Héroes de verdad
Roberto Fernández Retamar, presidente de Casa de las Américas.
La Jiribilla
Como ya era un adulto al triunfo de la Revolución, que saludé con inmenso entusiasmo, sé bien lo que son cuarenta y cinco años. Pero no estoy tan seguro de lo que significan «cultura», «simbolizar» e «identidad nacional». Se me amontonan memorias de manifestaciones, marchas, trabajos, disposiciones combativas, músicas, películas, páginas, carteles, cuadros, bailes, esperanzas, dolores. Hoy por hoy, obligado a escoger, diré que veo el símbolo de nuestra identidad nacional (ya ven que acabo dando por buenas las palabras) en nuestros cinco muchachos, esos cinco héroes que el imperio ha encarcelado monstruosamente a causa de haber cumplido sus deberes con desbordante coraje. Ellos son, a la vez, hacedores y magníficas hechuras de nuestra Revolución, encarnación de lo mejor de nuestro pueblo, de lo mejor de nuestra cultura. Los memorables discursos que pronunciaron antes de ser condenados con total injusticia, quedarán como ejemplos extraordinarios de lo que pueden las palabras cuando las alimentan el valor y la verdad. Sus conductas en las terribles cárceles que padecen harían sentirse orgullosos de ellos a cualquier país. Feliz el nuestro, que los tiene como hijos predilectos. Son héroes de verdad, y el héroe es una de las realidades esenciales de una cultura. Abrazaremos emocionados, cuando alcancen la libertad que largamente merecen, a estos símbolos vivientes.
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