Imprimir
Inicio »Especiales, Historia  »

¿Ha visto usted al Valbanera? (+ Fotos y Video)

| 6 |

Los restos del naufragio son inspeccionados por buzos de la U.S. Navy. Foto: Domingo Milord, cónsul de Cuba en Key West.

Cuando se habla en Cuba de desastres marítimos vienen enseguida a la mente los nombres del Valbanera y del Morro Castle. Luego, en un alarde de memoria, no es raro que se mencione la tragedia del crucero español Sánchez Barcaíztegui, embestido por el vapor Mortera, en la noche del 18 de septiembre de 1895, a pocos metros del castillo del Morro. Los tres sucesos dejaron un número cuantioso de víctimas.

El Valbanera, buque de bandera española, se hundió con 488 personas a bordo, de las ninguna logró sobrevivir. El siniestro del Morro Castle dejó un saldo de 134 fallecidos, algunos de ellos carbonizados por el incendio que consumió el barco y otros, que quisieron eludir las llamas, ahogados en las aguas heladas del Atlántico. A consecuencia del accidente del Sánchez Barcaíztegui murieron 31 marineros, casi todos comidos por los tiburones, entonces numerosos en la bahía, mientras que decenas de personas que a esa hora paseaban o gozaban del fresco de la noche en los alrededores del castillo de la Punta, escuchaban sus gritos de terror sin poder ayudarlos. Otro gran desastre fue el del buque Euskera, que se hizo a la mar en La Habana el 1 de septiembre de 1946. Llevaba a bordo a todo el elenco del circo Razzore, con sus fieras, sus animales amaestrados, su carpa azul y todo su equipamiento. Nunca llegó a su destino. Sorprendido por un huracán, las furias de viento y las olas dieron cuenta de la nave. Solo seis de sus 67 pasajeros y tripulantes lograron ser rescatados.

Sobre la tragedia del Valbanera se ha hablado mucho. Pasó al imaginario popular. Llegó ese barco a la entrada del puerto de La Habana el 9 de septiembre de 1919 cuando un ciclón, el llamado ciclón del Valbanera, luego de barrer la costa norte de la Isla provocaba un ras de mar a la altura de la capital. Frente al castillo del Morro, su sirena desesperada llamó pidiendo práctico e hizo insistentes señales en Morse con una lámpara. Desde la Capitanía le contestaron, de la misma forma, que, dadas las condiciones del tiempo, era imposible ayudarlo. El capitán del barco respondió entonces que capearía el temporal mar afuera y las luces de la nave se perdieron entre la lluvia y las olas enfurecidas.

El misterio del Valbanera en la prensa española, diario El Fénix. Foto: Islalocal.

¿Qué pasó en verdad con el Valbanera? Desgraciadamente para los que estaban a bordo, el trasatlántico encalló en las arenas movedizas del bajo de la Media Luna, al este del Bajo de Rebecca, en la zona de los cayos de La Florida.

La última señal que se tuvo del Valbanera fue una transmisión telegráfica del día 12 de septiembre, aproximadamente a la 1.15 p.m., o sea por la tarde, en que el operador de guardia en la Estación Naval de Key West recibió un mensaje de un vapor que se identificaba con el distintivo de llamada JTHC que era el correspondiente al trasatlántico español, preguntando en clave Morse si había algún mensaje para él, pero después no hubo ninguna otra señal. Esto ocurrió casi tres días después de la noche en que el buque estuvo frente al Morro de La Habana pidiendo un práctico para entrar a nuestro puerto.

El hallazgo del barco perdido se produjo cuando el cazasubmarinos S C 203, de la Marina norteamericana, que llevaba días en su búsqueda, llegó cerca del bajo de la Media Luna y sus tripulantes avistaron con los prismáticos un mástil que sobresalía de la arena. Allí fondearon y el oficial al mando, alférez de fragata L. B. Roberts, descendió con la escafandra de buzos pesada y con suministro de aire e inspeccionó la gran masa negra encajada en las arenas del bajo. En las cristalinas aguas del Estrecho de la Florida pudo leer en la amura de estribor, en la proa, el ya nombre fatal de Valbanera. El buque se encontraba escorado 50 grados a babor y sin restos humanos de ningún tipo, por lo que se presume que encalló a toda avante en el bajo de las arenas movedizas en medio de las olas aun monstruosas de que provocó el huracán. El pequeño navío norteamericano regresó e informó inmediatamente a su base en Key West y al día siguiente, 20 de septiembre, la noticia recorrió el mundo: el Valbanera yacía en el bajo de Rebecca.

Nueva Orleáns 1916, oficiales del Valbanera. Foto: Juan Carlos Díaz Lorenzo/ Libro “El misterio del Valbanera”.

Al día siguiente, Domingo Milord, cónsul de Cuba en Key West, y el contralmirante Benton Decker, comandante del 7mo. Distrito Naval, acudieron al lugar del siniestro, donde los buzos inspeccionaron nuevamente los restos del naufragio. En esa misma fecha, el Diario de la Marina decía en un gran cintillo: “Buzos empleados por el Cónsul de Cuba en Key West distinguen claramente el nombre de Valbanera en un casco a 40 pies de agua frente al faro de los Bajos de Rebecca”. Y añadía: “No hay indicios de las personas que iban en el barco malogrado”.

Desde días antes, el destino del Valbanera era la gran preocupación de los habaneros. Desde el 16 de septiembre los cañoneros Yara, Martí y Maceo y el crucero auxiliar Patria, en una búsqueda frenética, trataban de rastrearlo, en vano, por la costa norte de Cuba.

La última señal que se tuvo del Valbanera fue una transmisión telegráfica del día 12 de septiembre, aproximadamente a la 1.15 p.m.

Proa del barco español Valbanera hundida en la arena en los cayos de Florida. Foto: EFE.

Año 1907 ó 1908, el “Valbanera” zarpando de Barcelona. Foto: Libro “El misterio del Valbanera”.

En video, tras la estela del Valbanera

Se han publicado 6 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • Chucho dijo:

    Los bisabuelos de mi esposa, gracias a que se bajaron por equivocación en Santiago de Cuba de ese barco, hoy rememoro ese pasaje contados por ellos muchas veces, fue un desastre

  • Magalys dijo:

    LA IMPORTANCIA DE UN PRACTICO

    "...Esto ocurrió casi tres días después de la noche en que el buque estuvo frente al Morro de La Habana pidiendo un práctico para entrar a nuestro puerto."

    "...Frente al castillo del Morro, su sirena desesperada llamó pidiendo práctico e hizo insistentes señales en Morse con una lámpara. Desde la Capitanía le contestaron, de la misma forma, que, dadas las condiciones del tiempo, era imposible ayudarlo. El capitán del barco respondió entonces que capearía el temporal mar afuera y las luces de la nave se perdieron entre la lluvia y las olas enfurecidas."

  • senelio ceballos dijo:

    Gracias Prof.Ciro por esto articulos llenos de historia, cuando nos va a hablar del robo de nuestro BARQUITO ALECRIN y en que paro todo aquello..Dicen / hablan/ cuentan que por primera vez aviones MIG sobrevolaron cielos de EU...que osadia!!!! verdad!!! pasarle por las narices al gato mayor!!!! Cuando vinieron a reaccionar ya estaban de vuelta y con informaciones y fotos, fue verdad eso?

  • humano dijo:

    Había visto documental sobre este suceso.

    Saludos.

  • Papo dijo:

    En el Valbanera venía El Caballero de París siendo un niño, lo que le afectó mucho... Esto lo leí hace algún tiempo, relacionado con los antecedententes de el Caballero. Quizá Ciro Bianchi pueda dar una información al respecto...

  • Ana dijo:

    Valbanera. Requiem por un naufragio, es el libro del escritor cabaiguanense Mario Luis López Isla. Se los recomiendo. Excelente texto!!! Con todos los datos de una minuciosa investigación. Saludos

Se han publicado 6 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Ciro Bianchi Ross

Ciro Bianchi Ross

Destacado intelectual cubano. Consagrado periodista, su ejecutoria profesional por más de cuarenta años le permite aparecer entre principales artífices del periodismo literario en el país. Cronista y sagaz entrevistador, ha investigado y escrito como pocos sobre la historia de Cuba republicana (1902-1958). Ha publicado, entre otros medios, en la revista Cuba Internacional y el diario Juventud Rebelde, de los cuales es columnista habitual.

Vea también