Artículos de Goles son amores
Para conversar de fútbol y algo más...
Goles son amores »
En mayo pasado, Dybala compuso algunas rimas desquiciadas que aparecieron en el diario italiano La Repubblica. Las frases de Dybala provenían del dictado ambiguo que son las entrevistas: “me gusta todo lo que representa lo opuesto a mí (…) Los killers no me disgustan; los que actúan con resolución, los que no sudan, los que matan sin ser barrocos”.
Goles son amores »
Lo del Valencia podría volverse insustancial en el momento exacto en que decidan creer lo contrario. Debe existir, en ese tiempo posible, un regodeo casi ingenuo, similar al de los últimos minutos ante el Barcelona: demasiada fe puede asumirse, en ciertas circunstancias, como una certidumbre irracional.
Goles son amores »
Contra Italia, Forsberg parece perfecto. Sabe apartarse de la pelota. Hay momentos en que Candreva no lo advierte. Candreva casi siempre está lejos. Nunca sabremos por qué un volante por derecha, con el seis en la espalda, siempre está lejos. Cerca de la izquierda, Forsberg encuentra el sosiego total.
Goles son amores »
Hay momentos, en algún trance del último partido entre Dortmund y Bayern, donde Sven Ulreich parece un tipo sentimental. Cuando el Bayern juega con la línea de defensores cerca del círculo central, Ulreich, por ejemplo, baja la cabeza, se vira de espaldas y mira a la tribuna, como si recordase algo.
Goles son amores »
La principal desgracia del mediocampista box to box consiste en que siempre tras las espaldas todo importa menos. Cuando el hombre que pisa las dos áreas de la cancha se da la vuelta, lo que fue imagen acaba formando parte de la memoria episódica, algo que si se volviese alusivo quizás sirva de relleno para las autobiografías.
Goles son amores »
Aunque la tablilla del cuarto árbitro anuncie el cambio, Perú le debe demasiado a Tapia. Le debe tanto, que se vuelve insufrible ver cómo Gareca decide sacarlo quince minutos antes del final. Gareca busca, sobre la cancha, el reemplazo constante, el intercambio necesario a fin de conservar algún estado de heroicidad probable.
Goles son amores »
Las lógicas de Bosz permiten ese tipo de falacias: mientras alguien decide leer que el entrenador holandés del Dortmund solo quiere tener control arriba; a sus jugadores, en realidad, solo les importa moverse sin la pelota, lo cual es, de alguna manera, una variante menos patrimonial de la posesión.
Destacadas