Pretenden que submarino alemán halle caja negra del vuelo MH370 (+ Infografía)
La confirmación de que los restos recuperados por las autoridades australianas no formaban parte del vuelo MH370 de Malaysia Airlines deja a la deriva dónde está el avión que despegó de Kuala Lumpur con destino a Beijing. Sin embargo, un submarino alemán no tripulado podría dar con la aeronave y resolver el misterio que tiene en vilo a sus familiares y a la comunidad internacional.
Solo hay tres robots en el mundo capaces de llevar a cabo una búsqueda de profundidad en el mar, sobre todo en esa zona del océano índico, una de las menos conocida por científicos en el mundo, y de la que solo se sabe que el suelo lo compone una inmensa cadena de volcanes, por lo que este robot deberá cartografiar varios kilómetros del fondo del mar en tercera dimensión para dar con los posibles restos Boeing.
Abyss, como se llama el submarino alemán y el cual pertenece al Instituto de Investigaciones Marinas de la Sociedad Científica Helmholtz, puede descender hasta 6.000 meros de profundidad e identificar objetos. Y este robot está listo para buscar el MH370, indicó el director del organismo científico, Peter Herzig.
Esta máquina de búsqueda tiene antecedentes que le hacen la referencia de que no hay profundidades sin fondo; y es que en el accidente del avión de Air France en 2009, fue esta nave quien halló la caja negra del vuelo. En 2011, luego de cartografiar 2.000 kilómetros cuadrados de suelo marino esta tecnología consiguió no solo los restos de la aeronave, sino restos humanos.
Fuente: The Washington Post
(Con información de El Universal)
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Hace poco cuando apareció un naufrago que salió de mejico, en polinesia, me sorprendió mucho, con esto nos damos cuenta de la inmensidad de los océanos. Hasta un avión es muy pequeño y dificil de hallar.
http://odysey.cubava.cu/2014/03/que-paso-con-el-boeing-777-200-del-vuelo-370/
Para buscar los probables sitios donde pueda encontrarse el Boeing “triple siete”, se deben tener en cuenta sus características técnicas. Un avión Boeing-777 posee 73,9 m de largo, 68, 3 de envergadura y 68, 5 m de alto. Su peso vacio es de 139 t y el máximo de despegue, 247 t. Su autonomía oscila entre los 6.019 km y 17 500 km, en dependencia de las cantidades de carga, pasajeros y combustible. Su velocidad máxima es de 945 k/h. Se dijo que tras perderse la comunicación con el vuelo 370, la nave voló durante unas 7 horas. A tal velocidad podría haberse desplazado unos 6 615 km.La tripulación que llevaba ascendía a 12 personas, mientras del total de los 239 que viajaban en él, 38 eran de nacionalidad malaya.
Tras los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001, en los EE.UU., la aviación internacional introdujo una serie de medidas, para tratar de elevar la seguridad del transporte aéreo. Entre otras, estas incluían blindar la puerta de la cabina de pilotaje, aumentar el número de custodios de la aeronave a bordo y la instalación de modernos equipos de escaneo de pasajeros y equipajes, capaces de detectar armas y explosivos. Todo ello contribuye a que resulte difícil el secuestro de un avión, por personal ajeno a la tripulación.
Suponiendo que se estrelló, las condiciones climáticas y la noche dificultaran las labores de localización de posibles restos de la nave. Las regiones selváticas o montañosas serán otro obstáculo. En el mar la acción de las corrientes marinas puede hacer que fragmentos de la nave aparezcan a cientos de kilómetros de donde repose el fuselaje con sus cajas negras.
A pesar de lo seguro que resultan los B-777 y la gran experiencia de su comandante, tras cambiar la ruta prevista y volar por rutas y alturas peligrosas, quedaba expuesto a disimiles amenazas que siempre acechan a la aviación internacional: un rayo podría impactar en el aparato y hacerlo caer; podía agotársele el combustible; perder ambos motores por fallos técnico; su piloto podría sufrir un ataque cardiaco; fallo del sistema de suministro de oxigeno; sus conductores ser victimas del vértigo; la colisión de la nave con una bandada de aves; ser derribado por un torbellino, etc. Estos y oros percances han causado la perdida de numerosos aviones.
Plan B: ¿Cómo ocultar un gran avión?
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Suponiendo que el plan de vuelo incluía el secuestro, este debía contemplar un lugar de aterrizaje. Para evitar ser descubierto, no podía descender en ninguna pista conocida, por lo cual tendrían que improvisarla y llegar a ella por medio del GPS. Hay varias formas de hacer esto. Una, es seleccionar un tramo de carretera suficientemente largo como para permitir el descenso seguro de un Boeing-777. La otra es construir una pista, de asfalto u hormigón, o al menos de tierra dura, para que aguante el peso de esta pesada aeronave.
Para tal encomienda, se necesita personal con conocimientos, recursos y tiempo para hacerlo. Una tercera opción es el acuatizaje, maniobra que requiere además de un mar calmo, pericia en el pilotaje. La mayoría de los aviones de pasajeros que han intentado esto, resultaron destrozados y con perdidas de numerosas vidas a bordo.
Como la abducción transcurrió de noche, se debería proveer de iluminación en la pista, si aún no había salido el Sol en el sitio escogido o aún con este afuera, pues las luminarias servirían de guía durante el descenso.
La iluminación podría efectuarse a base de proyectores, lámparas, medios fosforescentes y hasta fogatas, como solían emplear los aviones que descendían clandestinamente del otro lado de las líneas enemigas, durante la Segunda Guerra Mundial y otros conflictos. Tal vez señalizadores láseres, como los culpables de incidentes de cegamiento de aviones civiles, podrían ayudar en el propósito de orientar la nave.
Suponiendo que el descenso trascurrió exitosamente, faltaría contar con un apoyo logístico que permitiera alimentar y alojar a los más de 200 retenidos,
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Motor del B-777-200
Motor del B-777-200
si es que el plan contemplaba mantenerlos con vidas.
Además, los secuestradores tendrían que camuflar la aeronave en tierra, para evitar ser vistos desde el aire o por satélites. Para ello pueden acudir a los métodos militares, que contemplan extender una red sobre los artefactos a ocultar, con trocitos de tela de camuflaje, junto a plantas y ramas a su alrededor, de modo que deformen los contornos que sugieren la presencia de un avión.