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Para qué sirve ser Doctor en Ciencias (I): El plan de vida

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El plan de la vida se suele comenzar a dibujar en la mente del estudiante en algún momento antes o después de su graduación. Foto: Marcelino Vázquez/ACN.

La principal interrogante que se hace un joven que va avanzando en la formación de nivel universitario es acerca de su futuro, su planificación vital. Es algo que quizás no le era tan evidente durante su largo recorrido por la educación primaria y secundaria, donde para muchos o sus padres la meta se limitaba a pasar al nivel siguiente. Pero en este nivel se afronta un cambio que nunca antes había ocurrido: inevitablemente y pronto se va a terminar la vida de estudiante y comenzar la laboral.

Los tiempos en el Alma Mater donde estudie le forjan una capacidad de razonar acerca de lo que le rodea que será decisiva para el éxito profesional durante el resto de su vida. Si es un ingeniero, por ejemplo, ya nunca más verá un puente como un simple instrumento para cruzar un vado. Inevitablemente lo observará como una obra de seres humanos con cálculo y diseño, que fue mal o bien concebida y fabricada, y que puede hacerse mejor o peor con su propia creatividad.

El plan de la vida se suele comenzar a dibujar en la mente del estudiante en algún momento antes o después de su graduación. Suele venir acompañando la aparición de una pareja con la que se podría compartir íntimamente una parte importante o toda su existencia futura. Y eso requiere un techo en el que cobijarse y que pueda ser personalizado para las necesidades de sus individualidades y las de la posible descendencia. Y también de un trabajo útil en el que pueda realizar su intelecto en bien de la sociedad que lo ha rodeado y ayudado a ser.

También así ganarse una recompensa salarial que le permita una vida razonablemente feliz y completa, al menos de forma modesta y sin carencias inhumanas. Resulta evidente que el plan de vida de un ciudadano que ha alcanzado el nivel universitario merece la atención explícita de la sociedad socialista y de sus políticas.

Además de lo que hacemos para garantizar a todos nuestra dorada educación universal y gratuita, debemos también ayudar a cada nueva generación profesional para que retribuya ese regalo que le hicieron dando el máximo de si, en bien de todos. Y deberíamos también proveerle a cambio la recompensa de bienestar personal, siempre proporcional a cuanto contribuya con su propio trabajo para el de todos.

Y entre las tantas alternativas, ¿para qué le puede servir a un joven cubano y a la sociedad de nuestros tiempos hacerse “doctor en determinada área del conocimiento”, tal y como establece la reciente Decreto-Ley No. 372 de nuestro Consejo de Estado el pasado 5 de septiembre de 2019?

El desarrollo de la humanidad fue requiriendo de la educación escolar como el período de adaptación informativa de todos los individuos para su vida social adulta. Ocurre ahora que la estancia en las aulas se ha ido haciendo más larga en la medida en que más adelantamos y somos más sabios. Tener un sexto grado podía ser aceptable y hasta culto hace un siglo.

Hoy es imposible que un país progrese si su población no tiene una proporción adecuada de personas que se haya escolarizado durante al menos 16 años de su vida infantil y adolescente.

En ese largo camino escolar moderno se puede ser solo un asimilador de conocimientos, aprender pasivamente. Sin embargo, ya desde hace más de dos siglos se manifestó la necesidad de que en el período final de cuatro o cinco años, el de la educación universitaria, se debe coexistir entre la asimilación y la creación de conocimientos.

Para tener una buena universidad hoy es necesario que los que profesen en ella no solo sean conocedores de lo que enseñan, sino que sepan arrancarle también nuevos conocimientos al universo natural o social que los rodea.

Tiene que ser una universidad que genere al mismo tiempo conocedores y conocimientos. Y para ello es preciso investigar con la ciencia o con la tecnología. También se necesita que la labor investigativa la lleven adelante tanto los docentes como los estudiantes, cada uno con lo que les corresponda de ese hermoso quehacer.

La conducción del trabajo de investigación científica y tecnológica les corresponde a personas preparadas para ello, que esencialmente deben saber hacerlo de forma independiente. La forma moderna de educar a un investigador que pueda hacerlo es la formación doctoral. Suelen ser los doctores en alguna rama de la ciencia o la tecnología, también conocidos como PhD (doctor en filosofía o afinidad al saber), los que mejor logran la capacidad de conducir el proceso investigativo.

También, quedan muy capacitados para ejercer de forma óptima muchas profesiones no científicas con las poderosas herramientas y procedimientos aprendidos para formarse como investigadores, si ese es el camino por el que optan en su vida.

La investigación y sus procedimientos son la puerta de la innovación, lo mismo en una industria de alta tecnología, que en un centro comercial, que en un cargo directivo: ¿cómo se puede conducir la innovación sin saber cómo se innova o no haber innovado nunca?

Si hace medio siglo, el desarrollo económico y social de un país era inalcanzable sin una sociedad alfabetizada, hoy lo es sin una sociedad capaz de crear nuevos saberes. Esta es una de las razones por la que una política nacional de formación doctoral se ha convertido en una necesidad para el desarrollo en el mundo moderno. Es una de las razones del Decreto – Ley arriba mencionado.

La inclusión de la formación doctoral en el plan de vida de un estudiante universitario parece imprescindible si queremos que se alcancen nuestros objetivos sociales de bienestar y libertad plena para todos, bien repartidos y sin privilegios inmerecidos.

Parece evidente así la conclusión de que eso debe incluir también todo lo necesario para que puedan alcanzar una vida decente y competitiva con las de otras geografías, hoy muy atractivas cuando se trata de personas tan bien educadas como las de la Cuba revolucionaria.

Es cierto que la gran ventaja de trabajar para el bien de la Patria y de los seres más cercanos y queridos tiene un valor importante en la construcción del plan de vida de los jóvenes científicos sobre los que puede descansar el futuro de nuestra Patria y su Revolución.

Pero también lo es que el cimiento de tal actitud está en tener al menos la esperanza, al terminar los estudios universitarios, de que más temprano que tarde se solucionarán problemas vitales como la vivienda y el transporte, aunque sea modestamente y en proporción con el esfuerzo que ese graduado aporte a su sociedad.

¿Tenemos adecuadamente legislado y promovido el proceso completo, tanto para la formación doctoral como para la realización social de una inversión tan valiosa como son nuestros jóvenes doctores?

Se han publicado 98 comentarios



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  • Elizabeth dijo:

    Profesor Montero Ud ha destapado la caja de Pandora... es que aca en Cuba tenemos de todo...
    Los que tienen el titulo muy bien ganado y hacen gala del mismo... y los que lo han obtenido no se como, porque en el actuar diario yo tengo dudas que tenga materia gris en esa cabecita...
    Los que siguen investigando, publicando, formando a otros doctores y master ...y los que se achantan y no hacen nada mas por la ciencia...
    Y en ambos casos cobran lo mismo y tienen el mismo tratamiento y ESO SI NO ES JUSTO!!!

    • Elio Antonio dijo:

      Hola :-)

      Dice usted que ha destapado la caja de Pandora, si aún va por la primera parte.

      Saludos ;-)

  • Rosa Torres dijo:

    Me he leído muchos comentario
    Concuerda que estudiar y preparase nunca esta de más y alcanzar un Doctorado es un escalón muy ansiado lograrlo
    Pero me pregunto de que sirve si no vives en la capital del país, en una capital provincial, pues en un pueblo teniendo un Dr. no representa nada, es difícil hacer una investigación o poderte relacionar con un tema que te interese además de las barreras tecnológicas que no tienes al alcance de la mano y de los recursos económicos personales de que tienes que disponer para realizar las diferentes actividades investigativas
    Influye mucho la tranquilidad mental de tener lo esencial para vivir acorde a tu nivel intelectual, no pido mucho, solamente acceso a adquirir una vivienda que pueda pagar con mi salario y habitar con la familia que tengo
    En fin es un desgaste mental el tratar de solucionar el cómo vivir con un poco de dignidad, algo muy personal y que al estado no le importa pues hay otros problemas más priorizados
    En fin no hay incentivos
    Pero se qué hay que estudiar para cuando exista la oportunidad

  • Pedro dijo:

    Deberían ponerles internet gratis en el celular y Nauta Hogar en sus casas.

  • Javier Pérez Capdevila dijo:

    Distinguido Dr. Montero, mi respuesta a su pregunta de cierre en esta primera parte es, categóricamente no.
    Nos falta mucho.

  • Noraida Galloso dijo:

    Renovado este año la Legislacion sobre innovacion en Cuba, las empresas aspirantes a innovadoras y por tanto a mantener su competitividad en el mercado estan llamadas a determinar las lineas de desarrollo y financiar la formacion del personal, con el apoyo de las universidades con el objetivo de acelerar el impacto de la innovacion en la produccion y los servicios. La formacion de doctores no es solo de interes personal, sino y muy especialmente interes de la sociedad cubana, la formacion e investigacion para encadenar procesos y lograr resultados es a lo que nos convoca la direccion del pais en sus Lineamientos, se trata de estimular esta actividad, especialmente en los jovenes.
    La UCLV es un ejemplo de ello, es un reto y una necesidad urgente del pais si queremos aprovechar las potencialidades y continuar desarrollandonos.

  • HECTOR Y EL HERMANO dijo:

    Magnifico artículo, un tema complejo que debe ser abordarlo en contexto. Lo tradicional nos puede traicionar, es necesario integrar todo en el análisis, la ciencia, las universidades, los doctorados, la economía y muy importante profesor, como anticipador de potenciales doctorados, el necesario perfeccionamiento que exige el sistema educacional cubano en general a tono con los avances de la ciencia. Una mirada en sistema del doctorado en nuestras condiciones. Una visión como un sistema, una ventaja del socialismo sobre el capitalismo, del cual inconscientemente seguimos copiando esos mecanismos y patrones en la formación de doctorados, que se nos venden como producto mediático dentro del mercado. Una mirada así nos permitiría apreciar que un doctorado no es un fin, es un reconocimiento a la vida profesional, que por lo general no coincide con el momento de máxima energía y potencialidad innovadora de un individuo, cuando se es joven. Creer que un título académico de ese tipo genera la motivación que necesaria para provocar los grandes saltos en la ciencia, es un pensamiento poco científico sobre el comportamiento humano. Un título no es el motor para motivar al individuo a investigar e innovar, reducir las motivaciones de un profesional a un estrecho título académico es una visión poco empática. Debemos abordar este asunto dentro del socialismo todo lo contrario a como no los venden las universidades occidentales, un doctorado es consecuencia, no un fin, pensar así es limitado, nos aleja mucho más del desarrollo, de la innovación real, al tratar de encasillar primero ese talento bajo esa mentalidad que nos exporta mediáticamente occidente a los países subdesarrollados. Una ideología para el éxito que ingenuamente estimula el ego y nuestra vanidad, dos enemigos en el desarrollo profesional, que mal gestionados nos puede hacer creer con facilidad la validez de esa tesis, primero el título, el resto es consecuencia de ello. Contradictoriamente todo esto dentro de los propios países capitalinitas desarrollados, marcha en sentido contrario, donde los avances más notables de la ciencia y la tecnología surgen de manos de los muy jóvenes dentro de las empresas globales que marchan en dirección opuesta a esa tesis, para ellos, lo primero son los resultados.
    Necesitamos conceptualizar también nuestro sistema de la ciencia en la construcción del socialismo, al igual que lo han hecho esas grandes empresas globales, de lo contrario será imposible el protagonismo que la investigación y la innovación deben tener en una sociedad científica como la que intentamos construir. Esta es una de las razones por la seguiríamos llegando tarde al desarrollo, estamos muy entretenidos intentado burocratizar más las motivaciones de los verdaderos activos del milagro de la ciencia, los jóvenes. La contemporaneidad exige otro tipo de mirada. El doctorado en el socialismo debe ser un record, una historia, un reconocimiento que identifica una trayectoria, algo más propio y lógico del ocaso profesional, que del amanecer de ese activo. El doctorado no es un fin, es un regalo de Dios en el ejercicio de una destacada vida profesional y más que todo, un reconocimiento. Fundamento la idea.
    La innovación, la investigación son atributos propios de los jóvenes, de los muy jóvenes, donde abunda la audacia que necesita la ciencia para el desarrollo de un país, la ciencia depende 100% de ello. Soltar, simplificar los mecanismos que atan a los jóvenes para que asuman su reto en la sociedad es clave. Sin burocratizar esa arrancada las aspiraciones de los jóvenes en su momento cumbre de creación, todo bien despejado y sencillo en la búsqueda de lo nuevo.
    Los doctorados como estadística no son representativos del desarrollo de la ciencia, se usan como estadística en el mundo capitalista para precisamente vender por los interesados esa idea en ese mercado. De ahí que los doctorados en el mundo se concentran en determinados gremios, y no respondan a las exigencias y expectativas del desarrollo como supuestamente nos hacen creer. Por ejemplo en nuestro país, no tengo los datos exactos, pero estimo que como sucede en la mayoría de los países del mundo, más del 70% de los doctorados que se hacen, ellos se quedan trabajando en el medio universitario y posiblemente no lleguen al 1% los que lo hacen en empresas e industria estratégicas del desarrollo del país, como es el caso nuestro del turismo. Pero lo preocupante es que en una sociedad como la que construimos, es que no existan prácticamente doctorados en el resto del sistema educacional, esa parte del sistema educacional de una sociedad socialista que debe tener la responsabilidad de cuidar esa etapa clave de ese valioso activo, donde precisamente se forman esas inteligencias y actitudes necesarias para la ciencia, claves para un país, ahí donde abunda “el oro, los diamantes, la materia prima de alto valor de la sociedad, su riqueza” para formar y desarrollar esa capacidad innovadora en la sociedad como requiere el socialismo, ese punto crítico es el sistema educacional.
    Es por eso que en vez de concéntranos con la artillería pesada de la ciencia como nos empuja el mundo occidental, hacia el ocaso de los profesionales, debemos hacerlo en sentido contrario, en la búsqueda de esos potenciales “doctorados” en la primera infancia que aporten tempranamente las grandes y reales soluciones de futuro. Porque tenemos que invertir más en esos potenciales doctores hasta los siete u ocho años, donde el cerebro es extraordinariamente plástico y se establecen las conexiones neuronales. Pero lo más importante, es que uno de los descubrimientos más sorprendentes de la neurología, ya hace 15 años, es que hay una segunda época donde aflora ese oro, esos diamantes en el aprendizaje, donde se rediseña el cerebro con un tipo nuevo de neuroplasticidad, entre los 13 y los 18 años. Ahí cambia la anatomía del cerebro, los grandes hábitos se implantan mejor y podemos corregir fallos educativos. Un niño al nacer debe aprender a organizarse en el mundo al que ha venido, pero el adolescente en esa edad ante los 18 debe aprender porque se va a emancipar. Esa emancipación es el caldo de cultivo que debemos aprovechar para estimular la ciencia y la innovación, soltando y aligerando cualquier traba para que se exprese libremente esa potencialidad y esa audacia. Ese cambio en la adolescencia en la forma de funcionar el cerebro hay que aprovecharla y potenciarla al máximo. En el 2040 o 2050 no solo habrá cambios conceptuales en los trabajos, sino conviviremos con una invasión de sistemas potentísimos de inteligencia artificial, de micro implantes neurológicos, de drogas de la memoria o de avances genético. Hay compañías globales, en especial Google que trabajan con el talento con programas educativos muy potentes, no burocratizando esas expectativas, no frenándolas, haciéndolas más expedito y corto el camino, que se parezca mas al propio desarrollo del cerbero humano como puede ser validar un periodo de enseñanza con una investigación, saltar directamente a un doctorado desde el preuniversitario o bachiller sin pasar por la universidad y mucho más………………, mientras tanto nosotros en el sistema de la educación cubana no reaccionamos. Los doctorados se siguen concentrando en el entorno universitario, seguimos llegando algo tarde a la necesaria explosión científica que exige el desarrollo de un país pobre y agredido.

  • Elio Antonio dijo:

    Hola :-)

    Tratando de continuar con la línea de m&m, y sin querer respaldar la idea de que los doctorados no sirven, me detendré a hacerles reflexionar sobre lo que ocurre en las películas cuando alguien va a buscar un empleo de alto nivel o es recomendado para ello: Le preguntan por lo que hizo en trabajos anteriores.

    Es decir: Para ser competitivo o lograr que la sociedad avance, hay que resolver problemas. Los que no lo hagan, son parte del problema. En este último grupo están esos que solo ostentan un título.

    Saludos #DesdeGuantánamo ;-)

  • Latinoamericano dijo:

    El objetivo de la educación no es la acumulación de bienes materiales, y eso lo demuestra la práctica. Acaso Einstein ha sido el hombre más adinero en la historia de la humanidad, es que acaso Jeff Bezos (Amazon) es el académico más notable en la actualidad. Creo que no deberíamos aspirar a acumular bienes materiales innecesarios como medidad de desarrollo y bienestar.

    El consumismo a traves del marketting nos ha echo creer que mientras más cosas tengamos más desarrollados y actualizados somos, cosa que obviamente no es cierta. Por el contrario comparto la idea que debe servir para alcanzar un nivel de vida descente donde no existan carencias en aspectos como alimentación, salud, vivienda, transporte y comunicación.

    • Jose Luis Amador dijo:

      Precisamente, pienso que una "vivienda y un transporte cómodo" deben ser vitales para los profesionales que se gradúan, para que rindan realmente y puedan dar respuesta económica muy por encima a los recursos que se invirtieron en ellos educándolos durante casi 20 años (y más) desde el pre-escolar.

      Eso no son diferencias sociales, son diferencias de vida, como las que tienen muchos "empresarios" actuales cubanos y nadie critica eso. Conozco un "empresario" de paladares que dice que a su familia le entran 3 000 dólares mensuales de ganancia neta. El hombre viaja como turista a donde le da la gana y compra automóviles viejos a los profesionales que ya no tienen cómo arreglarlos, para después regalárselos a sus familiares aquí en Cuba.

  • Jose R. Oro dijo:

    Indudablemente el destacado pensador cubano Dr. Luis A. Montero Cabrera, nos permite acompañarlo en una introspección de su profundo intelecto. Yo se lo agradezco mucho, hay temas que necesitan ser mas discutidos, debatidos, planeados e incluso legislados. No es solo al nivel doctoral, no es solo en Cuba y no es solo un problema limitado a la parte academica (o relacionada con ella) de la sociedad. En un articulo dedicada al 30 aniversario de la caida del Muro de Berlin, R. Ronquillo nos dice "que lo que está ocurriendo tantos años después de aquella estrepitosa caída es un renacer del socialismo" http://www.cubadebate.cu/opinion/2019/11/12/a-30-anos-de-la-caida-del-muro-de-berlin-las-cosas-y-los-simbolos/#.XczZ6dJKjcs
    Pero no creo que tengamos el derecho a permitir que este extraordinario renacimiento padezca de las mismas limitaciones que dieron al traste con el intento de construcción del socialismo anterior.
    En la parte doctoral o de los jovenes profesionales, esto se manifiesta en al menos dos aspectos tratados en este excelente trabajo del Dr. Luis A. Montero Cabrera:
    1.- Formar a los doctores :"cuesta mucho" pero crear esa base cientifica "vale mucho" y hay que invertir, legislar, organizar para que la sociedad se beneficie exponencialmente de su inversión.
    2.- Es necesario tener "al menos la esperanza, al terminar los estudios universitarios, de que más temprano que tarde se solucionarán problemas vitales como la vivienda y el transporte, aunque sea modestamente y en proporción con el esfuerzo que ese graduado aporte a su sociedad" tal y como dice en este articulo el destacado cientifico cubano Porque de no ser asi, el graduado, MSC o PhD se va donde lo pueda conseguir y termina mas frecuentemente en Gerona que en Nueva Gerona o se va a vivir a Santiago (de Compostela), lo que es muy triste y debemos prevenir a toda costa.
    Otros gran, original y nada repetitivo trabajo del Dr. Luis A. Montero Cabrera a quien muy humildemente pero de tod corazón, felicito.

  • Rasp dijo:

    Muy interesante, como ya es costumbre, este nuevo artículo del profesor Montero. Algunos han establecido una análisis comparativo e incluso discriminatorio entre quienes poseen el grado científico y los que no. De eso no se trata, creo yo. Ya lo dijo Tony Avila, "hay gente que va a la mata y no tumba el coco, no tumba el coco..." Hace mucho tiempo escuché decir que un país se desarrolla si sus universidades se desarrollan. Una universidad se desarrolla si su claustro se desarrolla. Es muy triste que un profesional no vea la necesidad de su constante crecimiento. Creo que el doctorado es un eslabón, y es como alguno planteó una actitud. Ayuda a crecer, pero en lo personal, en la estructura del razonamiento lógico y las capacidades de análisis. El crecimiento económico personal podría ser una consecuencia, como también existen otros motivos que deberían permitir un crecimiento económico. Un buen obrero, un innovador, un buen agricultor, lo resumo en un buen trabajador.
    Creo que el país avanza en ese sentido, al menos veo luces. Hace un tiempo atrás vi contradicciones, a pesar de que se reconocía la necesidad de invertir la pirámide, se tomaban decisiones contradictorias. Es mi criterio personal. Yo tuve la suerte de hacerme doctor joven en el extranjero, tuve la suerte de hacer mi casa con mi esfuerzo (a pulmón), tuve la suerte de no cejar en el empeño a pesar de los obstáculos y frustraciones (una de ellas me retiraron el permiso para comprar un auto, la famosa carta), y aún así, intento crecer, en lo personal, en lo familiar, en lo laboral, en fin como persona. De eso se trata el iceberg del éxito.

    • Yeni Macias dijo:

      Excelente. De eso se trata este artículo. Me gustó mucho tu comentario Rasp

  • Vivian Cruz dijo:

    Excelente artículo, pero antes de lograr que hagan el doctorado, hay que crear las bases para que los jóvenes se desarrollen en la especialidad que estudiaron y que no tengan que emigrar al cuentapropismo como gastronómicos, carpinteros o cualquier oficio ajeno a su formación, o lo que es peor..... se vayan en busca de sus sueños a otras tierras.

  • Yeni Macias dijo:

    Concuerdo con algunos aspectos comentados aqui y a todos los respeto. Pero hay una cantidad de gente "amargada" escribiendo, que duele la mirada. El que ama el estudio, la investigación el crecer personalmente, no tiene tiempo en su mente para pensar en "para qué sirve ser Doctor?". Sería como pensar para qué sirve hacerme esta u otra profesión. Todos somos necesarios y el espíritu de sacrificio y de luchar contra los molinos a los que hay que enfrentarse para lograrlo, por una cuestión personal, por solo el placer de adquirir conocimiento, es una de las cosas más hermosas de la vida. Siempre habrá malos ejemplos de estos Doctores, Master, Ingenieros, etc. Pero siempre habrá tambien, grandes ejemplos. Profesores que enseñan en las Universidades y dan clases magistrales; creadores de medicamentos, obras ingenieras, de arte, en fin...Seamos to-le-ran-tes. Por qué más bien, no atacamos directamente a esos que no son ejemplos, a los que endurecen en proceso, a los que quieren a cambio dádivas...

  • cibernauta dijo:

    Muy bueno el artículo, soy graduado de Ingeniero de la UCI, y me desempeño como técnico en mi institución porque no presenté una fotocopia de mi título cotejada en la universidad, en fin, mi Título al bolsillo, no representa nada...

  • María dijo:

    Soy doctora en Ciencias Pedagógicas, me siento feliz por haberlo logrado. Al principio, en mi juventud, no comprendía la insistencia de mi decana porque realizara estudios de doctorado, no le veía la necesidad. Hoy considero que es de vital importancia para el desarrollo del país y sus instituciones. En el plano personal realizar estos estudio te convierte en mejor persona, desarrolla tus valores y te da las herramientas para el trabajo científico. No se puede perder el tiempo, hay que estudiar y preparase. En Cuba estos estudios son gratuitos y hay muchas oportunidades.

  • Bluejet dijo:

    La incorporación de doctores y máster se constituye en un componente esencial de la economía moderna, pues bien ordenado permite incorporar la ciencia como elemento de la producción en medio de la actual e interminable revolución científico-técnica. Para aclarar, pertenezco a esa categoría de personal, estoy recién jubilado y tengo experiencias muy negativas en mis años de trabajo, escucha de que "aquí no hacen falta ingenieros", "sólo trancan el dominó"¨, hasta haber tenido un jefe con 6º grado de escolaridad, totalmente incompetente, debemos imaginar lo que sufrí, en unión de otros compañeros, todos graduados en la extinta URSS, pero ante todo, perdieron el pueblo y la Revolución. Viendo esos años en retrospectiva, los procesos de incorporación de la ciencia a la producción eran comprendidos, pero nunca al menos en mi rama se supo implementar con coherencia, perdiendo años e inversión en recursos humanos,que terminaron casi todos en puestos diferentes o incluso, .... fuera del país. Ahora a todas luces se perfila una comprensión en toda su dimensión de la realidad. La incorporación de las innovaciones de la ciencia como elemento de la producción de forma inmediata es imprescindible y no solo en las ramas de la medicina y biotecnología y potenciará el despegue de nuestra economía. También es cierto que la innovación no es patrimonio de los doctores y masters, pero la apropiación de las herramientas que proporciona el conocimiento científico ofrecen una ventaja notable al investigador. Ahora bien, debe exigirse resultados en el trabajo debidamente organizado de este tipo de personal, por una parte y lograr una remuneración acorde a su calificación y sus resultados. Otro problema hasta ahora lo ha constituido algún grado de "prostitución", perdonando la expresión de procesos de formación de masters y en menor grado de doctorados, debido a un cierto resultadismo, algo que debe desaparecer. Por ese último planteamiento es que comprendo algunos criterios que se han expresado en este sitio, y han provocado esas visiones distorsionadas de este tipo de procesos.

    • Jose Luis Amador dijo:

      Bluejet, muy bueno su comentario. Déjeme decirle que ese jefe que usted tuvo era un catedrático en comparación con algunos con los que tuve que lidiar en una fábrica en que trabajé 8 años. Pero la cosa no es del nivel escolar de los jefes, sino acerca de la concepción general que debe prevalecer en el país acerca de que se tiene que apoyar a todos los niveles a los profesionales que han sido y siguen formándose por nuestra Revolución, a un alto costo humano y con una inmensa inversión monetaria. Solamente así se logrará la eficiencia.

  • lazaro dijo:

    creo que los titulos de maestrias y doctorado en cuba estan extremadamente subvalorados , 80 cup y 100 cup por años de estudios e investigacion , quizas solucionando problemas que le ahorran al pais millones de dolares no pueden ser visto tan a la ligera a la hora de recompensar el valor agregado que otorga a estos profesionales el tener estos conocimientos , creo que el pais debe hacer un serio analisis , auspiciado por el ministerio de educacion superior para pagar una cantidad justa a los profesionales que en medio de tantas vicisitudes apostaron por la superacion y el desarrollo .

  • abel dijo:

    "El plan de la vida se suele comenzar a dibujar en la mente del estudiante en algún momento antes o después de su graduación. Suele venir acompañando la aparición de una pareja con la que se podría compartir íntimamente una parte importante o toda su existencia futura. Y eso requiere un techo en el que cobijarse y que pueda ser personalizado para las necesidades de sus individualidades y las de la posible descendencia. Y también de un trabajo útil en el que pueda realizar su intelecto en bien de la sociedad que lo ha rodeado y ayudado a ser.

    También así ganarse una recompensa salarial que le permita una vida razonablemente feliz y completa, al menos de forma modesta y sin carencias inhumanas. Resulta evidente que el plan de vida de un ciudadano que ha alcanzado el nivel universitario merece la atención explícita de la sociedad socialista y de sus políticas.

    Además de lo que hacemos para garantizar a todos nuestra dorada educación universal y gratuita, debemos también ayudar a cada nueva generación profesional para que retribuya ese regalo que le hicieron dando el máximo de si, en bien de todos. Y deberíamos también proveerle a cambio la recompensa de bienestar personal, siempre proporcional a cuanto contribuya con su propio trabajo para el de todos."

  • Gabriel A. López López dijo:

    Hoy un titulo universitario lo tiene cualquiera, las maestrías están llegando al mismo lugar y bueno, hay que hacer doctorado para sobresalir. La inflación llega a todas partes ;-)

    Igual, el tener un doctorado abre puertas. Felicidades a todos los que lo han logrado y ánimo para los que están en camino.

  • Ramon dijo:

    Hasta ahora el doctorado no sirve de mucho ni en lo economico ni en lo profesional, depende de nuestra sociedad que tal argumento cambie

  • Lilia dijo:

    He leido su artículo Dr. Montero, y agradezco sus reflexiones sobre el tema. También he leido los comentarios y me gustaría apuntar que cada respuesta ha sido valiosa para configurar lo que voy a explicar a continuación. Se Doctor en Ciencias o Doctor en una Ciencia en particular es una decisión personal que pasa por aspriraciones, valores, sueños, modelos que una persona tuvo durante su trayectoria de vida, experiencias. Lo más importante es considerar que si una persona decide transitar por el proceso de hacerse doctor debe construir sus metas, y quizás las diferencias están en esas metas propuestas, que pasan por las diferencias individuales. Hay valores que se expresan en esas metas que en la mayoría de los casos no es tener un título, que no es un simple papel, es la certificación de que ud. venció un proceso de formación exitosamente para lograr un nivel cualitativamente superior en su desempeño desde donde aportará de una manera cualitativamente mejor. Hay mucho que discutir, como la remuneración, los beneficios económicos, los sacrificios, las diferencias entre un programa de doctorado y otro, la diferencia entre hacer el doctorado dentro o fuera de Cuba, el tema de las autorizaciones a formarte fuera del país. realmente hay muchos ejemplos negativos, si bien también los hay positivos. Pero esta decisión para por muchos momentos y varios análisis, y todo el mundo no tiene que hacerse doctor, para ello lo primero que hay que tener es un alto nivel de compromiso, valores, la cualidad del respeto a las individualidades, la certeza de que todo no es perfecto y la dinámica social impone muchos retos que hay que vencer. Ser Dr.C. no es final de un proceso sino el inicio de una nueva etapa de trabajo y de compromiso. Ser Dr.C. privilegia desde su concepción la palabra Ciencia, que es un proceso social, por lo que el compromiso con la sociedad es inviolable. Los invito a no hacer comentarios sin antes entender las individualidades, porque el respeto a sí mismo pasa en primera instancia por el respeto a los demás, a sus decisiones y sus metas para la vida. Y a todos los que han decisio transitar por este camino los felicito y les doy varios consejos; aprovechen bien el tiempo, trabajen instensamente, hagan un buen equipo de trabajo, trabajen en su formación integral y recuerden que su ejemplo puede siempre ser motivación para otros. La vida los compensará. En la era del conocimiento ser Doctor no es un negocio, es un compromiso, un reto pesonal, un proyecto de crecimiento; y aunque el conocimiento es poder, esta debe ser una vía solamente para divisar y hacer el bien, y en esto le acompañarán sus valores.

  • Omelio Rivero Villavicencio dijo:

    Muy interesante los tres artículos sobre los Doctorados. Soy del criterio de que nuestras Universidades deben realizar mayor esfuerzo para incorporar a jóvenes a la formación doctoral. Creo que aún no hemos Sido todo lo sistemáticos a la hora de incorporarlos independientemente a que no se sienten estimulados con el salario. En la estructura salarial efectuada en el 2019 se paga más por la categoría docente que la científica cuando antes se pagaba más por la científica, si digo esto es porque también soy De. C. y recibo el salario de esa manera. Si queremos que la pirámide esté bien debemos estimular la formación de Doctores, recordemos que como bien dijera Fidel el futuro de Cuba tiene que ser necesariamente el futuro de hombres de Ciencias y podremos alcanzar tales propósitos si somos capaces de motivarlos además de que nuestras Tesis en muchas ocasiones duermen profundamente el sueño del olvido son que se materialice. Entonces nos preguntamos, para qué investigué, qué aportes teóricos y prácticos realicé.

  • Lgggg dijo:

    Es lo mejor que he leído éste año Dios permita q éste artículo sea expuesto como información a todos los miembros de la sociedad aún los qno enen plan de vida q debe ser muchos de los q hacen tan burocracia del proyecto doctoral

  • Rolando dijo:

    Mi experiencia personal, soy ingeniero desde hace más de 30 años, solo tengo ese título, estoy muy orgulloso, porque lo he ejercido, me he estado superando constantemente, siempre que mi trabajo me lo ha permitido, muy pocas veces en el horario laboral (solo en 6 ocasiones y por interés de mi administración) o pagando en horario extra, el tiempo que ocupé en mi formación posgraduada.
    De mi graduación, los que pudieron obtener maestrías y doctorados, eran los que no tenían contenido de trabajo en las empresas donde estaban ubicados, sus administraciones los liberaban y se dedicaron a seguir estudiando; cómo estudiantes, a duras penas lograron promedio de 4,0 subiendo notas, repitiendo exámenes, que al final se valora lo mismo un 5 en primer convocatoria que uno en segunda convocatoria, aunque no es lo mismo; eran los que llegaban a la clase y aún no habían podido hacer la tareas porque no la entendían, en resumen los mediocres, se graduaron a empujones; hoy los veo con esos títulos que demeritan a otros que si lo han logrado con sus méritos y aportes importantes, uno de las aspectos que dan prestigio a una universidad en el mundo es la cantidad de doctores que han graduados y eso se les fue de las manos al MES, buscaron números y no calidad y de eso se agarraron muchos oportunistas.
    En mi familia tenemos varios doctores en ciencias (3), resultado de años de trabajo, de estudios, de horas sin dormir, de lágrimas y me avergüenzo cuando veo a mis excompañeros de estudios con esos mismos títulos obtenidos sin sacrificio, por presentar trabajos sin ningún aporte a la sociedad, solo por dedicarle un tiempo (pagándole el salario completo) y ganando un % más, y siendo los mimos mediocres de cuando se graduaron.
    En mi opinión, se debe revisar bien el otorgamiento de estas categorías, ser exigentes, para que cambiemos la percepción de cuando mencionen “el doctor en ciencia Fulano de tal” o “el Master Mengano”, verlo como alguien por encima de la media, verlos cómo vemos a los científicos que recientemente han estado en la TV, enfrentando el COVID, gentes de ciencias, consagrados toda su vida a la investigación, no a unos que estuvieron un tiempo MÁS, cómo pasar una carrera MÁS y le dieron un título MÁS.

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Luis A. Montero Cabrera

Luis A. Montero Cabrera

Doctor en Ciencias. Presidió el Consejo Científico de la Universidad de La Habana más de tres lustros. Miembro de mérito y coordinador de ciencias naturales y exactas de la Academia de Ciencias de Cuba.

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