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Tenemos que conectar a los jóvenes con el proyecto revolucionario (+Podcast)

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El podcast de Cubadebate se graba en el estudio de Nexos Radio en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana. Foto: Ariel González Calzado

Esta semana el podcast de Cubadebate se acerca a la política desde una perspectiva diferente.  ¿Qué retos tiene la izquierda joven en Cuba? ¿Cuáles temas debe posicionar en su agenda? ¿Por qué los jóvenes tienden a asumir la política desde la inercia? ¿Solo con consignas se hace la Revolución?

Para responder a estas interrogantes acudimos a dos jóvenes partícipes de uno de los “eventos” más sonados, alabados y criticados de los últimos meses: La Tángana en el Trillo. Ellos son:

  • Claudia Alejandra Damiani Cavero, escritora (Premios David y Calendario, 2018), diseñadora y profesora en el Instituto Superior de Diseño.
  • Iramís Rosique Cárdenas, especialista de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, miembro del Consejo Editorial de La Tizza y de la Asociación Hermanos Saíz.

Escucha el podcast aquí:

Por si quieres repasar algunos aspectos o no tienes los auriculares disponibles, aquí te dejamos parte de la transcripción del debate. ¡Súmate en los comentarios!

A propósito de la Tángana y la crítica/burla a lo espontáneo… ¿Por qué resulta inaudito que sean los jóvenes quienes movilicen a las instituciones por voluntad propia?

Claudia Alejandra Damiani Cavero: Tiene mucho que ver con la visión liberal, que es la hegemónica a nivel mundial, de concebir la sociedad civil como algo al margen y opuesto del Estado. En ese sentido, no se entiende desde esa postura que estando la Revolución en el poder, cuente con base y apoyo popular.

En realidad no es una cosa insólita, no es algo que no haya sucedido antes. Existen iniciativas y grupos revolucionarios de izquierda en Cuba que han hecho actividades; lo que la Tángana tuvo la particularidad, por las circunstancias en las que se dio, de que tuvo más visibilidad y un apoyo más efectivo de las instituciones.

Iramís Rosique Cárdenas: Nosotros decíamos ahí precisamente, que algo como La Tángana, una iniciativa propia, de personas que no estuvieron dentro de las instituciones y recibieron su apoyo, fue algo insoportable e incomprensible para los que han construido narrativas de que el Estado lo controla todo, lo que no controla lo prohíbe o que es absolutamente opuesto a la sociedad civil.

Eso tiene mucho que ver con las maneras liberales de entender al Estado y la sociedad civil; la sociedad civil como la fuente de todo bien, donde están las personas buenas y el Estado como lo peor del mundo.

Es una visión que nosotros no compartimos y que además, la Tángana demostró no es real, porque manifestó que existe una sociedad civil socialista, una juventud revolucionaria que tiene algo que decir y no va frontalmente contra el Estado. Puede participar de las instituciones y debe colaborar con ellas.

Uno de los términos que se manejó ese día en el parque Trillo fue el diálogo revolucionario. ¿Hay necesidad de que exista diálogo revolucionario en Cuba?

En el parque Trillo varios jóvenes resaltaron que el diálogo es necesario. Foto: Rogelio Carmenate/ Cubadadebate.

Iramís Rosique  Cárdenas: El problema del “diálogo revolucionario” es también las apropiaciones que hacen algunas personas. Lo entienden única y exclusivamente, como “vamos a sentarnos aquí, tú y yo, y vamos a confrontar determinadas ideas, la puesta en agenda y la mención pública de asuntos no siempre dichos o la declaración de existencia en esta misma sociedad civil socialista”, por ejemplo. Es un diálogo también en disputa con otras narrativas, con otros diálogos.

Con el diálogo revolucionario hay que hacerse la pregunta, qué se dialoga y con quién se dialoga. Porque tiene que ver con los que quieren dialogar, con los que no quieren, es imposible.

Como decía uno de los discursos, el diálogo revolucionario no es para poner en cuestión la Revolución, la soberanía, el socialismo, sino que es una herramienta para la profundización democrática de la Revolución, del socialismo, para su radicalización, su búsqueda y la ampliación de la justicia social.

Claudia, en tu discurso manejaste varios asuntos, que por lo general suelen salirse de la agenda mediática o cuando hablamos de la lucha por el socialismo que queremos construir en Cuba. ¿Qué temas crees que necesita priorizar la agenda de izquierda y por qué?

Claudia Alejandra Damiani Cavero: Las luchas del siglo XXI aparecen un poco atomizadas. Están todas las emancipaciones identitarias, que tienen que ver con la opresión patriarcal, el feminismo, las luchas LGBTIQ, incluso los enfoques desde el ecologismo y, por supuesto, contra el racismo.

Los vemos separados o desglosados pero tienen el elemento interesante de que ven el problema de la opresión. Es necesario se articulen, no se queden en un nivel reduccionista y poco radical, en el sentido de que no vayan a la raíz del problema  o ataquen solamente un síntoma y no la causa.

Lograr ver la opresión (estructural al sistema capitalista) y su relación entre los diversos tipos de opresiones, me parece algo muy favorable a la causa del socialismo. Quizás en el siglo XX no se hacía tanto hincapié y se miraba solo la lucha de clases, pero el enfoque sistémico de todas las opresiones me parece necesario.

Que se hable más de feminismo y se orienten los problemas de la sociedad cubana desde esa perspectiva. Son temas de los que, indudablemente, la Revolución sí se ha preocupado (porque sería falso insinuar que están olvidados), pero en la actualidad son cuestiones en las que no se hace tanto énfasis.

Tenemos organizaciones como la Federación de Mujeres Cubanas  que podría articularse de alguna manera con las iniciativas feministas que están ocurriendo y sin embargo, no tienen ese enfoque.

Iramís Rosique Cárdenas: Hay una ausencia sistemática de determinados temas de este tipo en el discurso de la agenda oficial, aun cuando se pueden mencionar algunos ejemplos. Esto tiene dos consecuencias negativas.

La primera es el extrañamiento de personas que tienen sensibilidades políticas de izquierda, pero al estar ausentes estos temas, no sienten cubiertas todas sus necesidades políticas en el proyecto de socialismo cubano.

Lo sienten como extraño porque... “no me representa”,  en el sentido de que hay unas determinadas causas e inquietudes políticas que “yo tengo y tú no me las cubres”, porque no las tratas, te parecen secundarias...

La segunda consecuencia creo que es aún peor. No basta con no ser machista o con no ser racista. Las militancias antirracistas, las feministas, las pro-LGBTIQ son imprescindibles. Hay que tener ese debate permanente que vaya poniéndole un cerco, un freno a los imaginarios que son conservadores y se reproducen espontáneamente por el sentido común y la tradición.

La conciencia social se hace pasto de las ideas más reaccionarias y por tanto, ahí es donde empiezan a emerger tendencias de ultraderecha, como por ejemplo, el fundamentalismo religioso.

¿El fundamentalismo religioso de dónde bebe? De esos imaginarios, que son conservadores y existen en el pueblo porque han existido siempre y vienen de mil años de cristianismo, de mil años de sociedades patriarcales...

Esos movimientos disputan a la Revolución la base social, la movilización, la conciencia del pueblo. Eso es un problema.

¿Por qué creen que hay una tendencia a que la política se asuma desde la inercia sobre todo desde los más jóvenes?

Claudia Alejandra Damiani e Iramís Rosique señalan la importancia de la movilización popular. Foto: Ariel González Calzado

Claudia Alejandra Damiani Cavero: Tiene que ver con una pérdida de cierta contrahegemonía de la Revolución. Por supuesto, es una consecuencia de la circunstancias de finales del siglo XX, de la caída del Campo Socialista  y de lo que eso representó para la economía cubana y la sociedad, pues se resquebraja en cierto sentido la equidad social que se había logrado.

Creo que no es un fenómeno solo cubano, sino que de hecho, existe a raíz de esas mismas derrotas de finales del siglo XX. Se genera como una tendencia a nivel mundial de renegar de la política, en el progreso social con la que venía ese siglo.

Entonces se empieza a ver como parte del fenómeno de la neoliberalización que se extiende. Se empieza a ver al Estado, a lo político propiamente dicho como algo sucio, ajeno, en lo que “es mejor no meterse” porque te busca problemas. Tiene que ver con eso, con la sensación de escepticismo con la que quedó el mundo y con el pesimismo a lo que venía en el futuro.

También pasa en Cuba. Ha habido determinadas prácticas durante un tiempo donde todas las decisiones políticas y las iniciativas surgen de forma vertical, desde “arriba”. Esa manera, de orientar a las bases lo que “tienen que hacer” y con una carga de cierto paternalismo, también influye en la desmovilización de las masas.

Tenemos un contexto donde hay unas desideologización y despolitización que ocurren a nivel mundial, donde además tenemos determinadas crisis que tienen que ver con la economía pero repercuten en lo social; y una práctica que no fomenta que las personas se sientan implicadas en la política directamente.

Iramís Rosique Cárdenas: De hecho, como decía Damiani, ahí hay dos factores. En número uno está el contexto internacional. Desde el 91 para acá hay un triunfo ideológico del capitalismo que fortalece las cuestiones que tienen que ver con el individualismo.

Cuando estás en el individualismo, no te interesa participar en la política, no te interesa hacer por nadie, porque quieres hacer todo para ti.

Vivimos en una época a nivel mundial de un auge del individualismo. Hay que ver si la pandemia del coronavirus ha puesto eso en cuestión y revelado la importancia de la solidaridad.

Por el otro lado están las propias derrotas generacionales que hemos sufrido, por ejemplo, la crisis del periodo especial. Hay un deterioro del bienestar, una imposibilidad de las personas de cubrir determinadas expectativas de vida y eso hace que algunas maneras de hacer la política se vuelvan inefectivas.

Nos enfrentamos a un problema. Hay determinadas franjas de la sociedad que sienten un extrañamiento con respecto a la política tradicional en Cuba y a la institucionalidad, porque  no es a toda política, después se sienten entusiasmados por otras formas de activismo que, muchas incluso, son hostiles al proyecto cubano.

Tenemos que preguntarnos qué prácticas tenemos que modificar para reganar a esas personas, que tienen sensibilidades de izquierda (…) porque hay una desconexión tanto en el que lee, por ejemplo los medios independientes, que no necesariamente es una persona de derecha pero le interesan esos medios, como el que ni siquiera los lee, porque está tan preocupado en que tiene que comprar por ejemplo el pollo, que no tiene tiempo para pensar en política, ni le interesa.

Tenemos que pensar cómo reconectar con esas personas que ya no se sienten conectadas con el proyecto de Revolución. Eso es un tremendo reto y parte de lo que nosotros planteábamos allí tiene que ver con eso. Hay nuevas formas de participación. Desde la izquierda hay que articular y reconocer eso, ver cómo gestionamos esas nuevas iniciativas, incluirlas dentro del proyecto.

Claudia Alejandra Damiani Cavero: Quizás eso está cambiando en estos últimos tiempos. La postura apolítica “demostró” que al final es una postura de la hegemonía del orden mundial, o sea, del capitalismo.

Evidentemente todo es política porque tiene que ver con las leyes que rigen la vida en sociedad. Por ejemplo, los animalistas, el feminismo, ese tipo de actividades, movimientos o iniciativas… eran leídos por las personas que estaban implicadas como que eso era “no meterse en política”.

Iramís Rosique Cárdenas: Se identificaba la política con los actos y prácticas tradicionales y no con otras maneras. Es muy importante la movilización popular. La desmovilización es fatal porque nos desarma, nos quita como sociedad civil socialista la posibilidad de responder, de actuar.

La movilización es fundamental y la Revolución cubana tiene una amplia tradición. En eso Fidel era espectacular. Tenía una inteligencia extraordinaria de cómo las masas funcionaban, de movilizarlas, de hacer grandes campañas implicando a todo el mundo, desde la de Alfabetización hasta la Batalla de Ideas.

Hay que implicar a la gente en el mejoramiento de sus vidas, en la formulación y creación del país. Ese tipo de movilización, de la cual tenemos montones de experiencia: las campañas, los parlamentos obreros, el control popular...

El presidente insiste mucho con el control popular con esto de los precios, se ha visto ahora con la preocupación de lo que está pasando en los SAF, los voluntarios, jóvenes que han ido a los centros de aislamiento.

O sea, la movilización y la participación de la gente son un antídoto contra la apatía, el extrañamiento y la desmovilización.

Hay una tendencia que es asociar a los revolucionarios con las consignas y a veces, de tanto repetirlas se van quedando un poco vacías, ¿qué podemos hacer los jóvenes de izquierda para que eso no suceda?

Claudia Alejandra Damiani Cárdenas: Cuando de alguna manera uno siente que son una inercia, se han vaciado de contenido, se han asociado a determinadas consignas, a algo que se repite, pero sin sentirlo… entonces empieza a generarse como un prejuicio.

De hecho, yo hoy por hoy no escapo y no sé hasta qué punto es un prejuicio infundado, del cual no soy capaz de liberarme y hasta qué punto es que quizás, hay que darle a las consignas la oportunidad de reaparecer por sí solas.

Volverles a encontrar su contenido y su verdadero significado e incluso crear nuevas. Muchas veces la consigna funciona como un mito, una cosa reaccionaria (…) vaciado del significado real del contexto en el cual surgió, pierde su sentido revolucionario.

Iramís Rosique Cárdenas: A mí me gustan las consignas. Entiendo que tienen unos usos específicos. Nosotros con las consignas nos enfrentamos a dos problemas también.

La consigna tiene que ver con los mitos y como dice un amigo mío, los mitos no sirven para explicar la realidad. A veces estamos explicando la realidad en Cuba o en el mundo a las personas con las consignas. Y las consignas no sirven para explicar la realidad, tienen un uso en la movilización.

Un periodista, un investigador o un político no pueden explicar la realidad al pueblo a través de una consigna. Las consignas no sirven para eso. El otro problema es la fosilización de determinadas consignas. Tienen su momento, cada una tiene su sentir.

A mí, hay una que me encanta que es “¡Socialismo o Muerte!”, pero tengo claro de que si estamos en un balance del trabajo de la FEU o de la agricultura, no toca a lo mejor decirla. “¡Socialismo o Muerte!” es una consigna que tiene que ver más con el combate.

Claudia se refería a las nuevas consignas... Cuando decimos “El violador eres tú” es una consigna. O cuando decimos “El patriarcado se va a caer”.

La fosilización de las consignas ha consistido en que ha habido tres o cuatro, las típicas que Fidel, muy atinadamente siempre decía: ¡Patria o Muerte!, ¡Socialismo o Muerte!, ¡Viva la Revolución!, ¡Hasta la Victoria Siempre!... Ese es el inventario de consignas.

Nuestras organizaciones, que tienen algunos problemas de inmovilidad también y de fosilización en las maneras de hacer el trabajo político, se han quedado con ellas (…) Da igual si es en una fiesta, una marcha, un balance, un comunicado, sea donde sea. Nosotros tenemos que incorporar las nuevas consignas de estas otras luchas.

El presidente es también experto en eso. Recuerdo cuando decía “¡Viviremos y Venceremos!” Eso es una consigna también, pero una que tiene un marco de aplicación específico, tiene que ver con esta cosa horrible que nos ha pasado con la pandemia; o cuando creó ¡Somos Continuidad!, que tampoco sirve para cualquier cosa, ni cualquier contexto.

El uso atinado de las consignas, su actualización, ponerle “carne, sangre y vida” es fundamental.

La gente, naturalmente rechaza la impostación de las consignas porque no es boba y siempre sabe cuándo se está diciendo una cosa por pura formalidad, no tiene sentido o está vacía.

¿Cómo definen lo que es ser revolucionarios?

Desde el estudio de Nexos Radio en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, El podcast de Cubadebate. Foto: Ariel González Calzado

Claudia Alejandra Damiani Cavero: Benedetti decía una cosa en un conjunto de ensayos de El Escritor Latinoamericano y la Revolución Posible, donde hablaba de la fe en la Revolución. Él explicaba que no es una fe como la religiosa, que se basa en una creencia a ciegas, sino que el hecho de tener fe en la Revolución está determinado porque uno ha visto los logros y todo el elemento libertario y emancipador de ese proceso social.

Uno ha constatado que de hecho tiene un valor positivo y ha logrado cosas, ha contribuido a la justicia social y a que la gente pueda estar más cerca de la dignidad plena.

Creo que ser revolucionario tiene que ver un poco con eso en el sentido de la fe entendida como el tener esperanzas de que el mundo puede transformarse para mejor, que pasa primero, incluso por tener inconformidades con la realidad en la que existe; y pensar que se puede transformar y trabajar en función de ello. Tiene que ver también con que el ser humano pueda estar cada vez más emancipado y la sociedad pueda ser más justa.

Iramís Rosique Cárdenas: Es una pregunta difícil y muy comprometedora. Creo que ser revolucionarios tiene que ver con la idea de que el mundo puede ser mejor y las personas también. Con la voluntad de sacrificarte por los otros y de pensar en los otros.

El individualismo no tiene nada que ver con la Revolución. El que esté pensando en sí mismo nada más no puede ser revolucionario. Los revolucionarios muchas veces actúan para cosas que no va a ver y no van a vivir.

Ser revolucionarios tiene mucho que ver también con lo que no soportamos: la injusticia, la deshonestidad, los atropellos, la violencia, las asimetrías, las inequidades, las desigualdades...

Creo que los revolucionarios y los comunistas luchamos por la felicidad de las personas, por un mundo donde todas puedan ser plenamente felices. Creer que ese mundo se puede construir, es lo que nos caracteriza.

Vea en video, fragmentos de los discursos de Iramís Rosique y Claudia Alejandra Damiani


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Se han publicado 30 comentarios



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  • Carlos dijo:

    Muy acertadas las muchachas respecto al tema de la desconexión de los jóvenes con los procesos de la revolución. Tienen bien identificado que el discurso tiene que cambiar porque los jóvenes necesitamos escuchar el discurso de nuestra revolución, no de la del 59. El tema del individualismo pienso que es complicado de solucionar, ya que a medida que se va decepcionando uno con la forma en que funciona el mismo sistema hay un divorcio total o parcial de todos los procesos políticos y sociales.

  • Yonerloy dijo:

    Siempre hemos hecho política hacia el exterior, no es común hablar de política a lo interno. Me gustaría que también dedicáramos un espacio para hablar de la paja en nuestro ojo. Tengo muy claro quiénes son el enemigo, pero la voz de los que queremos el bien para nuestro país también es menospreciada cuando no se escucha lo que se quiere. La unanimidad de pensamientos es un mito, el diálogo constructivo, la identificación de problemas reales, darle un orden de prioridad a su solución, son tareas aún pendientes.

  • Susana dijo:

    En algun lado estan los jóvenes, claro, seguro... Pero no para un salario que no alcance... Mirenlos ahi, en un restaurante privado o en algun otro trabajo. Trabajando mas de 8 horas o turnos alternos de mas de 16 horas. Pero al final de mes ven el fruto del sacrificio. Otros que con dolor y tristeza dejaron su profesión... Maestros, enfermeros, medicos, ingenieros y fueron a otros lugares con más remoneracion. Y no, no es que sean unos materialistas, no lo son. Son seres con necesidades y sueños que hacer. Y con reconocimientos no se vive, no se come, no se hace o se arregla una casa, un espacio para descansar y convivir.

    Cuantos jóvenes prefieren ir a hacer cualquier cosas a cualquier sitio, pero no en Cuba. Vamos camino a ser una sociedad de envejecida, sin jóvenes.

    • Yonerloy dijo:

      Susana saludos,

      Entiendo lo que quieres expresar, no obstante el problema no es el salario propiamente, sino la productividad, la eficiencia, la generación de productos y servicios, la competencia, la relación entre la oferta y la demanda, el bloqueo interno y externo.

      Generar empleo y ganancias para los trabajadores, antes era una responsabilidad exclusiva del sector estatal, hoy afortunadamente se le ha ido dando mayor participación al sector privado, tan estigmatizado por tanto tiempo y que al final este sector, es también parte del pueblo y contribuye a los objetivos globales del estado. Así que si los jóvenes ganan buen dinero en el sector privado, genial, se va cumpliendo el objetivo también.

      Dejar su profesión es algo que no necesariamente es un problema, el mundo laboral es muy cambiante y hay que aprender a adaptarse constantemente, incluso en la actualidad hay quienes valoran como más prácticas otras formas y programas de enseñanza diferentes a la clásica universidad.

  • Yeyo dijo:

    “Conectar a los jóvenes con el proyecto revolucionario “ De verdad deseo que puedan tener éxitos, pero analicemos pequeñas cosas:
    Primero: ? Qué hicimos nosotros los que hoy peinamos canas sin recibir un centavo adicional a nuestro salario? Zafras azucareras, misiones internacionalistas, por solo citar dos ejemplos. Fuimos también jóvenes conectados a un proceso revolucionario mucho más fuerte y hasta que cegó la vida de muchos.
    Segundo: ? Qué se nos dice hoy? Nos dicen que nos hemos recibido muchas gratuidades y subsidios indebidos.
    Tercero: ? Cómo piensan los jóvenes al ver cómo viven sus padres? Esos padres combatientes internacionalistas.
    Cuarto:,? Por qué la migración de tantos jóvenes hacia el exterior? ?
    Quinto:? Qué instrumentos tenemos para convencer y detener a esos jóvenes ?
    Disculpa, pero la juventud de hoy dista mucho de lo que yo hice por mí país.
    Dices que muchas veces los revolucionarios hacen cosas que no verán y me pregunto dónde están esos revolucionarios pues excepto aquellos que cayeron en la contienda el resto ha luchado para vivir mejor y que sus hijos y nietos tengan mejores condiciones y un futuro garantizado. Esos son los verdaderos revolucionarios.
    Nuevamente deseo de verdad que vuestros sueños se cumplan y que se unan a ustedes todos y no unos cuantos jóvenes.

    • Luiso dijo:

      100% con su opinión,,,

  • Yo dijo:

    Y como piensan hacerlo? No sé si se habrán dado cuenta pero, lejos de conectar, lo que hacen cada día es sembrar repulsión. Esto no convence a nadie.

  • ☠️☠️☠️ dijo:

    Sin engaños por favor, la Constitución de la República tiene cercado cualquier debate serio en cualquier aspecto; y aun así, es violada por las instituciones del Estado cuando les conviene hacerlo. En fin, sin separación real de Poderes, sin una sala constitucional del TSPP que vele por el estricto cumplimiento de la Constitución... los pocos jóvenes que quedan en este país de viejos podrán decir lo que quieran, pero de ahí a cambiar algo realmente relevante... lo dudo mucho.

  • Yonerloy dijo:

    voy leyendo y comentando algunos detalles, espero que no se tome a mal que lo separe en varios comentarios independientes. Se dice que hay que ver con quién se dialoga y de qué. Sé que hay quienes hablan de diálogo y a la hora de la verdad es mentira, no escuchan no les interesa la verdad, pero de todas formas en mi opinión siempre se les debería dar el beneficio de la duda.

  • Maykel Góngora Leyva dijo:

    Estimados.
    Le pido que continúen con esas fuerzas que los caracterizan, un colectivo 5 estrellas.
    También pido que consideren usar las redes nacionales para divulgar los videos y los Podcast. Nuestra red nacional es muy buena.
    Gracias por todo lo cubano que nos hacen sentir.

  • AMS dijo:

    Soy de los nacidos en los 90, he vivido por 30 años y nunca nadie me ha podido responder a: Qué ventaja Social, Intelectual y Económico tiene pertenecer a la UJC y al PCC?
    No se confundan creo en el proceso Revolucionario y soy revolucionario... ser o no de una organización política no significa q soy más o menos revolucionario, Revolución es pensar en el cambio, según el momento y las condiciones idóneas.

    La forma de pensar "Lo hacemos así porque siempre se ha hecho así" esta presente aún en muchos escalones de este país, por eso no hemos avanzado en muchas áreas.

    • Yeyo dijo:

      Hasta que la UJC y el PCC no sean organizaciones populares y no selectivas como ahora no lograran masividad. La selección de los militantes corre el peligro de caer en el sociolismo y la mala selección. Hoy nos golpea mucho los casos de corrupción, malversación, tráfico de influencias y otros males dentro de las filas de estas organizaciones. No es que todos los militantes sean corruptos, pero si está claro que cuando cae un corrupto este es militante.
      Si estas filas se nutren de todo el pueblo su membresía será más fuerte y no habrá cabida para hipócritas, doble moral y corruptos.

  • Tati dijo:

    Por finnn!! Ya era hora de que los jóvenes se sintieran parte de los aciertos y desaciertos, de los logros y pérdidas, de la parte de la historia de su Patria que deben ser. Dejar de ser entes pasivos que sólo esperan a recibir en lugar de participar, de formar parte activa de la construcción de nuestro proceso social. Adelante, jóvenes! Adelante con todas las fuerzas de la historia!

  • Yonerloy dijo:

    Creo que hay tres o cuatro tipos de personas, (1) las realmente inertes, que no sienten ni padecen, (2) los contra revolucionarios a ciegas, (3) los revolucionarios a ciegas y (4) los que, como yo, evaluamos cada día su comportamiento y deseamos que nuestra Revolución permanezca en constante MEJORA CONTÏNUA, además cada vez más cerca del pueblo, con los años he aprendido que no solo debe estar más cerca de la mayoría, también debe estar cerca de las minorías, una revolución totalmente inclusiva.

  • Pablo dijo:

    Ante todo, me satisface la madurez y el compromiso de estos jóvenes en sus análisis.
    Pienso que uno de los objetivos de la subversión, que no es creada por estos actores marionetas, sino por centros de pensamiento ideológicos bien estructurados desde el exterior es introducir en el imaginario y práctica socio- política la nación de izquierda y derecha dentro de nuestra sociedad y a partir de ahí hacerse fuerte en asociar izquierda con lo oficial y enajenar la base de nuestro proyecto social, que es el poder en manos de los humildes, por los humildes y para los humildes, que es igual a decir la clase obrera en el poder y no la burguesía.
    A esa definición de clase no se le puede tener miedo defenderlo, creo que ellos lo han hecho comprometidos.
    Sobre lo de conectar a los jóvenes con la revolución, estimo que asumir ello es dar por sentado, lo que nos quieren colgar. Cuando el hijo de un campesino o de un obrero, una empleado de comunales o un negro puede hacerse ingeniero, médico, científico sin costó alguno o cuando una madre joven es atendida antes durante y después del parto y tiene seguridad de que su hijo tendrá asegurado el futuro, de hecho no está conectado con la revolución?
    Pienso que es válido utilizar herramientas, por los políticos, organizaciones juveniles, sociales, que son un producto y un recurso lícito de nuestro proyecto, para que esos derechos conquistados no sean consignas o alcanzados y por tanto son implisitos, sino que son la materialización de la conexión.
    Finalmente, pienso que hay una realidad no bien estudiada, por la psicología y sociología, y es que la comparación de la calidad de vida que se ha enraizado en una buena parte de la juventud es con los países desarrollados y especialmente EUA y a partir de ahí el mensaje de respuesta es imposible.
    La comparación en términos sociales, económicos, dignidad, derechos, seguridad ciudadana etc es con países de igual nivel, o sea el llamado mundo subdesarrollado o en desarrollo. Un simple ejemplo, por qué podemos ser el único país en desarrollo que está produciendo vacunas contra la pandemia? Incluso ante países de renta alta. Quién lo ha hecho? Jóvenes conectados con la revolución, sin que eso este así en su pensamiento, es un hecho per see.

  • Mauro dijo:

    Excelente enfoque y no dejen de defender y declararse socialistas y comunistas, claro que siempre habrá quien su razonamiento es material, es de respetar como individualidad, aunque este proyecto es de los más. Nunca se ha razonado, porqué los malos nos quieren destruir, ? No será porqué somos buenos y no les conviene el ejemplo.
    Valió la pena haber luchado las anteriores y las actuales generaciones. Bravo muchachos.

  • Mary dijo:

    Muy interesante trabajo. Hacen falta muchos como este. Felicidades

  • Ragnar dijo:

    Expresa una de las participantes en el Podcast:
    "Como decía uno de los discursos, el diálogo revolucionario no es para poner en cuestión la Revolución, la soberanía, el socialismo, sino que es una herramienta para la profundización democrática de la Revolución, del socialismo, para su radicalización, su búsqueda y la ampliación de la justicia social."

    Y el decía Fidel, el día del triunfo de la Revolución:
    Ahora hablará el que quiera, bien o mal, pero hablará el que quiera. No es como ocurría aquí, que hablaban ellos solos y hablaban mal (Gritos). Habrá libertad absoluta porque para eso se ha hecho la Revolución; libertad incluso para nuestros enemigos; libertad para que nos critiquen y nos ataquen a nosotros; que siempre será un placer saber que nos combaten con la libertad que hemos ayudado a conquistar para todos (Aplausos). Nunca nos ofen­deremos, siempre nos defenderemos y seguiremos solo una norma: la norma del respeto al derecho y a los pensamientos de los demás.

    Quizás la desconexión que se nota en la actualidad tiene que ver con que muchas de las ideas que se enarbolaron durante los primeros momentos de la Revolución distan mucho de la práctica de la política que hoy vemos en la realidad.

  • OERM dijo:

    Creo que es un tema que hay que darle mucho seguimiento y escuchar muy detalladamente las opiniones del pueblo, los jóvenes y los menos jóvenes. En días pasados escuchábamos decir a alguien en el canal Caribe, que en nuestro sistema informativo teníamos muchos analistas de política internacional, pero de política interna y de la realidad nacional no tenemos casi ninguno o ninguno y la realidad cubana hay seguirla muy de cerca. Nuestros jóvenes tienen sueños, tienen ilusiones y necesitamos lograr esos sueños, esas ilusiones con nuestro esfuerzo propio dentro de
    nuestro país. Necesitamos oportunidades reales. Pensemos que con discursos no se resuelven las necesidades de los ciudadanos y el que escribe tiene muchos deseo de lograr la prosperidad que tanto se habla con esfuerzo propio ahora que puedo aportar y buscar los sueños, pero aún las trabas y limitaciones burocráticas nos frenan. Como también les digo que cuando la revolución nos ha necesitado, también hemos aportado nuestro granito de arena.

  • Rafael dijo:

    El diálogo tiene que ser con todos y para el bien de todos. Estamos muy acostumbrados a reunirnos y dialogar con quienes comparten nuestra manera de pwnsar y eso nos limita y hace daño al país.
    Cuando yo estudiaba en la universidad, por los ochenta, una buena amiga que era católica y muy madura, me hizo ver que hablar y llevarse bien con quienes nos son afines no tiene mérito....lo valedero, lo que nos hace crecer y ser útiles a la patria pasa por ser inclusivos de verdad y atender con respeto a todos los cubanos, sin importar que piense diferente...

  • Adrian dijo:

    Soy joven y la verdad no veo que podamos ser parte de está revolución,sin pertenecer a ninguna organización estatal,en mi opinión personal se tiene que escuchar a los jóvenes,cuba necesita un cambio por el bien y por un futuro mejor,la mayoría de mis amigos viven fuera de Cuba y los otros que quedan quieren irse,esto para mi no está bien..Algo tiene que cambiar.

  • Manuel. Am dijo:

    Se le debe dar a los jóvenes mucho más protagonismo del que hoy tienen en la vida política y social del país. Y no me refiero a su simple participacion como ciudadano, sino que sean participe de las decisiones en los cambios revolucionarios necesarios hoy. Hay toda una generación que hizo grandes cosas, y que aun decide , pero que hoy está sumida en la inercia y el inmovilismo. Es uno de los motivos por lo que tantos jóvenes buscan su futuro fuera de Cuba. Y son jóvenes que fueron de la FEEM, la FEU y la UJC y gritaron una y otra vez esas mencionadas consignas.

  • Guillermo Lázaro dijo:

    Considero que el deber de los que peinamos canas es ser ejemplo para los jóvenes, ante todo ser conscuentes con lo que decimos y hacemos, ser honestos y austeros, modestos y valientes al decir lo que pensamos. La Revolución Cubana es roja, azul y blanca y es deber de los patriotas defenderla pero lo harán los jóvenes que vean en sus mayores los paradigmas a seguir.

  • Yasiel dijo:

    Viva la Revolución Cubana, viva la juventud revolucionaria, la que ama y defiende a Cuba. A esa calidad de personas pertene el destino de nuestra nación.

  • joven revolucionario preocupado dijo:

    La desconexión en muchos casos es evidente, desde apatía política hasta desinterés total por integrarse en los procesos del país, los pocos espacios de debate y enriquecimiento histórico (así como la propia forma de enseñar la historia) se han quedado atascados, salvo excepciones por supuesto. La masa joven del país está ansiosa por construir, aportar, opinar, hacer, sentir por esta Revolución, pero en burocratismos y conformismos aún existentes en nuestras organizaciones de masas muchas veces restamos en vez de sumar y se vuelve más preocupante bajo un contexto de redes sociales intoxicadas con informaciones falsas proveniente de ciertos medios "independientes" que todos conocemos, pero que muchas veces se alojan en lagunas informativas de nuestros propios medios de comunicación, en los cuales es necesario crear nuevas formas de comunicar, transmitir y movilizar para dejar atrás los discursos vacíos y repetitivos que tanto alejan a la juventud de nuestro proyecto social. Nuestros medios tienen que tomar la delantera: ser ágiles con la información, ocupar mayor espacio en redes sociales, apegarse más a la relidad del cubano y sobre todo a la del joven y adolescente cubano, además de aplicar mayor dinamismo, visualidad y profesionalidad sin dejar de ser un periodismo revolucionario y comprometido con el Socialismo, es la humilde y crítica opinión de un estudiante de pre-universitario...

  • Pipo dijo:

    Nuestro comandante siempre dijo que la revolución depende de los jóvenes, y hay que poner bien claro ese concepto de revolución, ya que los jóvenes vemos cómo nuestro país defiende nuestra moral revolucionaria con relación a otros países, pero se debe fijar un poco más a lo que representa el interior del país con las nuevas medidas por ejemplo los precios altos en esta pademia que cada día quita más vidas a personas que a amamos, soy del criterio que si el pueblo cubano gozara de la alimentación necesaria no tendría que salir a la calle arriesgándose en busca de lo que no encuentra y si lo encuentra cuba entera está en esa cola. Yo firme mi compromiso con Fidel y llevo sus ideas bien en alto, pero nos toca a nosotros pensar bien y mejor para que el día de mañana se siga hablando de revolución. Gracias

  • Jesus Lopez Martinez dijo:

    Muy buena la entrevista. Necesitamos q las organizaciones en la comunidad se desfodilicen. Si los Cdr es la orgsnizaciond la familia cubsna tiene q mostrarlo en la practica como se ha hecho en muchos lugares con la pandemia, pero no puede ser solo en momentos extremos. En teoria y en legislacion exist el trabajo comunitario integrado, pero en la realidad no se ve. En teoria es un metodo d trabajo del ppopular, aunque aparece como una obligacion del pres Ampp y d los delrgados, casi nadie lo tiene en cuentA y su esencia es q desde el barrio la gente opine, se proponga hacer cosas y evaluen los resultados. En los povos lugares q he visto q funciona uno se da cuenta como las personas quieren hacer cosas, el control popular sale solo pq la gente se sient dueños del barrio y todo lo a los afect lo enfrentan

  • Lazaro El profe dijo:

    Sugiero que hagan un tiempecito y entrevisten , según los cánones muy conocidos, a una muestra de jóvenes de distinta filiación laboral, estudiantil,y no ocupados o cuantapropistas sobre el tema pues en el periódico Juventud Rebelde y no puedo precisar su fecha se publicó que un por ciento no despreciable de jóvenes encuestados no estimaba ¨¨ser cubano¨¨ , por ejemplo en Villa Clara.
    Creo que hay que insistir más en el conocimiento por nosotros de la Visión de futuro que comparten nuestros jóvenes.
    No voy a decir que no se hacen, pero desconozco si hay investigaciones sobre estos temas entre la juventud temas ausentes de los medios cubanos.

  • Diógenes dijo:

    Humildemente pienso que el tiempo de crear una plataforma socio política y económica –sobre todo económica- para que la juventud sea ganada para estos tiempos pasó. Aunque hay que seguir tratando, pero con otra perspectiva.
    Nos concentramos desde el principio en repartir más o menos equitativamente lo poco que tuviéramos, sin preocuparnos de producir nosotros mismos más y mejor, y con más productividad, para que lo que hubiera para repartir fuera más y mejor cada vez. Desarrollarnos, quiero decir.
    Y en eso no tuvo que ver mucho el bloqueo, porque casi ni lo sentimos durante los 30 años en que la URSS –y en los finales el CAME- nos tiró el cabo más tremendo de que tengo noticia.

  • Edmundo Palma dijo:

    El diálogo con condicionamientos, no es diálogo. Eso es lo que no se entiende. Todo el mundo en un país no pueden ser de izquierda. Somos humanos, no robots.

Se han publicado 30 comentarios



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Ana Álvarez Guerrero

Ana Álvarez Guerrero

Periodista de Cubadebate. Licenciada en Periodismo en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana (2020). En twitter: @a_aguerrero97

Edilberto Carmona Tamayo

Edilberto Carmona Tamayo

Subdirector de Desarrollo y Soporte a los Medios de Ideas Multimedios. Licenciado en Periodismo en 2016 por la Universidad de Holguín. Contacto: edilberto@cubadebate.cu

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