La cobardía del silencio cómplice
La protesta popular contra las medidas dictadas por la administración Republicana del Presidente Bush contra los viajes de Cuba - una lacerante agresión a los Derechos Humanos de la familia cubana-se ha hecho sentir en el sur de La Florida. El pasado sábado en la mañana cientos de automóviles recorrieron las principales calles y avenidas de las ciudades de Miami y Hialaeh y una misa abarrotó la Ermita de la Caridad del Cobre.Fueron las primeras demostraciones del descontento general que han suscitado las restricciones de las visitas familiares a la isla. Está claro que ahí no va a terminar la cosa, porque como se dice en lenguaje de consigna popular: "Con la familia cubana, no se juega".
Desgraciadamente de eso es de lo que se trata. De un juego político electorero sucio, basado en la presunción- calculan los Republicanos- de que la inmensa mayoría de los cubanos que tienen familiares en Cuba son aquellos que han arribado a Estados Unidos durante los últimos años y por esa razón no son muchos de ellos los que son ciudadanos americanos con derecho a votar. ! Que equivocados están!
No es por casualidad que los que propugnaron estas regulaciones que atentan contra la unidad de la familia cubana, ninguno de ellos tiene a sus padres, madres, hermanos o hijos en Cuba. Vale la pena repetir una mil veces sus nombres: Lincoln Díaz Balart y su hermano Mario, Congresistas del Estado de La Florida; Otto Reich el soberbio "Pinocho" cubano; Ileana Ross Lethenin, la otra congresista cubano-americana de triste historia; Melquíades Martínez, el Peter Pan que aspira a Senador Republicano; Juan C. Zárate, otro cubano Jinete de la Infamia que tampoco tiene familiares en Cuba. Y por último un pesonajillo menor de la politiquería del sur de La Florida, el congresista estatal David Rivera que sueña en su locura juvenil con ser algún día alcalde de la ciudad cubana de Cienfuegos, "La Perla del Sur". ! Que se compadezca Dios de Cienfuegos si allí algún día cae esta "perlita" que en desgracia tenemos por acá!
Esos, los "Siete Jinetes de la infamia" son los responsables directos de esta agresión a los Derechos Humanos contra la unidad de la familia cubana. Pero culpables no son solo aquellos que por motivaciones mezquinas de política barata, atacan los sentimientos familiares de once millones de cubanos de la isla y a cerca del millón de cubanos quje viven en Estados Unidos. Culpables son también los que hacen silencio cómplice por dejadez o simple cobardía.
¿Que pasa con la Iglesia cubana de Miami que a diferencia de los Obispos y el Cardenal de Cuba, no se ha pronunciado contra esta agresión a los Derechos Humanos de la familia cubana? ¿ Por que en los sermones de los domingos no se condena la injusticia que se comete contra los cubanos siguiendo el dictado del propio Papa Juan Pablo II cuando dijo en La Habana: !Que Cuba se abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba? ¿ Que mayor apertura que la visita de los cubanos a la isla para abrazarse con sus madres, padres hijos, hermanos y abuelos? ¿Por qué hace silencio cómplice la Iglesia cubana de Miami? ¿Es que no basta el clamor de las mujeres cristianas expresado en la Ermita de la Caridad el pasado sábado? ¿Miedo a qué? ¿Miedo, a quien?
¿Que pasa con el diario The Miami Herald que también hace silencio cómplice y no se pronuncia contra esta injusticia que se comete contra la familia cubana por razones de vulgar politiquería? ¿Miedo a que? ¿Miedo a quien?
Que no olvide la Iglesia de Miami, que no olvide el Miami Herald, la sentencia martiana que expresa: "Quien contempla un crimen en silencio es tan culpable como el criminal que comete el delito". Esa es la cobardía del silencio cómplice.
!Miedo! Esa es la palabra. !Miedo! !Miedo!
!Que "EME". Por no decir otra cosa.
Habló para Réplica de Radio-Miami, Max Lesnik.
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