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“El cordón umbilical de la disidencia es el dinero”

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  Video que muestra la condecoración recibida por Elizardo Sánchez.  

Cadiz Rebelde 

Arleen Rodríguez Derivet, directora del Economista y editora de la revista Tricontinental; y Lázaro Barrero Medina, periodista del semanario Trabajadores y diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, han venido a presentar el libro del que son autores: "El Camaján", un magnífico análisis, muy documentado, sobre la naturaleza de la llamada "disidencia cubana". El contenido del libro, capital para entender muchas cosas sobre la actual batalla de Cuba -demuestra que la "disidencia" es, por un lado, un gran negocio financiado por los EEUU y por algunos países vasallos, como España; y por el otro, un instrumento creado por Washington en su política injerencista que trata de derrotar a la revolución y recolonizar a Cuba- ha sido rigurosamente censurado por los grandes medios de comunicación(1). La verdad es, en este caso como en otros, absolutamente incompatible con el "consenso de Washington" y por lo tanto inaceptable.

A.M. "El Camaján" es un libro muy poco común. Demuestra la implicación de uno de los "disidentes" cubanos más promocionados en una doble traición. A Cuba, desde luego, pero también a sus compañeros de "disidencia".

        Elizardo Sánchez, nada menos, estuvo dispuesto a colaborar intensamente, durante muchos años, con la inteligencia cubana. ¿Cómo es posible que la publicación de un libro tan importante haya sido tan poco comentada en la "prensa libre".

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Arleen Rodríguez: Increíble pero cierto. Mira, nosotros escribimos muy de prisa este reportaje en forma de libro porque en cuanto tuvimos acceso a la información que Elizardo pasó a la Seguridad cubana y a parte de su correspondencia que implica a gobiernos europeos o latinoamericanos en el juego sucio contra Cuba -para no hablar del de EU que es público y notorio y además está en sus leyes- nos dimos cuenta que podría ser una bomba su publicación. Es decir, lo apuramos porque era un libro noticia.

    Cualquiera se percata de que no es un simple reportaje sobre un personaje controvertido, sino que era una denuncia  que implicaba a mucha gente "importante". Tan importante que unos días antes de que saliera ese libro, la canciller española Ana Palacio había dicho - y se publicó ampliamente- que Elizardo era uno de los Adolfo Suárez de la transición cubana.

    Si nos preguntas por qué la "prensa libre" apenas ha dicho que Elizardo colaboró con la Seguridad y el resto de la noticia (implicación de los gobiernos citados) también fue silenciada, para nosotros está claro que hay un control muy evidente sobre lo que se puede o no publicar sobre Cuba. La otra razón la has comentado tú mismo en un muy serio análisis sobre los libros "Los disidentes" y "El Camaján": no publican nada al respecto porque no hay manera de discutir evidencias y cuando  "las evidencias no pueden ser discutidas, son silenciadas".

A.M.: Cuanto más importante es la palabra de Cuba mayor es el bloqueo de esa palabra.

        Vuestra puesta en escena del libro ha sido espectacular. Primero publicación. Después pausa en la que se producen múltiples reacciones internacionales desde ámbitos políticos y mediáticos negando la verdad de la información. El "concierto" de los "disidentes" tachando de mentirosos a sus autores, a vosotros, fue atronador. Por fin la publicación en rueda de prensa internacional, en la Habana, de un vídeo de más de siete minutos ...que confirmaba la veracidad de vuestro libro. ¿Cómo fue ideada esta puesta en escena? ¿Con qué objetivos?

Arleen Rodríguez: Siempre estuvimos claros de que estábamos develando verdades sobre "camajanes". Ese es un término popularizado por los cubanos antes de la Revolución para definir a los politiqueros mentirosos, corruptos...Sabíamos que éste era de su estirpe y que iba a negar lo que haríamos público. También suponíamos que sus padrinos iban a salir inmediatamente en su defensa y que utilizarían las tradicionales imputaciones contra nosotros los llamados "periodistas  oficialistas", para restarnos credibilidad. Como lo hizo, por ejemplo, el vocero del Departamento de Estado Richard Boucher u otros camajanes del negocio de la disidencia.

    Hay demasiado dinero en juego. El que han puesto EU y otros gobiernos y el que cobran los camajanes. Por eso cuando presentamos el libro, decidimos reservarnos varias cartas (porque el video no es la única) y esperar a ver qué decían. Cuando semanas después hicimos público un segmento de un video donde se probaba que todo lo negado por Elizardo era verdad, los periodistas acreditados en La Habana se quedaron mudos y algunos salieron diciendo que no podrían publicar nada de eso, porque "sus editores no lo aceptarían".

        Nuestro único objetivo era denunciar al camaján como expresión de una política hipócrita, pero el hecho de contar con pruebas tan incontestables como el video, nos permitió, además, confirmar hasta qué punto harían lo posible y lo imposible por cuidar la ruta del dinero. Al mismo tiempo, fue una manera de desnudar la manipulación en torno a nuestro trabajo.

A.M.: Así que el libro descubre al Camaján Mayor, apunta a camajanes menores y desvela el funcionamiento de Falsimedia.

Lázaro Barredo: Eso quisimos. Elizardo es un producto de Falsimedia a instancias de poderes superiores. Cuba y los cubanos en general y en particular los intelectuales y periodistas que no tenemos precio, somos los objetivos más frecuentes en las difamaciones de Falsimedia.

        El Camaján libro y el video posterior con la secuencia de desmentidos apresurados por el medio y los silencios posteriores, nos permitieron poner eso al desnudo. Como verás, es un tema que rebasa a Elizardo y de alguna manera va a un asunto mucho más grande y profundo: la fabricación de la disidencia cubana y todo el montaje mediático alrededor.

A.M.: Desde luego rebasa a Elizardo. ¿También, supongo, lo rebasan, las otras cartas que, según dices, todavía os quedan en la cartera?

Arleen Rodríguez: Hasta ahora, las evidencias sobre la fabricación de la disidencia por parte de Estados Unidos han sido numerosas. Cuando uno aprecia todos los documentos desclasificados por los archivos de seguridad nacional de EEUU desde principios de los 90, uno se percata de cuantos esfuerzos han desarrollado para lograr ese propósito de establecer una quinta columna, una especie de caballo de Troya, es decir, que las pruebas más contundentes las ha aportado el propio gobierno norteamericano que recoge la tarea de construcción y financiamiento de la disidencia cubana en sus propios documentos oficiales (y hasta sus leyes) como está clarísimo en la Helms-Burton y como ocurre ahora en que solo la USAID (Agencia Internacional para el Desarrollo de USA) reconoce haberles otorgado no menos de 30 millones de dólares desde 1997.

        Claro que nosotros tenemos otras cartas en la mano, pero la mayor parte y la más contundente las ha aportado con su política pública de presión sobre nuestro país, el gobierno norteamericano.

A.M.: Es evidente eso que dices de la fabricación de la disidencia. He leído los dos últimos libros sobre este tema: ‘Los disidentes" y "El Camaján" como un conjunto.

    En el primero se demuestra la realidad de la llamada "disidencia": ambición desatada", falta absoluta de ética, disidencia política como negocio, feroces peleas internas por el reparto del dinero que llega de la mano de la Sección de Intereses... En el segundo se demuestra la ínfima calidad moral de uno de los disidentes más promocionados desde el exterior.

¿A qué te refieres cuándo hablas de la ruta del dinero? ¿ha provocado vuestro libro peleas sobre peleas entre los cabecillas de los que bien pueden ser calificados por todos como mercenarios?

Lázaro Barredo: Como se puede apreciar en la increíblemente silenciada carta de Carlos Alberto Montaner de 1991 que reproducimos y comentamos en el libro, el cordón umbilical de esta gente es uno solo: el dinero que sale de los contribuyentes norteamericanos y europeos, y las órdenes de Washington que es el que les envía el dinero (las cartas de Elizardo publicadas en nuestro libro hablan todas de dinero).

En ese documento de Montaner se les convoca a unirse, pero eso no ha sido posible jamás porque no hay ideales que lo resuelvan. Y el dinero siempre concita peleas.

Sin dudas, la salida del libro debe haber provocado broncas internas, pero no públicas, porque la orden con que desembarcó el jefe de la Oficina de Intereses de EU en La Habana, James Cason, a fines del pasado año era muy clara: tienen que unirse o se acaba el negocio.

Increíblemente, cuando presentamos el libro, algunos dijeron: "Acusar a Elizardo de agente de la Seguridad es la peor acusación que se le puede hacer a nadie entre nosotros, lo haría despreciable para siempre, por eso nos mienten". Y esos mismos, cuando vieron el video por TV Cubana, llegaron a decir entonces: "bueno,  si fue y ya no es de la Seguridad, bienvenido a nuestras filas". Ninguno quiere que se corte el suministro de dinero y la orden del imperio era dar idea de unidad. En el fondo, todos son camajanes de la peor especie...

A.M.: Habláis de la carta de Montaner. Es un documento realmente significativo entre otras cosas sobre la "naturaleza política" de la disidencia. Es una carta dirigida a los principales disidentes Elizardo Sánchez, Gustavo Arcos, Oswaldo Paya, en la que les explica cómo deben repartirse los papeles políticos: social demócrata uno, cristiano demócrata otro, liberal un tercero...  Ellos se reparten los papeles como en un carnaval.

Bueno, realmente es muy significativo sobre la naturaleza política de la disidencia y de las "democracias" de occidente.

Lázaro Barredo: Realmente Carlos Alberto Montaner es Camaján fundacional si cabe la expresión. Si se lee detalladamente su carta, no solo distribuye los papeles para crear cada partido, sino que les muestra la ruta del dinero cuando dice que en el concepto estratégico de que se les asocie con esas líneas políticas está "un enorme caudal de ayuda potencial" y les advierte que cada Internacional tiene por lo menos

una gran fundación que "suele contribuir económicamente a los grupos afiliados".

No hay que olvidar que Montaner es un agente de la CIA desde 1959. El fue detenido en 1960 por pertenecer a una organización terrorista dirigida por la CIA. El integró pelotones cubanos especiales del ejército norteamericano. El cumplió en España la misión de la CIA de crear la editorial Playor dedicada a comprar firmas con precio y financiar cualquier obra dirigida contra la Revolución  cubana. El conoce bien el negocio de comprar gente. Esa es su especialidad.

A.M.: La parte documental de vuestro libro es extraordinaria. En concreto, hay un documento fechado el 21 de marzo de 1997, en Puerto Rico, en el que Elizardo Sánchez desarrolla toda una estrategia para una operación de pre-transición, que aporta datos fundamentales. Entre ellos la convicción de "El Camaján" de que España debe jugar un papel protagónico. ¿En que se basa esta convicción?.

Arleen Rodríguez: Bueno, nosotros decimos que en cierta medida Elizardo es el tercer autor del libro, porque nuestro reportaje de análisis y comentarios tiene 67 páginas y las pruebas documentales tienen 92 páginas y todos son documentos del propio Elizardo. Entre ellos está ese documento fechado de Puerto Rico que es muy revelador: fíjate que la fecha se corresponde con el momento en que él  acaba de salir de EU (después de pasar por Washington y Miami, donde se reúne con funcionarios del Departamento de Estado y con los máximo dirigentes de la Fundación nacional Cubano Americana  -FNCA- encabezados por Jorge Mas Canosa) y  ahí escribe cosas increíbles que vienen a explicarnos el protagonismo de Aznar y de la España gobernada por el PP en la llamada Posición  Común que le imponen al resto de Europa. 

        También ahí se revela el plan de lo que eufemísticamente llaman la "transición" y que no es más que el intento de destruir a la Revolución desde dentro. Ofende profundamente el papel que se le quiere asignar a Fidel Castro en ese plan para "darle una oportunidad". Está claro que esas orientaciones no se las va a dar Elizardo a nadie. Esas son órdenes escritas bajo el título de Confidencial evidentemente para que el mercenario no olvide lo que debe decirle a los españoles. Y todo expresa la razón definitiva de cada derrota que sufren: no conocen a Fidel ni al pueblo cubano.

A.M.: Efectivamente el documento de Puerto Rico plantea estrategias que parecen alucinaciones. Por ejemplo, las relativas a esa "propuesta que no pueda rechazar" (lenguaje deliberadamente mafioso) que tú comentas y que debe dirigirse al presidente Fidel Castro. Insinúan que el presidente de Cuba puede ser conducido y convertido en un cómplice de la contrarrevolución. Desde luego, no conocen a Fidel como tú dices.

Lázaro Barredo: Insistimos, Maira, que no es un dato menor que el documento sea escrito después de esa visita a Washington y Miami. El Camaján cumple órdenes.

        Por cierto el tan promocionado luchador por los derechos humanos se reunió también allí con los jefes del PUND, organización terrorista asentada en la Florida, para defender a los terroristas de sus filas que habían entrado en comandos y cometido crímenes en Cuba. Las reuniones con Mas Canosa y con el PUND fue publicadas en el Nuevo Herald. Elizardo sabe perfectamente quién es él: un mercenario que cumple órdenes del imperio. Todas las propuestas contenidas en ese documento, tal como tú adviertes, denuncian un lenguaje y lo que es peor, una actitud de mafiosos. Eso lo dice todo. Aunque a Elizardo no le molesta porque él juega en esa novena, como decimos en Cuba.

A.M.: Así pues los que se sientes dioses son los EEUU que creen que pueden definir el futuro de Cuba.

        Arleen, en un magnífico y clarísimo artículo "Nosotros los oficialistas", habla de un conjunto de códigos obligatorios para la llamada "prensa libre" que condiciona toda la información y la pone al servicio de las grandes multinacionales y de los gobiernos. ¿Cuáles son esos códigos cuando hablan de Cuba? ¿Podéis resumirlos?

Arleen Rodríguez: Bueno, ya sabes. Es un código que viene de la Guerra Fría. ¿Es que acaso no se les llama sin sonrojo "democracias occidentales" a todas las que entran al carril? Y su contrario son los países no democráticos que siempre seremos los descarriados.

        Los periodistas que defendemos a la Revolución, por ejemplo, somos oficialistas, pero los que ensalzan sin cuestionarse todo lo de las llamadas sociedades democráticas, son los de la "prensa libre". 

        Es infinita la lista, pero solo te das cuenta del peso de esa manipulación en las mentes de las personas cuando, por ejemplo, vas a hablar de Cuba y todo el mundo comienza a preguntarte "¿cuándo Cuba va a cambiar?" -pregunta que por cierto tenemos que recibir como regla en todas partes solamente los cubanos- mientras se desconoce que Cuba es el país que más cambió en los últimos 45 años. ¿Quién más hizo una Revolución radical? ¿Quién hizo de la justicia social, tan maltratada en discursos electoreros, una realidad concreta y palpable?

        Quizás cambiamos tanto que nos quieren volver a cambiar completamente para atrás. Pero ya eso no es posible. Mientras tanto, lo que nos queda a los intelectuales revolucionarios es el deber de decir la verdad y responder con paciencia infinita a los que siguen preguntando cuándo va a cambiar Cuba. Porque en el fondo la pregunta viene de la ignorancia sembrada por esos códigos. Los que preguntan son muchas veces las víctimas más comunes de un criminal proceso de vaciamiento de las conciencias.  Lo único lamentable es que entonces uno pierde la oportunidad de contarles lo que está pasando ahora mismo en Cuba que es muy novedoso y es como otra Revolución dentro de la Revolución.

A.M.: El País de hoy simula la crítica a lo que llama el embargo comercial de los EEUU después de una votación demoledora en la Asamblea General de la ONU. Ese es el tributo inevitable a la realidad. A partir de esa simulación insiste en un ataque global a la revolución cubana a la que, además, le cuenta los días.

Arleen: No hemos leído aun  El País de hoy, pero no nos asombra. Lo que hemos leído en los últimos tiempos en sus páginas es una suma tal de insultos a Cuba,  que uno a veces no sabe si está leyendo un periódico serio o un libelo de Miami.  Si nos cuenta los días, peor para sus editorialistas: recuerden que un periodista cometió el error de hablar de "la hora final de Castro" hace 13 años y no quisiera que le recuerden ese título ahora.  Por otra parte, el conteo de los días de la revolución es un viejo hábito que comenzó el 10 de marzo de 1959, cuando el Consejo de seguridad nacional de EU siendo presidente D Eisenhower declaró que "los días de la Revolución Cubana" estaban contados. después de él lo repitieron otros nueve presidentes y se lo han creído algunos satélites. Pena de un periódico que ya no puede presumir de lo que fue.

A.M.: Efectivamente la visión que aparece de Cuba para los observadores bien atentos es que está ocurriendo otra revolución dentro de la revolución y que Cuba contagia de nuevo. La situación internacional tiene nuevos hechos que favorecen el proyecto universal que representa la Cuba revolucionaria. Por eso yo no os voy a preguntar ¿Cuándo va a cambiar Cuba? simplemente os voy a dar las gracias.

Lázaro: Seguimos en la pelea juntos. Como Pablo de la Torriente, que a eso vino a España y nos marcó el camino.

Notas:

(1) La censura de "El Camaján", como la de "Los disidentes", dos libros complementarios, ha supuesto sin duda un enorme alivio para los intelectuales "progresistas" que se han comprometido a fondo en la batalla de Bush y Aznar contra Cuba.

   

 

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Antonio Maira

Antonio Maira

Dirige el diario digital InSurgente y es uno de los editores principales de la publicación Cadiz Rebelde. Vive en Cádiz.