Imprimir
Inicio »Opinión, Política  »

Porque si está la bandera…

| 82

Carro-con-bandera-de-EU-FOTO-RECORTADA-580x609Se han puesto en boga la “despolitización” y la “desideologización”. Pero estas, en el fondo, más allá de la voluntad personal, sustituyen unos criterios políticos por otros, una ideología por otra. Nadie está al margen de las políticas ni de las ideologías, digan lo que digan voceros de presuntas “modernidades”, según las cuales la historia no pasa de ser un simulacro fabricado por la política y por la ideología: es decir, por la política y la ideología que tales voceros rechazan y, por tanto, quisieran hundir en el olvido.

No se vive en el reino de las ilusiones. En lo que tiene de real y aún más en lo que tiene de falacias, la llamada globalización enmascara o intenta disimular grandes contradicciones que perduran. Hoy oleadas de migraciones ponen trágicamente sobre el tapete esa verdad y, en ella, la naturaleza de las potencias que tratan de venderse como paradigmas de civilidad y democracia. Los hechos están a la vista, para quienes quieran verlos.

No es una simpleza la proliferación —pudiera decirse que en muchas partes, pero aquí se habla de Cuba— de banderas usadas como si fueran o pudieran ser meros adornos en zapatos, ropa de todo tipo, carteras, pañuelos, vehículos… Parecería que se hubieran perdido todas las normas, pero el fondo es más complejo que las regulaciones. Estas, que deben existir civilizada y razonablemente, no son más poderosas que la vida, ni se pueden confiar a la espontaneidad, “a la buena de Dios”. La cultura tiene una función de primer orden que cumplir, y no podrá llevarla a cabo sin conocer y respetar la historia: no existe al margen de lo histórico, pero sus deformaciones pueden traicionarlo.

No, la invasión de banderas no es un hecho banal en ningún momento. No es algo que merezca pasar inadvertido, sin ser objeto de atención por la ciudadanía en general y —parece necesario advertirlo— por las instituciones que tienen responsabilidades políticas, ideológicas, culturales. A la larga, son todas las de un país, aunque los encargados de dirigirlas pudieran ignorarlo.

El espacio donde transcurren los hechos no es solamente físico, sino también histórico y cultural, político, ideológico. El despliegue, por todas partes, de banderas de los Estados Unidos no sucede hoy en abstracto, sino en medio de un proceso tendiente a la normalización de relaciones diplomáticas entre esa nación y Cuba. Ese proceso no significa —ni habrá de significar eso su potencial logro, aunque este fuera cercano, y no parece que vaya a serlo— que el imperio deje de ser imperio ni que Cuba renuncie a su voluntad de soberanía.

Si por algo pudiera considerarse honesto al actual presidente de la mayor potencia imperialista es por haber proclamado que, al plantearse un cambio en la actitud visible de su país —no hablamos aquí de aquel pueblo— hacia Cuba, su administración procura lograr por otros caminos, con otra táctica, lo que no consiguió con más de medio siglo de hostilidad desembozada. ¿Será necesario poner ejemplos de ella? Quienes prefieran ignorarlos como si no hubieran existido, los ignorarán aunque se les abrume citándoles hechos que han causado muertes y otras desgracias.

Dejando a un lado los hechos propios del protocolo en las relaciones internacionales —que algunos parecen dispuestos a acatar solamente para abogar por el “apoliticismo” y aceptar los designios imperiales—, si la bandera de los Estados Unidos representa a un pueblo, merece respeto. Pero si es también, y aún nada lo niega, la de un imperio agresivo que desde su fragua como nación aspiró a someter a Cuba —y lo hizo a la fuerza desde 1898 hasta 1958—, de un imperio que sigue generando masacres en el mundo, no hay por qué asumirla con entusiasmo, aunque en algunos el entusiasmo se desborde.

Para percatarse de tal grado de entusiasmo basta oír ciertos comentarios callejeros, y hasta leer algunos acogidos en publicaciones cubanas, digitales en particular. Si se les difunde, sirvan al menos para comprobar por dónde va parte del pensamiento, que no es nueva, no solo para que se vea que somos amplios y democráticos. ¿Lo es el imperio? ¿Lo son sus servidores? No es de ahí de donde deban venir nuestras normas, ni vienen nuestros ideales.

Aunque hoy se hable de corrientes neoanexionistas, lo de neo sale sobrando: son continuadoras del anexionismo contra el cual lucharon en el siglo XIX revolucionarios como José Martí. Era una línea de pensamiento peligrosa por antinacional, por el espíritu lacayuno que abonaba, aunque ya entonces estaba condenada al fracaso, como sigue estándolo hoy. No solo porque en el siglo XX y en lo que va del XXI la mayoría del pueblo cubano, con sus vanguardias, ha seguido defendiendo la independencia, sino porque a los imperialistas no les interesa que países “inferiores” sean parte de su “constelación de estrellas”. Como dominios humillados sí los admitirían.

Ningún cubano o cubana que abrace la dignidad y defienda a su patria debería desconocer ni olvidar la “Vindicación de Cuba” escrita y publicada por Martí en 1889 para refutar maniobras propagandísticas, ideológicas, de la prensa estadounidense. Nadie crea que eso es cosa muerta, y que recordarlo con vocación patriótica es anclarse en el pasado, como sostienen los interesados en borrar la memoria histórica para confundir a los confundibles y desautorizar a los revolucionarios. La tragedia de Puerto Rico, ¿es cosa del pasado? La martiana “Vindicación de Cuba” también defendía, de hecho, a esa tierra hermana.

En el actual contexto la bandera de los Estados Unidos es cada vez más visible, dentro o fuera de borda, en autos que circulan por calles cubanas. Tal “moda” empezó, al parecer, por vehículos de propiedad privada —autos de paseo, motos, camiones, bicitaxis…— a cuyos dueños supuestamente les asiste el derecho a exhibir en ellos lo que les venga en gana, al margen de toda ley jurídica o moral. Pero ya empieza a verse también en vehículos que pertenecen a instituciones públicas, a organismos, a la esfera de administración estatal. Es el caso de la foto que ilustra este artículo, tomada en la víspera del 10 de octubre de este año en la vía habanera que se conoce como de Rancho Boyeros, para la que sería honroso hacer valer su nombre oficial: Avenida de la Independencia.

Todas las instituciones cubanas, sobre todo las públicas —pero sin excluir a las privadas, que aumentan y también intervienen de distintos modos en el uso del patrimonio histórico y cultural—, tienen una alta responsabilidad, mucho más aún que en las prohibiciones que puedan existir, o falten, en las imágenes que difunden, y en la formación, en la persuasión de sus trabajadores y trabajadoras, aunque no operen en el sector gremialmente llamado cultural. Pero es obvio que la tienen de manera todavía más señalada si son de ese sector, como la institución a la cual pertenece el vehículo fotografiado.

Ello muestra un ejemplo concreto de una realidad ante la cual las instituciones del país tienen mucho por hacer, y con ese sentido se trae a los presentes apuntes. Aunque el asunto no es como para cruzarse de brazos y anular el pensamiento, y sí para hacer los necesarios reclamos de sesgo cultural, no se trata aquí a manera de acusación enfilada a promover ninguna represalia ni, menos aún, cacerías de brujas. Esto último va dicho como declaración de finalidad, y, si hiciera falta, hasta para complacer a quienes con mayor o menor razón se pronuncian contra tales cacerías. Pero tampoco ignoremos que entre esas personas puede haber no solo incautos y bien intencionados, sino igualmente interesados en que las brujas propaguen en la nación el espíritu que conviene al imperio, no a la patria.

El autor de estas líneas no repetirá en ellas lo que ha escrito sobre el tema en otros textos, especialmente en ¿Banderas nada más? y en Más sobre banderas (inicialmente publicados en la página digital de Bohemia, pueden leerse en las correspondientes ediciones impresas de esa revista, y en otros órganos digitales localizables en la red [como Cubadebate]). El asunto es profundamente cultural, y no puede tratarse al margen de la historia ni de los designios o desafíos de la política. Pero no faltan quienes pretenden ignorarlos. A los artículos citados alude aquí el autor en pos de la aconsejable brevedad, y con la ilusión de que no se le atribuya ignorancia de hechos y conceptos que él conoce; pero también con la certidumbre de que no hay páginas que agoten la realidad: ella siempre las desborda, por muy minuciosas que fueran.

El segundo de aquellos artículos comienza enalteciendo un acierto: el de familiares y colegas de la profesora Angelina Romeu Escobar que le exigieron al conductor de la carroza fúnebre donde iba a ser transportado el cadáver de la educadora, retirar la bandera estadounidense puesta o admitida por él en la cabina del vehículo. La retiró, pero ¿en virtud de qué fines y al amparo de qué norma se había colocado esa insignia en un vehículo del sector estatal, y, por añadidura, llamado a la mayor seriedad, a solemnidad incluso? Tino y dignidad mostraron quienes reclamaron respeto para la memoria de alguien que había abrazado el legado martiano en su vida cotidiana y en el aula.

José Martí, quien luchó ejemplarmente por la independencia de Cuba, sostuvo que esta debía ser libre de España y de los Estados Unidos, y lo ratificó, en su célebre carta inconclusa a Manuel Mercado, el día antes de morir en combate en la guerra que él concibió y organizó para alcanzar el fin que sabía ineludible. Ese es el mismo héroe que amaba al pueblo español, del cual vinieron sus padres; que supo que en ese pueblo había amantes de la libertad de Cuba capaces de combatir y morir por ella, como no pocos hicieron, y fue también el mismo que, aludiendo al pendón de la metrópoli colonialista, escribió en Versos sencillos al rememorar un espectáculo artístico, español, al cual asistió: “Han hecho bien en quitar / El banderón de la acera; / Porque si está la bandera, / No sé, yo no puedo entrar”.

(Tomado de Cubarte)

Se han publicado 82 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • Aristides Rondón Velázquez dijo:

    El alma trémula y sola
    Padece al anochecer:
    Hay baile; vamos a ver
    La bailarina española.

    Han hecho bien en quitar
    El banderón de la acera;
    Porque si está la bandera,
    No sé, yo no puedo entrar.

    Ya llega la bailarina:
    Soberbia y pálida llega;
    ¿Cómo dicen que es gallega?
    Pues dicen mal: es divina.

    Lleva un sombrero torero
    Y una capa carmesí:
    ¡Lo mismo que un alelí
    Que se pusiera un sombrero!

    Se ve, de paso, la ceja,
    Ceja de mora traidora:
    Y la mirada, de mora:
    Y como nieve la oreja.

    Preludian, bajan la luz,
    Y sale en bata y mantón,
    La virgen de la Asunción
    Bailando un baile andaluz.

    Alza, retando, la frente;
    Crúzase al hombro la manta:
    En arco el brazo levanta:
    Mueve despacio el pie ardiente.

    Repica con los tacones
    El tablado zalamera,
    Como si la tabla fuera
    Tablado de corazones.

    Y va el convite creciendo
    En las llamas de los ojos,
    Y el manto de flecos rojos
    Se va en el aire meciendo.

    Súbito, de un salto arranca:
    Húrtase, se quiebra, gira:
    Abre en dos la cachemira,
    Ofrece la bata blanca.

    El cuerpo cede y ondea;
    La boca abierta provoca;
    Es una rosa la boca;
    Lentamente taconea.

    Recoge, de un débil giro,
    El manto de flecos rojos:
    Se va, cerrando los ojos,
    Se va, como en un suspiro...

    Baila muy bien la española,
    Es blanco y rojo el mantón:
    ¡Vuelve, fosca, a un rincón
    El alma trémula y sola!

  • No + dijo:

    Hasta cuando seguiremos con esta mentalidad, por favor es solo una moda que en su momento pasara, al igual que paso la de Inglaterra, no hagamos más análisis pobres y estos artículos no los publiquemos que son de muy bajo contenido ó es que acaso no seria un análisis para ese gobierno como después de tantas conversaciones vienen y vienen tantos famosos de su país al nuestro..... no miremos de un solo lado...

  • Conchita dijo:

    Felicito al Dr. Toledo por su excelente y necesario artículo.
    Soy de las que como uno de los foristas dijo, puedo perdonar, pero nunca olvido.
    Nunca me olvidaré de lo que los yanquis nos han hecho desde el siglo pasado, tratando de apoderarse de "la fruta madura", de la intervención en nuestra guerra de independencia y de ahí para allá de todas las agresiones y atrrocidades que nos han hecho en el período revolucionario. Nunca me olvidaré de lo que han hecho a otros pueblos como Vietnam, y de lo que aún hacen en Siria, Iraq, Libia y Afganistán, para mencionar unos cuantos. No me olvido tampoco de Puerto Rico, ni de que fueron los EEUU los que apoyaron con la Operación Cóndor las dictaduras sangrientas del Cono Sur y de América Central, que dejaron tantos muertos y desaparecidos en otros países latinoamericanos hermanos. Estoy muy molesta cuando veo los taxis con las banderas yanquis, una bandera que fue y es agresora. Sobre todo, cuando sólo ponen la bandera americana y no la ponen junto a la bandera cubana, pues de esa forma el mensaje es distinto. La bandera americana sola es anexionismo a pulso. También estoy en desacuerdo cuando la gente se viste con la bandera americana.
    Con estas actitudes, Martí y Maceo, nuestros patriotas y nuestros mártires se están revolcando en sus tumbas. Respetando nuestros símbolos patrios, nuestra bandera, no se trata de defender la Revolución sino se trata de defender la Patria, la nación, la soberanía y la independencia, nuestra dignidad nacional y nuestra cubanía. Todo eso lo representa nuestra bandera.
    Debemos hacer algo al respecto, empezando por la prohibición de poner otra bandera que no sea la cubana en los autos y edificios públicos.
    Debemos concientizar al pueblo más aún de lo que hemos hecho, pues que pasen esas cosas demuestra que nuestra educación patriótica no está bien.
    No debemos dejar que tome fuerzas el anexionismo, que siempre ha sido una corriente que ha estado latente en este país, como una gran desgracia, pero hasta ahora siempre ha sido minoritaria. Es cierto que siguen siendo los menos, pero no se les puede dejar que levanten cabeza.

  • Jose M. dijo:

    Artículo estelar, excelente y muy oportuno. La exhibición desmedida de dicha bandera no es por casualidad, alrededor de todo eso hay una mezcla de anexionistas e ignorantes que son fácilmente manipulados.
    A los que ocupan cargos de direcciòn en las empresas estatales son a los primeros que hay que exigirles para que no lo permitan en sus medios de transporte. También debe divulgarse por lo medios de comunicación de manera inteligente.
    El artículo de ALLEN DULLES tiene una tremenda vigencia. Los imperios no van a desistir en destruir cualquier proceso tan sólo de justicia social.

  • jeny dijo:

    Al periodista y demas foristas, no se centren en la bandera y piensen en lo que hay detras, aqui desde el 17 de Diciembre hay muchossssss que estan esperando su momento de congraciarse con los norteamericanos, para nada es algo privativo de los cuentapropistas, hay muchos como el de la banderita que son trabajadores estatales pero sueñan con el gran cambio cuando Cuba deje de ser soberana, esos que creen que volviendo al capitalismo TODOS vamos a vivir bien,antes del 59 Cuba era socio de los EEUU y TODOS VIVIAN BIEN? si es asi por qué Fidel y la Revolución tuvieron tanto apoyo POPULAR?

    Es ciero que tenemos muchas dificultades fundamentalmente económicas, es cierto que de restablecerse plena, respetuosa e igualitariamente las relaciones con los EEUU, TODOS esperamos salir poco a poco de nuestras limitaciones pero no será renunciando a nuestra soberania(vean el ejemplo de Puerto Rico), no será cambiando nuestro sistema, no será traicionando la obra de la Revolución y el ejemplo de Fidel lo que nos llevará al desarrollo porque precisamente si los EEUU se sentaron a conversar con nosotros fue porque reconocieron que Cuba no es para imponerle estatus ni condiciones, reconocieron que fracasaron y llegaron a este punto gracias a la DIGNIDAD de esta pequeña islita que NUNCA se ha sometido es por eso que hoy hablamos de reanudar las relaciones con el vecino del norte.

    No podemos renunciar al progreso por hechos del pasado, pero no podemos ni debemos olvidar esos hechos que tanto dolor, luto y limitaciones nos hicieron pasar a tantos y tantos cubanos. Los pueblos que olvidan su historia lo pagan caro, quien confia a ojos ciegos en el que ha sido nuestra peor pesadilla está condenando al pais a volver al pasado, esto es algo que se tiene que tener en cuenta en este puente que se está construyendo entre nuestros dos paises. RESPETO MUTUO, NO INGERENCIA, NO SUBVERSION, IGUALDAD DE DERECHOS.

    Para el interior del pais ojo abierto y elerta con aquellos que venden su alma al diablo por un plato de lentejas, esos hacen muchisimo daño.

    También me uno al pedido de que SE VENDA NUESTRA BANDERA a precios en que los cubanos de a pie podamos adquirirla y orgullosos de ella ponerlas en los carros, las casas, llevarlas a las instalaciones deportivas en fin donde nos lleve el amor por nuestra patria y sus símbolos.

  • abel dijo:

    muy de acuerdo con el escrito.
    hace mucho tiempo le comente a mis amistades y familiares este hecho.
    en una ocasion incluso vi la bandera de Reino Unido, tambien tirando tiros y matando gente por el mundo, en el casco de un muchacho que viajaba con su padre (esto era obvio) en la mannana y en el bolso de la escuela (preuniversitario por el uniforme) llevaba la bandera de USA. Adivinen que chapa tenia la moto? Me indigne inmensamente, pero confieso que nada podia hacer, solo mirar, sacudir la cabeza y resignarme a ver tal desfachatez.

  • ELPIDIO dijo:

    señor Toledo, no creo q sea tan ´´peligroso ´´ que unos cuantos (los menos) lleven el simbolo patrio de otro pais en sus carros o bicitaxis. Usted es un hombre inteligente y me parece q su acertado comentario puede ser interpretado de miles de maneras , siempre y cuando usted lo mire con un prisma. el peligro no está alli en la ´´banderita americana´´ el peligro es mas profundo y está arraigado en muchas mentes y oigalo bien MUCHAS MENTES de personas y principalmente jóvenes formados dentro del seno de la revolucion, y....¿que ha pasado?

  • tf dijo:

    Dije una vez en otro artículo de Cubadebate sobre el tema de las banderas como símbolos en cuerpos, autos y ropas, que cuando alguien usa una bandera con frecuencia, se identifica con las virtudes de lo que simboliza. Cuando no usa otra, es porque no se identifica con sus virtudes, o lo ve ajeno.

    Así, una persona puede usar una bandera de Canadá, porque se identificó con una bella canadiense, porque le gustaría escapar del calor quemante, porque admira el desarrollo económico, el sistema de salud, la eficiencia, porque un familiar de Canadá le manda remesas que ayudan y sostienen su día a día con más dignidad y menos maltrato

    Las personas usan banderas británicas, porque además de ser muy llamativas estéticamente, simbolizan la cultura, la calidad, el rock inglés, el desarrollo londinense, la marina británica, la labor de Carlos Acosta, o cualquier otra cosa que admiren del país.

    Igual para la italiana, alemana, argentina, española, incluyendo el fútbol, las comedias, las mujeres bellas, etc. La puntualidad y calidad de los productos alemanes...
    Las personas usan aquellos símbolos con los q se identifican.

    Qué pasa con la bandera yanqui? Que USA ha sido y es el antagonista histórico de todo proceso nacionalista y soberano en Cuba y el mundo que no se alinee. Y lo será... por uno o dos siglos imagino, como mínimo. Esa bandera lleva en sí más sangre que la nazi.
    Es un símbolo de un gobierno que, como Roma moderna, impone la pax de las tumbas.
    Que a Cuba le ha costado mucho el imperialismo norteamericano.
    Por eso choca a todo hombre de izquierda ese desaforo por mostrar la bandera USA.

    Pero a la vez, es el deporte, la música, las películas y series de TV (ojo con esto) los juegos de computación, las mujeres bellas y también las películas porno, que de seguro hay en Cuba, los reportajes e imágenes impresionantes de su ejército, los logros de sus científicos, sus artistas, sus paisajes, la calidad de sus productos, y sobre todo, el éxito personal, sobre todo económico, de muchísimos cubanos, que aunque sean en porciento de todos los que han emigrado más o menos, son en total una gran cantidad. Es la fuente de remesas (renglón 3º-4º del PIB según fuentes cubanas) más fuerte, los que permiten adquirir productos tanto lujosos como de primera necesidad o canasta básica a muchos cubanos. Y por si todo esto fuera poco, son lo prohibido, lo denostado.

    De ningún país se ha hablado tan mal en Cuba (y con razón la mayoría de las veces) como de Estados Unidos. Pero de ningún país se han minimizado y obviado sus logros en Cuba, como de Estados Unidos. Si ud. se guía solamente por la prensa nacional, sobre todo hasta el año 2000, a veces pensará que los yankees viven temblando con una ametralladora drogados en el sótano de su casa, con sueños psicópatas, mientras el discurso oficial dice "el noble pueblo norteamericano". Pero por fin, qué son? Quién llegó a la Luna? Allá la gente no juega en los parques, no ama, no confía, no cree, no ríe, no tiene algunas necesidades básicas resueltas en la mayoría de su población? No tiene ningún tipo de representación política o lugares a los que acudir ante maltratos o mal servicio público o privado? La propaganda puede volverse contraproducente.

    Entonces, las personas que usan la bandera quieren vivir en los USA, como el pariente que les manda dinero, quieren vivir como se vive en los USA, pueden verlo en las peliculas, documentales, series (sea así o no, tampoco las películas y series cubanas son tan objetivas, y de hecho son bastante "apolíticas" las producciones cubanas) quieren protestar de los problemas que tienen usando esa bandera como desafío, no porque estén en contra de los valores que proclamó en sus inicios la Revolución, sino porque están inconformes y decepcionados con muchas cosas que pasan hoy.

    El país del rock. El país de Disney. El país de los autos. El país de muchas cosas...

    O sencillamente, aunque algunos mezclen patria, bandera, gobierno, estado, partido, en los mensajes y concepciones como un todo único, omnisapiente y eterno; no quiere decir que otros no puedan ver la bandera separada del gobierno o imperialismo, al fin y al cabo es la misma de pastores por la paz. Pero estos últimos son la minoría, porque ya son pensamientos más intelectuales. La mayoría está en el "way of life", admiran algo concreto o simplemente lo hacen para mostrar su no participación, desencanto, mal genio con la situación social de hoy. Para que no los convoquen, no los citen, no los movilicen a una asamblea donde no creen que se resuelvan cosas.

    "El que tus hijos lleven las plumas de tu enemigo en sus cascos, no anuncia un camino feliz para tu imperio" dijo alguien. ¿Y cómo hacemos para que lleven la propia, o lleven cualquiera, pero la pluma no se encaje en el cerebro? Hay que empezar por hacerse una autocrítica profunda, un análisis objetivo. Como la mujer despechada: ¿Qué tiene él que no tenga yo? Todo es cuestión de más dinero? Entonces tanta conciencia y adoctrinamiento, qué? O hay otras cuestiones además. Alguien dirá: Los yankees son expertos en crear imagen, estética, visualidad, atraer. Digo que la imagen adecuada, viril o femenina, elegante, sobria es también respeto. El general que no pueda mantener una imagen marcial, que deje el ejército, está irrespetando a sus soldados. El dirigente que en un país con problemas de precios y suministros alimenticios esté obeso, debe bajar de peso o dejar el cargo, está irrespetando a sus dirigidos. Que la creación de belleza en la arquitectura, en la ropa, en las transmisiones televisivas, en todos los productos, no necesariamente cuesta más, o mucho más, sino implica un pensamiento amoroso en el otro, una autoestima alta, que te importen los destinatarios de esa belleza. Eso en un país con más de un millón de universitarios, miles de diseñadores de todo tipo, arquitectos, comunicadores visuales, y "guiado por grandes sentimientos de amor" como dijera el Ché, no debería ser tan difícil. Lo es porque precisamente los que en todo diploma o cosa ponen la bandera cubana y andan constantemente con pulóveres de símbolos patrios, no le prestan importancia a ello, porque están enajenados o no tienen la capacidad de hacerlo. Porque hacen un discurso a contracara, muchas veces sin propuestas propias o con propuestas pésimas.
    Pensemos: qué rechazan los que prefieren otra bandera, en los otros símbolos o elementos oficiales que acompañan a la bandera cubana? Lo mal hecho.
    Eliminemos lo mal hecho, seamos creativos, hagamos cosas no temporales, no a medias, no insalubres, no feas, no mediocres, sin necesariamente ser lujos, y las personas tendrán otros símbolos que asirán junto a la bandera cubana.
    Es un tema para reflexionar, sin atacar más a nadie, sino mirando hacia dentro.

    • Lennon dijo:

      Confieso que tiene usted mucha razon en su comentario.

      Le felicito por poder expresar con su prosa, lo que a mi me es imposible por el momento.

      Saludos.

    • Bijirita dijo:

      Inspirada en su comentario, yo también quiero hacer un par de generalizaciones, espero que esta vez me las publiquen aunque sea con dos días de retraso.

      Lo que se ve es que la mayoría de las personas en Cuba no usa banderas extranjeras en ninguna parte; mi opinión personal es porque las ven ajenas y no se identifican con sus virtudes. Tampoco la mayoría usa banderas cubanas en la ropa por diversas razones, y pienso que no por eso dejan de identificarse con lo que representan.

      Otros que gustan de usar la bandera cubana hasta en el papel sanitario, lo que hacen es odiar, difamar y ocultar los éxitos de la sociedad que aquí estamos creando siguiendo los valores que la bandera nuestra exhibe, que son inseparables de la cubanía, que están en la historia de la propia bandera y de la nación.

      Decir la verdad no es calumniar, denostar. En Cuba se habla la realidad, criticada por los propios ciudadanos norteamericanos: que los Estados Unidos interviene en todos los países que tienen algo que les interesa robar, que para eso tiene un ejército que consume un presupuesto impresionante por lo escandaloso, el cual se le niega a la educación, la salud, la vivenda y la atención a los veteranos que pelearon las guerras de la plutocracia; que todos los meses muere alguien por arma de fuego, que le venden armas a los carteles de la droga en México, que son el país con el mayor consumo de drogas del mundo, que la violencia policial contra los negros está peor que nunca, que nos han impuesto un bloqueo para acabar con nosotros y con la canasta básica, pero que no pueden arrodillarnos, ni incluso a los que reciben remesas de familiares ni a los familiares que mandan las remesas.

      Y también se habla y disfruta de sus artistas, deportistas, intelectuales, escritores, científicos con los que nos hemos relacionado dentro de lo que ha permitido el bloqueo, o en franco desafio a él, como hacen los Pastores por la Paz.

      No siempre se divulga en nuestros medios lo mejor de la cultura norteamericana, pero por lo menos esa es la intención. Conocemos al pueblo que se opuso a la guerra de Vietnam, que condena las guerras cuando no lo engañan, que desató Occupy Wall Street. Pero así y todo, la mayoría de los cubanos no puede usar la bandera del dolor y la desgracia para más de media humanidad y el medio ambiente. Parece que el pudor de patriota que movía a José Martí en los versos aludidos por Toledo Sande, es parte de nuestra vida.

      Por otra parte, mi adoctrinamiento o formación para la vida, me hace valorar que es pobre el sentido de la belleza de quien por rechazar lo mal hecho, lo feo, la baja calidad de lo cosificable, la coyuntura, en vez de luchar por cambiar ese estado de cosas, desdeñe los símbolos sin mancha asociados a la bandera cubana y procure alivio para su elevado espíritu en el American way-of-life que pregona la bandera de las 50 estrellas chorreantes de sangre.

      Es precisamente la antítesis de los versos martianos referidos.

      • tf dijo:

        Bijirita. Estoy seguro, por su forma de escribir, de que ud. considera a máximo gómez y al ché como cubanos o luchadores por la patria cubana, aun cuando no hayan nacido acá.
        le recomiendo recuerde la frase de gómez sintetizada en> los cubanos o no llegan o se pasan los que usan la bandera cubana o simbolos patrios en su vestimenta frecuentemente, los que usan la bandera norteamericana, águilas o simbolos yanquis frecuentemente, y los que no usan frecuentemente ninguna de las dos.
        En cuál de los tres grupos ud. confía más? Cuál grupo le dice más mentiras y pelotea? Cuál grupo es más antisocial? A qué grupo pertenecen sus seres queridos, pareja y amistades? Con qué grupo se identifica más? Y es lógico que sea así?
        Estoy seguro que con honestidad cada cual puede dar una respuesta en base a su experiencia, aunque sean siempre generalizaciones y algo prejuiciadas. Nuevamente>
        Cuando los cubanos estén más satisfechos y orgullosos, y no se asocie el uso de la bandera a teques y formalidades, disminuirá el uso de banderas extranjeras.

  • mercedes dijo:

    Excelente su artículo, profesor Luis, como ve, así va el debate en Cuba, y cuánta falta nos hacen personas como usted, como Iroel Sánchez, como Taladrid, con tanta claridad en el análisis y que llaman a las cosas por sus verdaderos nombres, siempre al lado de la Revolución. Estoy de acuerdo con los participantes en el foro en que los artículos suyos también debían aparecer en la prensa plana, la radio y la TV, con el debido respeto a los buenos periodistas que trabajan para nuestros medios, pues es muy importante contar con una guía del pensamiento, por algo Martí consideró de máxima importancia la propaganda revolucionaria y a ella dedicó gran parte de su vida. Confieso que cada vez es más esperanzador leer los comentarios de personas con tanta dignidad, porque me preocupaba que muchos de los comentarios los hicieran individuos que obviamente No aman la Revolución. Es como si estuviéramos saliendo de un gran letargo, y a la persona que se identifica como socialismo real le digo que en el pueblo hay muchos Fidel, Camilo, el Che, que llevan en la frente la estrella de Martí, no hay que ir lejos, están aquí y se expresan como los patriotas que son. Gracias a raro por la cita del libro de Dulles, ese libro debíamos tenerlo como de cabecera, porque métodos como los ahí descritos ya se están viendo sus resultados en nuestra amada Cuba, y eso NO lo podemos permitir. Salvar la Revolución, es una exhortación en plena vigencia. También gracias a María, a Eduardo, al resto de los patriotas y al profesor Luis Toledo Sande.

  • Perez dijo:

    Yo recuerdo los versos de Bonifacio Birne de cuando estudié y las palabras de Camilo Cienfuegos en el Palacio Presidencial, cada persona es ciudadano de un país y siente por sus atributos y símbolos nacionales y eso es de respetar, en las películas norteamericanas se ve la bandera NORTEAMERICANA (por cierto de la unión, porque la confederada, que se ha visto también pero menos ha traído sus problemas y en algunos lugares se ha prohibido).
    Muchos nos sentimos emocionados cuando vemos la bandera de mi nación ondeando y escucho el hinmo nacional, recuerdo las reglas para el uso de la bandera cubana y las normas para izarla y arriarla. Considero que estos símbolos son para respetar y honrar, por los que les corresponde por nacimiento o por vocación.

  • Tigreavileño dijo:

    Realmente me apena ver las ideas de algunas personas en este foro.
    Hace unos días hubo un debate parecido aquí, porque se publicó, más bien se denunció, que un cuentapropista en la habana tenía una foto de una construcción en la Habana (creo que del túnel de línea o algo asi), donde evidentemente se exaltaba al dictador Fulgencio Batista, y dolía ver como algunos no eran capaces de ver en esa acción la contribución al enaltecimiento de semejante alimaña que por desgracia está ligado a la historia de Cuba.
    Con este artículo sobre las banderas sucede algo parecido, es increíble que en vez de ver la esencia de lo que se dice y el peligro que representa, se dediquen a ver si se puede o no comprar banderas cubanas, como si eso fuera justificación para propagar la norteamericana, o comparen el portar banderas de otros países con el portar una norteamericana.
    Eso es más que superficial, es superficialidad barata, pero de la más barata que halla. En mi opinión el artículo es excelente y llama la atención sobre un problema que ya es un problemón, muestra de lo cual es que en este foro existan personas con los criterios que mencioné.
    Por suerte hay otras como María, Bijirita, Ed, etc etc, que contribuyen muchísimo a esclarecer sobre el tema aportando sus experiencias.
    Creo que efectivamente se debía legislar sobre el asunto y PROHIBIR en establecimientos estatales el uso de esa bandera, así como regular el uso público aunque no sean entidades estatales, y digo regular porque como explica María hay casos y casos y momentos y momentos, pero no nos dejemos engañar, el uso cotidiano de ese símbolo en cualquier parte es una afrenta a la dignidad cubana y en nombre de la libertad de pensamiento no hay por qué permitir que nos impongan a los que no queremos (que somos los más) la presencia de dicha bandera, al estilo de los que nos imponen su música con un volumen altísimo cuando yo no quiero oírla.
    Quien le guste mucho, que llene su casa de banderas norteamericanas o de las que sean, pero la calle no es de nadie en particular y si es de alguien es de los revolucionarios.
    Gracias

  • Roberto Jose Tolentino dijo:

    !!Ojo pelao Cubanos!! El lobo vestido de caperucita.....Sería desmoralizante para los revolucionarios latinoamericanos que Cuba sucumba a las tentaciones del capitalismo. Ya vengo preocupado por dos artículos publicados en este sitio. El paquete semanal: ¿desideologización de la juventud en cuba? Y ahora banderitas americanas en los vehículos. La misma bandera del imperio que sometió a nuestros pueblos con dictaduras e invasiones y que no reniega en el propósito sino en la forma.

  • Pepin dijo:

    Roberto Jose no entiendo tu preocupacion.... y tu crees que el Partido y el gobierno aqui estan pintados en la pared como se dice?

  • Ernesto Moreira dijo:

    Basta ya de preocuparse por "banderitas"

    Preguntémonos primero POR QUÉ han proliferado las banderitas norteamericanas, QUÉ puede haber llevado a los cubanos a usarlas, antes de salir a prohibir o "vigilar y castigar" sin conocer las causas; será como cortar una hierba que volverá a crecer eventualmente

    Las "banderitas" serán peligrosas en la medida en que aquella sociedad pueda mostrarse como alternativa a esta, y la solución no está en erizarse y actuar a la defesiva, si los partidarios de la revolución hacen eso estarán perdidos, pues el que se escuda tras sus murallas pierde la guerra, lo que debemos es avanzar en la construcción de una sociedad sostenible y racional, en la que no haya que mirar a alternativas importadas.

  • ariel dijo:

    Respetemos, tambien es la de Martin Luter King, Lucios , Alice, Olivert, Henry Revee, y otros tantos heroes y amigos.... al enemigo lo enfrentamos, a los amigos nos unimos, Fidel expresaba con respeto el hecho de que nunca en Cuba se quemó una bandera de Estados Unidos, así como a pesar de todo, nunca se lanzó una piedra contra la oficina de cristales e ideas oscuras. Es una sola bandera y los representa a todos, pero es cierto......me vasta con una, la mía......y con ella sumo la del resto de paises que quieran ser amigos. VIVA CUBA LIBRE.

  • laly dijo:

    Por favor compañeros interpreten, reflexiones etc, Luís Toledo Sande, para mi han hecho tremendo artículo, pues nuestra bandera es un símbolo patrio y soy del criterio que ninguna bandera tiene porque estar en carros, otros lugares indebido, el uso y las regulaciones de nuestra bandera están bien escrito y hasta un niño recién nacido lo sabe, como es posible que haya tantos foristas que no lo sepan, así que los que tienen que ver con esto deben tomar medidas rigurosas y rápido con manos duras para que estas cosas no pasen
    Usos
    Se podrá usar en las sedes de Órganos, Organismos, y otras Instituciones del Estado y de Organizaciones políticas, sociales y de masas.
    • En astas situadas en el exterior de los edificios tres metros.
    • En asta situada en el interior de locales de los edificios, tres o un metro ochenta.
    • Sin asta en posición horizontal o vertical pendiente o en la pared, detrás de la tribuna o presidencia de actos oficiales, conmemorativos o patrióticos, así como para engalanar calles y viviendas.
    • En edificios de centros docentes, tanto en asta exterior como interior o sin asta en posición horizontal o vertical, pendiente o sobre la pared un metro ochenta centímetros o un metro veinte centímetros en correspondencia con el tamaño del lugar del edificio.
    • Para desfiles y ceremonias un metro ochenta centímetros y los bordes adornados con flecos dorados de seis centímetros, el asta será de dos metros sesenta centímetros de largo, incluidos la lanza y el regatón y tendrá un cordón trenzados de dos metros diez centímetros de largo con hilo de colores azul turquí, blanco y rojo, que terminará en dos borlas de los mismos colores.
    • En actos de jefes de Misiones Diplomáticas y Consulados de Cuba en el extranjero, cuarenta centímetros.
    • En un desfile nuestra Bandera si va acompañada de otra, irá hacia la derecha, si fueran varias las que la acompañan irá a la cabeza de las demás y en el centro.
    • En astas situadas en el exterior de los edificios tres metros.
    • Si preside un salón, se colocará a la derecha de la tribuna, en el caso de que exista un orador siempre está se colocará a su derecha.
    • Si es izada junto a la Bandera de otros Países se colocará en el centro y será la más alta.
    • Si se sujeta a la pared la punta de la estrella debe quedar libre, señalará al norte o al este, si la posición de la Bandera es vertical, si es horizontal, el triángulo aparecerá a la derecha con relación a la pared, la punta de la estrella siempre dirigida hacia arriba.
    • También en muchos casos la Bandera cubre el féretro de compañeros miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias por sus méritos revolucionarios son velados, con honores militares, en este caso el triángulo quedará a la cabeza del féretro sin tocar el suelo.
    • Al inaugurar Monumentos la Bandera aparecerá al fondo del acto y nunca se unirá para cubrir el cuadro o estatua que se va a develar.
    • En la ceremonia de duelo, la Bandera llevará un crespón negro en el extremo del asta.
    • Cuando aparece en los autos oficiales debe ser de pequeño tamaño y situada en la parte derecha y delantera del vehículo.
    Prohibiciones
    Se prohíbe usar la bandera de la Estrella Solitaria en los siguientes casos:
    • Como distintivo o anuncio.
    • Como parte de un vestuario.
    • Pintada, grabada o dibujada en los vehículos, exceptuándose de estas prohibiciones en el caso de aeronaves.
    • Reproducidas en artículos de uso no oficial.
    • Cruzada ni junto a otra bandera cubana.
    • En forma de telón, colgadura, cubierta, lienzo, tapete o cualquier modo que impida que se pueda desplegar libremente, excepto en el caso de que se use cubriendo un sarcófago.
    • Como réplica en cualquier material con propósitos ornamentales o comerciales.
    • Para cubrir tribunas, mesas para presidir actos o frente de plataformas y en techos de los laterales y parte trasera de un vehículo.

  • sachiel dijo:

    Y hablando de simbolos, por cierto, ¿quien es el responsable de que el poster o gigantografia en la Rampa(al costado del Habana Libre) de la UJC esté al perder la cara del Ché? eso, para mí, es desidia y es imperdonable. Miles pasan cada hora por allí.

  • emilio suri dijo:

    Toledo gracias por su articulo Quizas no me recuerde por los anos que han pasado Fui alumno suyo en el Curso para Trabajadores en la Facultad de Peridismo entre los anos 1973 y 1977 Era en aquel entonces el delegado del aula. Reitero las gracias por sus articulos relacionado con estos temas referente a nuestra bandera. Saludos

  • Lázaro dijo:

    Líbreme Dios de contestar alguna opinión expresada aquí!
    Pero deploro las confusiones conceptuales acerca del uso por persona natural o jurídica de una bandera.
    En fín, dejo la inspiración patriótica de la que estoy ahora peNetrado hasta el tuétano y digo solo como Bonifacio Byrne " QUE NO DEBEN FLOTAR DOS BANDERAS DONDE BASTA CON UNA :LA MÍA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

  • Caridad Marìa Alvarez dijo:

    Excelente artículo pero nuestra bandera se ve poco hasta en las instituciones oficiales y lugares que casi parecieran abochornarse de ella, y los cubanos debíamos poder tener una desde que nos registraran en el hospital materno, gratis, democrática y bella como es.

  • FRANCISCO dijo:

    Amigo Boris, y no solo cuando la gesta de Fidel. En los primeros annos de la revolución aviones yanquis incursionaban como pedro por su casa y en Santa Clara lanzaron la bomba que mató a Fabric Aguilar y sus hijos.
    Hay que ser un ingenuo o un mal cubano para creerse el cuento que el asunto es de ideología. El asunto es de hidalguía y patriotismo. Las banderas son símbolos para bien o para mal. Y bajo esa bandera han sido masacrados tantos pueblos, y todavía lo son, que es un bochorno que un carro estatal lleve esa cosa. Preso debería ir el jefecito que permite tal desvergüenza.
    |Sr. forista Ed, el asunto de la bandera norteamericana en las películas de ese país, es simple: por cada bandera que aparezca el estado yuma paga un dinero. Es pura propaganda del imperio, que están dispuestos a pagar.
    Pero un chofer de una entidad estatal no es el duenno del carro. Todos los cubanos somos los duennos de ese vehículo, como está establecido en nuestra Constitución. Y el culpable de tal atrocidad es el jefe de esa institución.

  • FRANCISCO dijo:

    Sr. Eduardo, Camaguey, concuerdo con usted: aquel que use la formas de la bandera cubana para delantales y otros objetos debe ser juzgado y castigado. Y no hay que hacer nuevas leyes. La Ley de la Bandera Cubana ya existe, solo hay que aplicarla y eso es tarea de la Fiscalía de la República, de la policía y de los tribunales.

  • Eddis Armin dijo:

    Muy buen artículos, de algo que debe ser atendido. Evidentemente, detrás de eso, se observa la colonización cultural. Unos lo practican sin darse cuenta de lo que hacen, y otros sabiéndolo, y dando riendas sueltas a sus inclinaciones americano filas, pero que tanto, unos como otros, van creando una brecha en la formación del valores que se lleva a cabo con nuestras nuevas generaciones. Una cosa es el pueblo norteamericano y otra esa bandera, bajo la cual han llebado a todo el mundo, muertes y desolación, calculándose hasta hoy más de 20 millones de muertes.

  • Amanda de la Caridad Vallejo Blanco dijo:

    Nuestra bandera nos enorgullece precisamente por formar parte de nuestra verdadera identidad, pero, por qué no bajarle un poco el precio, porque todo ciudadano cubano se sentiría honrado al portarla en su carro o coche pero sus precios lo impiden totalmente.

Se han publicado 82 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Luis Toledo Sande

Luis Toledo Sande

Escritor, poeta y ensayista cubano. Doctor en Ciencias Filológicas y autor, entre otros, de "Cesto de llamas", Premio Nacional de la Crítica. Mantiene el blog http://luistoledosande.wordpress.com/

Vea también