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En nombre de la esperanza. A 65 años de la visita de Fidel a Estados Unidos

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Foto; Archivo de Cubadebate

El triunfo de la Revolución Cubana el 1 de enero de 1959 estremeció el mundo. Para el absoluto dominio hegemónico de Estados Unidos en América fue un acontecimiento telúrico. Se rompía el modelo de relación bilateral de total dependencia y nacía un proyecto político, económico y social, ajeno a los moldes del capitalismo global. La guerra, en cualquiera de sus variantes, era inevitable. Solo faltaban los pretextos.

En aquella Cuba dictatorial que la Revolución destrozó, en la que Estados Unidos pensaba levantar una ciudad a semejanza de Las Vegas en el Caribe, en alianza perfecta con el Gobierno y la mafia, se guardó silencio —sin escrúpulo alguno— ante los crímenes de Batista y sus adláteres. Contra aquellos golpistas y asesinos que quebrantaron el orden constitucional, no hubo reclamo alguno.

Miles de cubanos fueron asesinados por los esbirros del dictador. Las morgues de la Isla conservaban cadáveres de jóvenes sin identificar. Jamás hubo una comisión gubernamental estadounidense ni una campaña de la prensa internacional para cuestionarla. Los grandes medios ensalzaban la vida nocturna y el hedonismo de una Habana dispar y brutalmente desigual, dibujada como el lupanar del Caribe.

Durante el gobierno de Batista se cometieron crímenes horrendos. Los prisioneros del cuartel Moncada fueron asesinados y mostrados como muertos en combate. Lo mismo ocurrió en Alegría de Pío con los expedicionarios del Granma, en Matanzas con los asaltantes al cuartel Goicuría, o con los jóvenes exiliados en la Embajada de Haití. En todos los casos, ni heridos, ni prisioneros; todos muertos. La prensa internacional no se movilizó ante estos hechos, ni ante los bombardeos indiscriminados a las ciudades de Sagua de Tánamo o Santa Clara, ni a los campesinos de las sierras orientales, víctimas de las bombas suministradas a la aviación de Batista, desde la Base Naval estadounidense en la bahía de Guantánamo.

Silencio absoluto se guardó también ante las matanzas de cubanos en la ciudad de Holguín en diciembre de 1956, conocida como las Pascuas Sangrientas, o en el poblado de Cabañas en la provincia de Pinar del Río en noviembre de 1958, que pasó a la historia como la Masacre de Cabañas. Tampoco hubo movilización de la prensa para entrevistar a los asesinos del derrotado régimen, arribados con total protección a Estados Unidos.

La Operación Verdad fue la respuesta oportuna y transparente del líder de la Revolución Cubana ante la campaña de satanización emprendida por los medios hegemónicos imperiales, contra la aplicación de la justicia revolucionaria. En menos de cuarenta y ocho horas se organizó todo. El 21 de enero, frente al antiguo Palacio Presidencial, Fidel convocó al pueblo. Allí, ante la multitud, expresó:

Los que creyeron que después de nuestras victorias militares nos iban a aplastar en el campo de la información, en el campo de la opinión pública, se han encontrado con que la Revolución Cubana sabe también pelear y ganar batallas en ese campo […]

Este pueblo no es un pueblo bárbaro ni criminal. Es el pueblo más noble y sensible del mundo: si aquí se comete una injusticia, todo el pueblo estaría en contra de esa injusticia… Cuando todo el mundo ha estado de acuerdo con el castigo es porque el castigo es justo, es merecido.

Al día siguiente, en el hotel Riviera, más de 380 periodistas de todo el mundo escuchaban los argumentos de Fidel sobre la aplicación de la justicia revolucionaria. «Aquí estamos, señores periodistas, para someternos al veredicto de la opinión pública del continente», expresó.

El 23 de enero arribaba a Caracas, como José Martí, a rendir tributo de agradecimiento al pueblo de El Libertador Simón Bolívar. Allí le explicó a Venezuela y al mundo, el sentido de la Operación Verdad. En discurso pronunciado en la Plaza Aérea El Silencio, destacó:

Nunca un ejército en el mundo, nunca una revolución en el mundo se llevó a cabo tan ejemplarmente, tan caballerosamente, como se llevó a cabo la Revolución Cubana. Enseñamos a nuestros hombres que torturar a un prisionero era una cobardía, que únicamente los esbirros torturaban. Enseñamos a nuestros compañeros que asesinar prisioneros, asesinar a un combatiente cuando se ha rendido y cuando se le ha ofrecido la vida si se rinde era una cobardía, y no fue asesinado jamás un prisionero.

[…] Nosotros le dijimos al pueblo cubano: no arrastren a nadie y no teman absolutamente nada, los crímenes no quedarán impunes; habrá justicia para que no haya venganza, y el pueblo confió en nosotros. Le dijimos que habría justicia y confió en nosotros: no arrastró a nadie, no golpeó siquiera a ninguno de los esbirros que cayeron en sus manos, los entregaron a las autoridades revolucionarias. Tenía fe en que íbamos a hacer justicia, y era indispensable que hubiera justicia, porque sin justicia no puede haber democracia, sin justicia no puede haber paz, sin justicia no puede haber libertad.

El más terrible daño que se les ha hecho a nuestros pueblos es la impunidad del crimen, es la ausencia de justicia, porque en nuestros pueblos no ha habido justicia nunca.

Otra narrativa que comenzó a moverse desde el norte contra la naciente Revolución Cubana, desde los días iniciales del triunfo, fue la de la llamada «infiltración comunista» en el perverso entendido del significado del término «comunismo» para las grandes masas populares, contaminadas con la propaganda macartista que se respiraba en todo el continente, y muy especialmente en Cuba, laboratorio por excelencia de esa estrategia, con el Buró Represivo de Actividades Comunistas (BRAC) a la cabeza, y sus aliados de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) y el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés).

El propósito era confundir y dividir a las fuerzas revolucionarias, además de crear la razón propagandística que justificara un curso aún más hostil contra el proceso cubano, cuando aún no se habían establecido las relaciones diplomáticas con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) ni declarado el carácter socialista de la Revolución, lo cual ocurriría en 1960 y 1961, respectivamente.

Fue en medio de este contexto de ataques y manipulación mediática sobre lo que estaba ocurriendo en la Isla, que el líder cubano decidió continuar la Operación Verdad y llevar el mensaje de la Revolución directamente a Estados Unidos; aprovechaba así una invitación recibida de la Sociedad Americana de Editores de Periódicos para visitar Washington y hablar ante su reunión anual en abril. Si en el mes de enero Fidel había convocado a cientos de periodistas para explicar la verdad del proceso cubano, ahora se sometería personalmente al encuentro con miles de periodistas y a la opinión pública estadounidense y mundial.

La visita de por sí constituyó un gesto de buena voluntad e intento de evitar una ruptura abrupta en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. A la vez fue inédita, en tanto se ratificó que el objetivo de esta no era pedir dinero, como era la costumbre durante los años de la República Neocolonial Burguesa, reafirmando la autenticidad de la Revolución en la defensa de su soberanía e independencia.

El gesto de buena voluntad no fue reciprocado ni aprovechado por la administración Eisenhower. De hecho, la primera reacción del presidente de Estados Unidos al conocer que el primer ministro cubano visitaría el país, fue preguntar en una reunión del Consejo de Seguridad Nacional si no se le podía negar la visa. Luego prefirió irse a jugar golf antes de que atender cortésmente a Fidel. Delegó esta «incómoda» misión a su secretario de Estado interino, Cristian Herter y al vicepresidente Richard Nixon.

Impresiona aún, 65 años después, el coraje y capacidad del líder cubano de dialogar —en inglés en la mayoría de los casos— en pocos días con los más diversos sectores de la sociedad estadounidense, respondiendo preguntas, dudas y hasta calumnias. Durante los once días que duró la visita, desde el 15 al 25 de abril, luego una breve estancia en Houston, Texas, el 27 de abril, Fidel sostuvo diecisiete encuentros con personalidades de la política, la cultura, la prensa y la educación de esa nación.

Ofreció diecisiete conferencias o declaraciones a la prensa, así como diez entrevistas a diversos medios; también diez discursos o palabras y sostuvo más de seis encuentros directos con el pueblo. Durante su discurso en el Anfiteatro del Parque Central de Nueva York se reunieron más de 40 000 personas, siendo la primera vez que un gobernante extranjero pronunciaba un discurso ante tal multitud en un lugar público de esa ciudad. El programa cumplido en esos días incluyó otras diez actividades. Sus intervenciones en las universidades de Harvard, Columbia y Princenton hicieron historia en estos importantes centros universitarios.

Aunque el impacto de la visita fue positivo en el pueblo estadounidense, lo sectores de poder dominantes en Washington se inclinaban para esa fecha por la política de cambio de régimen, la firma de la ley de Reforma Agraria el 17 de mayo, medida que formaba parte esencial del programa de la Revolución, constituyó el paso del Rubicón cubano. A partir de ese momento se observaría en el Gobierno estadounidense una alineación total de confrontación con la Isla.

El peligro y supuesta infiltración comunista en el Gobierno, los juicios y fusilamientos a los criminales y torturadores de la dictadura de Batista y la posibilidad de que se celebraran en lo inmediato elecciones, fueron los temas recurrentes en la agenda mediática de Estados Unidos. Fidel respondió, en todos los casos, con sólidos argumentos y sin perder la paciencia. Sin embargo, el devenir histórico demostraría de inmediato que esos temas eran solo un manto en el que se encubría la esencia de la hostilidad temprana del Gobierno estadounidense contra la Revolución.

El hecho cierto era que Washington no estaba en condiciones de aceptar una Revolución de perfiles soberanos tanto en el plano doméstico como internacional, a las puertas mismas de su sistema de dominación hemisférica, y necesita a todas luces y con urgencia, las razones propagandísticas que le permitieran barrer con ese “mal ejemplo”.

Los propósitos malévolos que animaban a Estados Unidos en su relación con Cuba, fueron relevados en un documento desclasificado que contiene lo conversado entre el director de la CIA y el embajador inglés en Washington. El diplomático reportaba a su Cancillería el 24 de noviembre de 1959:

Yo tuve que ver a Allen Dulles esta mañana sobre otro asunto, y aprovechó la oportunidad para discutir sobre Cuba, sobre una base estrictamente personal. Desde su punto de vista personal, él esperaba grandemente que nosotros decidiéramos que no continuaremos con la negociación sobre los Hunter (se refiere a las gestiones que realizaba Cuba para comprar aviones en el Reino Unido).

Su razón fundamental es que esto podría conducir a que los cubanos solicitaran armas a los soviéticos o al bloque soviético. Él no había despachado esto con el Departamento de Estado, pero era por supuesto, un hecho, que en el caso de Guatemala había sido el envío de armas soviéticas lo que había cohesionado a los grupos de oposición y creado la ocasión para lo que se hizo.

 

Suspensión de la asignación de créditos, campañas difamatorias, violaciones al espacio aéreo y marítimo de Cuba, sabotajes a los objetivos económicos en la Isla, ataques piratas, apoyo de la CIA a la contrarrevolución interna en sus actos de sabotajes, sostén e incitación al bandidismo, intentos de asesinato contra los líderes de la Revolución, utilización de la Organización de Estados Americanos (OEA) para condenar y aislar diplomáticamente a Cuba, apoyo encubierto a una invasión desde el exterior por elementos batistianos acantonados en Santo Domingo bajo el patrocinio del dictador Trujillo, entre otros actos de agresión, caracterizaron la política de Estados Unidos hacia Cuba en ese año 1959.

Muy pronto la CIA y el presidente de Estados Unidos llegaron a la conclusión de que el único modo de «solucionar» el asunto de Cuba era sobre la base de asesinar a Fidel Castro o invadir la Isla. De este modo, desde diciembre de 1959 la CIA había concebido un programa de formación de un ejército de mercenarios cubanos, algunos de ellos criminales de la dictadura batistiana, para invadir el país.

En un memorando fechado el 11 de diciembre de 1959, el jefe de la División del Hemisferio Occidental de la CIA J. C. King dice textualmente: “Analizar minuciosamente la posibilidad de eliminar a Fidel Castro […] Muchas personas bien informadas consideran que la desaparición de Fidel aceleraría grandemente la caída del Gobierno […]”.

A pesar de que los datos y documentos históricos muestran otra realidad, todavía hoy se pretende, en cierta literatura, presentar a Fidel Castro como el máximo responsable del no entendimiento entre Estados Unidos y Cuba y colocan sobre sus hombros la responsabilidad del conflicto, se olvida o se obvia el esfuerzo y la buena voluntad mostrada por el líder cubano desde el propio año 1959 en la búsqueda de una compresión realista del proceso cubano en la opinión pública y la élite de poder de Estados Unidos, que evitara el deterioro y rompimiento de las relaciones.

Nuestra lucha, que costó miles de vidas, está llena de bellos episodios y sacrificios extraordinarios que algún día los Estados Unidos podrán reconocer plenamente —le expresó Fidel a Cristian Herter en su encuentro del día 16 de abril—. Los Estados Unidos y Cuba siempre han mantenido las relaciones más estrechas. No hay razones para que estas relaciones no deban mejorar cada día. Nuestro pueblo ve al pueblo norteamericano con un amplio sentido de la amistad. Al mismo tiempo, nuestro pueblo tiene esperanzas en el mayor entendimiento, por parte del pueblo de los Estados Unidos, del esfuerzo que estamos haciendo para solucionar nuestros problemas.

En nombre de la esperanza de una mejor relación entre Cuba y Estados Unidos fue Fidel a esa nación en abril de 1959; esa misma esperanza sigue siendo parte de la voluntad de Cuba y su pueblo, bajo los mismos principios de respeto a su soberanía e independencia.

Se han publicado 14 comentarios



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  • Rafael Emilio Cervantes Martínez dijo:

    Posición clara de principios de Fidel que Cuba sostiene en alto.

  • Leonardo dijo:

    Creo que es necesario discrepar en este punto para tratar de llegar a la verdad, y ojala se publique el comentario. La percepción que tengo de Fidel es que disfrutaba la confrontación con USA, desde el mismo principio de la Revolución, vasta ver los archivos documentales que ponen mucho por la televisión, de cuando las nacionalizaciones a las propiedades de EE.UU, es percibe el entusiasmo en su discurso de realizar esas nacionalizaciones, también en muchos discursos se burlaba de algunos presidentes y altos funcionarios de USA, les cambiaba el nombre a modo de chiste. tenemos que reconocer los errores, independientemente a las buenas acciones, porque el pueblo cubano necesita que su gobierno tenga una relación civilizada con USA y sabemos que esa es la política actual, pero los errores hay que reconocerlos, porque eso contribuye a mejorar el dialogo.

    • Juan Z dijo:

      Leonardo, no sé en que Ud se basa para discrepar y llamar a rectificar y/o comprender errores, cree Ud acaso que somos nosotros, Cuba, responsable de las malas relaciones con el vecino del norte?.
      No veo ese disfrute al que Ud se refiere por parte de nuestro Fidel, recuerde que es y fue un cubano al 100%, tales así que aun ya enfermo y los años en breves lineas definió y alertó sobre la visita de Obama a nuestro país, con un tacto y humor muy fino y respetuoso.
      Tenía acaso Fidel que implorar y rogar para mejorar las relaciones?, repito de forma muy cubana y digna siempre respondió a las provocaciones. Había que tratar de Mr o Sir a aquellos que intentaban asesinarlo y nos agredían brutalmente?.
      Cuándo los yanquis han tratado con respeto a alguien?, recuerde que en nuestra linea politica siempre se ha dicho que el trato debe y tiene que ser recíproco, de respeto en ambas direcciones, somos un país pequeño, de escasos recursos materiales pero con una dignidad y valor inmensos, por eso existimos, por eso hemos sobrevivido. A Cuba se respeta.

    • Rafael Emilio Cervantes Martínez dijo:

      Que la Revolución estuviera dispuesta a desarrollar relaciones de respeto y basada en los principios del derecho internacional no significa que renunciara a transformar la estructura dependiente y neocolonial que se había establecido en poco más de 60 años, ni que renunciara a la primera ley de reforma agraria con su profundo significado para la soberanía económica y social y su alcance de justicia social, menos aún que no nos defendieramos de la línea de agresiones en que pronto se encarriló la política norteamericana en general. Lo grande para nosotros y para el mundo es que Cuba no ha cerrado nunca el camino del diálogo para construir otra forma de relacionarse sobre las referidas bases. Y hemos tenido altura ética como cuando se informó sobre posibles acciones violentas, como cuando más de una vez hemos ofrecido nuestra voluntad para ayudar ante catástrofes naturales u otros calamidades. Por interés del bienestar de ambos pueblos nunca perderemos ésa esperanza, tal y como lo subrayan los compañeros Elier y René.

  • Sin ánimo de herir ni de confrontación dijo:

    Me parece un artículo ajustado a la verdad histórica. Siempre me ha intrigado, sin embargo, la carta que Fidel escribió a Celia Sánchez en La Sierra. La misiva está fechada el 5 de junio de 1958 y expresa en una de sus partes "Al ver los cohetes que tiraron en casa de Mario, me he jurado que los americanos van a pagar bien caro lo que están haciendo. Cuando esta guerra se acabe, empezará para mí una guerra mucho más larga y grande: la guerra que voy a echar contra ellos. Me doy cuenta que ese va a ser mi destino verdadero”.

    • Leonardo dijo:

      Exactamente, Fidel libró esa lucha con entusiasmo, con mucha dignidad, si, pero como país pequeño que somos, al lado de un vecino tan poderoso, la confrontación inevitable quizás pudo ser mucho menos directa, porque al final es el pueblo del país pequeño el que va a sufrir en sus hombros los resultados de la confrontación. La idea es que la dignidad debe siempre ir acompañada de cierto nivel de astucia, para que se logren todos los objetivos y mitigar los efectos negativos.

    • Pedro dijo:

      Eso no viene de ahora ni de 1958; lo vio Martí, lo dijo Maceo- tampoco espero nada de los americanos, todo debemos fiarlo a nuestros propios esfuerzos, mejor es subir o caer sin ayuda que contraer deuda de gratitud con un vecino tan poderoso-; Gómez manifestó que los americanos no dejarían en el pueblo de Cuba ni un adarme de simpatía. Los aviones de batista, recibidos de Estados unidos, iban a cargar las bombas y rockets en la base naval de Guantánamo y las usaban contra los campesinos, en el caso que se menciona es Mario; yo vi una foto de un niño al que le faltaba toda la parte de la espalda y una acotación de Che Guevara- ¡ cubano, mira bien esta foto! Saludos.

  • Juan Carlos dijo:

    Cuba debería romper las relaciones diplomáticas con el imperio y cerrar embajadas.Esa sería la decisión del comandante.

  • vv dijo:

    El articulo está muy bueno. Al gobierno de EU, fue donde se fue a pedir la primera ayuda después del triunfo y fue el gobierno de EU quien nos negó la ayuda simplemente porque no fuimos de rodillas a pedir dinero fuimos de pie he aquí donde radica la fuerza y la rebeldía del pueblo cubano no es lucha contra esa potencia es resistencia de un pequeño país que demostró que si se puede. Yo no veo, no vi ni voy a ver disfrute en la posición de Fidel por Cuba simplemente puso en alto la moral de este pueblo. Cuba, es respetada en todo el mundo gracias a Fidel Castro.

  • Andres dijo:

    Yo no se la edad que tienen ustedes los que hacen comentarios, pero no recuerdo una frase de acercamiento ni de paz con USA, siempre tenia una guerra inventada y sin cuartel, esperando que nos atquen todavia estamos, que son malos y no aceptamos nada de ellos, etc. Lo que nunca he entendido si son tan malos porque queremos que sean amigo de Cuba, que comercien con Cuba, que le presten dinero a Cuba y todo eso, no debieramos querer amigos malos, que sean capaz de hacernos una guerra, de someternos a algo cruel, deberiamos mirar un mundo sin los Estados Unidos y etsariamos mejor.

  • GEMS2306 dijo:

    No solo es injusto, sino hasta irrespetuoso decir que nuestro Comandante en Jefe disfrutaba la confrontación con el gobierno de los EEUU. Fidel era -es- un líder de primera línea, que sabía de antemano, tal vez desde que en 1953 organizaba junto a Abel Santamaría los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, que hacer una revolución en Cuba, una revolución verdadera, con los humildes, por los humildes y para los humildes, convergeria obligatoriamente con el enfrentamiento directo con el gobierno de los EEUU. Su espíritu antiimperialista se solidificó aún más tras la caída del gobierno de Arbenz en Guatemala en 1954. Durante la preparación de los expedicionarios del yate Granma en México evitó buscar cualquier tipo de ayuda de ningún sector de la política norteamericana, y con mucho tacto le solicitó alguna ayuda a Prío, pero fue mínima. Así que llegó al triunfo estando bien claro de que a partir de ese momento la confrontación con los EEUU sería inevitable, y si asumió es lucha sin claudicar, es porque el pueblo lo apoyó incondicionalmente, no porque él se deleitara con ese conflicto, sino porque estaba construyendo una REVOLUCIÓN que transformó al país de raíz.

  • Mike dijo:

    Quienes integraban aquella primera delegación?
    Sería interesante, al.menoa para mi.

  • Nayade dijo:

    X favor ayuden al pueblo de aguacate, madruga , mayabeque q hace 4 años los 30 subsidios atrasados, dice la vivienda q no hay materiales,sin embargo la bolsa negra tiene el saco doble a 10 mil pesos y demás gravilla,arena,recebo,etc,no entiendo nada tanta promoción q le dan a los subsidios en la tv y todo es por gusto

  • Giraldo Mazola dijo:

    Excelente trabajo a dos manos.
    En el primer párrafo se deja claro que comenzaba un nuevo proyecto que en su esencia rompería los vínculos existentes y eso no sería tolerado. Arbenz en Guatemala afectó las tierras en barbecho de la United Fruit y por ello le organizaron el golpe de estado.
    Además de los planes de convertir La Habana en un lupanar, existía el proyecto de dividir la isla en dos con el canal Vía Cuba.
    No se menciona que antes de comenzar a preparar la lucha armada contra la dictadura, Fidel presentó ante los tribunales una acusación de inconstitucionalidad del golpe de estado que fue ignorada evidenciando que por esa vía no se lograría nada.
    En el proceso de la lucha, como bien se dice, se fueron gestando valores. Se ejemplifica con no matar ni maltratar prisioneros. Hay otros valores inculcados; 81 de tripulantes del yate Granma fueron testigos de que al caer al mar uno de ellos, Roque, se dedicaron horas y combustible para tratar de rescatarlo hasta lograrlo. No se abandona nunca a un compañero. Otro valor, la fe en la victoria aún en los momentos mas duros. Al reunirse con Raúl y ver tenían 7 fusiles, afirmar que ya así se ganaría la guerra.
    Al existir la certeza de que habría justicia no hubo venganza. Otro gran valor inculcado.
    Creamos desde el principio la convicción de que se había acabado la impunidad y el latrocinio.
    Además con la creación del ministerio de recuperación de bienes malversados y su ejemplar actuación contra todo el saqueo cometido durante la dictadura se extendió su acción a los robos cometidos antes.
    Es cierto que Fidel en esa su primera visita a EEUU pretendiera que la inevitable ruptura no fuera abrupta pero obviamente sabia que la reforma agraria firmada en mayo de 1959 conduciría a tal conflicto.
    Un comentario de un lector antes que yo recuerda una nota breve que Fidel le manda a Celia en plena lucha insurreccional en la que le dice al ver la destrucción de caseríos de campesinos en la sierra por la aviación con bombas hechas en Estados Unidos cree que será contra ellos la lucha que librará en el futuro.
    Por lo tanto estimo que antes de la victoria y de ese ulterior viaje a Estados Unidos, tenía muy claro el inevitable conflicto que se avecinaba.

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Elier Ramírez Cañedo

Elier Ramírez Cañedo

Académico cubano. Doctor en Ciencias Históricas. Coautor del libro "De la confrontación a los intentos de normalización. La política de los Estados Unidos hacia Cuba". En Twitter: @islainsumisa

René González Barrios

René González Barrios

Director del Centro Fidel Castro Ruz. Se desempeñó como presidente del Instituto de Historia de Cuba.

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