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Jeff Morley: "Solo pido que la CIA obedezca la ley"

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Especial para Cubadebate

maninmexicoWashington.- El día que asesinaron a su hermano, el Fiscal General de los Estados Unidos Robert F. Kennedy habló por teléfono con uno de los líderes de la campaña terrorista contra Cuba, Enrique "Harry" Ruiz-Williams, y Kennedy le dijo directamente: "Uno de tus hombres lo hizo".  Bobby Kennedy no le preguntó.  Se lo dijo.  Le salió de sus entrañas, porque los conocía.  Así lo cuenta el investigador y periodista, Jefferson Morley, en una entrevista que le concedió a Cubadebate.

"El asesinato del Presidente John F. Kennedy el 22 de noviembre de 1963 y la guerra sucia contra Cuba organizada por los cubanos de Miami están íntimamente ligadas: son batallas de la misma guerra", dijo Morley.

"La anécdota de la conversación entre Bobby Kennedy y Ruiz-Williams está bien fundamentada", informa Morley, "porque el prestigioso periodista Haynes Johnson fue testigo. Estaba con Ruiz-Williams durante la conversación con Kennedy".

Jefferson Morley es un conocido periodista en Washington con una larga trayectoria.  Trabajó por 15 años para el Washington Post, y ha publicado también en The New York Review of Books, The Nation, The New Republic, Slate, Rolling Stone y Los Angeles Times. Recientemente, publicó una biografía del jefe de la estación de la CIA en México, Our Man in Mexico, a biography of CIA spy Winston Scott.

Hace seis años presentó un pleito legal (Morley v. CIA) contra la CIA para forzar a la Agencia Central de Inteligencia estadounidense a que desclasifique documentos que datan de 1962 a 1964 relacionados con George E. Joannides, el oficial de la CIA encargado de las muchas de las operaciones contra Cuba en esa época. El 16 de noviembre, el Juez Richard J. Leon, del Tribunal Federal en Washington, D.C., celebrará una audiencia para escuchar los argumentos de Morley y de la CIA sobre la posible desclasificación de esos documentos.

Fotografía que muestra Shane O'Sullivan afirma Gordon Campbell y George Fotografía que muestra a Gordon Campbell y George Joannides en el Hotel Ambassador en la noche en que Robert F. Kennedy fue asesinado.

Fotografía que muestra a Gordon Campbell y George Joannides en el Hotel Ambassador en la noche en que Robert F. Kennedy fue asesinado.

¿Por qué cree usted que la CIA quiera mantener en secreto documentos que tienen casi 50 años?

Porque deben contar algo delicado o embarazoso para la CIA.  El cuento que nos hacen sobre Joannides es una pantalla. Mentira. De acuerdo con sus propios documentos, que yo he revisado personalmente, el cuento que ahora nos hace la CIA sobre Joannides no concuerda con la realidad. La Agencia trata de trivializar el papel de Joannides en las operaciones que se sucedieron entre 1962 y 1964, pero la historia nos revela la verdad.  Además, si verdaderamente los documentos que ocultan no incriminan a la CIA, ¿por qué quieren ocultarlos? ¿Será porque Kennedy fue asesinado en 1963?  Ese reflejo condicionado a mantener esto en secreto esconde algo.

¿Quién era George E. Joannides?

Era el hombre de la CIA que tenía como tarea controlar y dirigir a los cubanos de Miami que se encargaban de las operaciones contra Cuba a principios de los años 60. Específicamente, estaba encargado de controlar al Directorio Revolucionario Estudiantil (DRE).  La CIA lo había premiado en 1963 por haber desempeñado un buen trabajo dirigiendo al DRE.  Después de la Crisis de los Misiles en octubre de 1962, Washington quiso "controlar" las actividades terroristas del DRE, y la CIA encargó a Joannides con esa tarea.  En la evaluación que le dio la agencia en agosto de 1963, la CIA lo felicitó por haber "controlado" al DRE.

¿Qué era el DRE?

Una organización de cubanos con sede en Miami.  Me dijo un analista de la CIA que el DRE llegó a ser "la más militante de las organizaciones del exilio de Miami a principios de los años 60".

Sus líderes eran Alberto Muller, Ernesto Travieso y Juan Manual Salvat.  Este último después fundó una librería en la Calle 8 de Miami, llamada Librería Universal.  Uno de sus militantes era el joven Jorge Mas Canosa, quién después fundaría la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA).  El DRE operaba desde Miami bajo la dirección de un par de importantes oficiales de la CIA: David Phillips y Howard Hunt.

Una de las más celebres de sus operaciones violentas contra Cuba ocurrió en agosto de 1962, cuando Salvat y un grupo de militantes del DRE se dirigieron a Cuba desde Miami en una pequeña embarcación y atacaron a medianoche el Hotel Rosita de Hornedo, conocido después de la revolución como el Hotel Sierra Maestra, en Miramar (Ciudad de La Habana).  Atacaron al hotel a cañonazos, aterrorizaron a los huéspedes y se fugaron.  Entre los militantes del DRE que atacaron el hotel esa noche estaba José Basulto, quien después fundó la organización Hermanos al Rescate en 1995.  Basulto me dijo personalmente que él fue quien compró y disparó los cañones que usaron para atacar al Hotel Sierra Maestra esa noche. Dijo que los había comprado en una casa de empeño en Miami.

En agosto de 1963, miembros del DRE en New Orleáns tuvieron una serie de encuentros con Lee Harvey Oswald.  Después del asesinato del Presidente Kennedy el 22 de noviembre de 1963, los miembros del DRE difundieron una campaña publicitaria para insinuar que Castro fue quien asesinó a Kennedy, porque Oswald supuestamente estaba afiliado con Cuba y con la Unión Soviética.

El cargo oficial de George E. Joannides era "Jefe de guerra sicológica para JMWAVE".  ¿Cuáles eran sus responsabilidades?

El propósito era impactar la psicología del enemigo.  Cambiarle la percepción que tienen de la realidad para precipitar un cambio de gobierno. El mejor ejemplo es el de Guatemala en 1954, cuando la CIA orquestó boletines de noticias falsas sobre una oposición en la selva guatemalteca al gobierno de Árbenz. Finalmente, Árbenz confundió la ficción con la realidad y le entró pánico.  Algo que no le pasó a Fidel Castro o al Che Guevara.  Ellos entendían muy bien la diferencia entre las ficciones de la guerra sicológica y la realidad.

Joannides le pagaba a los miembros del DRE.  Les daba mucho dinero. Sabemos que recibían 50 000 dólares al mes.  Eso ahora tendría un valor por encima de los 150 000 dólares. Era mucho dinero. Él era el hombre de Washington en Miami encargado del DRE.

Los miembros del DRE, en esa época, eran los cubanos favoritos de la CIA.  Bajo la dirección de Joannides, el DRE tenía cuatro propósitos específicos:

1. La acción política contra Cuba.
2. La adquisición de inteligencia contra Cuba.
3. La difusión de propaganda contra Cuba.
4. La difusión de sus acciones y su propaganda hacia América Latina.

¿Cuál es la conexión entre Lee Harvey Oswald, el individuo que dicen que asesinó al Presidente Kennedy en noviembre de 1963 y el DRE?   ¿Qué nos pudiesen decir los documentos de la CIA sobre eso?

Cuatro meses antes del asesinato del Presidente Kennedy, Oswald y miembros del DRE se reunieron varias veces en New Orleáns.  Tuvieron un altercado con él en la calle. El DRE le envió un miembro a su casa, haciéndose pasar por fidelista. El asunto lo debatieron en la radio y mandaron la cinta del debate a Joannides, incluso hasta le escribieron al Congreso para que este iniciara una investigación sobre Oswald, quien en ese momento era una persona inocua. Hay que recordar que en esa época el DRE tenía instrucciones específicas de pedirle a la CIA autorización antes de hacer pública cualquier declaración.

Escasamente una hora después del arresto de Oswald ese 22 de noviembre, los líderes del DRE publicaron la documentación que habían acumulado contra Oswald y de esa manera influenciaron la cobertura del asesinato para insinuar que un agente de Castro asesinó al Presidente de los Estados Unidos.

La Comisión Warrren, que investigó el magnicidio, no se enteró nunca de la conexión entre los empleados de Joannides en el DRE y Oswald. Incluso en 1978 cuando el Comité sobre Asesinatos de a Cámara de Representantes contrató a Joannides para que lo asesorara en su investigación, Joannides no le informó al Comité sobre su papel en los eventos de 1963 y el DRE.

El abogado del Comité de la Cámara de Representantes, Bob Blakey, dice que Joannides obstruyó la investigación al no divulgar el papel que él jugó con el DRE.

¿Qué le pide usted a la CIA con este pleito que presentó en diciembre de 2003?

Solo pido que la CIA obedezca a la ley. La CIA me ha informado que tiene más de 295 documentos que no divulgará por razones de Seguridad Nacional. Los documentos que tengo muestran que Joannides viajó a New Orleáns, cumpliendo tareas que le encargó la CIA en 1963 y 1964. Que la CIA le encargó dos operaciones delicadas en diciembre de 1962 y en junio de 1963.  No tenemos información sobre estas operaciones. Joannides no nos puede contar, porque murió en el 2001. Solo los documentos saben qué hizo en esa ciudad con los miembros del DRE. La CIA tiene la obligación legal de desclasificar esos documentos, pero no los quieren desclasificar. Los tranca. Creo que la tranca viene del departamento en la CIA encargado de América Latina. Están ocultando algo. La CIA nos dice que Joannides no tenía que ver con el DRE. Yo sé que eso no es cierto. Los documentos que tengo en mi poder muestran que sí existió esa relación. ¿Por qué hacen esas declaraciones que son tan abiertamente falsas? ¿Qué ocultan?

Espero que el 16 de noviembre el Juez Richard J. Leon apoye mi moción para que la CIA desclasifique esos documentos, de modo que puedan ser estudiados. Solo así podremos saber qué pasó verdaderamente en esas dos misteriosas operaciones de la CIA que Joannides trabajó en 1963 y 1964.

La CIA afirma que si se desclasifican esos documentos, peligra la Seguridad Nacional de los Estados Unidos. ¿Usted sabe cuál es el peligro?

No hay peligro. Washington tiene una percepción equivocada de lo que verdaderamente es la Seguridad Nacional. Me dicen que no pueden desclasificar documentos de casi 50 años por razones de Seguridad Nacional. Eso no es cierto.

No se quién asesinó a Kennedy, no pretendo saberlo. Lo que pido es que desclasifiquen estos documentos que tienen que ver con George E. Joannides durante 1962 a 1964 para esclarecer los hechos.  Eso no es una amenaza al país, y la ley llamada Acta de Libre Información dice que están obligados a desclasificarlos. Solo pido que la CIA obedezca la ley.

Se han publicado 2 comentarios



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  • Dardo Ribas dijo:

    EL MUNDO NECESITA UN BAÑO DE VERDADES

    Pasaron 46 años desde el asesinato de John Fitzgerald Kennedy. El mundo entero ha sospechado durante ese largo período que una horrible conspiración ha ocultado los pormenores del magnicidio. Por ende, los autores intelectuales han gozado, hasta ahora, de impunidad absoluta.

    Una cadena de muertes posteriores al atentado ha obstruido todas las indagaciones para poder saber qué cosas, realmente, se esconden a la conciencia del mundo, relacionadas con la muerte de ese Presidente.

    Cantidad de libros y películas se han consumado luego del crimen y en casi todas estas producciones se ha ensayado -con no pocos fundamentos- que hubo una organización tras esa “operación” y que un manto de complicidades superlativas, de alto nivel, ha fomentado la increíble red de confusión y enredos para que no se pudieran llegar a dilucidar las responsabilidades criminales pertinentes.

    La teoría de la “bala mágica” y la imputación a un “loco” que actuó de manera individual (Oswald) no lograron persuadir las perspicacias de la Humanidad.

    La vinculación entre esos grupos terroristas que operaban y operan en Miami -con plena continuidad a lo largo de décadas-, y el asesinato de Kennedy han sido delatadas, inclusive, por notorias y múltiples personalidades de los EEUU.

    Que hubo un complot de proporciones asombrosas ya nadie lo discute.

    Pero el “sistema” que allí domina la vida política del país persiste en ocultar y mimetizar lo ocurrido.

    Hasta en ciertos sectores del Partido Demócrata se ha mostrado poca voluntad en esclarecer el episodio.

    Las investigaciones realizadas -el caso de la “Comisión Warren”-, parecieran planificadas para cimentar la idea de un solo autor intelectual y material del hecho y, de esa manera, colocar una pesada losa de hormigón sobre el crimen.

    No más investigaciones, no más teorías, todo sería obra de un delirante que -¡oh, casualidad!-, es abatido a su vez por un lumpen que se infiltra con todo desparpajo entre los policías que lo conducen prisionero y lo abate como si nada.

    Muy grande y pesarosa ha de ser la verdad. La CIA, el gobierno de Johnson posteriormente y desde esa época todos los que le siguieron, ocultaron y ocultan aún la siniestra confabulación.

    Probablemente, el mundo no saldría de su asombro si se conociese la verdad. De ahí la contumacia para evitar desclasificar lo que ahora solicita Jefferson Morley. La tenebrosa red que compone el imperio tiene aristas escalofriantes.

    Si a 46 años de la muerte de Kennedy el mundo sigue sin conocer los entretelones del crimen, ¿cuántos siglos tendrán que pasar para que se pueda saber el trasfondo del 9/11?...

    Cuántos otros para descubrir la verdad sobre la conspiración contra Cuba, los golpes de Estado en toda Latinoamérica, el apoyo concreto a Pinochet, Videla, Stroessner, Duvalier, Somoza, Batista, Micheletti… la invasión a Irak, la guerra en Afganistán, el latrocinio de las multinacionales y la compulsión por el robo y la conquista de cuanto país cae en las garras del imperio.

    Hay que ser un poco inocentes para creer que Obama se convertirá en la contra cara de estas políticas criminales. El poder que ostenta es sólo formal.

    Kennedy era una figura de aristas más contrastantes; había logrado -propaganda mediante-, convertirse en un ícono de peso dentro del mundo capitalista… No obstante -y lejos de ser siquiera un reformador social-, duerme su sueño eterno junto a su hermano sin haber encontrado justicia sobre sus asesinos.

    La paz del mundo debe descansar, necesariamente, sobre la verdad. La verdad total, no fragmentada. El pueblo norteamericano tiene que despertarse de su largo e inducido letargo y exigir ese anhelo.

    Obama… Obama debe contemplar con más atención las lecciones de la historia y darse cuenta, de una vez por todas, que sólo abriendo un enorme cauce a la verdad se puede pacificar al mundo y a su propia sociedad.

    Ya debería dejar de proteger a la pandilla criminal de los Posada Carriles, liberar a Los Cinco y desarticular la red terrorista que, seguramente, tuvo que ver hasta con la muerte de Kennedy.

    El gobierno norteamericano persiste en mentirles a sus propios ciudadanos. El mismo Obama empezó a desalentar al mundo sobre las promesas realizadas argumentando “no disponer en su vida del tiempo necesario para cumplir con todo lo que se le pide”… adaptando sus discursos de campaña a los dictados del verdadero poder en las sombras.

    Sería bueno que el periodista Morley logre que se desclasifiquen esos documentos secretos. No le vendría nada mal al mundo un baño de certidumbres.

    La mafia de Miami y la enquistada en el poder real de los EEUU, requiere que se les quite la frazada que cubre todas y cada una de sus tropelías. Incluso, la muerte de Kennedy.

    Buenas noches, amigos, desde Argentina.

  • Yannis Tsal dijo:

    Muy revelador.

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José Pertierra

José Pertierra

Abogado cubano, experto en inmigración y vinculado a hitos en las relaciones bilaterales entre Cuba y Estados Unidos, que van desde la emigración del Mariel, hasta el secuestro de Elián González y el encarcelamiento de los Cinco Héroes. Tiene su bufete en Washington DC.

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