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¿Qué sería lo más grande por La Habana?

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Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

La Habana acaba de entrar en el año 500 de su existencia. Se anuncian celebraciones y numerosas obras por un aniversario que esperanzadoramente se ha planteado por las autoridades capitalinas como punto de partida, más que como meta.

Por La Habana, lo más grande” se ha proclamado como lema de la conmemoración. ¿Pero qué es exactamente lo más grande si de La Habana se trata? ¿Está entre los miles de obras que ya se han inaugurado y en la cifra aún superior que se ejecutará antes del 16 de noviembre de 2019?

Sin dudas, La Habana necesita un esfuerzo material gigantesco en sus deteriorados viales; en la creación de condiciones para recoger eficientemente los más de 23 mil metros cúbicos de desechos sólidos que genera diariamente; en la restauración de edificaciones de todo tipo, en primer lugar los cientos de miles de viviendas que necesitan algún tipo de reparación, por citar solo lo primero que salta a la vista y en lo que hay un peso indiscutible de carencias financieras donde el cerco económico sufrido por Cuba no es secundario. Es notable que las autoridades de la ciudad, con el apoyo imprescindible del gobierno central, están encabezando un colosal esfuerzo para solucionar muchos problemas acumulados en la infraestructura de la capital.

Pero todo ese esfuerzo se volverá agua y sal si no se aspira a una profunda transformación cultural que revierta el modo en que una minoría ha venido en los últimos años imponiendo, de modo prácticamente impune, comportamientos egoístas que atentan cotidianamente contra el bien común de los habitantes de la ciudad.

“Tenemos que luchar por una educación ciudadana. Por un comportamiento digno de vivir en esta ciudad (…) Somos enemigos mortales de los que pisotean los jardines, humillan las fuentes, los monumentos. Debemos asumir que vivimos una etapa superior de la historia, y como tal, debemos instar, no con la ridícula pretensión de ser ‘maestrillos’ de nadie, sino con el deseo modesto de que todo el mundo sienta que La Habana es suya.

“Me alegro de que hoy sea una ciudad más representativa, menos elitista, compartida por cubanos de toda la Isla que son bienvenidos; pero tenemos el solemne compromiso de explicar, desde la escuela y la familia, la importancia de la vida social en comunidad. Este es el desafío para el 500 aniversario”.

Son palabras del Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal, que ha resumido acertadamente el alcance comunicacional que esa transformación implica.

Es que no hay derecho para permitir que cada centímetro que se avance se revierta poco después en fuentes a las que se le arrancan los mármoles y echan agua un día sí y otro no; luminarias y parques vandalizados; contenedores para la basura cuyas ruedas y tapas encuentran un destino ajeno a su función; zanjas en busca de agua o gas que hieren calles recién asfaltadas; televisores de pantalla plana en renovadas instalaciones gastronómicas y de salud que, lejos de promover cultura y modos de vida saludables, difunden materiales del peor gusto y al más alto volumen, o céntricas esquinas embellecidas en cuyos portales, y no solo allí, descansan personas en desventaja social y necesitadas de atención psiquiátrica que en un país como el nuestro deberían estar hospitalizadas y atendidas hasta poder reinsertarse en la sociedad.

Afortunadamente, la justificación con la escasez material no parece ser el centro de las reuniones del gobierno sobre La Habana que recoge la prensa. El combate al desvío de los recursos que se asignan para el transporte y la indisciplina laboral que afecta ese servicio, o la necesidad de velar por que lleguen a las manos de los necesitados los recursos para reparar las viviendas, son asuntos que hemos escuchado analizar desde esos espacios.

Se ha podido apreciar allí el énfasis crítico hecho por el primer secretario del Partido Comunista de Cuba en La Habana, Luis Antonio Torres, y por el propio presidente Díaz-Canel, en esos aspectos subjetivos pero con peso en la vida de los capitalinos y que producen un daño desmoralizador.

Ha sido visible a través de los medios de comunicación que prácticamente desde el día después de asumir su mandato, el presidente Díaz-Canel ha venido prestándole a la capital la máxima atención. La Habana fue la primera provincia que visitó el nuevo Consejo de Ministros, incluyendo lugares poco vistos pero decisivos en la vida de la capital como la Dirección Provincial de Servicios Comunales, donde precisamente sugirió un plan de comunicación -aún pendiente- para acompañar la solución material de la recogida de escombros, que es un problema en casi todas las esquinas de la ciudad y seguramente crecerá si, como se ha asegurado, se trabaja por incrementar la venta de materiales de construcción para la reparación de viviendas.

Invertir en soluciones materiales, sin invertir en comunicación para estimular su correcto funcionamiento y conservación, es muy probablemente asegurarnos el clásico “pan para hoy y hambre para mañana”.

Se necesita un debate popular que sirva como difusión y producción de consensos alrededor de las poco conocidas normas que deben castigar las frecuentes agresiones a lo común. Cierto que falta educación pero también coerción. ¿Alguien conoce cuántas multas se ponen por dañar el entorno citadino y de cuánto es su valor? ¿No sería útil que cada contenedor para los desechos sólidos mostrara información relacionada con ello y la vía por la que se puede coordinar la evacuación de los escombros antes de que lleguen a inundar una esquina?

Comunicar es también que el mostrador de un agromercado no sea más el asiento o el lugar para los pies de los dependientes que atienden al público mientras beben cerveza; que la caja de una tienda reparada y dotada con toda la tecnología deje de ser el primitivo escenario para airear en voz alta las peores groserías entre sus empleados; hacer saber -¿es muy difícil poner una pegatina que lo indique?- que los ómnibus urbanos no son el escenario para imponer a los demás nuestros gustos musicales.

La escuela, con su alcance universal en Cuba y su capacidad para enseñar a querer, puede aportar mucho. Ella y las  instalaciones ubicadas en la comunidad son escenarios que pueden marcar la diferencia, informando, educando y transformando la vida cotidiana.

Usar la comunicación como arma fundamental, junto con la capacidad y actitud para rendir cuentas, el debate y el diálogo permanente con el pueblo donde estén los temas más difíciles, y enfrentar las complejidades siempre con más de una alternativa, han sido los pilares que ha definido Díaz-Canel para el trabajo del gobierno.

Si en algún lugar eso es decisivo es en La Habana, donde las obras por los 500 años de su fundación no serán exitosas si no logran involucrar al pueblo, no solo en su ejecución, sino en el control de su adecuado funcionamiento y preservación, dotando a la ciudadanía de las vías y los espacios para ello y respaldándola con todo cuando participe en esa batalla, que no será fácil tras tanta desidia acumulada.

Una transformación cultural. Tal vez sea eso lo más arduo, y también lo más grande, que podría hacerse por los 500 años de La Habana.

Se han publicado 55 comentarios



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  • LAP dijo:

    Saludos para Iroel, muy buen articulo, la habana p[ara ser maravilla debe estar a la altura de cualquier capital del mundo, en cuanto a orden, limpieza, disciplina de los ciudadanos. A veces me parece que los que gobiernan las ciudades no saben la tarea que les toca hacer, como es garantizar que todo lo publico funcione y tambien garantiozar que la ciudadania cumpla lo que le toca.
    Por otra parte Santa Clara donde vivo cumple en el 2019 tambien 330 años y no veo una proyeccion para su celebracion, esta ciudad esta destruida en cuando a vialidad, salideros de aguas de acueductos y albañales, urbanizacion muy pobre en los repartos de edificios, muchos derrumbes en el centro, solo la ciudad tiene 4 semaforos para una poblacion de casi un cuarto de millon de habitantes, VEAN EL REAPRTO SANTA CATALINA, LOS EDIFICIOS SIN PINTARLOS, CALLES SIN ASFALTO Y ACERAS etc. En fin nos hace falta una persona como el magnifico EUSEBIO LEAL al cual el pueblo de cuba le debe tanto por tanta entrega, la ciudad de SANTA CLARA tambien es una capital del centro del pais y necesita urgentemente que la atiendan como lo que es, La ciudad de Marta Abreu y del CHE.

  • eva dijo:

    Estimado Iroel
    Concuerdo al 100% con su análisis y algunas de estas cosas las he planteado en mis opiniones en articulos sobre el tema en esta plataforma.
    Considero que cada habanero debe conocer las metas propuestas por su municipio y por su localidad en saludo a la fecha. Debemos conocer las medidas sobre los infractores que maltratan buienes patrimoniales y comunes, cuales son las medidas y quienes los encargados de imponerlas.
    Los spot televisivos de los que representa la grandesa de La Habana para cada uno de nosotros deben estar acompañados de imagenes con lo que se está haciendo. Ya faltan menos de 365 días, estamos en conteo regresivo, no debemos esperar para los últimos días. Debemos acabar de organizar verdaderamente las cosas en nuestra ciudad maravilla. Muchas gracias.

  • Blanca dijo:

    Excelente reflexión la de Iroel, es muy cierto que a pesar de los grandes esfuerzos que hace el país una minoría de personas no cuide del entorno y de los lugares públicos. Yo temo que estos comportamientos los más pequeños de la familia los tomen como ejemplo, lo cual sería inaudito. El ruido de los llamados "carros musicales" contaminan el ambiente, los que en cada cuadra se paran como si fueran dueños de ella a gritar, a beber, a jugar dominó y "escuchar música" (si es que así pudiera llamarse), ha proliferado. Existen leyes, pero quién vela por su aplicación, los vecinos podemos llamar la atención, pero no es suficiente, por eso estoy a favor de una palabra que utiliza Iroel: coerción; sí, los jefes de los sectores de la policía deben desempeñar su papel, las rondas que hacen los carros patrulleros, que muchas veces ven estas indisciplinas y siguen de largo. Una Habana disciplinada, un país disciplinado es lo que la gran mayoría de los cubanos quiere, donde prime el respeto, hay que hacer valer y cumplir las leyes, para eso están, donde se rescaten nuestras raíces, nuestra música (pero con poco volumen). Recordemos también que algunas personas que vienen del exterior a ver a sus familiares hacen lo que por ley no pueden hacer en los respectivos países donde ahora radica, pero aquí se desbordan y no dejan dormir a una cuadra completa, ejemplos hay miles y creo que ya el autor del artículo los toca y muy bien.

  • Rauden dijo:

    David,usted dice municipios mal llamados perifericos,pero usted está en un error,pues si existen las zonas perifericas tanto en las grandes ciudades,incluso en los pueblos.Periferia son aquellas zonas alejadas del centro de la ciudad y en La Habana sobran los barrios perifericos,en los municipios del sur,del este y del oeste existen barrios perifericos,El Cotorro es un municipio periferico,pues esta bastante alejado del centro de la ciudad,fijese que hasta Arroyo Naranjo es casi un municipio periferico,en Boyeros tenemos a santiago de las Vegas,en Playa a Santa Fé y en Habana del Este,Guanabo esta ya en la periferia.Eso no los hace menos,son importantes tambien.Ah La Lisa es un municipio periferico.Tiene que buscar en algun diccionario el signifcado de Periferia o Periferico(a).

  • Martha dijo:

    Yo coincido en que es necesario acabar de una vez y por todas con estas manifestaciones antisociales, no cívicas de muchos de nuestros conciudadanos, hemos creado un círculo vicioso que se nos hace cada día más difícil de romper, pero que si no acabamos de romper, en mi modesta opinión, nos romperá a nosotros, y es que no recibo buen salario, luego no trabajo con eficiencia, luego el salario que no alcanza me llega de todas formas por la canalita, haya producido 2 o 100, haya realizado dos o 20 servicios, haya maltratado o no a los clientes, etc, Hace poco circulaba en el P5, estabamos ubicados cerca de la ventanilla, delante tenía a un niño tomándose una refresco de latica y a su mamá quien conversaba con otra persona, el niño termina de tomar su refresco, le da a su mamá la latica, y que hizo la señora inmediatamente, la tira por la ventanilla, no puedo decirles que mi reacción fue nula por qué estaría faltando a la verdad, pero al final que conseguí que la señora me mirara como a un extraterreste, el niño mirara confundido, y algunas de las personas a mi alrededor dijeran, vamos señora viva y deje vivir!! no me he rendido, pero siempre me pregunto y el civismo de nuestros compatriotas dónde quedó?, se da la cívica como asignatura desde primaria hasta universidad?, y quien le pone el cascabel a los gatos que lei en un comentario, pues nosotros, educando a nuestros hijos, independientemente de que en las escuelas se carazca de estos elementos cívicos que tanto necesitamos, resa la frase Eduquemos con nuestro ejemplo!!!

  • Orestes Oviedo dijo:

    Sachiel a pesar de sus excelentes comentarios no puede continuar tratando que su problema lo resuelva otro, PIENSE, CREE Y ACTUE en funcion de la solucion.
    ¿ Por que no cambia su palabra clave? y de esa manera no tendia que emitir mas quejas.

  • yariel dijo:

    Ley y orden, respeto y cultura, trabajo y reconocimiento, empeño y resultados. Lo demás puede venir después.

  • AngelKI2 dijo:

    Cuando se habla de La Habana: ¿Se limitan solo a la parte historica o comprende tambien los municipios?
    ¿Lo mas grande para La Habana? Que la autoridad tome cartas en el asunto y comience a multar a los irresponsables, a ver si se erradica la indisciplina social y sonora de una vez.. Esos mismos son los que tiran basura en las esquinas, pintan grafitis en las paredes, ponen peor el transporte ¨martirizando¨ a las personas con musica estridente y vulgar, no les importa en lo mas mínimo el sacrificio del pais en salir adelante para garantizar un futuro mejor, y muchas cosas mas que no tendrían fin. Lograr eliminar eso sí sería lo mas grande para La Habana.

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Iroel Sánchez

Iroel Sánchez

Ingeniero y periodista cubano. Trabaja en la Oficina para la Informatización de la Sociedad cubana. Fue Presidente del Instituto Cubano del Libro. En twitter @iroelsanchez

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