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Inteligencia artificial

En este artículo: Gore Vidal
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Definitivamente se burla de nosotros.  Karl Rove, el mago del marketing que hizo que la mayoría de los afectados por las medidas de la administración norteamericana volviera a votar por Bush en un milagro de la fascinación y el hipnotismo, ahora nos dice en una entrevista de prensa que "este es uno de los presidentes más intelectualmente dotados que hemos tenido".

 

El arte de engañar al prójimo, que los estafadores practican cazando incautos por la televisión, ha llegado a su más profundo cinismo. Alguien da por hecho que el día es la noche y que lo blanco es negro, y uno ve a ese señor sonrosado, rechoncho y mofletudo, mirando sin pestañar a la cámara de la cadena MSNBC, y luego, como para no haya equivocación, lo repiten las agencias cablegráficas como si tal cosa, sin asombro, sin una pizca siquiera de ironía en el reporte escueto y frío.

 

Sí, eso dijo Rove. No es una alucinación. Lo más extraordinario no es que desmienta al propio Bush, que en una entrevista con el New York Times, dijo: "yo no leo lo que me entregan.  La gente me dice: 'aquí está su discurso o aquí está la idea para su discurso', y yo lo leo.  Créame." Lo fascinante es que quien reconoce la supuesta inteligencia de Bush nunca ha objetado la afirmación -¿la acusación?- de ser el "cerebro" del Presidente norteamericano y hasta se ha vanagloriado públicamente de que el hijito de papá "era un traje vacío" al que él ha podido darle forma a su antojo.

 

Rove logró con la reelección de Bush un milagro más portentoso que el de multiplicar los panes y los peces o de hacer desaparecer en el aire cualquier evidencia. Eso de mentir sobre las "armas de destrucción masiva" de Sadam Hussein con las que se justificó el ataque masivo contra un pueblo inerme, no me parece que sea un mérito especial. No. La mentira suele ser un hecho común en este mundo. El mérito de Rove es más artístico y sublime. Es más el logro de un excepcional director del teatro épico que de cualquier político común y corriente enredado sin remedio en la telaraña de sus vanas promesas.

 

Bush no debe haberse enterado, pero él sí, de lo que han dicho ilustres hombres de letras y del pensamiento, como Gore Vidal, quien logró probar que las Selecciones del Reader's Digest tenían, para Reagan, la misma importancia que las obras de Montesquieu habían tenido para Jefferson, y sin embargo, afirmó, lisa y llanamente, que "al lado de Bush, Reagan era un genio". Y lo que publicó José Saramago, que describe al Presidente norteamericano como una persona de "inteligencia mediocre, ignorancia abisal, de expresión verbal confusa y permanentemente atraída por el disparate".  O la opinión de Norman Mailer, que donde quiera que se para y le preguntan sobre el tema, repite sin un ápice de dudas: "Bush es el presidente mas estúpido que hemos tenido. "

 

Por algún lugar leí que en Grecia, en tiempo de Pericles, había un tribunal que juzgaba las cosas. Por ejemplo, castigaba al cuchillo que había sido instrumento de un crimen. La sentencia mandaba a quebrarlo en pedazos o lanzarlo al fondo del mar. ¿Quién quita que ocurra lo mismo con Bush y Rove, el asesino idiota y el cuchillo cínico, el día en que por fin se abra la Gran Corte de la Justicia Universal?

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Rosa Miriam Elizalde

Rosa Miriam Elizalde

Periodista cubana. Vicepresidenta Primera de la UPEC y Vicepresidenta de la FELAP. Es Doctora en Ciencias de la Comunicación y autora o coautora de los libros "Antes de que se me olvide", "Jineteros en La Habana" y "Chávez Nuestro", entre otros. Ha recibido en varias ocasiones el Premio Nacional de Periodismo "Juan Gualberto Gómez" y el Premio Nacional "José Martí", por la obra de la vida. Fundadora de Cubadebate y su Editora jefa hasta enero 2017. Es columnista de La Jornada, de México.

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