Ocho de enero: La historia se renueva cada año
El cuerpo se estremece alrededor de las dos de la tarde, cuando los caravanistas que rememoran la trayectoria realizada hace 63 años por Fidel y los rebeldes, arriban lanzando consignas patrióticas en camiones acompañados por el pueblo. Son jóvenes y pioneros de la capital, pero también combatientes de verde olivo que el 2 de enero de 1959 salieron desde Oriente para llegar a La Habana y hoy reeditan el acontecimiento.
En la Ciudad Escolar esperan pioneros de primaria y secundaria, estudiantes de preuniversitario, pero también directivos como Luis Antonio Torres Iríbar, primer secretario del PCC en La Habana, Aylín Álvarez García, primera secretaria del Comité Nacional de la UJC, Reinaldo García Zapata, gobernador de La Habana, Teté Puebla, Heroína de la República y vicepresidenta nacional de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana y Víctor Dreke, presidente de la Asociación de Combatientes de La Habana.
“Fidel dijo hace 63 años que el camino iba a ser difícil. Y lo ha sido, pero estamos aquí”, dice Torres Iríbar a quienes llegaban, que tomaron asiento para iniciar el acto.
La presentación del Proyecto de Danza y Percusión Habana Compass Dance y las palabras de rememoración de Leonardo Tamarí Aldana, presidente municipal de la Asociación de Combatientes en Marianao y Ana Rosa Granda Esteban, primera secretaria del Comité Provincial de la UJC en La Habana son los primeros sucesos de la tarde.
Luego, Torres Iríbar y Álvarez García aprovechan la ocasión para entregar a once jóvenes de destacada trayectoria el carnet que los acredita como militantes de la Unión de Jóvenes Comunistas. Uno de ellos, Bárbaro Luis Suárez Zulueta, trabajador de la dirección general de Transporte de La Habana, comenta a Cubadebate la satisfacción de integrarse a la organización en esta fecha significativa y reafirma su compromiso con el proceso revolucionario.
En ese sentido, Ana Rosa Granda Esteban destaca: “la caravana continuará su paso indetenible hacia el presente y futuro. Serán otros los barbudos y otros los caravanistas, pero en todos estará siempre la certeza de salvar la Revolución”.
Con ella concuerda el combatiente del Ejército Rebelde Plácido Ricardo Oduardo, quien acompañó a los jóvenes desde la frontera entre La Habana y Mayabeque. “Rememorar la caravana es un modo de mantener viva la Revolución. No nos podemos sentar. Tenemos que perfeccionar lo que se ha logrado en estos años y es un alivio ver que la obra de Fidel queda a buen resguardo”.
Las notas de Girón, la victoria cierran el acto, en voz de los intérpretes de la Academia de Canto Mariana de Gonich. Cada nota retumba en el pecho, el público se levanta de su asiento y cuatro muchachos toman la delantera del escenario con insignias del 26 de julio. Allá, en la cima, una foto de Fidel, este mismo día, hace 63 años, bañado de pueblo. No es un acto cualquiera. Un día como hoy comenzó una historia que cada año se renueva desde sus retoños.
- Con Filo: Mejor que la novela turca
- Inmersión digital (2): Mundo móvil
- Rostros del Transporte: Adrián y la disciplina de cada piloto
- Sistemas de Detección de Intrusiones: Centinelas ocultos que protegen nuestro mundo interconectado
- Sabor y tradición: La quinua en sopa y ensalada, pan de calabaza y de maíz
- ir aEspeciales »
- Rostros del Transporte: Adrián y la disciplina de cada piloto
- Sabor y tradición: La quinua en sopa y ensalada, pan de calabaza y de maíz
- Aprueba una legislación que podría prohibir TikTok en EE.UU.
- Un avión se estrella en un río de Alaska: No se han hallado supervivientes
- Díaz-Canel felicita a cienfuegueros en aniversario 205 de su ciudad
- ir aSociedad »
La revolución no se defiende con CONSIGNAS NI carteles, eso no no arenga a nadie,eso es politiquería, la voluntad de la gente es la solución de los problemas auque tenga un costo político, Y hay que evitar que el costo sea mayor, a nadie le interesan los carteles y fotos que sólo se usan para intimidar, LAS FOTOS DE MARTI NO DAN TEMOR , TODO LO CONTRARII, AMOR Y SIGNO DE PAZ.
Veo muy bien que se haga esta caravana todos los años como recordatorio. De hecho pienso que no debe quedar solo ahí, sino hacer encuentros donde los más ancianos puedan explicarle a los más jóvenes sus experiencias en aquel momento. No con política, ni con discursos elaborados, simplemente compartiendo sus vivencias, lo que significó para ellos, como se sintieron, los sucesos que recuerden. La historia es algo que no se debe perder.