En el lugar del crimen
Con la autorización otorgada por Irak el martes al juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz para trasladarse a Bagdad, todos los problemas de legalidad de ese viaje -que el juez hace para realizar la inspección ocular del escenario de la muerte del cámara de Telecinco José Couso- han quedado resueltos.
Guillermo TellPese a todos los cómplices obstáculos que interpusieron autoridades españolas, bajo presión de Estados Unidos, según reveló Wikileaks, parece abrirse ahora un importante capítulo judicial que deje de una vez por toda confirmado que Couso y otros reporteros que cubrían la invasión a Iraq en marzo de 2003, fueron víctimas mortales de un ataque premeditado e injustificado por efectivos de las fuerzas ocupantes, debidamente identificados, pero intocables, que dispararon desde un tanque.
A la pesquisa en el propio escenario del crimen deben incorporarse el abogado de la familia, Enrique de Santiago un representante de la Asociación de abogados libres y tres periodistas españoles testigos de la muerte del camarógrafo, Carlos Hernández, Olga Rodríguez y Jon Sistaga, si en definitiva reciben los visados que están esperando en Amman, o si por el contrario nuevas presiones desde Washington, les impidan viajar, y a así seguir propiciando la impunidad y la injusticia.
Todavía el juez quiere comprobar si desde el puente Jamuroahora, los agresores, que llegaron armados de sofisticados y precisos equipos de visualización bélica de última generación, podían distinguir si Couso, asomado en un balcón del hotel Palestina, era un francotirador o un periodista. En cualquier caso, vista hace fé.
Haga un comentario