Imprimir
Inicio »Especiales, Sociedad  »

Lucía no tiene quien la escuche: ¿Prostitución en Cuba? (II y final)

| 57 |

Hola mi vida, ¿cómo estás? No he tenido casi tiempo para revisar los sms.

Porque ya estoy trabajando.

Y hace unos días.

Mira cómo ando.

Toda de verde.

Sigo con problemas en mi casa con mi familia.

Yo estaba pensando en ir a bienestar social.

Hablar con alguna trabajadora social.

Porque ya es demasiado, mijo.

He bajado mucho de peso.

Estoy un poco destruida.

¿Dónde estás?

Estoy en mi trabajo.

En el hospital.

¿Desde cuándo estás trabajando ahí?

Desde la semana pasada, mijo.

¿Pero sigues en la calle?

***

A la una de la tarde, en el Parque Central hay sol y hambre. Estamos en febrero, pero hace mucho tiempo que en esta isla caliente dejaron de sentirse las estaciones. Invierno, dicen que deberíamos estar en invierno. Hay unos extranjeros frente a nosotros comiéndose un pan. ¿Con lechón? No, con lechón no. No hay nadie vendiendo pastelitos, ni chivirico, ni granizado… La pizza más cercana está a siete cuadras y no cuesta cinco pesos. 

Ayer en la tarde, después de cinco meses de intentar quedar con ella nuevamente, de escribirle por WhatsApp y que nos respondiera poco; escribirle por Telegram y que lo viera a las dos semanas; llamarla al móvil y que diera apagado, ayer en la tarde Lucía respondió al móvil dormida y nos dijo que nos encontráramos hoy a la una en punto. Son las 2:15 p.m. y no ha llegado. 

Casi a las tres llama, dice que está llegando y aparece 40 minutos después. No lleva trenzas ni pulsos, tampoco aretes ni labios pintados. Llega con un pantalón blanco, pulóver, tenis Converse y el monedero en la mano. Dice que ahora mismo quien la vea así no sabe ni qué es: “Un pájaro, una jicotea, un elefante; ahora estoy vestida como una cosa rara a la vista de la gente”.

No es su elección, ella quisiera vestirse de mujer las 24 horas, pero las discusiones con su mamá han seguido y ya en la casa no la llaman Lucy*, sino Leandro, el nombre con el que nació. Ahora solo puede ponerse ropa de mujer por las noches, sigilosamente y escondiéndose de su sobrina.

Ya en la casa no la llaman Lucy, sino Leandro. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate

Los problemas de Lucía con su mamá empezaron hace meses. “Ella es muy egoísta. Yo le estaba diciendo que me ayudara un poco. Tiene las cosas en la casa repetidas: refrigerador, televisor... Y cada vez que le pedía algo de esto me decía que no. Las noches están difíciles y ya no están dando el dinero de antes. Ahora todo ha subido, los precios por el servicio son diferentes, y eso ha hecho que uno pierda clientes”.

El toque de queda acabó, pero no hay prácticamente turismo, una de las principales fuentes de ingresos del país y del bolsillo de Lucy. Ahora, en una noche buena hace apenas 800 pesos. Antes, llegaba a 2 000. 

Ya no está caminando mucho. Se cuida de una multa que debe y que se le ha duplicado y porque, cada vez que la llevan a una unidad policial, la apuntan en el libro en que ninguna prostituta quisiera estar. “Me estoy marcando mucho y no quiero que me metan presa ni nada de eso. Me da mucho miedo, porque todas las unidades no trabajan igual, ¿entiendes?”.

En algunas estaciones la sueltan a los tres días; en otras, la misma noche. Ahora, Lucy tiene su zona de confort en los puntos cercanos a su casa.

Desde la última vez que conversamos, hace dos meses, la han conducido a estaciones de policía cuatro veces. Sin embargo, no ha sido por estar en “zonas proclives a la prostitución”, sino por la multa que debe. “La suerte es que yo no me doy a notar tanto, no soy escandalosa. Claro, si hay que formar bulla, se forma, pero soy tranquila en la calle”.

No es de las multas de lo único que se cuida. La primera vez que conversamos con Lucía, nos dijo que tenía VIH. Cuando la violaron, sin protección, creyó haber contraído alguna enfermedad de transmisión sexual, pero lo descartó en una de las pruebas sistemáticas que se hacía. Cada tres meses era un ritual. En una de esas descubrió que se había contagiado. Nunca supo cómo. No quiso seguir investigando.

“Si yo sigo, sé que voy a dar con esa persona. No quiero, porque, ¿qué voy a resolver yo con eso si ya lo tengo? ¿Esa persona me lo va a quitar? No voy a solucionar absolutamente nada”. 

Hace cinco meses, ella no pensaba en la enfermedad. Nunca había padecido una recaída y su piel jamás se había manchado. De hecho, no se tomaba los medicamentos. En la farmacia se los dan gratis y la administradora se los guarda, porque piensa que a Lucy le da pena ir a buscarlos. Dice Lucy que no es pena, solo que ella se los toma cuando entiende.

Pero en los últimos tiempos las cosas cambiaron y algunos síntomas comenzaron a aparecer. La primera recaída vino en forma de mareos y fatiga, pero la achacó a que es normal en ella estar horas sin comer nada. La segunda llegó de la misma manera, y con ella, la seguridad de que algo raro estaba pasando.

Esto ha continuado pasando y hoy dice que se siente “más o menos”. Sigue sin tomarse las pastillas, o caramelos, como les dicen los pacientes de VIH a los antirretrovirales. Dice Lucy que ahora uno es joven, pero en algunos años empezarán los achaques y dolores en el cuerpo. Lucía tiene 31 años y hace más de una década que se dedica a la prostitución. 

***

Lucía tiene 31 años y hace más de una década que se dedica a la prostitución. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate

Para el escritor y doctor en Ciencias Sociológicas Victor Hugo Pérez Gallo, el fenómeno de la prostitución femenina en Cuba es multicausal y está en la base del sistema patriarcal, misógino y androcéntrico. 

El hecho de dar trabajo y educación luego de 1959 a las mujeres que se prostituían, no erradicó la inequidad entre hombres y mujeres. “Estas últimas eran las más desfavorecidas, al no tener el capital simbólico o cultural de los hombres –situación que, por lo general, se ha mantenido hasta nuestros días–, y, aunque se les daba la posibilidad de ganarse dignamente el sustento, las condiciones de producción y reproducción económica  estaban aún distantes de las de sus congéneres masculinos”.

De igual modo –comenta–, es una práctica que ha ido evolucionando en diferentes etapas y en la cual inciden diversos factores de corte geográfico, “no en vano muchas de ellas provienen del oriente del país, región que históricamente ha sido de las más atrasadas, socioeconómicamente hablando”.

“¿Qué podemos hacer si esa niña ve desde pequeña que sus padres universitarios carecen de muchas cosas materiales? ¿Qué podemos hacer si esa misma niña ve que la muchacha que se prostituye cada vez se viste mejor? ¿Qué pueden hacer los padres ante este hecho objetivo?”, se pregunta el experto. 

“Este proceso –explica– se denomina 'socialización primaria' y es aquel en que se internalizan los elementos sociales más importantes en la sociedad, los que van a funcionar como una estructura simbólica que guíe a la niña en su vida cotidiana mientras crece. La niña va a internalizar una urdimbre de significaciones que cada sociedad produce colectivamente y que instituye, entre otros aspectos, qué es ser un hombre, qué es ser una mujer, qué es lo bueno, qué es lo malo, etc. Crecería viendo lo que es cotidiano para ella, el deber ser”. 

Para el doctor en Ciencias Sociológicas, el peligro está precisamente en esas tres preguntas que dejan en evidencia la visión de una parte de la sociedad cubana.

“La prostitución, desgraciadamente, se ha hecho cotidiana, se ha convertido en familiar. Por tanto, el que no la aprueba, la tolera. El eufemismo ‘jinetera’ guarda una palabra o realidad más dura, más sórdida, de enfermedades sexuales, de aspiraciones truncas y de adolescencias que no llegaron a madurar”, afirma.

Sin embargo, aunque las carencias económicas inciden en la legitimación de la figura de la prostituta en el imaginario cubano, Pérez Gallo considera que “en la actualidad influyen elementos culturales relacionados con la moda, el deseo de tener acceso de forma inmediata a servicios y productos caros que la familia necesita y, por último, el hecho de que la prostitución ha ganado una especie de glamour”.

En el país –añade– hay una realidad diferente al contexto latinoamericano. No lo hacen exactamente por dinero, sino por acceder a determinados productos o servicios. De acuerdo con el sociólogo, además, la influencia cultural proveniente de Estados Unidos hace que sean copiados, reproducidos y legitimados ciertos patrones.  

Pérez Gallo cuenta que, al visitar dos bares de moda en Las Tunas, pudo notar que no había diferencia en cuanto a iluminación, muebles o cuadros sensuales en las paredes a cualquier gogó en Miami o Las Vegas. Los jóvenes tuneros hacían cola para entrar a estos lugares, bastante caros para el bolsillo del cubano común. “Mediante la observación, me pude percatar de que muchos iban allí a buscar a alguien que ‘les invitara a una cerveza’”. 

***

“Estaba en tercer año de la carrera, en un periodo en el que salía a muchas fiestas, principalmente al Café Cantante. Puedo decir, incluso, que me conocían allí, no de nombre, ¿quién iba a saber en ese lugar que me llamo Thays*?, pero al menos sabían que yo era de la FEU (Federación Estudiantil Universitaria). Ese día, estaba con un muchacho que había conocido el fin de semana anterior, también en el Café. Su nombre era Ernesto, aún lo tengo guardado en los contactos como ‘Ernesto Café’.

“Yo andaba con una amiga y Ernesto llevó también a un socio de él, pero a Sheila no le gustó ese muchacho. A mí, Ernesto me gustaba, era un rubio lindo, de casi dos metros. Bailamos y en el fondo del bar, al lado izquierdo del escenario, había un trigueño muy lindo que me estaba mirando. Recuerdo que yo tenía puesto un vestido morado corto, el pelo suelto y mis zapatos negros de tacón cuadrado. Nada de ajustadores, porque aquel vestido no los necesitaba, y debajo llevaba un calentico negro, el que más me gustaba.

“Ernesto y el amigo salieron a tomar o a fumar. No tengo idea. Y el muchacho vino y me invitó a una cerveza. Yo acepté, aun cuando ya me había tomado como tres y estaba borracha, y me fui para donde él estaba con tres amigos más. Sheila también fue conmigo, pero no recuerdo exactamente qué pasó después con ella. Ernesto y el amigo entraron y cuando nos vieron noté molestia en su rostro, pero no los vi más. Gracias a Dios que no hicieron más nada.

“Bailé cantidad con el muchacho trigueño, a estas alturas no sé su nombre. Seguí tomando y de ese momento tengo recuerdos borrosos. Solo me acuerdo de estar en una cama sin ropa. Fue un momento superincómodo, porque abrí los ojos y me vi en un lugar que no conocía, con un hombre que no conocía, y me besaba y me tocaba todo el cuerpo. Me quedé inmóvil. No sabía qué hacer. Tenía un dolor infernal de cabeza. Me llegan flachazos de ese momento.

“Entonces pensé que, si yo estaba ahí, era porque lo había permitido, borracha o no, y tenía que seguir y terminar aquello, porque podían ser peores las consecuencias si le decía que parara. Me refiero a que me violara o me golpeara. Tomé una almohada, me la puse en la cara, me viré y esperé a que él terminara. Me tiré en la cama y no le miré nunca a los ojos.

“Sentía mucha vergüenza y un poco de miedo también. Él fue al baño, regresó y se vistió, pero yo no lo miraba a la cara. Me dijo que le había gustado mucho y que me llamaría. En algún momento de la noche, debí haberle dado mi número, pero no recuerdo exactamente en cuál.

“Después, se despidió con un beso en la espalda y una nalgada. Me dijo ‘adiós, Claudia’. Parece que mi inconsciente borracha hizo algo bueno y no le dio mi nombre verdadero. Me reí en ese momento. A una parte de mí le había gustado aquello, pero la otra se sentía demasiado rara.

“Esperé a que se fuera. Cuando miré a la mesita de noche había 20 CUC. Y cuando aquello, 20 CUC eran 20 CUC. No supe qué hacer, me sentí más rara aún, pero los cogí. Pensé ‘total, a este hombre en la vida lo voy a ver de nuevo y el dinero no se va a quedar ahí’. Al lado del billete estaba mi cartera con el teléfono, el carné y el dinero que yo tenía ya. No faltaba nada.

“Tocaron a la puerta. Ya tenía que irme, así que cogí el vestido morado y los zapatos, me los puse y salí. No sabía dónde estaba, pero ya en la calle me di cuenta de que andaba por 17, una zona que relativamente conocía. De ahí, fui caminando hasta la beca universitaria.

“Llegué, me bañé y estaba tan cansada que me dormí en el momento en que cerré los ojos. Después, no quise pensar más en eso. Como a los 15 días sonó el móvil. A la hora volvió a sonar y tampoco lo cogí. En la tarde sonó otra vez:

–Hola, Claudia, espero que todo esté bien. Es el muchacho del café de la otra noche.

–Sí. Hola, todo bien. –respondí medio seca.

“Me dijo que quería verme de nuevo, que yo le había gustado mucho. Le dije que en ese momento no podía, porque al otro día tenía una prueba. Una mentira, por supuesto. Después, me llamó como tres veces más, hasta que acepté. Y esa vez sí me gustó mucho.

Terminamos y me volvió a dejar los 20 CUC. Se había ido. Fue más incómodo aún. Me sentí como una cualquiera, una puta, sí. Pero pensé de nuevo en que no lo vería más, que el dinero no podía quedarse ahí y lo volví a tomar.

“La próxima vez que me llamó, me dijo que quería presentarme a un amigo y entonces me di cuenta de cuál era la finalidad de esa oferta. Y no lo podía permitir. Colgué el teléfono. Lo bloqueé y desde ese momento no he querido tocar más ese tema. Nunca más lo he visto tampoco”.

¿No crees que haber dejado al muchacho hacer algo que tú no querías (la primera vez) por temor a cómo iba a reaccionar, sea en cierta medida una violación?

–Si lo miro ahora a la distancia, sí. Tengo 26 años, he madurado un poco, pero cuando estaba en ese momento, solo pensé que era mi culpa que todo llegara hasta donde llegó.

¿Has pensado en volver a hacerlo?

–No. Ahora mismo no lo necesito. Ya me gradué, soy una profesional, trabajo en lo que me gusta. Aunque no les niego que, de vez en vez, me pasa la idea por la cabeza. Dinero fácil, de cierta manera. Tampoco viví la parte oscura de ese mundo”.

***

En una de las entrevistas para esta investigación, una funcionaria nos confesó que en su mundo profesional hay personas que se dedican a la prostitución. Van a eventos y se mueven en el entorno laboral haciendo contactos y buscando clientes. Universitarias y de lujo. Sin embargo, poco se habla de ese mundo y muchas fueron las puertas que se nos cerraron cuando intentamos buscar fuentes y datos sobre esta práctica en Cuba para la realización de estos reportajes.

¿Es posible que en los últimos años las investigaciones sobre prostitución hayan disminuido en el país? Para el escritor y doctor en Ciencias Sociológicas Victor Hugo Pérez Gallo, no es que esto sea posible, sino que es un hecho. “Han disminuido, en su mayor parte, por factores externos a los investigadores sociales”, dice. 

Pérez Gallo no sabe exactamente los factores específicos por los que detuvieron sus investigaciones, pero tiene claro aquellos que obstaculizan las investigaciones sociales sobre el tema en sentido general. Por ejemplo, en el país no se publican estadísticas sobre el ejercicio de esta práctica y es difícil o nulo el acceso a datos nacionales sobre prostitución femenina.

De igual modo, opina que la mayor parte de las investigaciones se resumen en estudios cualitativos o de caso, historias de vida, crónicas periodísticas y estudios etnológicos o criminalísticos, los cuales se circunscriben, por lo general, al ámbito académico y sus resultados no llegan a manos de los decisores de políticas públicas.

El investigador aduce que existe una falta de colaboración intersectorial de las instituciones, que participan en la atención al fenómeno de la prostitución  en Cuba. Asimismo, hay muy poca o nula integración de resultados académicos entre los diferentes centros de investigación del país que se dedican a estudiar este hecho

Pero, aunque desde la academia se estudia, la sociedad continúa muy estereotipada en este sentido y el trabajo educativo se hace cada vez más vital. Es la opinión de la doctora Iyamira Hernández Pita, profesora de Sociología de la Universidad de La Habana y especialista en el tema.

Todos estos asuntos pasan por la necesidad urgente de fortalecer y retomar la educación integral para la sexualidad, desde la escuela y la familia. Pero si tú desconectas la aplicación de un gran programa que ya existe a nivel nacional y no se pone en práctica en las escuelas, rompes el vínculo de la información y la comunicación sobre determinados temas que tienen que ver con la educación integral a la sexualidad desde lo que gestó la familia”.

Para Hernández Pita, el camino es entonces por ahí, “complejo, pero sí se puede salir. Está descrito que muchas personas logran hacerlo. Cuando la sociedad ofrece determinadas posibilidades de trabajo a estas personas y reconocimiento para que en particular la comunidad LGBTIQ+ pueda alcanzar estudios universitarios que le permitan lograr mejores oportunidades de empleo, podemos ir regulando los riesgos que están asociados a la práctica”.

Pérez Gallo coincide: Cada caso es un mundo, pero considero que lo pueden dejar. Primeramente, a través de la educación, y luego con la mejora económico-social de las regiones de Cuba de donde son originarias”.

Laura y Amanda, dos historias desde el Cenesex

Ilustración: Robert Raez /Cubadebate

Amanda* dejó la prostitución a los 34 años. Vendía su cuerpo por dinero, más que por placer, desde los 17. En su casa nadie entendía que fuera transexual y la dejaron en la calle.

No asistió más a la escuela y comenzó a prostituirse para tener su propio sustento. Creyó que era la vía más fácil, aunque hoy asegura que no es así.

La vida le ha demostrado –a base de prueba y error, de prueba y decepción– que la prostitución es un mundo duro que pocos conocen y casi nadie cuenta, del que ella ha pretendido salirse y no volver. Dice que a sus 38 años no ha recaído.

Nos cuenta que desde que la policía la detuvo y le hicieron un expediente de peligro sin pruebas, no ha vuelto a tener sexo transaccional. Esa vez, en la unidad de Zanja, intentaron recluirla por peligrosidad, pero ella presentó una queja a la Fiscalía de Centro Habana y el veredicto fue a su favor.

“Tuve que batallar. Si no, hubiera ido presa cuatro años, así por gusto, porque era una mujer trans, porque era una puta, como dicen ellos”.

¿Cómo ayuda el Cenesex en estos casos?

–Ha ayudado en varias ocasiones, hasta donde se puede ayudar. A veces, hay muchachas trans que tienen una conducta inadecuada. Lo que es una violación no se puede apoyar. Casos donde las han cogido prostituyéndose en una esquina, se intercede por ellas y al otro día están en el mismo lugar.   

“Por otro lado, hay muchachas a las que les gusta ser prostitutas y eso hay que respetarlo. Yo siento a diario la necesidad de volverme a prostituir, por el problema económico que hay en estos momentos. Sin embargo, hasta ahora no lo he hecho. Me olvido de la necesidad y los problemas. Trato de resolver con lo que tengo y así voy viviendo”.

Amanda ni tiempo tiene para pensar en eso. Se pierde por los pasillos del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) con la agilidad de sus 38 años y su delgadez, y siempre está de un lado a otro. Se queja de eso, del poco tiempo entre el trabajo en el centro y los estudios universitarios.

Desde que dejó la prostitución, comenzó la licenciatura en Nutrición y se vinculó laboralmente al Cenesex. Allí la conocen por Amanda. Así dice su carné de trabajadora, aunque el de identidad, paradójicamente, tiene otro nombre.

Amanda vuelve a la idea del inicio y dice, con la estadística de la calle como argumento, que el porciento de quienes dejan la prostitución es bajo. “La mayoría siempre reincide, por problemas económicos y necesidades; incluso, aunque tengan un salario seguro todos los meses, porque no les alcanza para vivir”.

Algo así le pasa a Laura*. Al igual que Amanda, trabaja en el Cenesex, es trans y tiene 37 años. A diferencia de Amanda, Laura se sigue prostituyendo, pero solo los fines de semana, porque al día siguiente descansa y, a veces, alguna noche entre lunes y viernes, cuando no está demasiado cansada y puede soportar el ajetreo de las madrugadas en busca de clientes.

Antes lo hacía por necesidad, ahora eso ha cambiado, porque tiene un salario estable. Si para ella la prostitución antes era un modo de subsistencia, ahora es un hobby, una forma de pasar el tiempo. Y le encanta.

“Hay un poco de costumbre, siento ese bichito de salir a la calle y es un plus que no está mal. Pero lo veo diferente ahora, porque puedo elegir cuándo, cómo y con quién, y así me evito sinsabores. Ya se convierte en otra cosa. Antes, era gris con pespuntes negros, hoy tiene un color más agradable”, dice como si insinuara que lo suyo ahora se trata de prostitución de élite.

Hace cinco años era distinto, el sexo para Laura no podía ser selectivo. Había que cerrar los ojos y aguantar. No importa que no te guste el cliente, ni el asco, ni las ganas de mandarlo todo a la mierda. Da igual si sientes que te usan. Pensamientos en blanco. Cerrar los ojos. Aguantar. El dinero siempre vendrá después de los tragos amargos. La recompensa por los malos momentos.

¿Malos momentos? Pocos, como aquel en que se enfrentó a un tribunal tras un expediente por peligrosidad. En el juicio jamás se mencionó la palabra prostitución. Tampoco aparecía en ningún papel. El argumento era “conducta antisocial” y la sanción fue vincularla a un colectivo laboral.

¿Qué justificación te dan los policías cuando te detienen en la calle?

–Que estás en una zona proclive a la prostitución. Y no te puedes salvar. Eso es muy estricto. Me ha pasado, incluso, en momentos en que no me he estado prostituyendo, en que he ido para una discoteca, a ver a unas amistades o camino a mi casa. Ah, pero como eres una persona trans, ellos asumen que ya por eso te prostituyes. Son estereotipos. Están muy arraigadas la transfobia y la discriminación.

***

Cuando una persona es detenida por “estar en una zona proclive a la prostitución” o por “relacionarse con personas antisociales”, se le aplica el conocido índice de peligrosidad. Para aplicar este procedimiento, se debe hacer un trabajo preventivo anterior, explica la abogada Arlín Pérez Duharte, profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana.

“Hay quienes, a veces, se van para otra provincia, porque tienen varias cartas de advertencia. Esa es una práctica que se usa mucho. Así recorren el país, haciendo más difícil elaborar un índice de esa persona. Es necesario buscar toda su historia y un trabajo individualizado”, señala.

Y agrega que, para hacer el índice de peligrosidad, se necesita un acopio de pruebas. “Si no hay elementos que vinculen a la persona a la prostitución, no se debe hacer”.

Esto es un procedimiento que cambiará una vez que entre en vigor el nuevo código penal en Cuba -aprobado recientemente en la Asamblea Nacional- y se elimine el llamado índice de peligro, dijo a Cubadebate Otto Eduardo Molina Rodríguez, presidente de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo Popular (TSP).

El texto del Código Penal está siendo revisado por una comisión de estilo y entrará en vigor a los 90 días de su publicación en la Gaceta Oficial de la República de Cuba.

“Uno siempre tiene que ver el fenómeno de una conducta delictiva con sus consecuencias, sus comisores y los efectos que tiene. Muchas veces, esas conductas llevan a que se ejecuten otras acciones más allá de la prostitución de su cuerpo, y en ese caso sí sería penalizado en otra figura delictiva”, sostiene el magistrado.

El presidente de la Sala de lo Penal del TSP explica que la nueva propuesta tiene que ver con el trabajo de prevención social desarrollado por las instituciones, el cual permite reorientar esta conducta. Agrega que “esto nos permitirá concentrarnos en el proxeneta, que es la figura más grave dentro de esa cadena”.

El nuevo código penal establece que se eliminen las medidas de seguridad predelictivas…

–Sí. Solo recoge figuras delictivas, no lo predelictivo. Esto último significa que determinada persona estaba en una proclive comisión de un delito.

Era algo muy subjetivo…

–Tenía unas peculiaridades que, en su momento, respondían a un contexto histórico determinado, pero hoy, a la luz del derecho internacional, no tiene cabida en nuestro código penal.

El proxenetismo sí es delito…

–Sí, el proxeneta somete a una explotación sexual a esas mujeres, y ello tiene penas de rigor, con convenciones y tratados internacionales que lo repudian en virtud de que esas formas de explotación casi siempre se vincula después a la trata de personas.

***

La profesora de Sociología Iyamira Hernández Pita destaca que la figura del proxeneta ha ido variando en el tiempo. No solo puede ser un hombre, sino también una mujer. “Desde la ruptura y la deconstrucción de los estereotipos, al ser una actividad que genera ganancias, una figura femenina puede estar en el rol del proxeneta”, apunta.

Algunas personas que ejercen la prostitución piensan que tienen la práctica bien estructurada y, además, que tienen el poder y control sobre su cuerpo, “pero eso no es cierto”, considera Hérnandez Pita. 

Siempre va a haber ganancias entre segundos y terceros, que van a controlar ese cuerpo. Cuando estás en el ejercicio de la práctica, siempre vas a estar teniendo que satisfacer necesidades del otro o de los otros. Al final, pierdes el control de tu cuerpo, de tus necesidades y deseos”. 

Ese –subraya– es un elemento importante, porque se desdibuja la satisfacción en el ejercicio de la práctica en función de los otros, lo cual genera desequilibrio de poder y, por tanto, violencia. “Desde los estudios de la sociología, es considerado también como violencia de género”.  

Por otro lado, una vez se publique en la Gaceta Oficial y entre en vigor el nuevo código penal, a las personas que sean detenidas por ejercer la prostitución no se les aplicará el índice peligroso.

“Ya no sucederá así, pero, además, desde hace mucho tiempo al estado peligroso –que tiene que ver con la prostitución como con otras conductas antisociales– se le ha incorporado también la normativa del debido proceso”, afirma Molina Rodríguez.

¿Qué significa eso? De acuerdo con el presidente de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo Popular (TSP), esas personas tienen “un grupo de garantías de derechos, de representación, de proponer pruebas, para que verdaderamente se demuestre cuál es la conducta en que se ha incurrido y qué grado de peligro tiene. Además, también hemos estado velando por que en los procesos se incorpore la prevención social”.

Añade que una persona detectada cometiendo una de estas manifestaciones, como la prostitución, primero es entregada a los órganos de prevención. “Solo van a ser procesadas aquellas personas que reiteradamente continúen y no se logre corregir su conducta”, aclara Molina Rodríguez.

¿Aun cuando no estén asociadas a delitos? ¿Si es recurrente el ejercicio de la prostitución sí se aplicaría esta medida?, preguntamos.

El magistrado responde que “lo dejaría de ser como estado peligroso cuando entre en vigor el código penal. Pero en estos momentos pasa por estos dos cauces que explicaba: que se haya agotado todo un proceso de prevención por las instituciones (que mucho logro tienen, porque se logra incorporar a la mayor parte de estas personas y alejarlas de la actividad), y solo aquellas manifestaciones más recurrentes y graves son las que se llevan al proceso penal con el debido proceso, una vez demostrado que la persona lo ejerce. Eso es lo que sucede actualmente”.

***

Existe una discusión académica sobre si se debe legitimar la práctica de la prostitución en Cuba. Sobre el tema, la profesora de Derecho Arlín Pérez Duharte considera que “la prostitución es un problema social, algunos piensan que legalizándola, creando zonas de tolerancia, teniendo un andamiaje legislativo como hay en otros países, se resolverá el problema. La legalizamos, la permitimos, hacemos zonas, creamos un sistema de salud pública y, entonces, ¿qué ocurrirá? A mí no me parece que ese sea el camino”.

Para Pérez Duharte “lo primero que hacen las normas jurídicas es intencionar un comportamiento. De ahí la importancia de llevar estos temas a las universidades, para cambiar el fenómeno y no dejarlo a la espontaneidad”.  

En cuanto a la prevención, la abogada sostiene que hay un amplio camino por recorrer, porque con las personas que ejercen la prostitución es necesario trabajar y no solo decirles qué deben hacer.  

“Hay ejemplos, como el de Suecia, donde se ha intentado, sin mucho éxito, sancionar al hombre que sea cliente de los servicios de la prostitución. Otros países como Alemania, Austria o los Países Bajos han regulado la prostitución, cobrando impuestos y considerándola una trabajo más. En Alemania, luego de que se inscriben, reciben una especie de carné de ‘prostituta’”, cuenta el escritor y doctor en Ciencias Sociológicas Victor Hugo Pérez Gallo.  

En esos países –agrega Pérez Gallo–, la consideración es que cada cual es libre de hacer con su cuerpo lo que estime, “pero la cuestión de fondo de los defensores de estas leyes es no decir un elemento que está en el fondo del asunto de la prostitución: las relaciones desiguales de corte simbólico y socioeconómico llevan a que estas mujeres ejerzan la prostitución y que caigan, en muchos casos, en manos de mafias que lucran con el cuerpo femenino y a las que les viene genial que parezca ‘glamoroso’ el ejercicio de la prostitución (muy buen marketing gratis que le hacen muchas series y películas).

Reitera que en esos países la consideración es la siguiente: “Mucho mejor que lo legalicen como un trabajo más: no estarían en el limbo de la ilegalidad y serían empresarios de la carne femenina. Hombres respetables que pagan sus impuestos a la sociedad a través de los limpios ingresos de sus trabajadoras”. 

Para el experto, en Cuba la situación es diferente, “no existen mafias que hagan trata de blancas y no existe, de momento, la prostitución organizada”. Sin embargo, insiste en que se deben abordar las causas.

Por su parte, la profesora Pérez Duharte considera que es crucial buscar alternativas para los jóvenes, relacionadas con el acceso a la educación y el trabajo. “Algo importante es que se sientan motivados a realizar sus proyectos de vida de otra forma, pero eso conlleva una política social y de país, pensada y bien articulada”.

Pérez Gallo opina que es evidente que “el trabajo de las instituciones no ha sido suficientemente efectivo, porque el cambio debe venir desde lo educativo y no desde lo represivo, al tratarse de un fenómeno que es cultural”.

“Desgraciadamente, en Cuba, sobre todo en los polos turísticos y ciudades como La Habana, Camagüey, Trinidad y Santiago de Cuba, las prácticas sociales de la prostitución femenina no solo no disminuyen, sino que en las actuales condiciones socioeconómicas me atrevería a opinar que crecerán exponencialmente, por lo que se necesita urgentemente un plan de trabajo a nivel nacional, macro y micro, que minimice este crecimiento”, afirma.

La doctora Iyamira Hernández Pitala, profesora de Sociología de la Universidad de La Habana, comenta que, si se legitima la práctica de la prostitución en Cuba, habrá un mejor control sobre las personas que la ejercen. “Incluso, un fenómeno que está vinculado a ella, el acoso al turismo, en particular en nuestro contexto, pudiera ser controlado. Otro elemento es todo lo vinculado con la salud sexual de estas personas”.

Hernández Pita apunta que es necesario generar estructuras para el control social del fenómeno y visibilizarlo, “tener la claridad de que está”.  

La prostitución –señala– ya no solo se encuentra en las calles. Ellos tienen sus plataformas digitales de sitios de encuentro, y por ahí se citan, se conocen y ofertan su trabajo. Ha variado en su forma de expresión.

***

Hace unos años Lucía fue diagnosticada con VIH. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate

Son las 3:22 de la tarde del penúltimo sábado de febrero. La Habana, 2022. Lucía llega al Parque Central y esboza una sonrisa forzada tras la mascarilla.

En una ocasión, nos dijo que la vida de las prostitutas es como la del payaso: sonríes por fuera, aunque no tengas ganas. Lucía sale por las noches a vender su cuerpo y a veces se divierte con algún cliente, pero está triste. La tristeza es un estado del alma. No es fácil reconocerla a simple vista. 

En el brazo izquierdo tiene tatuado el nombre de su madre. En otro punto del cuerpo lleva afincado en tinta el nombre de su sobrina, y en otro, un reloj indio –¿o era egipcio?, no recuerda– enredado en unas rosas. El reloj fue el primero que se hizo, como experimento de un amigo que empezaba a tatuar. La vida de Lucy ha sido eso: un experimento. Quizás la vida de todos lo sea.

Dice que quiere vincularse al Cenesex para tomar el Androcur, un tratamiento hormonal que, a decir de ella, “trabaja cara, tetas. No te sale barba y te pone muy femenina”.

En un artículo científico publicado en la Revista Cubana de Endocrinología en 2019, se expone:

“Las personas con disforia de género sienten incongruencia entre el sexo con el que nacen y aquel al que sienten pertenecer, por lo que necesitan adaptar su cuerpo a este último, y uno de los pilares en el logro de ese propósito es el empleo del tratamiento hormonal cruzado”.

Lucy también quisiera operarse, aunque siente miedo: “Dicen que duele mucho y es muy complicado. Pero me gustaría”.

Nos hemos pasado la tarde haciéndole preguntas, hurgando en su historia, hasta que ella nos pone delante una interrogante que nos saca las risas:

¿Ustedes no saben que a mí un día me llamaron pa’ una película sobre travestis? Pero no se dio. Yo quisiera hacerlo algún día, para decir las cosas como son, que me monten para la estación de policía, yo dando escándalo… para que todo el mundo vea cómo es la vida del gay”.

***

En el trabajo no saben que Lucy se prostituye, aunque ella cree que se lo imaginan. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.

Lucía se levanta temprano, sobre las seis de la mañana, y sale a enfrentarse al transporte público de La Habana. Tiene que estar a las ocho en el hospital. Llega sobre las 7:15 o 7:30, vestida de civil, con las trenzas sueltas y el pantalón ajustado al cuerpo.

Le entregan la guardia, se pone la ropa verde y empieza a fregar todo el material que utilizaron los cirujanos. Clasifica pinzas y tijeras y las sumerge en un recipiente con alguna solución. Después cuenta cada uno de los instrumentos, hasta que estén todos.

A finales de noviembre, comenzó a trabajar en un hospital de La Habana. “Lo hice para salirme de las malas noches. Además, es un salario fijo todos los meses. Y en el mundo de la prostitución, cada vez que tú sales no siempre haces dinero. La travesti que te diga lo contrario, es mentira”.

En el trabajo no saben que Lucy se prostituye, aunque ella cree que se lo imaginan. Desde que entra al hospital, se siente mejor. Es el antónimo de la frustración que vive a diario en su casa. “Yo entro por el cuerpo de guardia y ya soy libre, mis amistades médicos se llevan bien conmigo, me tratan bien, no hay ningún tipo de homofobia. Allí me siento amplia, me siento yo”, cuenta antes de despedirnos frente al Capitolio.

Mañana tiene guardia en el hospital. En la tarde nos escribe: “Mándenme el enlace del reportaje, a ver si me quiere abrir en el teléfono este que es superlento y se pone pesadísimo pa’ cargar. Miren a ver, editen bien esas fotos, caballero”.

***

Han pasado dos meses. Es abril y le volvemos a escribir:

–¿Cómo estás? Cuéntanos del hospital.

–Lo dejé porque tuve problemas con una enfermera ahí. A eso súmale los problemas con mi madre y mi familia, que no me apoya para nada. A ellos no les importa un carajo si existo o no.

Dice que ha bajado de peso, que se sigue prostituyendo por las noches. “No como antes, pero tengo que hacerlo, si no, ¿cómo vivo? Lo que les cuento es poco. Tenemos que sentarnos a hablar en estos días. Cada vez que yo hablo de estas cosas de mi vida, me quito un peso de arriba, me desahogo muchísimo. ¿Entienden?”.

“No te pierdas”, le respondemos. Se desconecta.

Lucía en el Paseo del Prado, La Habana. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.

* Los nombres fueron cambiados para proteger la identidad de las personas entrevistadas.

En video, la historia de Lucía

Vea además:

Lucía no tiene quien la escuche (I)

Se han publicado 57 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • Uno ahi... dijo:

    Hay algo que no entiendo. La prostitucion en cuba NO es un delito, entonces por que las detienen y se las llevan presas?

    • Yami dijo:

      imagino que por ¨asedio al turismo¨, que sí es delito, habria que ver si la prostitucion es con el mercado interno que lleva

      • Uno ahi... dijo:

        No! yo he visto como se las llevan sin estar asediando a nadie, ni cubano ni extranjero. Pararse en una esquina a coger un carro no es delito, aunq tu objetivo no sea coger el carro. No hay forma de explicarlo...

  • el estudiante dijo:

    "Por otro lado, hay muchachas a las que les gusta ser prostitutas y eso hay que respetarlo". Una clara muestra del neocolonialismo anglosajón, protestante, machista y homosexualizado. Ya hemos perdido la batalla...

  • UNA TARDE DE NOVIEMBRE dijo:

    Me pronuncio contra la homofobia,......me conmueve el drama humano que leo,.........la sociedad puede también conmoverse y solidarizarse........pero solo hasta cierto punto,......porque esta sociedad que está conformada por seres humanos,......es de personas, en que cada cual también tiene sus propios conflictos que resolver........y de la sociedad,...... sus instituciones.........pueden proponer y programar soluciones y ayuda.........pero también solo hasta cierto punto.......porque el principal conflicto proviene.......de la propia naturaleza personal de estos individuos,........de los cuales lo malo no es su género,.....pero si su negación a no aceptar la ayuda, ni acatar el formato oficial en contra de la prostitución.

  • Rita dijo:

    Eso está bastante generalizado...no es ninguna novedad...

  • grabiel dijo:

    A ver si entendí LGBTI VIH y la prostitución tres temas del momento pero no del momento porque si sino porque el propio gobierno los aborda y los aborda sin demasiado animo de generar una solución que lo haga responsable sino que es a costo de la propia poblasion dar mas derechos pero derechos a costa de los derechos de los demás y de no asumir la realidad de manera objetiva un prostit@ es eso sea lo que sea y sea como sea debe tenerse como delito grabe con tolerancia cero como las drogas además de acabar de incluir en la ley la prolireracion de enfermedades como el VIH también como un delito bien grabe ya que existen denasiadas personas que conscientemente la padecen y no informan a sus relaciones o clientes de algo que destruirá su vida y su sexualidad no creo que victimisar a los que tienen conductas negativas sea una solución nadie por ser LGBTI tiene necesidad de prostituirse y menos si tiene VIH cuba es un país donde hay estudios trabajos y seguridad social así que no tiene justificasion

  • el estudiante dijo:

    La Revolución Cubana fue un evento liberador que fue recibido por amplias capas de la población, entre ellas, las más humildes, las más desposeídas, las más excluidas, como una posibilidad cierta para librarnos de la prostitución. Fidel (y cuando digo Fidel simbolizo en él todos los que contribuyeron a dignificar a la sociedad cubana) luchó incansablemente contra este flagelo que solo hace reproducir relaciones de sometimiento, dependencia y humillación. Pero vino Hollywood, sacó a Richard Gere y Julia Roberts en "Pretty Woman", y perdimos la batalla. A pesar de todo lo que digamos y hagamos ahora, para muchos nietos y bisnietos de aquellos que aplaudieron a la Revolución Cubana porque ya sus familiares no tendrían que prostituirse con los marines yankis, hoy ven a la prostitución como algo glamoroso que les permite disfrutar celulares, ropa vistosa, carros, hoteles, y hasta viajes. Y de ahí al mercenarismo homosexualizado solo hay un paso. Y si no, pregúntenle a Otaola...

    • Manuel dijo:

      Me gustó muchisimo su opinión.

  • Hugo Andrés Govin Díaz dijo:

    ¿Desde cuándo los seres humanos conviven con esa realidad social?
    Pienso que merece atención como comportamiento social hasta cierto punto, mientras no vulnere leyes de convivencia. El resto, son gustos personales. Punto.

  • CarlosG dijo:

    Al triunfo de la Revolución el enfoque hacia las prostitutas fue verlas como víctimas de un sistema explotador y machista que negaba a la mujer las posibilidades de superación y trabajo. Hoy la situación es diferente aunque de cierta forma seguimos percibiendo a la prostituta como "víctima" en detrimento de la responsabilidad personal.
    Hay que potenciar la educación, los valores morales y la responsabilidad individual en la trayectoria de vida de cada quien. Por supuesto, también hay que trabajar en la educación familiar y las relaciones interpersonales. Pero repito, RESPONSABILIDAD INDIVIDUAL, tú eres dueño de tu destino, no culpes a nadie más.

    • Sencillo dijo:

      Totalmente de acuerdo con Carlos G. Responsabilidad y valores, no leyes y estudios sesgados para justificar lo injustificable.

  • Villa dijo:

    Que extenso se me hizo el artículo pero la realidad es aún peor.

  • Chinita dijo:

    Ahora la prostitución se ha modernizado con el empleo de las redes sociales. Imaginen!!!
    Otra cosa, bienestar social es una mafia, conozco muchachas en mi barrio que tienen amistades ahí y les dan pensión sin aplicar para ello. Nuestro país es injusto en ese sentido, le descuentan dinero a madres trabajadoras para dárselo a madres que no quieren trabajar. No entiendo que madres solteras tengan 1 hijo al año como por arte de magia y el gobierno dando dinero a vagas que lo que hacen es parir.

    • Lissette Ftes dijo:

      Plenamente de acuerdo.
      En mi cuadra vive una madre con 2 hijas menores. Le dieron el círculo por la más chiquita, le dan pensión, tiene marido y no trabaja.
      La seguridad social tiene que hacer un intensivo y ver a quiénes les paga y a quiénes le da beneficios.

    • Sencillo dijo:

      Totalmente de acuerdo con Chinita. Madres con 3 hijos que ni los atienden y están de fiesta en fiesta y son casos sociales y le dan casa y todo y madres trabajadoras con un hijo que pasan las de caín para poder ponerlo en un círculo infantil. Eso no está bien y nadie hace artículos de eso. Mucha lástima para unas "por sus circunstancias" y nada para las otras que pelean como leonas la comida de su hijo de manera honesta.

      • GMQ dijo:

        Soy madre trabajadora, profesional de la salud, tengo tres niñas, la mayor tiene siete años y la menor dos meses y ni siquiera me venden una cocina de inducción. Otra compañera de trabajo en la misma situación. No todas las madres con tres hijos somos vagas y de hecho no me dan ninguna atención. En cuánto a círculo tuve suerte con la mayor nada más.

  • PJ dijo:

    Muy bueno el artículo.
    Soy del criterio de que la prostitución nunca acabará, por lo tanto lo que debe hacer este país es legalizarla y así estaría más controlada. Pudiera seguir escribiendo sobre el tema pero prefiero conversar en lugar de escribir.

  • Sencillo dijo:

    "Para el escritor y doctor en Ciencias Sociológicas Victor Hugo Pérez Gallo, el fenómeno de la prostitución femenina en Cuba es multicausal y está en la base del sistema patriarcal, misógino y androcéntrico". Serio? La prostitución parte de una decisión personal para resolver cuestiones económicas en la inmensa mayoría de los casos, no porque alguien los obligue (responsabilidad personal, no justificar con que si los amigos o el ambiente la indujo a eso) y está edificado bajo la vieja ley de oferta y demanda. Dónde está el patriarcado? Que más mujeres que hombres se prostituyen? Eso es una ventaja para ellas, un hombre tiene que morder el cordobán trabajando en el campo si se ve apretado, una mujer puede conseguir 3 veces el dinero que gana una persona en un mes en solo una noche y fiestando. Patriarcado? Encima leyendo artículos como este nos damos cuenta que las opiniones se contradicen y un día lo que es bueno se hace malo y viceversa(siempre poniendo al patriarcado como malo).

    • Tumom dijo:

      También tu puedes conseguir ese dinero en 3 noches, quieres q te diga como? Incluso a hombre se les paga más. Otro comentario incoherente

      • Sencillo dijo:

        Tumom. El delito de proxenetismo está ya en el nuevo Código Penal, ojo con eso. Independientemente de su aparente conocimiento de esos lugares, creo que no me veo en la necesidad de acudir a esa solución para los problemas económicos que me surjan. Siempre puedo acudir a la plomería, albañilería, etc. Poner en riesgo mi cuerpo y salud así no va conmigo, el que sí le resuelva que lo disfrute. Serio, cuidense del VIH y esperemos que la viruela del mono no llegue a Cuba, no vayan a contagiarse igual que el primer foco español. Lo digo de corazón, cuídense y lean para que aprendan.

  • Azucarero de siempre dijo:

    No hay batalla perdida, hay q luchar y no precisamente asi, soy una persona masculina de 60 años, tengo 42 años de labor en la industria azucarera, militante del partido toda una vida, participo en actividades del CDR, CTC y defensa, tengo una madre encamada, hay q darle vuelta cada 1 hora. crio puercos, gallinas, siembro ajo porro, cilantros, junto a mi esposa batallamos con y por nuestros hijos 4. Ha y por los nietos. Los ayudamos y nos ayudan. Confecciono bafles y vendo, pongo musica y ayudo con amor a todas las personas. No tenemos q prostituirnos en nada, Ha tenemos creencias religiosas, tengo además otros contratos de trabajo. A veces la prostitución es un gusto y no una necesidad. Estamos en la tierra de las oprtunidades uno llega hasta donde quiere..

    • Jorge Luis Herrera Alvarez dijo:

      Gracias por la lección de vida. ! Estoy muy de acuerdo con usted. ! Pero desgraciadamente somos una versión limitada. Ya nos estamos iendo. Una especie en extinción. No habrá nunca más una generación como la nuestra. ! Yo perdí la esperanza cuando me di cuenta que no nos escuchan. ! Ellos aprenden más del teléfono que de nosotros. ! De todas formas. Gracias por sus palabras.!

  • Lola dijo:

    Tal vez Uds puedan ayuder a Lucía a ser feliz en las mañanas y busquenle un trabajo para que su entorno familiar no sea tan difícil ese debe ser más duro que la prostitución en sí ese te llega al alma

  • Susana dijo:

    Excelente artículo. Tema polémico..es una realidad que se debe seguir debatiendo.

  • Noemí dijo:

    Excelente artículo!!!
    Lastima que aún existen tabúes sobre estos temas uno sean tan disfundidos como tal...
    No a la homofobia.
    Respeto para las muchachas que valientemente dieron sus testimonios

    • Precisión dijo:

      Aclaración. Lucia no es una muchacha. Se nace con un sexo determinado y ese no se puede cambiar. A la naturaleza no se le puede engañar.

      El transexualismo es la intención sana de tratar de proveer de mayor aceptación con su cuerpo a los individuos que nacen con una "identidad de genero" diferente al que la naturaleza le otorgó.

      Los factores genotipicos y de cariotipo no se pueden cambiar no importa cuanta terapia hormonal reciba un individuo.

      La autopercepcion no puede ser la medida o la determinación del sexo de un individuo.

      Yo puedo ser un ejecutante mediocre del violín y sin embargo "autopercibirme" como un gran ejecutante. No por ello puedo tocar en la Sinfónica Nacional ni exigirle a la crítica artística que me haga un gran elogio.

      Que mi tía se ponga ruedas no quiere decir que sea bicicleta.

  • Lujan dijo:

    1. La prostitución es un mal que afecta a las sociedades de todo el mundo, en Cuba el Triunfo de la Revolución dejo claro que este fenómeno no tiene cabida en la sociedad socialista cubana. Pensar en legalizarla es atentar contra la propia Revolución que justamente lucho y lucha por erradicarla. Duele las fotos de los marines yanquis disfrutando del dolor y la miseria de las mujeres que tenían que prostituirse; no quiero ni deseo eso para mí país. Hay que buscar otras alternativas, mas educación, más empleo y oportunidades. Celia, Aidé, Fidel siempre lucharon por la dignidad de la mujer. Cero tolerancias a la prostitución, a las drogas, a la pornografía y a los juegos de apuestas. ¡Cuba no es ni será patio de diversión de NADIE!!!

  • Ernes dijo:

    La prostitución,la migración y la intolerancia cada vez más al estado y sus medidas son males q nos aquejan, muy bueno q cubadebate un órgano oficial recree estos temas de la cotinidad cubana de hoy.

  • alina dijo:

    Cada minuto que pasa en la vida de kas personas cuentan. Cuando alguien llega a la estación de policía o a alguna institución, qué se hace?
    Se cobra una multa y ya y se siguen acumulando antecedentes penales hasta que llegue el momento de ponerlos en la cárcel.
    ¿Qué se ha hecho antes para que los jóvenes no se prostituyen o se vayan del país?
    Cuba les está fallando.

    • Uno ahi... dijo:

      y repito por si alguien lo ve y tiene respuesta: detenidos por que? multa por que? antecedentes penales por que? si no existe una sola ley en cuba que penalice la prostitucion!!! por favor, si alguien conoce una ley que este vigente en cuba que prohiba la prostitucion que me diga cual es y nunca mas comento en cubadebate!!! NO EXISTE ESE DELITO!!!!!!!

      • Si o no dijo:

        Mi amigo. Si no existe como delito habrá entonces que tipificarla como tal porque bastante daño le ocasiona a la sociedad y a los individuos que la practican.

        Así que no se altere y no escriba en mayúsculas que todo el mundo ve bien y si no usa espejuelos.

  • cgg dijo:

    me encantó ...

  • Dr Valery dijo:

    Muy buen artículo, como su primera parte lo fue. Pero hay mucho por profundizar...mucho!! Se necesita mucha más objetividad, hechos palpables, visibilizar y exponer a la luz pública estos fenómenos q se han "normalizado" en la sociedad y aquellos q impiden q se hagan investigaciones al respecto. Creo en lo personal q el factor determinante q lleva a estas conductas es el socioeconomico; vivimos (o sobrevivimos ) en una sociedad donde aquellos q poseen mejor solvencia económica son mantenidos (desde el exterior) y/o "luchan", y para colmo d males el estado crea para ellos las facilidades d mercado (red de tiendas en MLC) inaccesibles para el obrero común...ante esta cruda realidad la juventud de hoy se cuestiona seriamente q hacer con su futuro, y un gran % d ellos toma, evidentemente, el rumbo q le genere mayor bienestar económico. Soy médico, mi salario (o estipendio, ya no se como llamarlo apropiadamente) es risorio, según el reportaje "Lucy" en sus mejores noches ganaba 2000 y en las malas 800, un profesional d la salud gana 96 por nocturnidad.

  • Lola dijo:

    Duele el drama de Lucía. Sobre todo la incomprensión familiar.
    Y también duele la violación de la ley: la prostitución NO es un delito, el proxenetismo sí. En consecuencia, detener a una prostituta es tomar el problema por las ramas, hay que buscar al proxeneta, y duro con él o ella, que también las hay.

    • N dijo:

      Es que son más las prostitutas sin proxeneta que con proxeneta. Los dos realizan actividades punibles. Luego ¿crees entonces que nos olvidemos de las prostitutas y solo persigamos a los proxenetas?

      • Uno ahi... dijo:

        exactamente, porque eso dice la ley y la ley, es LEY!!! nadie puede perseguir a una prostituta, nadie, absolutamente nadie esta por encima de la ley, gustele a quien le guste y pesele a quien le pese.

  • BMP2 dijo:

    Con la Prostitución NO NOS ENTENDEMOS !!!, No puede haber paños tibios ni pasadera de manos !!!.
    El Propio acto de la Prostitución es totalmente denigrante Moralmente, convirtiendo un acto genuinamente natural y privado en un Negocio. Va en contra de Toda intención exitosa en el empoderamiento Femenino. Potencia las posiciones machistas utilizando a la Mujer como Objeto de Placer. Arrastra consigo otros males como la Drogadicción, la Violencia, la Vejación, el traumatismo Sicológico y Físico, la enajenación de las buenas costumbres y proyectos sociales, potencia la Mafia, crea Núcleos familiares disfuncionales o en constantes conflictos semi-antagónicos, y muchos más que conocemos...
    No existe forma Racional de Justificar la Prostitución como Medio de Ingresos Personales.

    • Uno ahi... dijo:

      como mismo la mujer tiene derecho a abortar(como dice la campaña: mi cuerpo, mi decision) tienen derecho a prostituirse (su cuerpo, su decision) los hombres tambien tenemos ese derecho, lo que dificilmente podamos abortar... No hay forma de justificar la prostitucion porque no hay nada que justificar. cada cual hace con su vida lo que estime conveniente siempre y cuando no afecte a los demas ni viole ninguna ley. y si no le gusta, el del problema es usted.

      • BMP2 dijo:

        Vas a comparar el Derecho de un Aborto con la inmoralidad de Prostituirse ???. En serio ??. Prostituirse un Derecho ???, En qué lugar de este planeta ???.
        Los hombres quéeeeeee ?¿.
        Tu tergiversación es más un acto de defensa propia que un acto de debate. Evidente.
        Fue inmoralidad, es una inmoralidad y será una inmoralidad, en esta y en la inmensa mayoría de las sociedades y países.
        Si tanto lo justificas es porque le ganas bastante. LQQD.

      • No lo creo dijo:

        Usted tiene una visión bastante simplificada de los asuntos de la vida. "Que cada cual haga con su cuerpo lo que quiera"

        Con eso ya me basta para darme cuenta que explicarle es perder el tiempo. No está dotado para analizar la vida con seriedad y profundidad.

        Muy buenas tardes.

    • Yo dijo:

      Señor cada persona es dueña de su cuerpo y decide que hacer con el. Mientras no afecte a Nadie ni cometa ningún delito. Recuerde que la prostitución viene a través de los siglos.

  • La caimana dijo:

    Un problema social sin dudas es este de la prostitución, por lo que el tema es bienvenido. Me inquieta en este artículo saber que una persona VIH positiva siga ejerciendo esta práctica en tiempos donde hasta el condón escasea. A ese paso, ahorita el Sida va ser tan común como la covid, ojo, eso es muy preocupante.

  • Manuel dijo:

    Los Cubanos conocemos una canción de José José que le llamamos ¨La Jinetera¨; sin dudas es un retrato hablado de este tema.

  • Makkenn dijo:

    La realidad de la vida es que no se ve con buenos ojos este tema de la prostitución,, pero la realidad es otra y es la profesión más antigua del mundo y muy difícil de erradicar,, en mi opinión personal se debería regular con severidad y profesionalidad y sanciones estrictas para aquellos que escojan semejante profesión y no cumplan normas estrictas como control mensual de salud para prevenir enfermedades como VIH y otos y que sometan a menores de edad,, eso sí no es permitido y deberían tener mano dura en este caso

  • Dennis mourdoch dijo:

    Que bien artículo.. gracias

  • Observador dijo:

    Respondo a la pregunta de la Dra. Arlin Pérez Duharte cuando refiriéndose a la prostitución dice "la legalizamos, la autorizamos, creamos zonas y un sistema de Salus
    Salud Pública y ¿ entonces qué? Pues que disminuirá su ejemplo para la juventud, disminuirán las enfermedades de transmisión sexual, disminuirá el acoso al turista, las estudiantes se dedicarán más a estudiar al no emplear tiempo en las actividades de comercio sexual.

  • William dijo:

    Muy buen artículo. Muy valiente poner este asunto a debate. Ya con tantas opiniones lograron el objetivo. Hablar de estos problemas abiertamente produce el efecto necesario de educación . La prensa no debe tener miedo a publicar estos asuntos. Esto nos hace más fuertes y dará soluciones a diferentes situaciones. El problema es muy complejo y necesita divulgación y análisis en nuestra sociedad

  • Carol dijo:

    Excelente artículo.Muchas aristas a debatir.Tambien muy acertadas las opiniones que he leido acá en Cubadebate.
    La prostitución en Cuba se intentó desaparecer al triunfo de la Revolución eliminando las causas sociales.A partir del periodo especial le prostitución se retoma con una fuerza creciente e irreversible con el asedio al turismo como forma de sobrevivir,luego se fue "heredando" como forma de sustento hasta el dia de hoy.El deterioro moral de la sociedad la abriga y ella no es más que una de sus formas.Hay mucha prostitución solapada no visible ni nocturna a cambio de ventajas laborales, para evitar despidos y otros.Al menos las clásicas son más honestasy dan " la cara".
    El "tapar"y no tratar ni estudiar estos temas por especialistas,sociólogos psicólogos etc.El no hacer trabajos periodísticos sobre ellos nos va a hubdur aun más.No nos va a permitir resolver este asunto para la generación que hoy es la niñéz.
    Este es un asunto ante todo humano.
    Sería interesante tratar tambien la prostitución masculina.Como dice el artículo hay mucha prostitución y no precisamente en las esquinas.
    Felicidades a Cubadebate y los periodistas.
    Esta arista del Nuevo Codigo de la familia debe ser más divulgada.Sería un tema muy interesante para ser abordado por la Dra.Patricia Ares en el programa televisivo.Familias.
    Gracias

Se han publicado 57 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Dinella García Acosta

Dinella García Acosta

Periodista de Cubadebate. Graduada de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana (2019). Contacto: dinella@cubadebate.cu En Twitter: @dinella_garcia

Karina Rodríguez Martínez

Karina Rodríguez Martínez

Jefa del Departamento de Coordinación Editorial, Análisis y Comunicación de IDEAS Multimedios. Sus trabajos son publicados en Cubadebate y la Mesa Redonda. Graduada de Periodismo por la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana en el 2020. Ha obtenido premios y menciones en el Concurso Nacional de Periodismo "26 de Julio"

Andy Jorge Blanco

Andy Jorge Blanco

Periodista de Cubadebate. Licenciado en Periodismo por la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana en 2020. Trabajó como redactor multimedia de Telesur (2019-2020). En twitter: @ajblancocu

Edilberto Carmona Tamayo

Edilberto Carmona Tamayo

Subdirector de Desarrollo y Soporte a los Medios de Ideas Multimedios. Licenciado en Periodismo en 2016 por la Universidad de Holguín. Contacto: edilberto@cubadebate.cu

Abel Padrón Padilla

Abel Padrón Padilla

Fotorreportero de Cubadebate. Trabajó en la Agencia Cubana de Noticias (2008-2018) y en el periódico Trabajadores. Correo: abel@cubadebate.cu

Vea también