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“El diario de René”: Sábado 30 de diciembre y dentro de solo 82 minutos te voy a llamar

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Son las 8:38 a.m. del sábado 30 de diciembre y dentro de solo ochenta y dos minutos te voy a llamar por teléfono. Como te prometí, quiero aprovechar para hacerte una panorámica de la reacción de la prensa, durante estos días de descanso que siguieron al acceso público de la evidencia, que la jueza dispuso el día 19.

No han pasado muchas cosas desde el pasado lunes 25, en que te escribí por última vez. Ya sabrás que llamé a casa de Roberto para asegurarme de su llegada. Sabrás también que pude hablar con mami que se había quedado a dormir en casa de Roberto y se acostó tarde en la madrugada leyendo la primera parte de este diario. Espero que, cuando hablemos en un rato, tú ya la hayas leído. Sin más preámbulos, te cuento de la cobertura de prensa de los últimos días.

Como ya te dije, la jueza ordenó que la evidencia presentada se hiciera pública en un salón contiguo a la Corte. Esta orden siguió a una audiencia solicitada por The Miami Herald y calurosamente acogida por la Fiscalía, supongo que con la idea de que la publicación de su evidencia los convierta en los héroes del día... Debo admitir que sueños infantiles más tontos han llevado a gente anónima a la celebridad de un día para el otro.

A la publicación de la evidencia se sumaron las revelaciones hechas por los fiscales en los procedimientos del día 20, a través de su calculada presentación. Todo se combinó para alborotar al cucarachero que es la prensa amarilla con pespuntes verdes –el color del dólar– que nos gastamos aquí en Miami.

La cobertura de la prensa local ha estado principalmente en manos de tres periódicos: The Miami Herald, su sucursal en español El Nuevo Herald y el Sun Sentinel, este último del condado Broward.

La corresponsal del The Miami Herald se llama Gail Epstein Nieves, mientras que los novelones de El Nuevo Herald los escribe el señor cuyo nombre te prometí no mencionar más en este diario. La diferencia entre ambos viene a ser, básicamente, que una difama en inglés y el otro en español. Otra diferencia que se me ocurre es que, por razones de espacio, no se pueden sentar en la misma butaca en la sala de la Corte.

En cuanto al Sun Sentinel, los trabajos que me han llegado son pocos, solo los que puede enviarme esporádicamente Philip. Este periódico trata de ser un poco más objetivo, cosa que parecen lograr de vez en cuando.

Por su parte The Miami Herald tuvo una señora que cubrió varios aspectos del caso, desde nuestro arresto hasta poco antes del juicio. Esta señora se llama Carol Rosenberg y mostró cierto profesionalismo, pero desde que el juicio comenzó no hemos leído nada firmado por ella. Tal vez el periódico creyó que era demasiado seria como para ajustarse a la visión que quiere dar la publicación. En otras palabras, tal vez le falta... falta de ética.

El propio día 20, mientras se celebraba la última audiencia de 2000, ambos Herald, que se estaban distribuyendo en las calles de Miami, mostraban el resultado de los primeros accesos de sus corresponsales a la evidencia.

El artículo original fue escrito en inglés, mientras una traducción algo reducida del mismo apareció en español. El titular decía: “Juicio de espías desenmascara secretos de Cuba”.

El objetivo del artículo no es otro que el de predisponer a los lectores en contra nuestra. Selecciona con pinzas frases aisladas para dar a entender que los documentos están “repletos” de referencias a la Revolución y a los Estados Unidos como nuestro “principal enemigo”.

Son las 10:00 y tengo que llamarte por teléfono. Te sigo escribiendo luego.

Como ves, esta ha sido la llamada más corta que te he hecho desde que estoy preso. Le dije a Gerardo que posiblemente su esposa estuviera contigo en este día, y cuando te llamé él ya estaba a mi lado. Me alegró enormemente saber que, efectivamente, ella pudo estar al otro extremo del hilo telefónico. Seguro que tú y yo coincidimos en que valió la pena haber reducido nuestro tiempo, para que ellos pudieran conversar después de más de dos años de incomunicación. Mientras te escribo este párrafo, tengo a Gerardo frente a mí, enfrascado en su plática telefónica.

Creo que va a ser imposible concentrarme en la cobertura de prensa, pues Gerardo acaba de soltar el teléfono y salió brincando por todo el piso, me pasó por delante como una exhalación, dando saltos y agitando los brazos, para hacer un pequeño alto en la celda del Faquir y luego seguir caminando por la unidad. Fernando lo sintió y salió de su celda, pero Gerardo siguió disipando energías por un rato hasta que, al fin, pudo parar junto a nosotros, jadeante y emocionado, para contarnos su conversación con Adriana. Por supuesto que a estas alturas estamos todos juntos, alrededor de la máquina de escribir, y compartimos su entusiasmo. En fin, que como estamos en esta coyuntura, mejor pongo fin a este diario por ahora y continuamos en otro momento.

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René González Sehwerert

René González Sehwerert

Héroe de la República de Cuba. Uno de los cinco jóvenes revolucionarios que se infiltró en grupos terroristas que desde la cuna de la mafia anticubana, Miami, organizan impunes sus ataques criminales contra el territorio cubano. Fue condenado a 15 años de prisión. Su causa contó con una enorme solidaridad internacional. Regresó a Cuba en el año 2013.

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