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Centro de Estudios Martianos: Tarea grande y hermosa

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Palabras de apertura del Centro de Estudios Martianos, pronunciadas por el Dr. Armando Hart Dávalos, la noche del 19 de julio de 1977.

En este acto sencillo vamos a dejar constituido el Centro de Estudios Martianos, dispuesto por el Decreto Número 1 del Consejo de Ministros. Estas palabras serán para subrayar dos ideas o dos compromisos, y destacar un agradecimiento o reconocimiento.

La primera idea consiste en recordar que este Centro se constituye para responder al mandato de Julio Antonio Mella, en el sentido de que era necesario estudiar las relaciones entre el pensamiento de José Martí y las tareas de la revolución contemporánea. Esto equivale a decir: estudiar las relaciones entre el pensamiento democrático revolucionario más avanzado y el camino de la revolución socialista.

Dentro de pocos días celebraremos el vigésimo cuarto aniversario del ataque al cuartel Moncada, que fue el homenaje más profundo, entrañable y fértil que se le rindiera a José Martí. Cuando el compañero Fidel replicara a sus captores que el autor intelectual de aquel ataque glorioso era Martí, subrayó el vínculo entre la revolución que quedaría trunca con la intervención imperialista en 1898, y la nueva etapa de la revolución social de nuestro siglo.

Orientado por el materialismo histórico, e inspirado en la enseñanza de Fidel en el Moncada, el Centro de Estudios Martianos debe cumplir el compromiso de estudiar las relaciones entre el pensamiento de José Martí y las tareas de la revolución socialista.

Grande y valioso aporte el que hará el Centro de Estudios Martianos, si con el pensamiento de José Martí y con el instrumento científico del materialismo histórico, logra exponer, con información y datos concretos, los lazos que unen al movimiento democrático revolucionario del Maestro con el ideario socialista de Marx, Engels y Lenin. Bastaría con este empeño, para justificar la existencia de la institución.

La otra idea o el otro compromiso que tiene la institución que hoy inauguramos, consiste en presentar con el ejemplo del caso literario de José Martí –para utilizar una expresión de nuestro Juan Marinello– la relación profunda entre la cultura y el quehacer político revolucionario de nuestro pueblo.

El Ministerio de Cultura está muy interesado en que no se desvincule el hecho literario o artístico del hecho político y social que hay en la vida de Martí y en todo el quehacer artístico de nuestro país. Tal desarticulación está en contradicción con nuestra formación cultural, y significaría un obstáculo al desarrollo del arte y la literatura en nuestro país.

El Centro debe estudiar con rigor científico la profunda relación entre la actividad artística y literaria de José Martí y el quehacer político y social al que él consagró su vida entera. Separar lo literario y artístico de lo político y social en la obra del Maestro, resulta prácticamente imposible. Uno de los hechos culturales más sustanciales y conmovedores de José Martí está, precisamente, en la que alcanzó las más altas  cumbres, y su quehacer político y revolucionario, desde donde se situó también en las cumbres de la historia de América y como una de las figuras más extraordinarias de la humanidad.

El caso literario y político de José Martí, unido en una sola pieza como dos aspectos de una misma realidad, presenta, con la belleza exquisita de su palabra y la grandeza y elocuencia de su política humanista, democrática y revolucionaria, uno de los fenómenos más interesantes de la cultura  y de la política cubanas.

Si el Ministerio de Cultura tiene el deber de proteger y conservar, como señala la ley, el patrimonio cultural de la nación, este hecho cultural, la unión entre lo literario y lo político que hay en José Martí, estamos en la indeclinable responsabilidad de estudiarlo y mostrarlo como una de nuestras grandes riquezas ideológicas. Y es que Martí, con su enorme talento artístico y su exquisita sensibilidad humana, entendió la política de conducir a un pueblo hacia su liberación de manera similar a como un artista cabal entiende su creación. Puede decirse que la política de Martí tiene los rasgos esenciales de un arte superior. Cuando se piensa en el conjunto armonioso de su obra política y en las formas y maneras con que fue modelándola, siente uno la impresión de que está frente a una hermosa obra de arte. Y, desde luego, la fuerza de la literatura de Martí se deriva en lo sustantivo del hecho de que expresó los intereses políticos, sociales y económicos del pueblo cubano y de América en su época histórica.

Es precisamente en el arte complejo y difícil de la política, donde su figura adquiere una trascendencia profundamente humana. Esta es una de las más hermosas herencias que nos dejó a los cubanos. En este valor está un aspecto esencial de la política y del éxito de Revolución Cubana en la etapa contemporánea.

En esta noche estamos también en el deber de recordar a un compañero que no está físicamente entre nosotros, pero que permanece con fuerza en el recuerdo. Me refiero a Juan Marinello. Debo decir que fue él, en lo esencial, quien laboró en la preparación del Decreto que creara al Centro de Estudios Martianos. Hubiéramos deseado velo encabezando a los compañeros que dirigirán esta institución. No ha sido posible. Pero su pensamiento está entre nosotros. Juan Marinello fue uno de los mejores martianos y uno de nuestros mejores marxistas-leninistas. Pocos como él abrazaron con tanta fuerza la causa de Martí y la causa del marxismo- leninismo. Por eso no puede dejar de estar presente  en un acto como este y en toda la tarea del Centro que hoy inauguramos.

Hemos designado a un grupo de compañeros para que, integrando el Consejo de Dirección de la institución, lleven adelante la tarea de este Centro. Ellos son: Roberto Fernández Retamar (que lo presidirá), Julio Le Riverend Brussone, José Antonio Portuondo Valdor, José Cantón Navarro, Ángel Augier Proenza y Francisco Noa Martínez.

Tendrán ustedes, compañeros, la más decidida cooperación del Ministerio de Cultura, y de todo el pueblo, en el empeño generoso de cumplir el mandato de Julio Antonio Mella. La tarea es grande y hermosa, el compromiso es indeclinable. Estamos seguros del éxito de este empeño revolucionario.

***

Decreto número 1 del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros

POR CUANTO: Julio Antonio Mella en sus Glosas al pensamiento de José Martí en 1926, escribió: “Martí —su obra— necesita un crítico serio, desvinculado de los intereses de la burguesía, ya retardataria, que diga el valor de su obra revolucionaria considerándola en el momento histórico en que actuó. Mas hay que decirlo, no con el fetichismo de quien gusta adorar el pasado estérilmente, sino de quien sabe apreciar los hechos históricos y su importancia para el porvenir, es decir, para hoy”.

POR CUANTO: José Martí, autor intelectual del ataque al Cuartel Moncada, fue inspirador y guía de nuestro pueblo en su lucha por la definitiva liberación nacional.

POR CUANTO: En nuestro proceso revolucionario, hemos tenido el “privilegio de poder disponer de uno de los más ricos tesoros políticos, una de las más valiosas fuentes de educación y de conocimientos políticos, en el pensamiento, en los escritos, en los libros, en los discursos y en toda la extraordinaria obra de José Martí”, siendo necesario, “tanto como sea posible, ahondar en esas ideas, ahondar en ese manantial inagotable de sabiduría política, revolucionaria y humana”, tal como se señaló, el 10 de octubre de 1963, en la Conmemoración del Centenario del Grito de Yara.

POR CUANTO: La tarea de esclarecer los vínculos profundos entre el ideario martiano y la Revolución contemporánea la han venido realizando muchos estudiosos del pensamiento martiano y del pensamiento marxista-leninista.

POR CUANTO: Se hace necesario crear un Centro de Estudios Martianos que, recogiendo el mandato de Julio Antonio Mella, analice, desde el punto de vista de los principios del materialismo dialéctico e histórico, la obra y el pensamiento de José Martí, y coordine diversas tareas en torno a ellos.

POR CUANTO: Conforme a lo dispuesto en el artículo 70 de la Ley número 1323 de 1976, se establece en su inciso f) que el Ministerio de Cultura está encargado de “velar por la conservación de los bienes que forman parte del patrimonio cultural así como promover la investigación y el estudio del pasado cultural”.

POR CUANTO: La vida y la obra revolucionaria de José Martí forman parte inseparable del patrimonio y del pasado cultural de la nación cubana, y gran parte de la misma está expresada en su labor como uno de los escritores más sobresalientes de la lengua española.

POR CUANTO: El Ministro de Cultura ha propuesto la creación de un Centro de Estudios Martianos cuyas funciones se expresan en el apartado segundo del presente Decreto  y oído el parecer del Comité Estatal de Ciencia y Técnica de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 56, inciso h) de la Ley 1323 de 30 de noviembre de 1976, este recomendó la aprobación del mismo.

POR TANTO: El Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, en uso de la facultad que le otorga el Artículo 16 de la Ley número 1323 de 30 de noviembre de 1976, previo cumplimiento de lo dispuesto en el inciso g) del Artículo 18 de dicha Ley, y al amparo de la atribución contenida en el Artículo 41 de la misma Ley decreta lo siguiente:

PRIMERO: Crear un Centro de Estudios Martianos adscripto al Ministerio de Cultura.

SEGUNDO: El expresado Centro tendrá a su cargo las siguientes funciones:

  1. Auspiciar el estudio de la vida, la obra y el pensamiento de José Martí, desde el punto de vista de los principios del materialismo dialéctico e histórico.
  2. Recoger y conservar todos los manuscritos, ediciones originales, fotografías y otros materiales de José Martí.
  3. Promover publicaciones de y sobre la obra martiana, y al efecto crear y dirigir las colecciones que estime necesarias.
  4. Continuar la publicación del Anuario Martiano, con materiales relativos a la obra y el pensamiento de José Martí.
  5. Auspiciar conferencias, seminarios, simposios nacionales e internacionales o cualquier otra actividad de esta índole relacionada con José Martí.

TERCERO: Para la dirección de los trabajos y representación del Centro, este tendrá un director y un subdirector, que integrarán con otros miembros, su Consejo de Dirección. Estos funcionarios serán designados y removidos por el Ministro de Cultura.

CUARTO: Facultar al Ministro de Cultura para dictar las disposiciones que corresponda a los fines de la ejecución de lo dispuesto en el presente Decreto, incluyendo lo relativo al gobierno y orden interior del Centro de Estudios Martianos, así como la aprobación de sus planes de trabajo.

DISPOSICION TRANSITORIA

El Ministerio de Cultura presentará a la Secretaría del Consejo de Ministros, para su estudio y elevación a la aprobación de este Órgano, dentro del término de 30 días a partir de la vigencia del presente Decreto, un proyecto de estructura y plantilla del Centro de Estudios Martianos.

DISPOSICION FINAL

Se derogan cuantas disposiciones reglamentarias se opongan a lo dispuesto en el presente Decreto el que comenzará a regir a partir de la fecha de su publicación en la Gaceta Oficial de la República.

Dado en La Habana, en el Palacio de la Revolución, a 19 de mayo de 1977, octogésimo segundo aniversario de la caída en campaña de José Martí, “Año de la Institucionalización”.

 

Fidel Castro Ruz

Presidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros.

 

Armando Hart Dávalos

Ministro de Cultura

 

Osmany Cienfuegos Gorriarán,

Secretario del Consejo de Ministros

y de su

Comité Ejecutivo.

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  • eloisa dijo:

    GRACIAS RANDY Y A CUBADEBATE POR ESTA PUBLICACIÓN.

  • Ignacio dijo:

    Cómo se puede descargar la app con las Obras Completas de José Martí desde la web del Centro de Estudios, llevo rato tratando de hacerlo y da problemas

  • Rafael Emilio Cervantes Martínez dijo:

    Brillante intervención con absoluta vigencia que orienta nuestros pasos en la hora actual de Cuba. Gracias Eloísa.

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Armando Hart Dávalos

Armando Hart Dávalos

(La Habana, 13 de junio de 1930 - La Habana, 26 de noviembre de 2017)
Destacado intelectual y político cubano; ferviente estudioso del pensamiento y la obra de José Martí, el Héroe Nacional Cubano. Integró la Dirección Nacional del Movimiento 26 de Julio, desde su fundación en 1955 y tras el derrocamiento de la dictadura de Fulgencio Batista fue designado como Ministro de Educación del gobierno revolucionario cubano. Al crearse el Partido Comunista de Cuba en 1965 fue elegido miembro de su Comité Central y de su Buró Político. Fue designado Ministro de Cultura desde la apertura de dicho ministerio en diciembre de 1976 hasta abril de 1997, en que fundó y pasó a dirigir la Oficina del Programa Martiano, adscripta al Consejo de Estado y la Sociedad Cultural José Martí.

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