Cubadebate

Se conmemora  el  decimonoveno  aniversario del triunfo de la Revolución de Octubre en 1917, cuando la insurrección armada organizada por el Partido Bolchevique derrocó la monarquía autocrática imperial rusa, ejercida durante siglos  por la dinastía Romanov.

  Quizás fue este uno de los sucesos más significativos para la humanidad, debido a la influencia ejercida sobre los pueblos y los movimientos progresistas, pues significó una total transformación de las relaciones económicas, políticas y sociales de la Rusia zarista, basada en la más cruel explotación de obreros y campesinos, que a partir del asalto al Palacio de Invierno en San Petersburgo, la capital a la sazón,  se unieron en una tenaz lucha contra la burguesía.

El movimiento revolucionario ruso, con V. I. Lenin al frente, triunfó en medio de una adversa situación internacional debido a la I Guerra Mundial y en  una batalla interna contra el régimen monárquico. Sin embargo logró establecerse la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en constante peligro frente a las amenazas capitalistas, durante algo más de setenta años en medio de la llamada "Guerra fría".

Pero si bien es cierto que en la URSS y en los países del este europeo fracasó el socialismo -estudiosos y expertos analizan el tema para determinar las razones que muchos achacan,  sobre todo, a factores subjetivos- no se pueden obviar que las ideas ejercidas repercutieron en los movimientos populares y la clase obrera durante todas estas décadas.  Ideas renovadas en la situación actual por las experiencias que han aportado y siguen vigentes sobre todo en los pueblos subordinados tanto económica como políticamente a países capitalistas en esta era del neoconservadurismo y la globalización. Tras el descalabro sufrido, incluso la mayoría de los pueblos que antes integraron la URSS, sin dudas preferirían regresar al pasado.

Muchos países en el mundo han alcanzado conquistas populares y otros al menos lo han intentado, inspirados en los logros de ese lejano país que tantas experiencias y muestras de solidaridad ofreció. Luego de la guerra dirigida por Fidel en la Sierra Maestra y tras el triunfo de la Revolución, de alguna manera Cuba contó durante la heroica resistencia frente al bloqueo y las agresiones imperialistas con el apoyo material y moral que brindaba la URSS.  Después, cuando las fuerzas reaccionarias apostaban por el fin del socialismo en la Isla, el pueblo y sus dirigentes, con la experiencia de cinco décadas y la decisión irrenunciable de no volver nunca al pasado, jamás han puesto en duda su capacidad de seguir construyendo el socialismo a la medida de nuestras características.

Hoy en día Washington y sus seguidores ven con gran preocupación los movimientos populares en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y otros, cuyos pueblos ya exigen cambios frente a la situación de tantos años de ausencia de soberanía y subordinación económica. Sin duda,  estos movimientos  se nutren de un modo u otro de  aquellos ejemplos y enseñanzas que  los inspiran a  buscar los caminos para su liberación en el llamado socialismo del siglo xxi.

Cuenta Alejo Carpentier en una página de Bohemia el 5 de mayo de l978: "…artistas rusos de los muchos que habían sido sorprendidos por la Revolución de Octubre fuera de su patria y no sabían cómo regresar a ella a causa del bloqueo imperialista que cerraba sus fronteras" decidieron organizar una compañía teatral para el público latinoamericano, pero cuando llegó a La Habana en l923 y se presentó en el Teatro Payret, tuvo una crítica muy adversa y "quedó reducido el público de la desventurada compañía a un puñado de entusiastas intelectuales…en general todos los que habían tomado parte en la Protesta de los