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La reacción

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Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

Las revoluciones, en todos los tiempos, han tenido enemigos. El cambio radical de una sociedad, de la forma en la que nos organizamos y relacionamos, lacera intereses de personas y grupos que han ejercido el poder, hasta ese momento, gracias a una determinada arquitectura social. Esos enemigos, muy visibles y ruidosos, se enfrentan con todas sus armas a los revolucionarios (metafórica e incluso literalmente): los acosan, los persiguen, los denigran, los asesinan, los desaparecen… Articulados en una clase que defiende a ultranza el statu quo, son la cara más notoria del autosabotaje de la humanidad en su accidentado camino hacia el progreso.

Pero existen enemigos mucho más peligrosos que se esconden dentro de las filas revolucionarias, aparentando ser aliados para sabotear en secreto o preparar golpes arteros. Como los girondinos franceses o los autonomistas de la Cuba decimonónica, cuyo lema era Evolución, sí; revolución, no, van posando como paladines del cambio cuando en realidad buscan maquillar el sistema o realizar un reajuste contingente que les permita ejercer más poder para su propio beneficio.

El oportunismo es su signo fundamental. Los girondinos apoyaron la revolución en tanto les sirvió para el derrocamiento de la monarquía y el afianzamiento de sus posiciones de poder, pero en cuanto lo sintieron necesario traicionaron sus ideales más justos y progresistas, llegando incluso a abogar por la Restauración. Los autonomistas cubanos, por su parte, fueron enemigos acérrimos de los independentistas, a quienes consideraban demasiado radicales, pero en cuanto triunfó esa táctica y Cuba por fin se separó de España, cambiaron su discurso para capitalizar a su favor la nueva situación de la Isla y borrar sus postulados más populares y radicales.

Eliseo Giberga, en un discurso pronunciado en la Asamblea Constituyente de 1901, lo expresó de forma nítida: «La fórmula de independencia fue su sola bandera. Ni anunció ni tuvo el propósito de traer una revolución en la esfera religiosa, de producir una subversión del orden social que existía, de reformar nuestras instituciones jurídicas fundamentales, de alterar las condiciones históricas en que se desenvolvió nuestra vida colectiva: no quiso, en una palabra, trastornar y trastocar esta sociedad».

Pero lo reaccionario no existe solo «fuera» de los revolucionarios, sino también dentro de cada uno de ellos, de nosotros. El conservadurismo, los prejuicios, las maneras arcaicas de asumir los procesos políticos, son también formas en las que la reacción pervive aun con las mejores intenciones. Un revolucionario puede transformarse en elemento reaccionario si no avanza a la par de su tiempo, si no tiene «sentido del momento histórico», si se ve sobrepasado por otros más revolucionarios, a los que comience a ver como enemigos, si se burocratiza.

La reacción, como fenómeno social, surge allí donde exista potencial revolucionario, como consecuencia lógica de la acción radical o de su posibilidad. Y aunque sus exponentes más «encumbrados», sus intelectuales orgánicos más «refinados», quieran disimular su esencia contrarrevolucionaria, distinguiéndose de las expresiones más burdas de lo reaccionario (como puede ser el fascismo), existe una relación dialéctica de género y especie. No todos los contrarrevolucionarios son fascistas pero todo fascismo es contrarrevolución, y, en ciertas y determinadas ocasiones, ambas expresiones se funden en comunidad de intereses.

Toda la vasta pluralidad de métodos, conductas y recursos de la reacción se subordina siempre a un único objetivo, consciente o no: la erosión de lo revolucionario.

(Tomado de Granma)

Se han publicado 3 comentarios



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  • ciro barrabi López dijo:

    Saludos,es muy cierto el escrito,hay muchos aparentemente "revolucionarios' o que están con nuestra revolución cubana,pero no lo son,y lo peor,muchos ocupan altos cargos,en instituciones del estado,empresas estatales y demás,y muchas otros lugares,son lobos vestidos de oveja,tratando en el fondo,de desestabilizar nuestra querida revolución,que con fuerza,valor y determinación a logrado grandes cosas importantes,a pesar del bloqueo estadounidense

  • Maka dijo:

    Éso es correcto.

  • L.R.A dijo:

    Vengan a la Isla de la Juventud y te los encuentras por montones.

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Michel E Torres Corona

Michel E Torres Corona

Graduado de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana en el año 2017.

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