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Se armó el debate: ¿Nueva estructura para la Serie Nacional?

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La pelota cubana lleva un abanico por dentro que trace hasta lo indecible. Foto: Archivo.

Desde la primera línea confieso que llegar a un consenso en el béisbol es bien difícil en Cuba. Quizás en otros países pase igual, pero lo desconozco. En un encuentro de trabajo con el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez y el Primer Ministro Manuel Marrero, se informó de una nueva estructura para la Serie Nacional, que bien resumida solo agrega un cambio: 30 juegos más en la etapa clasificatoria, mientras crece una montaña de preguntas sobre otras ideas que estaban en el tintero, salieron en la consulta popular, pero finalmente no quedaron contenidas en el proyecto.

Todos conocemos de sobra que un proceso tan amplio salen tantas propuestas como caracoles hay en la arena de una playa. Sin embargo, más allá de la sabiduría popular y del criterio de especialistas, incluso de la prensa especializada, lo más importante y decisivo en este punto es escuchar a los peloteros que juegan en la Serie Nacional y a los cuerpos técnicos que los dirigen. Y al menos en decenas de entrevistas o declaraciones formales e informales hechas por este redactor o publicadas en otros medios, más de un 80 % de esos actores (para ser conservador) no abogó por esta estructura, tal y como se presenta ahora.

Una vez más se impone reconocer con autocrítica que en la primera década de este siglo XXI, los medios de comunicación impulsamos cambiar – quizás erróneamente mirándolo desde la distancia— la estructura de la Serie Nacional que mayor durabilidad y criterios favorables por parte de peloteros y entrenadores ha tenido: 90 juegos en la ronda preliminar y luego cuartos de final, semifinal y final. Eso se traducía en un solitario campeón, puro y a partir de sus propias fuerzas.

Y dicho de una vez, con ese concepto o formato se llenaban igual los estadios, sobre todo en los play off, que eran  fiestas de aproximadamente un mes. Es decir, lo sucedido en cuanto a la efervescencia y el estallido de público en la pasada temporada no es directamente proporcional a que la estructura aplicada sea excelente o ideal, sino a la identidad de los aficionados con el equipo de su territorio, a lo cual se suman conceptos de espectáculo como pantallas gigantes, ofertas culturales y de otros productos, no siempre igual en todas las provincias.

No descubrimos el agua tibia tampoco si revelamos (a partir de las mencionadas entrevistas publicadas en los dos últimos años en prensa impresa, televisión, radio o medios digitales) que la mayoría de los actores de nuestro pasatiempo nacional reiteraban que prefieren un conjunto monarca sin llamar a sus filas a integrantes de otras provincias, al tiempo que sí abogaban por más desafíos y no dejar sin béisbol de la Serie Nacional a más de diez territorios del país tras los primeros 45 desafíos, como empezó a ocurrir desde la 52 Serie, aunque en un principio avanzaban ocho y no seis escuadras a la segunda fase.

También más de una ocasión, peloteros solicitados como refuerzos alegaban problemas médicos, indisposición personal y hasta negativas para jugar con otros conjuntos, aunque por detrás de esas excusas hay una idea central: no quieren estar alejados de sus familias y casas por tanto tiempo, en tanto las atenciones y apoyo en todas las provincias no son iguales y eso afecta o ayuda al rendimiento del incorporado con ese uniforme.

A fuerza de sinceridad, la afición se adaptó más rápido a los refuerzos —con no poca resistencia inicial—, que los propios agregados a las nóminas y los mentores de los respectivos equipos. La vida demostró que esos nombres sumados sí decidieron campeonatos, del mismo modo que aumentaban la calidad competitiva de la segunda fase. Era, al mismo tiempo, dolor sangrante y cura efectiva, castigo para algunos y esperanza de otros. Parecía un parche que algún día se quitaría, sin embargo, ahora se pretende extender con tintes de eternidad cuando muchos deseaban ver un campeón nacional made in provincial 100 %.

Aunque la reunión entre las autoridades deportivas y la máxima dirección del país acordó, según el reporte periodístico, llevar nuevamente el tema a la base, para “seguir buscando consenso entre todos”, solo expondré algunos argumentos y comentarios (propios y llegados ya a nuestra redacción) sobre aspectos a tener en cuenta para esta segunda vuelta de consulta y la pertinencia o no de quedarnos con un solo torneo en lugar de dos, tal y como se concebía en el proyecto inicial de estructura que fue consultado incluso en todo el recorrido por provincias y con la prensa especializada: Serie Nacional con 75 juegos y su campeón sin refuerzos, y posteriormente una Liga Cubana en la que serían diferentes algunas cosas, en particular, la remuneración económica de sus participantes, que ahora es la misma tanto para quien se mantiene activo como para los que se retiran a sus casas luego de la primera etapa.

Ideas, argumentos, comentarios y propuestas

  • Con 75 partidos se jugará más pelota y podrán desarrollarse más peloteros, pero celebrarse de abril a julio, detenerse un mes o mes y medio, y luego volver a comenzar en septiembre hasta diciembre hará que los refuerzos escogidos a partir del rendimiento en la primera etapa sea una incógnita en la fase siguiente, dado el amplio tiempo que separa la continuidad de la Serie. Además, será un desafío para los entrenadores mantener tanto tiempo la forma física de los jugadores, si tomamos en cuenta que serán casi nueve meses de un mismo torneo, con posibilidad máxima de jugar 139 choques: 75 etapa regular + 5 de comodín +45 segunda fase + 14 play off.
  • Los liderazgos individuales seguirán siendo para los que clasifiquen solo a la segunda etapa porque todavía se asume esta como una etapa de todos contra todos, tal y como estable el Reglamento. Es decir, casi el 60% de los jugadores de la Serie Nacional se privarán de esos liderazgos al quedar fuera de la segunda fase y no necesariamente ser solicitados como refuerzos. Recordemos que desde la 52 a la 59 varios líderes jonroneros de la primera vuelta perdieron la posibilidad de defender esa condición al no ser solicitados para el segundo momento. 
  • La fecha de la primera fase tiene la amenaza perenne del período más lluvioso y se jugará sin alrededor de los 20 mejores peloteros del país por contratos internacionales. ¿Volverá a quedar a la voluntad y no al cumplimiento de un contrato que esos nombres participen en la segunda etapa si su equipo natal no está involucrado? ¿No sería diferente si una vez terminada la Serie Nacional con un campeón, se organiza un segundo evento que agrupe desde octubre (ya para esa fecha terminó la Liga Profesional de Japón) a los mejores peloteros cubanos, contratados o no, y la afición los pueda ver con sus conjuntos provinciales o en los que sean solicitados como refuerzos?
  • Un segundo torneo con los mismos nombres de equipos de la Serie Nacional (6 u 8 primeros) para mantener la identidad de la afición y con una cuota de refuerzos (de 5 a 7) resultó, a la luz pública, de los temas más debatidos. No obstante, consideramos que no puede sembrar temores sobre si pegará o no en el gusto popular ese nuevo certamen, pues el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro Ruz, demostró al eliminar la liga profesional y crear las Series Nacionales que los cambios más trascendentales no estaban en los nombres, sino en las esencias. ¿Acaso la esencia de una hipotética Liga Cubana no estaría en elevar el techo de la pelota cubana, con mente abierta incluso para jugadores cubanos que se han desempeñado en ligas profesionales y decidan retornar cumpliendo los reglamentos establecidos? Las Selectivas pegaron desde el inicio y era un segundo torneo. Su muerte, debemos recordarlo una vez más, fue por el poco apoyo que se brindaba a los equipos al ser de varias provincias y no ser de nadie. No sucedió así con la Súper Liga, en el que la identidad de las escuadras no contribuía a fomentar el interés de los aficionados.
  • La fatiga extrema de un pelotero, según estudios científicos, sucede entre seis y ocho meses de juegos continuos, de ahí la propuesta inicial de algunos en la consulta popular de separar dos torneos con al menos par de meses entre ellos, lo cual evitaría lesiones y otros trastornos físicos que disminuyen el rendimiento y conspiran contra el espectáculo.
  • ¿Qué espacio le queda en esta propuesta de estructura a las Series Provinciales y Sub-23? ¿Enero y febrero para la primera y agosto para la segunda? ¿No son precisamente esos eventos los más demandados de crece en número de juegos en función de aumentar la búsqueda de talentos? Sería bueno conocer los pasos que se darán para fortalecer esos eslabones en la Estrategia aprobada por el Inder y enunciada en el propio encuentro de trabajo con el Presidente de la República.

Sea cual sea la decisión final, el pueblo, los aficionados y este periodista continuaremos apoyando al béisbol cubano. Pero todos aspiramos a una estructura duradera que complazca a la mayoría y no tener que enmendarla a corto plazo o que nazca con más detractores que seguidores.

Doy el voto de confianza a los peloteros y a las direcciones de los 16 equipos de la Serie Nacional que están ya preparándose. Si ellos la aprueban, a pesar de lo que apreciamos y describimos a partir de la teoría y de los criterios que recogimos de muchos de ellos en los últimos meses, tocará acatarla por disciplina. Ya sabemos que para los gustos están las flores. Y en la pelota, hermano, siempre habrá un debate armado de ideas. Por suerte.

Se han publicado 149 comentarios



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  • Alexis González León dijo:

    Soy del criterio que debe haber una serie nacional con representación de todas las provincias, es decir 16 equipos, en un todo contra todo a una sola vuelta (45 juegos), para definir los 4 equipos clasificados y los 2 comodines (cuartos, semifinal y final), sin refuerzos para que salga el CAMPEÖN natural de Cuba y que represente realmente a la provincia. este equipo se le estimularía con su participación en la Liga latinoamericana o Rotterdan.

    Luego hacer una serie selectiva, especial, liga cubana como se le quiera llamar, con 6 equipos (2 de occidente, 2 del Centro y 2 de Oriente) donde se concentren los mejores jugadores a 45 juegos (3 vueltas), el ganador va a la Serie del Caribe si nos mantenemos o algún tope u otro torneo. Paralelamente a este torneo se juegue la Sub-23 con los equipos de la Serie Nacional que no pasaron a la otra etapa.

    De esta manera se juega casi todo el año (Sub-23 y mayores), que es lo que le necesita nuestros peloteros para adquirir maestría deportiva y solo se logra jugando.

    Se debe considerar una escuela de arbitros, de manager y directivos de equipos, asi como una de picheo y bateo

  • Miguel dijo:

    En los países de mayor calidad en el béisbol la cantidad de equipos con relación a su población es inferior a la que tenemos acá en Cuba. Para que haya calidad en el béisbol tenemos que reducir el número de equipos. Otro aspecto es la poca cantidad de juegos que tienen al año nuestros jugadores,en el pasado tope bilateral con USA al leer la ficha de los jugadores él comentarista señalada que muchos de ellos ya contaban con 900 juegos oficiales y en nuestro país él que se acercaba a ésa cifra era Cepeda que ya está cerca de su adiós en el béisbol. Me parece que para mantener ésa territorialidad debe hacerse un sub23 con el formato completo de serie nacional a dos vueltas y después de un mes de descanso hacer la llamada liga de béisbol cubana emergiendo por cada zona dos equipos con las mejores figuras por las mismas para concentrar la calidad y se juegue pelota qué es lo que hace falta en realidad. Pienso que sé debe con tiempo contar con los jugadores que están contratados para evitar los desenchuches de los atletas y directivos. Y además desde luego sé debe hacer la remuneración de los atletas por resultados para que se vean estimulados por su rendimiento es mí modesta opinión porque me parece que sí pasan a segunda vuelta o la liga cubana los equipos clasificados un año pueden ser unos y al otro puede que sean otros totalmente distintos y me parece que todas las ligas tienen los mismos equipos. Muchas gracias

  • Jorge Gonzalez Rodriguez dijo:

    Vayamos a los años atras de la pelota cubana.
    Hace falta jugar mayor cantidad de juego, hay que dejar pensar mas a los peloteros cuando estan en la caja de bateo, a no ser una jugada estrategica que se vaya a realizar.
    Yo me acuerdo de los; Pcheco, Linares , Kindelan, Ulacia, Gurriel y otros que se paraban a batear y entre ellos comentaban has esto que yo te impulso, hay que dale mas confianza a los peloteros, no guiarlos tanto. Porque la concentracion en la caja de bateo es lo fundamental y esto tiende a afectar su concentracion. En ocaciones tienen 1 Strai y 3 bolas y le dicen dejala pasar para buscar la base, esto los afecta, el se prepara para batear el lanzamiento bueno, viene bueno y lo deja y despues se poncha.
    Otra cosa que queria exponer, a veces hablamos la pelota cubana esta acabada. Hay que drse cuenta que los equipos Cuba de aquella etapa, eran equipos que los jugadores estaban juntos una gran cantidad de años y ya tenian una confiansa entre ellos que casi se dirigian. Pcheco 15 años Capitan de los Equipos Cuba, que unido a Linares ,Kindelan Ulacia, Victor Mesa Gurriel. Puente Y LANZADORES DE AQUELLA EXTIRPE, SE MANTENIAN JUNTOS MUCHOS AñOS y esto casi lo hacian invencible y si le sumamos el desarrollo de otros paises, es lo que tambien influye en los,lugares que se obtienen en la pelota. Y la ultima cosa sobre esto, influye tambien que han decertado muchos valores del beisbol y tambien los contratados que son casi siempre los mejores de la posiciones.

  • Yusnel. Camagüey Team dijo:

    Yo no estoy de acuerdo con que existan dos torneos diferentes. La serie nacional tiene que ser una sola liga, sino va a existir dos campeones nacionales. Creo que como está consebido es lógico y bien pensado, con siete refuerzos no se va a quedar ningún atleta con calidad fuera, como ha sucedido en otras ocaciones. Y a la afición si le gusta este formato sino los estadios no se llenaran. Ahora pueden jugar más los 16 equipos al aumentar a 75 juegos la primera face, lo que garantiza en mayor medida que antes, el desarroyo en estas provincias que no logren clasificar. En las estadística mi opinión es que lo que más interesa son las individuales y los mejores peloteros estarán jugando. Ahora hubiese sido mejor que la primera parte fuera 60 juegos al igual que la segunda. Saludos, gracias.

    • Reysanchez dijo:

      No vivas de espejismos, esta estructura no comenzo este año y ademas el llenar estadio en cualquier deporte y pais va mas alla del expectaculo o su calidad, tiene que ver con muchos factores como, logistica, promocion, horario, frecuencia de juegos, etc. No es lo mismo llenar 20 veces el Bernabeu (Liga de futbol española), que 80 veces el estadio de los Yanquis de Nueva York, para comparar dos grandes ligas con enormes aficiones. Dada la situacion actual de nuestro beisbol, obliga a que la estructura, en un primer orden tenga como objetivo el desarrollar atletas (SN) y en seguno lugar, brindar tener otro torneo que brinde un expectaculo de mas calidad y rivalidad entre los participantes, lo que exige la presencia en esos equipos de los mejores jugadores disponibles (campeonato invernal).

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Joel García

Joel García

Periodista cubano. Editor-jefe de la Redacción Deportiva del periódico Trabajadores desde 2007. En twitter: @joelgarcialeon

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