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El peligroso juego a la "ruleta persa"

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Las fotos potenciadas con toda intención por quienes se interesan en mostrar un Teherán caótico, circulan por medios impresos y con mucha más velocidad por la red de redes.

Pareciera que el mundo se va a acabar.

El motivo: que en las recientes elecciones presidenciales de la República Islámica de Irán, ganara -con muy amplia ventaja- el aspirante por el cual no apostaba Occidente.

Amenazas van y amenazas vienen. El poder mediático, en tanto, sacó sus más diversas armas y en zafarrancho acompaña a los grandes centros de poder: léase Estados Unidos y Europa, en este peligroso juego a la "ruleta persa".

Los elementos más comunes en esta guerra son acusaciones de fraude; llamados a protestas opositoras; fabricación de disidentes; amenazas de sanciones, y otras.

Occidente acciona el gatillo de la tergiversación. Trata de convencer que la única verdad es la de ellos, y que las únicas elecciones libres del pecado del fraude son las de Estados Unidos y la civilizada Europa.

Se olvida totalmente cuando en el 2004 George W. Bush llegó a un segundo mandato en la Casa Blanca a través del fraude, además de que nunca fuera elegido por más del 25% de los votos.

En esta agitada contienda, hasta esa especie de veleta llamada Amnistía Internacional, que aparece siempre en aguas de los ríos revueltos, fabrica muertos y corrige cifras de las supuestas víctimas por las protestas en Teherán.

No basta con los datos de una Comisión Electoral totalmente avalada y que usó todo el tiempo necesario para ofrecer los resultados finales.

Consta que las elecciones tuvieron una participación récord, del 85% de los empadronados, y que el actual mandatario iraní, Mahmud Ahmadinejad, obtuvo el 62,63% de los 39.165 191 votos emitidos, frente al 33,75% para Hosein Musavi, su principal rival.

Demasiado evidente que la algarabía mediática occidental no tiene otro fin que desestabilizar a Irán y restar credibilidad a su reelecto mandatario. De lo contrario, cómo pensar que fuese verdad el llamado fraude, cuando la cifra de votos obtenidos por Admadinejad casi duplica la de su más cercado contendiente.

Por supuesto, se trata de que el electo es un mandatario  no proclive a los intereses de Estados Unidos y Occidente, por haber mostrado una actitud firme y valiente en defensa de los intereses de su país y el derecho a desarrollar la energía atómica con fines pacíficos, aun cuando contra esa nación se han fabricado todo tipo de maquinaciones encaminadas a suprimirle una voluntad legítima.

El resultado, por supuesto, no era el esperado ni por Washington ni por Londres. Incluso el propio mandatario estadounidense Barack Obama auguró el día antes de que abrieran las urnas, que "se esperaban grandes cambios en la nación persa".

Ahora, en días más recientes, cuando el guía supremo iraní, Alí Jamenei,  defendió el resultado electoral que dio por reelegido al  presidente, Mahmud Ahmadinejad, y advirtió que las manifestaciones  en las calles "deben cesar"; el mandatario estadounidense - presionado por el Congreso, según las agencias de prensa- volvió a amenazar a Teherán con aquello de que "los que desean que sus voces sean escuchadas deberían ser capaces de hacerlo sin temer a la violencia".

Está claro el llamado de la administración norteamericana a que los "inconformes iraníes" se lancen a las calles a protestar aunque puedan provocar enfrentamientos peligrosos.

El lenguaje, incluso, parece de otra época y de otro inquilino de la Casa Blanca, pero el propio vocero de la administración Obama se encargó de repetir, en conferencia de prensa, el punto de vista del Presidente, o sea, el llamado a protestar sin miedo...

Antes, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, había expresado su esperanza de que el resultado de las disputadas elecciones presidenciales en Irán sean reflejo de la verdadera voluntad popular. (Y, parece que el conteo final de los papeletas así lo corroboró, lo único que a favor de Ahmadinejad, que no era la carta de Washington).

En su sermón del viernes, Jamenei acusó también a diversos países occidentales, sobre  todo a Gran Bretaña y a Estados Unidos, de haber interferido en  la crisis en curso incluso a través de sus medios de información  y habló de "enemigos que se quitaron la máscara y esperan  emboscados como lobos hambrientos".  

 "No hubo ninguna manipulación de los votos", agregó la máxima  autoridad del estado, que recordó que hubo 11 millones de  sufragios de diferencia entre Ahmadinejad y el opositor Mussavi,  por lo que se preguntó: " ¿Cómo pudo haber una manipulación?".

Y en esta algarabía mediática hasta el motor de búsqueda de Internet, Google, anunció que su servicio de traducción en línea incluía ahora el farsi o el persa,  lengua oficial en Irán, para "favorecer el intercambio de información".

Se sabe que unas cien millones de personas hablan persa en Irán, Afganistán, Tayikistán  y Asia Central, por lo que el buscador Google no se puede quedar rezagado...

Se han publicado 1 comentarios



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  • ricardo fors navas dijo:

    Los felicito por la tremenda pagina,da gusto revisarla todo magnifico y bien dirigido. Saludos. Ricardo.

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Elson Concepción Pérez

Elson Concepción Pérez

Periodista cubano y analista de temas internacionales. Forma parte de la redacción del diario Granma.

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