Cubadebate convoca su II Concurso de Microrrelatos
Participa en el II Concurso de Microrrelatos de Cubadebate para compartir, en un máximo de 500 caracteres, tus capacidades como poeta, guionista o narrador. Los tres primeros lugares ganarán una colección de libros y la oportunidad de publicar su obra en nuestro sitio web.
En el aniversario 15 de Cubadebate y cuando hoy se cumplen 84 años de la muerte de Rubén Martínez Villena, a quien “su don poético, inseparable y vitalicio en su esencia […], le facilitó mil veces, sin saberlo, el cordial magisterio; y la gracia verbal hija del dominio del idioma y de la posesión de sus secretos”; convocamos la segunda edición de nuestro Concurso de Microrrelatos, que como en 2017, dedicamos al advenimiento de la Feria Internacional del Libro en Cuba.
Si quieres ser el ganador, solo tienes que escribir un texto, que no exceda los 500 caracteres, que nos permita descubrir al escritor que eres. Inspírate y echa a volar tu imaginación, escribe un poema, un cuento, una décima, el inicio de una novela o testimonio….
Podrás ganar una colección de libros, cortesía del Centro de Comunicación Cultural del Mincult (CREART) y del Instituto Cubano del Libro (ICL), además tendrás la oportunidad de publicar tu obra en Cubadebate.
El jurado estará integrado por reconocidos escritores de la Isla. Deja tu microtexto como un comentario en esta entrada, el plazo de admisión vence el jueves 1 de febrero, el día que iniciará la XXVII Feria Internacional del Libro de La Habana.
Nos comunicaremos con los ganadores a través de la dirección de correo electrónico que escriban al enviar el comentario con su obra.
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La distancia
Me es imposible tocarte con los dedos
y aunque busco, no encuentro tu mirada;
tu cuerpo se ha transformado en recuerdo,
y la culpa de todo es la distancia.
Tu olor me abandona sin piedad
y tus besos se han caído de mi cama,
ya no sé cómo espantar la soledad,
ni cómo hacerle el amor a la nada.
¿Hasta cuándo tendré que soportar
sin poder escapar de este conflicto?
Y es que mientras más lejos tú estás
más de ti me hago yo un adicto.
No logro tus labios besar,
No puedo deshacerme de estas ansias,
y cada noche lucho por hallar
la forma de matar esta distancia.
Mi secreto
Cuando compré mi sillón no creí que otorgara poderes, simplemente lo necesitaba para ver TV. Pero descubrí que bastaba con sentarme para recibir multitud de ideas y soluciones ingeniosas. Ese era mi secreto. Patenté mis inventos, y me hice tan popular, que comenzaron las citas para consultarme. Al avecinarse la guerra el presidente me llamó a ser su consejero. Todo marchó bien hasta hoy, cuando nos evacuaron de urgencia para este búnker. El presidente y los generales esperan mi respuesta. Mas no sé que hacer, pues cuando empezaron a llover bombas, no hubo tiempo de traer mi sillón.
Por no saber nada de Portugués.
Vuelo Habana - Luanda en misión de cooperación, se me aproxima la azafata con educación me interpela pech o carne?, perfecta su pronunciación portuguesa, yo sin entender ni “J”, respondí - Qué?, ella no pierde la compostura y vuelve a preguntar - pech o carne?, yo - Qué?, me salva un compañero de asiento, que regresaba de sus vacaciones, quien me traduce - dice que si quieres pescado o carne, respondo - carne claro; sorprendida escucho -carne acabó-, me alcanza mi bandeja con pescado, perpleja pienso - se vengó por no saber nada de Portugués.
Khol miró sorprendido a la mujer que entró a la habitación. Era alta, delgada, de pelo largo que no lo sorprendió, ya sabía de los milagros de las peluqueras; de raza negra, de labios y nariz contenida, pero sus ojos de un color amarillo que destacaban sobre su piel e iluminaban extrañamente su rostro. No llegó a pensar que pudieran ser lentes, tan abismado estaba en su contemplación, cuando escuchó, o mejor, sintió su voz como a sus propios pensamientos.
- Me llamaste, estoy aquí.
- Quien eres?- musitó
- La Muerte, si quieres te vas conmigo- y aproximó su rostro al de él.
Khol respiró su perfume, entró en el laberinto de sus ojos, pensó ¿qué tenía en la vida, quién lo esperaba? y no llegó a hacer la pregunta, cuando la muerte le contestó:
- Si me quieres me tendrás eternamente – y se aproximó hasta aturdirlo con su aliento.
Khol no lo pensó más y prefirió dejar todo atrás y morir en un beso.
La biblioteca
Estaba dentro de aquellas paredes. Era un lugar donde la claridad formaba parte del pasado o se había transformado tal vez con la nueva era. En una esquina el gran estante que hace dos décadas tenía otro color, conservaba aún algunos ejemplares de esos objetos antiguos. Estiró la mano y pudo tocar las páginas y su encuadernación que tal vez un sabio pre-digital había escrito.
Miró todo a derredor y no aguantó el llanto al ver las paredes rasgadas y mustias, el techo cayéndose en pedazos, la esperanza perdida y todas aquellas páginas valerosas bajo el polvo enterradas.
Buscó entonces su tablet y vio la foto de ese anciano que de niño lo enseñó en aquel lugar a interesarse por el mundo de las letras.
Tiró la puerta y se alejó con pasos vacilantes, mientras una lágrima afloraba la nostalgia recordando ese majestuoso arsenal de conocimiento, con paredes blancas y púrpuras que alegraba sus días en la infancia y ahora no era más que un nido de murciélagos y ratas, sin cerradura ni presente.
Esta es una nueva versión con menos caracteres:
Khol miró a la mujer. Era alta, delgada, negra, de labios y nariz contenida, sus ojos amarillos destacaban e iluminaban su rostro. Abismado la contemplaba cuando sintió su voz como a sus propios pensamientos.
- Me llamaste.
-¿Quién eres?-
- La Muerte, ¿te vas conmigo?- y aproximó su rostro al de él.
Khol respiró su perfume, entró en el laberinto de sus ojos, pensó ¿qué tenía en la vida? y no llegó a hacer la pregunta, cuando la muerte le contestó:
- Si me quieres me tendrás eternamente – y se aproximó hasta aturdirlo con su aliento.
Khol no lo pensó más y prefirió dejar todo atrás y morir en un beso.
Es un “no sé qué”
(Monologo)
…Y si me late el corazón?
Y si no puedo dejar de pensarla?
No sé qué es,
Pero lo que sea me hace reír al mirarla,
Lo que es quebranta mis nervios cuando me mira,
Cualquier cosa que sea la busca en sus noches de insomnio
Y la trae a mi sueños, así como cuando la muerte
Irrumpe la vida de manera súbita.
Aún no alcanzo a comprender que será,
Algunos dicen que es amor, yo no sé,
Pero es un “no sé qué” que me envuelve y me hace feliz.
Es un “no sé qué”
(Monologo)
…Y si me late el corazón?
Y si no puedo dejar de pensarla?
No sé qué es,
Pero lo que sea me hace reír al mirarla,
Lo que es quebranta mis nervios cuando me mira,
Cualquier cosa que sea la busca en sus noches de insomnio
Y la trae a mi sueños, así como cuando la muerte
Irrumpe la vida de manera súbita.
Aún no alcanzo a comprender que será,
Algunos dicen que es amor, yo no sé,
Pero es un “no sé qué” que me envuelve y me hace feliz.
Abducciones
Están las naves brillantes sobre el pueblo; han vuelto. Descienden sobre los techos con tubos vacíos. Ahora entran en nuestras casas; las calles están desiertas. Bajan luces negras desde el cielo. Hay ventanas rotas, olor a cable quemado, puertas incendiándose. Los perros aúllan.
Se oye un susurro: llega el alba.
Elevan fácilmente los tubos llenos de cuerpos y cierran sus naves.
Luego un zumbido y después silencio.
Sé que volverán y que un día no podré contarlo.
Maurin era un gato ya viejo, a pesar de su andar ligero propio de todo gato, se veía en su cuerpo el pasar de los años, su pelaje era espeso y sus ojos proyectaban una mirada fría e indiferente como la de todo felino. Todos los días hacía su ronda matutina que consistía en un paseo por los tejados del barrio, bajar a algún que otro patio de alguna casa donde era fácil destapar la tapa de los desperdicios y encontrar algún banquete o sino simplemente se quedaba echado en el muro de la escuela desde donde miraba, con ojos entreabiertos y soñolientos a los niños que jugaban en el recreo.
Ese día mientras andaba por uno de los tejados, divisó a lo lejos en un patio, un pequeño gato que daba vueltas y más vueltas sin siquiera detenerse un instante. A Maurin le llamó la atención y se dirigió al lugar con paso lento y el ánimo de averiguar por que razón el gatito daba tantas vueltas.
Maurin se acercó a él y le preguntó:
- ¿Por qué das vueltas y vueltas sin parar?
El gatito casi sin detenerse le dijo:
- Lo que pasa es que trato de alcanzar mi cola pero ella es más rápida que yo y siempre se me escapa.
- ¿ Y para que quieres atrapar tu cola? Volvió a preguntar.
- Pues he sabido que para todo gato la felicidad está en la cola y por eso trato de alcanzarla.
Entonces Maurin rió y le dijo al gatito:
Mejor será que lo olvides porque nunca lo lograrás. A lo que el gatito le respondió al tiempo que se detenia:
- ¿Porque estas tan seguro?
Maurin se echó en el suelo y con la paciencia de sus años le contestó:
- Escucha bien hijo mío, cuando yo era un gato joven como tú, también intenté atrapar mi cola porque me fue dicho como a ti que en ella estaba la felicidad, pero con el tiempo me di cuenta que cuando trataba de perseguirla y perseguirla para atraparla esta se me escapaba y nunca lograba alcanzarla, solo conseguía cansarme dando vueltas y más vueltas, sin embargo cuando andaba entretenido haciendo mi vida ella siempre venía detrás de mi acompañándome a cada lugar que yo iba.
De regreso a casa
La tarde dejaba caer sus últimas horas, en medio de una lluvia pertinaz. Otro día de trabajo fenecía y la decisión de abordar un ómnibus, aunque ofrecía, para llegar a casa, un largo periplo por toda la cuidad, no se hizo esperar. Un ómnibus siempre atesora una mini-sociedad, lleno de micro-universos con zonas de sombras y de luz. Hombre y mujeres perfectos que renacen cada vez que intentan abandonar sus mezquindades.
Decidí permanecer en contemplación interior, aupada por el calor de un hombre iluminado, que se hacía a mi izquierda para esquivar el viento helado y evitar que al penetrar por la ventana más cercana, abierta, de par en par, me acuchillara.
Mientras recorría mi día, entronizado por una odisea para mantener mi bendito optimismo, el divertido gorjeo de un niño me provocó a salir de mi ensimismamiento. Pequeño retoño de cabellos ensortijados que jugueteaba con los dedos de su madre, negra, hermosa. El rostro de ella transparentaba bondad; más profundamente, cansancio. Rememoro el panorama y sonrío ante una obra de tal magnitud. Volví a mi interior, regocijándome en mi naturaleza de mujer.
Al lado de la mujer negra, con vestuario suntuoso y cabello perfectamente recogido sobre la nuca, perfumado (imagino) otra madre, blanca, cargaba igualmente a su bebé.
Los niños atraídos por esa ingenuidad bella y honda de los que solo saben de verdades, se comunicaron con inmediatez. Gorjeos del más pequeño que provocaban alegrías en el otro que no obstante, no se animó a compartir su caramelo.
La madre negra acaricia la frente de su hijo. Exhibía sus uñas cortas… y pulcras. Con el pulpejo de sus dedos recorría la piel suave de su niño, la nariz ancha, sus poros que destilaban amable negritud.
-Mamá, el niño es “nego”, como la mamá.
-¿Cómo?
-Que el niño es “nego”, como la mamá.
Ah, las ocurrencias de los niños, comentó nerviosamente mirando de un lado a otro, ahogada de la risa.
-Niño, se dice… de color, le susurró.
-Mamá, el “nego” ¿no es un color?
Silencio.
-Mamá, el “nego” ¿no es un color?
Silencio. Interrumpido lentamente por la voz negra que le explica al infante (al otro, al ajeno, al que no salió de sus entrañas esta vez, pero que quizá antaño hubiese podido brotar de la negra matriz ancestral).
-Sí, el negro es un color.
Silencio. Silencio. Silencio.
Volví a mi interior, lleno de colores grises, malvas, negros, rojos… Afloró a mi memoria, entonces, aquella mañana en que llevando a mi pequeña hacia la escuela iba comentándole la importancia de conocerse, de saber las propias debilidades para darles duro, las bondades, para potenciarlas y ella declaró altiva ser “roja por dentro”. ¡Claro, mamá, como todos, por la sangre! Risas, colores y esencias.
Colores y esencias. No escuché ninguna voz madre que se alzara en la mini sociedad-ómnibus para dejar una inspiración, para que luego se convirtiera en certeza en dos hombrecillos de diferentes colores de piel y en igualdad de condiciones: sentados en el regazo de su madre.
...Lazo mira, mira allá, por el Quimbuelo, aquellos dos hombres van bajando por el potrero.
Sí, pero Lilo y Raulice salieron volando por el trillo del arroyo, parece que los van a coger.
No te lo dije, mira para allá, ya vienen con ellos, qué raro, no son de por aquí, vamos para la casa, corre!
Mamá les está haciendo comida, fíjate están hablando con papá en la sala.
...Nosotros somos norteamericanos, somo marinos de la Base Naval, nos tenían prisioneros por allá por bejuquera,por la madrugada nos fuimos y queríamos llegar a la carretera que va para Guantánamo.
...¿...?
-Bueno, nosotros íbamos en un ómnibus por las cercanías de Boqueron y nos interceptaron unos barbudos, nos trajeron para el monte, dicen que para detener los bombardeos a las zonas campesinas por parte de los aviones de Batista... bueno, sí, esos aviones cargan sus bombas en la Base Naval de mi gobierno ahí en Guantánamo.
-Y eso está bien?... mire todos los días vienen y bombardean las casas de los campesinos, matan sus familias y sus animales, eso es un crimen, y lo hacen con las armas que ustedes les dan a los batistianos.
-Oye Lazo, qué hambre tienen esos bichos, mira se ha comido el plato de tostones que mamá les hizo, oíste, dicen que vienen en la noche a buscarlos.
Ya cerca de las 9 de la noche llegan unos rebeldes con dos caballos más, los montan y parten hacia Puriales de Caujerí, mamá les advierte, vayan despacio, no los maltraten.
-A los pocos días la muchachera corrimos como locos hasta Guaibanó a ver los helicopteros grandotes que recogían a los americanos y se los llevaban para su Base naval. Dicen que Raúl los soltó, pero no pueden bombardear más.
-Viste nos libramos ya de la avioneta chismosa y los aviones oscuros esos que todos los días venían a tirar sus bombas, y nosotros siempre metidos en la Cueva de Juana o debajo de los colchones. Si vuelven a bombardear hay que coger más americamos y ponerlos en el monte para que sientan en su pellejo lo que están haciendo esos desgraciados.
A su imagen y semejanza
Por enésima vez frunció el ceño. No lograba encontrar o entender qué funcionaba mal, por qué la carne no conjugaba en verbo, por qué el alma quedaba torcida al insuflarle vida. Levantó la mirada y entonces suspiró profundamente. Vencido por tantos intentos vanos, se echó hacia atrás, se puso de pie, dio la espalda y se alejó presa de su primer remordimiento. Dios no volvió a ocuparse del hombre.
Deseo participar en este concurso con una modesta contribución que contribuya al propósito de CUBADEBATE de desarrollar la cultura entre nosotros y además como un modesto recordatorio al aniversario del natalicio del Comandante de la Revolución Juan Almeida.
RECORDANDO A JUAN
Hace muchos años se sorprendió cuando llegó la comitiva al establecimiento. El mulato bajito y delgado al que acompañaban sus coterráneos tuneros entró hasta el centro del lugar con agilidad superior a sus canas, saludó y miró como revisando a todas las esquinas del recién estrenado local de limpiabotas.
Con una sonrisa se dirigió a él y le dijo imperativamente: “Súbete” mientras él se acomodó en su sillín. Le puso las polainas y empezó a lustrarle los zapatos. Alguien tiraba fotos. Le dijo: “Deja ver si me acuerdo pues esto hacía de niño para sobrevivir. “ Por los precisos cepillazos se acordaba del oficio.
Desde arriba lo observó y entonces lo reconoció, pero no por las muchas fotos que había visto antes, sino por la estrella que le fulguraba en la frente y las heridas que sabía no le habían destrozado el corazón.
De esa sonrisa alegre se acordaba el limpiabotas en la lenta hilera de cubanos tristes cuando puso como muchos otros una flor ante su retrato mientras tarareaba mentalmente su Lupita en el funeral del comandante limpiabotas que nunca se rindió.
Giraldo Mazola
Me encantó esa iniciativa, por eso quiero participar también, ahí les va mi microrelato:
Se titula: “Un cubo de agua fría”
¡Plaf! Salió de la nada y me congeló hasta el alma… Esperaba tener el mismo monótono día de siempre, cuando sin poder hacer nada se desarrolló la escena: él la abrazaba con pasión poco contenida, deslizada ya la mano por las nalgas de la joven, ella, entregada a sus brazos, no les importó mi apurada presencia. Entonces lo primero que sentí fue el sonido del agua lanzada al vacío, luego el impacto en mi cabeza. La fuerza del chorro me dejó aturdida, sin embargo pude notar como, desde el balcón, la dueña del cubo sin agua fría me gritaba insultos como si fuera mía la culpa de estar debajo sin poder pasar por la acera ocupada por la pareja de desconocidos que ahora se alejaban acaramelados rumbo al malecón.
EL PIRATA
LOS PIRATAS DE ANTES, AHORA NO SON LOS MISMOS,
AQUELLOS LOS DE ANTES, BORRACHOS, ASESINOS, CRUELES, TENIAN UN OJO SOLO, CASI TODOS HABIAN PERDIDO UNO EN LAS BATALLAS, NO TENIAN PATRIA, Y MUCHO MENOS FAMILIA.
LOS DE AHORA, LES GUSTA LA CURDA, SON AMOROSOS, HUMIILDES, TIENEN SUS DOS OJOS, Y CON SUS ESPEJUELOS CUANDO ES NECESARIO, TIENEN UN PAIS, Y UNA FAMILIA.
LA FAMILIA DEL PIRATA DE MI HISTORIA NO ES UNA CUALQUIERA, SON MUCHOS, PERO UNIDOS COMO UNO SOLO, MUY PARECIDOS A EL TODOS HONRADOS, HUMILDES, Y TRABAJADORES.
ESTE PIRATA ES UN HOMBRE VALIENTE Y TIENE UNA HIJA, QUE ES MI AMIGA, CON IGUALES VIRTUDES Y COMO LE GUSTA LA CURDA, SERA POR QUE SE PARECE A EL?
A Fidel
Con motivo de su 90 cumpleaños
Qué fértil tierra que te dio la vida
Cuando tu luz dio luz a la alborada
De aquella patria oscura y abonada
De tristes sueños y de fe abatida.
Tu mirada de niño se perdía
Y Birán ya no pudo retenerte
Porque un llamado cada vez más fuerte
Señalaba el camino a la utopía.
Qué sueño el tuyo que creció de sueños
Fue el Centenario, el Moncada, la Sierra
¡Ahora sí que ganamos la guerra!
Fue la premisa que salvó el empeño.
Tu luz más clara aún, de mediodía
Tu visión de analista y de profeta
Permitió la victoria, en cada meta
Brilló más tu armadura y tu hidalguía.
Tu palabra vibrante, enardecida
Abrió caminos, despertó futuros
Hizo el ALBA a los pueblos mas oscuros
Marcó la ruta a la paz prometida.
Estremeció el temor al “soberano”
Pues las tinieblas temen a la gloria
Y tu luz irradiaba hacia la historia
Del nuevo porvenir americano.
Pero tu luz mas fuerte, mas austera
Creció con cada reto, cada día
Tu luz ya no era luz de mediodía
Era más grande aún, mas duradera.
Y a los que piensan ya que languidece
Aquellos que no entienden que los astros
No se apagan, es tu luz, Fidel Castro
Derrotero que guía y fortalece.
Misión Imposible.
Nunca pensé que terminaría así. Yo tenía una misión en la vida y definitivamente no podré cumplirla. Varios de mis compañeros yacen por el césped destrozados y creo que correré la misma suerte. En estos últimos momentos solo vienen a mi mente los recuerdos de un lubricado envoltorio donde se especificaban claramente algunas instrucciones que aprendíamos de memoria y la alegría que sentí cuando aquellos dedos delicados de una mujer me traían a la vida evitando dañarme con sus uñas.
¡Qué decepción! Me convirtieron en un globo y aunque he gritado varias veces “SOY UN CONDÓN” nadie me va a escuchar y permaneceré atado a este hilo en las manos de un niño que correrá de un lado a otro en su fiesta de cumpleaños en vez de estar protegiendo el amor sabiendo que estallaré en cualquier momento como los demás.
II Concurso.
Mi arcoíris
Cual Rey en su selva azul, enaltecido por sus acérrimos seguidores de toda clase, ha sufrido la desaparición de su hábitat y aspiraciones. Un verde leñador hacha en ristre, lo arrinconó y le cortó sus afiladas garras, opacó sus rugidos y el eco de sus acólitos. Se demuestra que no es el Rey de todos. Lo más hermoso de la historia es que también existen otros de diferentes entornos, que son tan fieros y poderosos y que pueden reinar. Quien no ha sido Rey, que lo sea. Hermoso arcoíris.
La Ausencia Irremediable.
La tristeza se refleja en el rostro de Daniel. La brisa matinal que llega desde la costa juega con su despeinada cabellera y su mirada se pierde en el azul infinito allá donde se junta el mar y el cielo.
Una vieja libreta descansa sobre sus piernas que cubren un harapiento short, mientras se hunden en la arena sus descalzos pies. Pero su tristeza más que nada está dada por su maestro Antonio que al parecer hoy tampoco vendrá.
Hace tres días que Daniel y sus cinco compañeritos de aula nada saben del maestro. Aquel que sin importarle la distancia ni el cobro por su labor los llevaba a conocer en sus mentes mundos maravillosos y cosas desconocidas. Aquel que los hacía soñar con un mundo mejor donde acabaría la desigualdad y todos vivirían felices. Aquel que había despertado el interés de Daniel en convertirse en maestro como él convencido de que era la profesión más bella. Pero hoy no llegaría, ni tampoco mañana, ni nunca más.
En los periódicos, que tampoco llegaban aquel remoto pueblecito costero se anunciaba: “Mueren tres personas valientemente defendiendo su pueblo ante el ataque de una lancha pirata”.
La Tumba.
La guerra había terminado. Me quité el casco y sentándome en las raíces de un árbol puse el fusil de francotirador entre mis piernas. Varios soldados al pasar me saludan pero sus gestos de triunfo no borran la tristeza en mi rostro, aún camuflado.
Uno de mis mejores hombres no ha llegado a ver este día y me sentía horriblemente culpable. Héctor se había hecho merecedor de mi confianza por su valor. Sus escasos 18 años no menguaron para nada el respeto que se había ganado. Lo recuerdo sonriente cuando lo habían asignado a mi comando y, por unos instantes, vi la sonrisa de él en la sonrisa de los soldados que ahora me saludaban.
Me puse en pie y comencé a caminar con el fusil y el casco colgando de mis brazos. Voy en dirección opuesta a la tienda de campaña donde se discuten los términos de la rendición. El olor a pólvora todavía se enreda en el viento, en la tierra están los huecos de los morteros y en los árboles se pueden apreciar sin mucha dificultad los impactos de disparos del combate reciente. Llego hasta el mismo sitio donde ocurrió anoche la tragedia.
Los proyectiles silbaban en todas direcciones y las líneas de trazadoras buscaban sus blancos en la oscuridad. Un mortero hizo saltar la tierra tan cerca que varios fragmentos de pasto cayeron sobre mí. Me arrastro para tomar otra posición, para tener un tiro limpio contra la ametralladora enemiga. Héctor llegó encorvado, parapetándose detrás del árbol más próximo. Varias astillas saltaron a causa de los impactos.
- Debemos avanzar por el flanco derecho – Me dijo, apuntando hacia el frente con su arma - Yo cubriré tu posición… Cuidadoooooo.
Héctor debió haber visto al francotirador con su mira infrarroja. Debió ser en el mismo instante que disparaba contra mí. Lo que yo escuché fue el fogonazo en la oscuridad y el proyectil golpear contra su casco. Contuve la rabia y disparé dos veces contra el enemigo. El quejido me informó que lo había aniquilado. Solté el fusil y cargué el cuerpo de Héctor, ya sin vida.
- Nooooooooo
Aún podía ver junto al árbol a mi hermano menor.
Caí de rodillas ante la tumba improvisada. Algunas lágrimas ruedan sobre el camuflaje.
- Perdóname, hermanito. Era yo quien debía protegerte…
No sé cuánto tiempo estuve en este lugar antes de que me encontraran mis soldados. No quiero irme. ¿Qué victoria puede traerme a Héctor de regreso?
Una vez paso un águila por el mar
y atropello un sinsonte
que pobre inocente cucurucho
que no sabia adonde iba.
En el jardín de mi casa
un eco se oía..
cantaba una mariposa:" oh oh devuélveme mi café !!!"
pero poco después, cayó en desgracia..
y la muerte sobrevino..como un paquete de detergente liquido.
a veces me pregunto:soy yo? o es la agonía????
y la respuesta me viene de golpe: es el colchón de mi cama roto.
y callamos...y gritamos..y y el desbalance se hace eco...
y no entiendo nada...no entiendo nada...ni tu.
Hola esta es mi propuesta para el concurso de microrrelatos:
Llevaba horas tratando de salir de ese tunel angosto. Frustado, extenuado, escuchaba los ruidos de afuera, mezcla de gritos y llanto, aumentando su curiosodad. No importaba
cómo, tenía que salir.Con todas sus fuerzas empujó, pateo, se retorcío y al final logró sacar la cabeza.
El cambio fue alucinante, algo le rodeo el cuello, lo apreto y lo saco definitivamente.Sintió un golpe terrible que lo hizo gritar con una fuerza desconocida.De repente escuchó:Mucho gusto Bebe, yo soy tu mamá.
Un cuento soñado
Caminaba entretenido al tiempo que me cruzaba con unas personas, sin percatarme que me resultaban harto conocidas, cuando de pronto me doy cuenta de quiénes eran y me detengo a saludarlas. Sí, resultaban más que familiares pues eran amistades entrañables de muchos años atrás y a las cuales también hacía mucho tiempo que no veía. Estas tres personas formadas por un matrimonio y su hijo se abalanzaron sobre mí para abrazarme. Noté algo raro en el caminar del muchacho, al cual no veía desde que él era un niño muy gracioso y retozón. Al buscar con sus brazos mi cuerpo para rodearme, me percato que estaba ciego por razones que no puedo explicar y entonces se fundió conmigo de tal forma en su abrazo que no pude detener mi llanto, mientras sus padres me miraban totalmente desconsolados.
¨Éxtasis¨
“El lugar del crimen…
Es solo un cuarto en penumbras”.
Luis Rogelio Nogueras.
La opacidad de la pieza contrasta con las demás. Cuerpos delirantes que danzaron desvergonzadamente desbordados de apetitos esparciendo evidencias en giros, poses y ropas desgarradas, quien sabe si con premeditación o descuido, yacen ahora despojados de la savia liberada en exceso.
BUM
Cierto día, tuve la suerte de encontrarme con lo que creí en ese momento era una estrella que hacía uso de un popular medio de transporte del municipio de Regla.
Durante la travesía por aguas de la Bahía Habanera me atreví a acercarme. Fue entonces cuando comprendí que se trataba de una linda mujer de carne y huesos que llevaba tanta luz en su interior que le hacía brillar con luz propia.
Hoy tengo la suerte de tener esa linda y especial mujer a mi lado, de la cual estoy perdidamente enamorado.
ANSIAS
SENTIRME A TU LADO, ME HACE GIGANTE
ME LLENA DE PLACER DE SOLO MIRARTE
TU TIERNA MIRADA ME ESTREMECE
TUS LABIOS ME HACEN DUEÑO,
DEL MÁS DULCE SUEÑO, QUE QUISE TENER
TU PELO SUELTO ES UNA QUIMERA
QUE ANSIO DESPEINAR ENTRE MILES CARICIAS
CUAL OLAS VIOLENTAS DEL MAR
TU DESNUDES ME LLAMA, TE QUIERO ABRIGAR
QUIERO HACERTE SENTIR LA MÁS DULCE PAZ
QUIERO HACERTE LLEGAR AL ETERNO SUSPIRO
QUIERO VERTE BRILLAR LLENA DE BRIOS
QUIERO HACERTE EL AMOR CUAL PETALO DE FLOR
ACARICIA AL PISTILO, Y SIENTAS SIEMPRE EL DESEO
DE VOLAR DONDE ESTES PARA ESTAR CONMIGO
BUM
Cierto día, tuve la suerte de encontrarme con lo que creí en ese momento era una estrella que hacía uso de un popular medio de transporte del municipio de Regla.
Durante la travesía por aguas de la Bahía Habanera me atreví a acercarme. Fue entonces cuando comprendí que se trataba de una linda mujer de carne y huesos que llevaba tanta luz en su interior que le hacía brillar con luz propia.
Hoy tengo la suerte de tener esa linda y especial mujer a mi lado, de la cual estoy perdidamente enamorado.
Esmeralda y Yo.
Llego a mi como un rayito de luz, yo lejos de los míos, ella en ausencia de los suyos, fue aquella sonrisa, entre tanto dolor que me descubrió, quizá fue el destino. Con apenas 6 añitos aquella haitianita, sustituía el cariño de mi hija, mientras, yo pagaba con la misma moneda. Baños, alimentación, ropa, juegos, sonrisas, todo por desterrar la tristeza de su rostro. Esmeralda se convirtió en otra hija, fueron muchos ratos juntos, paseos por una playita cercana, jugar a las casitas, incluso hacer murumacas con tal de verla sonreír, de que se sintiera parte de un mundo que aunque no es perfecto, a sus ojos debía serlo.
Intensas jornadas de trabajo teníamos y solo pensaba en llegar y verla allí, esperándome, recibiéndome, dándome el abrazo que semejaba a mi Melissa, buscábamos ambos ese refugio familiar que tanto necesitábamos. Mi mayor sorpresa fue cuando me pregunto en su lengua, hazme un cuento?....y vaya yo en mi machucado creole a inventar, si porque no me quedaba de otra, y me salió el de los tres cerditos!! Realmente no sé si me entendía mucho, pero entre piruetas y gestos extra verbales sonreía y sonreía, hacía temblar mi mundo, y que conste que yo intentaba soplar como el lobo…jajajajaja.
60 días después, llegaba la hora de partir, así es la vida en la Henry Reeve, no pienso describir la despedida, donde dejaba un alma a la pena de dios. Todos queríamos a Esmeralda, se dejaba querer de manera singular, con aquella inmensa sonrisa y mirada profunda. Mientras me alejaba dejaba con ella parte de mí, aun esta con ella, no he podido recuperarla, ni quiero. Quise adoptarla, no se pudo.
Y cuantas Esmeraldas existen en el mundo……
Lágrimas truncas:
Una madre sonríe mientras llora el encierro de su hijo, y la gente se pregunta por qué no ven sus lágrimas. El encierro es injusto y con marcado objetivo de doblegar al preso y a su familia, por tanto, la madre fiel a los principios de su hijo, para que el enemigo no vea que fálquese, viertes sus lágrimas hacia el interior de su ser. Esa firmeza fue premiada cuando el verdugo se vio obligado a soltar a su hijo, y esta vez sus lágrimas brotaron, pero como muestra de repudio al malvado, y por la alegría del esperado abrazo en su hogar. Dedicado a Mirtha Rodríguez, madre de Tony Guerrero, por su ejemplo como madre amorosa, valiente y patriótica.