascota. Me pregunto: ¿Qué ven en sus casas o qué les enseñan?

En estos días circula en las redes, que no todo es bueno y verídico, pero en este caso creo que es algo positivo y algo parecido a lo que decían nuestras abuelas: Si el niño no conoce el respeto, la culpa no es de la sociedad, de la televisión o de la escuela. Enseñar a respetar es antes que todo un deber de los padres.

Nuestros abuelos decían: El niño va a la escuela a instruirse, es en la casa donde se les enseñan los valores y el respeto. ¡Cuánta verdad! y muchos de nuestros mayores no tenían ni siguiera el sexto grado, pero eran sabios. Con solo mirarnos sabíamos qué nos querían decir, a qué atenernos: Corre y piérdete, la cosa está mala o el horno no está para galleticas.

Quiero agradecerle al lector Carlos, que en el trabajo sobre el arroz me pidió que me comunicara con él para hacerme llegar un libro, me ha sido imposible pues no tengo su correo, ni como contactar con él.

Les doy las gracias a todos los lectores que interactúan con la página para dejar su valoración buena o no tan buena. Yo no tengo ningún privilegio, ni me dan más de lo que les toca a cualquier persona en este país, sé bien, es compleja la situación con los altos precios de los productos, con la falta de muchos de ellos y cuando se encuentran no están a nuestros alcance, es verdad. Hago cola horas para comprar igual que los demás, soy una más, en este país trato de vivir y buscar la forma de hacer cada día algo que sea agradable, no tengo de dónde sacar, ni qué revender, que con lo que ganamos tratamos de priorizar la alimentación fundamentalmente, como me enseñaron en la casa, en tiempos malos; lo importante es tratar de alimentarse y luego se verá. Y de recibir ayuda, la agradezco y la doy por bien recibida.

Pero como les digo a muchos en la calle cuando me enfrentan, ningún funcionario, de ningún país, se preocupa por buscar comida para 11-12 millones de personas, ni garantizar la leche a todos los niños. Y que estén ahí todos los meses. Tuvieron un gran defecto, uno más, padres muy protectores con su pueblo, nos enseñaron mal, a que todo llegara por la canalita sin el más mínimo esfuerzo, en la misma proporción para todos por igual. Y esto pasa también en otras esferas como la educación y la salud, y nos creemos merecedores. Esto no lo hago para anotarme tantos, como me dijeron, sino que razono y valoro y sufro igual que los demás.

Los abuelos tenían sus axiomas como: Las cosas no se valoran cuando las obtienes sin esfuerzo; Te puede servir lo que puedas comer sin dejar nada en el plato, la comida no se bota, cuesta muy cara … y otros tantos que regían su día a día. Nada justificaba el robo, ni para comer. El trabajo de honra

“Eran pobres y muchos analfabetos, pero sabios”, claro esto no pasaba con la gente que “podía”. Pero hay personas que falsifican su pasado y no quieren recordar su origen, ya nadie comió harina, ni pan con azúcar, tampoco agua con azúcar prieta, ni sopa; ni picadillo de ternilla, ni el salvavidas del huevo en las diferentes manifestaciones; frito, hervido, tortilla, revoltillo, pata y panza y las vísceras. Todo el mundo comía carne; sobre todo bistec y filete de res según ellos, cuando la carne de puerco era la carne más consumida por el cubano. Entonces cómo se hicieron populares los platos más socorridos de la cocina cubana: el picadillo, la carne con papa y la ropa vieja, entre otros, que se confeccionaban con carne de segunda y en muchos casos utilizaban la piltrafa, que era lo más barato y lo que el pueblo más buscaba. Nunca en Cuba se ha comido más bisté que ahora que no lo tienen y todos lo comían.

Un señor ya mayor me dijo en el callejón de Hamel que él, de muchacho, comía hasta dos veces a la semana langosta en su casa… le pregunté si su papá era pescador. No. ¿Vivía frente al mar? No. ¿Cómo?, si langosta no era comida popular. Otros aseguran que las tiendas estaban llenas, llenas de enlatados. “Sí”, pero muchos no saben que lo que estaban era adornando, que me lo digan a mí. Mi abuela tenía una bodega de barrio, como era la nieta mayor participaba pasándole paño a las latas, que por el tiempo estaban fermentadas y se veía en los bordes, claro esas no se vendían, eran de adorno en la tienda. Y muchos tampoco recuerdan las libretas de crédito personales que tenían los dueños donde anotaban todo, desde un caramelo a todo lo que se consumía y se liquidaban semanal, quincenal o mensual; según fuera el pago del padre.

Al pobre, nunca le alcanzó el dinero y vivían como pobre, con una dignidad, se daba su lugar como pobres, sin querer aparentar. Y a bien tenían la frase de “pobre pero honrado”.

Le preparé a mi vecina una crema y se la di a comer y la encontró deliciosa, cuando me la comentó, dijo que estaba muy rica, ¿qué con que la había hecha? Le contesté que con esa mata que tengo en mi patio y que según ella, solo da hojitas: “La moringa”. Yo hace mucho tiempo empleo su floración en ensalada, sus brotes tiernos en crema, sus semillas las seco y me las tomo o, simplemente, pongo a secar hojas, flores, semillas y las muelo, preparando para hacer té. Esto me lo enseñaron a hacer unos amigos mexicanos que fueron los primeros a los que yo oí hablar de la moringa. Ellos la empleaban en México para hacer suplementos nutricionales para los niños. Luego ya comienzo a ver el trabajo de nuestros científicos, lo que se empieza a hacer y desarrollar en Cuba con esta planta, de la cual se pude emplear completa en beneficio de la salud y la alimentación del ser humano.

También les comenté en otro trabajo que por lo regular nunca boto nada de comida, así sea una cucharada, la guardo. Y cuando uno tiene hambre hace maravillas. En estos días preparé unos espaguetis con todo, lo que me quedó y tenía en el frío. Parecido a ese arroz con todo, plato muy socorrido y sobre todo cuando se llega con hambre a casa. ¿Quién no lo ha hecho? Ese caldero con manteca en que agregamos desde arroz y todo lo disponible en el refrigerador y hacemos una maravilla que calma nuestros estómagos.

Espaguetis con todo

Espaguetis con todo.

Ingredientes (2 servicios):

Una taza de espaguetis cocidos, un poco de ensalada de tomate, pepino y col que quedó, un poco de picadillo, 2 cucharadas de puré de tomate, pimienta y sal a gusto.

Preparación:  

Ponga a la candela una cacerola con agua y sal cuando empiece a hervir, bájela y ponga los espaguetis unos minutos, sáquelos, póngalos en una fuente honda, agréguele la ensalada, el picadillo, el puré de tomate, mézclelo todo, puntéelo con la pimienta y la sal.

Crema de moringa

Crema de moringa.

Ingredientes (4 servicios):

Dos tazas de brotes tiernos de moringa, 4 tazas de caldo o agua, 2 cucharadas de maicena, 1 cucharadita de mantequilla o aceite, pimienta y sal a gusto.

Preparación:

Lave las brotes de moringa.

Póngalos en el vaso de la batidora junto con el caldo, bátalo bien, páselo por un colador si lo desea. Reserve 1 taza del mismo y mézclela con la maicena.

Luego ponga a la candela una cacerola con la mantequilla o aceite, agregue el batido, sal. Cuando rompa a hervir añádale la maicena diluida y colada, sin dejar de remover para que no se hagan grumos, puntéelo de sal y agréguele la pimienta a gusto y déjelo hasta que espese y quede una crema. Puntéelo de sal y agréguele pimienta a gusto. Puede adornarla con flores de moringa que tienen un sabor agradable.

Crema de moringa.

Frituras de chícharos

Frituras de chícharos.

Ingredientes (varios servicios):

Dos tazas de chícharos, 4 dientes de ajo, 1 ají, manteca o aceite, pimienta y sal a gusto.

Preparación:

Limpie, lave y deje en remojo los chícharos de un día para otro.

Limpie los ajos. Limpie, lave y pique en cuatro el ají.

Ponga en el vaso de la batidora los chicharos, el ajo, el ají y adiciónele un poco a poco el agua del remojo a medida que los bata, debe quedarle un pasta espesa, puntéela con pimienta y sal a gusto.

Ponga una cacerola a la candela con la grasa a utilizar, cuando esté caliente tome con una cuchara porciones de la pasta y póngalas a freír dándole vuelta hasta que le queden doradas, sáquela y sírvalas calientes,  solas o acompañadas de una salsa a gusto.

Crema de chícharos

Crema de chícharos.

Ingredientes (varios servicios):

Dos tazas de chícharos, 4 dientes de ajo, 1 ají, queso rallado o mantequilla, si puede, ½ macito de perejil, pimienta y sal a gusto.

Preparación:

Limpie, lave y deje en remojo los chícharos de un día para otro.

Limpie los ajos. Limpie, lave y pique en cuatro el ají. Limpie, lave y pique bien fino el perejil.

Ponga en una olla de presión los chícharos con agua suficiente y dele 25 minutos de presión. Deje que se refresquen un poco, ponga los chícharos en la batidora junto con ajo, ají y agregue el agua poco a poco, bátalo y páselo por el  colador en una cacerola, agréguele  pimienta y sal a gusto y ponga de nuevo la cacerola a la candela para que tome la consistencia deseada, bájela y sírvalos caliente. Si tiene queso puede ponerle una cucharada de queso rallado a cada plato o de lo contrario, si tiene mantequilla le adiciona un dadito pequeño a cada plato para que se derrita y rocíele por encima perejil bien picadito.