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El regreso del hijo pródigo

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Después de varios meses de andar "desaparecido" por países de Centroamérica, todo parece indicar que el terrorista Posada Carriles se radicará finalmente en Estados Unidos. Para justificar la decisión de darle refugio en suelo estadounidense al hombre que voló en 1976 en pleno vuelo un avión de Cubana, la prensa de Miami aduce que la bienvenida a Posada por parte de la administración Bush se hará en pago a los servicios prestados por este al Ejército norteamericano durante la Guerra de Vietnam.

Según Santiago Álvarez Fernández, el abogado que coordinó la defensa de Posada Carriles en Panamá, luego de ser acusado por intentar asesinar a Fidel Castro, se está trabajando en el proceso de contratar a un abogado para que represente al terrorista si llega a Estados Unidos y se presenta ante las autoridades de Inmigración.
 
En una entrevista con la agencia EFE, Álvarez explicó que al anticastrista se le tramitaría la admisión en Estados Unidos, "si está aquí, o si no está porque piensa venir, basado en su récord militar en este país". Posada Carriles sirvió en la División 101 del Ejército de EE.UU. y su rango era teniente durante época de la guerra.  "Como veterano de las Fuerzas Armadas de EE.UU. en época de guerra tiene derecho a la ciudadanía estadounidense. Además, su esposa, hijos y nietos son estadounidenses residiendo aquí", precisó el abogado.
  
En realidad, Estados Unidos le debe mucho más a Carriles que sus servicios como oficial en Viet Nam. Su "récord militar" se remonta a los tiempos en que recibió entrenamiento en 1963, en Fort Benning, Georgia, con vistas  a combatir a la Revolución cubana.

Criado y amamantado en los laboratorios de mercenarios de la CIA, Posada fue uno de los hombres clave de la contrarrevolución con sede en Miami. En esa ciudad jugó un papel activo en el grupo RECE (Representación Cubana en el Exilio) y, posteriormente, en la gran alianza general, denominada CORU (Coordinadora de Organizaciones Revolucionarias Unidas), cuyo objetivo principal era emprender acciones terroristas dirigidas a derrocar al gobierno de Cuba.

Más tarde, en 1967, Posada se unió a la DISIP venezolana y se convirtió en asesor de varias dictaduras latinoamericanas. Después de ser apresado por organizar junto a Orlando Bosh, la voladura de un avión de Cubana de Aviación en el que perdieron la vida 73 pasajeros, logró evadirse de la cárcel en 1985 gracias a la ayuda de sus camaradas de armas de Miami. Tras su fuga, el terrorista continuó al servicio de sus entrenadores en la guerra encubierta llevada a cabo por Estados Unidos en Centroamérica durante la década del 80.

A finales de los años 90, reapareció como autor intelectual de una serie de explosiones que tuvieron lugar en varios hoteles de La Habana que le costaron la vida a un turista italiano y en noviembre del 2000 fue apresado en Panamá por intentar asesinar a Fidel Castro durante la X Cumbre Iberoamericana celebrada en ese país.

En el plan de magnicidio participaban también Gaspar Jiménez Escobedo, Guillermo Novo Sampoll y Pedro Remón, quienes pretendían hacer estallar nueve kilos de explosivo C-4 en el paraninfo de la Universidad de Panamá, donde hablaría el líder cubano.

Cuatro años después, Posada y sus cómplices fueron indultados gracias a las gestiones del gobierno norteamericano como lo demostró el parte que la expresidenta Mireya Moscoso le rindiera al embajador estadounidense en ese país. "Embajador, buenos días, -dijo en esa ocasión la Moscoso- es la presidenta para informarle que ya los cuatro cubanos fueron indultados en la noche de ayer y que ya salieron del país. Tres van rumbo hacia Miami y el otro pues con rumbo desconocido. Hasta luego. Un abrazo".

La admisión de Posada en Miami no tiene nada de extraña si se tiene en cuenta que asesinos de la talla de Orlando Bosh gozan de todo el respeto en una ciudad donde, en medio de la nueva cruzada estadounidense contra el terrorismo, fueron apresados y condenados a penas extremas cinco jóvenes cubanos cuya misión consistía en defender a su patria de las agresiones del imperio contra Cuba.

Mientras en nombre de la lucha contra el terror miles de personas sufren prisión sin que se les haya probado su culpa, la actual administración Bush no debe andarse con rodeos para reconocer los méritos de ese luchador por la "libertad". Como ha dicho su abogado: en una época de guerra el veterano de las Fuerzas Armadas de EE.UU. Posada Carriles tiene derecho a la ciudadanía estadounidense.

A fin de cuentas, el exteniente de Vietnam no ha hecho otra cosa que cumplir órdenes.

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M. H. Lagarde

M. H. Lagarde

Periodista cubano, director del sitio www.cubasi.cu.