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Seúl 88: El caso Ben Johnson

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Ben Johnson

Ben Johnson

Corea es una península comprendida entre el Mar del Japón y el Mar Amarillo, que se encuentra dividida en dos países con diferentes sistemas políticos y sociales. Ha sido ocupada por los chinos, los japoneses y después de la Segunda Guerra Mundial, por las tropas vencedoras de los aliados. En 1948 Corea del Norte se convirtió en la República Popular Democrática de Corea, bajo la influencia de los países socialistas. Y Corea del Sur, en un Estado protegido por los Estados Unidos, que mantiene allí miles y miles de soldados con armas de todo tipo.

De 1950 a 1953 se produjo un fuerte conflicto bélico entre el norte y el sur, apoyados respectivamente por China y los Estados Unidos. La capital de la República Democrática es Pyongyang; Seúles la del Sur, que en 1988 tenía alrededor de 10 millones de habitantes y hoy supera los trece. Seúl posee una importante universidad y se destaca por la rama de la metalurgia y los tejidos.

Aparece entre los llamados “cuatro tigres”, junto a Singapur, Hong Kong y Taiwán. En los últimos tiempos ha progresado económicamente, aunque persisten enormes contradicciones.

El continente asiático esperó veinticuatro años, desde Tokio 1964, para volver a organizar unos Juegos. La decisión fue controvertida, pues como ya expresamos, es un país dividido artificialmente por guerras desde hace más de medio siglo, aunque en los últimos años se observa un acercamiento entre ambos gobiernos en la búsqueda de la necesaria y añorada paz definitiva en la Península, con frecuentes momentos de tensión. Entre ellos no existe un Acuerdo de Paz, solo un Armisticio.

En 1988 el Olimpismo estaba resentido por los problemas políticos que empañaron los postulados de la Carta Olímpica, tanto en Moscú 1980 como en Los Ángeles 1984. Después de debates y conversaciones al más alto nivel, la Unión Soviética y Estados Unidos decidieron volver a competir en Seúl, así se salvó la universalidad de los Juegos, que en esa edición se caracterizaron por los récords y también por los escándalos. Algunos les llamaron los Juegos de Ronnie y Mijail, en alusión a los presidentes Ronald Reagan y Mijail Gorbachov, que mostraban al mundo un nuevo tipo de relaciones, no vistas antes entre las dos grandes potencias.

No fue fácil devolver la comunión de las naciones en el Olimpismo, menos cuando en el Congreso de Baden Baden en 1981, trascendente por la eliminación de la palabra amateur de la Carta Olímpica, se le otorgó la sede a Seúl. Samaranch tomó una seria determinación, según confiesa Conrado Durántez, su estrecho colaborador:

Durante el XI Congreso celebrado en septiembre de 1981 en Baden-Baden, la candidatura coreana de Seúl venció, contra todo pronóstico, a la de la ciudad japonesa de Nagoya. La decisión del alto organismo olímpico suponía un difícil reto para el movimiento que dirige, habida cuenta de que la Península de Corea está dividida en dos Estados: Corea del Norte y del Sur; ambos eran claros exponentes de dos sistemas sociales contrapuestos. Las presiones políticas no se hicieron esperar, obligando a emplearse a fondo al presidente del COI, Juan Antonio Samaranch, quien después de derrochar sus excepcionales dotes diplomáticas ante las pretensiones de los coreanos del norte, que pretendían de forma no clara ser sede de varios deportes, optó por tomar una postura firme, recordando a todos que los Juegos de la Olimpiada se habían adjudicado a Seúl y ésta, en definitiva, sería la cita oficial de la familia olímpica.[1]

A Seúl 1988 asistieron 159 países, 19 más que en Los Ángeles y que en Moscú. Se compitió en 25 deportes, con 8 465 atletas; 2 186 mujeres. Entre los ausentes: Corea del Norte, Etiopía, Nicaragua, Islas Seychelles y Cuba. Nuestro país dejó claras las causas de su ausencia: la solidaridad con Corea del Norte, que reclamaba una parte de los Juegos, pero después de varias conversaciones, fue injustamente excluida. De manera solidaria, Cuba declinó la invitación y no fue seguida por los entonces países socialistas. Así valoró el presidente Fidel Castro la decisión:

Fue verdaderamente una trampa manipulada, organizada, preparada, la de celebrar esos Juegos (Seúl’88) en aquel sitio precisamente, existiendo tantos lugares en el mundo donde celebrar, con honor, unas Olimpiadas. Hicimos enormes esfuerzos por encontrarle una solución y la única solución era compartir las Olimpiadas.[2]

Verdaderos ídolos del deporte olímpico moderno se dieron cita: Carl Lewis, Ben Johnson, Florence Griffith-Joyner, Matt Biondi, Edwin Moses, Jackie Joyner-Kersee, Sergei Bubka, Naim Suleymanoglu…, perodos hechos empañaron los Juegos: las malas decisiones en el torneo de boxeo, que provocaron serias trifulcas y el “caso Ben Johnson”. Las competencias del pugilismo terminaron violentamente, llovieron protestas y volaron sillas en busca de jueces vendidos, en una situación poco menos que incontrolable. Este deporte oyó sonar un primer “conteo de protección” en el Programa de los Juegos de Verano.

Ben Johnson había sido la máxima atracción, con un fabuloso registro en el hectómetro, escoltado por Carl Lewis, pero corrió dopado con esteroides prohibidos que le dieron fuerza y velocidad, mas mermaban su salud y ofendían a la ética. Aquel escándalo es de los más sonados que recuerda la historia olímpica. Sancionado por dos años, regresó y volvió a drogarse, entonces se decidió suspenderlo del deporte olímpico.

El tema cobró fuerza espectacular a partir de la suspensión del canadiense Ben Johnson en la Olimpiada de Seúl, después de conquistar la medalla de oro en los cien metros planos con primacía del orbe anulada de 9,79 segundos. Johnson pasó, de la noche al día, de ídolo mundial del deporte a atleta despreciado por haber manchado de forma inconsecuente el honor del deporte olímpico. En realidad, el bólido de origen jamaicano desbordó la copa del viejo problema del doping. Al plusmarquista universal del hectómetro con registro de 9,83 segundos en 1987, le tocó vivir un momento difícil en la larga historia del uso de estimulantes en los deportistas. Sin embargo, más allá de su caso, hay tela por donde cortar en el sentido de que sin doping, el deporte como espectáculo comercial, cederá terreno.[3]

La representación de América Latina alcanzó un total de 19 medallas de los tres colores: 2 de oro, 10 de plata y 7 de bronce.El brasileño Aurelio Miguel Hernández se impuso en el torneo de judo, en la categoría de 95 kilos y el nadador de Surinam Anthony Conrad Nesty, en los 100 metros estilo mariposa. El gigante Suramericano obtendría otras 2 de plata y 3 de bronce (6), Jamaica 2 de plata, Argentina 1 de plata y otra de bronce, Perú 1 de plata, así como Antillas Holandesas, Chile, Islas Vírgenes y Costa Rica. México 2 de bronce y Colombia 1.

Naim Suleymanoglu                                                          

En los primeros Juegos, la fuerza se medía tirando de una soga. El levantamiento de pesas, como se conoce hoy, o halterofilia, nombre que recibe la Federación Internacional, no existía. A partir de París 1924 se estableció la actual competencia en los Juegos. En Roma 1960 un soviético se coronó como el hombre más fuerte del mundo. Yuri Vlasov implantó varios récords olímpicos y universales, en su carrera deportiva logró 31 récords mundiales. Su compatriota, Vasili Alexeiev, arrasó en Munich 1972 y Montreal 1976. Con seis pies de altura y 250 kilos de peso, implantó más de 80 récords mundiales. Fue considerado “el hombre más fuerte”, hasta doce años después.

Naim Suleymanoglu, un búlgaro nacionalizado turco por razones políticas, con menos de 5 pies y solo 130 libras de peso, 200 menos que Alexeiev, está entre los hombres más fuertes que se haya medido y competido oficialmente. Su primer récord mundial lo logró en Bulgaria con solo quince años y en varias ocasiones levantó pesos tres veces superiores al suyo. Era el favorito –con 17 años– para ganar las medallas en Los Ángeles 1984, pero su país se sumó al boicot soviético y no participó. Su vida deportiva está llena de contradicciones e intrigas políticas, pero está –hasta hoy– entre los mejores.

Cuando sus rivales concluyeron, incluido un nuevo récord mundial de su antiguo compañero de equipo, el búlgaro Todorov, Suleymanoglu pidió 16,5 libras más en su primer intento e implantó récords olímpicos y mundiales en el arranque. Hizo lo mismo en envión, la otra modalidad de las pesas. En una noche: seis récords universales y nueve olímpicos. En cada levantamiento fijaba una nueva cota. Fue recibido con todos los honores en Turquía.

En Barcelona 1992 repitió, así como en Atlanta 1996. Naim Suleymanoglu es un atleta de dimensiones fuera de lo común. Jamás fue sancionado por doparse. Su fuerza le venía de bien adentro. Después de Atlanta 1996 comenzaron las especulaciones. El gran campeón declaró oficialmente que no volvería a competir, pues no le quedaban glorias por alcanzar. Cercanos los Juegos de Sydney 2000, hubo rumores. El forzudo no resistió la tentación y a nadie tomó por sorpresa su presencia en las palanquetas de los llamados “Juegos del Nuevo Milenio”;no triunfó. Así demostraría que es tan mortal como los demás; se fue en blanco en los diferentes ejercicios.

Ya publiqué que el pequeño pesista turco Naim Suleymanoglu, quien recibió su formación atlética en la Bulgaria socialista de los años 80, fue seleccionado en una encuesta de la IWF como el mejor del siglo, y ahora me llega otra noticia relacionada con este levantador y es que quiere cerrar la centuria con su cuarto título olímpico. Asistí a la conferencia de prensa que ofreció Naim en Atlanta, cuando ganó su tercera corona en las citas estivales, y allí anunció oficialmente que se retiraba como deportista, porque ya no le quedaban más glorias por obtener en las competencias y para dedicarse a los negocios. Pero sucedió que la Asociación Internacional de Periodistas Deportivos (AIPS) realizó una encuesta para seleccionar a los mejores deportistas del siglo y en ella aparece un pesista, que es desde luego Suleymanoglu. El acto de premiación fue en Budapest, y allí Naim declaró que volvería a los entrenamientos para asistir a Sydney 2000 en busca de su cuarto título olímpico.[4]

No ganó en Sydney, pero su nombre está inscripto con letras doradas en la gloria olímpica.

Florence Griffith Joyner

Nació el 21 de diciembre de 1959 y murió el 21 de septiembre de 1998, sin cumplir los 39 años de edad. La vida –a pesar de su calidad– no le sonrió. Flo-Jo, como la llamaron sus seguidores, es la mujer que más rápido ha hecho, hasta hoy, las carreras de distancias cortas del atletismo. En Seúl 1988 conquistó tres medallas de oro (100, 200 y el relevo 4 por 100) y dejó una marca mundial –aún imbatida– de 10,49 en el hectómetro, donde desarrolló la increíble velocidad para damas de 34,3 km por hora.

También impuso –en el mismo año– la marca en los 200 metros, de 21,34. Tanto sobresalió que la prensa, buscando sensacionalismo, quiso unir su imagen a la del deteriorado Ben Johnson. Resultó de las más calumniadas. Ella, cuyas capacidades le permitieron lograr tantas hazañas, fue acusada de dopaje, sin pruebas hasta el día de hoy.

Fuera del ámbito de Europa, una de las figuras más calumniadas resultó Florence Griffith –fallecida el 21 de septiembre de 1998 como consecuencia de un derrame cerebral. ‘Flo-Jo’, así la llamaron los fanáticos de Seúl, Corea del Sur (1988), conquistó tres medallas de oro (100, 200 y el relevo 4 x 100) y una plata (relevo 4 x 400) en el estadio de Chamsil. A juicio de muchos, ella salvó la imagen de los Juegos el 29 de septiembre, cuatro días después de conmoverse el mundo por la descalificación del jamaicano-canadiense Ben Johnson, ganador y recordista en la prueba del hectómetro, luego de verificarse en los laboratorios muestras de esteroides anabólicos en el análisis de su orina. Ese día Griffith llevó a los libros una segunda marca mundial del año al imponerse en los 200 planos con 21,34 segundos para superar ampliamente el 21,71 impuesto por Marita Koch en 1979. En las semanas siguientes, numerosos artículos y comentarios sensacionalistas pretendieron empañar su victoriosa imagen al vincularla indirectamente a lo sucedido con Johnson. Agobiada por tales acusaciones decidió retirarse en enero de 1989 y dedicó todo el tiempo al modelaje, una actividad muy acorde con la belleza de su rostro y su escultural anatomía.[5]

Parecía estar dicho todo, pero con los años la polémica ha aumentado, debido a declaraciones de algunos entrenadores y especialistas, sin pruebas concretas.

Los documentos en poder de Exum, vienen a confirmar las aprehensiones de la Federación Internacional de Atletismo con su afiliada estadounidense, a la cual ha solicitado reiteradamente revelar el nombre de 17 atletas que dieron positivo en los análisis antidoping fuera de competencia antes de los Juegos de Sydney. También confirman las numerosas dudas de especialistas y aficionados sobre varios resultados de atletas norteamericanos a lo largo de las dos últimas décadas, como aquellos fabulosos récords mundiales, que con tiempos casi de hombres, implantó para los 100 y 200 metros la musculosa Florence Griffith Joyner, fallecida por oscuras causas en años recientes sin haber cumplido los cuarenta.[6]

Se retiró en enero de 1989, en plena forma deportiva, optó por hacerse modelo. Nada ni nadie la hicieron cambiar de opinión. Ella estaba por encima de una gloria que no le interesó demasiado. Se fue a hacer vida fuera de las pistas. Nunca más se le vio correr. No tuvo suerte Flo-Jo. La vida, que siempre quiso sonreírle, le cerró las puertas en pleno apogeo, con un derrame cerebral.

Por el bien del deporte, ojalá nunca se comprueben las acusaciones, pues hay quienes hablan de la exhumación de sus restos para revisar el ADN. Llegarán otras más veloces y destrozarán sus marcas con ayuda de la ciencia y la técnica, pero ella será la eterna y bella joven que en plenitud de facultades dejó los pinchos para mostrar un cuerpo adornado de gloria sobre otros escenarios.

Sergei Bubka                                                                     

No se conoce con exactitud el origen de los saltos. Los antiguos griegos los incluyeron en sus Juegos Olímpicos en diferentes modalidades, destacándose el largo, sin un basamento militar, eminentemente deportivo. El salto con pértiga, o garrocha, como también se le conoce, tiene una especial connotación, requiere de mucha fuerza, agilidad y velocidad, factores difíciles de conjugar, amén de una técnica depurada.

En Sergei Bubka se dieron esos factores. Desde inicios de la década del ochenta, cuando se convirtió en campeón mundial, fue una noticia de primera plana. Su país no asistió a Los Ángeles 1984 y Bubka dejó de ser novedad, pero el 13 de julio de 1985 fue el primer garrochista que saltó sobre los seis metros.

Favorito en Seúl 1988, ganó inobjetablemente. Cuando se hable de Bubka, sus marcas son referenciales. Estuvo activo casi hasta los cuarenta años de edad. Con 80 kilogramos de peso y 1,83 metros de estatura, logró una velocidad de 10,20 en 100 metros y saltó por encima de los seis metros en 42 ocasiones. Si tenemos en cuenta que solo otros pocos han pasado la varilla sobre esa cifra, estamos en presencia de uno de los más destacados de la historia olímpica.

Bubka, Sergei: Fabuloso saltador con garrocha ucraniano, que se coronó campeón olímpico en los Juegos de la Olimpiada de Seúl 1988. Fue el primero en romper la barrera de los seis metros de altura, lo que logró en 42 ocasiones en eventos internacionales. Implantó 35 marcas mundiales, 18 bajo techo y 17 al aire libre. Por sus méritos fue electo recientemente como Miembro del COI, en representación de los atletas.[7]

En el estadio Panathinaiko de Atenas, –donde se fundaron los Juegos Modernos–en el Campeonato Mundial de 1997 le concedían pocas posibilidades. Más de 80 000 espectadores se reunieron en la última jornada. Un ruso y un norteamericano iban delante con 5,9. Bubka pidió elevar la varilla a 6,01; algunos sonrieron. Silencio total. El ucraniano de 34 años pasó limpiamente el listón y volvió a ser campeón mundial.Por una u otra razón, sólo se coronó campeón olímpico en Seúl 1988, aunque implantó 35 récords mundiales, 18 bajo techo y 17 al aire libre. Su verdadero rival fue él mismo.

Steffi Graf                                                                          

El tenis o “deporte blanco”, tiene orígenes remotos, varias civilizaciones lo toman para sí, incluyendo los griegos. Los historiadores no se ponen de acuerdo, parten de presupuestos para arribar a conclusiones. Está presente en los Juegos desde la prístina edición de Atenas 1896, donde a instancias de Coubertin las damas fueron excluidas. Pero el tenis de campo fue el primer deporte donde participaron, en la edición de París 1900; seis de ellas –ataviadas con uniformes ya en desuso– compitieron en individuales y mixtos.

En la actualidad está organizado en torneos amateurs y profesionales. Hay dos Federaciones, atendiendo a sus características. La Federación Internacional de Tenis aprobada por el COI, que está representada en más de 170 países y paralela a ella, existe la ATP (Asociación de Tenistas Profesionales), poderosa económicamente.

Para distinguirse en el tenis hay que ser una verdadera estrella. Steffi Graf, una alemana de pelo largo, rubio y lacio, bien cortado, fue reina por mucho tiempo. Ganó su primer Grand Slam en 1988, el mismo año en que se hizo campeona olímpica en Seúl; conquistó cuatro títulos del fortísimo Torneo Abierto de Australia entre 1988 y 1994; se impuso en siete ocasiones en el Torneo de Wimbledon; cinco veces ganó el Torneo Abierto de Francia y otras tantas el de Estados Unidos. Logró el récord de permanecer en el número uno del ranking mundial durante 186 semanas consecutivas (casi cuatro años) dentro de la exigente ATP.

Para tener una idea de quién fue Steffi Graf, baste decir que en la selección de los Mejores Atletas del Siglo XX, confeccionada por una Comisión presidida por Juan Antonio Samaranch, resultó la Mejor Tenista, incluyendo a los hombres. Cuando se retiró, con treinta años de edad, su potente brazo ya no era el mismo, los inconfundibles e indescifrables saques habían perdido efectividad, pero dejaba tras sí una estela de encanto y admiración.

Jackie Joyner-Kersee                                                       

Esta norteamericana de fuerte complexión y agilidad pocas veces vista, se convirtió –para la mayoría de los especialistas– en la atleta más completa de cualquier época. Competir y dominar el heptalón es difícil, son siete pruebas de campo y pista. Se requiere velocidad, resistencia, fuerza y agilidad, una condensación de capacidades atléticas.

Ella llamó la atención de los espectadores cuando se adueñó del campo y la pista en Seúl 1988. En solo dos días, 23 y 24 de septiembre de 1988, ganó las siete pruebas con los siguientes resultados: 100 metros con vallas (8,15); salto de altura (1,86); impulsión de la bala (15,80); 200 metros planos (22,56); salto largo (7,27); lanzamiento de la jabalina (45,66) y los 800 metros planos (2:08,51).

Si se tiene en cuenta que la impulsión de la bala está en el campo de la fuerza y tenía una figura esbelta, que los 100 con vallas y los 200 son del área de la velocidad, que casi nunca coexiste con la fuerza; que la jabalina pertenece a los lanzamientos y los saltos a la flexibilidad, nos dice mucho de esta excepcional atleta. Y la carrera de los 800 metros está ubicada en el semifondo, o sea, en la resistencia; estamos ante una diva.

Pero JackieJoyner-Kersee no se conformó con ganar el heptalón en los Juegos de Seúl 1988, también conquistó el título en el salto largo, hasta hoy, la única mujer capaz de superar la puntuación de más de 7 000 puntos en cinco ocasiones.

En Barcelona 1992 volvió a ganar el heptalón. Su récord mundial, después de varios años alejada del estadio, permanece inalterable, sin sombras: 7 291 puntos. En su carrera obtuvo, en cuatro Juegos de las Olimpiadas (84 al 96), tres títulos, una medalla de plata y tres de bronce. Todas en el heptalón y el salto largo, pero además ganó cuatro medallas de oro en Campeonatos del Mundo organizados por la IAAF.

Edwin Moses

En los primeros Juegos hubo complejas carreras a campo traviesa, donde la naturaleza les jugaba malas pasadas a los atletas, quienes en largas distancias tenían que terminar debajo de temporales o temperaturas altísimas. Hoy se han humanizado más estos eventos, pero no excluyen el esfuerzo extra.

Los 400 con obstáculos es una carrera difícil, téngase en cuenta la distancia, que pertenece al área de velocidad pero está muy cerca del medio fondo. Si sumamos las vallas, la prueba es más difícil aún. En ella se destacó durante más de dos lustros Edwin Moses, un negro norteamericano que nació el 31 de agosto de 1955. Los Juegos de Montreal 1976 y Los Ángeles 1984 lo vieron coronarse. Era favorito para el tercer título en Moscú 1980; su país no asistió.

Moses dejó un récord muy difícil de igualar o superar: ganó 122 carreras consecutivas entre 1977 y 1987. ¡Una década reinando de manera absoluta! No es todo, estableció cuatro récords mundiales. Recibió en 1983 el prestigioso Premio Sullivan, otorgado a los atletas de nivel superior. Pero, a pesar de su grandeza, le llegó el adiós. Así refleja su impronta Microsoft Encarta:

En 1977, Moses ganó la Copa del Mundo de 400 m vallas en Düsseldorf, Alemania Occidental, que inauguró una serie de 122 victorias consecutivas. Ejerció un dominio sin precedentes en pruebas de atletismo, sin conceder la victoria a ninguno de sus oponentes hasta junio de 1987, cuando perdió una carrera en Madrid, España. No participó en los Juegos Olímpicos de Moscú, en 1980, boicoteados por la mayoría de los países occidentales, pero ganó la medalla de oro en los Juegos de Los Ángeles de 1984. En 1988 fue medalla de bronce en Seúl, Corea del Sur. Moses utilizó su proyección internacional para ser el portavoz en la demanda de mejores condiciones y mayores premios para los atletas.[8]

Asistió a Seúl 1988 para hacer su mejor faena, pero solo alcanzó el bronce. Los años y las pistas lo vencieron. Un bronce entre tantos oros, conquistado con tesón y entrega a los treinta y tres años, una edad avanzada para la modalidad que elevó a la cima.

XXIV JUEGOS OLÍMPICOS

SEÚL, SEPTIEMBRE - OCTUBRE 1988

RESUMEN

 

LUGAR
PAÍSES
ORO PLATA BRONCE TOTAL
1 UNIÓN SOVIÉTICA 55 31 46 132
2 REP. DEM. ALEMANA 37 35 30 102
3 ESTADOS UNIDOS 36 31 27 94
4 COREA DEL SUR 12 10 11 33
5 REP. FED. DE ALEMANIA 11 14 15 40
6 HUNGRÍA 11 6 6 23
7 BULGARIA 10 12 13 35
8 RUMANÍA 7 11 6 24
9 FRANCIA 6 4 6 16
10 ITALIA 6 4 4 14
11 CHINA 5 11 12 28
12 GRAN BRETAÑA 5 10 9 24
13 KENIA 5 2 2 9
14 JAPÓN 4 3 7 14
15 AUSTRALIA 3 6 5 14
16 YUGOSLAVIA 3 4 5 12
17 CHECOSLOVAQUIA 3 3 2 8
18 NUEVA ZELANDIA 3 2 8 13
19 CANADÁ 3 2 5 10
20 POLONIA 2 5 9 16
21 NORUEGA 2 3 0 5
22 HOLANDA 2 2 5 9
23 DINAMARCA 2 1 1 4
24 BRASIL 1 2 3 6
25 ESPAÑA 1 1 2 4
  FINLANDIA 1 1 2 4
27 TURQUÍA 1 1 0 2
28 MARRUECOS 1 0 2 3
29 SURINAM 1 0 0 1
  PORTUGAL 1 0 0 1
  AUSTRIA 1 0 0 1
32 SUECIA 0 4 7 11
33 SUIZA 0 2 2 4
34 JAMAICA 0 2 0 2
35 ARGENTINA 0 1 1 2
36 COSTA RICA 0 1 0 1
  PERÚ 0 1 0 1
  CHILE 0 1 0 1
  ANTILLAS HOLANDESAS 0 1 0 1
  ISLAS VÍRGENES (USA) 0 1 0 1
  SENEGAL 0 1 0 1
  INDONESIA 0 1 0 1
  IRÁN 0 1 0 1
44 MÉXICO 0 0 2 2
  BÉLGICA 0 0 2 2
46 COLOMBIA 0 0 1 1
  GRECIA 0 0 1 1
  FILIPINAS 0 0 1 1
  THAILANDIA 0 0 1 1
  PAKISTÁN 0 0 1 1
  MONGOLIA 0 0 1 1
  DJIBUTI 0 0 1 1
    241 234 264 739

 

[1]Conrado Durántez: Historia y Filosofía del Olimpismo. 5ta edición. Asociación Iberoamericana de Academias Olímpicas. España. 2002, pp. 54-55.

[2]Fidel y el deporte. Selección de pensamientos. Editorial Deportes. La Habana. 2001, p. 82.

[3]Raudol Ruiz Aguilera: El deporte de hoy. Realidades y perspectivas. Editorial Científico Técnica. La Habana. 1991, p. 37.

[4]Jesús G. Bayolo: Suleymanoglu dice que levantará en Sydney. Juventud Rebelde. La Habana. 30 de septiembre de 1999, p. 7.

[5]Jorge Alfonso: Cuando termina el siglo (II). Bohemia. La Habana. 22 de octubre de 1999, p. 52.

[6]Randy Alonso Falcón: Mitos que caen a fuerza de doping. Juventud Rebelde. La Habana. 17 de mayo de 2003, p. 3.

[7]Juan A. Martínez de Osaba y Goenaga y Mayrilian Cruz Blanco: Pequeña Enciclopedia Olímpica y de la Cultura Física. Editorial Científico-Técnica. La Habana. 2008, p. 24.

[8]Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ® 2005. © 1993-2004 Microsoft Corporation.

Seúl 1988

Seúl 1988

Naim Suleymanoglu

Naim Suleymanoglu

Florence Griffith Joyner

Florence Griffith Joyner

El multicampeón Sergei Bubka

El multicampeón Sergei Bubka

Steffi Graf

Steffi Graf

Jackie Joyner-Kersee

Jackie Joyner-Kersee

Edwin Moses

Edwin Moses

Se han publicado 7 comentarios



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  • miguel dijo:

    Muy interesante y completo artículo. Solo me gustaría saber un poco más la descripción de Corea del Norte así como se hizo de la del Sur,que por cierto se destaca también en la alta tecnología.
    Por otra parte no conozco a nadie que piense que la decisión de no asistir a Seúl fue la correcta. Nicaragua y Etiopia no fueron porque Cuba no fue. El problema de las Coreas,que persiste, es de ellos aunque todos querramos que se arregle. Cuba perdió, y su gente una gran posibilidad de competir y demostrar la calidad que teníamos en esos años.

    • Sergio dijo:

      Claro que perdió una gran oportunidad y con ella la frustración de un grna número de atletas que perdieron la oportunidad de asistir al evento deportivo más importante que se celebra en el Mundo. Por ejemplo, MUNICH se realizó en la RFA, y no se actúo de la misma manera, y CUBA asistió.

      En fin decisiones políticas al fin.

      Sobre Steffi Graff faltó recalcar que, con el título olímpico de 1988, la alemana ha sido, hasta el día de hoy, la única tenista (nigún hombre lo ha conseguido) en ganar lo que se llama el Golden Slam, que es ganar los 4 titulos de Gran Slam del año + el titulo en los juegos olimpicos.

      Otro deportista que debe ser resaltado de estos juegos es el Fabuloso Gregg Louganis, quien se dió un golpe con el trampolín (3m) en uno de sus saltos, le dieron 5 puntos y así y todo ganó la medalla de oro.

      Matt Biondi ganó 5 de oro, 1 de plata y 1 de Bronce. La medalla de plata la obtuvo al perder la final contra el Surinames Anthony Nesty, la gran sensación de los juegos, por todo lo que representó ganarle a esa Monstruo de la natación de todos los tiempos.

      Kristine Otto gana 6 medallas de Oro en natación

      El Baloncesto masculino es ganado por la URSS con Sabonis, Volkov, Marciulionis, Kurtinaitis, etc contra Yugoslavia, con un TREMENDO EQUIPO del Gran Petrovic, Dino Radja, Kukoc, Divac, etc,

      En el Volei Femenino, ganado por la URSS, Perú gana una mercidisima medalla de plata. La generación de Cecilia Tait, Rosa García, Natalia Málaga y Gaby Perez del Solar.

      Lo peor fue el Boxeo, por el tema de los árbitros, que fue escandaloso.

      Saludos,

  • Tony22 dijo:

    Horas de duro entrenamientos para cientos de deportistas echadas a la basura de un plumaso

  • Roberto dijo:

    Nunca voy a entender por que Cuba no fue a esos juegos olimpicos por mas que me lo justifiquen, se privo a nuestros atletas de un ciclo olimpico, otra muestra de que politica y deporte en nuestro pais van de la mano , los sueños de muchos atletas quedo frustrada por esa decision, por que al final, que nos han hecho los koreanos del sur a nosostros, jamas entendere esta decision.

  • Aroldo dijo:

    Pude ver el video de la final de los 100 mts de Seúl por Youtube y Ben Johson sale delante desde el mismísimo inicio de la carrera, llegó con una ventaja amplísima, levantando el brazo derecho y mirando para el lado, y con todo eso hizo un tiempazo de 9.79, hoy por hoy todavía es un tiempazo del que lo logre, recalcra que la mayoría de los integrantes de esa final tuvieron luego antecedentes de dopaje, directa o indirectamente.

  • la realidad dijo:

    No entiendo y estoy en completo desacuerdo con el periodiste

    • Sergio dijo:

      Y porqué?,,,, puediera ser más explicíto?

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Juan A. Martínez de Osaba y Goenaga

Juan A. Martínez de Osaba y Goenaga

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