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Capítulo V: Descifrando a Venezuela

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En septiembre de 2001, la Embajada de los Estados Unidos en Caracas comenzó a enviar señales a Washington sobre la posibilidad de que pronto se produciría un cambio de gobierno y de que el hombre que se sentaría en la silla presidencial sería Pedro Carmona, presidente de Fedecámaras, la Cámara de Comercio de Venezuela. En un cable fechado en el propio mes, enviado por la Embajada en Caracas al secretario de Estado, al Departamento de Comercio y al Departamento de Energía en Washington, la embajadora, Donna Hrinak, notificaba sobre la próxima visita del Consejo de Empresarios Venezuela-Estados Unidos (CEVEU) a Washington. Pedro Carmona, uno de los miembros seleccionados, era considerado un líder empresarial de mucho prestigio e influencia que de manera consecuente ha desempeñado un papel fundamental en la promoción de los intereses comerciales de los Estados Unidos en Venezuela.1

El cable de la Embajada recomendaba insistentemente al Departamento de Estado la coordinación de reuniones entre los representantes de CEVEU y el subsecretario de Comercio para el Comercio Internacional, el subsecretario de Asuntos Políticos e Internacionales, el Departamento de Energía y el subsecretario de Estado para Asuntos Económicos y Empresariales. Asimismo, la embajadora Hrinak solicitaba la coordinación de reuniones entre Carmona y sus compañeros de viaje con los representantes norteamericanos, Cass Ballenger, Gregory Meeks y Mark Souder, y el senador Bob Graham. Con la aprobación de la Embajada y el Departamento de Estado, ciertamente Carmona sería recibido en Washington con los brazos abiertos.

Cuando la embajadora Hrinak regresó de las consultas celebradas en Washington a principios de noviembre de 2001 y las relaciones entre ambos países eran aún frágiles, envió un cable a esa capital donde informaba al secretario que Fedecámaras, dirigida por Carmona, había anunciado la suspensión del diálogo con el gobierno de Venezuela. Hrinak mencionó la posibilidad de que el 28 de noviembre de 2001 se anunciara un paro laboral al nivel nacional. En el cable, la embajadora respaldaba la versión de Carmona sobre los acontecimientos, y justificaba la severa reacción de la comunidad empresarial:

 

Carmona, recientemente elegido como Presidente de Fedecámaras, había tratado de sostener un diálogo con el gobierno de Chávez. El cierre de la comunicación y la amenaza de un paro laboral a nivel nacional constituyen una reacción severa ante lo que es ampliamente considerado como una indiferencia del Presidente Chávez y su gabinete hacia los criterios del sector empresarial privado. Si bien el descontento con Chávez ha sido amplio dentro del sector privado desde su elección, el discurso pronunciado por Chávez el 29 de octubre, unido a la ausencia de una respuesta por parte del gobierno  de Venezuela a las preocupaciones del sector privado en torno a las nuevas leyes, parecen haber llevado el descontento al límite.2

El cuadro pintado por Hrinak hacía creer que toda la culpa por el creciente conflicto recaía sobre Chávez.

 

"El hombre correcto para el momento correcto en Venezuela"

 

En un cable altamente censurado y clasificado enviado por la Embajada de los Estados Unidos en Caracas a finales de noviembre de 2001, la embajadora Hrinak informaba sobre la decisión tomada por Fedecámaras de convocar a una huelga nacional para el 10 de diciembre de 2001. Pero, en las contadas partes no censuradas, el cable dejaba bien claro que el gobierno de los Estados Unidos compartía totalmente los criterios de la oposición en cuanto al motivo principal de la huelga: las cuarenta y nueve leyes que el presidente Chávez había promulgado en virtud de las Leyes de Habilitantes a principios de ese mes. El Presidente Chávez trascendió su autoridad contemplada en las Leyes Habilitantes al decretar determinadas leyes, escribió la embajadora Hrinak. La Ley de la Tierra es un ataque contra el derecho de la propiedad privada, indicó más adelante.

Unos días después, un funcionario de la Embajada, Frederik Cook, envió otro cable, esta vez dirigido al Departamento de Estado, la CIA, la Agencia de Inteligencia para la Defensa, el Consejo de Seguridad Nacional, a otras embajadas de los Estados Unidos en Bogotá, Quito, La Paz, Lima, México, Buenos Aires, Brasilia, y a la Sección de Intereses de los Estados Unidos en Cuba, en el que se refería a Pedro Carmona como estadista y el hombre correcto para el momento correcto en Venezuela.3

Evidentemente, habían sido creadas las condiciones para un cambio de dirección en Venezuela respaldado por los Estados Unidos.

En los meses que siguieron, Carmona y su colega sindical Carlos Ortega realizaron diversos viajes a Washington acompañados por otros líderes destacados de la oposición, como Leopoldo López y Gerardo Blyde, de Primero Justicia, y otros institutos de la NED.4 Fue durante esa primera "huelga" del 10 de diciembre de 2001 que se creó un vínculo sólido entre dos opositores tradicionales, Fedecámaras y la Confederación de Trabajadores Venezolanos (CTV), históricamente el sindicato principal de los trabajadores de la nación.

En 2001, la donación de la NED al Centro de Solidaridad Laboral Internacional de los Estados Unidos (ACILS), la rama internacional de la AFL-CIO, se triplicó. Si bien el ACILS mantenía una relación con la CTV desde principios del decenio de 1990 y su donación promedio para trabajar con el sindicato venezolano era de aproximadamente 60 mil dólares, en 2001 esta suma se incrementó a 154 375 dólares, con el objetivo de definir una nueva misión y el papel que desempeñaría el movimiento sindical en el desarrollo de la nación.5

Al parecer, esta nueva función y misión era una empresa conjunta con la organización de los patronos, Fedecámaras, para crear un movimiento capaz de derrocar al gobierno de Chávez. En esta alianza, la NED fue el financista principal.

Cuando 2001 ya llegaba a su fin, la NED había incrementado sus gastos en Venezuela a la sorprendente suma de 877 435 dólares. Además del presupuesto triplicado del ACILS con la CTV y la donación sextuplicada del IRI para su trabajo con Primero Justicia, y colaboradores, ahora se sumaba el Instituto Democrático Nacional (NDI). Si bien el NDI había estado ausente en el presupuesto de la NED en Venezuela en 2000, recibió una donación de 210 500 dólares para trabajar con una organización social, Momento de la Gente, encaminada a lograr la participación de los ciudadanos en el proceso de formulación de la política y a centrar la atención en la rendición de cuentas y transparencia del gobierno. Momento de la Gente fue uno de los grupos principales de la sociedad civil dentro del creciente movimiento opuesto al presidente Chávez. La generosa donación ciertamente realzaría su proyección y misión al nivel nacional.

Momento de la Gente fue también un receptor directo de la NED en 2000; dirigido por la bien relacionada y pudiente Mercedes de Freitas, había recibido solamente 16 747 dólares de la NED en ese año, pero ya en 2001, cuando sus actividades políticas para oponerse a Chávez ganaban terreno, la NED incrementó su donación directa a 40 mil dólares, casi cuatro veces la cifra que había recibido unos meses antes. La donación indicaba específicamente que el financiamiento de la NED sería utilizado para sufragar los costos institucionales principales, de manera que, básicamente, la NED estaba financiando el funcionamiento de la organización mientras asumía una función de dirección en la coalición de la oposición formada entre los sindicatos, las empresas y la sociedad civil. Conjuntamente con la donación NDI-NED, más de 250 mil dólares fueron puestos a disposición de Momento de la Gente en 2001, casi veinte veces la cifra que le había sido donada el año anterior.

Mercedes de Freitas, se comprometió con el director del Programa de la NED, Christopher Sabatini, durante los días del golpe contra Chávez, a aceptar al gobierno de Carmona y rechazar cualquier acusación que quisiera involucrarla con la conspiración para ejecutar el golpe. La organización había  recibido otra donación de 64 mil dólares en los meses anteriores al golpe.6

A finales de febrero de 2002, Fedecámaras, la CTV,  partidos políticos de la oposición y organizaciones sociales convocaban a marchas masivas por las calles de Caracas.

 

La creciente coalición de insólitos amigos

 

Meses antes del golpe del 11 de abril de 2002, el gobierno de los Estados Unidos había puesto en marcha un plan concebido habilidosamente para ayudar al movimiento contra Chávez. Una oposición a éste, muy flexible, se había creado entre aliados insólitos que incluían al sindicato más grande de Venezuela, la Confederación de Trabajadores Venezolanos (CTV), la Cámara de Comercio, Fedecámaras,  y a líderes de los partidos políticos tradicionales, Acción Democrática, COPEI, Movimiento al Socialismo y otros, así como a nuevos partidos como Primero Justicia y Proyecto Venezuela. A pesar de sus diferencias, estas entidades compartían el desacuerdo común con las políticas del gobierno de Chávez. Esta oposición, incluida la CTV, estaba compuesta principalmente por individuos y organizaciones provenientes de la élite o, como comúnmente eran conocidos en Venezuela, la "oligarquía".

Si bien la tensión y la animosidad bullían entre las élites venezolanas poco después de que el presidente Hugo Chávez ganara su segundo mandato en virtud de la recién ratificada Constitución en 1999, no fue hasta 2001 en que la coalición de la oposición comenzó a consolidarse y a hacerse escuchar. La historia muestra que ésta no fue la primera vez que se creó esta alianza entre la CTV, Fedecámaras y los partidos políticos tradicionales. A finales del decenio de 1980, durante la colaboración generosa de Carlos Andrés Pérez con el gobierno de los Estados Unidos, estas mismas entidades se unieron para formar la Fundación Democrática Nacional, utilizada para canalizar los fondos de la NED desde los Estados Unidos hasta Nicaragua. De manera que, una vez más, los sindicatos, las empresas y los partidos políticos se unieron para promover los intereses de los Estados Unidos en América Latina.

La NED había estado presente en Venezuela, aunque en menor escala, desde finales de la década de 1980, cuando comenzó a financiar a la CTV, pero, de 2000 a 2001, el presupuesto de la NED en Venezuela se cuadruplicó y los fondos comenzaron a fluir hacia las organizaciones grandes y pequeñas que compartían una característica común: una aversión pública hacia el presidente Chávez. De los más de 877 mil dólares que la NED donó en Venezuela en 2001 para "promover la democracia", muchos de los beneficiarios del dinero incluían a organizaciones venezolanas que recibían donaciones directas de la NED sin ningún intermediario. Otras muchas organizaciones recibieron fondos por conducto de las cuatro instituciones principales de la NED, a saber, el IRI, el NDI, el CIPE y el ACILS. Algunas de las entidades financiadas directamente por la NED entre 2001 y 2002 incluyeron a la Asamblea de Educación, la Asociación Civil Comprensión de Venezuela y la Asociación Civil Consorcio Justicia. Todas estas organizaciones se alinearon al movimiento de oposición.

La Asamblea de Educación trabajó en la oposición a toda la legislación promovida por Chávez relacionada con la reforma de la educación. Su líder, Leonardo Carvajal, era un opositor acérrimo a Chávez que no estaba de acuerdo con los objetivos educacionales de éste y prometió hacer todo lo posible para evitar la promulgación de los cambios propuestos. En 2001, el gobierno ya había construido más de mil nuevas escuelas "bolivarianas" en barrios y zonas que tenían tradicionalmente poco o ningún acceso a una educación de calidad. Asimismo, estaba proponiendo la implementación de un nuevo "plan de estudio bolivariano", que modificaría el plan de estudio anterior, a fin de incluir una información más precisa sobre la historia latinoamericana y la propia venezolana, así como el cambio del enfoque eurocentrista de la educación por uno más sudamericano.

Por lo tanto, además de proporcionar 55 mil dólares para financiar a Leonardo Carvajal y las actividades de oposición y participación en las marchas de su organización, la donación de la NED también financiaba los esfuerzos para oponerse a una legítima legislación que fue legalmente debatida y promulgada por la Asamblea Nacional de Venezuela. De hecho, Carvajal admitió posteriormente que los fondos de la NED constituían la fuente principal de ingresos de su organización. Incluso recibía un salario de la donación de la NED para financiar su estilo de vida.

La donación a la Asociación Civil Comprensión de Venezuela (ACCV) en la suma de 57 820 dólares de la NED llegó en un momento peculiar. El centro de la atención estaba en iniciar un debate nacional sobre el nuevo papel del Ejército en el país. El presidente Chávez era un teniente coronel retirado del Ejército y un gran porcentaje de los miembros de su gabinete y funcionarios del más alto nivel son oficiales retirados o activos. Si bien la donación de la NED para la ACCV pudiera parecer oportuna, también fue inusual. Mientras la NED financiaba los esfuerzos encaminados a elevar la conciencia sobre los aspectos negativos de la participación del Ejército en el gobierno, Venezuela había acabado de elegir, en dos ocasiones, a un gobierno fuertemente militar, por lo que no pareció extraño que, en la época del proyecto ACCV-NED, oficiales disidentes del Ejército comenzaran a alinearse en torno al movimiento de oposición.

En los años 2000, 1999, y antes, los beneficiarios principales de los fondos de la NED en Venezuela fueron el ACILS, por su trabajo con la CTV; el CIPE, por su trabajo con su contraparte, el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (CEDICE), y el IRI por el entrenamiento y la conformación de partidos políticos. Durante esos años, los destinatarios directos de los fondos de la NED en Venezuela incluían a grupos tales como el Centro al Servicio de la Acción Popular (CESAP), el Programa para el Desarrollo Legislativo (PRODEL), la Fundación Momento de la Gente, y Sinergia, una institución dedicada al fortalecimiento de otras organizaciones sociales alineadas con la oposición. Todas estas entidades tenían inclinaciones hacia la oposición, algunas más que otras. Aún así, el desempeño de la NED en Venezuela fue relativamente menor antes de 2001. A partir de ese año, el gobierno de George Bush autorizó un incremento en los gastos de organizaciones capaces de crear un movimiento sólido de oposición a Chávez.

 

Las primeras señales

 

La flexible coalición de la CTV, Fedecámaras, los medios masivos de comunicación privados, las organizaciones sociales financiadas por la NED y los partidos políticos de la oposición, convocó el 10 de diciembre de 2001 a la primera "huelga general", con el objetivo de oponerse a la propuesta del gobierno de Hugo Chávez de 49 leyes que pondrían en práctica muchos de los nuevos derechos representados en la Constitución de 1999. Antes de la huelga, funcionarios de alto nivel del gobierno de los Estados Unidos, incluidos Colin Powell, George Tenet y Roger Noriega, habían hecho declaraciones que indicaban un posible rompimiento de relaciones con el gobierno de Chávez, basado en la actitud de abierta oposición de éste al bombardeo en Afganistán en octubre de 2001. La llamada a consultas a la embajadora de los Estados Unidos en Venezuela, Donna Hrinak, a principios de noviembre de 2001, fue un indicio del cambio en las relaciones.

La "huelga" dirigida por la oposición el 10 de diciembre marcó la ruptura del vicepresidente Luis Miquilena y sentó las pautas para los meses venideros. La oposición organizó múltiples protestas y actos de desobediencia civil y un grupo de oficiales de alto rango del Ejército comenzó a "desertar" y a declarar públicamente un estado de rebelión. Los medios masivos de comunicación privados elevaron su tono agresivo contra el gobierno y ofrecieron abiertamente un ciento por ciento de su cobertura a la oposición.

El informe de la Oficina del Inspector General del Departamento de Estado de los Estados Unidos sobre La política de los Estados Unidos hacia Venezuela: noviembre de 2001 a abril de 2002, completado después de esta fecha a solicitud del senador Christopher Dodd (demócrata-Connecticut), concluía que:

 

...durante el período de seis meses (noviembre 2001- abril 2002), la NED, el Departamento7 y el DOD8 ofrecieron entrenamiento, crearon instituciones y otros programas de apoyo por un total de aproximadamente 3,3 millones a organizaciones e individuos en Venezuela, algunos de los cuales parecen haber estado involucrados en los acontecimientos del 12 al 14 de abril. Además, los programas de asistencia federal incluyeron numerosos contactos entre la NED, el Departamento y el DOD y estas organizaciones e individuos durante dicho período de seis meses.9

En realidad, el informe de la Oficina del Inspector General afirmaba que los fondos de la NED para financiar los programas en Venezuela, durante el mismo período de seis meses, ascendieron a más de 2 millones de dólares. El informe evidenció algo que los propios documentos internos de la NED, publicados en virtud de la FOIA, intentaron encubrir: la suma adicional de 622 mil dólares que la NED había insuflado al ACILS para su trabajo con la CTV durante el período comprendido entre febrero de 2001 y enero de 2002, aproximadamente 150 mil dólares cada tres meses. Además de los 622 mil dólares, la NED había hecho otra donación al ACILS por la suma de 154 400 dólares para apoyar a la CTV.

La cifra de dos millones de dólares resultaba sorprendente. Un año antes, el programa total de donaciones de la NED en Venezuela fue simplemente un tanto superior a los 200 mil dólares. Doce meses después, era diez veces mayor, y todos los que recibían el financiamiento estaban creando un movimiento de oposición contra el gobierno venezolano elegido democráticamente y apoyado por el pueblo. Aun con su enorme e indiscutible popularidad -¿a quién le importa?-, el gobierno de los Estados Unidos quería a Chávez fuera y pensó que, con el apoyo financiero y político de la coalición creciente de empresas, sindicatos, partidos políticos y organizaciones sociales, podría lograrlo.

 

* Aún no se han hecho públicos los fondos de la NED para Venezuela en el

   2005.

 

 

Notas:

 

1 Documento en www.venezuelafoia.info

2 Cable 003392, 191150Z , 1º de noviembre de 2001, de la Embajada de los Estados Unidos en Caracas al secretario de Estado en Washington, D.C., prioridad 2985.  Disponible en el archivo de la autora.

3 Cable desclasificado a solicitud de la autora sobre la base de la FOIA. Disponible en www.venezuelafoia.info. Ver Apéndice, p. 241.

4 El 13 de febrero de 2002, Carlos Ortega se reunió con Otto Reich en Washington, D.C. Verhttp://www.state.gov/r/pa/prs/dpb/2002/8034.html.

5 Ver Apéndice, pp. 207-208.

6 David Corn: "Our Gang In Venezuela?". The Nation, Estados Unidos, 5 de agosto de 2002.

7 "El Departamento" se refiere al Departamento de Estado de los Estados     Unidos.

8 DOD es el Departamento de Defensa.

9 Departamento de Estado de los Estados Unidos y Oficina del Inspector General de la Broadcasting Board of Governors: "A Review of U.S. Policy Toward Venezuela; November 2001-April 2002". Informe número 02-OIG-003, julio 2002. Redactado para uso público.

 

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Eva Golinger

Eva Golinger

Escritora estadounidense radicada en Venezuela. Es autora de "El código Chávez".