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Los delegados: Elementos determinantes del Poder Popular

Por: Dra. Lissette Pérez Hernández
Publicado en: Pensar el Derecho
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En el diseño constitucional del sistema político cubano, la organización estatal se construye de forma piramidal, desde la base. Si se analiza territorialmente, al concebirse constitucionalmente el municipio como la unidad política administrativa primaria y fundamental de la organización nacional, la conformación de los órganos en ese nivel del poder constituye la primera fase del proceso electoral, que comienza con la nominación y elección de delegados por circunscripción. En ese proceso, a partir de las múltiples funciones que la Constitución de la República de Cuba y las leyes les otorgan a los delegados, pueden considerarse elementos determinantes del Poder Popular.

Con el objetivo de resaltar la importancia de los delegados, este trabajo propone una mirada desde varios planos de análisis. Un primer plano, relacionado con la organización estructural del Poder Popular y con algunas atribuciones del delegado como parte de esa organización, que les permite intervenir en la conformación de otros órganos; otro plano dirigido al vínculo del actuar del delegado con el derecho de participación popular y un último plano, relacionado con algunas condiciones para el mejor funcionamiento del delegado.

Para abordar el primer plano de análisis propuesto, es necesario partir del reconocimiento formal de los delegados como representantes de los electores de la circunscripción por donde resultan electos. En este sentido, constituyen la voz y el voto indirecto de la población a la que representan en las Asambleas Municipales del Poder Popular (AMPP) que conforman en cada municipio por donde son electos. Como miembros de las mencionadas asambleas, son parte determinante en las decisiones que toma ese máximo órgano de poder en el territorio y en el control que, en virtud de ese poder, ejercen sobre la administración y las entidades en el territorio.

Conforme a la concepción constitucional, son precisamente los delegados en su carácter de miembros de las AMPP, quienes en representación de la población eligen al Presidente y al Vicepresidente de la propia AMPP; designan al Intendente, figura que preside el Consejo de la Administración Municipal, órgano que desempeña funciones ejecutivas-administrativas y dirige la Administración Municipal. En ese mismo rol, los delegados eligen además al Gobernador, máximo responsable ejecutivo-administrativo en su provincia.

Igualmente, son los delegados del Poder Popular los responsables de nominar, conforme lo establece la ley, a igual número de candidatos a diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular de los que le corresponde elegir al municipio. Diputados que conforman el órgano supremo de poder estatal y tienen entre sus atribuciones elegir al Consejo de Estado, al Presidente y Vicepresidente de la República, a los magistrados y jueces del Tribunal Supremo Popular; al Fiscal General de la República y a los vicefiscales generales; al Contralor General de la República y a los vicecontralores generales, así como designar al Primer Ministro y al Consejo de Ministros.

Como miembros de las AMPP, son parte de las Comisiones de trabajo que la propia asamblea constituye, atendiendo a las necesidades de la localidad para que la auxilien en la realización de su actividad, especialmente para ejercer el control a las entidades municipales.

De igual forma, los delegados conforman los consejos populares, órganos locales de carácter representativo, investidos de la más alta autoridad para el desempeño de sus funciones, que se organizan en ciudades, pueblos, barrios, poblados y zonas rurales. Los consejos populares representan a la población de la demarcación donde actúan y a la vez a la AMPP.

Nominación de candidatos a delegados en Pinar del Río. Foto: Rafael Fernández Rosell/ ACN.

Conteste con la Constitución de la República de Cuba, los consejos populares ejercen el control sobre las entidades de producción y servicios de incidencia local y trabajan activamente para la satisfacción, entre otras, de las necesidades de la economía, de salud, asistenciales, educacionales, culturales, deportivas y recreativas, así como en las tareas de prevención y atención social, promoviendo la participación de la población y las iniciativas locales para su consecución.

Los consejos populares coordinan e integran a los delegados para: identificar de forma sistemática los problemas y necesidades que afectan a la comunidad, y sus posibles soluciones; organizar y promover el esfuerzo colectivo de los vecinos para la solución de sus propias necesidades, mejorar la convivencia y la calidad de vida; promover e impulsar el desarrollo del trabajo comunitario integrado, como método para sumar a los ciudadanos en el fomento de la formación de valores patrióticos y éticos; decidir la estrategia de trabajo para desarrollar, en un período determinado, las actividades que se propongan, y realizar la evaluación y control de los resultados de las acciones desarrolladas.

Como es posible advertir, cada delegado y todos de conjunto, a partir de sus propias funciones, son determinantes en la labor por la localidad y para la selección directa o indirecta de quienes conformarán los órganos estatales.

Por su parte, al analizar a los delegados en vínculo con el derecho de participación, también cobran una importancia particular, apreciable sobre todo en torno a algunas claves reguladas constitucionalmente como principios de organización y funcionamiento de los órganos del Estado y de la democracia socialista, a saber: elección, control, rendición de cuenta y revocación.

La regulación constitucional establece que todos los órganos representativos de poder del estado son electivos y renovables. En ese sentido, sobre la elección de los delegados, teniendo en cuenta lo comentado antes, es preciso destacar por inusual, su nominación popular directa y abierta en asambleas barriales, realizada por sus vecinos, así como su elección posterior por medio del voto, libre, igual, directo y secreto, de la población.

De forma particularmente significativa, el delegado está llamado a influir además en la implicación y el compromiso de la ciudadanía con los procesos decisionales y las actividades sobre las cuales es importante ejercer control. Dentro de ese marco, en Cuba los elegidos tienen el deber constitucional de rendir cuenta de su actuación periódicamente y pueden ser revocados de sus cargos en cualquier momento. El delegado, como base del sistema, le rinde cuenta de su mandato directamente a sus electores, oportunidad en la que además recepciona muchos de los planteamientos que le realiza la población.

En cuanto a la revocación, aunque es una institución de poco conocimiento cívico y escasa realización práctica en el país, su regulación enaltece el diseño democrático del Poder Popular, en tanto es precisamente la institución que mejor permite analizar en ciclo cerrado, los rasgos democráticos de un sistema político. A partir de la regulación de la referida institución, el delegado puede ser revocado en cualquier momento por los propios electores que lo eligieron, cuando no responda a sus intereses, por incumplimiento reiterado de las obligaciones derivadas del mandato conferido, por incurrir en hechos que lo hagan desmerecer de buen concepto público o por manifestar una conducta incompatible con el honor de ser representante del pueblo en un órgano del Poder Popular.

A su vez, son los delegados los que, en representación de sus electores, pueden revocar el mandato de los respectivos presidentes y vicepresidentes de las AMPP y de los consejos populares, de los gobernadores y vicegobernadores de su provincia y de los diputados electos en su territorio.

De igual forma, resulta trascendente para el análisis de la figura del delegado, vinculado al derecho de participación, que la AMPP sea constitucionalmente considerada como garante de los derechos de petición y de participación popular local, no solo porque el delegado como miembro participa de las decisiones que la misma toma al respecto, sino además porque, como parte de esa garantía, un tercio de los delegados de una AMPP puede solicitar la realización de una consulta popular. Además, los delegados deben dar atención a los planteamientos a las quejas y peticiones de la población y a través de estos, los ciudadanos pueden interesar a la AMPP, mediante escrito razonado, el análisis de temas de su competencia.

También como parte de la referida garantía, los delegados pueden promover la revocación o modificación de las decisiones adoptadas por los órganos o autoridades que le están subordinados a las AMPP, cuando contravengan las normas legales superiores, afecten los intereses de la comunidad, o extralimiten las facultades de quien las adoptó.

Por último, para cumplimentar el análisis en los tres planos propuestos, es importante tener en cuenta el funcionamiento del delegado en la práctica, de lo que depende la aprobación de su gestión por los electores a los que representa.

Al respecto, más allá de todas las potencialidades descritas para la valoración del actuar del delegado, su funcionamiento real tiene una condición que escapa a la objetividad de las normas jurídicas, vinculada con el proceder de la persona misma que encarna al delegado, así como con los referentes a tener en cuenta por los electores al elegir el mejor candidato.

Asamblea de nominación de candidatos a delegados del Poder Popular en la circunscripción 54 del Consejo Popular Sakenaf-Caracatey, Villa Clara. Foto: Ernesto Alejandro Álvarez Alonso / Vanguardia

Como ruta para calificar los resultados de la labor del delegado, la Constitución prevé tres direcciones:

  1. Los delegados tienen el deber de mantener una relación permanente con sus electores, promoviendo la participación de la comunidad en la solución de sus problemas;
  2. deben dar a conocer a la AMPP y a la Administración de la localidad las opiniones, necesidades y dificultades que le transmitan sus electores y
  3. deben trabajar en función de gestionar la solución de esas opiniones, necesidades y dificultades planteadas, en lo que corresponda.

Para que el delegado, sobre esa base, pueda lograr una buena gestión, entre otros factores que también inciden, pero no son objeto de este trabajo, se encuentran las condiciones que requiere tal desempeño. Como mínimo, el delegado debe tener sentido de pertenencia con su barrio, sus problemas y necesidades, tener prestigio y reconocimiento social a partir de sus cualidades personales y actuación ciudadana y contar con cierta capacidad instalada o interés y potencialidad para alcanzarla en breve tiempo.

Como contraparte del planteamiento anterior, también con carga subjetiva, aunque sobre bases objetivas, es necesario que los electores conozcan la importancia de la figura estatal que van a elegir, sus funciones básicas y las expectativas que determinada selección puede generar en la población, específicamente relacionada con la capacidad que requiere el delegado para que las gestiones que realiza en pos de la satisfacción de las dificultades del barrio, resulten adecuadas.

Para finalizar puede afirmarse que, salvando lo perfectible de cualquier obra humana, la figura del delegado tiene un diseño democráticamente encomiable, del cual podemos incluso presumir. Para sustentar esa idea, es posible apoyarse en la concepción Martiana del delegado y su carácter representativo, y hasta considerarla génesis de la importancia que se le concede a esta figura en el diseño del Poder Popular, en especial recordando sus palabras cuando se dirigió a los Presidentes de los cuerpos de consejo de Key West, Tampa y Nueva York, el 9 de mayo de 1892, cuando expresó: “el oficio de Delegado con que mi pueblo libre me honra,…nace de aquella democracia que consiste más en permitir a todos la expresión justa, que en aspirar sin medida;…viene del deseo de construir la patria desde su raíz de modo que su independencia nominal sea efectiva y durable.”

Con ese fundamento, cuando el ciudadano cubano vote para elegir a un delegado, como parte del disfrute del derecho al sufragio, estará contribuyendo al fortalecimiento de la base del sistema del Poder Popular. Por lo que, elegir al que mejor nos represente, constituirá un acto trascendente, de altísima responsabilidad ciudadana.

Al concurrir a las urnas en esta ocasión, se estará decidiendo por medio del voto a quiénes se quiere encargar la gestión de la solución de las dificultades más cercanas a la comunidad y de forma transitiva, las de la nación. De la selección que se realice, dependerá que el delegado y también el entramado estatal, resulten mejores. Por ello, en el acto de votar todos somos responsables. Entonces, demos un aporte individual a la solución de nuestras dificultades, ¡Votemos y hagámoslo por los mejores y más capaces! La participación política puede convertirse en una realidad si se fortalece la vida política municipal, ya lo planteó Martí: “el Municipio es la raíz y esa es la sal de la libertad…”.

Se han publicado 25 comentarios



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  • JRB dijo:

    La asamblea municipal compuesta por los delegados debe tener además funciones legislativas, todo territorio tiene necesita se ordenamiento para que funcione y ninguno se parece a otro éste aspecto debe ser tenido en cuenta

  • Luis dijo:

    Con todo respeto. Cuando los delegados realmente logren resolver los problemas de la comunidad, entonces creeré.
    Lo digo desde el dolor, una vida entera viendo desgastarse a los pobres delegados en la impotencia.

    • XFX dijo:

      Exactamente.... todo esto es por gusto..... es como hechar mas confetis a una piñata.... al final, por eso no van a haber mas caramelos...

  • Ramón dijo:

    Según han definido algunos altos funcionarios, el Delegado es la base de nuestro sistema de gobierno. Yo digo y como yo la mayoría del pueblo cubano, que el Delegado es el actor de gobierno que carece de total credibilidad en su gestión. Carece de credibilidad porque el alcance de su gestión en la búsqueda de soluciones a los reclamos de sus electores es excesivamente limitada. En las actuales circunstancias económicas por las que atraviesa el país, esa gestión del Delegado en la búsqueda de soluciones se hace aún más limitada. Un Delegado jamás tuvo facultades para hacer lo que se está haciendo en los barrios actualmente y eso es lo que enfatiza la poca credibilidad de su gestión. Una cosa es lo que se dice sobre las facultades que tiene un delegado según nuestras legislaciones y otra cosa bien distinta es lo que tiene en la realidad. El Delegado no es el único con alcance limitado de su gestión, también es limitada la gestión de la Asamblea Municipal y lo será hasta tanto no desaparezca el pensamiento verticalista de nuestro sistema de gobierno e ideológico institucional. Convocar a los territorios para tener más iniciativa e independencia en su gestión, pasa invariablemente por ese estilo de trabajo que se erige como el principal elemento dentro del sistema de restricciones en la toma de decisiones de los gobiernos locales.

    • rebelde dijo:

      Totalmente de acuerdo con usted Ramón. El delegado hoy es la figura de gobierno que más se desgasta sin tener resultado, a quien menos esccha la Asamblea Municipal, es la única cara visible del gobierno local, porque los dem´s, incluido el Presidente del Consejo Popular son invisibles y muchas veces nadie en la comunidad los conoce.
      Es por eso que muchas personas ni siquiera asisten a las rendiciones de cuentas del delegado, aunque en las cifras oficiales se diga que asistió un alto po ciento de vecinos. La gestión del Poder Popular actualmente es nula, por eso tiene que venir la alta dirección del país a descubrir barrios insalubres que jamás visita el gobierno local. De verdad les digo que duele escribir sobre esta realidad, porque sabemos que ese no es el Poder Popular que diseñó Fidel, no es el que quiere la actual dirección de la Revolución, pero de nada vale mentirnos y engañarnos diciendo que todo funciona y que el delegado es capaz de resolver la mayoría de los problemas de las comunidades. Duele decirlo, pero eso es falso.

    • Eulalia dijo:

      Para mi el delegado es una figura decorativa, el que recibe los planteamientos de la población pero no le puede dar solución a ninguno.

  • Pedro José dijo:

    Después de más de 4 décadas de experiencia con un saldo objetivamente más desfavorable que positivo, la vida y los nuevos aires dialécticos, nos van diciendo hace mucho rato, que hay que borrar la formalidad y la imagen actual en torno a la figura del Delegado. Hay que lograr de una buena vez, y con inmediatez, un verdadero y profundo empoderamiento de estos representantes locales del pueblo, quienes por demás son los únicos elegidos de forma directa.
    Hay que lograr, que los Delegados tengan poder político y económico, con nivel de decisión real en sus respectivas demarcaciones, y que logren ser verdaderas autoridades publicas y visibles para todos los electores, y que para ello cuenten con un solido respaldo legal, que refrende y ampare el ejercicio de sus funciones y decisiones.

    • rebelde dijo:

      Sólo con autoridad legal para destituir al administrador que no cumpla sus funciones o que se sancione administra o penalmente a alguien será que el delegado va a ocupar el lugar que le corresponde en el ejercicio del poder del pueblo. Cuando el delegado vea que no se le escucha en la AM, tiene que tener el derecho de remitirse a las instancias superiores de gobierno para denunciar la desatención y exigir la revocación del mandato de aquel que se acomodó en su puesto y frena el accionar del poder del pueblo.

  • Ale dijo:

    Si estuvieramos en los 80 quizás, pero que delegado resuelve algo?

  • Miguel Angel dijo:

    Desdolaricen el consumo de productos de primera necesidad.

  • Juan Jesús dijo:

    A nadie escapa el favorable ambiente que se logra en torno a los Delegados, durante el frívolo y esquemático proceso de nominación y elección del principal eslabón de la estructura de gobierno en nuestro país, por ser los únicos elegidos de forma directa, y por estar teóricamente en contacto directo con los ciudadanos-electores.
    Pero tal ambiente discurre rápidamente después de las elecciones. Es tal ya el desinterés por el proceso, que los electores solo se limitan a ir a votar el domingo, sin saber a veces quien es el nominado, y si aparecen o no en las listas de electores.
    Ojalá la ANPP tome conciencia de ello, y se tomen medidas y acciones para revertir la situación, y lograr que los Delegados tengan real autoridad y poder en sus localidades, tal como fue en sus primeros años de existencia.

  • Catalejo dijo:

    ¿Cuándo le van a dar la autoridad que se merecen a los Delegados para que puedan resolver los problemas, las quejas e inquietudes de la población? Voy a mencionar algunos de muchos, el problema de las viandas, frutas, hortalizas y vegetales, han subido de precios al igual que los salarios de la gente, el transporte, ni hablar por 19 desde 84 hasta 42, sólo pasa la ruta 69 , P4, y ahora el 8, cuál de las tres está más mala, y muchas guaguas siguen pasando vacías sin recoger a nadie , creo que lo mejor sería venderle a los trabajadores bicicletas eléctricas , ya sea a crédito o en efectivo a un precio que la gente la pueda pagar, hay muchas cosas que se pueden resolver desde la base, y no se hacen, o se pueden trasladar a la dirección del país para que se resuelvan, porque el transporte nunca ha estado bueno , ni en los ´80 mejor década que vivió Cuba en toda su historia.

  • Casandra dijo:

    El delegado forma parte de un equipo que tiene que funcionar como.los dedos de una mano, y a veces como un puño. cerrado, gobernador del municipio, presidente del consejo, jefe de sector, atención a la población del PP , partido municipal, atencion a menores, controlador del potencial delictivo, y por supuesto APOYO de las organizaciones de masa, ENTONCES SIII

  • Osana Maricely Abreu dijo:

    Cómo todo, hay buenos delegados, hay malos, los q se mantienen años y años siendo malos, sin resultados, porque " nadie quiere ser",?...hay muchas cosas que se pueden hacer en los barrios aún sin tener recursos y no se hacen, CDR, FMC en muchos barrios no funcionan, sólo cobran...la mentalidad debe cambiar o seguimos estancados

  • Rey Mo dijo:

    En mi barrio lo que ha habido siempre son los no-delegados. Personajes sin ningún poder de decisión sobre las necesidades de la población. Meros tramitadores. No resuelven nada, nunca.

  • Mary dijo:

    La figura del delegado se sigue destacando por ser el único nivel que la ciudadanía elige directamente, lo que resulta lamentable . Ya se ha dicho aquí bastante de lo inoperante de esta figura en la mayoría de los casos. Es una pena que a tantos años de experiencia esta estructura gubernamental no haya sido modificada permitiendo una participación verdaderamente directa de la población en la elección de los que gobiernan

  • Cubahoy dijo:

    El buen delegado es muy sacrificado y sufre por los problemas de su pueblo. Pero se ve atado de pies y manos muchas veces para solución de problemas. Por eso ha perdido prestigio y credibilidad. Se ha convertido en un RECADERO prácticamente entre población y gobierno, pero en la solución de problemas no tiene potestad.

  • Jorge Acosta dijo:

    Tengo 79 años. En todos estos años del Poder Popular nunca había tenido una delegada que trabajara tanto por nosotros. Su preparación lo daba el hecho de ser profesora de la CUJAE. Toda su eficiencia quedó demostrada en el cumplimiento de tareas durante la pandemia. Pienso que se debiera cambiar la elección de la Presidencia del Consejo. Debe ser igual a la forma de elección de la Delegada

    • Yrai dijo:

      HOLAS JORGE, EL PRESIDENTE DEL CP LO ELIJEN LOS DELEGADOS, SDOS

  • jose ramon gutierrez marquez dijo:

    Comparto las caracteristicas democraticas del diseño del poder popular el gran problema es el uso objetivo de todas esas bondades .El papel revocador de las masas elemento vital de control al buen funcionamiento del sistema es de total desconocimiento en las mayorias lo que anula una participacion real y efectiva de los electores que desde hace un tiempo y cada ves mas le prestan muy poca importancia a este proceso donde verdaderamente no se elijen ni a los mejores ni a los mas capaces sino a quien quiera serlo para terminar la reunion y salir de eso muestra clara y fehaciente de que las mayorias no ven en esta figura la solucion provable de las necesidades de su entorno y no observo voluntad politica en cambiar este panorama jamas he visto un programa ,articulo o spost dirigido a educar y consientizar a las masas en la importancia de su papel revocador

  • Mario M dijo:

    Estimado Jorge Acosta, coincido con su propuesta. La historia ha demostrado que los foros electos a puro dedo, generalmente no siempre funcionan. Tanto la Presidencia de los Consejos Populares, como los Intendentes, y los Gobernadores provinciales, deben ser electos democráticamente tal como se eligen a los Delegados, solo así las elecciones tendrán un sentido y una motivación especial, y dejarían de ser meros ejercicios formales, a través de elecciones directas y secretas en las urnas, a partir de una candidatura previa propuesta por las organizaciones de masas. Tal vez las venideras generaciones de electores, valoren e introduzcan estas modificaciones en nuestro sistema de gobierno, aunque también comparto el criterio que si se hace una consulta popular tal como se hizo con el Código de las Familias, sería abrumador la cantidad de electores que estarían de acuerdo. La obra es siempre perfectible, y no ha de ser solo un eslogan.

  • Virgilio dijo:

    El delegado en esto tiempo debe ser elegido por compromiso con su pueblo en algunas tareas y no por bibliografia q es mas de lo mismo ejemplo q va hacer en la comunidad que obra debe terminar y darle mas responsabilidad y compromiso y pagarle por ser delegado si proponen algo bueno para la comunidad .

  • yo dijo:

    Cuando comenzó el proceso de reforma constitucional me ilusioné pensando que realmente había llegado el momento de transformar para bien nuestras instituciones políticas, dándole mayor autoridad efectiva a los delegados, modificando la manera de elegir a las autoridades de los niveles superiores, estableciendo procedimientos efectivos para la rendición de cuentas de todos los dirigentes y funcionarios públicos...en fin, "cambiar todo lo que debe ser cambiado" a fin de lograr un sistema del Poder Popular que realmente merezca ese nombre...pero a estas alturas he podido comprobar que ese no era el objetivo de la reforma...en particular me parece inexplicable que se haya aprobado una nueva Ley Electoral que perpetúa todos los defectos de la anterior....

  • Rolando dijo:

    No tengo dudas que las estructuras del poder popular tienen problemas que no se resuelven en el tiempo ejemplo de ello está en los planteamientos envejecidos y sin resolver que tiene cada circunscripción, por lo que se ha tenido que replantear otra forma de actuar en las transformaciones de los barrios tratando de dar respuesta en el mejoramiento de los barrios por que no se les ha llegado en su momento con las estructuras el poder popular, el que no quiera ver esas cosas no ha tenido que ver el desánimo con que se realizan en la actualidad las re uniones de rendición de cuenta por que se a perdido el interés de participación ciudadana, compruebe con apego a la juventud el criterio que tiene de este sistema, no puedo entender cómo aferrarnos a algo que ha perdido confianza en el pueblo.

  • Raul dijo:

    Los consejos populares coordinan e integran a los delegados para: identificar de forma sistemática los problemas y necesidades que afectan a la comunidad, y sus posibles soluciones; organizar y promover el esfuerzo colectivo de los vecinos para la solución de sus propias necesidades, mejorar la convivencia y la calidad de vida; promover e impulsar el desarrollo del trabajo comunitario integrado, como método para sumar a los ciudadanos en el fomento de la formación de valores patrióticos y éticos; decidir la estrategia de trabajo para desarrollar, en un período determinado, las actividades que se propongan, y realizar la evaluación y control de los resultados de las acciones desarrolladas.

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Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Dra. Lissette Pérez Hernández

Profesora Titular. Facultad de Derecho, Universidad de La Habana, Cuba.

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