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La savia del bagazo

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Foto: Pablo Linde/ El País.

Nos hicieron creer que el progreso está en el cemento, que el cemento es el progreso. Nos hicieron creer que la industrialización es la prosperidad de las sociedades. Que para industrializar se tiene que deforestar despiadadamente y acabar con pueblos enteros: robándoles el agua, la tierra, la comida y cualquier medio vital de subsistencia. Esos pueblos, nos dijeron: no importan y que si se resisten hay que acabar con ellos a represión pura, por eso los genocidios que enlutan la memoria colectiva.

Nos dijeron que la civilización es un concepto necesario para la sobrevivencia de la humanidad, que nosotros los dóciles somos esos seres civilizados: en cambio los que se resisten a la imposición no. Los Pueblos Originarios y la plebe deben ser el enemigo a vencer. Nos dijeron también que en esa humanidad que conformamos solo caben los escogidos y que es exclusiva porque está conformada por la crema y nata. El suero debe ser desechado.

Para eso utilizaron un colador al que llamaron educación superior y a la que saturaron de clasismo, racismo, homofobia, patriarcado, misoginia, dogma, doble moral, estereotipos e insensibilidad. La cimentaron en la desmemoria. Nos sacaron de la savia del suero y nos hicieron creer que somos la crema y nata. Sí, a nosotros los sumisos.

Nos hicieron memorizar que un título de universidad nos separa de la manada y nos vuelve únicos y laureados: inalcanzables. Nos hicieron olvidar nuestro origen. Y memorizamos que no somos más plebe y que al contrario: somos los exclusivos licenciados, doctores, arquitectos, catedráticos, periodistas, empresarios en una jerarquía a la que jamás podrá acceder la muchedumbre. Nos hicieron creer que somos la crema y nata de aquel bagazo vuelto suero. Bagazo, le llamaron a la savia de nuestro origen y durante siglos lo hemos permitido y acuñado; nos hemos convertido en los cómplices laureados solapadores del abuso.

Con un título de universidad la crema y nata puede explotar a su propia clase, puede explotar a la muchedumbre de donde viene. Y la reprodujeron y la amontonaron sobre el pavimento en urbes que fueron creadas para su reclusión. Un centro de encarcelamiento masivo con apariencia de progreso, éxito, triunfo y estabilidad económica.

Y nos hemos creído celebridades: intocables e inmortales. Y pronto comenzamos a ser parte de la represión a la plebe que se resiste. Con nuestra pasividad de vasallos mientras nos distraemos pintando nuestras cárceles y llenando nuestras mazmorras de muebles, zapatos, bastedades de comida, aperchando títulos y diplomas para vivir de las apariencias necesarias de los seres exitosos.

Y aprobamos las mineras desapareciendo con esto a poblados enteros, lejanos a la urbe porque queríamos tener joyas dentro de nuestras cárceles para lucirlas entre los prisioneros y competir entre nosotros a ver quién es capaz de acumular más. Porque de eso se trata: de una competencia de acumulación de todo lo innecesario para vivir: el consumismo como extensión del capitalismo. Somos esa vena neoliberal y fascista de la destrucción masiva. Sí, tan fascistas como el que da la orden y el que aprieta el gatillo.

Foto tomada de "A todo pulmón".La savia del bagazo 

Afuera, en las lejanías de la urbe bañada de cemento, de la cárcel con aspecto de progreso, están los pueblos en resistencia luchando por su libertad, sin darse por vencidos, defiendo su identidad y su origen milenario. Defendiendo su derecho a la tierra, a la alimentación y a una vida en libertad. A pesar de que con nuestra aprobación y silencio de insensibilidad y dogma desde la comodidad de la crema y nata se implementaron dictaduras buscando exterminarlos en desapariciones forzadas, torturas y genocidios que aprobamos con la frialdad de los traidores a conveniencia. Y muy a nuestra conveniencia también, muchos de nosotros pretendemos desconocer para no meternos en problemas, problemas del tamaño de perder contactos que nos pueden servir de escalón.

Y como una dosis de dignidad y memoria la savia de nuestro origen nos sigue dignificando muy a nuestro pesar. Los “incivilizados” los que no conocen “el progreso,” los libres, salvajes y bravíos siguen luchando por nosotros aun con nosotros mismos en contra. Saben que son la savia del suero del que estamos hechos aunque nos creamos crema y nata.

Los que no conocen de la afamada “civilización” y que no conocen de cárceles de cemento y de competencias por la inmortalidad; conocen del campo, del aire puro, de la frescura de los ríos, de la fertilidad de la tierra, del canto del búho, del viento antes de llover.

Los “incivilizados” conocen de las hierbas que curan la nostalgia del alma, el abrazo hermano, la mirada que abraza, la voz que acaricia, la solidaridad que cobija. Saben de la unidad, de compartir, de la dignidad, de la honra. De la identidad. Conocen del respeto al ser superior que es la tierra y sus frutos. Conocen de la importancia del sol y la lluvia. De lo indispensable que son los océanos y los ríos, como la abejas. Saben que todo en este universo está entretejido y está ahí por una razón fundamental para la existencia de los ecosistemas y la sobrevivencia de todas las creaturas que lo conforman, ninguna con superioridad ante la otra.

Eso no lo enseñan en la universidad porque entonces formarían seres pensantes que analizarían y cuestionarían las imposiciones y el engaño de quienes durante siglos les han hecho creer que son la crema y nata. Nos descubriríamos marionetas. Cuñas. Fuertes murallas de vidas humanas adoctrinadas para la traición. Sabríamos que el cemento no es superior al musgo de las montañas ni a las hojas de los guayabos. Sabríamos entonces que el oro y los diamantes no son más importantes que el agua y la vida de las personas.

Sabríamos que los que subsisten somos nosotros, dentro de una enorme cárcel y que respondemos a patrones previamente estudiados para nuestro condicionamiento y nuestra reacción dogmática e insensible ante al abuso, mismo al que somos sometidos sin que nos percatemos porque lo disfrazan de progreso y triunfo. Conformamos cantidades exorbitantes de masa amorfa que maniobran a su antojo.

Pero mientras nosotros sigamos adormecidos en la avaricia del que tiene más, siendo las marionetas de quienes se creen dueños del mundo, la savia sigue resistiendo como lo ha hecho milenariamente, luchando para que el bagazo no siga siendo utilizado como herramienta de contención ante la lucha intempestiva de los pueblos por su libertad.

Ojalá un día las masas que viven encarceladas en la urbes de cemento, sepan que los cartones de universidad no les devolverán el agua de los ríos cuando las mineras los sequen, y que la frescura de los tomates no podrá ser superada por el oro, las lociones finas ni los contactos “importantes”. Ojalá que sepan que los contactos importantes también son una ilusión óptica de la vida de falsedades que ofrecen las urbes de cemento.

Ojalá algún día tengan la capacidad de pensar por sí mismas y unirse a la savia que con raíz de guayacán y flamboyán, se nutre de la dignidad y memoria para levantarse cada día para seguir resistiendo a la deslealtad, abuso y represión de los traidores.

Ojalá que llegue el día en el que sepamos que somos la médula, la yugular, el origen, la inherencia y la brasa viva. Ojalá que el despertar sea como una tempestad, como un enorme trueno, como un temblor desde el centro de la tierra, como un grito que retumbe en las entrañas de los cerros; un despertar que haga temblar a quienes se han creído los dueños del mundo y de nuestras vidas, y volvamos a nuestro origen para luchar junto a los nuestros para recuperar todo lo que nos arrebataron.

Ojalá…

Se han publicado 15 comentarios



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  • CAVAFY dijo:

    hermosa reflexión que comparto 100%, dicha desde el alma, con una verdad y una poesia que sobrecoge...uno se emociona.

  • El buril dijo:

    llka reconozco algún vuelo poético en su redacción, reconozco su sinceridad al reconocer usted misma que fue engañada al tomar camino por la frontera hacia Estados Unidos, ejemplo grande en cuanto al uso del cemento. Mas no nos alarmemos más, nuestro planeta, nuestra casa terrenal, marina y la atmósfera que la rodea tiene los recursos necesarios para la vida, es una mentira que que tenemos una crisis de recursos, la crisis es de tiempo. La buena voluntad de los buenos hombres de esta tierra, de este planeta a través de los tiempos han sacado adelante a esta humanidad, a pesar y al costo de tremendísimos errores, el bagazo es un buen ejemplo, el cemento sin dudas también.

  • Miguel.lopez dijo:

    Ilka Oliva Corado, muy interesante su perspectiva, novedosa, irreverente, atrevida y genial. Cuanto analisis sutil e inteligente de su parte. Pero amiga mía sin lugar a dudas me asalta una pregunta: ?Es usted universitaria?

    Si eres universitaria: ?Qué podemos hacer ante este mundo globalizado de poder?
    Si no eres universitaria: ?Qué podemos hacer ante este mundo globalizado de poder?

    • rudy galdamez dijo:

      Ilka interesante la vicion la perspectiva de decir el mundo se acaba hagamos algo pero enfrentamos un mundo totalmente globalizado e industrial el mundo persiibe millones de dolares por la explotación de nuestras tierras y la minería es una de ellas las grandes transnacionales apuestan por ello y por su puesto no les importa la destrucción de nuestros ríos montañas y lagos y bosques pero nos enfrentamos a un mostró llamado globalisacion te saluda el R somos clase aparte los que seguimos en resistencia

  • ETAPAS DE LA VIDA dijo:

    Este comentario me recuerda los dolores vividos de los años antes del periodo especial !Cuanto que decir!

  • Jose R Oro dijo:

    Honestamente no me gusta el artículo. Lo que menos me gusta es que dice todo lo que no debemos hacer para el desarrollo inexorable de la sociedad, pero no nos da una sola idea de cómo hacerlo mejor. Es decir no comas esto, no uses tal energía, no te transportes, ah! por favor, no uses cemento. Pero no nos dice, que comemos, como nos alumbramos y transportamos, ni como tenemos viviendas.
    Hay que racionalizar y optimizar el uso de los recursos, de los cuales hay bastantes para todos, pero no hay que mal usarlos, ni contaminar en demasía.
    Pero la alternativa no puede ser que nos mudemos a vivir a la cuevas de Bellamar o de la Sierra de los Órganos, además no cabemos todos.
    Cuando la lirica se combina con supercherías y falta de ofertas viables, a veces pierde el efecto deseado

  • Mágico dijo:

    Este poema es un un hermoso y desesperado clamor de auxulio por parte de Ika. Y lo hasce en una etapa de la historia cuando se ve claramente que la humanidad está envejeciendo. Ika ve el peligro, porque sabe que el envejecimiento conduce a la muerte, de manera inexirable. Es un poeme triste. Las angustias se expresan con lágrimas. Ika llora.

  • Carlos Gutiérrez dijo:

    El nihilismo resulta poco creíble cuando no se combina con una dosis adecuada de estoicismo; Cuando el nihilista no sólo no está dispuesto a renunciar a las comodidades de la civilización, sino que las busca activamente, como en este caso.

  • HECTOR Y EL HERMANO dijo:

    El articulo lo veo más para otra sección dentro de cubadebate que como opinión, es un punto de vista romántico sobre un reto de la humanidad, la cual es válida, porque eso también ayuda sin restarle méritos a conformar conciencia política sobre la necesidad de enfrentar los restos para cuidar nuestro planeta, pero los desórdenes y peligros que enfrentamos en cuanto al cuidado de nuestra naturaleza en este mundo, su soluciones transitan primero por decisiones políticas, ni siquiera son científicas, y mucho menos románticas, lo que nos falta y no existe para poder enfrentar este reto que trae consigo el desarrollo, lo que falta es voluntad política por parte de los países más desarrollados, para entonces poderlo asumir científicamente los retos de forma coherente y amigable con la naturaleza.
    Creer que los problemas que apuntamos como peligros para el planeta son consecuencia del desarrollo como tal, y no de falta de voluntad política para enfrentarlos, es una negación absoluta de la teoría Marxista, el desarrollo, entiéndase todo, cemento, viajes al cosmos, industrias, cultivos intensivos, productos desechables y muchos mas no son problemas del desarrollo de la humanidad, son nuevos retos, que surgen necesariamente aparejados al desarrollo, que se llegan a convertir en problemas producto del egoísmo que a su vez es producto de la falta de voluntad política que no existe para asegurar el desarrollo dentro de un ciclo en equilibrio con el medio ambiente, a esos retos propios y lógicos que arrastra el desarrollo la ciencia siempre le encontrara solución, como siempre lo ha hecho, pero para eso se necesita primero el debido respaldo político, que es lo que ha faltado. Renunciar al desarrollo es una filosofía de las cavernas, como mismo disfrutamos los beneficios de un proceso de desarrollo, que es infinito, necesario, e imparable en la humanidad, debemos tener también conciencia que ellos vienen convoyados con nuevos y desconocidos problemas, como parte del paquete, lo cual constituyen nuevos retos para la ciencia, lo que nos falta es voluntad política para ordenar ese equilibrio.

  • carlos dijo:

    Para ser consecuentes con el bagazo, es mejor dejar la tecnología y no escribir ni pensar más....

  • Pioneer dijo:

    Ilka Oliva Corado vive entre todo lo que odia y abandonó todo lo que ama, que lástima siento por ella.

  • Carmen dijo:

    lloré, no por la emosíón sino por la tristeza de ser parte de este mundo dominado por los humnos que cada vez se vuelven más irracional ante el deslubrante dinero y poder

  • Maydelin Valdés Sánchez dijo:

    Este escrito me recordó la canción en harapos de Silvio, lleva algo de su espíritu....

  • rccc dijo:

    ¿Por qué me gustó este artículo?
    Porque retrata la cruda realidad de nuestro planeta, del hoy, y del ahora mismo. Llamándolos por sus nombres.
    Porque son expresiones pensadas, sufridas; profundas reflexiones, de una persona joven, hostigada por tantas penurias impuestas.
    Porque lo hace desde los más desposeídos, marginados, agredidos hasta el exterminio, por las “conveniencias de la modernidad mercantil”.
    Porque combate el derroche y la dilapidación, _por unos pocos_, de los recursos naturales que son propiedad de todos los seres vivos.
    Porque desnuda al galopante consumismo como arma inmoviliadora.
    Porque con toda su real potencia, choca de frente contra humillación constante a la dignidad humana. Contra el secular egoísmo.
    Porque es un poema, o un himno, o una denuncia decente, contra indecencia.
    Porque exhorta a la unidad de voluntades; única fórmula viable de unidad de acción, frente a lo absurdo hegemónico deshumanizante y sectario.
    Porque corona el indispensable equilibrio, roto siempre por intereses mezquinos, disfrazados de modernidad y civilización.
    Porque no es ley natural que un título académico marque la diferencia. Se artificiaría a los más aptos, escindiéndolos de las propias raíces.
    Porque denuncia al conocimiento destructivo del hábitat.
    Porque este mundo anda tan mal, tan injusto, tan inconsulto, que por primera vez, parecería mejor pasarse, que no llegar, como otros artículos.
    Gracias Ilka.

  • Jorge Niño dijo:

    Excelente análisis, refleja la realidad de una población esclavizada y sometida por vida, pero perseveremos para que pronto se de el despertar de los oprimidos y sometidos que somos mayorías.

Se han publicado 15 comentarios



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Ilka Oliva Corado

Ilka Oliva Corado

Guatemalteca, vive en Estados Unidos. Cruzó la frontera como indocumentada por el desierto de Sonora-Arizona y trabaja en los mil oficios. Es poeta y escritora.

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