Cubadebate

Un dron calcina a un niño yemení de 13 años. La edad de mi hijo. El relato alrededor de la noticia es aterrador. Un fuego más en un país que se tambalea con el desgarre interno a partir de los últimos acontecimientos. Todo parece indicar que no habrá paz en Yemen.

Muchos medios de prensa analizan las amenazas que se ciernen sobre el país y la región. Las fuerzas que se aglutinan alrededor de Al Qaeda pueden aprovechar esta oportunidad para aumentar su influencia en los acontecimientos, a pesar de que los rebeldes que tienen ocupada la capital son contrarios a ellas.

Otro riesgo previsto por los analistas de diversos medios es la fractura del país. Hacia eso conducen los llamamientos de los líderes de varias organizaciones, que desde hace años tratan de revivir la existencia de dos estados. En 1994, hace ya 20 años, cuando las fuerzas leales al entonces Vicepresidente Ali Salem Albeidh del Partido Socialista Yemenista se aglutinaron en Adén y proclamaron la secesión, el intento fracasó. Una cruenta guerra que cobró, según estimaciones internacionales, más de 10 mil vidas, terminó con la victoria de las fuerzas leales al Congreso General del Pueblo, del entonces Presidente Ali Abdullah Saleh.

El depuesto Presidente Hadi proviene del Sur. En 1994, en una jugada política, Saleh lo colocó al frente del Ministerio de Defensa y al concluir la guerra, lo nombró Vicepresidente, como señal de que la Unidad proclamada en 1990 se mantenía. Al ser Saleh derrocado en el 2011, Hadi ocupó entonces la Presidencia.

La amenaza de la secesión es real. Y más peligroso aún es el espaldarazo que una situación como esa le daría a las fuerzas de Al Qaeda en la parte sureña de Yemen. Recordemos que hace solo unas semanas, la rama de esa organización en el país se autoproclamó responsable del sangriento atentado contra el semanario satírico francés Charlie Hebdo.

En estos momentos, los rebeldes hutíes ya ocupan el poder. La situación se torna más inestable a cada momento. Comienzan las declaraciones de diferentes países alertando sobre los hechos y la real posibilidad de la ingobernabilidad.

Sería muy dolorosa la fragmentación de Yemen. Como mencionamos en un trabajo anterior, ese pueblo merece la paz después de tantos años. En otro momento tocaremos el tema de la división religiosa en la Arabia Feliz, como se conocía antaño al país amigo. Ojalá algún día pueda hacerle honor a ese nombre.