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Los cómplices de Montaner

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Cualquier lector principiante de periódico, sabe diferenciar el hecho (como noticia) del análisis mismo que se haga de ese hecho. Pero el "escritor" estrella y vetusto de La Nación, Montaner -desorientado-, no sabe si opinar o dar la noticia sobre los acontecimientos del 11 de marzo en Madrid. Desde allá, en el afán de ser novedoso escribe al día siguiente su articulito de pacotilla "ETA y sus cómplices" (14-03-04). Cual orador de convento, repite la misma letanía de su amo Aznar: "La espantosa masacre tiene todas las características de los atentados de ETA". Su premura le impidió escuchar los gritos de millones de españoles en las calles el viernes 12: "Aznar mentiroso", "Aznar asesino".

Llama la atención que en este mismo diario comercial el "analista" una semana antes (07-03-04) había dicho que el gobierno exitoso de Aznar: "combatió con energía a ETA -independentistas vascos de ideología comunista- extraditando y encarcelando a docenas de asesinos, secuestradores y extorsionadores, debilitando a la banda terrorista hasta el punto de hacerle perder casi toda su mortífera eficacia". Pero ahora (11 de marzo) resulta que ETA resucitó;  él y Aznar lo resucitaron.

Pero lo que pretende este señorito de la CIA en su libelo, no es ni siquiera solidarizarse con las víctimas y sus familiares. Busca -como en todo lo que esputa- difamar a la Revolución cubana; miente, calumnia, tergiversa e ignora la historia y defiende a los terroristas de Miami (estos son los terroristas buenos). Montaner es el típico "opinador" que agrada a un medio como La Nación, periódico que presume defender los derechos humanos, la democracia y la paz.

Aunque vive en Madrid, no sabe qué decir de lo sucedido ahí. Por eso habla de lo que cree saber más, pero en realidad, es lo que más ignora: la historia latinoamericana, particularmente lo relacionado con la Revolución cubana. Refiriéndose a la Cumbre Iberoamericana del 2000 en Panamá afirma: "Fidel Castro se negó a firmar un documento de condena a la banda terrorista. El Comandante, fiel a sus amigos y a sus principios revolucionarios, no iba a traicionar a unos viejos compañeros de lucha a los que les ha prestado todo género de ayudas, material y política, desde 1966". El "analista" no hace referencia a ninguna fuente, solamente calumnia. Esta acusación además de falsa, busca ocultar las causas por las que la delegación cubana no firmó la Declaración final de Panamá. Veamos.

El texto sobre el tema del terrorismo en dicha Cumbre fue presentado por la delegación salvadoreña (donde residía el jefe principal de los terroristas anticubanos y contra quien no se había hecho nada). Se trataba de un texto parcial, selectivo e incompleto, porque no hacia ninguna referencia a la situación latinoamericana. Lo que pretendían con esto -José María Aznar y Francisco Flores (ambos amigos de Montaner)- era aprobar una declaración contra el terrorismo en España, haciéndose de la vista gorda de lo que estaba pasando en América Latina, específicamente en Cuba. Por eso fue importante y necesario la posición firme y digna asumida por la delegación cubana al señalar que otros países de Iberoamérica estaban sufriendo desde hace muchos años los embates del terrorismo más desenfrenado. Y Cuba lo sufre desde hace más de cuatro décadas como ningún otro país; desde el exterior se han organizado, financiado y apoyado acciones terroristas del más diverso carácter contra la mayor de las Antillas, incluso, desde el territorio de países que estuvieron presentes en esa Cumbre, como fue el caso de El Salvador, en cuyo territorio y con el consentimiento de las autoridades salvadoreñas, el terrorista Posada Carriles juntamente con Gaspar Jiménez Escobedo, Guillermo Novo Sampoll y Pedro Crispín Remón Rodríguez -hoy procesados en Panamá-, planearon el atentado contra el Presidente Fidel Castro.

Entonces ¿por qué había que condenar solamente lo que pasaba en España y no condenar el terrorismo promovido y financiado desde los Estados Unidos contra Cuba? Por eso la delegación cubana con justa razón proponía "arribar a una declaración de consenso que reflejara los intereses de todos" y no estaba dispuesta a firmar una Declaración de carácter selectivo, parcial y discriminatorio hacia las legítimas preocupaciones de un país que, como Cuba, siempre ha hecho valer, una y otra vez, su solidaridad con los intereses comunes de los países iberoamericanos. Pero la propuesta de Cuba no fue aceptada, porque el conquistador español del 2000 en esa Cumbre, logró que sus conquistados lo apoyaran y desestimaran la solicitud  de Cuba. De esta forma lograban también proteger a los terroristas de la CIA y de Miami. Grupos con los cuales tiene vínculos Montaner.

Hasta el día de hoy, ningún enemigo de la Revolución cubana ha podido mostrar una sola prueba que evidencie que en 45 años que lleva Cuba de Revolución, haya usado alguna vez el terrorismo como método de lucha. Es fácil calumniar -como lo hace Montaner- e irresponsable publicar -como lo hace La Nación- estas mentiras, pero imposible demostrarlo. Cuba siempre se ha opuesto a cualquier tipo de acción terrorista, porque forma parte de la filosofía humanista de la Revolución Cubana, incluso desde la época de la lucha armada por la liberación del país.

Groseramente Montaner hace referencia a la Cumbre de Panamá para falsear lo hechos, pero no dice absolutamente nada de sus compinches terroristas de Miami, que organizados, financiados y dirigidos desde Estados Unidos por la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA), que es un instrumento del imperialismo y la extrema derecha de ese país, fueron enviados a Panamá con el propósito de volar el Paraninfo de la Universidad de Panamá el 18 de noviembre de 2000, con los 2 000 asistentes a una reunión, sólo por el placer enfermizo de matar al presidente de Cuba, Fidel Castro. Surge la pregunta ¿Por qué en esa Cumbre Aznar y Flores -supuestos enemigos del terrorismo- no condenaron esas acciones? Montaner mejor que los lectores de La Nación, sabe muy bien el prontuario de sus cuatro amigos, pero los protege. La Nación, hace lo mismo, por eso no ha informado quiénes son estos amiguitos del terror.

El primero: Luis Posada Carriles. Ha estado involucrado en varios intentos de asesinato contra el Presidente de Cuba. Hizo de El Salvador, su zona de operaciones para Centro América. Organizó una red de terroristas, financiada desde Miami por la FNCA, la cual promovió diversos atentados terroristas contra Cuba e intereses de la Isla en el exterior. Se ha caracterizado por ser reclutador de mercenarios y entrenador de los mismos en el manejo de explosivos. Su obsesión por asesinar a Fidel, lo ha llevado a creer que así tendría un espacio en la historia. Ha participado en los siguientes intentos de magnicidio:

• Organizó un atentado contra  Fidel en Cartagena de Indias, Colombia, durante los días 14 y 15 de junio de 1994, en ocasión de celebrarse allí la  IV Cumbre Iberoamericana.
• Planificó un atentado contra Fidel, juntamente con Arnaldo Monzón Plasencia, durante la realización de VII Cumbre Iberoamericana a celebrarse entre los días 8 y 9 de noviembre en Isla Margarita, Venezuela.
• Preparó, con Enrique Bassas, Tony Pons y Luis Orlando Rodríguez, terroristas de la mafia cubano americana, un plan de atentado contra Fidel, a efectuarse entre los días 20 y 25 de agosto, en Santo Domingo, en ocasión de la Reunión de Jefes de Estado de la Asociación de Jefes de Estado del Caribe.
• Es responsable de muchos otros hechos terroristas, en los que han muerto no sólo cubanos, sino ciudadanos de otros países. El 6 de octubre de 1976 organizó la muerte de 73 personas a bordo de un avión de Cubana de Aviación mientras despegaba  del Aeropuerto de Barbados.

El segundo: Gaspar Jiménez Escobedo. Terrorista, con un prontuario muy grande; abandonó Miami, para marcharse a Panamá a cumplir su malévolo plan. Viajó con identidad falsa,  Manuel Díaz. Estaba seguro, según él, que esta vez no fallaría. Su experiencia en intentar matar a Fidel es la siguiente:

• Intentó asesinar a Fidel, en julio de 1975, durante una visita que el mismo realizó a Jamaica.
• En 1989, durante la toma de posesión presidencial de Carlos Andrés Pérez, en Venezuela, intentó asesinar al Presidente cubano junto a Pedro Corzo Eves y bajo las órdenes de Orlando Bosh Ávila.
• Participó en el intento de volar la aeronave  en que viajaba el Presidente cubano durante la celebración de la I Cumbre Iberoamericana que se celebró en México en 1991.
• Usando un cohete RPG-7, planeó asesinar a Fidel durante la celebración de la II Cumbre Iberoamericana de Jefes de estado que se celebró en España.
• Intento asesinar a  Fidel en Honduras en el año 1993.
• Participó en el plan de atentado contra Fidel en Cartagena de Indias en 1964 junto Luis Posada Carriles y otros.
• Estuvo vinculado al plan de atentado contra Fidel a producirse en Isla Margarita en el año 1997.

El tercero:  Guillermo Novo Sampoll, ha participado también en sobresalientes acciones terroristas como el asesinato del excanciller de Chile Orlando Letelier. Respecto a su vinculación en planes de atentado contra el Comandante en Jefe, participó en dos de ellos, sin incluir el que se cometería en Panamá. Ellos fueron:

• Planificó atentar contra Fidel en Nueva York, junto al terrorista William Cortés, durante la visita del presidente cubano a esa ciudad en 1997.
• Estuvo vinculado a los planes de atentado contra Fidel en República Dominicana a realizarse en julio y  agosto de 1998.

El cuarto: Pedro Crispín Remón Rodríguez. También tiene una extensa hoja de servicios a favor del terrorismo. Se sabe que asesinó al emigrado cubano Eulalio José Negrín en noviembre de 1979, nada menos que frente a su hijo de 12 años de edad. Días después colocó una bomba en la Misión cubana ante las Naciones Unidas, en Nueva York. Cuatro días después, el 11 de diciembre de 1979, hizo explotar una bomba contra la Misión Permanente de la Unión Soviética ante la  ONU. Participó directamente en el asesinato del diplomático cubano Félix García Rodríguez, perpetrado en Nueva York el 11 de septiembre de 1980. Unos meses antes, el 25 de marzo de ese año, había efectuado un atentado contra el auto de Raúl Roa Kourí, embajador cubano ante la ONU.

Esto es sólo una pequeña parte del extenso currículo de muerte de estos decrépitos detenidos hoy en Panamá. Esta pandilla de veteranos de la FNCA -amantes del terror- son los amigos de Montaner. A la edad que tienen, deberían pedir sus pensiones a la FNCA y dedicarse a jugar con sus nietos o a pasear a sus perros. Pero qué va; individuos acostumbrados a mimar fusiles y revólveres, es imposible que puedan acariciar a un niño; duchos en emboscadas y en estallar explosivos no pueden brindarle cariño a sus retoños; habituados a las balas y las bombas están inhabilitados para sonreírle a un perro. Todas las armas les son familiares, son los juguetes de estos ancianos; tienen por almohadas a las bazucas y a los petardos por pañuelos.

Mientras estos amiguitos de Montaner, aún presos en El Renacer de Panamá, gozan de amplias prerrogativas y acuden a la compasión mediante lagrimeos de cocodrilos, rehuyendo cualquier posible responsabilidad, los cinco héroes cubanos purgan prisión en Estados Unidos por el delito de evitar que criminales como estos llevaran a cabo muchos de sus planes. De ambos hechos -de los terroristas y de los que luchan contra el terror- La Nación en Costa Rica no ha dicho lo que son. Es encubridora de Montaner y sus cómplices. Y la libertad de prensa que practica le impide informar de la injusta prisión de los cinco héroes cubanos.

Abner Barrera Rivera
Profesor de Estudios Latinoamericanos

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Abner Barrera Rivera

Abner Barrera Rivera

Periodista y profesor del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional de Costa Rica.