Imprimir
Inicio »Opinión  »

El peligro de un cheque en blanco

| +

El llamado exilio cubano, ese que amamanta en su seno a batistianos, malversadores, anexionistas y terroristas, resuma ira y decepción.

El secretario norteamericano de Estado, Colin Powell durante una conversación con periodistas en el avión que lo llevaba esta semana a Brasil se atrevió a decir que Fidel Castro "ya no es una amenaza". En todo caso, dijo "es un problema del pueblo cubano y no del resto del hemisferio".

La franqueza del ex general cayó como una patada en el hígado de esa fauna ultraderechista de Miami, quien considera intocable sus intereses de tanto trabajo sucio que ha hecho no solo para esta administración sino para las nueve que las precedieron.

Craso error este cometido por Colin Powell, se han adelantado a anunciar en cuanto libelo mafioso se edita al sur de la Florida. Nunca palabra alguna fue dicha en peor momento para la causa republicana y la reelección del Emperador.

En la lógica de la mafia cubano-americana y sus múltiples capos, relegar el tema de Cuba en la recta final de la contienda por la presidencia, es no solo una traición a sus servicios, entre los que se encuentra el fraude más grande y escandaloso en la historia de los Estados Unidos, gracias al cual el delfín de los Bush se convirtió en Presidente del imperio, sino una temeridad que se puede pagar con el beso de la muerte.

Tanta es la cólera que Joe García, el terrorista ex director ejecutivo de la Fundación Nacional Cubano-Americana, ha llegado a expresar que no se sorprende ya que "esta administración está engañando al exilio cubano desde hace cuatro años" por lo que se cambió de bando y se montó sobre la campaña del candidato demócrata, John Kerry. Nada para alarmarse, si fueron demócratas los presidentes que aprobaron la invasión por Playa Girón y la Ley Helms-Burton.

Estos malagradecidos que han vivido y se han enriquecido a la sombra de la llamada por ellos "causa cubana", no permiten que sus creadores y aupadores, tengan un segundo de sensatez.

En ese río revuelto, el candidato demócrata, John Kerry, se adelantó a capitalizar el fiasco y calificó de incongruente las declaraciones del Secterario de Estado, al tiempo que lapidó con una frase manida su posición:

"La Cuba de Castro es el último bastión del comunismo en nuestra región y un gran obstáculo para la democracia en el continente."

Para no quedar colgado de la brocha, el representante del batistato en el Congreso de Estados Unidos, Lincoln Díaz-Balart al desautorizar a Powell afirmó que "aquí la diferencia está entre lo que dice un Secretario de Estado, que se confunde bastante, y un Presidente que no se confunde jamás en el tema de Cuba".

Mientras, la legisladora terrorista, Ileana Ross Lehtinen, llamó a los votantes republicanos en Miami a "no dejarse confundir, el que dirige la política exterior es el presidente Bush y no Powell".

Castro "ha sido, es y será una amenaza para la seguridad nacional y Bush así lo entiende", agregó la loba feroz.

Anécdota aparte, de lo que se trata es de que ese mal llamado exilio cubano, sabe que fue creado, estimulado, apoyado y financiado por el Gobierno de los Estados Unidos, no importa si la administración en estos 45 años haya sido demócrata o republicana.

Aquel cheque en blanco expedido por Washington desde el mismo triunfo de la Revolución a aquellos esbirros y malversadores para destruirla, sirvió para enriquecerlos, otorgarles escaños en el Congreso, comprar indultos presidenciales y, ahora están en condiciones de exigir.

Cria cuervos, que te sacaran los ojos

Haga un comentario



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Nidia Díaz

Nidia Díaz

Periodista cubana, especializada en temas internacionales. Actualmente trabaja en el semanario Granma Internacional.