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Belleza, cirugías y tratamientos estéticos: ¿Hacer las paces con el espejo? (I)

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La nariz aguileña de Laura siempre ha sido su peor carta de presentación. Desde niña la miraban constantemente, y no por su estatura de 1.85 –poco común en una mujer– o por las pecas que adornan sus mejillas, sino por aquella protuberancia enorme que sale del entrecejo hasta arriba de la boca. Ante el bullying inquisidor, su sueño siempre ha sido tener una nariz perfecta, con un ángulo y tamaño ideales. Quería ser modelo, pero su rostro no cumple con “los estándares de belleza”.

La rinoplastia pudiera ser una opción, pero desconoce cómo o dónde hacérsela, aunque llegara hipotéticamente a ahorrar la cifra a la que ascienden tratamientos de este tipo. Por el momento, opta por “mejorar” lo que está en sus manos y visita frecuentemente salones de belleza para combatir con bótox líneas de expresión a las que llama arrugas, aunque Laura no ha cumplido aún los 23.

Su Instagram está lleno de “mujeres perfectas”, tratamientos de belleza y rutinas fitness. El historial de su buscador de Google está repleto de dudas, investigación y el dolor por esa niña de 24 que murió recientemente en su décima cirugía. Laura sabe que mientras no haga las paces con el espejo, no estará bien consigo misma.

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En 2022, el valor del mercado de la cirugía y medicina estética en el mundo superó los 75 000 millones de dólares, una cifra que se prevé que siga en aumento, porque cada día son más quienes acuden a un salón de operaciones para someterse a mamoplastias de aumento y liposucciones. En el caso de los tratamientos no quirúrgicos, las inyecciones de bótox y ácido hialurónico son las más frecuentes.

De acuerdo con los últimos datos disponibles, Brasil fue el segundo país con mayor porcentaje de operaciones estéticas en 2021, solo antecedido de Estados Unidos, donde se realizan el 15% de los procedimientos registrados a nivel global.

Según la American Society of Plastic Surgeons, este tipo de cirugía ha aumentado en los últimos años, con las mujeres como mayores consumidoras. En la década de los 90, la intervención preferida era el aumento de mamas. Hoy la liposucción ocupa el primer lugar.

En el caso cubano, según datos del Segundo Congreso de la Sociedad Cubana de Cirugía Plástica y Caumatología, desde 2001 hasta 2016 se realizaron 309 469 cirugías plásticas. La mayoría de ellas (200 508) fueron estéticas y las demás reconstructivas -que son, sobre todo, las realizadas a personas que sufrieron accidentes-.

La cirugía estética (que junto a la reconstructiva integra la especialidad de cirugía plástica) constituye uno de los métodos más invasivos para modificar la apariencia física, y suele realizarse a personas sanas.

Procedimientos avanzados, la ausencia de dolor en las operaciones y la reducción de cicatrices animan a cada vez más seres humanos a “retocarse en el quirófano”.

Estas intervenciones son de las que más alta mortalidad tienen asociada, en dependencia del tiempo y el volumen de grasa extraído, explica la doctora Heizel Escobar Vega, especialista del Hospital Clínico-Quirúrgico Hermanos Ameijeiras. Según la especialista, su realización lleva también a modificar los mecanismos metabólicos, bioquímicos y hepáticos del organismo.

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Claudia* se hizo la mamoplastia de reducción (cirugía de reducción mamaria) en el hospital pediátrico Juan Manuel Márquez. En ese momento tenía 18 años.

“Una amiga se realizó la misma operación allí y llegué buscando directamente el nombre de la doctora que la atendió, pero estaba de viaje. Hablé con el doctor encargado del área de cirugía estética y decidimos hacer el procedimiento”.

Claudia* no debió pagar nada, pero tuvo que buscar por su cuenta los materiales necesarios para la operación (vendas, ajustadores post operatorios, cremas cicatrizantes, entre otros).

“Me sometí a la cirugía porque no me sentía cómoda con mi talla anterior, y sufría dolores de cervical por el peso de los senos. Luego de la operación me he sentido muy bien física y mentalmente. No me arrepiento en lo absoluto”.

Pero no todas las cirugías pasan por “caminos de rosas”. Rebeca* se hizo una liposucción hace una semana. Pagó 1 300 USD para operarse, de forma clandestina, en un hospital de La Habana cuya identidad no quiso revelar.

Cada faja le costó 30 USD, y ahora paga diario sesiones de drenaje linfático, que deben durar 15 días. La suma de dinero gastada no ha impedido que tenga complicaciones con la raquídea. “Me la pusieron con una aguja que no llevaba. Ahora tengo mareos cada vez que me levanto, vómitos y mucho dolor. Espero que pase pronto”.

Rebeca* no era obesa antes de la lipo, pero “quería quitar un poquito de grasa de la cintura”, para lograr su ideal de cuerpo perfecto.

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Muchos de quienes crecieron escuchando la frase “El físico no importa, sino los sentimientos”, hoy buscan hacerse “retoques” para perfeccionar la nariz, aumentar los senos o quitar un poco de grasa aquí y allá.

Y es que la expresión pareciera fuera de contexto en un mundo que, en apariencia, ensalza los valores, pero premia con ciertas oportunidades laborales a las personas más atractivas. Una sociedad donde los dibujos animados, películas y novelas suelen otorgar a los menos agraciados el papel de villanos y a los más jóvenes y atractivos los roles protagónicos.

“El concepto de belleza está social, temporal y culturalmente condicionado. Se trata de lo que socialmente se considere atractivo, agradable, deseable y que se impone como estereotipo o como patrón a imitar. Cuando por nuestro físico no cumplimos con esos estándares de lo que se considera bello puede tener una repercusión en el autoconcepto y la autoestima, o incluso volverse tendencia una moda a imitar al punto de someternos a procedimientos estéticos menos o más invasivos en busca de alcanzar ese estándar”, explicó a Cuba Joven Jennysey Díaz Rodríguez, profesora de Facultad Victoria de Girón, de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana.

La también residente de la especialidad en Psicología de la Salud dijo que, cuando tiene una autovaloración inadecuada y, encima de eso, se es víctima de burlas o juicios valorativos de manera despectiva, la persona con escasas herramientas personales para afrontar de manera efectiva esta situación es susceptible de acudir a procedimientos que le hagan parecerse más al resto y ser más aceptada, sobre todo en las etapas de adolescencia y juventud y en grupos en desventaja social.

El artículo “Consideraciones acerca de la cirugía plástica en Santiago de Cuba”, expone que candidatos de ambos sexos con interés en realizarse cirugías estéticas han mostrado características psicopatológicas de la personalidad como predominio de insatisfacción corporal, bajos niveles de autoestima, altos niveles de depresión o ansiedad y trastornos de la personalidad.

La especialista Díaz Rodríguez no ha atendido casos en el área de la cirugía estética propiamente, pero sí a personas que, por su condición de salud, debieron someterse a una intervención quirúrgica que incluía mutilación en áreas del cuerpo muy sensibles desde el punto de vista estético como las mamas, el aparato reproductor femenino o masculino, etc., o a pacientes con algún desorden mental cuya imagen corporal está afectada y les resulta desagradable.

“En cualquiera de los casos, se debe trabajar con la autoimagen, la adaptación al cambio, el control de las emociones, los impulsos, el autoconcepto..., que repercuten en la toma de decisiones e influyen en la felicidad plena de las personas consigo mismos”, dijo Díaz Rodríguez.

Sobre todo, porque la percepción de la imagen corporal es uno de los factores de riesgo asociados a los trastornos de la conducta alimentaria; y la distorsión en esta imagen afecta particularmente a las mujeres, que, por motivos de índole comercial, son el centro en la promoción de un cuerpo ideal promovido constantemente desde los medios de comunicación.

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Preocuparse por la apariencia corporal es un hábito productivo y saludable, siempre que sea con mesura. Un exceso de control en ese aspecto puede desencadenar lo que la psiquiatría diagnostica como trastorno dismórfico corporal. Quienes lo padecen, exigen tratamientos estéticos agresivos con frecuencia y suelen quedar insatisfechos con los resultados de las intervenciones quirúrgicas.

Los defensores de los tratamientos estéticos sostienen que no hay nada malo en cambiar el aspecto exterior, si eso produce mayor confianza y sensación de bienestar. Pero, curiosamente, fue el cirujano plástico estadounidense Maxwell Maltz, quien en los años sesenta propuso ciertos ejercicios mentales para transformar el concepto de las personas sobre sí mismas, sin necesidad de someterse a intervenciones por factores estéticos.

No todas las intervenciones son tan invasivas como las cirugías estéticas. Están, por ejemplo, el lipoláser, la cavitación, la radiofrecuencia, el bótox o la vacumterapia –aplicadas, por lo general, en salones de belleza– que prometen mejoras en la apariencia física, la mayoría relacionadas con la reducción de la grasa corporal o el rejuvenecimiento.

Pero nada de lo anterior puede suplir hábitos saludables, como una adecuada alimentación, evitar el consumo de sustancias tóxicas o la práctica frecuente de ejercicio físico.

“Los tratamientos estéticos no son malos, sino que deben ser bien valorados por especialistas competentes para evitar, riesgos y resultados no deseados. Además, deberían llevar un asesoramiento psicológico previo, puesto que un cambio de imagen requiere ajustes para la adaptación a lo nuevo y no siempre resultan exitosos o a veces no cumplen con las expectativas que tenía la persona. Sería óptimo un asesoramiento multidisciplinar y por el área de salud mental”, refirió Jennysey Díaz Rodríguez, profesora de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana Facultad Victoria de Girón.

Las instituciones, las redes sociales y los diferentes medios de comunicación influyen en la formación de la autoimagen desde que somos pequeños, de modo que lo que se considera socialmente atractivo se asocia al éxito, al estado de bienestar y, por tanto, nos moviliza a querer imitarlo. ¿Valdrá la pena modificarnos solo por aceptación social? ¿Hasta qué punto podemos distinguir entre nuestros propios ideales y la necesidad de cumplir patrones de belleza impuestos?

*Claudia y Rebeca solicitaron ser fuentes anónimas para la realización de este reportaje

Continuará…

Vea además:

Cirugía plástica en Cuba: ¿Juventud y belleza a toda costa?

(Tomado de Cuba Joven)

Se han publicado 10 comentarios



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  • Un caballero dijo:

    Leo este artículo y me estimula poder ver algún día a las mujeres nuestras arregladas con lo que llevan y luciendo como siempre han lucido las cubanas.

  • Mary dijo:

    Qué pena, es una lástima que no digan el nombre del Hospital adónde cobran estás cirugías, se ha perdido la ética en nuestra salud, en las Clínicas dentales están iguales, ya no es regalitos, ahora es dinerito

  • Preocupado colorado dijo:

    Todo lo que dice el artículo es 100% verdad.
    Qué no dice:
    1-Si bien el ideal de belleza está culturalmente condicionado, existen proporciones y armonías o combinaciones visuales, sonoras, etc. universales, que vienen desde los animales y las plantas, y trascienden las culturas. Esto fue descubierto desde la antigüedad por las culturas clásicas y desarrollado hasta hoy.
    Hablo de la proporción "áurea", la serie de Fibonacci, los ritmos alternos, la simetría, la armonía por analogía y por contraste, las leyes de la gestalt, etc. Esto aplicado al cuerpo humano se puede traducir en términos como el 90:60:90 (busto:cintura:cadera en cm) que se generalizó como patrón ideal de belleza desde Roma y Cartago (ver proporción de esculturas) hasta hoy. Las plazas de Indias Occidentales (nuestros parques) tenían una proporción 1:1,6 o 1:1,5 y así sucesivamente.
    Existen formas biológicas más atrayentes y otras menos, como mismo existen colores, sonidos, olores, más y menos atrayentes. La cultura lo condiciona pero hay una base biológica y animal.
    Igual que con el instinto de autopreservacion.
    La cultura puede hacer que te hagas el harakiri, pero normalmente los japoneses quieren sobrevivir. El envejecimiento o deterioro físico hay que aceptarlo, pero nadie quiere morir o perder facultades o belleza o habilidades ni enfermarse...normalmente.
    Negar esto sería antimarxista aunque suene muy politicamente correcto. Eso es lo primero.
    2-Todos nos sentimos mejor en entornos agradables, confortables, y esto incluye la belleza.
    La búsqueda de la belleza, la vida eterna, la libertad, la trascendencia y la autorrealizacion son condiciones inherentes al carácter de la especie humana como ser social y biológico. Forma parte de la formación del hombre/ mujer del futuro y de la nueva sociedad a construir. Si es feo, no es del socialismo. Por la vista obtenemos el 50-80% de la información del mundo que nos rodea, el resto por los demás sentidos. La estética es fundamental.
    Es políticamente suicida e hipócrita negarlo. Es falso contraponer la estética a "las necesidades de las masas" o "tareas de urgencia" o cualidades personales. Ud. puede ser bello y buena persona.
    Feo y mala persona. Como puede ser bueno e inteligente y malo y bruto. Bueno y próspero y malo y pobre. Y todas las combinaciones posibles de estos parámetros. Eliminemos los falsos estereotipos de izquierda y clichés "humanistas".
    3-Las frases de consuelo para clientelismo de "no eres bello pero eres bueno" " no eres inteligente pero eres bueno" " no eres próspero pero eres bueno" son tan manipuladoras y negativas como las que enfatizan la belleza, talento éxito o riqueza por sobre lo demás. Generan autocompasion y el rechazo al que sí es bien parecido, talentoso, fuerte o próspero, que enmascara la envidia. La belleza se adquiere, se mantiene o pasa y los valores se aprenden, se sostienen o se pierden. O no?
    5-Si hablamos de libertad personal sobre el cuerpo (incluso no se persigue la prostitución sino el proxenetismo) de libertad estética, de libertad en preferencias, de credo, etc. cómo vamos a pensar en que no es importante la autoaceptacion y la mejora o cambio enfocado en la aceptación social?
    Los peinados, los tatuajes, los desodorantes o perfumes, la ropa, los maquillajes, el ir planchado o con ropas limpias, o no manchadas, o no rotas, no es acaso importante? No admiramos a Sotomayor por saltar 2.45 m o a un héroe de guerra o a un científico? No hay en eso habilidades físicas, corporales presentes que lo hicieron posible? No son paradigmas a imitar? Entonces cómo no admirar la belleza física? Cómo no verla como um paradigma a imitar? Este tema es mucho más profundo de lo que parece. Sugiero leer un poco más a Nietzsche o a Martí en estos temas.
    A veces lo " politicamente correcto" es burgués y enmascara manipulación y condescendencia.
    5-Yo apoyo toda transformación y mejora personal que conduzca a la autoaceptacion o mayor éxito social de la persona que la realiza. Y llamo a no ser superficial en el analisis de estos temas con viejas consignas o frases hechas de lo "correcto". Que puede volverse una adicción destructiva? Y el ron, el tabaco, las apuestas la promiscuidad, el querer tener siempre la razón, el poder... no son adictivos?

    • Nopin' dijo:

      Me gustó mucho su comentario... Es absurdo pretender desarrollar un rechazo impulsivo a lo estéticamente hermoso en cualquiera de sus manifestaciones; como también lo es poner particularmente la belleza, la inteligencia, o cualquier atributo natural por encima de todos los otros. El problema es que, hasta que se haga un descubrimiento, nadie se somete a una operación invasiva de cerebro para hacerse más inteligente o desarrollar un talento específico. Pero todos los días quedan deformes, incapacitados, o sin vida miles de personas, por haberse sometido a procedimientos estéticos cada vez más accesibles, aceptados socialmente, o engañosamente más inocuos. Incluso personas que son bellas de acuerdo a esas leyes que usted menciona correctamente, por una baja autoestima o un síndrome adictivo. Es decir que hay un problema real, pertinente a la educación, la formación y las instituciones médicas, administrativas y sociales. Creo que la esencia es desarrollar una cultura sana de vida, en cuanto a validar la autoestima proactiva y generosa en armonía con el reconocimiento a los valores e intereses ajenos más positivos (esto, por cierto, es foul a las mallas en cualquier sociedad que propugne vivir más pendiente de lo que piensa el "otro" que de nosotros mismos). Lo cual incluye la aceptación general y sin sonrojos que una presentación estética placentera desde cualquier punto de vista es tan beneficiosa para el individuo y para quien lo rodea; como lo son los buenos modales, un buen talante, y la capacidad de crear o razonar.

      • Preocupado Colorado dijo:

        Exactamente. Lo dijo mejor que yo. No pueden hacerse falsas distinciones entre una cualidad y otra. Por otra parte, sí tenemos víctimas de la compulsión social a ser más inteligente, más fuerte, más simpático, en fin mejor en alguna habilidad. La misma presión sobre la belleza se hace socialmente sobre las demás cualidades de las personas, y genera hasta suicidios o asesinatos. La presión de los padres sobre las notas de los hijos, o el "Patón" con quien nadie quiere bailar o el pobre, o el que no fue a todos los matutinos... Todo eso genera simulación, coacción, bullying, víctimas profesionales que viven de serlo , ufff.. la sociedad es muy pero complicada.

  • La caimana dijo:

    Muy buen artículo, no debemos ser esclavos de esterotipos de belleza que nos imponen, es menester aceptarnos con virtudes y defectos. Luchar por un cuerpo y cara perfectos es costoso, peligroso y finalmente inútil. Todo el mundo cuenta.

  • Rosa. dijo:

    Concuerdo con los foristas. El artículo es concreto y realista. Crítico. Bien escrito. También hay una realidad. Tengo más de sesenta años, senos grandes y me queman el abdomen. No tengo recursos para pagar los insumos que se necesitan es reducir las mamas. Ya tengo marcas por la caída de los senos y la columna afectada. Las cirugías de éste tipo no siempre son caprichos. Vean en la calle cuántas mujeres hay con senos enormes y afectadas físicamente. Una tía cuando tenía 16 años me decía que era una provocadora de hombres, tanto me acomplejo que dormía con ajustadores MUY apretados en los tirantes, se me hizo un surco negro en los hombros. Además de las groserías de los hombres en la calle. Llegando incluso a tratar de manosearme. Es necesariocesario que se entienda éste tipo de situaciones.

  • Ike dijo:

    En Cuba los servicios de cirugía estética es muy buena y muchas personalidades internacionales han venido a nuestro país a realizarlas.

  • Jorgess dijo:

    Puede haber de todo, necesidad, vanidad, complejidad... Cada cosa en su sitio, y no algo pasajero o que te haga dudar con el paso tiempo. A la larga quien sabe las consecuencias de algo así "por gusto"

  • El doctor dijo:

    Está claro que la belleza está condicionada social, local y culturalmente, los valores de cada uno se forman en el hogar, ahí debemos escuchar la frase, El físico no importa sino los sentimientos, pero no con palabras, sino con hechos, demostrando lo que valen las perdonas y mostrándoles que como dijo el apóstol quien se sabe hermoso, no busca afuera bellezas prestadas.
    El consumismo nos consume, vivimos en el tener y en la apariencia y la vida pasa ante nosotros y nosotros en el
    espejo.
    Conozco jóvenes con una apariencia de envidia que nunca se sienten satisfechos con ellos, será algo congénito o no hemos sido capaces de mostrarles lo que realmente son, de sentirse admirado entre los suyos?
    Demasiado tener y muy poco ser, perdemos identidad para aparentar ser lo que nos muestran y eso es solo muestra

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Thalía Fuentes Puebla

Thalía Fuentes Puebla

Periodista de Cubadebate. Licenciada en Periodismo por la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana (2019). Premio Nacional de Periodismo Juan Gualberto Gómez por la obra del año (2022). Ha obtenido premios y menciones en el Concurso Nacional de Periodismo "26 de Julio". Contactos: thalyfuentes14@gmail.com. En Twitter: @ThalyFuentes

Yilena Héctor Rodríguez

Yilena Héctor Rodríguez

Periodista de Cubadebate. Graduada de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana en el año 2021.

Yunier Sarmientos

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Periodista y editor web en Cuba Joven. Licenciado en Periodismo en 2018 por la Universidad de Oriente. Contacto: yunsarmientos@gmail.com En Twitter: @YSSemanat

Gabriel Mok Rodríguez

Gabriel Mok Rodríguez

Estudiante de periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana. Colaborador de Cubadebate.

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Edilberto Carmona Tamayo

Subdirector de Desarrollo y Soporte a los Medios de Ideas Multimedios. Licenciado en Periodismo en 2016 por la Universidad de Holguín. Contacto: edilberto@cubadebate.cu

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