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Fidel al padre de Elián: “El mayor acierto de la Revolución fue confiar plenamente en Juan Miguel” (+ Video)

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    Fidel y el padre de Elián, Juan Miguel. Foto: Archivo.

Discurso pronunciado por Fidel Castro Ruz al condecorar a Juan Miguel González con la Orden Carlos Manuel De Céspedes, en el teatro Karl Marx, el 5 de julio del 2000

Queridos compatriotas:

Conocí a Juan Miguel el 2 de diciembre del pasado año a las 5 de la tarde. Era casualmente el día en que se conmemoraba un aniversario más del desembarco del Granma, 43 años atrás.

Cinco días antes, se había recibido su carta del 27 de noviembre en la que solicitaba al Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba que se tramitara ante las autoridades de Estados Unidos el regreso de su hijo Elián, sobreviviente del naufragio de una embarcación rústica que había salido ilegalmente de Cuba. Al día siguiente, solicitó lo mismo en otra carta la abuela materna del niño. Ni ellos perdieron un minuto en hacer la petición, ni nuestro Ministro en tramitarla de inmediato.

Yo no pude ocuparme del problema hasta el día indicado. Había solicitado al padre que viajara a La Habana. De antemano sabía que nunca en más de 41 años el gobierno de Estados Unidos había accedido a una reclamación legal de ese tipo. Este, como el caso de los pescadores y otros, tenía que ser resuelto mediante una batalla moral y de opinión pública con la participación del pueblo.

Pero, ¿sobre qué bases? ¿Quién era el padre y qué clase de padre era? ¿Cuánto se ocupaba de su hijo? ¿Cuáles eran sus relaciones con los abuelos paternos y maternos del niño? Aunque conocía ya que se trataba de un humilde y joven trabajador, serio y cumplidor de sus obligaciones, militante revolucionario desde temprana edad, era decisivo conocer éstos y otros aspectos de su conducta y los rasgos de su carácter.

Con cuidado y respeto, pero a la vez con toda claridad y franqueza, abordé con él estos temas. Estaba hablando con un integrante de las filas de nuestro Partido.

Le hice numerosas preguntas que él, en medio de su visible dolor y tristeza, respondía con argumentos persuasivos e incuestionables pruebas sobre su relación afectuosa, intachable y constante con el niño.

En ningún instante dejé de percibir en su rostro los rasgos de un hombre noble, sincero y serio.

Fidel Castro Ruz condecora a Juan Miguel González con la Orden Carlos Manuel De Céspedes. Foto: Fidel Soldado de las Ideas/Archivo.

Le expresé mi convicción de que a través de trámites judiciales jamás devolverían al niño. Se trataba de un caso en que los tribunales de Estados Unidos no tenían jurisdicción alguna, y que sólo correspondía a las autoridades de Inmigración de Estados Unidos el deber de proceder a la inmediata devolución de su hijo; pero conocía suficientemente bien cuán arrogantes, arbitrarias, parcializadas y cómplices se comportaban las autoridades de Estados Unidos en todo lo relacionado con las fechorías y crímenes que se cometían contra nuestro pueblo.

La devolución de ese niño sólo podría lograrse mediante una intensa batalla política y de opinión pública nacional e internacional. Le advertí a Juan Miguel que no sería cuestión de días ni semanas, sino de meses. Tal vez para no desanimarlo demasiado, le dije que no sería nunca menos de tres meses. También le expresé que el país sólo podía lanzarse a una batalla de ese carácter sobre bases legales y éticas absolutamente sólidas.

Después de tres horas de conversación, yo no tenía ya la menor duda de que Juan Miguel era un joven serio y honesto que estaba siendo víctima de una atroz injusticia. Comprendió y aceptó los argumentos que le expuse.

Había transcurrido casi una semana de la entrega de la nota presentada por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba transmitiendo a las autoridades de Estados Unidos la solicitud del padre reclamando la devolución del niño, y no se había recibido la menor respuesta sobre lo que harían con el niño secuestrado.

Todo lo que conocíamos procedía de lo que publicaba la prensa norteamericana. No era poca la orgía de propaganda y euforia desatada por la mafia cubano-americana y los políticos más reaccionarios de Estados Unidos, con motivo de una tragedia donde perdieron la vida 11 ciudadanos cubanos y arribó a las costas de ese país un niño que aún no había cumplido los 6 años de edad. ¡Un fruto más de 41 años de hostilidad y agresiones de los gobiernos de Estados Unidos contra Cuba!

Era inútil continuar enviando notas diplomáticas a las autoridades de un gobierno sordo que ni siquiera por cortesía respondía.

Al día siguiente intercambié con los compañeros de nuestra Dirección, y sin perder un minuto me comuniqué con los dirigentes de la Unión de Jóvenes Comunistas y de la Federación Estudiantil Universitaria. Los jóvenes y los estudiantes serían la vanguardia en esa lucha con el pleno apoyo de todas las fuerzas revolucionarias.

Cuarenta y ocho horas más tarde, un domingo por la noche, se produjo la primera protesta ante la Oficina de Intereses de los Estados Unidos, en la que participaron mil jóvenes de las Brigadas Técnicas que concluían una conferencia nacional, los que realmente adelantaron 24 horas la fecha prevista para iniciar las acciones públicas.

Así comenzó la épica lucha por la liberación de Elián hace hoy, 5 de julio, exactamente 7 meses.

Marcha del pueblo cubano en La Habana por la liberación de Elián González, el 9 de diciembre de 1999. Foto: Sven Creutzmann/ Getty Images.

El sábado 4 de diciembre declaramos públicamente que si en 72 horas el niño no era devuelto, se desataría una gran batalla de opinión nacional y mundial. Se tomaron aquellas palabras por algunos medios de prensa como un ultimátum a Estados Unidos. No era más que una sincera advertencia sobre lo que inevitablemente ocurriría.

Sólo después del tercer día de protesta popular, que crecía exponencialmente, se recibió la primera respuesta. El día antes, el vocero de la Casa Blanca había declarado que la cuestión estaba en manos del Servicio de Inmigración y Naturalización, que no existía una posición oficial sobre el asunto y que el caso podría terminar en las Cortes.

Muchas notas se intercambiaron en las semanas subsiguientes. Los documentos demuestran que nuestro gobierno advirtió y reiteró sus puntos de vista sobre las consecuencias de la errónea e ilegal decisión del gobierno norteamericano de someter el caso a la jurisdicción de sus tribunales, a los cuales no correspondía ese derecho.

Algo que debió y pudo ser resuelto en cuestión de días cayó efectivamente en un interminable laberinto de procedimientos, juicios y recursos amañados, mientras el niño cubano sufría meses de tortura psíquica y era objeto de la más brutal explotación con fines publicitarios y políticos. Su salud mental e incluso su vida peligraron seriamente durante meses. Asombrosamente sobrevivió de riesgos tan grandes como el del primer naufragio, que esta vez ocurrió en un pantano inmundo de inmoralidad, histeria, repugnante politiquería y mezquinos intereses de la mafia cubano-americana y sus aliados de la extrema derecha. No fue el azar sino la lucha admirable de nuestro pueblo lo que lo preservó de la muerte o de un terrible destino.

Hoy hacemos justicia a quien tan ejemplarmente cumplió sus deberes de padre y de patriota. Todo un pueblo lo jugó todo y estuvo dispuesto a hacer lo que fuese necesario hacer por su hijo. Pero en la fase final, de él dependió el éxito o el fracaso de nuestro colosal esfuerzo.

Fidel Castro Ruz condecora a Juan Miguel González con la Orden Carlos Manuel De Céspedes. Foto: Fidel Soldado de las Ideas/Archivo.

El mayor acierto de la Revolución fue confiar plenamente en Juan Miguel. El mayor error de la mafia y del imperio fue creer que Juan Miguel podía ser sobornado y conducido a la traición.

Si bien hubo diferencias entre el gobierno de Estados Unidos y la mafia, apoyada por la extrema derecha, en cuanto a las posiciones de cada cual ante los tribunales, llegando al litigio entre ambas partes, hay un grave pecado moral del cual no está exento ninguno de ellos: la creencia de que Juan Miguel podría ser comprado, e incluso la exhortación abierta a desertar y quedarse en Estados Unidos.

Sobre esto, ninguno, de uno o de otro bando en el seno del imperio, dejó de albergar la esperanza de que Elián se quedara en Estados Unidos con su padre. Por ello la táctica de dilación del proceso sistemáticamente aplicada por los abogados de la mafia, mientras los candidatos de ambos partidos a la Presidencia, y la propia esposa del Presidente, le hacían llamamientos públicos a Juan Miguel para que desertara.

Altos funcionarios de la Administración y hasta la Fiscal General afirmaban que ellos no luchaban por el regreso de Elián a Cuba, sino por la unión del hijo y del padre. Soñaban que la batalla que ya tenían perdida se resolviera con un golpe de este tipo.

Sólo cuando todos se convencieron de que el honor y la firmeza de Juan Miguel eran inconmovibles y que todo el oro del mundo no hubiera bastado para hacerlo vacilar un segundo en su lealtad a la patria, se resignaron a su regreso con el niño.

Cuando Juan Miguel, al que tantas veces acusaron de cobardía y le echaban en cara con cinismo que no se interesaba por su hijo, pues no había viajado a Estados Unidos donde tantas trampas le tenían tendidas, llegada la hora y el minuto exactos en que debía presentarse en aquel campo hostil y riesgoso, partió con la decisión y la valentía que lo caracterizan hacia el corazón del imperio, llevando con él a su esposa y su hijo de 6 meses, la batalla entraba en la etapa decisiva.

Con su rostro noble, su determinación, su palabra directa, sincera y limpia, y la constancia irrebatible de su libertad al llevar consigo a su esposa y su hijo más pequeño, completó la obra iniciada meses antes por las abuelas de Elián, Mariela y Raquel; se ganó totalmente el apoyo mayoritario del pueblo norteamericano que, mucho más informado de la verdad por cinco meses de intenso batallar de millones de hombres y mujeres, jóvenes y niños cubanos, se puso de su lado.

A ello contribuyeron, es justo reconocerlo, las propias cadenas de televisión norteamericanas y los órganos principales de prensa, que trasmitieron a Estados Unidos las imágenes y noticias de lo que estaba ocurriendo en Cuba.

Durante la estancia de Juan Miguel en Estados Unidos, en momentos críticos, su decisión de marchar solo a la propia madriguera de la mafia en Miami, acompañado de su esposa Nersy y del pequeño Hianny, determinó que el INS enviara a los hombres que con audacia y destreza arrebataron al niño de las manos criminales que lo retenían para ser trasladado a Washington y enviado casi de inmediato con su familia al destierro de Wye Plantation. Allí comenzó la larga espera de la etapa final.

De inmediato, Águeda, su abnegada maestra de preescolar, con el apoyo de cuatro compañeritos de primer grado, acompañados de un primo de 10 años, sin perder un minuto reanudaban el curso escolar de Elián, interrumpido cinco meses antes. Cuando éste concluya dentro de una semana y media, será un día de honor y gloria para la educación cubana y la proeza de nuestro pueblo quedará consagrada para siempre.

Elián y Juan Miguel regresando a Cuba el 28 de junio de 2000. Foto: Archivo.

Juan Miguel, por salvar la vida de Elián, estuvo dispuesto a entregar su propia vida y arriesgar la de su esposa y su otro hijo. Mas, nunca estuvo dispuesto a comprar la entrega de aquel niño que tanto amaba al precio de la traición a la patria. Su conducta lo llenó de gloria y le ganó para siempre la admiración de su pueblo.

Por eso lo condecoramos con la Orden que lleva el nombre de Carlos Manuel de Céspedes, quien con heroica conducta, ante la alternativa de salvar a su hijo o traicionar a su pueblo, escogió sin vacilar la muerte de su hijo y ganó el honroso título de Padre de la Patria.

He vivido momentos emocionantes a lo largo de mi vida revolucionaria. Puedo recordar el día inolvidable cuando me encontré con Raúl en Cinco Palmas, el 18 de diciembre de 1956, y reunimos siete armas para reanudar la lucha; cuando el 5 de enero de 1957, ya con un pequeño destacamento y 17 armas, al coronar una altura contemplé por primera vez, a pocos kilómetros de distancia, una elevada e inexpugnable montaña boscosa donde se iniciaba el corazón de la Sierra Maestra, que sería nuestro teatro de operaciones, y tuve la seguridad absoluta de que la victoria sería nuestra; cuando el primer combate victorioso de nuestras armas en la madrugada del 17 de enero; cuando derrotamos totalmente con una pequeña pero aguerrida fuerza la ofensiva de 10 mil soldados de la tiranía, que concluyó el 5 de agosto de 1958 después de 70 días ininterrumpidos de combate; cuando supe a finales de septiembre que el Che y Camilo habían llegado a Las Villas, después de recorrer más de 350 kilómetros por terreno llano, hostil e inhóspito; cuando el Primero de Enero de 1959 entramos en Santiago de Cuba, donde en el Moncada se iniciara nuestra primera acción armada revolucionaria; o cuando llegamos a Girón al anochecer del 19 de abril de 1961. Dejando de mencionar otros muchos acontecimientos inolvidables, en ninguna de las ocasiones mencionadas de nuestras luchas experimenté tan intensa emoción como cuando al abrirse la puerta del pequeño avión que los trajo de Estados Unidos, después de tantos meses de batallar sin tregua, vi emerger a las 7:53 de la tarde del 28 de junio las figuras de Juan Miguel y Elián. Un pequeño niño y un humilde padre cubano a quienes muy pocas personas conocían hace apenas unos meses, volvían convertidos en gigantes símbolos morales de nuestra patria.

En ese minuto pensé: ¡cuán grande es nuestro pueblo, cuán invencible es una idea justa, cuán importante es creer en el hombre, cuán hermoso es luchar por grandes ideales, cuánta luz y felicidad puede emanar de un pequeño niño inocente para obsequiar al pueblo que estuvo dispuesto a morir por uno de sus más tiernos hijos.

Llegada al aeropuerto José Martí el 28 de junio de 2000. Foto: AFP.

Juan Miguel, ¡la Patria te agradece la firmeza y el coraje con que defendiste su honor y su justa victoria! Tú demostraste que, en momentos decisivos de la historia de un pueblo, la conducta de un hombre puede compensar la deshonra que le hayan ocasionado todos los traidores juntos, como aquellos que quisieron arrebatarnos a tu hijo.

Nuestro deber revolucionario más sagrado es luchar para que nada semejante ocurra en el futuro, y por otros derechos que hemos jurado defender.

Seguiremos luchando, ¡y venceremos!

Fidel junto a Elián y Juan Miguel en 2005. Foto: EFE.

Vea además:

Elián González a veinte años de su regreso: “Cuba para mí lo es todo” (+ Fotos y Videos)

En video, primer encuentro entre Fidel y Juan Miguel

Se han publicado 30 comentarios



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  • Hugo Andrés Govin Díaz dijo:

    Sencillamente ¡Grandioso!!!!!
    La misma luz larga de Fidel utilizada desde los acontecimientos del Bogotazo en abril de 1948, hasta su último minuto de vida.
    Diseñó la estrategia de este combate a partir de conocer la carta de Juan Miguel. No dejó un solo detalle a la improvisación. Ante cada movimiento del caso, la respuesta estaba pensada y se aplicaba inmediatamente.
    Tuve la oportunidad de participar en una conversación con unos amigos estadounidenses cercanos al caso y narraban algunos detalles de los trámites directamente con el Presidente. Merece que esos detalles sean recogidos en un libro por parte de esas personas y los hagan públicos. Hay un refrán que reza: "Lo cortés no quita lo valiente".
    Justo sería que se expresara la real posición del Presidente y de algunos de sus Funcionarios decentes ante el actuar de la camarilla desalmada miamense.
    Ganamos esa batalla de ideas porque la razón sigue estando a nuestro lado, pero principalmente, porque al frente de la misma tuvimos, tenemos y tendremos a un inmenso Fidel.

    • Revenge dijo:

      Es cierto. Creo que vale la pena mencionar que la actual vocera del Partido Democrata en el Senado Nancy Pelosi fue la 'Fiscal General' que ordenó extraer por la fuerza a Elián de la casa donde lo tenían retenido ilegalmente, aun despues de haber fallado el juicio a favor de Juan Miguel. Recuerdo que el video de la extraccion fue muy impactante por su rapidez y limpieza, sobre todo el momento en que los SWAT sacaron a Elián del closet donde sus parientes lo habian escondido. Fue un caso altamente politizado, y se entiende que se haya asumido como una batalla mas alla de lo legal, por lo cual se tomaron decisiones que hoy resultarian cuestionables, como publicar historias clinicas y documentos legales pertinentes a la vida privada de la madre de Elian. De la misma manera, en un primer intento de recuperar a Elián que duró varios meses, sus abuelas y no su padre fueron las que trataron de hacer la reclamacion ante los tribunales de EEUU. Esto alargó innecesariamente el proceso, pues esta reclamacion le correspondia a su padre, quien estaba vivo y habia expresado publicamente su voluntad de hacerse cargo de el. Entiendo que a Juan Miguel se le informó, como correspondia por ley despues de haber obtenido la custodia de Elian, que le asistia el derecho de acogerse a la Ley Pies Secos Pies Mojados que ya habia otorgado al niño la condicion de refugiado; a lo cual el se negó, como mismo ha rechazado durante el resto de su vida ocupar cargos de direccion en Cuba. Juan Miguel era un trabajador en activo del turismo en Varadero, asi que no se podia catalogar precisamente como un humilde cubano, pero dio una gran leccion de modestia, clase, integridad personal y amor por su familia a muchos politicos de carrera involucrados en el caso.

  • Fonti71 dijo:

    Cdo leo anécdotas como la referida sobre la lucha por el regreso de Elián Glez, más me fortalezco, porque convencido estoy, de que la lucha de las ideas con convicción profunda son más fuerte que la armamentista y que en lo particular desarrolla el gobierno norteamericano. Su prepotencia y arrogancia los convierte por siempre en vulnerables, esa es la realidad de los hechos. Felicidades a Juan Miguel y su hijo Elian y demás familiares, así como a nuestro pueblo y en especial al Comandante por creer siempre en la justicia.

  • Alberto dijo:

    Sí, Fidel, fue así mismo como dijiste, te seguimos como a todas las batallas q bos convocaste, pero era evidente la sinceridad y la nobleza de Juan Miguel. Juan Miguel pudo haberse hecho millonario alla con esa mafia, pero no lo hizo porq era y es un buen padre y un hombre de honor, y los familiares q lo apoyaron también, por lo veo como uno de los padres de la patria. Recuerdo cuando pasó el avión y Elian dijo q lo llavara para Cuba, es q existe algo instintivo e inexplicable, el niño llevaba la Patria en la sangre, y se ve en el joven noble y patrira q es. Y la mafia, la mafia y algunos pariente q se prestaron allí lo q dieron fue asco, y aquella mujer q pidio q el avión con el niño se cayera antes q regresara a Cuba más repugnancia todavía; no olvidemos esa parte de la historia. Hoy veo a Elián y su padre y no m arrepiento de las marchas a las q fui, y lo comprendo mejor ahora q soy padre y digo como tú Fidel VALE LA PENA HABER LUCHADO VALE LA PENA HABER VIVIDO.

  • CASAMADIBA dijo:

    Nos hemos concentrado siempre en la historia política de FIDEL más que en su modo propio de narrar ciertas emociones.Creo que un día descubriremos o debatiremos que bajo tanta dignidad y de su firme militaridad se esconde, de modo evidente ,su genio poético.

  • El Catalán dijo:

    Inolvidable gesta. !!! Invencible el pensamiento estratégico de Nuestro Comandante en Jefe. Gloria Eterna a su figura y liderazgo simpar. Pasarán cientos de años y en el mundo , demora en nacer un hombre de sus dimensiones.

    • UNA REVOLUCIONARIA dijo:

      así mismo será, como nuestro comandante no nace nadie mas, con esa visisón futura,los revolucionarios lo estrañan en momentos como estos, pero nuestro presidente lo ha hecho bien con las enseñanzas de un buen maestro FIDEL.

  • Leuvis dijo:

    Gran hazaña moral y digna de fidel y el apoyo incondicional como siempre de nosotros el pueblo de Cuba

  • HECTOR Y EL HERMANO dijo:

    Fidel, no existen palabras para describir tal estatura humana. Cuesta trabajo acostumbrarse a no tenerlo en tiempos como estos.

  • Trocha R dijo:

    Solo un país como el nuestro jamás abandona a un hijo, jamás. Ha sido demostrado desde los inicios de la epopeya revolucionaria y trasciende nuestra actualidad y futuro, es lo aprendido de las enseñanzas de nuestro invicto comandante. En nombre de un padre cubano doy las ¡Gracias Fidel!

  • Yane dijo:

    Hermosas palabras. Fidel fue el gran Estratega de aquella batalla, Juan Miguel el gran Héroe. Por eso todo el pueblo cubano lo considera su familia y Elián es como un hijo. En mi opinión, aquel día sólo es comparable con el 17 de diciembre del 2014, cuando regresaron a la Patria los cinco Héroes. Hombres como ellos me hacen sentir orgullosa de ser cubana.

  • Alejandro Fernández Costa dijo:

    Recordar es volver a vivir¡Brillante!

  • Erlinda Flor Leyva Peña. dijo:

    En Cuba hay muchas personas en las que se puede confiar de èso estuvo seguro nuestro Comandante y aùn le digo hoy y mil veces màs. Sì. Sì. Sì. Juan Miguel eres un ejemplo para nosotros todos los que queremos a nuestra Patria y eres un digno representante de todos nosotros y Elian es un maravilloso hombre...ya nuestro niño es un hombre!. Luchamos, lloramos y caminamos y hasta fuimos a otros paìses y allì luchamos por su regreso contigo y darìamos hasta nuestra propia
    sangre si fuese preciso.

  • NICASIO VICENTE VÁZQUEZ, DE V.C. dijo:

    “EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO...Y DE LA JUSTICIA”
    -Corralillo también alzó su voz y sus razones en reclamo del niño Elián González Brotons-
    Autor: Nicasio Vázquez González (leída en la Tribuna Abierta Mayo 1/2000)

    Elián sigue el movimiento
    de un delfín, que el aire claro,
    corta y entra como a un aro
    casi con razonamiento.
    ?Qué sentir, qué pensamiento
    tiene este pez tutelar
    que no sabe de matar
    ni quiere vivir a solas?
    Ángel que cayó en las olas,
    niño que habitó en el mar.

    Sobre el caso del niño cubano Elián González, opinaron millares de especialistas y personalidades de todas las latitudes del mundo. En cientos de tribunas abiertas, los cubanos dejaron escuchar su voz para reclamar y exigir su devolución al padre y abuelos, y a la Patria que lo vio nacer, enfatizando el derecho que le asistía desde todo punto de vista.
    Los educadores realzaron las virtudes de nuestro sistema educacional comparativamente superior al que pretendían asignarle al niño cubano.
    Los juristas hicieron derroche de un total dominio de cada uno de los aspectos legales que rodearon este caso, demostrando la justeza de la reclamación del menor por su familia en Cuba.
    Los actores y poetas estremecieron las tribunas con su rica prosa y encendidos versos, décimas y declamaciones que pusieron de manifiesto definitivamente nuestra razón.
    Los sicólogos demostraron irrebatiblemente el daño moral y psíquico que se le estuvo causando al menor.
    Los creyentes de las distintas congregaciones religiosas coincidieron en invocar el nombre de Dios por encima, incluso de todos los derechos alegados por los hombres, expresando que sólo un ser Todopoderoso pudo cuidar del niño en aquella travesía, lo que hizo posible su supervivencia sin el más mínimo rasguño físico.
    Aprovecho esta ocasión, para expresar mis sentimientos de manera quizás algo distinta, pero válida también para tratar de llegar al corazón de todos los hombres y mujeres de bien, de padres, madres, abuelos, hermanos e hijos a los cuales va dirigida, partiendo, no solamente del derecho legal, sino del moral y del humano, más aún cuando se trata de una tierna criaturita que se vio enrolada en una de las más tristes aventuras, convertida en desventura, del presente siglo, al quedar solo, perdido en la inmensidad del mar durante dos días con sus noches, a merced de la furia de las olas, el frío, el hambre, la sed, el sol, los tiburones y la angustia.
    Creo cerrar los ojos e imaginarlo atado a un neumático, llorando a ratos, inerte en otros, presa del pavor que puede sentir un angelito de apenas 6 años. Imagino su rostro confundido con el de mis propios nietos, ambos de la misma edad del niño náufrago.
    ¿Qué pensamientos e ideas hubiesen podido pasar por su cabeza en aquellos trágicos momentos?. Posiblemente nadie lo sabrá jamás a ciencia cierta. Imagino aquel mar encrespado, con la fuerza capaz de hundir una embarcación; imagino también a su desdichada madre, atándolo y entregándole el poquito de agua que disponía, acto que de por sí inmortaliza su memoria, al decirle su último adiós. Su esfuerzo no estaba encaminado únicamente en tratar de salvar a su hijo, sino ayudar a aquel pedacito de su ser por el que sufrió tantos quebrantos desde el mismo momento de su concepción, y que ahora ella había arrastrado a tan mortal peligro. Prefiero entonces imaginar a alguna amistosa “sirenita” acompañándolo en aquellas largas y angustiosas horas, hasta el momento en que milagrosamente fuera encontrado por un pescador.
    Mientras tanto, en Cuba, una desconsolada familia, que no fue consultada sobre la inesperada partida que los llevaría irremisiblemente a tan enormes riesgos, imploraba también por su salvación.
    Quizás pudieron haber llegado sanos y salvos y posiblemente poco se hubiese hablado del asunto fuera del ámbito familiar, porque no sería el único caso en tantos años de emigración clandestina e ilegal amparado en la famosa Ley de Ajuste Cubano. A pesar de la inconformidad de su padre y abuelos, cabría la posibilidad, en parte, de un error salvable. Desde luego, que esa madre no hubiera contado seguramente con el apoyo económico de tantas organizaciones políticas ni de ese gran derroche de información y prensa en los Estados Unidos. Posiblemente, a varios meses de la llegada a ese país, no hubiese podido encontrar todavía un empleo fijo y estable para garantizar su manutención y mucho menos la educación del niño y a duras penas hubiese podido contar en sus inicios con la ayuda de sus “tíos-abuelos” y primos residentes allá. Con suerte hubiesen tenido que esperar algunos años para tener de nuevo contactos personales con sus seres queridos en Cuba; pero las circunstancias no permitieron que así fuera, quedando aquel niño totalmente indefenso y manipulado por intereses ajenos, lo que desató la más intensa movilización social jamás vista en un caso de esta naturaleza, sin precedentes en el mundo que estamos viviendo; unos por su regreso y otros por su permanencia en un lugar al que realmente no lo ataban vínculos directos de ninguna índole.
    ¿Quién tiene la razón?, se preguntarían aquí y allá. Sin lugar a dudas esto provocó una gran disputa entre diversos factores, unos de tipo sanguíneo, otros de carácter político y hasta económico, y mediando entre ambos, la opinión mundial y muy especialmente la de sus compatriotas cubanos a ambos lados del Estrecho de la Florida.
    Por allá un grupo de familiares de segunda línea, sin afinidad real hasta ese momento con el niño, en primera instancia, porque difícilmente recordarían ni su nombre ni su rostro cuando aquel 22 de Noviembre llegaron al Hospital “Joe DiMaggio” de Miami, indagando por un niño al que habían visto solo en una ocasión años atrás, en una fugaz visita a Cuba. No hubiesen distinguido, de tener a un grupo de niños frente a frente, entre un Elián, un Julián, o un Juan. No hubiesen podido asegurar si tenía 4, 5 ó 6 años; si era rubio o trigueño; si tenía los ojos pardos o azules, para poder asegurar que efectivamente se trataba del hijo de su sobrino Juan Miguel; aunque a esa hora y como cosa lógica, primó el llamado de la sangre y la petición expresa de un sobrino y un hermano desesperados, que desde Cuba les imploraban por su cuidado y asistencia inicial, como lo expresara el propio Lázaro González en su primera entrevista con la prensa, aunque los de aquí estaban muy lejos de imaginar siquiera que a partir de ese momento la traición y el interés intentarían la posibilidad de una separación definitiva.
    Mientras por acá, un segundo grupo, integrado por su padre, abuelos y abuelas, primos y tíos, que dejó en Cuba, a los que un día sorprende la inesperada noticia, cuyos propósitos y motivaciones quedará en el misterio, ya que los principales protagonistas no pudieron sobrevivir a la infortunada decisión para contarlo.
    El padre, que lo engendró, lo vio nacer y crecer, luchó por su bienestar, por su salud, por su educación, por hacer feliz hasta el alcance de sus posibilidades a lo más preciado que tiene el ser humano. Sus abuelas, que lo vieron balbucear sus primeras palabras, que le ayudaron a dar sus primeros pasos, que durante casi 6 años velaron junto a su madre días y noches, para que el niño recibiera a cada hora sus alimentos para verlo crecer fuerte y saludable. Tuviera cuando necesitara sus medicamentos y la atención requerida, su baño, su ropa limpia para llevarlo y traerlo de la escuela; le prepararan con amor sus meriendas; le ayudaran en sus tareas escolares; que le sirvieran con ese inapreciable apoyo moral y cariño, redoblado ante la separación conyugal de sus progenitores; que lo vieran jugar con sus compañeritos y sus primos, en el sano ambiente de su comunidad de origen, compartiendo sus deberes escolares, entretenimientos, fiestas de cumpleaños, paseos y todas aquellas fantasías que llenan los sueños de un niño de esa edad.

    Con la confianza de gozar de una buena escuela, una magnífica profesora, un médico de familia o un facultativo de cualquier especialidad que requiriera en un momento dado, sin tener que pensar siquiera en cómo afrontarlo económicamente, y junto a todo esto, la relación diaria con sus compañeritos de aula, con sus amigos del barrio, que unidos y sin proponérselo, estarían contribuyendo a integrarlo a una sociedad sin el constante temor a los crímenes, violencia y vicios que azotan al mundo de hoy; donde crecería formándose una identidad como ciudadano de un país donde la mayor riqueza que dispone el hombre es la espiritual y profesional, no la económica ni consumista; donde su tierna memoria iría acumulando las experiencias más positivas, en fin, de todas las razones por las que a no dudar, esta misma sociedad lo reclamara con tanto énfasis, con tanto amor, con ese frenesí que llegó a la locura, como si fuese realmente el hermano, el hijo y el nieto de toda Cuba, con el mejor ejemplo de esas dos abuelas que no titubearon un segundo en volar a un país extraño, de otro idioma, de otro clima, para entrevistarse con las más altas figuras de la justicia, la política y la iglesia, ante la prensa y la televisión; de ese padre que supo pararse ante las cámaras y micrófonos para apelar a la conciencia y el corazón del pueblo norteamericano y convencerles de lo justo de su reclamo, para finalmente poder rescatarlo y abrazarlo, convencido de que no habrá fuerza en el mundo capaz de arrebatárselo de nuevo.
    En la madrugada del sábado 22 de Abril de 2000, la verdadera justicia comenzó a abrirse paso. A las autoridades norteamericanas no les quedó otra alternativa que escuchar el reclamo de nuestro pueblo, del mundo y la opinión mayoritaria de sus propios compatriotas. Por fin Elián se encontraría feliz junto a su padre, su madrastra, su hermanito y sus compañeros de aula, sus vecinos del barrio aunque el pueblo cubano no descansó hasta que no lo vimos descender por la escalerilla del avión y pisar de nuevo el suelo de la Patria.
    La sonrisa y la alegría reflejadas ahora en el infantil rostro del niño Elián, representan la mejor prueba de la justeza de la acción llevada a cabo, en aquella ocasión, por el Gobierno de los Estados Unidos, que acaso por primera vez actuó “EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO...Y DE LA JUSTICIA”.

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  • Rafael Emilio Cervantes Martínez dijo:

    ¡Que palabras tan llenas de emoción que aún hoy veinte años después nos devuelven a aquel día! Si se quiere un momento que refleje las esencias de lo que ha sido nuestra lucha contra la perversa hostilidad de los gobiernos norteamericanos contra Cuba, ése ejemplo puede ser la colosal batalla por el regreso de Elián. Conocedor profundo de la naturaleza humana como José Martí, Fidel se convenció en sólo unas horas de la fibra de acero que sostenían los principios del padre del niño secuestrado, Juan Miguel, y con ésa certeza, como el jefe que se dispone a poner en marcha una batalla crucial, se puso en la primera línea de combate. Su conocimiento extraordinario sobre el modo de operar del Imperio nos llevó acertadamente a la lucha política por medio de la movilización y la denuncia de todo el pueblo y la solidaridad internacional, el odio anticubano se atrincheraria en dilaciones jurídicas y administativas acompañadas de campañas de mentiras, lo que se cumplió, en cambio nosotros tendríamos la fuerza de la verdad y la moral. Éstos factores nos llevaron a una victoria moral y humana extraordinaria, Juan Miguel se les convirtió en una colina inconquistable. A pesar de la sencillez y modestia que profesa que lo lleva a ser un hijo humilde de nuestro pueblo, es junto a Elián y su familia, un símbolo de la firmeza del pueblo cubano inspirada en sólidos ideales de justicia. Que viva por siempre su ejemplo.

  • Riben dijo:

    Realmente emocionado despues de leer este articulo ! cuantos recuerdos!. un capitulo grande de nuestra historia que no puede ser olvidado.

  • María de aqui dijo:

    Que Historia mas bella y triste pues la vivi completa y cuanta firmeza la de nuestro comandante que pudo visorar en Juan Miguel el Padre y persona que es Que lastima QUE ya no contemos con su presencia AUNQUE ALLA EN SANTA EFIGENIA TODABIA NOS DA MUCHO VALOR Y RESPETO ESE LUGAR ES SAGRADO Y MUY IMPRESIONANTE HAY QUE IR A VERLO VER LOS CAMBIO DE GUARDIA MUY EMOTIVO DESCANSE EN PAZ COMANDANTE

  • Erlinda Flor Leyva Peña. dijo:

    Cuaba antes de Elian. Cuba despuès de Elian. Un pueblo entero lanzado a la calle a defender a un niño...èsa es mi Cuba querida y amada asì queremos a Juan Miguel y asì amamos a Elian.
    Tengo recuerdos y emociones e imàgenes que representan valores patrioticos muy grandes.

  • Erlinda Flor Leyva Peña. dijo:

    En ese tiempo de lucha por el regreso del niño Elian tuve que viajar fuera de mi Patria y al pasar a la sala de espera para abordar el gran avion que iba a subir y sin saber si podìa regresar... le expresè al oficial de aduana que me atendiò.
    Luchen para que Elian venga para Cuba con su padre.
    Me mirò muy serio y casi a media voz me
    dijo. Asì serà!.

  • EstebanH dijo:

    A Elian. Si ves este comentario es para decirte que la incógnita de ser padre que salio en una crónica sobre tu futura condición y te imaginabas la inmensa responsabilidad y plaser en serlo y el ejemplo de tu papá al luchar por tì, primero que todo, hay que verlo y sentirlo como padre, en lo profundo del alma y en el corazón. Yo perdí mi hijo en un accidente de tránsito y se lo que sintió tu papa ante tu posible perdida. Se aferro a traerte con el pues estoy seguro que no podía vivir sin ti. Es una sensación desoladora. Tuvo la suerte de que Fidel tomara esa causa como causa del pueblo cubano. Pero antes de que fuera una causa política ( tambien ) , de lucha de todo un pueblo, fue la causa del gran AMOR de tu papá asia tí. Eso no lo olvides nunca. Ten para tu hijo o hija, ese amor, en cualquier circunstancia de tu vida, o la de el o ella. Nunca dejes de darle un beso o abrazo, a tu papa, comprenderlo y habla mucho con el, lo mismo a tus hijos. Quizás este consejo sea tardío, pero cuando leí sobre ti el día de los padres, recordé aquellos días de lucha por tu regreso y me preguntaba como se sentiría tu papa. UN ABRAZO DE UN COMPATRIOTA.

  • Cristobal dijo:

    NO ME ARREPIENTO , ME SIENTO ORGULLOSO DE HABER PARTICIPADO EN VARIAS TRIBUNAS ABIERTAS POR EL RECLAMO DEL REGRESO DE ELIAN.CUANDO LO ESCUCHÉ EL OTRO DÍA EXPRESAR SUS CONVICCIONES Y AMOR A LA PATRIA,ME DIJE, FIDEL ELIAN TAMBIEN ES PARTE DE TÚ OBRA REVOLUCIONARIA DE TU ESTRATEGÍA COMO JEFE QUE SUPISTE GANAR TODAS LAS BATALLAS Y LAS CONTINUARÁS GANANDO NOS ENSEÑASTE A CONFIAR EN LOS VALORES DE LOS HOMBRES.

  • ramon dijo:

    Lo he leído 3 veces con la misma emoción. Grandeza de Fidel, grandeza de Juan Miguel, grandeza del pueblo cubano y ¿por qué no?, del pueblo norteamericano que no dudó en secundar a Juan Miguel

  • Victor dijo:

    Esta es una historia que debe aparecer en nuestros textos escolares como ejemplo de lo que un pueblo es capaz de hacer por unos de sus hijos, en este caso, un niño y el papel del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana al frente de esa batalla social.

  • guillermo ramirez dijo:

    Estas son las informaciones que cada dia deben ser expuestas a las nuevas generaciones de cubanos, pues mas de uno es vulnerable a la continua y tenaz propaganda imperial,que continua creyendo, y eso es inaudito, en la existencia del "american way of life"
    La guerra actual es de SIMBOLOS e Ideas,y los yankis son expertos en confundir a los flojos.

  • Sandra dijo:

    Días inolvidables, valió la pena.

  • Jose antonio cruz dijo:

    Tuve la honra y el placer de estar en ese acto cuando Fidel condecoro al padre de Elian con la orden del padre de la patria que emoción se veía en su rostro que orgullo por no haberlo defraudado Juan Miguel en aquella época batalla que terminó con una rotunda victoria de la Revolucion y la devolucion del niño jamás olvidare ese día.

  • José sierra pinatel dijo:

    Por eso es que Fidel es y será el padre de la revolución cubana por ser una persona de inteligencia , sabiduría, estudio todas cuestiones relacionadas para poder ganar esa batalla, seguiremos el ejemplo de esas dos personas Fidel y Juan Miguel, viva la revolución cubano , hasta la victoria siempre.

  • Ruffini dijo:

    Este fue un discurso iluminado.

  • javier llaguno acosta dijo:

    viva por siempre nuestro comandante,nuestro lider!!!y vivatambien miguel diaz canel por darle continuidad a sus pensamientos ...

  • Laima Lopez dijo:

    Decir Fidel es decirlo todo, es resumir en 5 letras Revolución, es decir AMOR, lealtad, sinceridad, altruismo, solidaridad, heroísmo, inteligencia absoluta más allá de nuestros pensamientos y de estos tiempos, porque Fidel fue, es y será ÚNICO sobre la faz de la tierra, yo amo a este hombre que supo darme como cubana la dicha de haber nacido en esta tierra.

Se han publicado 30 comentarios



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Fidel Castro Ruz

Fidel Castro Ruz

Líder histórico de la Revolución Cubana. Nació en Birán el 13 de agosto de 1926 y murió en La Habana, el 25 de noviembre de 2016. Ha escrito numerosos artículos, reflexiones y libros sobre la situación mundial, la historia de Cuba y su actualidad.

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