Cubadebate

La llegada al mundo de las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), así como de las cooperativas no agropecuarias (CNA), en Las Tunas, ha sido, hablando en términos médicos, un parto de riesgo. A más de seis meses del inicio de una etapa de apertura a estas formas de gestión económica en el país, su avance sigue entorpecido por escollos objetivos externos y cierta reticencia subjetiva hacia lo interno, fruto de una visión ortodoxa de las relaciones económicas dentro del socialismo.

¿Bajo peso al nacer?

Tras la entrada en vigor de un paquete normativo, en septiembre del 2021 el Ministerio de Economía y Planificación mediante la plataforma única procesó las solicitudes de constitución de unas u otras. Curiosamente, las primeras objeciones a este sistema vertical se escucharon desde las autoridades locales, que se sintieron al margen de saber con suficiente rapidez quiénes, dentro de su radio de acción, habían progresado o no al constituirse como nuevos empresarios o cooperativistas.

Desde Las Tunas se presentaron más de 147 solicitudes, de las que hasta el 9 de junio pasado el referido ente regulador aprobó más de 100, la mayoría antiguos negocios de cuentapropistas que creyeron necesaria la transformación. En todos los municipios tuneros se han aprobado al menos una Mipyme, si bien su abrumadora mayoría se ubica en la cabecera provincial; no así las CNA, enclavadas solo en Las Tunas y "Amancio". Abarcan diversos sectores económicos, desempeñándose tanto en la producción y/o comercialización de alimentos como en otros tipos de producción manufacturera y los servicios.

El “ok” del MEP no es el final del trayecto de los emprendedores; luego deben concretar varios pasos hasta quedar inscritos en el Registro Mercantil, algo que en el Balcón del Oriente Cubano solo realizaron unos 70 de los más de 100 aprobados aquí hasta finales del mes de mayo. En una encuesta respondida por varios de ellos, calificaron de “ágil” los trámites. Apenas una cuarta parte los mencionó como uno de los problemas para progresar como estaba previsto. Empero, el completamiento de esa ruta es en realidad el inicio de un trayecto ignoto, que, en no pocas ocasiones, le ha pasado factura a quienes parecían tenerlo todo a su favor.

Mirando la senda recorrida hasta mediados de este año, desde el propio sondeo, los nuevos empresarios afirmaron que encontrar los suministros o insumos que necesitan y el acceso a la divisa convertible son, ahora mismo, sus obstáculos más insalvables, seguidos por los impuestos y la falta de preparación para afrontar esta nueva etapa de sus vidas.

Rafael de Jesús Pérez Pupo, desde Pérez Atelier, una pequeña empresa privada que en el municipio de Jesús Menéndez fabrica prendas de vestir, cree que es necesario “facilitar la adquisición de divisa por medio de los créditos y permitir la importación directa de materias primas, sin terceros que encarezcan los costos”. También sugiere “proporcionar a través de eventos comerciales la posibilidad de negocios con clientes extranjeros que puedan inyectar capital, maquinarias o materias primas al proceso productivo”.

“Quisiera una reevaluación sobre el período de gracia o beneficio sin pago de los altos impuestos, pues prácticamente se consume en la preparación, acondicionamiento, trabas y demás vicisitudes en la adquisición de recursos para iniciar el negocio”, propone Elaine Hechavarría Cruz, a nombre de Losdenany, una microempresa privada que en Majibacoa transporta pasajeros.

Por su parte, Yulier Pérez Borrego, fiscalizador de Agromercali, pequeña comercializadora privada de productos agropecuarios en el municipio de Jobabo, encomia el apoyo recibido desde las autoridades políticas y de Gobierno en esa demarcación. Para él, el inconveniente más relevante son las pocas prerrogativas de esos decisores para atender sus requerimientos. “De alguna manera ellos tienen las manos atadas. Hoy en nuestro municipio la mayor parte de las entidades son de subordinación provincial o nacional. Eso trae consigo problemas en cuestiones de decisión como el transporte o los locales”, explica.

Entre las opiniones colectadas el factor subjetivo es señalado recurrentemente. “Falta preparación y conocimientos de las empresas e instituciones que deben interactuar con las nuevas formas de gestión. El Estado elaboró toda la legislación necesaria y, aun así, hay entes esperando indicaciones, piden documentos y trámites innecesarios, que con solo estudiar se evitarían. Los sistemas contables no se han actualizado para aceptar las operaciones con mipymes. Otros casos se perciben hasta la negación. No todos nos reconocen como una empresa”, dicen desde Losdenany.

“En los procesos jurídicos no existe todavía por parte del sector estatal confianza en nosotros y muchos no dominan las normas y procedimientos para negociar. Todavía nos ven como cuentapropistas”, se queja Ermis Luis Cruz Reyes, desde Servicios Técnicos Integrales Automotor Lusedis, que en Majibacoa presta servicios de mantenimiento y reparación a equipos automotores.

¿Mal necesario?

En puridad, la aparición de estos nuevos actores económicos se tornó inaplazable en el 2021, pues muchos de los hasta entonces cuentapropistas funcionaban, de facto, como entidades de pequeñas o medianas dimensiones. Su reconocimiento como tales plantea un cambio claro no solo en el engranaje económico interno, sino en el imaginario de la sociedad en su conjunto. Téngase en cuenta que hasta el 2010 el discurso oficial cubano sobre la construcción del socialismo no había podido superar la tesis de que la gestión privada de producciones y servicios era, a lo sumo, algo transitorio.

Eduardo Walter Cueli, director de Economía y Planificación en la provincia, sostiene que su participación es una oportunidad para la economía cubana. “Para su apoyo, insiste, funcionan sendos grupos de trabajo en cada uno de los municipios tuneros”. Obviamente, comenta, se requerirá en el futuro de una Ley de Empresas que consolide la legalidad establecida hasta ahora en este sentido.

Walter Cueli enfatiza en que desde la institucionalidad estatal y de Gobierno a escala territorial aún hay mucho por hacer para acompañarlos. “Tendremos que buscar los espacios con el objetivo de lograrlo. Y no solo con las normas generales, sino con otras emitidas por los diferentes organismos que le van dando fortaleza a una política que necesariamente lleva ajustes en el tiempo”.

Dicha superación, opina, es especialmente necesaria “para los socios y miembros de las directivas de las cooperativas no agropecuarias”. Ellos, asegura, “están ávidos en técnicas de dirección, financieras y de administración para conducir su negocio de una manera más expedita y efectiva”.

“Tendremos que incorporar a este proceso a la Universidad, los organismos de la economía global y la Asociación Nacional de Economistas y Contadores (ANEC) que integran los grupos de trabajo provinciales y municipales para asegurar esta política”, sentencia.

Es inaplazable que Cuba siga ampliando el espacio de actuación de estos actores económicos, considera Juan Triana, profesor del Centro de Estudios de Economía Cubana de la Universidad de La Habana. Otros expertos, y este parece ser también el punto de vista de las autoridades políticas y de Gobierno en el país, aclaran que los aludidos nunca tendrán un rol definitorio en el producto interno bruto nacional. En el mejor de los escenarios, dicen, alcanzarían una tercera parte de este. Su mayor peso específico, predicen, estará en la generación de empleos, ingresos, productos y servicios; además de favorecer la economía de muchas localidades cubanas afectadas hoy por la falta de productos y servicios.

En la tierra de Vicente García González cálculos preliminares corroboran esas interpretaciones, especialmente, en lo tendiente a que serían un factor dinamizador y una válvula de escape para una parte del mercado laboral.

Antídoto contra la mortalidad

Estos neonatos dentro del escenario económico tunero tienen ante sí varios escollos que en no pocos casos han elevado su “mortalidad”. El primero es el bloqueo económico y comercial del Gobierno norteamericano, cuya dinámica impacta con claridad en un sector altamente conectado directa como indirectamente, por ejemplo, con el mercado informal de divisas.

Tal cual expresaron los emprendedores consultados por 26 sigue siendo necesario mejorar los mecanismos de capacitación. Quizás para que, a través de algunas empresas o instituciones consultoras estatales, accedan a otros servicios especializados de asesorías de mercado, calidad, marketing, diseño de estrategias y otros temas empresariales.

Las Mipymes y las CNA traen en su ADN parte de la solución, con el nivel educativo y cultural de sus integrantes o socios que los ponen en condiciones de adaptarse al entorno. En su contra obra una cruda competencia por la supervivencia debido a la escasez de productos y servicios.

El “recetario de soluciones” de los economistas para ellos incluye que deben estudiar su mercado, definir estrategias de negocios y marketing, estructurar su organización adecuadamente, implementar su propio sistema de gestión de la calidad, así como un sistema de pago atractivo; ser capaces de adaptarse a los cambios del entorno donde desarrollan su actuación y, de ser posible, insertarse en las exportaciones.

Para la salud de la economía tunera es crucial que estos “bebés” de su escenario doméstico sobrevivan a los días difíciles teniendo en consideración que contribuyen al incremento de empleos, ingresos, productos y servicios y al desarrollo local. Incluso, siendo un elemento secundario en la economía a escala global, no lo son tanto desde el punto de vista de cientos, tal vez miles de personas para quienes determinan su futuro de realización individual.

(Tomado de Periódico 26)