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Un viaje emotivo e inolvidable a la historia

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un viaje a la historiaEl pasado 4 de mayo tuve el privilegio de acompañar a doscientos veinte huérfanos de la masacre de Cassinga, muchos de sus familiares, un grupo de dirigentes namibios y a la embajadora de Cuba en Angola, Gisela García, a esa agreste localidad angolana y a Chamutete, donde radicó la brigada mecanizada reforzada cubana.

Era el 38 aniversario de aquel genocidio del régimen racista del Apartheid contra el campamento de refugiados namibios instalado en los locales de una mina de hierro abandonada.

Una caravana de camiones, ómnibus y vehículos cruzó la frontera entre ambos países por Oshivango hasta Ondjiva por una excelente carretera y se internó después a través de tortuosos e interminables caminos hasta aquel sitio de antaño, hoy lleno de ruinas, donde se instalaron en todo tipo de casas de campaña.

No era un viaje de recreo ni de campiña, era un viaje a la historia; angolanos, namibios y cubanos pretendían rendir homenaje a las víctimas de aquel salvaje crimen y patentizar que los sobrevivientes de aquellos hechos deleznables, sin rencor, odio ni ansias de venganza, deseaban enseñar a las nuevas generaciones que la voluntad de construir en sus países estados independientes, libres y democráticos era más fuerte que el fascismo.

El recorrido por aquellos sitios donde en 1988 se infligió la derrota militar a Sudáfrica que estremeció los cimientos del Apartheid tenía singular significación. En el camino algunos tanques oxidados por el tiempo lo recordaban.

La evocación de Fidel la tuve siempre presente; no solo cuando mencionaron su nombre en los discursos.

Trataba de asociar durante el recorrido el entorno circundante a aquella imagen gráfica boxística que utilizó al explicar que en el combate de Cuito Cuanavale, escenario militar escogido por el enemigo, se dio un demoledor golpe a los cimientos del Apartheid pero aquello era como el jab de Teófilo Stevenson, porque su derecha que noqueaba fulminantemente, se concentraba en el avance indetenible de centenares de tanques y miles de combatientes angolanos, namibios y cubanos, al escenario militar seleccionado por nosotros, hacia la frontera de Namibia, por esos sitios que ahora recorría.

También recordaba a Risquet y su relato de la entrevista en El Cairo con el Secretario de Estado norteamericano, Chester Croker, quien quería saber al igual que los sudafricanos si las tropas que avanzaban se iban a detener o pretendían entrar en Namibia y su respuesta. “Si le digo que nos paramos le doy un meprobamato y si le digo que seguimos puede parecer una amenaza. No lo quiero calmar ni amenazar. La solución es la aceptación e implementación de la Resolución 435 de la ONU.”

Aunque Croker no fue nunca un amigo tuvo que reconocer en sus memorias la habilidad de Fidel de saber pasar de la acción militar a la negociación en el momento apropiado.
Llegué a Cassinga imaginando por cada recodo aquella epopeya lejana pero no remota.
Las actividades fueron sencillas pero solemnes. Primero, en las dos tumbas colectivas que conservan los restos de más de 600 niños, ancianos y mujeres namibios se efectuaron las ceremonias religiosas por sacerdotes católicos y protestantes, se pusieron ofrendas florales y después nos trasladamos a la carpa donde fue el acto central.

Allí hablaron João Marcelino Tyipinge, gobernador y primer secretario del MPLA de la región de Huíla, a nombre del gobierno angolano, donde está ubicada Cassinga, Paulina Kashinasha Kalu a nombre de los sobrevivientes, Helmut Angula por la SWAPO, la embajadora Gisela García a nombre de Cuba y el general Charles Namoloh, ministro de Seguridad y combatiente del PLAN de la SWAPO que luchó en aquellos sitios recordó hitos de combates cercanos a la vez que anunció el propósito de los gobiernos angolano y namibio de edificar este año un monumento digno a los caídos allí.

Las intervenciones me recordaron el último artículo de Fidel “El hermano Obama.” donde refutaba su tesis de olvidar el pasado y mirar al futuro expresada en su discurso en Cuba.
Fidel dijo que Obama pronunció un discurso en el que utiliza las palabras más almibaradas para expresar: “Es hora ya de olvidarnos del pasado, dejemos el pasado, miremos el futuro, mirémoslo juntos, un futuro de esperanza. Y no va a ser fácil, va a haber retos, y a esos vamos a darle tiempo; pero mi estadía aquí me da más esperanzas de lo que podemos hacer juntos como amigos, como familia, como vecinos, juntos”.

Y añadió Fidel: “Se supone que cada uno de nosotros corría el riesgo de un infarto al escuchar estas palabras del Presidente de Estados Unidos. Tras un bloqueo despiadado que ha durado ya casi 60 años, ¿y los que han muerto en los ataques mercenarios a barcos y puertos cubanos, un avión de línea repleto de pasajeros hecho estallar en pleno vuelo, invasiones mercenarias, múltiples actos de violencia y de fuerza?
Nadie se haga la ilusión de que el pueblo de este noble y abnegado país renunciará a la gloria y los derechos, y a la riqueza espiritual que ha ganado con el desarrollo de la educación, la ciencia y la cultura.”

Todos los oradores sin excepción coincidieron en que era imposible olvidarnos del pasado. El ministro Namoloh lo precisó claramente al insistir en la idea de que para saber a dónde vamos es imprescindible saber de dónde partimos.

Helmut Angula por su parte reclamó a los sobrevivientes de Cassinga un esfuerzo aún mayor en su contribución al desarrollo de Namibia pues son hijos de la solidaridad internacional que los acogió, educó y preparó para ello.

Finalmente nos trasladamos a Chamutete al sitio donde fueron enterrados, hasta la ulterior exhumación de sus restos para ser trasladados a Cuba, los 16 combatientes internacionalistas cubanos caídos al acudir a repeler la agresión, hecho que lograron a pesar de las minas instaladas en el camino y los ataques de la aviación sudafricana.

Ante los túmulos que conservaron sus restos durante 13 años el gobernador de la región de Huíla, João Marcelino Tyipinge, dijo que “la historia de la contribución de Cuba a la independencia de los pueblos de África y en particular de Angola y Namibia debe escribirse con letras de oro para que no pueda ser borrada jamás” y el ministro Namoloh subrayó que la inmediata reacción de los combatientes cubanos evitó que la matanza fuera aún mayor e igualmente recalcó el papel de las tropas internacionalistas cubanas en apoyo a la independencia de Namibia y la formación brindada después a los huérfanos de aquel genocidio. Por su parte la embajadora cubana Gisela García destacó que allí fue la primera vez que sangre cubana y namibia de vertió en los campos africanos y agradeció las reiteradas muestras de agradecimiento a Cuba por su contribución a la independencia de Angola y namibia y por el homenaje a los internacionalistas cubanos caídos en Cassinga.

Resonaban allí todavía las palabras del entonces presidente Agostinho Netto cuando dijo que los camaradas cubanos en Techamutete fueron muy valientes.

Nos fuimos de aquellos parajes los cubanos que acudimos a estas ceremonias, llenos de recuerdos y emociones, orgullosos de los principios que inspiraron a cientos de miles de nuestros compatriotas a contribuir con su sacrificio a cambiar el mapa político de esta región, satisfechos de haber ayudado a formar a los huérfanos de aquel hecho vandálico que hoy contribuyen al desarrollo de su país y sobretodo convencidos que los canticos de sirena que nos llaman a olvidar los hitos de nuestra historia no encuentran cabida en angolanos, namibios y cubanos.

Se han publicado 3 comentarios



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  • María Elena Díaz cabrera dijo:

    Este artículo me llena de recuerdos, nostalgias y a la vez dolor.
    Trabajé desde el año 1985 hasta el año 1988 en la escuela Hendrik Witbooi, donación de nuestro Comandante en Jefe a niños y jóvenes sobrevivientes de la masacre de Cassinga, allí trabajé como profesora de Geografía, realizando mi servicio social, conviví día y noche con estos niños sin padres, hermanos, muchos llevaban años sin saber nada de su familia, si eran vivos o muertos.

    En cada actividad político cultural los alumnos realizaban un simulacro de ese genocidio, todos los allí presente siempre terminábamos llorando, las lagrimas, nos caían, este acto se podían repetir varias veces en la semana y siempre nos parecía nuevo, el ruido de las bombas, los muertos cayendo, algo para no olvidar jamás.

    Este artículo hizo mi mente volar hasta allá y pasado tanto tiempo aún se me hace un nudo en la garganta. ¿Cómo olvidar algo así? Razón tiene nuestro comandante en Jefe como olvidar tantos muertos y tanto dolor.

  • manuel dijo:

    Me encontraba en aquel entonces 4 de Mayo del 1978 con solo 20años en el Sur de Angola en la Provincia de Salavandeira, hoy Lubango entre Rio Hareira y Chibemba, como tanquista, viví aquel horrendo crimen, un grupo de compañeros nos encontrabamos en un campo de tiro en las labores diarias, nos movilizamos en fracciones de segundo para partir hacia Cassinga, pero no fue necesario, eso era fruto del propio colonialismo, veo estas imagenes y me parece estar alli de nuevo, pero nuestras tropa se crecierón de conjunto NAMIBIOS, ANGOLANOS Y CUBANOS se logro la victoria

  • Christian Benefico dijo:

    Christian Beneficos July 12 2036 After Fidel What and what is cooking with China.Remember there are a lot of big general merchandise store that are closing a few of their inventory store due that the big heavy kitchen appliance there is not money around to buy it, So all unwanted China metal heavy industry will be end up in Cuba . But Cuba need powerful generator to conclude the sell
    Are Cuba is ready for it

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Giraldo Mazola

Giraldo Mazola

Diplomático y periodista, colaborador de Cubadebate.

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