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Documental “Órgano”: Un retrato de familia

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Fotograma del documental "Órgano". Foto: Kevin Álvarez

Un Órgano familiar, histórico y demasiado musical. Fue heredado de generación en generación por los Ajo Marrero y aunque el tiempo pase, aunque lo nuevo intente opacar lo viejo, la tradición en el humilde pueblo de Buenaventura, de la oriental provincia de Holguín, se impone, resiste.

Son más de 100 años que acumula el instrumento, que sonó en Europa junto al tren de la música Van Van y las de Aida, durante la década del '70, y tiempo más tarde, se escuchó en Rusia en el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes. En Cuba, aún se recuerdan las noches del Órgano en el Tropicana, los discos grabados, el son molío.

La realizadora Rosa María Rodríguez Pupo, inspirada por lo que vivió en su infancia y el ejemplo de sus campesinos abuelos maternos nos trae al Festival de Cine de La Habana su primer documental Órgano, que forma parte de las propuestas en concurso de dicha categoría. Sobre algunas particularidades de este audiovisual dialogó con Cubadebate.

Rosa María Rodríguez, directora del documental "Órgano". Jorge Jimenez Alvarez. Foto:

¿Por qué escoger el Órgano de los Hermanos Ajo para su primer documental ?

-La cultura del Órgano es muy fuerte en el oriente del país. Desde pequeña recuerdo que en el Círculo Infantil donde estaba “Heradio Domínguez”, en el reparto Vista Alegre, de Holguín, había un organito pequeño, creo que se llamaba Ismaelillo. Nosotros dábamos clases de Eduación Musical con eso.

Mis abuelos maternos son campesinos de Aguas Claras. Esta cultura la tenía muy arraigada, pero no fue hasta mucho después que empecé estudiar en la Escuela de Arte y luego cine en la FAMCA, que cada vez que retornaba a mi ciudad natal, me daba cuenta del deterioro de esta música de órgano.

Este Órgano no es solo un instrumento, una caja de madera, está ahí como parte de la vida de los Ajo. Foto: Kevin Álvarez. 

Como realizadora, ¿ cuáles eran sus objetivos principales?

-Uno de los objetivos del documental era hablar sobre una música que está haciendo olvidada en nuestro país y que no se le presta atención que se le debe prestar, y creo tampoco lleva un gasto impresionante de recursos, sino simplemente estar ahí para ellos y proponer lugares para que tengan presentaciones, reparar esos instrumentos, que vuelva a florecer esta Fábrica de Órganos que había en Holguín.

Para mí, Órgano, era una manera de tener un contacto directo con mi abuelo materno, y con esa cultura campesina que tengo en mis venas. Una de las tesis de esta película, es que las cosas perduran por la familia, por lo que significa el hogar, esta cosa del patrimonio familiar.

Este Órgano para ellos no es solo un instrumento, una caja de madera, está ahí como parte de su vida. Es bonito escuchar cómo hablan del instrumento. Y claro, como cuando cualquier familiar que uno tuvo y lo heredas, tiene cosas buenas y cosas malas.

Y las fuentes, ¿cómo fue el trabajo previo de investigación?

- Precisamente en el documental quería hacer un retrato de esta familia, mi fuente principal, más allá  del instrumento. En mi investigación aprendí que este Órgano es familia. Si voy hablar de eso, tengo que hablar de esta familia, de esta tradición, de dónde vienen.

Una de las cosas que uno se empieza a cuestionar es que si el documental iba a tener entrevistas o no. En algún momento creí que no las iba a tener, y la construcción fue saliendo. Decía 'eso no se puede dejar de contar',  que estuvieron en Tropicana, los grandes conciertos a los que asistieron y lo importante que fue en su momento la música organillera.

Al principio es un poco complicado, porque estas fuentes son un poco temerosas. Se preguntan qué viene hacer una muchacha joven preguntando por ese instrumento, preguntando por nuestras familias, y hay que ganarse poco o poco la confianza de estas personas.

Fue bonito todo lo que sucedió después, y toda la parte con el historiador de Buenaventura, la radio municipal, la AHS de Calixto García, los mismos pobladores, era bonito grabar, escuchar, estar ahí para ellos, y yo creo la película tiene un poco de todo eso. 

¿Qué fue lo más difícil en todo este proceso?

-En el cine lo más difícil es lograr financiar una película, ya después que uno tiene un mínimo de apoyo estás montado en el tren, se hace mucho más sencillo todo el camino. Lo mejor que le puede pasar a uno es que tu trabajo sea tu divertimento, lo que te emociona. Lo que sí creo es que el problema mayor que pudimos haber tenido, y que siempre soñé después de haber investigado en el pueblo y conocer a la familia Ajo Marrero, es que mi propuesta estética se vino abajo porque en Buenaventura prácticamente no llueve.

Pero de momento en los diez días de rodaje llovió y eso cambió completamente el pensamiento de la película. Todos los días nos teníamos que sentar con el material y cambiar lo que teníamos pensado en la escaleta del docu.

El equipo de realización, ¿cómo lo selecciona ?

Era mi primera vez haciendo documentales. Yo vengo de la ficción, todo lo que había hecho eran cortometrajes, encontarme con esta película suponía tambien encontrarme con alguien que tuviera mucho más experiencia en el documental.

De ahí surgió la idea de llamar a Yamila Marrero, que ya tenía dos largometrajes como productora. Contarle la historia y enseguida aceptó, porque tenía motivaciones similares, con sus abuelos, el campo, la tradición. Luego empezamos a conformar el equipo.

Siempre he trabajado con Enmmanuel Peña, desde mi primer cortometraje La Casa, que fue mi tesis de graduación, a partir de ese momento ha sido mi editor, y nos sentimos muy cómodos trabajando juntos, porque sabe lo que busco, lo que me interesa, también él ya había editado un montón de documentales.

Después vino Kevin Álvarez, porque WajiroFilms es uno de los coproductores. Él estudió conmigo en Camagüey y teníamos esta relación súper bonita desde los 15 años. Yo sentía que el fotógrafo que me acompañara en este viaje debía conocerme para poder trabajar cómodo. La otra persona fue Pedro Espinosa, de la TV Serrana, para qué decirte la experiencia que tiene Pedro como sonidista, es un hombre increíble y un profesional que pa´ qué. Y la última personita que entró fue Rodolfo Ramírez, como asistente de cámara.

Parte del equipo de realización del documental.

 ¿Qué rumbo cogerá Órgano luego del Festival de Cine de La Habana?

Ahora mismo estamos empezando hacer una lista de festivales. Este mundo de la ruta de festivales tiene sus propias características y una lo ve como balas, es decir te dan 20 balas y tienes que saber exactamente para dónde son. Y entonces eso significa que tienes que hacer un estudio desde mucho antes, de dónde puede interesar el documental y moverse.

La ruta no podría decírtela, porque se deben esperar a recibir las buenas o las malas noticias. Despues te podré contar un poquito más de eso.

Y bueno, ya que mencionamos el Festival de La Habana, ¿qué importancia le atribuye a este espacio ?

Sin duda te da un panorama de lo que está sucediendo actualmente en Cuba, en Latinoamérica y en el mundo, este cine emergente y también de todo los movimientos feministas, estas mujeres directoras que ya tienen sus óperas primas; cuando se habla de que a veces más del 70 % de las estudiantes de las escuelas de cine son mujeres y sin embargo las cifras haciendo su primera película, no pasa de un 30 %. Qué pasa con estas mujeres después que terminan la escuela.

Me encanta  que en el Festival pase todo eso. Me fascina ver la selección documentales, que es impresionantemente buena,  pero sigo sintiendo que se le debe dar más cobertura a los documentales porque la ficción tienen hasta 3 pases, entonces nosotros como documentalistas tenemos un solo pase, son cosas que se deben pensar un poco más.

Rosa María Rodríguez comparte con otras realizadoras cubanas que compiten por el Coral en la categoría de documental. Foto: Jorge Jimenez Alvarez.

¿Qué vendrá después de esta propuesta audiovisual?

Hay un factor importante, como la película fue el premio de postproducción en el Festival de Cine de Gibara, como lógica creo que estaremos en Gibara, porque queremos que estén nuestros personajes, nuestros músicos del Órgano, y estoy luchando porque también toquen allí, como un ciclo que se cierra.

En los últimos días de diciembre grabo un cortometraje de ficción llamado Nara, fue el premio de CTI Caribbean Tales Incubator, un pequeño festival que hay en Canadá, ahí te pasas toda una semana recibiendo asesorías, haciendo crecer desde el guion, hasta para buscar financiamiento.

Cuando regresé de Canadá tuve una charla con el Icaic y también nos apoyará financieramente. Habíamos estado en Haciendo cine, de la Muestra Joven, que es importante porque me ha hecho crecer como realizadora, es como mi casa.

En enero pues retornar a la Escuela de Cine, porque estoy en segundo año de Producción y acabo de terminar Documental en provincia. También estoy produciendo el segundo largometraje de Armando Capó, que se llama El regresado. Y poco a poco estoy terminado el argumento de mi ópera prima, donde sí me encantaría invitar algún guionista para que me acompañe en este viaje.

Por último, ¿cómo valora la documentalística cubana actual?

Desde hace un tiempo para acá lo más importante que está pasando con el cine cubano viene del documental, también tiene que ver que es mucho más cercano, uno puede jugar más con la forma y no esté tan encorcetado como la ficción, que también es un sistema envejecido, patriarcal. Sin embargo como la documentalística se mueve entre la ficción y la no ficción, rompes  barreras.

Por ejemplo, si me preguntaran cuáles son de las películas que más me gustan yo diría que documentales, por ejemplo Marcel Beltrán, Alejandro Alonso. Lo más bonito es ver ahora estas mujeres directoras que surgen con el documental, que eso en Cuba estaba dirigido por hombres.

Ver estas películas en el Festival de La Habana, para mí tienen un valor increíble, no siento ni siquiera que compiten entre sí, sino que dialogan con todos nuestros intereses. Todavía hay mucho que decir y creo que la mujer documentalista en Cuba va seguir creciendo y va a ser la bomba.

Grabar, escuchar, estar ahí para ellos, para esa familia. Foto: Kevin Álvarez. 

Se han publicado 2 comentarios



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  • Dianabel dijo:

    Muchos éxitos en tu carrera Rosa María. No se si te acuerdas de nosotras de cuando filmaste en nuestra casa en Güira de Melena. Fue una experiencia agradable tenerlos duarante varios dias de su filmación. Saludos a Capó.

  • Mimisma dijo:

    Le deseo mucha suerte a esta joven documentalista, aún sin ver su documental creo que va a ser bien recibido, habla con amor por la belleza de ese órgano patrimonio familiar, habla de sus raíces, de su tierra y talento muestra tan solo al contarlo, ojalá sea bien recibido por la crítica y el público a los que está destinado, por otra parte leí con detenimiento la valoración que ella hace de la documentalística en Cuba y considero que cambiar todo lo que debe ser cambiado también debe llegar al cine, a la cultura, en fin a todas partes, no lo dejemos como eslogan por favor

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Jorge Suñol Robles

Jorge Suñol Robles

Gestor de Redes Sociales en Cubadebate. Licenciado en Periodismo de la Universidad de Holguín en 2018. Contacto: jorge@cubadebate.cu En twitter: @jsrobles94

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