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¿CASUALIDAD?

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Hago un alto en el camino para compartir con ustedes lo que tal vez no quepa, por absurdo, en un artículo que estoy preparando. Que Orlando Bosch se haya comparado en 1990 con Nelson Mandela movería a la risa, si no fuera tan abominable. Sin embargo, semejante perla, perfecta para una antología del descaro, por desgracia distraería la atención del tema que quiero escribir en un espacio mayor que esta columna.
Me animé a investigar sobre las "graciosas" aventuras de Bosch y Posada Carriles con las autoridades migratorias de Estados Unidos. El primero, recibió el perdón divino de Bush padre. El segundo, está a punto de ser adoptado por el hijo de Bush.  Las dos historias se parecen tanto que a una le da por pensar lo peor: la CIA tiene un modelo previamente diseñado para el momento en que un terrorista de origen cubano, ex agente y bombardero profesional, pone un pie en Miami.
Tanto Bosch como Posada serán encarcelados cuando "aparezcan" en los predios de la sagüesera, pintarán bucólicos paisajes en la cárcel, los centinelas los tratarán con especial cortesía, sus amigos se reunirán en privado con el presidente de turno, estarán segurísimos de su absolución de todo cargo y soñarán con un desfile en Miami… El final también forma parte del libreto: cuando Bosch sale de la cárcel, subasta sus "obras" para financiar los "instrumentos" -léase armas- para los "albañiles" -terroristas-, que irán a "construir" -invadir- a Cuba. Lo mismo que hará su socio Posada Carriles, si ocurre lo que han planificado con tanto celo. Por supuesto, ambos entre la chusmería y las generosas proclamas en la prensa de Miami,
Pero lo que no suele encontrarse en un guión de la CIA son los giros carnavalescos que sus protegidos dan a la trama. Por ejemplo, la carta del 8 de marzo de 1990, donde la familia Bosch pide la libertad del terrorista al Presidente norteamericano y utiliza como ejemplo la liberación de Nelson Mandela. "Aunque el líder africano es señalado bastante marxistoide, nuestra familia comparte con usted la satisfacción de que haya sido liberado", dice, y Bosch le guiña un ojo a Bush, quien se había montado a última hora en el carro de las celebraciones por el fin del Aparheid.
Como dato al margen, tres meses después Miami sería la única ciudad del mundo que recibiría al Presidente del ANC al grito de "¡Mandela, comunista y terrorista! !Regresa a Africa!", según reseñó en su edición del 29 de junio de ese mismo año El Nuevo Herald.
Después de ese increíble amparo para que el ex torturador no sea ahora "torturado" en Venezuela, ¿veremos a Posada Carriles postulado para el Premio Nobel de la Paz? ¿Se hará pasar por Mahatma Gandhi? ¿Tomará los votos de San Francisco de Asís?  ¿Se dejará crecer la barba de Santa Claus y fundará una ONG para proteger a los niños africanos? Vaya usted a saber qué aporta el terrorista al juego de las autoridades norteamericanas, que aún cuando han planeado todo hasta el más mínimo detalle, perfeccionando algunas de las chapucerías del caso Orlando Bosch, les falta imaginación para prever los giros pirotécnicos de sus amados asesinos.

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Rosa Miriam Elizalde

Rosa Miriam Elizalde

Periodista cubana. Vicepresidenta Primera de la UPEC y Vicepresidenta de la FELAP. Es Doctora en Ciencias de la Comunicación y autora o coautora de los libros "Antes de que se me olvide", "Jineteros en La Habana" y "Chávez Nuestro", entre otros. Ha recibido en varias ocasiones el Premio Nacional de Periodismo "Juan Gualberto Gómez" y el Premio Nacional "José Martí", por la obra de la vida. Fundadora de Cubadebate y su Editora jefa hasta enero 2017. Es columnista de La Jornada, de México.