Fiesta de kárate, fiesta de homenaje
Cuando llegó a la Ciudad Deportiva y vio todo iluminado, los tres tatamis azules como luceros y tantos niños y adolescentes vestidos con sus kimonos y cintas, Oscar, de 12 años, le apretó la mano a su mamá y dijo: “Esto sí es una fiesta de kárate”. Y el periodista que iba entrando se lo robó como titular, con derecho de autor incluido.
Así se vivió este domingo la X Copa Hermanos Rizo in Memoriam, evento interestilo, con alrededor de 275 participantes de seis provincias: La Habana, Matanzas, Artemisa, Mayabeque, Sancti Spíritus y Guantánamo. Seis de los ocho estilos o líneas de este arte marcial que se practica en Cuba se reunieron y hubo competencias de katá individual y por equipos, así como el siempre emocionante kumité por equipos en cuatro categorías de ambos sexos: 12-13, 14-15, 16-17 y sub-21.
Triunfadores y vencidos; concentración y gritos, pero, sobre todo, expresión del deporte más genuino, ese que viene de la base con el esfuerzo tremendo de profesores y padres, pudo concretarse en casi siete horas de competencia bien organizada y repleta de emociones. Se extrañaron los medios de comunicación, en especial la mágica televisión que hubiera multiplicado para el país un evento que rinde homenaje a los fundadores de este arte marcial en Cuba.
Si algo caracteriza a la familia del kárate es su unidad, la disciplina y los detalles. Cada ganador salió con su medalla, todos los asistentes con diplomas y el arbitraje no tuvo reclamaciones de injusticia. Fue una lid modesta en recursos, pero vital para quienes estaba dirigida. El podio lo completaron, por este orden, los equipos de Shotokan (1ro), Shito-Ryu (2do) y YACU-PKS (3ro).
Cuando se apagaron las luces y comenzaron a recogerse los tatamis, pude volver a ver a Oscar. Salía orgulloso y le apretaba la mano a su mamá. Quise entrevistarlo, pero no quería romper la felicidad que tenía. No llevaba medallas y sí una satisfacción de haber competido por vez primera en la Ciudad Deportiva.
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Al menos publicidad requería este evento. Como dice el periodista, evento modesto, pero a todos los amantes de esa disciplina nos hubiera gustado estar allí. Si logramos trasladar al resto de la juventud al menos un 20% de la disciplina y consagración de todo ese colectivo, maestros y profesores, nuestra sociedad nos lo va a agradecer.
Posibilitemos que todos podamos disfrutar actividades como esta, solo traerá beneficios, es mucho más saludable que el reguetón y la chusmería.
El kárate es un deporte de combate de los que se practica en Cuba. Que históricamente ha sido un deporte austero , serio en su gestión y organización, comprometido con su pueblo, con los maestros fundadores y con la Revolución.
Sin embargo nunca ha sido protegido por el INDER.
Ni en la base ni en las EIDE ni mucho menos en el Cerro Pelado. Es por eso que cada Escuela y Estilo de Arte Marcial ha tenido que autofinanciarse al margen de los presupuestos del Estado.
Y es lo mejor que han hecho,,,, autofinanciarse
Es cierto que ha carecido, en principio de reconocimiento y posteriormente de la debida acogida y respaldo por parte del INDER.
Diferente de lo que ocurría con otros deportes, los dojos de Kárate no tenían el tratamiento de Áreas Especiales.
En contraste, cuando a fines de los años 80 comenzó la práctica de Taekwondo con atletas y entrenadores procedentes del Kárate, el nuevo deporte sí contó con una rápida acogida por parte del INDER, lo cual con el tiempo se tradujo en resultados destacados a nivel Olímpico y Mundial.
Mi amigo estamos hablando de karate por lo cual no es kimono sino karatei, pertenecen a deportes diferentes
Valido su comentario, pero solo un sabido en la materia conoce las diferencias tanto en nombre como en aspecto y tipo de tela. No obstante en cuba, decimos Kimono a ese tipo de atuendo sin diferenciar entre la disciplina que se practica.
Pienso que se debe difundir mas este tipo de actividades, ya que ciertamente atraen y forman parte de una forma particular de pensar, actuar y ser en su propia cultura "deportiva", dentro de la misma y fuera del tatami.