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La anhelada participación de los trabajadores en nombre de la Constitución

Por: Rr. Teodoro Yan Guzman Hernández
Publicado en: Pensar el Derecho
| 30

La implicación de los trabajadores en la gestión económica de la empresa es una de las cuestiones que debe tratar de materializarse cuanto antes, pues con ello está en juego la sostenibilidad del socialismo en Cuba. Para que se entienda bien, la participación de los trabajadores es una de las esencias del modelo socialista cubano, cualquier acción que la niegue, la minimice o la desvirtúe, sin importar quien la acometa, está en contra del principio socialista que rige al Estado y a la sociedad en Cuba, principio que, además, es constitucional desde 1976 y goza de perfecta vigencia en la actualidad.

La real participación de los trabajadores en la gestión de la empresa no ha dejado de ser un anhelo en nuestro país:

  • Posee fundamentos marxistas clásicos y propios (se alude a las tesis del Che Guevara al respecto);
  • ha sido reconocida en la Constitución cubana de 1976, reafirmada con la reforma de esta en 1992 y mantenida con la Constitución del 2019;
  • sobre su importancia y trascendencia político-social se ha discursado en los congresos y plenos del Partido Comunista de Cuba (PCC) y de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC);
  • se ha significado su improrrogable necesidad en importantes documentos políticos como lo son los Lineamientos de la Política Social del Partido y la Revolución y el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030, por solo mencionar dos bien actuales.

¿Qué “dicen” sus fundamentos constitucionales? ¿Hasta dónde alcanza ese concepto actualmente en Cuba? ¿Cuál es su desarrollo legal actualmente? ¿Cuáles sus obstáculos actuales para lograr su concreción real, o sea, con impacto transformador? Estas y otras interrogantes serán respondidas en el presente trabajo que tiene como propósito fundamental resaltar la relevancia de la participación de los trabajadores en la gestión económica, sobre la base de varios de sus fundamentos.

Cuando revisamos las constituciones cubanas desde 1940 a la fecha, podemos comprobar la máxima centralidad que ha tenido el trabajo, así como el trabajador y la trabajadora. En la Constitución de 1940 la palabra trabajo estaba presente en 46 ocasiones. La Ley fundamental de 1959 se hizo eco de la mayoría de los artículos del texto de 1940 que protegían al trabajo y los derechos laborales.

En 1976, el pueblo cubano, que encarnó al poder constituyente, declaró que la República de Cuba es un Estado socialista de obreros y campesinos y demás trabajadores intelectuales; que el poder pertenece al pueblo trabajador; que el Partido Comunista de Cuba es la vanguardia organizada marxista-leninista de la clase obrera, que el Estado socialista realiza la voluntad del pueblo trabajador y protege el trabajo creador del pueblo, y garantiza que no haya hombre o mujer en condiciones de trabajar que no tenga oportunidad de obtener un empleo. En esa primera Constitución socialista se formuló el trabajo como un derecho, un deber y un motivo de honor y se reconocieron importantes derechos de las trabajadoras y los trabajadores. Además, en sus marcos  se desarrolló una legislación laboral de avanzada, más allá de las deudas que se contrajeron con ella misma en la realización de todos sus preceptos.

Con la reforma constitucional en 1992, el trabajo y los derechos laborales no perdieron la centralidad que tenían. El artículo 1 se modificó con el propósito de lograr un estado más inclusivo, en el contexto de una sociedad diversa y más dinámica, bajo la égida del axioma martiano “con todos y para el bien de todos”, que nos obliga al más constante reencuentro. Es cierto que no se explicitaron los grupos sociales (obreros, campesinos y demás trabajadores manuales e intelectuales), pero se continuó la línea y se reconoció a Cuba como un Estado de trabajadores, además, se conservó el sentido de las normas constitucionales vinculadas al trabajo como entidad jurídico-social y al derecho al trabajo como entorno normativo de protección a quienes laboran o pretenden un empleo. El artículo 1 de la Constitución del 2019 no se aparta de sus precedentes, reconoce que Cuba es un Estado socialista de Derecho y Justicia social, fundada en el trabajo, esto último a semejanza de la Constitución italiana de 1948, exponente del constitucionalismo social.

No se puede valorar la connotación política y social de la centralidad del trabajo y de los derechos vinculados, desentendidos de las variables constitucionales participación, democracia socialista y socialismo como modelo económico y social, visto cada uno desde su evolución en el marco del ordenamiento jurídico cubano. El derecho de los trabajadores a participar en la gestión económica de la empresa es un principio constitucional que concentra en sí los fundamentos de esas tres variables y se ha formulado con mayor concreción y extensión en cada reforma de la carta magna. Lamentablemente sus resultados y concreciones no han estado en correspondencia con las pretensiones que se deducen a primera vista de las normas constitucionales.

Para que se tenga una idea de la evolución de la regulación constitucional de este principio. En la Constitución de 1976 se reconoció en el artículo 16, que reguló los principios de economía estatal y planificación de la economía, que los trabajadores de todas sus ramas y demás esferas de la vida social participan activa y conscientemente en la elaboración y ejecución del plan de la economía. Con la reforma de 1992, el principio se mantuvo dentro del mismo artículo, pero el legislador revisor de la Constitución aportó a la concreción del principio, al prever la participación de los trabajadores, igualmente en la elaboración y ejecución, pero de los programas de producción y desarrollo de la economía. En ambas regulaciones los trabajadores quedaron fuera del control de la gestión económica.

La Constitución del 2019 es cualitativamente superior en la regulación del principio de participación de los trabajadores en la gestión económica de la empresa, no solo lo prevé de manera independiente en el artículo 20, sino que además lanza un gran reto, no obstante las deudas que se contrajeron con las regulaciones anteriores que eran más moderadas.

El artículo 20 lleva a sus extremos la participación de los trabajadores y desagrega en cuatro esferas o actividades de la gestión económica en las que debe regularse y ponerse en práctica esta, que son la planificación, la regulación, la gestión y el control de la actividad económica. Además, da un encargo directo al legislador para que regule la participación de los colectivos laborales en la administración y gestión de las entidades empresariales estatales y unidades presupuestadas.

Con la Constitución del 2019 se pretenden superar los problemas de realización que en más de 40 años de constitucionalización ha tenido un principio vertebral del socialismo, tanto desde el punto de vista formal (su viabilización a través de las “leyes” de desarrollo), como desde lo material (su manifestación en la vida económica y laboral de la empresa cubana). A más de cuatro años de su vigencia, la realidad no ha cambiado mucho. Diversos factores se confabulan para que este principio se mantenga prácticamente “envitrinado” en la Constitución.

Los trabajadores y la administración no podrán internalizar la trascendencia de este principio constitucional si no logran comtender las consecuencias reales del principio de economía socialista y dentro de este, del “hecho socialista” de que los medios fundamentales de producción son propiedad de todo el pueblo y, consecuentemente, es la forma de propiedad principal. La propiedad socialista sobre los medios fundamentales de producción es una cláusula axiológica abierta, que se contextualizó en 1992, pero que no deja de colocar al trabajador otra vez en el epicentro del modelo económico y social cubano, pues su participación real y efectiva en la gestión económica es la manera de apropiarse legítimamente de esos medios. Esto no excluye que las trabajadoras y los trabajadores no hagan valer el principio de propiedad socialista sobre los medios que no son fundamentales, porque a través de la actividad económica en la empresa estatal socialista han de satisfacer los intereses colectivos e individuales, en beneficio de la sociedad.

Sin pretensión de agotarlos, pasemos a enumerar algunos factores que han venido atentando contra la participación real de los trabajadores en la gestión económica. En primer orden, la estructura del sistema empresarial. Si bien en la actualidad se dan pasos hacia la autonomía empresarial, durante más de medio siglo el sistema ha estado signado por diversas formas de centralización (algunas todavía muy persistentes): se planifican centralmente los recursos, se reproducen a diversas escalas comportamientos de centralización de las decisiones y la gestión, y se termina enajenando al trabajador.

Otros factores son la formalidad y poca importancia del convenio colectivo de trabajo y la poca pujanza de las organizaciones sindicales dentro de las entidades laborales. En el entendido de que, por un lado, es en el convenio colectivo de trabajo donde los trabajadores y la administración deben pactar para cumplir las diversas formas de participación de los primeros, según lo que establece la ley y la dinámica de la empresa, y, por otro lado, el sindicato debe actuar como fuerza y guía de los trabajadores para que estos asuman el empoderamiento que la Constitución le asigna. El Partido debe coadyuvar a lo anterior.

Sindicato y administración se han venido entendiendo como formas organizacionales que no pueden tener intereses contrapuestos, porque todavía se carga con la falsa idea de que en Cuba todo o casi todo es “razón de Estado”. El hecho de que el sindicato se oponga a la administración en defensa de los intereses de los trabajadores no solo es legítimo y posible, sino que también es saludable, porque siguiendo una tesis marxista, en la contradicción está el desarrollo, y el marxismo es fundamento de la Constitución. Incluso, podría darse la situación de que los trabajadores se opongan al sindicato cuando este último no defienda sus intereses.

La legislación laboral y económica en Cuba tampoco ha ayudado a desarrollar la participación de los trabajadores en la gestión económica. Las diferentes disposiciones jurídicas, generalmente, han reproducido el principio constitucional o han optado por indicar que la participación ha de ser directa o indirecta, han identificado las actividades o los procesos de la empresa en los que la participación de los trabajadores puede darse, pero no han regulado las vías concretas, los mecanismos tradicionales o innovadores y la metodología para hacerla efectiva. Una muestra de lo antes dicho son las leyes No. 49 y No. 116, correspondiente al Código de trabajo anterior y al vigente, por ese orden, también el Decreto-Ley No. 252 y en el Decreto No. 281, ambos de 2007, estos últimos relacionados con la continuidad y el fortalecimiento del sistema de dirección y gestión empresarial cubano.

Los moldes y esquematismos también atentan contra la participación real de los trabajadores. Es impensable que, dada la diversidad organizacional de la empresa y la heterogeneidad de los colectivos laborales existentes –no es lo mismo una fábrica de galletas que un centro docente– se pueden replicar el mismo proceder en las formas de participación de los trabajadores. Al repetirse esquemas y hacerse formalmente, poniendo en evidencia un compromiso con los medios (lo previsto y lo planificado) y no con los resultados (el impacto real de esa participación en la gestión económica y en el empoderamiento de los trabajadores) se termina desmotivando a las fuerzas laborales y asestando un golpe a la Constitución y su supremacía.

Pudieran seguirse mencionando factores o causas, pero lo más importante es que la real participación de los trabajadores en la gestión económica sigue siento un asunto pendiente en Cuba. Las modificaciones en el ordenamiento jurídico, a raíz de la Constitución del 2019, han hecho un guiño al tema, pero todavía muy insuficiente. Tres normas pueden aportar más luces a este importante principio, el nuevo Código de trabajo, la Ley de empresa y una Ley de participación, que no debe limitarse a la participación política, sino también a la social y a la económica. La Democracia (Socialista) empieza por casa y la Familia, debe pasar por el Trabajo para instaurarse como principio de verdadero Poder Popular. Trabajadores y trabajadoras, sindicato y administración deben volver a pensar bien el tema.

Se han publicado 30 comentarios



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  • dd dijo:

    Buen artículo pero en la realidad NO funciona todo se decide en las OSDES por orden. El sindicato no pinta nada es nuestra realidad y por esa razón muchas cosas no funcionan. Saludos

  • juac4599hg dijo:

    Cuando los dirigentes se darán cuenta que lo que está escrito no es lo que se hace.... Por favor....

  • Victor dijo:

    SI, LAMENTABLEMENTE EL SINDICATO HA DEJADO DE JUGAR SU VERDADERO PAPEL Y EN LA REALIDAD NO REPRESENTA LOS INTERESES DE LOS TRABAJADORES

  • cubana100% dijo:

    Magnifico articulo pero como todas las cosas no funciona como todo aqui que sa ido desplzandose no me sorprende nada ya todo esta aqui que nada funciona para el bien de los trabajadores.

  • Luis dijo:

    Nuestros trabajadores (y generalizo, aunque no es el caso), generalmente se desentienden de la necesidad de su influencia en la gestión de la empresa, a los jóvenes aún los ven como bichos raros que no saben nada y no los dejan ni opinar, y si lo hacen no los tienen en cuenta, son elementos de peso, se debe trabajar en mejorar esta cultura y no se logra con leyes ni decretos.
    El sindicato debe desburocratizarse, y ser más operativo, no se puede aplicar todo lo escrito al pie de la letra en todos los centros de trabajo y empresas, más aún con las nuevas formas de trabajo a distancia, o medias jornadas, etcétera, que se toman como medidas de ganar en eficiencia, se debe valorar la eficiencia del sindicato por los resultados de la empresa, ese mérito no es solo de los directivos, si no hubiese una buena relación dirección-sindicato, ningún master ni doctor lograría exitos en una empresa.

  • Lucas dijo:

    ¿Que participación de los trabajadores? Ud no saben que eso no funciona como no funciona un grupo de cosas en los centros laborales que fueron tan buenas, bueno ya esta en las leyes y es suficiente ahora a vivir de eso. Ñooooo no hagan que uno se moleste.

  • Taran dijo:

    Pasa lo mismo que con muchisimas leyes en el pais, estan las leyes, pero nadie se preocupa con hacerlas cumplir, si ahora yo quiero quejarme ante alguien porque no se cumple no sabria ante quien hacerlo y mejor no buscarse problemas con la direccion, aparte de que todo esta tan complicado que apenas hay tiempo para trabajar y ganar un poquito de dinero, la mayoria de los trabajadores como se dice no esta para eso, pero cuantas cosas se resolverian si se cumpliera!!!!

  • carlos75 dijo:

    Hay organizaciones que por su formalidad se han quedado obsoletas y por dejar de realizar sus funciones originales y coherentes con las tareas de este tipo de agrupaciones. Cuando se pasa de un protector de las masas trabajadoras a una palanca más de las administraciones, que las manipulan con personajes no representativos y hasta en ocasiones caricaturescos. Lo que se va desdibujando con el tiempo tiende a borrarse hasta de las mentes más sensatas.

  • Karell Acosta dijo:

    Wow! Mis palmas prolongadas por este artículo.

  • Manuel dijo:

    La participación de los trabajadores en la toma de decisiones en sus ámbitos es pura fachada de cartón que nunca ha existido ni lo hará, al menos, en el corto plazo.
    Los sindicatos son un brazo más de la administración y en mi larga trayectoria laboral jamás, y ojalá alguien me desmienta, se han enfrascado en la defensa de los trabajadores, si no más bien todo lo contrario.
    El Convenio Colectivo de Trabajo es papel mojado y la discusión del plan del año pura pantomima de la administración-sindicato con cifras, indicadores y categorías que nadie entiende (a veces ni los mismos que las exponen) y los trabajadores que no les interesa porque es una puesta en escena sobre la que no pueden decidir ni cambiar nada. Se asiste a una función donde los actores interpretan su papel y el público observa impasible.
    Ni siquiera en áreas tan sensibles como la protección e higiene del trabajo se escucha y atiende a los trabajadores, que pasan a la categoría de "conflictivos" cuando exigen condiciones mínimas.
    Sí, es amplísimo el repertorio legal sobre el tema, pero también arraigada la costumbre nacional de escribirlas y después olvidarse de ellas.

  • marko dijo:

    Buenos días, creo que lo que no funciona es la estructura e independencia sindical, el sindicato responde por un ente, que a la larga no le permite ser una "contrapartida real", muchas veces en los sistemas empresariales nacionales, los sindicatos son locales, quedando los asuntos a ese nivel, o transitando por vías que casi nunca llegan a la dirección de las empresas, de esa forma, la participación se limita "al horizonte" y no al universo de la empresa, como sería entonces sentirse dueño de todo el sistema empresarial si ni siquiera lo es de su propia UEB, si cuando desde arriba o desde un ministerio se impone reglas, que nadie está de acuerdo pero que salen de una tecnocracia, que jamás a dirigido, incluso trabajado en una empresa.
    Los ejemplos recientes: el pago de las utilidades a los trabajadores, el decreto 53 y su sucesor el 87, y muchos más.
    Estoy seguro que en la discusión de proyectos como esos participan los sindicatos, pero no representan las empresas: es tan simple como que, por ejemplo, establecemos facultades empresariales, supuestamente dando facultades a las empresas, pero a la vez encadenándola a indicadores, que jamás serán justos partiendo de que las empresas no son iguales, no se puede establecer indicador de crecimiento en una entidad que tiene limites en tarifas, cargas y capacidades, etc.
    Los privados nos superan, ¿por qué? Porque el dueño es dueño de verdad y el administrador es administrador de verdad y el trabajador cobra un salario de verdad, si no resolvemos que en las empresas estatales nos sintamos cercanos a esa realidad, el futuro es bastante incierto y lo que hoy es actividad de los “medios fundamentales de producción” se extinguirá, porque no habría quien, con el placer de ver retribuido su trabajo, participe en el desarrollo económico del país y tome los dos rumbos de moda: sector privado y la emigración económica, principalmente los jóvenes. Gracias

  • Francisco FDEZ dijo:

    Muy buen artículo que trata un tema que no ha podido ser resuelto y es base de la concreción del socialismo.. Que los trabajadores se sientan dueños. Ha estado en las constituciones pero existen problemas estructurales y otros en la economía y la sociedad que impiden la realización.

    La centralización de decisiones, la verticalidad en las mismas impiden en la realidad esa participación sin contar las múltiples resoluciones que complejizan más el entramado empresarial

    Hay que aligerar estructuras nacionales, que los organismos nacionales se les exija por crear mayor cantidad de empresas, filiales y de otro tipo buscando descentralizar. Que los Ministerios tengan responsabilidades metodológicas y no ejecutivas que ayudará en eliminar grupos nacionales, OSDE y otras que que siempre por su poder de decisión alejan la participación.

    Hay que estudiar y aplicar sin temores muchas acciones para apoyar este objetivo

  • Estenoz dijo:

    Es una pena que nadie con el nivel necesario, lea todo lo que se escribe en los comentarios que se envian.
    No es gusaneras, yo soy revolucionario y quiero que Cuba avance con el modelo Socialista, pero con desearlo no se resuelve
    Amen

  • Minerva dijo:

    Gracias a Cubadebate por este artículo, polémico, pero muy necesario. Es un tema fundamental de nuestro modelo, que no logramos concretar como se requiere. El trabajo da espacio para muchas reflexiones.

  • Pedro José dijo:

    Lo primero que hay que definir de una vez y para siempre es ¿Qué papel pinta el Sindicato con el proletariado en el poder? Cotizar y qué más? Antes, el Sindicato ofertaba bienes de consumo, casas en la playa, y viajes de estimulo a los países socialistas....
    ¿Y hoy, cuál sería la gran motivación de los afiliados?

  • Minerva dijo:

    Me faltó solicitar alguna información sobre el autor, a quien no identifico entre los colaboradores habituales. Gracias.

    • Luis dijo:

      Es profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana.

  • Orestes dijo:

    El dirigente sindical que vaya en contra, por mucha razón que le asista, de la administración, le quedan horas para ser sustituido con la más elemental justificación. Hasta por viejo, lo sustituyen, para supuestamente darle espacio a los jóvenes (que si les resulta simpático a los jefes) Eso no lo cambia nada, ni nadie.

  • Luis dijo:

    El artículo muy bueno!!! La realidad pésima!!! Los trabajadores no deciden nada. La existencia de los sindicatos en las empresas, es puro teatro, en la inmensa mayoría de los centros. Los directores o "presidentes" de las "empresas", deciden todo. Ellos deciden cambiarse los carros, el mobiliario de oficinas, los viajes a provincias y al extranjero, etc... y todo eso como va a gastos, significa menos utilidades y caen sobre las espaldas de los trabajadores. Y pobrecito del trabajador que se queje!!!! Lo hacen sufrir!!!!

  • Zurd dijo:

    Que mal se habla de las OSDES,...oídos sordos nadie es capaz de dar respuesta.

  • Edelis dijo:

    No es un problema subjetivo ni depende de la voluntad, es que el Partido como fuerza dirigente y el Estado como poder ejecutivo, no ha logrado desplegar en todo su alcance la teoría de la construcción socialista, más, hemos cometido graves violaciones que han dado lugar a reiterados procesos de rectificación, generando un círculo vicioso. Ahora, agobiados por el peso de las consecuencias, nos enfrascamos en algo peor, la propiedad privada, que no es otra cosa que pasito a pasito, como para no notarlo, una regresión al capitalismo.
    En Las Tunas el periódico 26 acaba de publicar, que en la empresa socialista Forestal el segundo mayor problema son los precios, porque obtienen la mayoría de las materias primas a través de mipimes.
    Cómo los trabajadores si en la práctica no están empoderados, lo que se suponía con la aplicación al rojo vivo de los Lineamientos...
    No es posible que se produzca uno y otro recorrido de la Dirección del país y sigamos viendo en la televisión visitas a los escasos lugares con buenos resultados y, de la Zafra, por ejemplo, la que nos propusimos salvar, no halla tenido el seguimiento mediático que la grave situación exige.
    Reiteramos, la Revolución cubana es una de las más grandes conquistas de la humanidad, pero por este camino será difícil salvarla. No serán los rusos quienes nos sacarán del problema, solo el pueblo cubano unidad logrará salir adelante.

  • Casandra dijo:

    Lo primero es respetar y hacer cumplir la Constitución de forma general y auténtica

  • Asterio dijo:

    Decía Troski que en el socialismo el sindicato es innecesario porque es solo un apéndice de la administración , además genera gastos y burocracia

  • benitin dijo:

    Excelente articulo y un buen análisis critico constructivo en los comentarios, creo que todos tienen razón, pero seria muy bueno del punto de vista practico se analizara en cada lugar donde trabajamos que mas pudiéramos hacer cada uno para que el sindicato juegue su verdadero papel, hoy tiene mas autonomía, toda las nuevas legislaciones incorporan a su articulado este concepto ¨ De común acuerdo con la organización sindical correspondiente¨, y el mayor valor en esta que tenemos que reforzar la sección y buro sindical de base, la negociación colectiva y la asamblea de afiliados y trabajadores, el espacio mas democrático de cualquier centro laboral, sencillamente porque estamos todos

  • El secretario dijo:

    Diganmelo a mi. Secretario de una UEB he padecido coaccion del director he planteado violaciones o supuestas violaciones del convenio colectivo de trabajo que por cierto pocos directivos leen. A muchos directivos no les gustan que le cuestionen nada y cuando pides apoyo a tus superiores te quedas solo. Ningun miembro de organismos superiores se quieren buscar problemas con Directores o muy pocos hacen poca cosa. Por ese motivo en estos momentos me estoy liberando de mis responsabilidades. Por esa misma razon muy pocas personas o casi ninguna quiere ejercer la funcion de secretario del sindicato en ningun centro y cuando no los directores ponen a cualquiera de esos como salio en un articulo periodistico tiempo atras que dicen " si señor", "todo bien jefe". Esos que son los que prefieren muchos Jefes para tampoco generalizar porque a decir verdad no todos los Jefes son así pero me preocupa de la manera que ese tipo de Dirigente se va enquistando en nuestra sociedad. Denle apoyo a los dirigentes sindicales pero de verdad para que el titulo de este articulo no sea mera quimera y poder lograr un mejor país donde todo el mundo cuente.

  • Jose fernandes dijo:

    A Manuel, ¿Usted estuvo en la reunión de mi sindicato hace unos días?porque la describió exactamente como se desarrolló. Saludos.

  • Michel dijo:

    Lo digo y lo repito y no es matraca mía: Hay que empoderar a los trabajadores de cada empresa en su dirección y la toma directa de sus decisiones y no más a los mal llamados empresarios, mientras ésto no se acabé de efectuar seguirán las masas trabajadoras cada día más enajenados y los mal empresarios continuarán pululando en su zona de confort sin desarrollar la empresa por no van salir de su zona de confort.

  • Goyito dijo:

    El movimiento obrero cubano tiene una trayectoria de sacrificio y entrega en defensa de la clase obrera.
    La historia recoge muchas figuras que lucharon por la unidad y los derechos de los trabajadores.
    He aquí 4 lideres que fueron asesinados por el gobierno de turno:
    -Aracelio Iglesias. Líder sindical de los obreros portuarios.
    -Jesús Menéndez. Líder sindical del sector
    azucarero.
    -Alfredo López. Líder sindical de los
    tipógrafos.
    -Niceto Pérez. Líder sindical que enfrentó los
    desalojos a los campesinos.
    En los tiempos actuales, ¿cuáles serían los frentes de batallas de estos dignos defensores de los trabajadores?

  • SMP dijo:

    La implicación de los trabajadores en la gestión económica de la empresa es una de las cuestiones que debe tratar de materializarse cuanto antes.
    pero lo más importante es que la real participación de los trabajadores en la gestión económica sigue siento un asunto pendiente en Cuba.
    Esto se logra en muy pocos casos para no decir que en ninguno, los trabajadores no son los que ponen o seleccionan los trabajadores, en la Gran Mayoría de los casos sustituyen un directorio o Jefe y traen uno de afuera sin respetar la reserva de cuadro y si algún cuadro no acepta la propuesta es mucho peor hay que revisar la política de dirección que se está aplicando porque no da, en el resto de la participación del trabajador en determinada actividades muy pocas veces se tienen en cuenta su criterio o recomendaciones y mientras esto no se cumpla falta algo para ser más fuerte nuestra sociedad y los trabajadores se sientan en verdad parte fundamental de la empresa, seguirá siendo rutina ir al trabajo firmar y cumplir con el horario para cobrar que lo que pagan no alcanza para nada.
    A los jóvenes recién graduados de los centros universitarios lo ven como sombra en vez de utilizar su inteligencia y nuevas técnicas como instrumento necesario para el buen funcionamiento de las empresas.
    El artículo está muy bueno hay que dárselo de material de estudio a los directores.

  • SMP dijo:

    La implicación de los trabajadores en la gestión económica de la empresa es una de las cuestiones que debe tratar de materializarse cuanto antes.
    pero lo más importante es que la real participación de los trabajadores en la gestión económica sigue siento un asunto pendiente en Cuba.
    Esto se logra en muy pocos casos para no decir que en ninguno, los trabajadores no son los que ponen o seleccionan los jefes o directivos, en la Gran Mayoría de los casos sustituyen un directorio o Jefe y traen uno de afuera sin respetar la reserva de cuadro y si algún cuadro no acepta la propuesta es mucho peor hay que revisar la política de dirección que se está aplicando porque no da, en el resto de la participación del trabajador en determinada actividades muy pocas veces se tienen en cuenta su criterio o recomendaciones y mientras esto no se cumpla falta algo para ser más fuerte nuestra sociedad y los trabajadores se sientan en verdad parte fundamental de la empresa, seguirá siendo rutina ir al trabajo firmar y cumplir con el horario para cobrar que lo que pagan no alcanza para nada.
    A los jóvenes recién graduados de los centros universitarios lo ven como sombra en vez de utilizar su inteligencia y nuevas técnicas como instrumento necesario para el buen funcionamiento de las empresas.
    El artículo está muy bueno hay que dárselo de material de estudio a los directores.

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