Cubadebate

Título: En mis sueños
Todo comenzó una noche muy fría, con el resplandor de la luna asomándose en mi cuarto e iluminaba mi cama. Me despierto sobresaltada, sentía que alguien se aferraba a mi cuello, como si me susurrara al oído, intentándome levantar. Observo a los alrededores y nada, me asomo bajo la cama y tampoco. Me levando y abro el closet, nada. Aturdida me acuesto otra vez y recuerdo la pesadilla que tuve. Soñaba que caía de un edificio y terminaba sobre un césped muy húmedo, por la brizna de la noche, parecía el césped de un cementerio, muy frio, oscuro y solitario. Llevo más de dos semanas soñando lo mismo. Empiezo a preocuparme y me da miedo acudir a un doctor y que me quieran ingresar para experimentar conmigo.
¿Que pudiera estar pasándome? Yo no creo en fantasmas, ni en vampiros y mucho menos en hombres lobos.
Llegaron las ocho de la mañana y Casandra se quedó dormida, se despierta y suspira aliviada de haber podido dormir bien sin tener otro episodio terrorífico. Cada noche se le revelan más informaciones del sueño repetitivo. La primera pesadilla, solo era cayéndose, sensación de caer del cielo, pero no sabía de dónde. A medida que pasaban las noches el sueño se iba esclareciendo, ya sabía que caía de un edificio, luego descubrió que aterrizaba en un césped y por ultimo era en un cementerio.
Cassan, como le dicen sus familiares, se prepara su delicioso desayuno, para luego entretenerse leyendo un buen libro, pero le llama su atención la vestimenta de su hermana gemela Lisandra. Tenía su vestido de dormir lleno de tierra y estaba descalza.
- ¿Lissi que te ha ocurrido?- pregunta Cassan
- Al parecer estuve caminando dormida por el patio otra vez – respondió bostezando.
- Anda y ve a dormir, que traes ojeras, tus pesadillas continúan por lo que puedo apreciar- le dice sarcásticamente Lissi.
- Cuando papá y mamá se levanten les diré que te encadenen a la cama para que no vuelvas a salir ja, ja, ja.
Lissandra no se lo tomó muy a gusto. Ignoró a Cassan y se fue a dar una ducha. Faltan dos semanas para el veinte cumpleaños de las gemelas que tanto se adoran. Tienen pensado ir a un bar y celebrarlo con los amigos. Pasan las horas del día y todo parece normal como un día cualquiera, Cassan terminando un libro de Stephen King y Lissi viendo sus novelas coreanas en la laptop. Sus padres emprendieron un viaje de negocios hacia otra provincia y les dejan solas una semana en esa casa enorme. Llega la noche, ya están cenadas y listas para dormir. Cassan como siempre con miedo de conciliar el sueño y encontrarse con ese temor.
- No tengas miedo, si quieres duermo contigo esta noche – su hermana conciliándola.
- No, está bien, yo soy fuerte y con el té que me preparé voy a quedar rendida y sin tiempo de soñar.
- Está bien, cualquier problema me llamas.
Duerme plácidamente, la noche se adentra más y más. La luna brilla como nunca y siente escalofríos, esta tan profundamente dormida que no logra despertar y suda, siente un calor atroz. Cae, muy rápido, el viento la empuja fuertemente, está en la azotea de un edificio y una señal muy luminosa con el número 20. Ahora observa una mano, una silueta, de una chica, al parecer, porque era de cuerpo menudo, -ella debe ser la responsable- (piensa para sí misma durante el sueño) observa los números de piso que cada vez baja más rápido, hasta llegar a cero, ya está en el césped, pero no dolió y ve como el césped se humedeció con su misma sangre, ahora se dio cuenta. Alrededor hay tumbas y observa a la misma silueta de la persona que se acerca, se va quitando el abrigo que le cubre la cara, pero no se ve nada, solo oscuridad, trae una sábana y la cubre toda, todo se volvió negro.
- Ahhh- Se despierta gritando Cassan
- ¿Qué ocurre? – exclama Lissi desde su habitación acercándose a su recamara
- Que susto, pensé que había muerto, porque en el sueño lo estuve.
- Tranquila, todo bien –dice Lissi mirando hacia su misma persona
Lissi estaba cubierta de tierra y Cassan la observa extremadamente, además que en su cama hay hojas de árboles y bajo su cama huellas marcadas con fango.
- No Cassan! Lo juro, yo no fui a tu cuarto a nada, yo solo camino dormida por el patio y subo directamente a mi cama a dormir.
- Pero, es obvio, quien más llenaría mi habitación con esa suciedad.
Dejaron el asunto para otro momento, solo quedaba un largo baño para cada una. Cassan no dejaba de pensar en que podía suceder en el futuro, o en el presente, su pesadilla la acechaba hasta despierta, le invadía sus pensamientos todo el día.
Pasan los días y llega la noche del gran cumpleaños colectivo, de las gemelas. Se preparan para el festín de por la noche. Los padres, familiares y amigos les tienen una fiesta sorpresa preparada. Por otro lado Cassan continúa con sus periodos nocturnos, los sueños que le quitan la respiración.
Son las siete de la noche, las chicas son subidas a una limusina y llevadas al gran hotel Marine, de un gran prestigio y sobre todo por los elevados precios. Gran alegría se llevaron y dirigidas hacia el elevador para llegar al último piso donde las esperan los invitados y la fiesta. Cassan se empieza a sentir un poco mareada y mal, sin conocer la causa, algo inconscientemente le está molestando y no sabe que es. Se detiene en el borde, para mirar hacia abajo y aprecia el parecido del tránsito con una colmena de abejas. Siente un escalofrío se va a unir a la fiesta pero da una mala pisada y resbala, pierde el equilibrio y cae de la azotea, hasta estrellarse en un parque, nadie la vió y nadie la escuchó.

Mi papá se fue cuando tenía 8 años.El lunes después de la escuela no estaba.
Papi era mi roca y sabía de todo, le dije al psicólogo. Empezó a ser mis fines de semana, mi playa, el dinero mensual y la Confianza.
Le decía mongo como a cualquier amigo y en su bicicleta florecía el mundo camino a casa de los abuelos.
Solo él creyó que podía coger mi UCI y me obligó a elevarme. Crecí. Me gradué. El vivía solo.
Ya no.

Un hombre hacia la historia
Parte iII
ACLARACIÓN :
En este modesto trabajo hemos optado por la brevedad. El trabajo podía haber sido más largo pero decidimos no hacerlo así.

Nos hemos tomado algunas licencias en aras de despertar el mayor interés pero respetando a cabalidad la verdad histórica.
Se imaginan pensamientos de Fidel, pero respaldados por sucesos ocurridos realmente y por declaraciones de él posteriores. Es probable que cosas como esas las pensó el Comandante en Jefe…..
Hemos querido reflejar los nexos ideológicos entre los asaltantes al Moncada y la Joven Cuba de Guiteras pues como nos dijo un periodista “somos guiteristas de cuna”……

El Autor.

En el juicio el Hombre se autodefendió como en Santa Clara. pero con varios incidentes
Dijo los ideales que tenían y denunció el asesinato de más de 70 compañeros.
“Mis compañeros, además no están olvidados ni muertos: viven hoy más que nunca y sus matadores han de ver aterrorizados como surge de sus cadáveres heroicos el espectro victorioso de sus ideas.’”
Dos horas estuvo exponiendo su defensa:
Y terminó su alegato:
“Queda todavía a la Audiencia un problema más grave;
ahí están las causas iniciadas por los setenta asesinatos, es
decir, la mayor masacre que hemos conocido; los culpables
siguen libres con un arma en la mano que es amenaza perenne
para la vida de los ciudadanos; si no cae sobre ellos todo el
peso de la ley, por cobardía o porque se lo impidan, y no
renuncien en pleno todos los magistrados, me apiado de
vuestras honras y compadezco la mancha sin precedentes que
caerá sobre el Poder Judicial.

En cuanto a mí, sé que la cárcel será dura como no la ha sido
nunca para nadie, preñada de amenazas, de ruin y cobarde
ensañamiento, pero no la temo, como no temo la furia del
tirano miserable que arrancó la vida a setenta hermanos míos.
Condenadme, no importa, La Historia me absolverá.”

Cuándo llegó a la Isla el Hombre decidió que esa prisión iba a ser muy fecunda para la Revolución.
Sus compañeros se habían organizado, tenían una escuela. El impartió clases de Economía Política, de Historia, de distintas materias.
Un día el Dictador visitó la prisión y ellos cantaron la Marcha prohibida. Se desataron las represalias
Cuándo lo separaron de ellos y lo pusieron en solitario se dedicó a la lectura. Devoró cientos de libros de todo tipo pero sobre todo de Historia, de Filosofía, de Ciencias Sociales.
Tenía fe en la Victoria.
Al salir de prisión su fe se duplicó. Sabía que la Revolución no iba a ser derrotada.
El Hombre estaba seguro de que la Revolución triunfaría.
Y así fue en apenas cuatro años más…….

Algunas citas de Martí de las subrayadas por Fidel en la prisión:

 La patria necesita sacrificios. Es ara y no pedestal.

 Volverá a haber en Cuba y Puerto Rico, hombres que mueran puramente, sin mancha de interés, en la defensa del derecho de los demás hombres.

 El que se conforma con una situación de villanía es su cómplice.

 Quien desee patria segura, que la conquiste.

 El verdadero hombre no mira de que lado se vive mejor sino de que lado está el deber.

 Los cuerpos de los mártires son el altar más hermoso de la Patria.

 Patria es comunidad de intereses, unidad de tradiciones, unida de fines, fusión dulcísima y consoladora de amores y esperanzas.

 En la Patria el honor es de todos, y de todos es el deshonor.

 ¿ Cuándo se ha levantado una nación con limosneros de derechos?

 En Revolución los métodos han de ser callados;los fines públicos.

El perdón
Desesperadamente el hombre tocó a la puerta...silencio absoluto.
Lucia...abre por favor vengo a pedirte perdón, sé que han pasado los años...abre, gritaba a viva voz. Silencio...y de pronto el chirrido de las bisagras. La puerta se abrió!.
Una anciana llorosa y desaliñada balbuceó: mi hija te perdona. Dice que vayas al lugar donde se encontraron la primera vez, allí te espera.
Suspiró esperanzado. Corrió, voló hacia el lejano mirador mirador.
Al llegar quedó paralizado, la falta de aliento y el panorama que asomaba ante sus ojos no lo dejaban respirar.
Allí en el mismo lugar donde se encontraron la primera vez, familiares y amigos cumplían la última voluntad de Lucia; esparcían al viento sus cenizas.

Memorias, año 2009.

Primer día

"Llamada telefónica"

Eres una voz rompiendo el sonido
Y formando parte de mi destino,
Eres tantas cosas formadas por un latido
Que se va creando un desafío.

Cinco meses después...

"Telarañas de plata"
Quisiera detener tus sueños en la aurora
Para tejer telarañas de plata que digan te amo.
El infierno es el problema, tu amor tan poco es lo que mata,
El silencio en tus ojos florece esta callada agonía.
Te prometí no volver y estoy aquí, prometí olvidarte y me quebranté en sortilegios.
Dormida en una isla náufraga, miro tus ojos in situ, ciegos de mi amor, prófugos en otra isla, quien sabe…
Dibujo tu nombre con telarañas de plata.

Al año justo...

" Intento"
Cada día que se va es una poesía dormida,
Me entristece el alma cada día que se va.
Cada día es tu ausencia, es mi espacio trémulo, muchas soledades encontradas en una sábana…
Pero qué más da, si tú no estás…
Cada día que se va es un intento sin ilusión por salvar mi vida.
Cada día que se va es un silencio escapado del mar.
Traslúcido cristal que como especie muerta revive entre escollos y penumbras.
Y voy a intentar vivir sin ti, para salvarme.

Hoy 13 de febrero de 2020...

"Decisión"

Vivo. Sin ti. Soy mi felicidad. Fuiste un vía crucis.

Un acto de fe.
Santa Cruz del Norte, Cuba, enero de 1966. Día frio. Llegada a la iglesia. Confusión, extrañeza. No hay imágenes de santos, ni lujos, nada que distinga que es un lugar sagrado. Solo en el altar la Virgen María con el niño Jesús en brazos. Todas las mujeres presentes con sus mantillas en las cabezas, porque antes así se entraba a las iglesias en Cuba, costumbres del pasado, quizá.....o que todavía había mantillas. Comentario socarrón: Y ésta que iglesia es? Comienza el bautizo: Agua, llanto de la bebé, miradas piadosas y felices. Culmina todo y comienza la salida. Fotos, claro, para el recuerdo. De pronto una exclamación de sorpresa del cura: "Se perdió el niño Jesús!!! Miradas de sorpresa, murmullos, otra vez confusión. Los ojos de todos se posan en la pequeña sonriente (hermana de la bautizada) con el abriguito abultado. Alarma de la madre: La niña tiene al niño! El cura mira a la pequeña de dos años y dice: Por favor mi niña, dame el niño. Y la niña sonriente con su carita feliz, responde: No, yo me lo llevo. El abuelo, persuasivo que dice al cura: Déjeselo, padre, a lo mejor es una bendición para ella. El cura, muy dulcemente, que no, que no, que la Virgen no puede estar sin el niño. Y otra vez el abuelo, que sacando dinero del bolsillo dice: Padre, déjeselo, yo se lo pago. Otra vez el murmullo y las miradas asustadas de la abuela y la madre.-Devuelve el niño, mi niña. Y de nuevo la niña: No el muñequito es mío, yo me lo llevo. El cura, bueno, condescendiente: Dámelo, por favor. La niña que siempre ha sido obediente saca al bebé Jesús debajo del abriguito, lamentándose perder juguete tan vistoso. La última foto ya fuera de la iglesia, todos risueños, todos……menos la niña que había perdido su acto de fe.

...seguimos ahí, después de una abatida infernal,no veo a ninguno de mis allegados, todos o mal heridos o muertos, parece que fue ayer, por lo que visualisamos, pero data de tantos años, quizás siglos, cuando los ancianos que ahbían tendio el honor y orgullo que sus padres los llevarán ese día memorable al Desfile de los Trabajadores, practicamente comenzando el milenio y aquel gran profeta que hoy todavía veneramos diera en sintesís el concepto de Revolución, pero no solo habló de ello, planteo además, por que las personas quedan solo en este momento, que si un día nos agrederían, cada uno de nosotros, aunque estuvíeramos solo, seríamos como el Ejercito y comentaríamos que somos La Revolución,..se vira el escuálido me ha detectado, tengo el aire en contra, pero no la razón,el combate será en campo abierto, se yergue y le parece mentira que sea retado por alguién, al que ve indefenso y endeble, no sabe que por esa misma razón David venció a Goliat,.. ciego de ira y rabia por que no ve inclinar mi daga, arremete contra mí, que me queda, ser el Ejército aquel que el gran profeta dijo,decir en alto que !YO SOY LA REVOLUCIÓN!, !SOY FIDEL! y que !AQUÍ NO SE RINDE NADIE C........!

"Alberto y yo"
Todo comenzó cuando caminaba loma arriba en busca de un poco de agua para mis animales, agotada por el cansancio diviso en la loma un bulto oscuro y pequeño. Cuando me aproximo pensando que era un animal, descubro a un niño dormido a pleno sol. Si hubiera tenido unos 40 años, lo cargaba en mis brazos y lo acostaba a la sombra de un árbol cercano; pero mis 89 no me lo permitían. Lentamente lo toqué con mi bastón, parecía una bomba en plena explosión: sus grandes ojos negros querían reventar. Simplemente lo ignoré y continué en busca del agua.
Al llegar a casa con 500 litros de sudor encima me encuentro el mismo bulto; pero ahora en el portal de mi bohío: “señora, deme un poco de agua”; me dijo como mar en plena calma. No me pude negar y lo invité a comer conmigo en la mesa de mi desordenada cocina.
Sus manos eran surcos de tierra, estaba todo desaliñado y descalzo. Al terminar se marchó.
Así sucedió durante tres días seguidos: me levantaba, abría la puerta y como la primera vez que lo ví, lo despertaba tocándolo con mi bastón esperando a que segundos después llegara su explosión. Al cuarto día lo toqué y no despertó más, 6 palabras fue todo lo que me dijo y hasta hoy como sola en mi desordenada cocina.

En el concurso pueden participar menores de edad?

El mes del amor ,si este hermoso febrero me inspira siempre ese amor desrochado con tanta prisa solo nos vemos por unas horas y no todos los días quisas tampoco todas las semanas pero q decir cuando llegamos con esa sed infinita de soledad uno con el otro ,siempre ha sido a si ,solos desde jóvenes nos amamos pero ,por qué ocultos siempre,nada la vida está hecha de misterios ,q triste ,cuando jóvenes solo con mirarnos el amor salía por nuestras pieles pero era imposible yo alumna el mi profe ,hasta un buen día q nos alejaron ,quién,el destino .Regreso casado ,ah regreso pero ese amor siguió latente pero sin futuro ,llegaron compromisos,hijos y tabúes pero ese amor continuaba intacto ,pasaron décadas y el amor sigue como el primer día ,ya peinamos canas y el amor cada día coge más fuerzas pero sigue siendo a escondidas,un derroche tan fuerte que no se detiene,quisas con la muerte ,no porque después de muertos nos seguimos amando.

El cuento de cada noche.
La oscuridad de la madrugada apenas disminuida por el farol, nuestros ojos como cocuyos, mirando indistintamente el rostro de papá y las montañas en la distancia. El frío aire de la madrugada me hizo temblar y emprendimos la marcha, yo en mi caballo, mi hermana y papá en otro, lo primero en aparecer fue un paso de río y al subir la barranca, un fuerte resbalón de Alazán casi hace caer a mi hermana. Bajamos y subimos sin perder el camino, siendo solo sorprendidos por un brusco movimiento en la maleza que hizo al viejo desenfundar su escopeta, sin perder tiempo nos refugiamos a la orilla del camino, papá se fue acercando, hasta que lo vimos apuntar y disparar, un estruendo muy grande nos mantuvo junto a la piedra, quietud total, se va acercando papá, de pronto un salto y aparecieron dos crías de venados, ahora el miedo había pasado de nosotros hacía esos dos indefensos animalitos. Mi padre se acerca, todo está en silencio, de pronto levantó el machete y de un tajo, lo bajó fuertemente, el terror llevó nuestras manos al rostro.
Los bejucos no resistieron el embate y la madre salió corriendo hacia sus crías, en libertad, internándose en lo profundo del monte.

¿Qué es el amor? Pocos conocemos la respuesta. Solo deberían verla, ahí en frente de mí, con esos labios hermosos y ese velo rojo que parecía como cosido por dioses a su vestido. ¿Podría alguien hacer daño a tan bella criatura?, yo diría que no, necesitarían tanta maldad. Recuerdo el día que nos conocimos, al viento le dibujaba una sonrisa y a mí una solución. En esa ocasión la veía mientras escribía en ese pedazo de papel con la ilusión de hacerme una persona feliz, como muchas otras, pero ha pasado ya tanto tiempo. Ahora creo que algo dentro de mí no está bien, algo está roto. Vivan la vida con intensidad y no duden, nunca lo hagan, pero no confíen. No lo dice alguien que fracasó, lo digo yo que me creí en las nubes y solo estaba entre la neblina, fue suficiente que esta desapareciera para que me diera cuenta que estaba solo, en aquel lugar, con ella cerca como un iceberg ya sin respirar.

El noble Pachulí

Años sesenta finales, Santa Clara, pueblo que prosperaba y se educaba, pobres padres que mucho luchaban por mantener a sus familias, el mío vendía agua y mi hermano y yo con él. Extraíamos el agua de dos pozos de brocal ancho con dos bombas en cada uno, para llenar más o menos treinta vasijas en cada carretón de caballos, mulos o burros, según las posibilidades de cada cual.
Desde el amanecer hasta el oscurecer mojados y al sol, cada hombre, con una ruta que luego la universidad cuarenta años más tarde, me enseñó a ponerle un nombre moderno (segmento de mercado) que era respetado por todos, sin faltar a la ética más estricta del comercio; por el que un tenedor de libros se encargaba de las cuentas y de pagar los impuestos.
Más de cincuenta hombres en aquella labor, abastecían de agua potable de primera calidad con los análisis de salubridad necesarios para una aceptable garantía, con algunas lagunas higiénicas en la manipulación.
Los clientes se mantenían satisfechos y crecía gradualmente la demanda, porque iba mejorando el nivel adquisitivo de la población, ya todos tenían trabajo y crecía gradualmente la incorporación de nuevos aguadores.
Un pequeño negocio que satisfacía el mercado del agua, que fundamentalmente se usaba para beber y en múltiples cafeterías y otros expendios de alimentos.
Treinta unidades de cristal o metal, de veinte litros, a veinte centavos por cinco viajes diarios promedio, podría ser un buen problema de aritmética, que hasta a mí que fui enemigo de las matemáticas en la primaria, me habría dado treinta pesos diarios, para pagar 1,5 centavos por unidad extraída del pozo, que tenía un dueño, la comida de los animales, la reparación y mantenimiento del carretón, los impuestos, la alimentación del vendedor en el horario de trabajo, herrar al animal de tiro, las vacunas de los animales, y otros gastos menores en una ligera contabilidad que no fallaba, sin reuniones , ni pérdidas por robo, y el resto para mantener una pequeña familia, con tendencia a la gradual prosperidad, sin posibilidades de capitalización, propensa a la empresa familiar sin grandes aspiraciones.

Un día de 1965 o 1966, agosto, jueves, dos de la tarde, en las inmediaciones del área de los pozos, un cañaveral de un área aproximada de una hectárea. Un negro de cuarenta años, corta comida para su caballo, la caña era de su propiedad, no así la tierrita, él la sembraba y la atendía los fines de semana, luego de la venta de agua de lunes a sábado. En medio del tajo, un tronco de palma que alguien cortó, para fabricar con las tablas que le sacó. Allí sentado Pachulí, joven de diecinueve años, con profundo retraso mental y ya sin dientes completos en la boca, tarareaba alguna música oída, un sol que le roncaba el mango y rajaba el tronco de palma.
El noble y buen padre cortaba sin parar caña a caña, pensando quien sabe que, solo a ratos paraba y bebía agua de los pozos benditos de donde la sacaba para vender.
Se de lo dura de la vida de aquel hombre analfabeto, que luchaba todos los días del año por la vida de su hijo enfermo, que no podría mejorar nunca. El y su hermana que tenía una hija en parecida situación, habían atendido a los niños que ya eran jóvenes.
Pachulí apenas se comunicaba con ideas elementales, afable, noble, cariñoso, respetuoso, su imagen era angelical (quizás el Ángel Negro que mucho se busca).
Pobre Pachulí, no sabía que hacía, y lo cuento. Un día fue a la INPUD, los custodios descuidaron el área y se llevó las tapas de los timbres de las bicicletas, para intentar hacer Yoyos para jugar.
Ya tenía en su haber, la rotura de una vidriera con una botella de Coca Cola, en la “Casa Valido”, donde consiguió un bello Trompo que ansiaba para jugar. En su afán de jugar en la clandestinidad, se le cayó en el retrete de la casa y allá fue a sumergirse en la mierda del excusado; ¡trabajo dio bañarlo! y más trabajo quitarle la peste: “Me cagué pero lo cogí”, era su frase, que lo hacía sentirse héroe del rescate.
Un tiempo después, un pariente suyo lo encontró con una pierna fracturada, por los quejidos lo halló gracias a una espléndida luna, que vio caerse al Pachu desde un tubo de alcantarillado de dos pies de diámetro, que cruzaba como un paso a dos metros de altura sobre el río Bélico por donde una calle se interrumpía y solo unas grandes piedras que en el agua sobresalían, dejaban pasar con los pies secos, del barrio de Canta Rana a La Vigía o viceversa. Mi amigo había confundido el camino y se fue por arriba, resbaló en el tubo y cayó al agua sobre las piedras del paso; un mes con un yeso, era la norma mínima de los ortopédicos en esa época; de ese trance salió bien.
Gustaba mi amigo de ir a los pozos y las personas de esa zona lo conocían y cuidaban, al pasar la Carretera Central. Esa área era de mucha afluencia de personas y vehículos; no había robos frecuentes y allí, en talleres de mecánica, garajes y mercados; los choferes parqueaban y no pagaban pues los parqueadores no existían, dejaban con mucha frecuencia los llaveros en los chuchos de arranque de los carros. Allí tenía el héroe de esta historia, una buena oportunidad. A su casa, en un gran mazo iban a parar todas las llaves que alcanzaba acopiar; muchas veces fueron solicitados mis servicios por mecánicos y choferes, para localizar sus llaveros en el mazo de mi amiguito, que luego de mil ruegos me dejaba ver poco a poco el gran llavero que tenía en su casa. La víctima a mi lado reprimiendo su furia, rabia, ofuscación y temor de no saber lidiar con la situación; el “cerrajero”, me enseñaba al fin su trofeo, luego yo con mucha maña suplicaba al Señor del Gran Llavero, me obsequiara las de interés. Después de un forcejeo verbal que pasaba por su negativa a entregarme lo que le pedía, quería darme otras, así las cosas siempre al final me decía: “si mi niño, llévatelas”.
Yo era como diez años más nuevo que él. A esa hora yo era el personaje más importante del capítulo frente a choferes y mecánicos que en la época y el lugar eran líderes de opinión.
Sentía yo, la garantía y tranquilidad de que no lo violentaran, ni lo maltrataran para obtener un llavero de regreso. El bueno de su padre, también acudió a mí algunas veces, para lograr igual objetivo frente a un reclamante de llaveros y yo con placer cumplía con la solicitud.
Un día en plena tarde, entró a una casa en el centro del pueblo y sustrajo una lustrosa llave, de un escaparate de lujo. La dueña que lo ve, sorprendida comenzó a gritar: “ladrón, ladrón”.
Por suerte para Pachu, pasábamos en nuestro carretón, mi padre y yo y lo atajamos, yo le pedí la bella llave, no quería dármela, entretanto mi papá le explicaba a la señora las características del muchacho, hasta que lo convencí y se cerró el capítulo de la llave en la calle Cuba.
Recuerda, que tenemos a Pachu sentado en el tronco de la palma, trata de verlo como yo lo veo, más de cuarenta años atrás, con pantalón pitusa (de mecánico) todo de dobles costuras reforzadas, pullover azul claro, ¡qué esfuerzo el de ese padre, para conseguirle aquella ropa! Un pequeño sombrero de Yarey, que allá se llamaba Pachanguita y se compraba en los carnavales. Yo estaba allí por casualidad, porque el papá me pidió le llenara el porrón de agua y fui a alcanzárselo. El tajo ya estaba a la mitad, el padre sudaba copiosamente, se oía el susurro de Pachulí y en un abrir y cerrar de ojos como por arte de magia encontró la punta de las dobles costuras del pantalón y las zafó como se zafan las de un saco en la bodega, con el pantalón descosido a cuatro bandas, batidas por el aire, subido sobre el tronco que le sirvió de asiento y tribuna para su entretenimiento soleado, grita al padre que estaba de espaldas a él: ¡mira papá!. Fue como llamar al diablo, o peor porque lo vio llegar en un instante y yo el único testigo consciente. En un segundo el Pachu se ganó y le pegaron dos o tres planazos; que si el chino que hizo el machete se lo imagina, lo habría guardado al terminarlo para que no llegara a Cuba.
El otro testigo, el gallito del machete que si pudiera habría llorado como yo, que sentí la vibración de los planazos en mi alma y lloré casi más que el muchacho, pues no sabía ni llorar. Mi respeto por el padre, que era muy bueno con él, mi impotencia por ser un niño y no poder ripostar con igual fuerza, y la esperanza que tuve durante mucho tiempo hasta que maduré, de que algún día podría vengarlo, me llevaron a mi padre inmediatamente a quien me quejé. Su buena relación con aquel hombre que era su compañero y amigo le permitió canalizar mis sentimientos, que eran la traducción de los suyos inculcados a mí profundamente.
Hasta ahí llegó el asunto, con sudor, llanto y sin sangre. No recuerdo de otro incidente en el que el padre actuara con violencia, antes ni después de ese jueves que me permitió pensar y comprender, sin perdonar el acto de violencia, que quizás, yo también alguna vez sin igual magnitud haya cometido, no mereceré perdón, traten de comprenderme para ir tranquilo.

La vida…
Es lo que desees que sea,
La vida pende de un hilo…
Tan frágil como una flor,
Es regocijo, al mismo tiempo dolor.
Cuando el alma se marchita,
Por el trazar de los años,
Solo queda el desengaño…
De aquello que nos pasó,
La vida…
Ir y venir de errores,
Desechos que con el tiempo,
Cuando olvidar pretendemos,
Te dicen…
¡Aquí estoy yo!.
La vida es un qué sé yo,
Que cuando se intenta entender,
No sabemos ni por qué?
Por cuanto, qué nos pasó?
Quizás sea cierto o no,
Lo que dijo un día Neruda…
Pero la vida es cruda,
Dulce, amarga,
… deleite celestial,
Y cuando se acaba ese vino,
Todos a la par murmuran…
…tenía defectos,
… era pura…
Pero vivió con dolor.
!!!Feliz 14 de Febrero, Colegas.....

Una historia de amor verdadera en Palma Soriano
Autor: Ariel Ramírez Fernández
Corrían los años difíciles del Período Especial cuando regresé a mi natal Palma Soriano. Residí 21 años en La Habana, donde estudié y trabajé. Después me establecí, por razones de trabajo, algo más de 8 años en Nuevitas, Camagüey, para un total de 29 años en otros lares, pero sin dejar de visitar con frecuencia esta Tierra del Cauto.
Poco después de mi retorno, comencé a hacer trabajos periodísticos en Radio Baraguá relacionados con el deporte palmero, donde Juanita Quintana, locutora de la revista informativa Con Todo, piropeaba con frecuencia mis canas llamándome “El Caballero del pelo plateado”, y también elogiaba las hermosas guayaberas que por entonces me ponía. Muchos pensaron que Juanita y yo teníamos una relación amorosa, pero NO, simplemente éramos amigos y teníamos mucha empatía en nuestra labor radial.
Sin embargo, sus galanterías conmigo motivaron que una trabajadora de la Dirección de Deportes en el municipio, donde yo laboraba, se interesara por saber quién era ese periodista al que Juanita le decía palabras tan bonitas. Le preguntó a Grisel Torres, quien era su amiga a la vez mi jefa, y ésta decidió “correrle una máquina”, y le dijo que yo era alto, corpulento, elegante y unas cuantas cosas más que eran todo lo contrario de la realidad.
Ella fue hasta mi oficina, saludo y preguntó por Grisel. Conversé con ella unos minutos y se fue, pues en ningún momento imagino que yo era aquel periodista cuya descripción en nada coincidía con el que allí estaba.
Pero a los pocos días volvió por allí y se sorprendió al saber que yo era el periodista. Conversamos de forma animada un buen rato y me confesó que, si ella se enamoraba, el hombre no debía pasar de 45 años de edad ni ser “catarroso”. Medio en broma, medio en serio, le hice saber que yo cumplía esos requisitos, entre otros. Nos reímos, intercambiamos algunas miradas cómplices y poco después nos despedimos.
Cuando pocos días después volvió y me saludo con confianza y dulzura, me dije: esto parece cosa seria. Conversamos entonces de forma más íntima, nos conocimos mejor y una noche fuimos juntos a una actividad en el municipio.
En el trayecto de regreso la acompañé a su casa. Las manos se rozaron, los dedos se entrelazaron. Las miradas hablaron por los dos. Llegó el primer beso, después otro, y otro y otro…
A usted le doy licencia para que su imaginación aporte algo, todo no lo puedo decir.
Solo agrego que esa tierna, emotiva y comprometedora escena de amor ocurrió el 28 de diciembre de 1995, hace ya más de 24 años, y desde entonces Anelis Contreras Almarales y yo vivimos juntos.
Si no fuera por lo cursi de la frase, añadiría: ¡HASTA QUE LA MUERTE NOS SEPARE!