Caracas ahora mismo (III) VENEZUELA CANTA SU PENÚLTIMA VICTORIA
Las fuerzas bolivarianas estallaron de júbilo por el triunfo del NO
Caracas.- Bajo el balcón del Presidente y al amparo de una tierna llovizna que terminó en aguacero, el pueblo venezolano y su líder cantaron su penúltima victoria. Porque mientras la oposición insista en descalificar la voluntad popular, quedarán pendientes nuevas batallas y otros modos de decir que democracia es gobierno de las mayorías. Ni más ni menos.
A las cuatro de la madrugada del lunes 16 de agosto, tras casi 20 horas de intensa jornada electoral y cuatro de una tensa espera de resultados, el Consejo Nacional Electoral anunció de forma preliminar pero irreversible la victoria del No, por 4 991 483 votos (58,25%), contra 3 573 517 (41,74%) del Sí. Es decir, que Hugo Chávez Frías, el primer y único mandatario juzgado a mitad de mandato, continúa en la presidencia de la República Bolivariana de Venezuela por voluntad mayoritaria de su pueblo.
Media hora después, el balcón principal del Palacio de Miraflores abrió sus puertas y un Chávez de guayabera roja y gesto victorioso saludó al pueblo que lo vitoreaba con entusiasmo. Primero solo y a ratos acompañado por el vicepresidente, algunos ministros y por tres de sus hijos, el líder revolucionario que derrotó al menos cuatro conspiraciones y venció en ocho procesos electorales, empuñó el micrófono y cantó, como tantas veces, el largo himno de "gloria al bravo pueblo".
Al terminar el canto nacional coreado por los manifestantes, Chávez habló poco más de una hora, invitando a los vencedores a celebrar "con altura, con magnanimidad, respeto y mucha humildad" la victoria de la Constitución Bolivariana. Felicitó al CNE, las Fuerzas Armadas, los Observadores y sobre todo al pueblo y dijo a los opositores honestos: "no tenemos un proyecto de país que los excluya a ustedes". A todos los invitó a abrazarse en este momento histórico que el mundo entero contempla admirado. A esa hora, ya los medios de prensa extranjeros anunciaban la buena nueva de una baja en los precios del petróleo gracias al triunfo de la gobernabilidad, únicamente posible con la continuidad de la presidencia de Chávez.
Pero la oposición, que se gastó todas las balas en golpes mediáticos y de estado, en paros y guarimbas, no iba aceptar mansamente la victoria popular. Primero fueron sus representantes en el CNE, los rectores Sobella Mejías y Ezequiel Zamora, quienes unos minutos antes de la emisión del primer boletín, se negaron a avalar la ratificación, argumentando insatisfacciones técnicas.
Más tarde, mientras Chávez hablaba al pueblo en Miraflores, viejos políticos reciclados de la IV República, en un escenario adornado con globos y ambiente de cinco estrellas, objetaban la incuestionable victoria. Era la reacción previsible después que, a lo largo del proceso del referendo, ni una sola vez la llamada Coordinadora Democrática declaró que aceptaría un triunfo del Presidente. Ahora, como también se previó, el "pataleo" navegará con rumbo norte, buscando el amparo de los "organismos internacionales".
Pero Caracas y previsiblemente el resto del país, de acuerdo con los reportes de los medios locales, han pasado de la celebración al descanso, sin la "volatilidad" que tanto anuncia CNN en español. Ya se apagaron las explosiones de los voladores de la celebración. Y seguramente no habrá más que fiestas nobles en todo el día de asueto que decretó el Presidente Chávez, ratificado por octava vez, que es como decir para siempre mientras rija su mandato. Retumbará entonces la voz viril sentenciando lo que ha sido el Referendo, un modo cívico, pacífico, definitivo de dar "a Venezuela lo que es de Venezuela."
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