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El último de los apostatas: La caída de Shevarnadze

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  Lisandro Otero, Premio Nacional de Literatura  

Tras una breve revuelta popular el presidente de Georgia Edouard Shevarnadze se vio obligado a renunciar. En las pasadas elecciones legislativas del dos de noviembre la oposición a su mandato obtuvo el 70% de los votos, pero el resultado fue oficialmente escamoteado. La ciudadanía enfurecida tomó el parlamento y amenazó con lanzarse sobre la casa presidencial. Una mediación rusa propuso una fórmula de salida que no fue aceptada por los oposicionistas. Shevarnadze tenía la opción de arrojar sus tropas sobre la muchedumbre pero no quiso optar por la masacre y se despidió sencillamente. De cualquier manera ya las fuerzas de seguridad y la guardia nacional estaban apoyando a los amotinados y no habrían tardado en reclamarle la dimisión.

Georgia es un país sumido en una creciente pobreza y en una corrupción sofocante. Con sus cinco millones de habitantes obtuvo la independencia en 1991 tras desgajarse del gigante soviético. El yerno de  Shevarnadze posee negocios bancarios, su hija es dueña de una compañía de teléfonos celulares, su sobrino se ocupa del petróleo y del contrabando. La región se debate en el secesionismo: Abjazia es separatista y Adjaria y Osetia del Sur actúan con  autonomía del gobierno en Tiflis. De otra parte Georgia se debate entre las presiones de Oriente y Occidente. Estados Unidos, con la anuencia de Shevarnadze, ha enviado instructores de sus fuerzas especiales para adiestrar nuevos batallones que tienen la misión de "combatir el terrorismo", pero todos saben que esa es la nueva etiqueta imperial de dominación. Estad! os Unidos tiene un enorme interés en Georgia pues está construyendo  un oleoducto que llevará el petróleo del Mar Caspio hacia los puertos de Turquía. Los rusos también se preocupan por la región pues allí se encuentran algunas  bases de los rebeldes chechenos.

La ex presidenta del parlamento Nino Burdjarnadze ha asumido la presidencia temporalmente y es reconocida como una abierta pro occidental. Otro de los líderes oposicionistas, Mijail Sakachvili, se educó en Estados Unidos y es una criatura del propio Shevarnadze.  El tercero de los dirigentes de la rebeldía, Zhurab Zhavaria, es pro ruso y mantiene contactos regulares con los generales del ejército que combate a los chechenos.

Shevarnadze comenzó su carrera en 1957 como líder  del komsomol de Georgia , la organización de las juventudes comunistas,  y se mantuvo como dirigente  de ellas hasta 1961. En 1965 pasó a ser ministro del interior hasta 1972 cuando accedió al puesto de Primer Secretario del partido georgiano. De ahí saltó al plano nacional cuando Gorbachov lo eligió como su Ministro de Relaciones Exteriores en 1985 y  navegó en ese mar durante los próximos cinco años. Se afirma que negoció directamente con James Baker, el secretario del exterior de Papá Bush, la liquidación de la URSS. Fue uno de los apostatas que contribuyó al desmembramiento de la Unión Soviética y a la sarta de concesiones al campo occidental que propinó un fuerte go! lpe a los movimientos de liberación nacional, a la lucha de los pueblos colonizados y al balance de fuerzas que contenía la expansión imperial de Estados Unidos.

 Shevarnadze pasó a ser, en 1992,  jefe de estado en Georgia como recompensa a sus servicios capitulacionistas y fue electo en 1996 y reelecto en el 2002.  Sufrió dos atentados de los cuales salió ileso. Fue apodado "el zorro blanco" por su habilidad para escabullirse de situaciones difíciles y mantenerse en el poder a toda costa, sin importarle el entreguismo a que tenía que apelar para lograrlo. Ahora con 75 años de edad ha entrado en su retiro definitivo de la escena política.

Lo ocurrido en Georgia es un episodio más de la maniobra de Estados Unidos por apoderarse del petróleo del Oriente Medio y sus vías de comunicación y drenaje. Lo que ha sido maquillado por los medios de prensa occidentales como una nueva "revolución de terciopelo" (en alusión a la contrarrevolución checa), y como un triunfo de la democracia es, en verdad, otro zarpazo de las transnacionales petroleras.

gotli2002@yahoo.com

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Lisandro Otero

Lisandro Otero

Novelista, diplomático y periodista. Ha publicado novelas y ensayos, traducidos a catorce idiomas. Falleció en La Habana en 2008.