Cubadebate

"Este soy yo"
Soy un otaku, electroadicto y escritor, padezco de selenofilia, logofilia y nictofilia, para algunos soy antisocial, para otros un apático, para algunas chicas mujeriego, para otras un completo virgen, para algunos familia, para uno que otro amigo y para muchos, incluyendo el universo un enemigo. Amo la lectura, odio las interrupciones, comprendo los problemas, admiro a los sentimientos, conozco bien la soledad, ahora busco mucho la otredad, tengo trastornos en la personalidad y tengo la particular debilidad de aferrarme a personas. Hago ejercicios, mi buen físico lo tengo que aceptar, hace poco mi piel dejo de ser perfecta y ahora mis cicatrices también son externas, aunque pequeñas comparadas con las internas, por suerte mis ojos no se han roto, los valoro y necesito mucho, que serían mis letras sin ellos. No puedo negarlo, no soy tan familiar, pero la vida me ha obligado a serlo mucho más, tengo una madre bajo tierra y un padre en otro lugar, tengo un hermano que amo y una abuela que cuidar, en el amor conocí alguien que ahora descansa en paz y me enamoré de otra que fui correspondido, quizás. No tengo pesadillas, mis sueños son bonitos la verdad, lo complicado de ello está en que cuando despierto la realidad me hace llorar, odio el cigarro, mis pulmones no quiero contaminar, soy detallista, selectivo, un poco soberbio además. En cuanto a los sentimientos negativos, sí, odio a alguien y de verlo lo quisiera matar, hago tareas para reposar mi mente y dejarlo pasar. En cuanto a lo dones, dicen que escribir se me da genial y que la persuasión no se me da mal, y en general, amo mi vida, no debo ni la puedo odiar, no confío en el destino, solo lo dejo avanzar, para mí no hay después, el siempre ahora se convirtió en un modo de vida la verdad. Te parecerá raro pero todo esto pasó en menos de un año y hasta mí me sorprende aún, esta gran pandemia me ha arrebatado muchas e incontables cosas, una triste realidad, no obstante confío en mí y en mi capacidad para avanzar, he cometido errores, demasiados quizá, pero el que me conoce sabrá que mi fortaleza está en avanzar y no rendirme jamás.

Recuerdo
¡Perdón por haber olvidado darte una caricia antes! Hoy digo días, soleados o neblinosos, pero todos iguales de tormentosos sin vientos. Ya se venció mi cuota de abrazos el año pasado y desde entonces, el cuerpo que más calor me ha transmitido es el de mi celular que minimiza la distancia con los míos, que en sus inicios eran textos de aliento, y ahora sólo veo una prosa empobrecida. Hoy quien me aprecia se aleja de mí, y nunca ha sido sencillo querer de lejos porque las cartas se pierden, los besos no se pueden sentir, los aplausos no se pueden oír y las lágrimas no se comparten.
Oigo una canción una y otra vez, así como reproduzco mis días, es el mismo intérprete y una sola canción; siempre a un paso adelante del reloj, y luego descoloco mi uniforme y salgo a caminar, pero aún sufro de añoranza por ese “antes” cuando bebía una taza de café calientito al despertar. Cambió la hora, la estación y algunos nos volvimos más viejos, pero mi abuela no, sigue su armoniosa costumbre de desempolvar las almohadas de su mecedor a la hora pico, perfumada con una mezcla de soledad y resignación, y ahí estoy yo, observándola, sintiendo que vivimos lo mismo; la casa estaba llena pero se veía vacía, faltaba esa sonrisa que no me podía dar.

Quizás fui una de las pocas personas que se alegró cuando comenzó el aislamiento. La idea de estar en casa sin salir, sin ver a nadie, sin tener que integrarme a un círculo social al que no pertenezco pero necesito estar por obligación, parecía muy seductora, y de hecho…lo es. La soledad, en ese aspecto, no es tan devastadora como muchos piensan, te hace ver el verdadero sentido de todo lo que sucede a tu alrededor; a mí, por ejemplo, me enseñó mucho sobre la amistad. Yo espero demasiado de las personas, pensando, que voy a recibir siempre lo que doy, errónea creencia la mía. Así fue, que, desconectada de mi día a día, pero en línea en WhatsApp, y con unas cuantas noches en vela, quise solucionar problemas pasados, comunicarme con todos, preocuparme por aquellos que me interesaban…y fue bien, al principio. Con el pasar de los días, las conversaciones fueron desapareciendo, limitándose a favores: los famosos ¨me hace falta¨, ¨tú tienes¨…realmente, me hace preguntarme si esas personas que hoy ya no se encuentran entre los chats de la red social, fueron alguna vez mis amigos, o solo era la rutina de vernos todos los días la que creó una ilusión que hoy llamamos amistad...

Llegó la Hora Las banderas desdeñan al viento siniestro , y fronteras embargan la calidez de una sociedad ecléctica ; la pubertad de un siglo deambula sin dirección , y ya la Era , su madre Era ... contempla lo poco que queda de su añorado corazón... Que suenen las trompetas del amor( eterna energía) en estos tiempos de cólera por qué con amor se edifica y se transforma ésta destrucción que azota a la humanidad quizás para un mejor por venir aunque diferente eso sí ; y cómo arcaicas causas albergan relativas consecuencias, el beneficio a toda duda el karma refracta a sus letras. A qué padre no le gusta que su hijo sea Rey , sin embargo , su corona... es más grande que su Ser . Coronavirus... que llegó para tejer desilusiones y angustias sin darnos cuenta de una voz clandestina que nos llama de una buena vez a la unidad , conciencia y hermandad , haciéndonos saber que es la única forma de vencer su irónica bondad , hoy las potencias y sus capitales han mermado , estamos a tiempo, todos para uno , es el último llamado.

Respuesta al Señor Moro: Señor Moro, el mundo recuerda como usted se prestó en su condición de juez para acusar y encarcelar al Compañero Lula, para mantenerlo más de un año en la prisión de Curitiba, sin pruebas convincentes, torpedeó todos los intentos de sus abogados para otorgarle libertad y que pudiera presentarse como candidato a la Presidencia. Así usted logró que no hubiera oposición a Bolsonaro. Usted lo puso ahí para acabar con el pueblo de Brasil, convertido ya en el epicentro mundial de la pandemia. Tanto él como sus hijos solo pretenden amasar más riquezas dentro de una gran corrupción, aunque sea a costa de ese gran pueblo y sobre todo de sus comunidades indígenas que sin duda serán mermadas por su culpa. Señor Moro, ahora usted pretende lavarse las manos, hacerse el bueno, el legal. Bolsonaro tendrá más temprano que tarde, que pagar por sus acciones desleales y corruptas, no crea que con esta súbita actitud suya se librará de la condena de la historia y de su libertad personal. Los pueblos siempre pasan la cuenta.

Vaya, hacía tiempo no veía un concurso de microrrelatos. De veras, una delicia difícil de encontrar. Lástima que la situación actual no me regala ni este gramo de inspiración. Igual dejo por acá uno de los microcuentos (nada que ver con el concurso. No pretendo participar, eventualmente), que escribí en 2020:

"APOLO 18"

Los lobos, hartos de ver a los estúpidos humanos profanar el venerado astro, se dispusieron a planear su propio viaje al espacio.

El 30 de julio de 2048, era la Luna quien aullaba para nosotros.

—M. Junior

CONFINAMIENTO 2020

Al amanecer de aquel día de mayo, diversas naves espaciales sobrevolaron los limpios cielos de la ciudad callada. La misión extraterrestre consistía en buscar vida inteligente en este planeta y someter a la eventual población a una existencia esclava. No encontraron nada en las calles. Ni un mísero movimiento.
Se fueron, como quien dice, con las manos (viscosas y de ocho dedos) vacías.

Me pueden explicar cómo lo enviaron ? Gracias a mi no me salen y todos me encantan .Feliz día.

Y me alegro

Comenzó la pandemia, sentí miedo, pensé en la muerte por primera vez. Comenzó la producción de una, dos, tres vacunas…, fui escéptico, sentí miedo otra vez. Estoy en el estudio fase III de Soberana-02. No siento miedo. Y me alegro.

   COMO ESTAS HERMANO ?

Corrían sobre las doce y media en aquel lugar, hora en que ya empezaría el servicio de almuerzo. Era una villa vacacional que habían habilitado para aislar casos sospechosos a la enfermedad, una pandemia que llegó para jodernos la vida. Era trabajador del local, uno de los dependientes que brindaba apoyo en aquella noble pero peligrosa tarea de prestar servicio al pantry, una mesa puesta a mitad del camino hasta donde se era permitido llegar, ahí la recogía ya listo el pantrista para repartirla posteriormente en las dieciocho habitaciones con las que contaba el establecimiento. En la mirada de aquel joven se reflejaba la preocupación, una tristeza que aunque callaba delataba su rostro.
En una de esas cabañas se encontraba aislado su amigo, ese al que apreciaba como al hermano que nunca tuvo. Estaba en plena faena cuando vio entrar una ambulancia, pasa por su lado y un incontenido escalofrío estremece su cuerpo. Más adelante se detiene, se abren las puertas y de ella ve salir un equipo médico todos forrados con sus trajes verdes. Era su amigo, lo venían a buscar, su PCR era positivo y sería trasladado hacia el hospital, desde la noche anterior ya mostraba claros síntomas de la enfermedad. Al verlo salir de la habitación con la mochila al hombro y un pequeño ventilador que había llevado para las noches de calor, no se contuvo, cruzó a la zona roja sin pensarlo siquiera, dejando sobre la mesa que limitaba el paso, los almuerzos que cargaba, se deshizo de los guantes que cubrían sus manos dejándolos caer al suelo...
Sabía lo que hacía y a lo que se exponía, pero no le importó cruzar la cinta. Se abalanzó hacia su amigo, llegó hasta donde se encontraba, lo abrazo tan fuerte como pudo, se bajó el nasobuco y dos lágrimas corrieron mejillas abajo.
_Pero que haz hechoooo? Estas loco.
No salía del asombro su amigo, tratando en un intento fallido de ir hacia atrás.
_Calla...no importa, solo abrázame hermano...
Dijo llorando, no pudiendo controlar los nervios.
_Te puedo contagiar...
_No importa, no me importaría si con este abrazo te puedo salvar...(interrumpió entre lágrimas)
Lo torturaba el miedo de perderlo entre las garras de la COVID, aunque era relativamente joven y saludable, apenas unos treinta años tenía igual que él. Los médicos no daban crédito a lo que estaba pasando, había violado claramente las normas de seguridad y el protocolo establecido, podía quedar contagiado, pero a él no le importó. Solo abrazaba a su amigo con el temor de no poder verlo otra vez con vida, el tiempo parecía haberse detenido en ese instante. Algunos lloraron al ver lo que ocurría frente a sus ojos, otros sencillamente miraban juzgando mal aquel acto.
La ambulancia se lo llevó y ahí quedó confinado aquel muchacho atrevido que desafíando a la realidad cometió una locura, ahora también contacto directo de un caso positivo. Lo que algunos consideraron y tal vez así fue, una indisciplina grave, para otros no pasó de ser un gesto bonito. Para ese joven aquello fue una mezcla de sobervia, miedo, dolor y amor hacia su amigo al que apreciaba tanto como a su propia vida.
Ahi quedó, sentado en una silla en espera de lo que pudiera pasar de ahí en adelante atormentado por la dudas, en su mente no se cruzaba ni remotamente la idea de haber podido contraer el virus, la verdad poco o nada le importaba, pensaba en su amigo (su hermano) y si lo volvería a ver...
...Al día siguiente temprano le suena el móvil...
_Como estas hermano? Era su amigo.
_Estoy bien "bro" ya me han puesto los medicamentos, estoy bien, no te preocupes...pero locoooo que hiciste...?
...Demas esta decir que fue sancionado y ahora está en espera del resultado de su PCR...esta aislado y lo se no porque me lo hallan contado, ni es un chisme que pude haber escuchado en una esquina cualquiera, ese joven soy yo...
   COMO ESTAS HERMANO ?

Corrían sobre las doce y media en aquel lugar, hora en que ya empezaría el servicio de almuerzo. Era una villa vacacional que habían habilitado para aislar casos sospechosos a la enfermedad, una pandemia que llegó para jodernos la vida. Era trabajador del local, uno de los dependientes que brindaba apoyo en aquella noble pero peligrosa tarea de prestar servicio al pantry, una mesa puesta a mitad del camino hasta donde se era permitido llegar, ahí la recogía ya listo el pantrista para repartirla posteriormente en las dieciocho habitaciones con las que contaba el establecimiento. En la mirada de aquel joven se reflejaba la preocupación, una tristeza que aunque callaba delataba su rostro.
En una de esas cabañas se encontraba aislado su amigo, ese al que apreciaba como al hermano que nunca tuvo. Estaba en plena faena cuando vio entrar una ambulancia, pasa por su lado y un incontenido escalofrío estremece su cuerpo. Más adelante se detiene, se abren las puertas y de ella ve salir un equipo médico todos forrados con sus trajes verdes. Era su amigo, lo venían a buscar, su PCR era positivo y sería trasladado hacia el hospital, desde la noche anterior ya mostraba claros síntomas de la enfermedad. Al verlo salir de la habitación con la mochila al hombro y un pequeño ventilador que había llevado para las noches de calor, no se contuvo, cruzó a la zona roja sin pensarlo siquiera, dejando sobre la mesa que limitaba el paso, los almuerzos que cargaba, se deshizo de los guantes que cubrían sus manos dejándolos caer al suelo...
Sabía lo que hacía y a lo que se exponía, pero no le importó cruzar la cinta. Se abalanzó hacia su amigo, llegó hasta donde se encontraba, lo abrazo tan fuerte como pudo, se bajó el nasobuco y dos lágrimas corrieron mejillas abajo.
_Pero que haz hechoooo? Estas loco.
No salía del asombro su amigo, tratando en un intento fallido de ir hacia atrás.
_Calla...no importa, solo abrázame hermano...
Dijo llorando, no pudiendo controlar los nervios.
_Te puedo contagiar...
_No importa, no me importaría si con este abrazo te puedo salvar...(interrumpió entre lágrimas)
Lo torturaba el miedo de perderlo entre las garras de la COVID, aunque era relativamente joven y saludable, apenas unos treinta años tenía igual que él. Los médicos no daban crédito a lo que estaba pasando, había violado claramente las normas de seguridad y el protocolo establecido, podía quedar contagiado, pero a él no le importó. Solo abrazaba a su amigo con el temor de no poder verlo otra vez con vida, el tiempo parecía haberse detenido en ese instante. Algunos lloraron al ver lo que ocurría frente a sus ojos, otros sencillamente miraban juzgando mal aquel acto.
La ambulancia se lo llevó y ahí quedó confinado aquel muchacho atrevido que desafíando a la realidad cometió una locura, ahora también contacto directo de un caso positivo. Lo que algunos consideraron y tal vez así fue, una indisciplina grave, para otros no pasó de ser un gesto bonito. Para ese joven aquello fue una mezcla de sobervia, miedo, dolor y amor hacia su amigo al que apreciaba tanto como a su propia vida.
Ahi quedó, sentado en una silla en espera de lo que pudiera pasar de ahí en adelante atormentado por la dudas, en su mente no se cruzaba ni remotamente la idea de haber podido contraer el virus, la verdad poco o nada le importaba, pensaba en su amigo (su hermano) y si lo volvería a ver...
...Al día siguiente temprano le suena el móvil...
_Como estas hermano? Era su amigo.
_Estoy bien "bro" ya me han puesto los medicamentos, estoy bien, no te preocupes...pero locoooo que hiciste...?
...Demas esta decir que fue sancionado y ahora está en espera del resultado de su PCR...esta aislado y lo se no porque me lo hallan contado, ni es un chisme que pude haber escuchado en una esquina cualquiera, ese joven soy yo...

Agonía del silencio
Las calles tornaban con matices tristes la agonía de un silencio aterrador, las escuelas se volvieron centros de aislamiento, los niños desde sus hogares comenzaban a estudiar, las prendas de vestir tuvieron que jugar con la inclusión del nasobuco. Ya no veíamos sonrisas, pero sí una resaltada mirada desesperante. Los abrazos se volvieron saludos a distancia, nada era como antes. La vida cambiaba y con ella cambíamos nosotros, nuevos estilos de vida fuimos incorporando en nuestro día a día sin darnos cuenta. Desde casa escuchábamos los reportes diarios de la pandemia y nos ponía nostálgicos pensar en esos millones de personas que se marchaban sin un beso o un abrazo de despedida.
Todo se tornaba oscuro en mi interior. Tan solo con 16 años me costaba comprender todo lo que ocurría, jamás había pasado por algo como esto. De ver a mis amigos y familiares todos los días, pasé a ver en la pantalla del teléfono un mensaje de cómo estás. Los libros se volvieron mi mejor aliado y en sus páginas encontraba el significado de cosas que antes no entendía. Soñaba con despertar y escuchar: ¡ Esto ha acabado ! ; pero cada mañana veía más lejos ese fin.
Científicos, médicos y todo el personal de salud se desvelaba por encontrar una solución para disminuir una curva que subía. Los aplausos de las 9:00pm pasaron a ser una tradición en las noches de esta pequeña isla antillana. Un pueblo agradecido y fiel a sus ideales aplaudía a ese personal de salud que luchaba y arriesgaba su vida por salvar otras.

Aplaudíamos a ellos, pero también aplaudíamos a las ganas de vivir, aplaudíamos a nuestra Revolución, aplaudíamos a nuestro Sistema de Salud, aplaudíamos a la esperanza de encontrar una cura.

Si tus labios me besaran
Con la intensidad del sol
Quedaría hechizado
Sin luz ni salvación

En la noche del lunes descubrí que no tenía cabeza y no podía pensar en nada para impresionarlo.
Justo después encontré un sonido de música muy diferente a uno escuchado que estaba dentro de mí caja torácica.
Cuando la abrió,el órgano estaba bien escondido dentro de mí,y aquel poeta supo como decirle:"dame la mano"y con una sonrisa le conquistó.
Ya no sabía si era día o noche.
Si el sol de la libertad era rojo o la luna de los amantes blanca.
Sólo sentía el corazón.
Abrió la puerta y se lo llevódejando así la cajita de música vacía.
Hoy no sé dónde está pensaba encontrarlo dentro de él,pero ya conocen a los poetas¡seguro ya lo puso en algún papel!

PAÍS POTENCIA
Había una vez un país, que en su formación como nación vivió muchas etapas, comunidad primitiva, esclavitud, colonialismo, neocolonia de potencia emergente, soportó el capitalismo; pero sus mejores hijos dieron todo, incluso la vida, para vivir en paz y sin amo.
En ese tiempo, la humanidad avanzó desde formas nómadas de vida hasta un estado de bienestar sustentado por el egoísmo; con vestigios de siete décadas de otra sociedad, con seguridad más equitativa pero desconocida, minada por injusta y desigual cruzada.
Lejos de la modernidad y al lado del imperio del momento, iluminó al mundo una isla, que decidió ser libre y soberana, sus lumbreras le dieron la libertad; con la máxima de la unidad como premisa de futuro, esta tierra con más de 10 millones de gentes sencillas y nobles, hace la proeza de existir, su ejemplo brilla, sin glamour y con discreción enseña al mundo los modales de la sociedad que necesita.
Cuando la esperanza ha abandonado a millones, Cuba regala solidaridad y aunque algunos no lo acepten, somos POTENCIA, esa es la verdad. Aquí se construye la utopía. #CubaSalva. #SomosCuba. #SomosContinuidad.

ELGAVILÁN
Recuerdo personajes "destacados" de la familia y me viene a la mente mi tío Perico, que tiene un genio de anjá y cuando se molesta le cae a patadas a su sombra. Pero también es un envidioso genio al inventar y contar mentiras. Y no se las discutas, porque es posible que algunas de ellas vengan en tu dirección. En una de esas historias increíbles, me dijo que quería "matar un antojo" de comerse un chicharrón más grande que el forro de una libreta, que preparó uno que parecía un tablero de ajedrez y después de salarlo lo puso a cocinar en un fogón debajo del ateje de su patio, pero que cuando ya estaba ampollado y bien crujiente, un gavilán se lanzó sobre el caldero y sin darle el más mínimo tiempo le agarró el chicharrón y que cuando se alejaba, vio cómo el atrevido animal se lo pasaba de una pata a la otra para enfriarlo. Terminó enojado afirmándome : "Sobrino, con estos ojos que la tierra se va a tragar, vi perfectamente que el desgraciao gavilán traía puesto un nasobuco".
No quise decirle nada. Sonreí y le creí su verdad.

Autor: Oclides Escalona Rivero.
Nota: Sustituye al anteriormente enviado con el título "Mentira No. 1 de mi tío Perico".